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por Error Macross » Mié, 13 Mar 2013, 04:57
Bueno, como guachin que soy tarde casi 2 meses en escribir un capitulo que tenia que estar para diciembre, porque es navideño, igual si vamos al caso el capitulo 19 tendria que haber estado para noviembre (salio en enero), lo que pasa es que la vida es asi, no se puede cambiar. De todas formas da igual que este capitulo no saliera para navidad, creo que ya les ha quedado bastante claro que Tommy, Rayden y compañia no estan ni en 2013, ni en 2012, y si no, el capitulo que viene es de año nuevo (cuac), asi que lo veran, y mi idea con el fic es que sea totalmente atemporal y atemlugar (esa palabra no existe), o sea, no va a tener chistes internos y referencias a gente del foro (si ya las tuvo perdon por eso), y no habra especiales porque se viene una determinada fecha o algo asi, sino que los personajes festejaran cuando les toque en el calendario mental que tengo armado para la historia, asi que cualquier persona que sepa de MK puede leer esto donde quiera y cuando quiera sin que eso tenga que afectar su opinion sobre el fic. Y nada, lean el capitulo, que sino me voy a poner a llorar (es que anduve picando cebolla).
Los copos caían lentamente, acumulándose en el suelo, llenándolo de esa sustancia blanca conocida como nieve, cubriendo los autos, el asfalto, los arboles y el césped de los jardines.
Rayden observaba atónito desde adentro de la casa de Tommy.
“¿Qué es esto?”.
“Nieve, es agua congelada, cierto que tu no conoces mucho de estas cosas…, espera, pero si la nieve es algo natural”.
“No hablo de la nieve”, Rayden palpa la ventana, “hablo de esta sustancia dura que frena mi mano pero no puedo verla”.
“Ah, cierto, eso es vidrio”.
“Ah…, es mágico”.
“Si, a mi también me gusta mucho”.
Es fuerte,
Es callado,
Tira rayos cuando se enfada,
El es mi amigo Rayden.
UUUUUUHHHHH, mi amigo Rayden y yo, mi amigo Rayden y yo.
El me protege, no sé porque,
Se pelea con mis padres,
A veces no se en que piensa,
UUUUUUUUHHHHHHH, mi amigo Rayden y yo, mi amigo Rayden y yo.
Comemos helado, a él no le gusta,
Vamos a bailar, a él no le gusta,
Asisto a clases, a mi no me gusta…, a él no sé,
UUUUUUUHHHHHHHHHHHHH, mi amigo Rayden y yo, mi amigo Rayden y yo.
Mi amigo Rayden y yo.
“Mi amigo Rayden y yo les desea felices navidades a todos, dependiendo que fecha sea cuando lean esto”.
Mi amigo Rayden y yo capitulo 20: “Feliz Navidad, Santa Rayden”.
“Tommy, despierta, estamos mas allá de la hora límite para asistir a la institución educativa”.
Tommy refunfuña en su cama sin entender demasiado los gritos de Rayden.
“Estaba preparado para una situación así, se que es muy importante que asistas a tu clase, aunque esta vez el maldito despertador no ha sonado, ya le he dado su merecido castigo, luego compraremos otro, y también un escritorio, lo siento por eso”.
Rayden levanta a Tommy y comienza a arrastrarlo.
“¿Rayden, qué haces?”.
El Dios le coloca rápidamente la ropa abrigada para la nieve, pero ni se preocupa por sacarle el pijama.
“No hay tiempo para que te alimentes o realizas tus actividades higiénicas, el autobús estará en la puerta en cualquier segundo, nos encargaremos después”.
“Pero Rayden, estamos en vacaciones”.
“Desconozco el termino, vamos”.
Rayden arrastra a Tommy afuera de la casa, el frio y la nieve no le hacen efecto, debe cumplir su misión y eso es más importante, igual la verdad es que nunca siente frio.
“Bien, espero que no se retrase el autobús”.
“Rayden, no va a venir, estamos en vacaciones”.
“Que yo sepa esto es Estados Unidos, admito que desconozco el nombre de la ciudad pero hasta ahora nunca ha sido un problema para manejarme, los mapas públicos son de muy buena calidad”.
“No, no es que estamos en unas vacaciones físicamente hablando, me refiero a que es el periodo de tiempo de vacaciones”.
“Explícate”.
“Hay determinados periodos del año, en que las escuelas cierran y los niños buenos se quedan en sus casas durmiendo hasta tarde y comiendo porquerías”.
