La Alianza: Fic Interactivo

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Error Macross
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Re: La Alianza: Fic Interactivo

Mensaje por Error Macross » Vie, 11 Oct 2019, 18:34

Bueno, esto iba a ser parte de mi próximo capitulo pero la verdad me quedo bastante largo y creo que cuadra mejor como una historia alternativa. Había reglas para esto pero la verdad me da medio igual, con todo lo que ha pasado ya se han roto varias reglas del fic antes y no pasó nada.



La Alianza, Capitulo final: “La gran victo......[ERROR]

[ERROR]

[ERROR]



A lo lejos una gigantesca tormenta se observa, la lluvia no para mientras los relámpagos surcan por el cielo y los truenos retumban continuamente. Pero debajo de la tormenta, es otra la lluvia, son otros los relámpagos, son otros los truenos. Es la lluvia roja formada por la sangre de los combatientes, los relámpagos que surgen con el choque de las armas, y los truenos que resuenan en el pecho de cada guerrero mientras siente que un movimiento en falso podría ser el último.

“Estamos cayendo”, grita Anah mientras con su magia frena flechas que aún pese al agua que cae se encuentran prendidas fuego, disparadas por un ejército de onis desagradables y deformes, “tenemos que irnos”.

“No”, grita el líder del grupo, “nunca habíamos llegado tan lejos, debemos vencer a Shinnok, es la única oportunidad”. Aún en medio de la batalla, mientras de un espadazo corta la cabeza de un guerrero Oni, mira la sombra de la gigantesca fortaleza del Dios Caído, la construcción más grande de todo el Netherrealm, de piedra negra obsidiana, alta en el firmamento de esta noche oscura y tormentosa.

“Anah tiene razón” grita Kung Lao El Grande, “ya es suficiente, no podemos ganar, las tropas nuestras están cayendo, debemos retirarnos mientras aún podemos”.

“Dije que no, no nos iremos sin terminar con el Dios Caído, es nuestro deber”, el líder del grupo los ignora y se va corriendo, dando saltos para esquivar los golpes y rebanando cabezas, brazos y piernas con cada movimiento.

Kung Lao el grande destroza un caballo zombi que se arrojaba contra el de un simple puñetazo. El animal partido al medio cae al suelo con su jinete zombi rompiéndose el cráneo como una calabaza al caer al piso, sus sesos se mezclan con el barro y la lluvia. El guerrero shaolin no se impacta por el espectáculo desagradable, y dirige su mirada a su compañera hechicera, “debo ir, tengo que detenerlo”.
Anah lo mira mientras con sus hechizos barre una tropa de onis armados con hachas que se le acercaban. Aunque ambos están lejos, sus miradas lo dicen todo “ve..., pero vuelve”.

“Lo haré”.

Kung Lao El Grande salta a una gran altura y al caer corre entre el campo de batalla. Su compañero está lejos, pero no puede evitar frenarse de vez en cuando para salvar a los otros miembros de la Alianza de las malignas bestias del Netherrealm a las cuales se enfrentan. Sin embargo, para muchos ya es muy tarde.

Mientras avanza, piensa en todo lo que lo llevo a este lugar, desde que le dio la mano al líder de la Alianza, desde que falsificó su muerte en Mortal Kombat. Tantos compañeros, muchos de ellos verdaderos amigos, que no podrán levantarse nunca más.

Logra ingresar a la fortaleza, y frente a una gigantesca puerta roja, observa a su compañero y líder, con parte de la ropa rasgada, y sangre tanto suya como ajena repartida por su cuerpo ¿lo quiere? ¿Lo respeta? ni él sabe bien cómo explicar su relación.

“Él está del otro lado”, le dice su líder sin siquiera darse la vuelta para mirarlo, “al fin, Shinnok, podremos enfrentarlo”.

“Te necesitan afuera, tenemos que irnos”.

Su líder se da vuelta, Kung Lao piensa que pese a la juventud de su rostro, en ese momento se ve totalmente viejo.

“No, este es el momento, debemos acabar con Shinnok, y todo terminara”.

“No puedes solo”.

“Entonces ven conmigo”.

“Moriremos los dos”.

“No con esto que tengo”, Kung Lao observa el objeto que su compañero tiene en su mano, y no lo entiende.

“Lo habíamos destruido...”.

“Los nueve demonios del Netherrealm..., después de lo que nos costó enfrentarnos a cada uno de ellos, ¿destruiría lo que obtuvimos?”.

“Es peligroso, no puedes usar eso”.

“O estás conmigo..., o estas en mi contra”, Kung Lao no sabe que decir, y se queda quieto ante su compañero, “veo que tomaste tu decisión”. Sin que el shaolin pueda detenerlo, el guerrero empuja la puerta e ingresa al salón principal.
“-----, he venido por ti”, grita al ingresar, la primera palabra es la más importante, y sin embargo, debe permanecer oculta para aquellos que escuchan esta historia por primera vez.

Sentado en un trono hecho de huesos de diferentes bestias, con un gigantesco cráneo detrás perteneciente al mismísimo Lucifer, el antiguo amo del Netherrealm, Shinnok lo observa mientras unas hermosas mujeres se acurrucan en sus pies, y enormes antorchas iluminan todo el lugar, rodeado de gárgolas esqueléticas.

“¿Eres el muchacho que dirige el ejercito que ataca mi hogar? ¿Por qué me llamas de esa forma?”.

“No me ignores, -----, sabes quién soy, he venido a terminar con tu tiranía, a terminar con esta oveja negra que mancha todo”.

“Creo que estas confundido, no tengo la menor idea de quién eres..., me aburres”.

Con un grito de dolor horrible, los músculos de las mujeres se contorsionan hasta que sus cuerpos se vuelven los de gigantescos onis monstruosos, arrojándose contra el muchacho, pero una energía demoniaca los consume hasta el hueso.

“¿Qué es eso que tienes ahí?”, Shinnok por primera vez parece sorprendido.

El líder de la Alianza levanta un extraño medallón negro con una cabra esquelética tallada en el de ojos rojos y largos cuernos que sobresalen. Un aura roja gira alrededor de su mano, mientras que las venas de su brazo derecho se encuentran marcadas en la piel, como si estuvieran a punto de salir arrancadas.

“Lo que necesito para acabar contigo, -----”.

“No entiendo porque sigues llamándome de esa forma. Aunque si puedes empuñar el Medallón de los Infiernos, creo que estas muy confundido sobre tu propia identidad”.

“Cállate, -----, esto termina aquí”, levantando el medallón, una energía que cambia entre roja y negra sale propulsada e impacta contra el Dios que comienza a gritar de dolor. El Líder de la Alianza empuña el medallón con firmeza, pero la piel de su brazo derecho comienza a resquebrajarse, las venas se hinchan hasta su rostro y se notan en las partes de su pecho que están a la vista debido al daño en la ropa. Aprieta los dientes intentando detener el dolor.

“Suéltalo”, le grita Kung Lao, que ingresó a la habitación, “te está matando”.

“Hazle caso, muchacho”, dice Shinnok, que a duras penas puede mantenerse en pie, “pese a la sangre que desconoces que circula por tu cuerpo, no puedes dominar ese poder”.

“No, no lo hare, esta es la única forma de acabar contigo”, su mano comienza a carbonizarse y el efecto sigue en parte de su brazo. Las lágrimas caen de su rostro mientras intenta mantenerse, eventualmente volviéndose rojas por la sangre. Un golpe lo tira al suelo anulando el efecto. El Medallón cae al piso, partiéndose en pedazos, un silencio invade todo durante unos segundos, hasta que vuelve a escucharse el ruido de la batalla del exterior, de las antorchas de la sala, y de la lluvia que no para.

“No”, grita el líder de la Alianza, mientras toma los fragmentos del medallón, pero estos lentamente van desintegrándose, “no, no puede ser”.

“Era la única forma, lo siento”, le dice Kung Lao, quien le dio el golpe.

“Maldito seas”, se da vuelta el otro, “lo arruinaste todo”.

“Mira tu mano”.

El líder de la alianza observa su mano derecha, y lo que parecían ser quemaduras han cambiado, ahora son escamas negras cubriendo toda su piel, y largas garras.

“Esto..., esto no significa nada, yo podía dominar ese poder...., yo podía...”.

Kung Lao el grande no sabe que responder, pero entonces una gigantesca energía los ataca. Shinnok se ha levantado y esta atacándolos con fuego demoniaco. Gracias a sus auras, logran frenarlo, pero les cuesta mucho.

“Esto ya ha durado demasiado”, dice el Dios, “terminare con sus vidas para que no puedan ser una molestia nunca más”.

Kung Lao el Grande a duras penas puede mantenerse en pie, “dame tu mano”, le dice a su compañero, “si juntamos nuestra energía, capaz podamos soportarlo hasta lograr escapar”.

El líder de la Alianza lo mira, y mientras el pelo de su cabeza se deshace por las llamas y parte de su piel comienza a quemarse, lo niega, “no, no lo haré”.

“Vamos a morir”, dice Kung Lao, quien ya siente como las llamas comienzan a quemar su piel y hervir su sangre.

El líder de la alianza se enfurece y le grita con fuerza, “no me importa, ambos ya morimos una vez, tu volviste porque yo quise que así fuera, pero en mi caso yo resucite al tercer día por mis propios medios, y volveré de nuevo, y todo aquel que crea en mí también vivirá, porque yo soy...”.

Finalmente los esqueletos de ambos, negros como el carbón, caen al suelo, no pasa mucho tiempo para que el viento disperse sus cenizas.



“No”, dice Anah afuera.

Una especie de Oni flaco azul con cuernos se acerca a ella, logra salvarla de un demonio con una boca similar a una lamprea próxima a subírsele, “¿Anah, que pasa?”.

“Están muertos...”.

“No...”.

El sin nombre observa a su alrededor.

“Arwy, Arwy”, grita Rock, mientras sostiene el cuerpo de su amiga, “di algo”, mira a Tempus, serio como siempre, que mantiene a los enemigos lejos con una esfera temporal, “está respirando muy leventemente, tenemos que hacer algo”.

“Vida está lejos”, le contesta Tempus, “intentare contactarla”.


Aqua frena las flechas que van hacia el con un muro de agua y arroja una serie de dagas que se congelan al instante atravesando a varios onis. Observa a Vida que esta acurrucada al lado de un cuerpo. Alas de agua salen de su espalda y se propulsa hacia ella.

“¿Vida, que está pasando?, tienes que moverte”.

Vida levanta el rostro con lágrimas en los ojos, y le señala a su compañero partido al medio en el suelo, “no pude hacer nada, está muerto”.

“Makusha...”, dice Aqua, pero rápidamente deja de pensar eso, “no importa, tenemos que irnos de aquí ya, déjame ayudarte”, le ofrece su mano, pero entonces una lanza lo atraviesa por un costado desde atrás. El guerrero se da vuelta rápidamente y hace explotar al Oni que lo atravesó haciendo que su sangre salga de adentro de su cuerpo con su control sobre el agua. Al sacarse la lanza, liquido rojo brota a borbotones de la herida.

“Aqua, estas herido”, grita Vida, “déjame ayudarte”.

“Está bien, no te preocupes”, dice con dificultad, “intentemos reagruparnos”.


“Tenemos que hacer eso”, le dice Anah al Sin Nombre.

“No...”.

“Acordamos que eso sería lo que haríamos si alguna vez pasaba algo como esto”.

“Ninguno de ellos lo sabe, es injusto”.

“Morirán si no tomamos esa decisión”.

“Creo que preferirían eso antes que el destino que quieres darles”.

“Es la única forma de que pueda salvarlos..., y también...”, Anah se toca el vientre, “salvarlo a él”.

“¿De quién es?”.

“¿En serio me preguntas eso?”.

El Sin Nombre se queda callado unos segundos, “está bien, hazlo, pero inclúyeme también”.

“¿Estás seguro?”.

“No, pero no hay tiempo para pensarlo. Quiero conservar mi memoria”.

“De acuerdo”, Anah saca antiguos pergaminos, y prepara posiblemente el hechizo más peligroso jamás realizado. Y cuando termina, todo el lugar comienza a brillar.


FIN

[ERROR]

[ERROR]


Continuara...

La amenaza de Shao Kan a sucumbido. La mayoría de los guerreros de la tierra han perecido en el desarrollo de este interminable hecho. Solo quedamos unos pocos para remediar todo el mal que El Emperador a traído a la tierra. Sin embargo el mal no se ha acabado. Supe que en el mismo infierno magias oscuras y poderes malignos se están movilizando. Yo no puedo abandonar mi lugar aquí, y tampoco lo pueden hacer los guerreros que quedan, pues deben ayudarme a mis fines en el EarthRealm. Entonces, he pedido permiso a los dioses ancianos para formar un grupo que investigara estos hechos en el NetherRealm. Ellos, para mantener la imparcialidad, me han obligado a escoger cada uno de los integrantes con una condicion: Debían ser de origenes distintos, o "RAZAS", como ellos lo llaman. Todos estos integrantes deberán formar una alianza y navegar por los mares del infierno y asi poder desmentir mis premoniciones. Una nube oscura se avecina, y debemos estar preparados.
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The ST. Jimmy
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Re: La Alianza: Fic Interactivo

Mensaje por The ST. Jimmy » Lun, 28 Oct 2019, 19:53

Eu, ¿quien te dijo que podias usar a Rock de esa forma? No me gusta, cambialo.


Bueno pero ahora finalmente pude hacerme tiempo para leer. Buen uso de esa mecanica de historia alternativa, asi ademas te ahorras meter cosas extra en tu capitulo en el presente. Bien pensado, Woody xd
La escena de los brazaletes peleando hubiese sido muy emotiva si mas gente desarrollaba al suyo. Al menos la parte de Aqua y la de Rock y Arwy me intrigo como para leer mas :'v

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Re: La Alianza: Fic Interactivo

Mensaje por repzero1 » Mar, 24 Dic 2019, 04:21

Conste que de haber sabido antes, hubiera posteado hace tiempo, pero que mientras aca esta mi parte, algo corta ya que ora no tuve hilos ni mucho que conectar pendiente :v

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Ambos guerreros habían visto como sus compañeros trataban de cruzar el cielo de la imaginación con relativo éxito, por un momento habían perdido de vista a Cedric e Insigno y el portal por donde se vislumbraban desapareció, solo para que se repitiera con los otros y dejaran de ser vistos, pero también pudieron ver que Cedric e Insigno se reencontraban con “Blestang”, León y Tundra, aunque no fue el único portal en cerrarse y no entendían del todo porque Insigno se veía tan diferente.

El segundo portal que permanecía era aquel que veía hacia la gran montaña nevada donde ahora tenía a las figuras de Maury, Kazuma y Sonata, pero por ningún lugar podían ver el cuerpo real de Blestang, a Wolf, o a Freeze. Shamsa y Titán decidieron recorrer las “calles” formadas entre aquellas estructuras, ignorando lo más posible ver en su interior. Titán no dejaba de pensar en cómo vio su propio cadáver dos veces y con diferentes heridas, aunque uno fuera de un color de piel diferente, algo en su mente le decía que sin duda alguna se trataba también de él. Su compañera quería evitar verle el rostro para no contagiarse de la misma angustia que torturaba al primer líder de su Alianza, y mucho menos quería ver que podría encontrar en alguna de esas casas sobre ella o cuan peor sería comparado al bosque desde donde Jofiel la “arrancó”.

Sin ningún edificio o construcción que sobresaliera de aquél mar de piedra, arena y huesos ellos debían caminar manteniendo contacto con sus espaldas mientras ambos miraban en direcciones opuestas, no tenían claro si el lugar de Jofiel sería exactamente igual a todos los que han visto, o si acaso por tratarse de un ángel de gran poder y ego podrían encontrar algún indicio claro de donde encontrarlo. Ante esta idea, una gran pirámide invertida de color negro se materializo por encima de la ciudad, al igual que con aquellas estructuras, o el oasis, de un momento a otro la sombra de aquel edificio los cubría de la luz, aunque a Shamsa le pareció ver por un momento que la pirámide crecía más de tamaño a la vez que se alejaba de ellos.

Sin titubear, Titán y Shamsa corrieron de inmediato hacia la estructura, como si algo les dijera que ahí estará lo que buscan sin embargo, conforme se iban acercando no podían evitar una sensación de ser observados. Shamsa sabía bien el origen de aquel sentimiento, pero no quería voltear a comprobarlo, no quería dirigir su mirada a las estructuras que dejaban atrás y que eran una copia exacta, con un cadáver sentado sobre una silla y los restos calcinados de otro intentando alcanzar la salida. Por un breve instante, la pregunta que habría mantenido a raya por este tiempo se hizo presente en su mente consciente, si aquello eran las ideas de Titán tratando de retomar su lugar, ¿cuantas ideas de ella misma habrán deseado lo mismo?

No tuvo tiempo de reprimirse por hacerse tal pregunta, de repente la arena bajo los pies de ambos comenzó a caer hacia un vacío sin fondo, rodeados por una nada que les hizo recordar el Limbo alterado. Podrían jurar que vieron a Jun saludarlos, aunque les parecía más pequeña de lo normal, con un gorro puntiagudo rojo y una bolsa grande y llena a su espalda. Los granos de arena seguían cayendo a su alrededor, haciendo ver la nada estuviera repleta de estrellas. Shamsa solo podía ver hacia la profundidad de aquél lugar y preguntarse que podría haber hecho diferente…

Jamás debieron haber escuchado a Raiden

¿Y si nunca hubiera usado la daga? ¿Si nunca hubiera aceptado el collar de perlas? ¿Qué tal si hubiera perdido contra su reflejo oscuro? ¿Qué tal si Blestang hubiese visto más sobre sus pasos de baile?

Jamás debieron haber tomado los brazaletes

Titán había intentado alcanzar el borde para agarrarse, pero solo alcanzó un puñado de arena que soltó inconscientemente para saludar a Jun, y al igual que Shamsa reflexionaba sobre cada decisión que lo habría llevado a ese punto. ¿Su sacrificio inicial habría sido en vano? ¿Realmente era necesario que regresara cuando León ya estaba a cargo? ¿Que significaba la palabra "Padoru" que vio salir de los labios de Jun? Hasta ahora, habrían tenido que pelear contra los ángeles, o contra guardianes corruptos que querían ese poder para ellos, ¿Pudieron haber cruzado algún cielo sin tener que luchar contra algo o alguien? ¿Pudo haber ayudado a Wolf?

NO
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…………………………………………..
ELLOS HABRÍANMUERTO

Las voces de Wolf y Blestang resonaron en ambos, ellos sabían bien que habrían tomado ciertas acciones por su propio egoísmo y temor, pero sabían que también había sentimientos de protección y preocupación hacia sus compañeros de la alianza, hacia sus seres queridos tanto los que permanecían con vida como aquellos que habrían perdido por sus propios errores, y hacia todos los camaradas que no solo durante este, sino en sus viajes anteriores habían conocido. Eso les había impulsado a protegerlos, así como sus propios compañeros habrían arriesgado sus vidas por los demás y por lo que seguirían así hasta terminar la misión.

Ambos recordaron como Leon habia regresado a donde Blestang habia estado, vencer una copia de él, y despues desaparecieron de los portales y se reencontraron con Cedric, algo había hecho el hechicero, y ambos sabían que de algun modo tenía que ver con las ideas. Shamsa acercó sus brazos para dirigirse hacia Titán, quien usó su fuerza para lanzar a Shamsa lo más lejos posible. Ambos habrían coordinado sus acciones sin hablarse, ambos habrían planeado una estrategia para acercarlos a la salida de aquél lugar, y ahora Shamsa usaba su poder para hacer que toda la arena caída se reformara en algo que pudiera agarrar, y con lo que podía subir a Titán.

El solo tuvo que levantar su brazo sin ver de qué dirección provendría, y sujeto la arena de Shamsa mientras ambos eran llevados de vuelta a la superficie, la que para sorpresa de ambos pareció estar mucho más cerca que lo que habrían recorrido durante su caída. no eran hechiceros y no podrían hacer lo que León, pero al menos habían comprobado de primera mano como funcionaba el cielo, si bien no lo comprendían a profundidad para conveniencia de los imaginadores.

Ambos se vieron mutuamente, y vieron que a la derecha de ellos la estructura tenía el cuerpo de Wolf, a lo que ambos no pudieron evitar soltar una risa llena de ironía y satisfacción... sin embargo, a la izquierda, el contenido de la estructura ahora esférica les hizo guardar silencio, ahora lo que veían no eran cuerpos reflejando las diferentes muertes, o en estado de putrefacción en vida como si un imaginador lo hubiera puesto en pausa, no, lo que veían era el cuerpo de Blestang, sano y salvo, aunque sin responder. Titán se acercó a sacudirlo pero Shamsa lo detuvo antes que tocara al monje para señalarle como, a pesar de estar intacto, no parecía tener respiración alguna. Aun así, se podía mantener de pie sin ayuda, y Shamsa podía ver que tenía la expresión y los músculos tensos como quien se prepara para entrar al campo de batalla con una sonrisa.

Titán sugirió lanzar el cuerpo por el portal donde habrían visto a Cedric reunirse con León, pues parecían discutir algo con el espíritu del brazalete de Blestang, aunque no podían verla con la misma claridad que a los demás, pero Shamsa le recordó la gravedad opresora que sintieron cuando lo intentaron, y probablemente Blestang no querrá ser aún más enano. Por el momento, dejarían a Blestang y Wolf como estaban, hasta que puedan encontrar algo que les ayude, pero para ello tendrían que volver a encontrar aquella pirámide invertida.

– Aunque nos tapó el sol – Titán decía mientras recordaba como la habrían encontrado – Me pareció ver que estaba hecha de obsidiana… y que se acercaba pero disminuía su tamaño…

Shamsa se sorprendió al oír esas palabras, porque no solo le pareció que la pirámide se alejó y creció sino que el material que la formaba era más parecida al carbón. Antes que pudiera decírselo a Titán, de nuevo en un parpadeo y sin que ninguno de los dos lo hubiera visto la pirámide se alzaba por encima de ellos, solo que ahora podían ver que el material negro parecía formar diminutas escamas reflejantes, estaba lo suficientemente cerca de ellos y al tacto se sentía suave, pero dejó un rastro de polvo negro en sus dedos.

- Quizás…. – Titán no pudo terminar su oración, un montón de arena lo golpeó y alejó de Shamsa, mientras ella volteaba para ver una sombra que saltaba por encima de ella, y otra figura que parecía una cruza de humano y un anole. Ella en un movimiento saltó hacia su oponente sacando la daga para cortarle el cuello, pero una espada con hojas de obsidiana detuvo su ataque, y con la otra mano una esfera de hielo la lanzaba lejos.

Después que la nube de arena se asentó, Titán observó al humanoide reptilesco que amenazaba a Shamsa, pero no pudo acudir en su ayuda gracias a un oponente que se movía rápido alrededor de él. Se acercó de nuevo pero cuando su oponente ataco con una garra de arena Titán predijo lo que ocurriría y lanzo un golpe a su quijada, lo que le permitió ver que su oponente aparentaba ser una mujer humana, pero de piel más parecida a la ceniza, con ropas color naranja y pantalones beige rasgadas, su rostro solo tenia dos huecos por ojos y sus labios permanecían cerrados, pero de algún modo le parecía familiar. Una de sus manos era una garra cuya palma media al menos 1 metro de largo, cada dedo extendiéndose entre 50 y 70cm y terminando en puntas afiladas. Su otra mano también estaba cubierta de arena, pero en vez de una garra formaba una gran espada que blandía con lentitud.

Los necesito con vida, yo mismo los quiero reemplazar

Titán retrocedió para evitar el corte, pero los movimientos de la garra eran más rápidos y cubrían mayor distancia, empujándolo contra el exterior de una de las casas. La arena comenzó a cubrirlo con intención de asfixiarlo, pero Titán tuvo tiempo de ver la conducta de la criatura. Le pareció que sentía curiosidad por él pero que no había una malicia sádica, que estaba solo eligiendo el método más seguro de incapacitarlo, pero tenía ansias de usar esa hoja de arena para decapitarlo, más de una vez levantó su brazo pero no se atrevía a lanzar el corte.

Shamsa buscaba el mejor ángulo para atacar al iguanoide pero era inútil, si saltaba por encima de él un ráfaga gélida estaba preparada para recibirla seguido de un golpe con el lado plano de su arma, por debajo era golpeada por la cola de su oponente o por un corte vertical, el cual ella apenas tenía tiempo de evadir. Ella no quería perder mucho tiempo y estaba atacando más frenéticamente mientras veía a Titán ser cubierto por la arena. Quiso ir con su compañero para ayudar, el enemigo fue más rápido para cortarle el paso pero ahora ella había visto lo que Titán hizo, como él había estado observando a su enemigo y como contraataco, ahora ella predijo lo que ocurriría, que el enemigo solo querría entretenerla, no atacarla por la espalda, y ese sería el momento idóneo de usar su propio ataque de arena contra ambas criaturas.

¿QUÉ HACEN?

El militar tomo unos segundos para recuperarse y Shamsa fue con él para checar que estuviera bien, cuando ambas criaturas se alzaron por encima de ellos, sobre las estructuras. La criatura reptilezca preparó un tempano de hielo, mientras que la mujer ceniza saltó con su brazo espada hacia el frente. Ambos guerreros estaban preparados, Titán tomo una de las dagas de Shamsa para desviar el golpe de la mujer mientras que ella formó un muro solido de arena y luego uso la misma para atacar. Cuando ambos oponentes retrocedieron, Titán cerró la distancia y comenzó a atacar rápidamente sin darle tiempo a esa mujer a usar su velocidad, o tomar distancia con sus brazos para atacar. Por su parte, Shamsa ahora tenía dos columnas de arena con las cuales podía defender, pero tenía que enfocar toda su concentración en seguir los movimientos y predecir los siguientes, no podía evadir sabiendo que su oponente estaría listo para atacarla.

DETÉNGANLOS AHORA

En algún momento, ambos guerreros de la Alianza pensaron en la extraña coincidencia, tenían esa pirámide en frente, cuando un obstáculo apareció. Jun, que los extrañaba, pudo saludarlos un instante, antes que ellos volvieran a ese desierto extraño donde ahora estas criaturas los atacaban. Aquello que Shinnok les había pedido buscar, el “núcleo” de este ángel, la idea central estaría dentro de aquella pirámide, si tan solo… encontraban una forma de entrar…

NO LO CONSEG- muy tarde Jofiel, es mi turno, no el tuyo.

Ese pensamiento fue la clave de su victoria, cuando sus oponentes ahora debilitados se acercaron para cubrirse mutuamente las espaldas, ambos desearon una forma de entrar ahí y terminar con esta pelea, a lo cual la pirámide resonó, una vibración del espacio ocurrió a su alrededor, y en un instante la punta de la pirámide caía sobre ambas criaturas, aplastándolas, y ofreciéndole a ambos un acceso seguro.

Ambos guerreros vieron con alivio como sus oponentes ahora caían por un pozo infinito, Shamsa podía asegurar que vio a ambos entristecidos por su derrota, pero se sobrepuso su alegría de otra victoria en otro obstáculo de Jofiel. Hizo unas escaleras con la arena y se alistaban para subir. Las casas a su alrededor parecieron también sacudirse y ahora algunas tenían grietas donde antes el material era completamente liso, a excepción de aquellas donde sabían personas de la Alianza "estaban".

Antes de ingresar, ambos se concentraron en lo que sería la siguiente meta que sólo ellos podrían cumplir, y decidieron resumirlo en solo dos palabras importantes para encontrar a Jofiel: buscar y destruir.

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Lista mi parte, ojala esto siga avanzando y llegue pronto la reunion o/
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Re: La Alianza: Fic Interactivo

Mensaje por Error Macross » Mar, 21 Jul 2020, 02:17

El cielo de la imaginación es un lugar misterioso donde las posibilidades y las ideas se mezclan continuamente, sin embargo, en medio de todo esto...

“Cállate”.
OK.



“¿A sí que lo que necesitas es una idea que pueda relacionarte con Freeze para llegar a ella?”, pregunta Insigno.