“No comprendo, ¿qué utilidad subyace en estas… vacaciones?”.
“Descansar”.
“Pasas solo seis horas en la escuela y cinco de los siete días de la semana, para mi tienes suficiente descanso”.
“Si, es verdad, pero las tareas…”.
“Si administraras mejor tu tiempo, en menos de tres horas podrías resolverlas”.
“Está bien, Rayden, pero igual las vacaciones están y que le hagas un debate a un chico sobre ellas no las cambiara”.
“Cuando tengas edad para estar en el concilio de tu pueblo lo que discutamos ahora tendrá importancia”.
“No creo que eso siga existiendo, vamos para casa”.
Al llegar al cálido hogar, Tommy y Rayden se encuentran con el padre de Tommy vestido con una camisa a cuadros, y con un hacha en la mano.
“Ah, Tommy, veo que te has despertado, pero sabes que no puedes acompañarme a buscar el árbol de navidad, todavía eres muy chico para correr peligros tan grandes”.
“De acuerdo, Pa, diviértete”.
“No hay diversión en tan noble actividad”, el padre sale corriendo afuera, “ah, maldita nieve, me llenas de frio”.
“Que extraño”, marca Rayden, “tu padre te ha llevado a cazar, eso suena más peligroso que buscar un árbol”.
“Es que no quiere aceptar que todos los terrenos de la zona son privados y que solo va a sacar el árbol de todos los años del garaje”.
La puerta se abre e ingresa el padre cargando un árbol que va desperdigando adornos y nieve por el piso de la casa.
“Ha sido muy difícil este año, Tommy, me ha atacado un grupo de lobos salvajes, iré a tirarme a la cama y descansar de esta travesía, despiértame para la cena”.
Tommy saluda a su padre, pero Rayden se queda observando el árbol.
“Que extraño, ¿cuál es el objetivo de traer este objeto imitación de planta a la casa y darle un lugar tan importante?”.
“¿Rayden, es que acaso desconoces lo que es la Navidad?”.
“¿Navidad?”.
Si, chicos, estamos asistiendo a uno de esos patéticos especiales en los que alguien que desconoce lo que es la Navidad aprenderá sobre ella, tanto que este capítulo carecerá de cualquier clase de problema o situación interesante, así que pueden dejar de leer ahora si no quieren aburrirse, dale, que me ensucian la casa.
“Mira, Rayden, la navidad es una festividad muy importante, en la que festejamos el nacimiento del hijo de Dios”.
“Los dioses biológicamente no podemos tener hijos”.
“¿En serio?”.
“No, pero los casos en los que se ha dado la situación no fueron muy buenos, así que asumimos que no podemos para evitarlos”.
“Bueno, pero igual no es el hijo de un Dios, es el hijo de…, bueno, ya sabes, esa cosa cristiana”.
“Ah, sí, festividades paganas monoteístas”.
“Se podría decir que si, el tema es que la fiesta trasciende ese hecho, para convertirse en una festividad relacionada con darse regalos, y un gordo vestido de rojo que baja por la chimenea”.
“No sé que relación tiene eso con un nacimiento”.
“Yo tampoco, pero lo importante es que nos dan regalos”.
“Explica lo del tipo gordo que baja por la chimenea”.
“El es el que trae regalos”.
“¿A quién?”.
“A todos los niños buenos”.
El rostro de Rayden se congestiona, “¿qué velocidad tiene?”.
“No la compliques, Rayden, cuando uno se duerme, el sujeto llega, deja regalos y se va en su trineo manejado por renos voladores…, igual sé que es mentira, son solo los padres al final”.
“Tommy, vamos a comprar los regalos para Navidad”, grita la madre de Tommy.
“¿Tengo que ir?”.
Mientras la madre regaña a su hijo sobre su falta de interés en actividades capitalistas, Rayden se queda observando el árbol, y la chimenea, el árbol y la chimenea, una y otra vez.
“Un tipo gordo vestido de rojo”, piensa en su mente de rayos y centellas, “que maneja un trineo manejado por sus padres y se mueve a una velocidad comparable a la de la luz, y entrega regalos a los niños buenos del mundo, no puedo creer que algo como eso estuvo pasando bajo mis narices todo el tiempo”.
Rayden sigue ensimismado en sus pensamientos, mientras acompaña a Tommy y su madre por góndolas infinitas de productos de las más variadas índoles. El Dios permanece ajeno a las situaciones que se producen, incluso cuando la madre de Tommy discute sobre el precio de una campera con el empleado de la tienda, su gerente, un guardia de seguridad, cinco señoras ajenas a la situación pero muy metidas, y un oficial de policía con serios problemas de autoestima.