“Si, creo que masomenos es como funciona eso”, contesta León.

“Ya veo, deberíamos pensar alguna forma. Capaz a través de las emociones. Desde que accedí a mi forma real puedo sentirlas. Aunque no es fácil, antes ni siquiera podía controlarlo, estaba cambiando de lugar con Jonh continuamente”.

“¿Jonh?”, pregunta León.

“Ah, las viejas épocas, Jonh, Titán, Insigno, Wolf, Shamsa y yo, que lindo era eso”, comenta el brazalete Blestang, “tu no lo conociste, León, pero era un gran tipo”.

“Si lo conocí, me sorprendió lo que dijo Insigno”.

“Bueno, tu nos caías mal en ese momento, así que no te teníamos tan en cuenta. ¿Jonh está en ti, Insigno?”.

“Si, su alma esta mezclada con la mía, a él no le gustaba que supieran eso, pero creo que no tiene sentido seguir ocultándolo”.

“Creo que me gustaría..., hablar con él”.

Insigno se concentra, pero ya sabe cuál será la respuesta antes de que Jonh se la diga, “por ahora no”, pese a la situación, Insigno pudo sentir el pesar en Blestang.

“Supongo que Jonh es el que estaba esa vez que entre a tu cuerpo también”, dice Tundra, “pero lo importante ahora es como piensas rastrear a Freeze”.

“Capaz pueda hacerlo si me concentro en como siente ella. La verdad no he tenido mucho contacto, y de lo poco que recuerdo creo que me tenía miedo debido a mi forma anterior”.

“Ah, tiempo de recuerdos”, Blestang se anima ante la situación, “a ver, a ver, pensemos en Freeze, ¿Por qué los imaginadores no la estarán usando tanto?”.

“Que idiotez”, dice Cedric.

“Hey, hey, badboy, no te pongas así. Tenemos que colaborar todos con esto”.

“¿Pero acaso te estás escuchando?, Varias veces usaste ese término de imaginador ¿Qué se supone que es?”.

“Es algo complicado de entender, los imaginadores son algo así como...”, León intenta hablar pero se da cuenta que no se le ocurre que decir.

“Tranquilízate, Cedric”, interviene Tundra, “yo tuve contacto con uno de estos imaginadores, y es algo serio. No creo que tengan interés en trabarnos el camino, pero de alguna forma ellos influyen las cosas aquí”.

“Eso es puras patrañas”.

“Se está repitiendo mucho ese término últimamente, parece que está de moda”, habla el brazastang, que es el brazalete Blestang pero reducido para más top.

“Me parece que algo no les está quedando claro a ninguno de ustedes. León, se supone que Kazuma te ayudó a entender más este lugar”.

“Si, es verdad eso”.

“Entonces puedes afirmar que nosotros somos algo externo a este lugar”.

“Si..., es una forma de decirlo, cortar la influencia del Cielo en mi me ha dado más libertad de movimiento”.

“Bueno, no sé qué idiotez les han vendido a ustedes, pero todos sabemos que este es el cielo de la Imaginación, un cielo para ideas y conceptos. Pero nosotros no somos eso, somos algo externo, al punto de que tuvieron que sacarle al alma al enano para transformarlo en esto que tenemos aquí”.

“¿Y a que vienes con todo esto?”.

“A que nosotros estamos imaginando lo que pasa”.

La mayoría mira extrañado a Cedric ante lo que él dice.

“Eso no tiene sentido, nosotros no imaginaríamos las cosas que nos están pasando”, habla Tundra claramente indignado.

“Si, además Jofiel me dijo que no podemos simplemente ir e imaginar cosas, sino yo ya hubiera dejado de ser un brazalete hace mucho”.

“Y también te harías más alto”.

“Hey”.

“No digo que estemos imaginando todo. Este lugar está construido de ideas. Ideas grandes e insondables. Pero siendo algo externo, nuestros pensamientos también influencian. No de manera directa. Vuelvo a decirlo, esto es mucho más grande que nosotros. Y no me gusta pensarlo así..., pero solo los dioses pueden pensar a un nivel como este”.

“¿Y a qué quieres llegar con esto?”, pregunta León.

“A que nos estamos metiendo en el patio de juegos de los chicos grandes. Este lugar lo imaginan los Elder Gods, o algo similar a ellos. Pero nuestras mentes también influyen, y de alguna forma nos estamos dando roles y funciones en la trama que están armando a nuestro alrededor”.

“Y entonces dices que todo eso que nos influencia no son imaginadores, sino que somos nosotros mismos”, habla León, claramente empezando a ver esto como una posibilidad.

“Si, ¿o acaso tu hablaste con tu supuesto imaginador?”.

“No..., al menos no desde que Kazuma se comunicó conmigo”.

“Y eso cierra mi argumento. Tu mente ya está reaccionando distinto a este lugar, tu imaginación no participa y entonces no necesitas darte un imaginador que justifique cosas. No sé ustedes, pero yo me siento real, y creo que todos somos reales y no personajes creados por un grupo de perdedores sin nada más que hacer”.

“Eso suena muy hiriente por alguna razón”, dice Brazastang.

“El punto es que de alguna forma hemos dado importancia diferente a cada uno de nosotros, no sé cuál es el criterio. Evidentemente a ninguno le importaba Kazuma, lo siento, pero alguien tenía que decirlo. Pero no creo que sea tan simple. Nuestra influencia es inconsciente. Y evidentemente con Freeze ha pasado algo particular”.

“¿Qué crees que ha pasado?”.

“Que la hemos sacado de la trama. No sé porque, la consideramos intocable, ni idea. El punto es que de alguna forma como que la sacamos del perímetro”.

“Oh, lo dijiste”.

“Ignorare eso. Un sujeto que Insigno y yo nos cruzamos dijo que conmigo pasaba algo raro, que mi imaginador estaba pero al mismo tiempo no, capaz es porque me fui tanto tiempo y el resto no tiene una idea tan clara de mí. No sé. El punto es que creo que aunque sea para protegerla, hemos excluido a Freeze por algo similar, una idea de que su imaginador está pero al mismo tiempo no está. León, intenta sentir a los demás”.

“No es tan fácil como piensas que es, Cedric, pero tienes algo de razón. Creo que Shamsa, Wolf, Titán y Maury están en algún lado, incluso Kazuma aunque se suponía que él no estaba en este cielo como nosotros. Pero no hay nada que me haga pensar en que Freeze se encuentra también”.

“Bien, ahora, ¿a quién le hemos creado un imaginador y a quien no?”.

“¿De qué hablas?”.

“Intentemos completar eso”.

Todos hablaron entre si de lo que habían vivido en el último tiempo.

“Bien, no estoy completamente seguro, pero creo que tengo una idea de cómo es esto. Mi caso es particular por alguna razón, pero no creo que deba contarme como teniendo un supuesto imaginador. No se cómo es con los que no están aquí, ya que no tuvimos contacto desde que esto empezó. Pero no creo que Kazuma tenga uno, y si Maury es el culpable del regreso de Gulya de manera indirecta, me parece que tampoco. De nosotros los que claramente sí lo tienen son Tundra, Insigno y el enano”.

“¿Y qué significa eso?”.

“Que eres de menor altura que el resto”.

“NO, ESA PARTE NO”.

“Que deberían ser los que se vayan de aquí. Hay que encontrar la forma de que vayan al séptimo cielo”.

“¿Qué diablos?” interviene Brazastang.

“He escuchado leyendas de ese lugar, el Cielo de los Dioses, pero no de cualquier dios, de los Elder Gods, nada más puede estar ahí, ni siquiera su ángel guardián Gabriel. Lo más probable es que de alguna forma se encuentre entre el sexto cielo y el séptimo. Lo único que debe existir en el séptimo Cielo es Shinnok”.

“Entonces no hay forma de llegar” dijo León.

“Capaz el enano pueda llevarlos, tiene una conexión con Shinnok. Además, por algo el si es protagonista”.

“¿Protagonista?”.

“Me parece un término horrible, pero partamos de que somos personajes imaginarios, aunque sabemos que no lo somos. Por alguna razón los que han recibido imaginador son los que hemos designado como protagonistas, y al resto no”.

“¿Tundra en vez de ti? ¿En qué cabeza cabe eso?”.

“Hey”.

“Lo siento, Tundra, sin rencores, pero has estado mucho menos tiempo aquí que el resto”.

“Mira, enano, no tengo ni idea de que pasa por nuestras cabezas, pero las cosas son así. Hemos nombrado a esas personas los protagonistas. Aquellos que deben terminar nuestra historia, y ese final está en el Séptimo Cielo. Y esto del cielo de la imaginación...., es una trama de relleno de muy bajo nivel. Y ya va siendo hora de que la cerremos. Si León, yo y los otros no somos los importantes aquí, tampoco lo son Freeze, ni Maury, ni la perra de Gulya. Entonces nosotros deberíamos cerrar esa parte, mientras ustedes buscan una forma de salir al Séptimo Cielo. Alguien no quiere que vayamos allí y nos está haciendo perder el tiempo, si son los Elder Gods, o Jofiel o algún otro, no tengo idea. Pero no creo que sea solo para evitar que devolvamos a Shinnok a su lugar, hay algo más. Algo seguramente relacionado con la destrucción de los reinos. Y lo queramos o no, en la clave están ustedes tres. Entre todos así lo hemos decidido sin darnos cuenta. Y no considero que haya sido al azar. Nuestras mentes influyen aquí, pero lo que define este lugar también lo hace en nosotros”, Cedric frunce el ceño, intentando cerrar su concepto, “por algo les dimos imaginadores, porque ustedes son los realmente peligrosos para quien quiera que nos esté jodiendo”.

“Hey, León, vamos, tú no te rebajarías de esa forma“, dice Tundra.

León se mantiene callado, pero eventualmente rompe el silencio, “no me queda claro nada, y es posible que Kazuma me haya logrado excluir y por eso no soy uno de estos protagonistas como dice Cedric, pero pese a eso..., yo debería haber sido un líder para este grupo en su momento, pero nunca pude serlo. Capaz yo mismo siento que no debería seguir adelante, que mi deber es resolver lo que pasa aquí para permitir que el resto siga. Pero como Cedric dijo, nuestras mentes no manejan esto, y no es tan simple como querer buscar explicaciones. Lo importante es que debemos ir a buscar al resto, necesitamos que el grupo este completo, y ahí capaz podamos entender mejor lo que sucede“.

Todos asintieron, capaz la gigantesca montaña de hielo que podían ver tenía alguna relación con Freeze y era un buen lugar para empezar, si es que ellos la habían creado sin darse cuenta...

Pero todo fue muy rápido...

El meteorito pareció crecer de tamaño a una velocidad vertiginosa, pero era solamente porque estaba cada vez más cerca, y acelerando...

Todos se pusieron en posición defensiva para intentar hacer algo antes de ser aplastados, León comenzó un hechizo de protección, Tundra pensó en teletransportarse. Pero ni los pensamientos iban tan rápido, nadie iba a llegar a terminar de formular una idea.

Insigno levantó las manos, deseando que su telequinesis estuviera con ella una vez más. Pero aunque su mente no tuvo el tiempo de pensarlo, aun así no hubiera servido de nada. Nunca tuvo el poder para mover algo tan enorme. Fue entonces cuando sintió una extraña energía, y una figura salió de su cuerpo.

Al instante todo a su alrededor se desvanece, quedando nomas una persona a su lado.

“Hola, Insigno, perdona que no aparecí anteriormente frente a ti, es que todos los demás lo hacían, y me parecía muy trillado. Te puse con un amigo, pero no salió muy bien eso, no entendió muy bien lo que tenía que hacer. Pero aquí estoy, listo para darte respuestas, soy tu imaginador y...”.

“Tú no eres real”,

La figura lentamente comienza a derretirse, sus órganos se desarman y caen al suelo mientras larga un gigantesco grito de dolor, que continúa incluso cuando su boca no es más que una mancha de sangre y piel en el suelo con dientes flotando en ella.








Hace mucho tiempo. Una pequeña niña juega en el patio de su hogar, normalmente siente muchas cosas, pero hoy el día estaba muy calmado. Entonces llegó el hechicero.

“Hola, pequeña niña ¿a qué juegas?”.

La misma lo observa asustada.

“No tengas miedo, niña, yo no lo tengo”.

Y el problema era ese, la niña siempre sentía las emociones de los demás, pero no podía sentir las del sujeto.

El hechicero se agachó y acarició a la niña en la cabeza, “sabes, tus padres la hicieron muy bien. Escaparon de los centros de detención, y pudieron alejarse lo suficiente para arrancar una vida nueva. Pero la magia es muy fuerte en algunos Edenianos, como tú, y una energía así no permanece indetectable a los ojos del Emperador”, no sentía la felicidad del hechicero aunque este sonreía, “una energía así no debería ser libre. No es conveniente para el reino”.

La niña tenía miedo, no sentía a sus padres, no sentía a nadie en todo el pueblo, empezó a llorar.

El hechicero se sobresaltó, una pequeña lagrima caía desde su ojo izquierdo, levantó la mano para quitarla, sus manos manchadas con sangre seca, “interesante..., a este nivel llegas, eres mucho más poderosa de lo que pensé. Me serás útil, niña”. De un fuerte golpe, el hechicero le atravesó el pecho.

Aunque la niña había muerto, un tiempo después volvió a sentir. No tenía cuerpo, era solo un alma, flotando en un montón como ella. Algunas eran malvadas, otras eran heroicas, y los enfrentamientos eran constantes. Eso la desesperaba, al igual que muchas otras almas, no tenía la fortaleza para poder tomar una forma concreta. Fue en medio de estas batallas que sintió un alma distinta, fuerte, un guerrero que detuvo para siempre los enfrentamientos con su poder.

“Todo se encuentra bien”, se comunicó con ella esta alma.

“Gracias, ¿quién eres?”.

“Solo un simple monje. Como todos aquí, caí en una batalla, pero Shang Tsung tomó mi alma, de la misma forma que la tuya, y nos juntó en un mismo lugar, tu cuerpo”.

“¿Por qué me hizo esto?”.

“Eres más poderosa de lo que crees, tu control de las emociones permitirá que tu cuerpo eventualmente se estabilice con todas estas almas en él. Tsung quiere tener control sobre el resultado, pero no lo tendrá, cuando nazcas nuevamente, tú lo tendrás. Y eventualmente estaré allí para ayudarte cuando sea necesario”.

La niña sonrió, y permaneció en espera, intentando tener control de todas las almas que el hechicero había juntado, volviéndose fuerte, pero como consecuencia del contacto con tantas mentes, perdió sus recuerdos.

El siguiente extracto fue publicado en este mismo fic varias páginas antes:

“Y ahí entras tu”, le dijo Olmark a Jonh.
“No entiendo”.
“Tu alma, debe ir a esa fusión, convertirse en la dirigente de las otras almas, tienes el poder para eso, y así evitar que Shang Tsung pueda dominar el resultado. Él ni siquiera se enterara de lo que saldrá de allí, mientras mantengas controlado el fragmento que dejó, ni le dará importancia siquiera”.
“Lo hare entonces”.
“Es poco probable que vuelvas”.
“Te equivocas, estaré allí desde el principio”.
Jonh ingresó a la conjunción de almas, mientras Olmark volvía a su tiempo.
Lentamente, la conjunción fue evolucionando con el agregado de Jonh, hacia una forma distinta.
Y así, formado por miles de almas de seres de miles de especies, sin recuerdos de la vida de cada una de ellas, Insigno nació.
Y esa es la historia.

FIN del extracto.


Y así como fue contado, en los restos de la antigua batalla contra el Emperador del Outworld, y sin sus recuerdos de su vida pasada, la pequeña niña renació como Insigno.



Y ahora, es momento de que aquel monje que la acompañó desde un principio también renazca.



Los escombros del meteorito caían por todos lados, pero ninguno de los miembros de la Alianza estaba herido. Habían visto esa figura, moviéndose más rápido que ninguna otra, dirigiéndose hasta el meteorito, y luego este había estallado en miles de pedazos.

Insigno estaba caída, y una mano la ayudó a levantarse.

“¿Jonh?”.

“Yo... ¿estoy afuera? “ dijo Jonh extrañado, “no lo entiendo”.

“Lo has hecho bien”, una figura se le acercó, limpiándose los fragmentos de los escombros del meteorito que había destrozado con su propia fuerza, “pero ahora debes superar tus demonios internos, y hay una batalla en la que serás más útil de esta forma”.

Jonh se quedó extrañado, “tú eres el guerrero que pensamos que era la forma real de Insigno”.

“Si. A diferencia de ti, yo si morí, y no tengo un cuerpo real. Este creo que existe por las reglas de este Cielo y mi propia voluntad. Es más que suficiente para que mi alma tenga un lugar y pueda pelear junto a ustedes”.

“Pero no volverás conmigo”, dice Insigno.

“No, ya no me necesitas. Eres fuerte. Además no creo que este en mi control eso, esta será mi última batalla”.

Insigno se concentra y su cuerpo lentamente vuelve a la forma con la que sus compañeros originalmente la habían conocido.

“¿Cómo hiciste eso?”, pregunta Jonh.

“Mi telequinesis depende del poder combinado de las almas que me forman. Sin él dentro mío tengo pleno control sobre esto, y creo que será más útil que mi poder empático en lo que viene”.

El monje asintió. Lentamente los demás se iban acercando. Uno de ellos pudo reconocerlo pese a su situación.

“¿Liu Kang?”, habla Brastang, “pero estabas muerto...”.

“Es verdad, pero Shang Tsung tomó mi alma luego de la batalla contra el Outworld para evitar que Quan Chi se hiciera con ella. Y sin darse cuenta, eso causó que pueda ayudarlos en la batalla que está por venir. Vamos, debemos salvar el mundo”.




En un lugar muy lejano, imposible de medir, algo extravagante sucede.

Shinnok se observa sus manos, “tenemos cuerpos”.

“¿Qué significa esto?”, dice su acompañante, Kung Lao El Grande.

Shinnok comienza a reír, “¿No te alegras de que estas comenzando a existir una vez más?”.

“¿Tu sabes lo que estás pasando?”.

“No, claro que no, todo esto es nuevo tanto para mí como para ti. Pero el Cielo entiende su situación mucho más que nosotros. Creo que siente que seres corpóreos van a llegar a él dentro de poco, y por eso nos ha dado formas”, lentamente Shinnok siente a su alrededor, “Oh, hermanos, veo que han estado jugando en mi ausencia..., pero han permanecido demasiado tiempo lejos de los Reinos para entenderlos como yo lo hago. Ninguno puede morir de verdad, solo cambian”.

Kung Lao solo pudo esperar.





Vengo pronto... aférrate a lo que tienes, para que nadie te quite tu corona.
Y en todos los vencedores, yo escribiré mi nuevo nombre.








Aclaración: Si, es Liu Kang. No, no tiene ningún conocimiento real sobre la situación actual que pueda ser útil. Si parece que si es porque es Liu Kang y es re groso.
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Re: La Alianza: Fic Interactivo

Mensaje por The ST. Jimmy » Mar, 21 Jul 2020, 08:15

Vamaaaa que podemos revivir el fic una vez mas :'v

Aunque Error lo re perfilo ya para el endgame, o al menos para no tener tantos personajes dando vueltas y centrarnos en lo importante. ¿Terminara el fic en el 2021, año en que se cumplen 10 años del fic?

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Re: La Alianza: Fic Interactivo

Mensaje por Scorpion-Max » Vie, 30 Abr 2021, 03:41

El grupo de guerreros ahora acompañados por el protagonista del juego monje Liu Kang avanzaba. A pesar de que anteriormente no podían ir a pie por el lugar, ahora se sentía como todo lo contrario; la montaña de hielo parecía acercarse vertiginosamente hacía ellos.

-Es como si quien sea que esté al control ahora tuviera ganas de terminar todo esto de una buena vez -decía León, mientras corría junto con el resto.

-Y a buenas horas que lo decidió -respondió Blestang- tu teletransportación me genera nauseas.

De un momento al otro, allí se encontraban, a los pies de esa enorme y fría montaña de hielo. Una entrada gigante los esperaba, y dentro suyo el camino que los conducía al tope de la misma. Sin perder el tiempo entraron y comenzaron a subir en dirección a lo que ellos esperaban fuera el lugar en donde su compañera se encontraba. A medida que avanzaban podían ver estatuas de sus compañeros y algunas de ellos mismos. Pero… se veían algo distintas.

Un Titan con tez morena, una Shamsa con rasgos arábigos y que parecía mover sus caderas, un Tundra con ropas hechas de simples telas marrones y un sombrero de mariachi, un León con una campera típica de fraternidad universitaria y una mueca en su rostro. El tope de la montaña comenzaba a estar cada vez más cerca.

----------------------------------------------------------

Titan y Shamsa habían entrado a la pirámide invertida. Dentro de su interior podían ver un enorme teatro, con una gran telón cubriendo el centro, que parecía ser el escenario. Era extraño. A pesar de poder ver la totalidad de la pirámide desde afuera, su interior parecía ser mucho mayor de lo que aparentaba. De hecho, viéndolo bien, parecía no tener límite alguno.

Lentamente comenzaron a bajar por las escaleras que dirigían al centro, pero repentinamente el telón subió. Ambos se pusieron en pose de pelea, pero no hizo falta alguna. Unos reflectores apuntaron al centro del escenario, develando un piano blanco, y un hombre con un traje blanco y cabellos rubios sentado de espaldas a ellos. De repente un murmullo que antes no sonaba en el teatro o al menos ellos no habían notado, se detuvo. El hombre comenzó a tocar los nocturnos de Chopin de una forma bastante expresiva, podían sentir el sentimiento en cada nota y acorde. No lograban entender qué es lo que sucedía.

El hombre continuó tocando, con gran pasión. De su rostro comenzaban a caer gotas de sudor, pero él se mantuvo tocando con ambos ojos cerrados. Su respiración era audible aun para los guerreros, que estaban a unos 7 metros de distancia de él. La melodía comenzaba a atenuarse, y finalmente, el acorde final, seguido de una ola de aplausos, aun a pesar de que nadie se encontraba en ese infinito teatro. Incluso Titan lo hubiera aplaudido, de no ser que fuera su oponente. El hombre se levantó y comenzó a reverenciar a sus aplausos, para luego voltear y hacer lo mismo del otro lado. Poco a poco, los aplausos comenzaban a apagarse.

-Les agradezco a todos por escucharme -comentó el hombre- en especial a mis dos más grandes seguidores, Titan y Shamsa -ahora levanto la cabeza; no era otro más que Jofiel. Ninguno de los dos se inmuto en lo absoluto, y volvieron a estar alerta en caso de que este atacara- Pero veo que ustedes no han venido a escuchar mi piano -la expresión del arcángel era sumamente pacífica, no parecía tener ninguna intención de atacar- Han venido todo este camino hasta aquí para combatir.

-Te equivocas, ángel -respondió Shamsa- Vinimos para acabar de una buena vez con tus bromitas y salir de este cielo.

Titan pensó que técnicamente eso es combatir- Oh, con que es eso -Jofiel seguía con un semblante apacible- Pues espero que hayan disfrutado de esta hermosa obra. Si pelea es lo que quieren, entonces vengan a ella -una sonrisa se dibujó en su rostro.

Ambos guerreros comenzaron a bajar lentamente los escalones hasta el escenario, uno detrás del otro. A pesar de estar solo ellos dos, confiaban en que sus habilidades eran capaces de acabar con él. Varios planes pasaron por la cabeza del soldado. Quizás deberían utilizar las arenas de su compañera para cegar al arcángel y así atacar cuando no se lo esperase. O tal vez podría intentar hacerse gigante y atacar entonces. Incluso pensó en usar el poder de sus brazaletes, pero…

-Espera Titan -interrumpió Shamsa mientras bajaban- algo está mal.

-¿Qué pasa? -este movió su cabeza a ambos lados, pero no noto nada extraño. Incluso mirando a Jofiel, este no se había movido en lo más mínimo.

-Mira atrás nuestro -ambos se voltearon, y el soldado se dió cuenta; no habían bajado ni un escalón. La puerta por donde habían entrado se encontraba a la misma distancia que cuando comenzaron a bajar.

-Pero qué demonio -Titan comenzó a correr por las escaleras, pero cada vez que volvía a mirar atrás, la puerta seguía en el exacto mismo lugar- ¡¿Qué diablos está pasando?

-¿Es qué acaso no lo entienden? -interrumpió ahora el arcángel- Ustedes no pueden vencerme. Yo soy el protector de este cielo, y ustedes no son más que insignificantes seres en el. Aunque no tenga el control total de lo que los imaginadores hagan, su influencia es menor en mi. Ustedes no son más que césped, y la imaginación es el viento; cuando el viento sopla, el césped se doblega a su voluntad -Jofiel comenzó a desabrochar su traje y camisa, hasta finalmente quedar sin nada en su parte superior, haciendo que sus enormes alas blancas resplandecientes se abran- Yo soy la tierra, inamovible al viento, pero condenado a sentirlo.

De un momento a otro, el viento comenzó a soplar fuertemente por la puerta, al punto de levantar a ambos por el aire en dirección hacia el ángel. Este extendió su brazo derecho, haciendo que los dos golpearan su pecho contra el mismo, cayendo al suelo. Jofiel los miró de reojo, con una leve sonrisa mostrándose en su rostro.

-Si aún están dispuestos a luchar, entonces levántense. El show solo acaba de comenzar -aún resentidos por el golpe, los dos no pierden un segundo y en un movimiento ágil se alejan de Jofiel, al tiempo que se levantan- Entonces, continuemos.

----------------------------------------------------------

-Espero que subir todos estos escalones haya valido la pena -refunfuñaba Tundra, mientras el marco del último piso estaba a escasos metros de su posición.

-Lo mismo digo muertito -León subía los últimos escalones un poco más entusiasmado. Había estado bastante tiempo alejado de Freeze, y el hecho de que ella esté en peligro lo impulsaba a seguir.

-No quiero bajar sus expectativas, pero realmente no sabemos si Freeze estará en esta torre, o si siquiera será útil para nosotros -la voz de Insigno resonaba en la cabeza de todos, haciendo que León haga una mueca.

-Eso ya lo sabemos, Insigno.

-Bueno, parece que sí valió la pena -Cedric había llegado finalmente al salón, completamente hecho de hielo. A pesar de esto, el ambiente no era realmente frío.

Al llegar todos, notaron como Freeze se encontraba sentada en el suelo contra una pared, con ambos ojos abiertos, pero con la mirada perdida en el infinito. Tanto Tundra como León no tardaron en correr en su dirección.

-¡Freeze! -gritaron al unísono al tiempo que se acercaban a la cryomante.

-¡Hey, no se adelanten! -Cedric llamó la atención de ambos, haciendo que se frenen en seco.

Una figura gélida se posaba en un trono hecho de escarcha en el extremo opuesto del grupo de guerreros. Estaba algo oscuro, por lo que no podían distinguir quién o qué era exactamente. Un vapor se desprendía de su cuerpo, al tiempo que abría su boca, o al menos eso sugería, ya que esta era tapada por una máscara amarilla.

-Veo que finalmente llegaron hasta mí -una voz y un acento que nunca más querían escuchar se hacía presente, y retumbaban por todas las paredes de la sala- Tiempo sin vernos…

-Un momento... -interrumpió la voz de Blestang- ¿Maury? -la figura se levantó de su asiento, y al dar unos pasos hacia adelante la luz bañó su cuerpo. Maury, con sus cabellos emblanquecidos, y sus manos recubiertas de escarcha, se hacía presente- Wow, veo que te tomaste demasiado en serio eso de “unirse” con ella.

-Quien alguna vez haya sido llamado Maury ha dejado de existir -volvió a responder la voz femenina- Ahora no queda más que Gulya.

Ese nombre generó un gran dolor en todos, incluidos Blestang, quien no tenía cuerpo para sentirlo- Lo que dice es cierto -Insigno bajo su mano, que había levantado hace algunos momentos- No puedo sentir el espíritu de Maury en su cuerpo.

-Ni yo su energía -dijo León- ¿Qué hiciste con Maury, bruja de hielo?