“Y entonces le dijo que se vaya a comer espárragos”, Tommy se ríe luego de terminar su chiste, “a que nunca les habían contado algo como eso”.
Rayden no contesta, solo sigue observando a la lejanía mientras los padres de Tommy intentan ocultar el hecho de que no se están riendo, comiendo más pavo, ya han pasado varios días desde los hechos contados en los párrafos anteriores, o no, perdí mi calendario.
“Y dime, Tommy, ¿estás preparado para la llegada de Santa Claus?”, le pregunta el padre con el objetivo de evitar tocar el tema.
“Tengo quince años, ¿podemos obviar la pregunta?”.
“En mis tiempos hasta los treinta seguíamos creyendo en Santa Claus, estos niños de ahora”.
“Yo tenía cinco años cuando tenias treinta”.
“Ya está, fin del tema, no quieres hablar de eso, me parece bien, ¿Rayden, estás preparado para la llegada de Santa Claus?”.
“No sé quien es”, responde el Dios vagamente, mientras sigue concentrado en la figura del diabólico gordo vestido de rojo que baila en su cabeza desde alguna clase de tiempo posiblemente comparable a una semana.
“No puedo decir que me guste más esa respuesta, pero al menos esta dicha con educación, tienes cinco puntos de experiencia por eso”.
Eventualmente la noche llega, y Tommy se prepara para dormir, deseando que aquello que le regalen mañana sea lo que él quiere, aunque no sabe que es lo que quiere. Rayden nunca duerme, pero por primera vez no se queda en la habitación de Tommy, sino en lo alto de la casa, el frio no lo afecta, nunca lo hizo, y su concentración se encuentra en el cielo, esperando la llegada del trineo volador manejado por los padres del gordo vestido de rojo, tiene muchas dudas, ¿serán dos padres o más?, ahora mismo con las libertades sexuales las familias pueden ser de muchas formas, ¿podrá hacerle frente?, la velocidad de su enemigo es realmente impresionante, ¿sus regalos que función tendrán?, la importancia de Tommy no permite correr riesgos.
En ese momento, nota una figura que avanza silenciosamente por la vereda, y se teletransporta frente a él.
“Oh, dios mío”, grita el sujeto, vestido con ropa vieja y sucia, “un granjero eléctrico fantasma, aléjate de mi”.
“¿Eres el gordo vestido de rojo?”.
“No, claro que no”.
“Identifícate entonces”.
“Mi nombre es Tiro al aire”.
“¿Qué haces aquí?”.
“Pasaba a revisar si había algo en la basura, sé que no está bien, pero muchas veces en Navidad la gente arroja comida, y la verdad, he pasado bastante hambre últimamente, por favor, no me coma”.
“Lo siento, señor”, Rayden se calma, “he pasado un mal día, pero no puedo permitir injusticias como la que usted está sufriendo, ¿puedo ayudarlo en algo?”.
“Si puedes ofrecerme algo de comida me vendría muy bien, y además, si puedes hacer fuego como ese que hiciste cuando te apareciste mágicamente aquí, también”.
“Deme un segundo, señor”.
Entonces, Rayden lanza un poderoso hechizo, que solo puede hacer una vez en la vida, este genera una barrera alrededor de la casa de Tommy, que le avisara si una presencia extraña se acerca, las únicas esencias que siente son las de Tommy, sus padres y Romeo, además de algunas cucarachas y demases que no importan, el mismo se extenderá hasta que comience el día nuevamente, y le permitirá enfrentar al gordo vestido de rojo.
Lo que acaban de leer es un plot device, es algo que no tiene el mas mínimo sentido, y que no se justifica con nada de lo que sucede antes o después en la historia, y que se pone nomas para llevar a cabo una escena que no tendría sentido con la forma normal en que se desarrolla la historia, ya les avise que no tenía sentido leer este capítulo, así que vuelvo a hacerlo, shu, shu, no molesten, moscas.
Luego de un breve paso por la casa, Rayden, toma algo de comida, y se lo entrega al vagabundo, yendo con él hacia su hogar, tan solo un pequeño techo de chapa, junto con otros en el mismo estado que él.
“Hey, Tiro al Aire, ¿qué es eso que traes?”.
“Un buen samaritano que nos ha traído comida, y que nos ayudara a mantenernos calientes”.
“Espero que no sea un espía de los marcianos”.