Un chasquido de lengua salió de la helada (o helado) ser- ¿Cuántas veces tengo que decírselos?… -una gran ventisca comenzó a soplar por las ventanas del lugar- ¡¡NO SOY UNA BRUJA, SOY UNA SECRETARÍA RUSA!!

Una enorme cantidad de carámbanos de hielos y pedazos del mismo comenzaron a volar en dirección a los guerreros, pero rápidamente Tundra lanzó una llamarada, seguido de Liu Kang, quienes derritieron los amenazantes y escarchados objetos. Esto también provocó que el techo del lugar se derritiera, haciendo que ahora todo el salón se encuentre iluminado, y la figura gélida del otrora compañero del equipo sea visible al 100%. Su piel era más pálida gracias al frío, y sus ojos anteriormente rojos, ahora eran de un color blanquecino que emitía un leve brillo.

-Ahora que tenemos a Liu Kang de nuestro lado, vencer a esta tipa debería ser par comido -dijo Cedric mientras esbozaba una leve sonrisa y se ponía en guardia.

-No Cedric -una vez más, la voz de Insigno resonó en la cabeza de todos, a excepción de Gulya- por más fuego que tengamos, quien verdaderamente importa aquí es Freeze.

-Pero Error Insigno, Freeze domina el hielo, ¿Cómo podría eso ayudarnos en esta situación? -se oyó desde el brazalete que portaba el semidiós.

-Realmente no lo sé. Pero siento que es así -no se gastó en muchas explicaciones.

-Pues entonces ayúdame a despertarla -rezongo León, quien la tenía entre sus brazos. La ninja parecía estar en un estado de conciencia suspendida. Si bien respiraba y tenía signos vitales, no parecía reaccionar.

Tundra vio esa situación y dio un paso al frente, al tiempo que sacaba una de sus espadas y la imbuía en fuego- Pagaras por lo que le hiciste a Freeze, bruja…

Al notar la reacción del shinobi, tanto Cedric como Liu Kang se pusieron a su lado para combatir. Gulya soltó una pequeña carcajada y apuntó uno de sus brazos hacia dónde se encontraban los guerreros. Su palma comenzó a brillar de blanco azulado, y rápidamente varios picos de hielo salieron de la misma. Los tres guerreros se adelantaron; el monje esquivo todos los punzantes fragmentos helados que se dirigían hacia él, mientras que Cedric decidió hacer una ráfaga de viento que desviase todas las que iban a su dirección. Por su parte, Tundra corrió mientras lanzaba una llamarada con su mano derecha derritiendo todo a su paso, incluso las paredes que estaban más cerca de él. Al tenerlo a solo unos metros de distancia, la secretaria hizo una pared de hielo con picos, empujándola a su dirección. Pero el ninja una vez más lanzó una gran descarga de fuego, derritiéndola en un instante. En ese preciso instante, la bruja fue impactada por una patada del shaolin, empujándola contra el trono y golpeando su espalda fuertemente.

Sin embargo, la bruja vuelve a sonreír (aunque no pudiesen verla), y se derrite en un instante. Un segundo después, vuelve a materializarse justo debajo de Cedric, golpeándolo con un gancho y mandándolo a volar algunos metros hacia atrás. El semidiós logró recuperarse al caer en el suelo, y cargando unos rayos dispara a la bruja, que esquiva y hace que estos impacten contra Tundra, quien se golpea contra una pared. Entonces Gulya toma el brazo de Cedric, y luego de torcerlo y ponerlo contra su espalda, le da un cabezazo desde atrás. Tras soltarlo, le da una patada en su espalda con sus pies, los cuales había congelado, que rasgan las ropas del guerrero y queman su piel levemente. Pero antes de caer, es agarrado por Liu Kang, quien lanza una bola de fuego que es esquivada por la bruja, derritiendo un hueco en una pared.

Mientras estos tres peleaban, Insigno se pone al lado de León y la desfallecida Freeze. El espectro posa su mano en su cabeza para inspeccionarla- Parece como si su conciencia estuviese bloqueada por alguna especie de conjuro -comentó.

León aprieta los dientes y piensa qué hacer. Intenta recordar algún hechizo que pueda servirle en esta situación, cuando repentinamente se ilumina- ¡Lo tengo! Insigno, aléjate un poco -el espectro así lo hace, y el hechicero deja a la ninja acostada en el suelo- Recuerdo el conjuro de agitación del alma. Si bien su conciencia puede estar obstruida, el alma reactivará su cuerpo y romperá la barrera. Pero esto tomará un tiempo.

Gulya, quien se encontraba cerca de esa situación, se percata de como León comienza a hacer un circulo al rededor de la ninja con una roca que convenientemente estaba cerca de ellos. Si bien no entendía qué es lo que el brujo estaba haciendo, sabía que no podía permitir que la chica despierte, e instantáneamente lanza una bola de hielo hacia estos. Insigno logra tomarla con su telekinesis y devolverla, pero es esquivada por la bruja.

-No te preocupes León, yo los protejo -confirmó el ambiguo ser, mientras lanzaba pedazos de las paredes en dirección a la bruja, quien simplemente absorbía su frío hasta hacerlos desaparecer.

-Y yo también -Tundra golpeó de lleno en la cara a Gulya, luego de salir impulsado de donde estaba por una ráfaga de viento que el mismo genero. La bruja salió volando hasta darse contra una pared- ¡No dejare que le hagas daño a mis compañeros! -gritó el espectro con rabia.

-Wow, Tundra se desarrolló como personaje abrió ante nosotros. Eso sí que es nuevo -se oyó decir por parte de Blestang.

-Ya cállate enano -respondió Cedric, aunque pensaba lo mismo que él.

----------------------------------------------------------

El sonido de unas teclas rellenaba el vacío en una habitación oscura, solo iluminada por el brillo de un monitor. Unas manos decrépitas tecleaban a un ritmo constante, y solo se detenían de vez en cuando cuando el arrugado brazo derecho, conectado a un suero, se detenía a tomar un trago de jugo de naranja. Antes de continuar, rasco su extensa barba larga, y tras estirar los dedos de ambas manos, siguió tecleando.

-El clímax está cada vez más cerca -murmuró una voz claramente anciana, y continuó tecleando.

Las gotas del suero caían lentamente en su bolsa, e iban directamente a sus venas. Todos los días, a las 14:30, tenía que cambiarla, ya que sus dientes habían caído hace milenios en el pasado, cuando el Outworld había conquistado Vaeternus bajo el mandato del emperador Shao Kahn. Sin ellos, no podía masticar bien su comida, por lo que el suero debía reemplazar a las enormes cantidades de alimento que devoraba en sus años mozos, cuando todavía tenía pelos en la parte superior de su cabeza. Debido a esto, su figura se había vuelto bastante delgada, pero su larga bata blanca cubría aquel defecto.

Estaba emocionado; hace mucho tiempo que no tenía visitantes, y aquellos que ahora se encontraban morando por allí eran bastante interesantes, por lo que se propuso escribir una gran historia para no aburrirlos. Sin embargo, a pesar de su alegría, sabía que el final estaba cerca, y no tenía ninguna certeza de que, algún día, alguien que no sea hermano suyo, llegase tan lejos.

----------------------------------------------------------

Mientras era protegido por sus compañeros, León terminó de hacer el círculo ritual alrededor del cuerpo de la cryomante. Usando su fuego infernal, dio algo de filo a la piedra que estaba usando, y con ella abrió un pequeño tajo en uno de los brazos de Freeze, logrando que un poco de sangre brotase. Luego de ello, puso un poco de su sangre en los dedos de su mano derecha, y con la otra usó su fuego para cauterizar la herida.

Tras untarsela en una de sus palmas hizo algunos movimientos con sus manos, y comenzó con el conjuro. Sus manos se encontraban relucientes de un verde fosforescente, al igual que el cuerpo de la ninja, que comenzaba a elevarse en el aire lentamente. El brujo mantenía sus ojos cerrados, recitando palabras en un dialecto desconocido. Gulya, por su parte, se encontraba intercambiando golpes con Liu Kang y Tundra. La situación era apremiante; si el hechicero lograba despertar a la cryomante, sería su fin.

En un momento en que logró repeler los ataques de sus oponentes, lanzó una ráfaga de viento helado, haciendo que ambos la perdieran de vista por momento. De la nada, se materializó detrás de los dos, y sin darles respiro para reaccionar, chocó la cabeza de ambos entre sí para luego patearlos lejos. Los guerreros no perdieron la conciencia, y de hecho, Insigno logró tomar a la bruja con sus poderes para volver a lanzarla lejos de donde se llevaba a cabo el ritual. Mientras esta volaba por los aires, recibió un golpe por parte de Cedric que la dejó tirada en el suelo.

-¡Maldita bruja, muere de una buena vez! -el semidiós cargó una gran cantidad de rayos y los lanzó a Gulya, que empezó a tener espasmos- ¡Te odio, odio todo lo que tiene que ver contigo!

-¡Espera Cedric! -la voz de Blestang interrumpió el ataque- Por más que Gulya lo esté controlando, sigue siendo el cuerpo de Maury.

Al escuchar eso, rápidamente detuvo su ataque. El cuerpo de su compañero desprendía un poco de humo. Cedric se había cegado por unos momentos, y casi arruinaba todo. Pero, inspeccionando bien otra vez el cuerpo, notó que los cabellos de Maury habían dejado el blanco y habían vuelto a la normalidad.

-Esperen un segundo -el semidiós comenzó a mirar hacia ambos lados- Gulya abandonó el cu…

Sin poder decir una palabra más, un golpe de la bruja de hielo tiró al suelo al guerrero. La mano gélida de la secretaria rusa levantó por el cuello a Cedric, quien comenzó a escupir sangre por sus fauces.

-El juego terminó -su mano apretaba aún más el cuello de Cedric, al mismo tiempo que el frío que desprendía quemaba su piel- Logre acumular el suficiente frío en este lugar. Ahora mi verdadero cuerpo está finalmente completo.

Gulya soltó al semidiós, que cayó inconsciente al suelo. Rápidamente Tundra se abalanzó hacia ella, pero la bruja esquivo fácilmente los ataques de su espada, para luego lanzarlo lejos con una patada. Siguió avanzando en dirección hacia León y Freeze, y era ahora Liu Kang quien se interponía en su camino. El monje lanzaba golpes con sus puños imbuidos en fuego, sin embargo estos no lograban causar ningún tipo de daño a Gulya, quien tomó ambas manos del shaolin y torció sus brazos, congelandolos parcialmente en el proceso.

-Tu fuego no es nada contra mi hielo, guerrero shaolin -un rodillazo fue directo al estómago de Liu Kang, quien perdió el aliento y cayó de rodillas; Gulya siguió avanzando.

Cargando mucha energía lanzó una gran corriente de hielo hacia Insigno, quien la detenía con su telekinesis. Pero la fuerza de Gulya era inmensa, el hielo avanzaba lentamente, y el espectro no podía frenarlo; jamás había sentido un poder de ese calibre. Sin poder hacer más nada, el hielo alcanzó a Insigno, quien se vió congelado del cuello hacia abajo; el desgaste que había hecho deteniendo el ataque lo había agotado y no podía liberarse de la prisión de hielo. Sin ningún otro rival, la bruja avanzó finalmente hasta llegar al hechicero. Pero cuando estaba a punto de golpearlo, el cuerpo de Freeze cayó al suelo, y la energía verde había desaparecido por completo. León, con su aliento agitado debido al hechizo, volteo a ver a la bruja, quien lo miraba fijamente.

-Parece que tu hechizo no funcionó, brujo -León intentó atacar con una rafaga de fuego infernal, pero Gulya lo golpeó y luego tomó del cuello, levantándolo por este- Fallaste, y este será tu fin.

Gulya formó una daga hecha de hielo en su mano, era el fin. Sin embargo, cuando estaba a punto de asestar el golpe final a León, una bola de fuego algo débil golpeó su espalda. La otrora secretaria soltó al hechicero y se dio la vuelta; era Liu Kang, quien tomaba su estómago y respiraba agitadamente. Gulya rió y rápidamente con una bola de hielo lanzó lejos al shaolin.

-Finalmente, ¡He ganado! -la bruja reía descontroladamente. Miró hacia todos los lados de la sala, y todos sus rivales habían caído- Hmm, aún me faltan 4 insectos más. Será mejor encontrarlo así puedo acabar con todos juntos. Ahora mi poder es incomparable.

Cuando la bruja se dispuso a caminar, notó que no podía moverse. Extrañada, miró hacia estos, y sus ojos se abrieron de par en par, ambos pues estaban congelados. Volteando levemente su cara, se dio cuenta; Freeze había despertado. Sin perder tiempo, la cryomante congeló el resto del cuerpo de la bruja. Su energía se encontraba totalmente recargada, y el hielo que desprendía era sumamente resistente. Tras terminar de inutilizar a su rival, se levantó lentamente y se puso de frente a la misma.

-Fin del juego, Gulya -con un golpe certero, el cuerpo de la bruja se rompió en varios pedazos.

Pasados algunos minutos, todos los guerreros se habían repuesto. Con su fuego, Liu Kang derritió el hielo que aprisionaba a Insigno. A su vez, Cedric llevaba por el hombro el cuerpo aún inconsciente de Maury.

-Me alegro que hayamos acabado con ella de una vez -comentó el semidiós.

-No debemos cantar victoria, Cedric -resonó la voz de Insigno- Ella puede regenerarse, debemos deshacernos de su cuerpo de alguna forma que impida que pueda volver a atacarnos.

-Hmm, tienes razón Insigno -respondió- ¿Pero cómo?

Esto iluminó a Tundra, quien mirando su brazalete se le ocurrió algo- Tengo una idea -el ninja avanzó y apuntó su palma hacía los restos de Gulya. Esta comenzó a desprender un brillo negro, y unas sombras comenzaron a salir de este. Las mismas comenzaron a envolver los pedazos congelados, absorbiéndolos y finalmente desapareciendo.

-¿A dónde fueron? -preguntó León.

-A un lugar del que no podrán escapar -aseguró el ninja, y la oscura luz desapareció.

-Eh, lamento interrumpir este momento Tuneon pero creo que sería un buen momento como para ir al centro de este cielo y recuperar mi cuerpo -molestó la voz de Blestang.

-El enano tiene razón -si bien no tenía cuerpo, Cedric sabía que Blestang le hubiera clavado una mirada mortal por decir eso- Debemos llegar allí para que Arwy lo vuelva a la normalidad.

-Bueno, si es que es normal ser tan pequeño -dijo Rock al tiempo que se materializaba. Si bien tenía su máscara puesta, Freeze tapó su boca con las manos.

-Tienen suerte de que no tenga manos en este momento.

A pesar del buen momento, León pensaba igual que ambos. Además, debían encontrar una forma de volver a Maury a la normalidad, por lo que si ese centro era tan poderoso como Arwy afirmaba, seguramente allí también podrían encontrar la forma de traerlo de regreso. Sin perder más tiempo, cerró sus ojos y comenzó a buscar alguna idea que pueda llevarlos hasta ahí.

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El calor que las llamas generaban en el lugar habían hecho despertar a Gulya. Su cuerpo se había regenerado completamente y sus fuerzas volvían a la normalidad. Aun así, sentía su cabeza un poco mareada, como si su conciencia estuviera fuera de sí.

-Ugh -murmuró- ¿Dónde estoy? -su voz sonaba algo perdida.

Cuando finalmente pudo recomponerse, giró su cabeza a ambos lados; era una habitación bastante oscura, apenas iluminada por unas antorchas de fuego a ambos lados de la pared en la que se encontraba atada de brazos y piernas. Las paredes estaban hechas por grandes ladrillos de obsidiana, y podían sentir un gran calor. Casi como si estuviera en el mismísimo infierno. Intentó forzar los grilletes que la aprisionaba, pero estos estaban fuertemente agarrados a las paredes. Entonces intentó congelarlos para facilitar su quebradura, pero directamente sus poderes no servían.

-¿Qué es esto? ¡¿Qué está pasando? -ahora estaba bastante agitada, su pecho subía y bajaba por la respiración.

De repente, unos pasos comenzaron a sonar justo en frente de ella. Una silueta siniestra, con un rostro esquelético, se cernía en la oscuridad. Gulya no podía reconocer quién o qué era, pero su simple estar le causaba un temor gigantesco.

-¡¿Quién demonios eres?! ¡Sácame de aquí maldito enfermo! -el ente no respondió.

Sin salir de la oscuridad, el ser respondió- Mi nombre era Dark -la grotesca voz intimidaba aún más a Gulya- Pero me he decidido. De ahora en más, me conocerán como Yoomi.

Una de sus brazos se extendió y su palma se posó en la frente de la asustada bruja, que no podía hacer más que mirar y chillar. El calor de la misma rápidamente aumentó, al punto de quemar, haciendo que la secretaría gritara de dolor. Al quitar su mano, una especie de M quedó marcada en la frente de la torturada, tal como si fuera ganado. La silueta ahora se acercó más a la luz, mostrando un rostro completamente esquelético, que generó un miedo indescriptible en Gulya.

-Y no hay escapatoria de aquí -comentó silenciosamente, mientras posaba su mano en la barbilla de la bruja- Estaremos divirtiéndonos por toda la eternidad.


Los gritos de Gulya llenaron la oscura habitación, que contrastaba con el macabro silencio del demoniaco ser, quien ahora, se convertiría en su torturador, por siempre.

----------------------------------------------------------

Titán salió disparado luego de recibir un golpe en el estómago por parte del arcángel, impactando contra los asientos que rodeaban el extenso escenario. Su cara se encontraba algo magullada de la lucha, y a duras penas había podido asestar algun golpe a su rival. Parecía que ellos dos solos no se comparaba al de un arcángel. Jofiel había tomado a Shamsa por sus cortos cabellos. La joven, al igual que su compañero, tenía varias marcas y cicatrices a lo largo de su cuerpo y rostro.

-Mi poder es infinitamente superior al de unas simples ideas -comentó el arcángel, con su característico tono burlón- Es tan inmenso y descomunal que sus simples mentes creadas no pueden imaginarlo. Deberían rendirse a mis pies y suplicar por piedad en vez de tener el descaro de desafiarme.

Tras decir esto, Jofiel lanzó una patada en el costado de la guerrera, a la altura de las costillas, haciendo que ésta escupiera sangre. Luego la golpeó repetidamente en el estómago, hasta que repentinamente sintió como Titan golpeaba su nuca. El impacto había sido algo débil, pero aun así logró dejar un moretón. El arcángel soltó a su compañera, y rápidamente lo tomó por la cabeza, para luego darle un rodillazo, haciendo que cayera de espaldas al suelo. Su nariz brotaba un hilo de sangre, y estaba claramente rota. Sin embargo, a pesar de haber estado hace solo un segundo frente a ellos, repentinamente había desaparecido.

-Por aquí, militar -se escuchó la voz del arcángel. La voz provenía desde varios metros arriba de ellos, y al dirigir su mirada, lo vieron; un camión de basura, con Jofiel empujándolo, estaba cayendo justo encima de ellos- ¡Es aquí donde pertenecen!

Era el fin, todo había terminado. Titán recordó fugazmente aquella vez que había sacrificado su vida para salvar a su compañeros. Miro a Shamsa, quien se encontraba boca abajo. Con sus últimas fuerzas, logró agarrarla y lanzarla lejos de la trayectoria del camión, en dirección a las gradas que amortiguarían su caída.

-¡TITÁN, NO! -gritó desesperada la outworldiana, mientras se encontraba en vuelo.

-Dile a los demás que partan su cara.

Titán cerró sus ojos, y se entregó al destino. Se aferró al recuerdo de su familia, quien esperaba estuvieran a salvo. Deseó que la tierra este bien, que no haya sido uno de los reinos aniquilados. Sea como sea, pronto se enteraría de la verdad. El camión impactó… o eso le pareció a Jofiel. En realidad, este se encontraba suspendido en el aire, a metros de golpear con el suelo. El arcángel no lo entendía. Giró su cabeza, y ahí lo vió.

-No puede ser -susurró para sí mismo.

-Así es -el joven semidios golpeó su puño contra la palma de su mano contraria- Llegaron los refuerzos.
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Re: La Alianza: Fic Interactivo

Mensaje por jdmn » Dom, 02 May 2021, 00:15

No puedo creer que aun no he podido jugar MK11 Bien, pero bueno, si mantienen esto activo.

-Todo ocurre antes de que una gran oscuridad sellara a la amenaza de Gulya.
?ay acrec somatsE¿ -Decía Sonata muy lentamente.
dadrev ,neib odneitne sol oy euq sebaS – Decía Kazuma de forma normal, entendiendo que captaron como el funcionaba.

- ¿Este es la montaña, aquí nos quieres llevar Kazuma? – Indicaba Maury, preparando su cuerpo para el combate que se le acerque. ¿estarán todos allí?, siento que no podemos confiarnos de todos ellos. Pensaba en silencio Maury, aun en desgaste de todas las situaciones que le han pasado cuando se enfrentan a un ambiente tan frio y abrumador, como el de aquel cielo en Infierno.

-Una gemas se ponía en todo la entrada de la montaña, como si de ofrenda se tratara. Parecía unas perlas celestes, que si te acercabas se notaba como un brillo.

-Hey, esto se parece mucho a lo que usamos aquella vez contra Gulya…Además que son perfectos para curarse…Deberíamos agárralo, indicaba Maury. Lo agarro Sonata de forma rápida antes que Maury, para inspeccionarlo con la luz de su espada.

-Tengo…enseñanzas de esta espada, sabes que antes de tragarte lo primero que brille, deberías ver si es real o “imaginario”, pensé que captarías este reino. No resaltaba totalmente de poderes, pero si emanaba una especie de energía gris.

- ¡No es comer, es más como golpearlo con el cuerpo! – Maury se lo puso en sus heridas, pero no hacía nada.

Algo impulsaba a Sonata a agarrar otra vez la gema, sentía que tenerlo en ese pedestal era importancia. – Se lo quito de una a Maury cuando intentaba romperla. No hagas eso, esto, ¿es algo único que este en un pedestal no lo crees?

-Bah, si ni siquiera sirvió aquí para curarme, no podrá hacer nada contra Gulya si la vemos de vuelta, ¡puede estar al frente de esta cueva! – Gritaba exasperado Maury, poniéndose en forma de ataque.
-Sea lo que tengamos en frente, tengo fe en que mis visiones que despertaron mi mente que nos llevara aquí. Y, además, Kazuma tiene mucha certeza, como si ya lo hubiera visto antes. - Indicaba Sonata, con mano en su espada, cubierta por su chaleco de pieles, cabeza bajó, comprendiendo lo que podría pasar una vez allí adentro.
¡Shhhhhhhhhsshhh……….CLANK!- Sonó una ráfaga de aire, una pica de hielo bastante grande, atravesó a Cyber-Guerrero, desprendiéndolo de sus piernas , su torso, por el momento del impacto, cayó al costado de la montaña, como si de una bola de nieve haciéndose una avalancha pequeña en picada.

-Todo fue muy rápido para ambos, se voltearon y solo lograron ver una mujer llena de escarcha y un frio agrietante. Sonata no comprendía el que era, pero Maury si por la expresión de su cara. Su movimientos pasaron a ser muchos más agresivos que el antiguo combate, chispas de escarchas saltaban en el aire, por cada puñetazo y patada que daba el guerrero en combinación, pero a su sorpresa, la espectro de hielo estaba a la defensiva, esperando una entrada.

Un Corte fugaz, de la espada de Sonata, le dio la oportunidad de Maury a cargar un puño lleno de energía dentro de la herida del brazo cortado, este se rompía como cristal, vapor salía de ello.

Por poco tiempo, el aire asfixiaba, se volvía una tormenta de hielo, nada parecido a lo que era subir a la montaña, otro ataque de Sonata se preparaba para acertar en la cabeza, pero el cuerpo desapareció en escarcha. Maury se palidaba desde su brazo hasta por dentro del cuerpo, su cabello se ponía canoso, y golpes llenos de energía se apagaban poco a poco. Sonata tenía la espada para atacar, pero dudaba…no quería matar al único que podría sacarla de allí, sin tener que recurrir a su visión.
¡Sonata, corre! –Decía Maury quitándose su mascarilla, y sin titubear, una patada en el pecho de la Guerrera lo tumbo del risco de la montaña.
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Como si de una ilusión fuera, su suelo fue tele trasportado, como si una entidad desconocida hubiera movido el terreno. Ahora todo era Arena, y una gran pirámide que tapaba el macizo sol de la zona. Noto como el torso de su compañero Kazuma también cayo dentro del lugar, haciendo un hoyo de arena.

-¡ GHAAAAAAAAAAAAAAAA!- Tiraba y golpeaba Sonata llena de rabia a la interminable pila de arena, hasta que sus brazos se desgastaran, rasgando todo lo que se le ponga en frente. El cuerpo rojizo de rabia y exahustado del grito.

-Solo…quiero estar con otros…no puedo creer…que termine sin poder hacer nada…-
Sin mucho más que hacer, lo puso sobre su espalda, claro, no tenía movimiento alguno, pero eran circuitos, quizás necesite energía o algo para prender.
-El desgaste del extremo calor, y el peso de su compañero, hizo a ambos a tumbarse al frente de unas construcciones, donde apenas llegaba sombras, parecía ya tener unas pisadas, pero el cansancio era más. Dejándolo cerca, notaba como el brazal de su compañero brillaba, pero antes de darse cuenta de ello, notaba como su brazo izquierdo se desprendía poco a poco, como si su cuerpo estuviera hecho de arena, y un haz de luz mostrándose en donde debería haber carne.
Voltio su cabeza y se adentró a la construcción, allí vio a 2 cuerpos atados por cadenas los cuales claramente reconocía.
-Monje Blestang...- Espero que mis recuerdos de ti no sean en vano.

-Padre Wolf…- Nunca te recodaba de esta manera, se ve tan mallugado y débil. Tú debes ser el que está llamando mi cuerpo de vuelta…no…mi alma…. Decía viéndose a sí misma, con más y más restos de arena.
Todo pasaba lentamente, quizás Sonata esperaba la ayuda ya sea espiritual, o de algún otro guerrero que recuerde. Pero el lugar no tenía una pizca de gente más que Kazuma, que aún estaba en algún de recuperación y la gran ventisca de arena hacia la situación más desoladora.
. Supongo…que mis memorias…han...terminado...- Decía Sonata arrodillándose, con ojos llorosos, guardando su espada.
Al mismo tiempo que pasaba esto, el brazal de Guerrero Cyborg despertaba, cubriendo las piernas prendidas, y engullendo a todo en una explosión de Luz.
-Empujo a la guerrera fuera del lugar, cayendo en un agujero profundo, tapado entre arena y piedras que se levantaron de la explosión, su brazo se regeneraba poco a poco mientras más se alejaba del cuerpo de Wolf.
Del lugar donde caía, notaba como estaba debajo de lo que parecía ser el Arcángel que se encontró al inicio de este reino, y como cargaba un “vehículo” en el suelo, también notaba a una guerrera en unas gradas de madera, alzando su mano hacia alguien, su boca abierta gritando a todo pulmón, pero no se oía nada.
Sonata sentía todo como si fuera en cámara lenta, se podía mover algo mejor en el aire, y como si planeara, era como si una especie de aura le daba esta sensación de que todo era más lento; no; ella era mucho más rápido que los demás. Detrás de ella, sobrevolaba también con lo que parecía una armadura que cubría las piernas del Kazuma, impulsándose con Jets de su espalda, el brazal de este brillaba demasiado.

-¡Prepara tu espada!- Tenemos la oportunidad perfecta.- Grito una voz robotizada, parece que el golpe torció al ciborg a la normalidad. Afirmo con la cabeza Sonata, y sacando la espada del mango, adquiriendo la luz de la única entrada de la cueva donde entramos cayendo, era un haz de gran calor y luz, entrecerraba los ojos de la dificultad de ver. Llego cayendo hasta estar arriba del Arcángel.