Rayden se teletransporta varias veces en el lugar, generando pequeñas llamas que mantienen caliente a los hombres que se encuentran entre ellas.
“No me has dicho tu nombre”, le pregunta Tiro al Aire a Rayden luego de ofrecerle a sentarse a su lado.
“Rayden”.
“Es un lindo nombre, ven, come con nosotros, hemos juntado varias cosas estas navidades”.
“No, gracias, estoy lleno”.
Rayden de todas formas se sienta, y se sorprende de ver a esas personas que no parecen tener todo, mantenerse felices, bromear entre ellas, y disfrutar una comida mísera, pero suficiente.
“¿Hace mucho tiempo que viven así?”, le pregunta tristemente a Tiro al Aire.
Este lo observa extrañado, “he perdido un poco el paso del tiempo, pero creo que ya han pasado algunos años desde que tuve que vender mi casa al no poder pagar los impuestos”, los demás no dicen nada.
“Es injusto que personas como ustedes tengan que pasar las festividades de esta forma mientras otros tienen un hogar y no deben pedir por su comida”.
“Todos lo sabemos, pero no podemos quitarle a esas personas lo que tienen, es el sistema en el que vivimos lo que causa estas cosas en primer lugar, y si este no cambia para ayudarnos a todos, no podemos hacer nada”.
Rayden asiente, pero luego de pensar un rato, se levanta, “no sé si pueda cambiar como están las cosas, pero al menos intentare que puedan ser un poco mejor”.
Entonces se teletransporta.
“Maldición, estaba seguro de que era un espía de los marcianos, denme mi casco, tal vez no sacó los conocimientos que necesitaba para ganar la guerra fría”.
Tommy se levanta sin demasiado ánimos, recuerda viejas épocas en las que el árbol de navidad estaba lleno de sorpresas y cosas asombrosas, pero sabe que solo encontrara las galletas que sus padres dejan por el mordisqueadas, y algún pantalón o un par de medias. Decide que la mejor opción es prender la televisión, esquivando varios especiales navideños de mala calidad, cuando algo llama su atención en el noticiero.
“Estamos aquí”, habla la presentadora mientras se asegura de que sus pechos se noten pese a la gran cantidad de ropa que lleva puesta, “junto al gran actor Jonny Cage, que por primera vez en toda su carrera, ha realizado una acción benéfica, al construir un hogar especial para gente sin casa, díganos, señor Cage, ¿qué es lo que le llevo a realizar algo como esto?”.
El actor se quita las gafas de sol que tapan sus ojos para mirar hacia la cámara, “un amigo me hizo acordar que no importa que tanto uno haga para salvar al mundo, si se olvida de la gente que vive en él”.
“Muchas gracias, señor Cage, hermosas palabras”, la periodista suspiran, “listo, nos vamos, ya estoy harta de estar aquí con este frio”.
“Todavía no cortamos, Myndi”.
“@#)($?”.
Un sujeto salta corriendo hacia la cámara, “hey, marcianos, si están ahí, perdonen por matarlos durante la guerra, y gracias por todo, son geniales”.
Tommy apaga la televisión, y antes de seguir, eso de recién fue otro Plot Device, a ver, veamos, ¿por qué Tommy prendió la televisión si solo iba a ver una noticia aburrida y luego apagarla?, claramente para que saliera el cameo de Cage y terminar la escena con bajada de línea social, ahora bien, si no hubiera puesto este aviso, obviamente nadie hubiera pensado en esto y se quedarían con la idea de que copado es el tipo que escribe esto (mucho gusto, gracias), pero no, la posta es que mientras escribo esto estoy con sueño y ganas de ir al baño, y no se me ocurren buenas ideas para resolver las tramas, así que pongo lo primero que se me viene a la cabeza, total el que se jode es el que lee, por cierto, seguro se preguntaran donde estuvo Fujin, ahora pondré una escena para explicar eso.
“Hola, soy Fujin, y hoy no estoy porque me secuestraron monjes israelís afroamericanos”.
Sé que les gusto, dejen su dinero y cosas de valor al salir y nadie saldrá herido.
Tommy se pregunta al apagar la televisión porque todavía no vio Dragon Fist II si su padre ya se la grabó, cuando ve a Rayden frente al árbol con regalos.
“¿Te pasa algo, Rayden?”.
“Has ganado esta vez, diabólico sujeto rojo”, grita el Dios, “no sé como lo hiciste, pero el año que viene te venceré, lo juro”.
“No jures, Rayden, está mal”.
“De acuerdo”.
Fin del capítulo 20.
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