Este al estar cerca de Sonata, es como si se hubiera activado lo que iba a ser, miro hacia arriba y se movió también a una alta velocidad, aun todos los demás se movían lento.

-SLAASH- -SHIHNK-

Sonata cayó de espaldas del Arcángel, la espada fracturo el suelo donde cayó, agrietando todo al alrededor, las hermosas alas blancas del Angel salieron volando de la arena, llenando todo de plumas blancas y suaves, con sangre tan roja y viva como la de una acrílica. Jofiel tiro el camión en el momento que se defendió del ataque, debajo de él estaba el comandante Titan, protegiéndose con sus puños.
- ¡TU…NO ERES DE AQUÍ! –El Arcángel cargaba con sus 2 brazos un haz de energía, uno impactando a mi espada, y otro hacia donde estaba cayendo el Cyborg. Ambos ataques impactaron a gran velocidad, el primero tumbando hacia el suelo a Sonata, el segundo impactando las piernas de Kazuma, haciendo todo volver en tiempo de forma normal.

-Este volvió su mirada a todos los demás
-La luz del sol se apagaba, la cueva se llenaba de ecos de piezas de pianos en toda velocidad, el Arcángel Jofiel se armó de unas nuevas Alas, esta vez negras como las de cuervos que traen muerte.

-Este se acercó a la Guerrera. Y de un movimiento de su piernas, fue tan poderoso de un solo impacto dislocarle el brazo izquierdo a la guerrera que uso para defenderse, separando los ligamentos del brazo con su hombro-

-Ni si quiera sé quién eres…- Agarraba el Arcangel Jofiel, tirándola de donde llego, Kazuma impacto al lado de Shamsa, sorprendida también de la situación, viendo como estaba completo de su brazal, con una armadura en las piernas, como si fluyera de este, Arena hacia el brazalete.

Una bola de energía impactaba al Arcángel que intentaba ver todos los demás enemigos que intentaba identificar. Un golpe cargado de Cedric tumbo a este Arcángel al suelo donde estaba agrietado, haciéndolo literalmente enterrarse con el pavimento.

...Este…poder…a…poco…no te salvare--- Sollozaba la guerrera Sonata, con su cuerpo impactado en un cráter en toda la pared.

Unos sonidos de cadena se acercaban a ella, poca distancia encima de ella, estaba su padre…al menos en cuerpo, y con pocas fuerzas, gateando hacia el vacío. Logro agarrarla con su mano en el aire.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

“Lo hiciste muy bien, mi guerrera del orden” Decía una voz blanca.
“Mi sueño, tomo vida” Decía una voz verde.
“¿Lo hice bien? Nunca…supe la verdad que hacer…vida, creo que me estoy muriendo…- Decía la voz de la joven guerrera.

“Aun desde el brillo cerrándose de la luna, compadezco de tu situación, hija mía, y espero que así nunca sea tu destino” Volvía a decir el ente de luz.

“Pero has logrado poder salvar a tu familia y amigos, aunque aún no lo puedas ver.”- Reforzaba la voz verde.

“No llegue a ganar la pelea… ”

“Te equivocas…aunque parezcas que tu objetivo era el arcángel, y hasta con dolor no pude ayudarte en esto” Decía el alma verde, desvaneciéndose del lugar…

“Hija mía de luz, dame la gema que conseguiste…”

-“¿Es esta…verdad? Sentí algo raro en ella.”

“- Un pedazo del limbo…forjado por este mismo Arcángel, trae consigo, la parte hermosa y pura de Jofiel” Muchas gracias…Alzaba la gema ya el espíritu del Limbo.

Un haz de luz resplandecía en la oscuridad, como si de millones de velas se encendieran, mostrando un sinfín de personas, mirando hacia el cielo, en total tranquilidad.

“Ellos, son todos los habitantes que no logramos salvar de su reinos. Pero, gracias a esto…serán juzgados y esperan renacer, donde sean juzgados, incluso en más reinos que logremos salvar.”

“Eso es…asombroso…- Decía Sonata…desprendiéndose de forma espiritual poco a poco.
Gracias…¿volveremos a vernos pronto, verdad?

“Si, así será nuestra Dulce Sonata” Se despedía con un abrazo el espíritu del Limbo.

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Agarrado por una manos suaves y blancas, estaba el Chaman que se caía.

-Subiendo poco a poco, el Chaman vio cómo donde estaba la gema, yacía ahora una Jun sana y curada de todas heridas. Sin más que hacer se abrazaron como si el dolor de ambos ya no existiera, gozando de este momento de paz.

-Aun tienes el cuerpo roto…- Decía Jun mirando las heridas que le hizo el Arcángel.
-Estas de vuelta…estas de vuelta, como, fue, que me indicaste que hacer.- Decía Wolf de forma lenta.
-El limbo esta después de todo…menos el fin de los tiempos...aunque ya no…recuerdo mucho…- Decía una Jun también abrazando con fuerzas al chaman, agradecida de volver de los muertos, sin comprender mucho el porqué.
-Jun…la espalda…- Decía el chamán, percatándose que aún estaba golpeado del impacto.

Jun se rio un poco, y noto como la espada era mucho más poderosa que antes.

¿Crees que podremos traer a Sonata a un mundo de paz? – Decía un Wolf ya más serio.
-Wolf…soy Blanco…no Jun- Decía el Brazalete en posesión del chaman, que fue invocado y abrazado por él, aunque así te puedo curar un poco la espalda…si así deseas.
-…Quizás hasta que me sienta mejor… - Aunque eso que oí, espero que me ayude a rescatarla- Decía el chamán en voz baja a el Brazalete.
-Debes hacerte cargo de la espada de Jun, y la de Sonata...la has cargado de energía pura, parece traída de los mismos cielos antiguos. –Analizaba Blanco la espada de su elegida.
-Me encantaría apoyar, pero aun no estoy en condiciones para pelear…además, nunca aprendí bien a portar una espada de forma hábil…- Decía aun cansado Wolf, recordando lo que traspaso con Sonata.
-Pero se quién podrá darle un gran uso en estos momentos- El chamán se posaba al lado del monje Shaolin, como guardia protector mientras se recuperaba con el Brazalete.
-Akua no está contigo, lo separaste de tu cuerpo, ¿dónde está el protector?
-Él fue el que me ayudo a separarme alma y cuerpo, así funcionan los brazales de cierta forma. – Pero no quedo donde debía, se supone que el quedaría conmigo, y tú con Sonata…sin ofender… pero me llevo más con él.

-Está muy cerca igualmente….¡NOOOOOO! – Grito el guardián Blanco, resguardándose.

-¡Akua!- Gritaba Wolf, chequeando desde el único hueco que estaba entre él y el grupo.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
……..

……..
¡DILE ADIOS A TU BRAZALETES! – Un grito angelical que sonó en toda la cueva.
……..
“La plataforma se llenó de sangre azul… un Cedric enfurecido solo se dio cuenta de un inconsciente Maury que se arrastró a la escena trasladado por el guerrero de agua de 1.70, recibiendo un tajo entero en todo el pecho, del brazo del Arcángel, que apuntaba hacia el brazo del semi-dios.

“Rock…Discúlpame”

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Re: La Alianza: Fic Interactivo

Mensaje por The ST. Jimmy » Mié, 26 Ene 2022, 07:37

Bueno. Finalmente, FINALMENTE, acá esta el nuevo capitulo. Creo que lloré sangre tratando de escribirlo. No recuerdo que ningún otro capitulo me haya costado tanto. Voy avisando, prepárense para un capitulo laaaargo. Durante estos nueve meses este capitulo se escribió y se reescribió muchísimas veces. Por eso no sé realmente como haya salido la versión final. Me releí un montón de cosas y trate de ser lo más fiel posible y tratar la mayoría de las ideas que se habían estado barajando últimamente, pero obviamente muchas tuvieron que quedarse afuera, incluidas varias cosas que quería meter y otras que tuve que adaptar a como venía el tema. Si les cague algún plot o alguna idea pos lo lamento, no fue a propósito :)




-¡Dile adiós a tu brazalete!-

Cedric estaba seguro de que ese golpe le había rebanado el brazo. De hecho, sintió un rocío de sangre manchar su cuerpo. Pero su mano aun respondía a sus comandos.

-¡¿Pero qué cara…?!-

Fue el cuerpo de Maury el que cayó inconsciente frente a él, rodeado de lo que parecía ser agua.

“Rock… discúlpame.” El semi-dios juró oír a alguien pronunciar esas palabras, seguido de un sorprendido grito ahogado. Pero antes de que pudiera siquiera inspeccionar con la mirada para buscar el origen de esa voz, un sonido agudo y a la vez ensordecedor inundó sus oídos.

Y todo el lugar se vio consumido por las llamas.

Horrendas y azuladas olas de fuego oscilaban frente a Cedric. Intentar cerrar los ojos era en vano. Quería llorar pero las lágrimas solo quemaban su rostro. A duras penas podía ver a una figura alada, Jofiel, moviéndose erráticamente. Sus alas se encontraban prendidas fuego. No era difícil notar el dolor en la forma en que se movía, pero el semi dios no pudo evitar pensar que esa imagen solo lo hacía ver más aterrador.

A su lado, el cuerpo de Maury se marchitaba en el suelo. Leon intentaba en vano sujetar el cuerpo de su compañero mientras ardía. Tundra, Shamsa y Titan se desintegraban en las llamas. Tanta ira, tanto odio, tanto dolor.

-Freeze... no, tú no...- Cedric intentó hablar al ver a la lin kuei acercase a duras penas a él, pero su boca estaba tan seca que habría jurado que no tenía siquiera saliva.

Era una escena horrible que se reproducía frente suyo. Algo hacía ruido en lo más profundo de su mente, le advertía que ya había visto algo como esto. Si. Llanto. Alguien debía estar llorando. Entonces las manos cadavéricas de Freeze tocaron las suyas.

-...dric!-

Un frío gélido recorrió su cuerpo. Fue la mas hermosa sensación que había sentido en mucho tiempo.

-¡Cedric! ¡Reacciona! ¡Hay que salir de aquí!-

-¿Qué?-

Todos sus sentidos habían vuelto. El azul intenso y la visión a muerte se habían ido. Cedric parpadeó un par de veces, como para garantizar que lo que estaba viendo era correcto.

-¡Freeze! ¡Cedric! ¡Salgan!- Gritó Leon, quien se encontraba con su cuerpo intacto y sosteniendo en hombros a Maury, quien seguía en una pieza. La mirada del semi-dios pasó de Leon, a Tundra, quien se encontraba junto a Shamsa ayudando a Titan, y finalmente a Freeze, quien lo miraba con preocupación.

La ninja tiro suave pero firmemente de su brazo, arrastrándolo con ella y siguiendo a los demás fuera de la habitación. Dando un rápido vistazo sobre su hombro, pudo ver como lo único que seguía ardiendo era Jofiel. Cuando todo el grupo salió de la gran habitación en la que estaban, Insigno usó sus poderes telequineticos para derrumbar la entrada.

-Eso nos dará algo de tiempo.-

-¿Cómo está Maury? Esa herida se ve muy grave, y ni hablar de lo que ocurrió después. ¿Acaso él...?-

-Esta inconsciente, Titan, pero vivo. Aunque no creo que vuelva a ponerse de pie para ayudar en esta pelea.-

Todos dejaron escapar un breve suspiro de alivio.

-Muy bien, entonces, ¿¡qué rayos acaba de pasar?!- Le preguntó apuradamente el espectro al semidios, tras ayudar a Titan a sentarse en el suelo.

-¿¡Y qué mierda me dices a mí, Tundra?! Yo no controlo el fuego, ¡seguro que fue el chino!-

-No, mis poderes no podrían hacer algo como eso.-

-Además, ¿por qué rayos este...? Eh, ¿Maury?- Prosiguió Cedric sin darle importancia. -¿Por qué se puso en el medio? Apenas y hemos cruzado palabras, ¡¿tenía un deseo suicida o algo?!-

-Ese no era para nada el estilo de Maury.-

-No fue él quien hizo eso.- Arwy se proyectó frente al grupo, mirando con pesar la muñeca del joven inconsciente. -Oh, Akua, "es el deber del hermano mayor proteger a su hermana menor", ¿verdad?-

Leon rápidamente inspeccionó el brazo de Maury. -Un momento... ¿este no es el brazalete de Wolf?-

-Si... lo es. Pero, ¿por qué lo tiene Maury?-

-¿Cómo podríamos saberlo? No es que se haya molestado en explicarlo.-

-Akua... es el hermano de Rock, ¿verdad? Eso significa... - Cedric rápidamente levanto el brazo en el que portaba el brazalete de fuego.

-Así es. El ataque de Jofiel iba dirigido a ella. Akua solo la protegió, aunque eso implicara usar el cuerpo de Maury como escudo...-

-Entonces, eso significa que el fuego de hace un momento...-

-Sí, fue Rock. De más está decir, la escena la... perturbo un poco, por decirlo de una forma. Hay un motivo por el cual Rock es el espíritu de fuego, y por el cual ella muestra una actitud tan apática y calmada todo el tiempo. Cuando sus emociones se salen de control… digamos que hace lo que el fuego hace, arrasar todo a su paso. Tuve que usar mi poder para calmar su mente, o podría haber rostizado a todos a su alrededor. Rock no suele verse afectada por sus emociones, pero cuando lo hace...-

-¿¡Y el enano?! Blestang. ¡Blest! ¿Estas bien?-

-No puede oírte, Cedric. El trauma que paso Rock fue muy grande, su consciencia actualmente esta dormida. Blestang, estando conectado con ella, ha caído en el mismo estado. Necesitan tiempo para reponerse.-

-Tiempo que no tenemos.- Comentó Leon, llamando la atención del grupo. -Toda esta escena podrá habernos ganado algo de tiempo, pero Jofiel puede volver a atacarnos en cualquier momento.-

-Leon tiene razón. Debemos reagruparnos en la medida en que nos sea posible. Especialmente, debemos mantener a Maury fuera de peligro, y los heridos debe- AGH.- Titan, quien ya se encontraba intentando organizar al grupo, se llevó una mano a su hombro herido.

-Efectivamente, los heridos deben descansar. Titan, tú y Shamsa estuvieron luchando contra Jofiel todo este tiempo. Quédense en la retaguardia y déjenos a nosotros el frente en la batalla.-

Titan no sabía como responder. No era que lo que le decían carecía de lógica, o un deseo testarudo de no permitir que otros lucharan en su lugar, sino el hecho de que las amables pero firmes palabras provenían de una muchacha de cabello dorado a la cual solo había visto mediante un portal. Ahora que la situación se había calmado, podía notar que varias cosas no le cerraban. Como el hecho de que Kazuma había aparecido en batalla de la nada, o que Liu Kang, el héroe ya fallecido del Earthrealm, se encontraba casualmente entre los presentes sin resaltar demasiado.

-Creo que... necesitamos intercambiar información, ¿no?-

-Creo que eso va a tener que esperar. Dudo mucho que Jofiel se quede durmiendo la siesta tras ese ataque.-

-¿Cedric? Tu brazalete dijo que sabía cómo traer a Blestang de vuelta, ¿no?- Preguntó rápidamente Insigno, sin perder de vista al enemigo en la lejanía. -Habiendo perdido un luchador, necesitamos más que nunca volver a conformar el grupo entero.-

-Esperen, ¿dicen que saben como hacer despertar a Blestang?-

-Algo así, sí.- Respondió el semidios a Titan.

-Nosotros lo vimos. Su cuerpo, digo. No solo a él, a Wolf también. Pero parecían estar en una especie de coma. Si en verdad pueden despertarlo, sabemos dónde esta.-

Titan dio un paso al frente, ignorando los comentarios previos de sus heridas para liderar una vez más al grupo. -Muy bien, Insigno, ¿puedes llevar a Maury con tus poderes? Debemos dejarlo en un lugar seguro. Shamsa y yo luego podremos guiar a Cedric con Blestang. Si tenemos suerte, quiza también puedan hacer algo con Wolf. Nosotros debemos encargarnos de protegerlos de Jofiel cuando vuelva tras nosotros. Usaremos nuestra ventaja numérica para dispersarnos y atacar de diferentes frentes con ataques de rango. Sabemos lo peligroso que es enfrentarse cuerpo a cuerpo con él. Podremos ponernos al día unos a otros en el camino.-

Todos asintieron con la cabeza. Shamsa y Titan dieron medio vuelta y se echaron a correr, el resto siguiéndolos de cerca. Levantando el brazo libre en el que llevaba al brazalete de fuego, Cedric dejó escapar un comentario por lo bajo. -Necesitamos toda la ayuda posible, y no soporto la idea de que estés descansando mientras nosotros nos rompemos el culo luchando. Vamos a traerte de vuelta de una buena vez, enano.-

Sin que se percatasen de él, Jofiel observó al grupo alejarse, dejando escapar una sospechosa sonrisa.


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El sonido de pasos alertó rápidamente al guardián. Había pasado suficiente tiempo en este lugar como para saber que no había forma de saber que entraría por esa puerta. Tomando lenta pero decididamente su arma, el guerrero se posicionó estratégicamente en un punto de la habitación que le permitiría tener el control cuando los recién llegados entrasen. A pesar de haber recuperado gran parte de su fuerza, su cuerpo aún se encontraba herido, pero eso no le evitaría cumplir con su actual deber hasta su último aliento. El sonido de los pasos se incrementó, y sus músculos se tensionaron. No había forma de saber si se trataba de amigos o enemigos. Finalmente, una sombra ingresó sin el más mínimo cuidado al lugar, y el guardián saltó de su escondite, su arma en mano.

Apenas y logró frenar el filo a escasos del muchacho al ver quién era el que había llegado.

-¡¿Cedric?!-

El muchacho se dio vuelta justo a tiempo para ver como una espada resplandeciente se detenía justo frente a su rostro, columnas de arena levantándose rápidamente, preparadas para defenderlo.

Wolf pestañeó sorprendido un par de veces antes de alejar un poco el arma.

-WAO, ¿QUIERES MATARME O ALGO?-

-Lo último que supe es que Cedric había abandonado al grupo para cuidar de su brazalete.- Respondió Wolf, aun a la defensiva. Luego le echó una mirada a Shamsa, quien acababa de entrar, la cual asintió levemente con la cabeza, feliz de ver que el chaman se encontraba de pie nuevamente.

-Lo siento, en este cielo no se puede ser lo suficientemente precavido...-

-¿Qué no podías olfatearme o algo y ya?-

Sin previo aviso, un destelló blanco apareció al lado de Cedric. Wolf tuvo que esforzarse para no cerrar los ojos. -Señor chaman, ¡que modales! Entiendo que esté molesto porque al parecer un camión le pasó por encima, ¡pero esa no es excusa! ¡Así no se recibe a un amigo!-

Con un suspiro, Blanco también se hizo presente. -No te preocupes, Wolf. No hay forma en que alguien pueda imitarla a ella. Me da gusto saber que ya estás mejor, Arwy.-

-¡Blanco! ¡Muchas gracias!- Respondió ella, sonriéndole de oreja a oreja y mirando a su actual compañero. -¡Así que tú estabas con el chaman! ¡Que pareja tan extraña y divertida!-

-Veo que ya se hizo costumbre intercambiar brazaletes.-

Arwy dejo escapar un respiro entrecortado. -¡Cedric! ¡Te prohíbo si quiera pensar en cambiarme!- Dijo con dolor.

-Si, ya veo que te llevaré conmigo hasta en mi boda, Arwy.-

Mientras ambos seguían peleando entre ellos, Shamsa se volteó hacía Wolf. -Me alegro que hayas vuelto con nosotros. Cuando te vimos antes con Titan... realmente parecía que tal vez no lograrías hacerlo.-

-Por suerte, este no fue mi final. Aunque sinceramente, desconozco con exactitud el motivo de mi desaparición y reaparición. He estado aquí cuidando a Blestang desde entonces, pero no tengo idea de cómo poder despertarlo.-

Cedric levanto el brazo derecho, dejando ver el brazalete de fuego. -Blestang se encuentra aquí dentro, al menos en espíritu. Hasta hace unos minutos podía comunicarse con nosotros y todo. Creemos que hay una forma de traerlo de vuelta a su estado original.-

-Cedric, necesito que me conectes con Blestang. Con Rock inconsciente, necesito hacer el trabajo directamente.-

El joven asintió con la cabeza, y entre él y Shamsa acostaron al monje en el suelo, ajustando ambos brazaletes uno en cada brazo. Por suerte, nada de lo que Shamsa había comentado parecía estar pasando; sus cuerpos se veían igual que siempre. Al poco tiempo, una tenue luz blanca rodeó al guerrero inconsciente.

-Si Arwy tiene razón, esto debería ser suficiente para traer al enano de vuelta.- Comentó Cedric, sujetándose la muñeca. Se sentía tan extraño no tener a su compañera consigo. No podía decir cuándo fue que se acostumbró tanto a tenerla siempre a su lado.

-Eso espero. Además, vendrá bien tener un espadachín que pueda usar esto.- Respondió Wolf, levantando el arma que le fue encomendada.

-Eso quería preguntarte, ¿qué hay con la espada? La última vez que te vi, usabas un hacha.-

-Bueno, veras...-

Wolf iba a comenzar la difícil tarea de explicar todo lo que había ocurrido de la manera más directa y concisa posible, cuando un temblor sacudió la habitación entera.

-¿Q-qué fue eso?-

-Deben ser los demás. Estaban posicionados afuera en caso de que Jofiel viniese tras nosotros…-


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La lucha a distancia contra Jofiel eran igual de peligrosa que la lucha cuerpo a cuerpo. Levantando una mano, el arcángel arranco del suelo un gran trozo de piedra, como si fuese telekinesis, y lo usó para bloquear la bola de fuego y el proyectil de energía que iban dirigidos a él. Con la amenaza eliminada, Jofiel hizo un elegante movimiento de brazo y la piedra salió despedida hacia sus atacantes. Tanto Leon como Tundra chasquearon sus lenguas con indignación mientras se preparaban para esquivar la masa enorme que se disponía a aplastarlos, pero un brillo la envolvió y la hizo explotar en pedazos.

Sin dejarlos caer, Insigno separó cada uno y los posiciono en el aire, mientras Freeze corría debajo de ellos cubriéndolos con una gruesa capa de hielo. Una vez preparada su munición, la guerrera telekinética devolvió el ataque, cientos de afilados y mortales trozos de piedra congelados disparándose a toda velocidad contra la figura alada.

Jofiel simplemente sonrió mientras se cubría con una de sus aterradoras alas negras, los proyectiles estrellándose contra ella sin parecer hacer daño alguno.

Entonces, el ser alado sintió algo en su interior, y supo que el momento que había estado esperando había llegado. Deteniendo por completo sus acciones, solo giró la cabeza hacia el horizonte, sin prestarle la más mínima atención a aquellos contra los que estaba combatiendo. Ante el peculiar cambio de actitud, todos se detuvieron en posición defensiva, analizando si esto se trataba de un nuevo truco.

Pero los segundos pasaron y ya se volvían minutos, y todos comenzaban a cuestionarse si no estaba ocurriendo algo que ellos no sabían. La escena se había vuelto demasiado anti-climática. ¿Debían atacar? ¿Debían esperar? Jofiel, por su parte, sabía que es lo que se supone que debía ocurrir. Ya estaba ocurriendo. Las palabras dentro de su cabeza comenzaban a resonar con mayor potencia.

“Y entonces, Jofiel reanudó su ataque. La pelea más importante de La Alianza aún no había terminado, y lo que estaba en juego era algo más allá que sus vidas…”

Jofiel podía sentir sus músculos tensionándose, luchando contra su voluntad para retomar la batalla. Así siempre había sido. En los momentos cruciales, su mente comenzaba a reproducirle instrucciones; un guion a seguir. Al principio, hacía mucho tiempo, solo lo había tomado como otra manifestación de su mente. Pero con el tiempo había entendido lo que eran: órdenes. Órdenes que era obligado a cumplir, aun contra su voluntad. Alguien dictaba sus acciones más importantes. Jofiel sabía quién era el responsable.

Por eso detuvo a su cuerpo con todas sus fuerzas. Sudor comenzaba a correrle por el rostro, su expresión deformándose debido al esfuerzo sobre-humano que le requería imponerse ante la voz en su cabeza.

”El arcángel no podía seguir con sus teatralidades por más tiempo. La batalla que se estaba llevando a cabo era demasiado importante, no podía darse el lujo de echarla a perder.”

Pero Jofiel no se movía. Su cuerpo temblaba del mero esfuerzo de evitar los espasmos que le causaba aquella narración. El suelo bajo sus pies comenzó a agrietarse, sangre brotando de su boca debido a la presión que ejercía en su mandíbula.

-Eh… chicos… ¿soy el único que siente que algo anda mal?- Comentó Leon casi en un susurro, ya que el resto de sus compañeros se había reagrupado ante tal bizarra situación.

-Declaración: Negativo. Mi sistema también encuentra ilógicas sus acciones. Su capacidad motriz parecería haber entrado en una especie de cortocircuito, dicho burdamente.-

La tensión en el ambiente comenzaba a elevarse. No, era como si el cielo mismo comenzase a concentrarse en un solo punto, y Jofiel fuese el agujero negro tragándose todo. La luz misma parecía estar colisionando en un mismo punto dentro del arcángel.

”¡Suficiente! ¡No más juegos! ¡Jofiel debía cumplir con su deber y enfrentar a La Alianza! ¡El debía reanudar el combate!”

-No…-

”¡Todo seguirá según lo establecido!”

-No.-

¡Y Jofiel cumplirá el rol que se la ha encomendado en esta historia!”

-¡NO!-

Y entonces toda la presión acumulada se liberó, causando una explosión increíble de energía. La misma realidad del cielo pareció flaquear por un momento.

-¡YA NO OBEDECERÉ TUS REGLAS! ¡He seguido esta historia por más absurda que fuese, y el resultado no es más que lamentable! ¡Es hora de un cambio de dirección!-

Jofiel finalmente pareció recuperar el control de su cuerpo, y batió con fuerza sus alas. Una poderosa onda expansiva tomó por sorpresa al grupo, arrojando a todos al suelo. No era solo la fuerza de Jofiel, se sentía como si parte del cielo estuviese también involucrada.

-Arwy, ¿sentiste eso?- Comentó Blanco. Que el brazalete hablase en voz alta ya era un aviso de que no se trataba de algo mundano.

Arwy, por su lado, parecía estar sufriendo. -S-si. Siendo el brazalete de Paraíso, pude sentirlo aún más intensamente...-

-¿Qué ocurrió? ¿Por qué suenas adolorida, Arwy?- Preguntó con preocupación el semi-dios, intentando ponerse de pie nuevamente. Lo que fuese que estuviese pasando fuera del edificio, había sido lo suficientemente fuerte como para afectarlos también a ellos.

-¿Tiene algo que ver con el proceso para despertar a Blestang?- Esta vez era el chamán quien hablaba.

-No... fue un dolor mucho más agudo. Algo conectado con este cielo en sí. Yo soy Paraíso, por lo que tengo una conexión especial con los cielos y lo divino. Pero lo de recién... ugh...- Arwy se llevó una mano a su ojo. -Se sintió como si cientos de agujas penetraran mi cráneo directamente hacia mi cerebro. Sea lo que sea que haya pasado... algo ha dañado este mismo cielo hasta su núcleo.-

-¿Algo que pueda dañar al cielo? Pero... los demás están luchando contra Jofiel, ¿qué podría haber ocurrido? Ninguno de nosotros tiene el poder para hacer algo como eso... y dudo que el arcángel dañe su propio dominio.-

-Shamsa tiene razón. ¿No habrán tenido un corto circuito de brazalete o algo?- Respondió Cedric, encogiéndose de hombros.

Pero entonces la cara de Wolf se contorsionó, y sudor frío comenzó a correr por su frente.

-¡Todos, al suelo! ¡Rápido!-

Cedric y Shamsa se sobresaltaron por la desesperación en la voz de su compañero, echándose rápidamente cuerpo a tierra sin dudarlo.

Toda la estructura en la que se encontraban se vio arrasada, esparciéndose en pedazos como arena en el viento.

-¡Jofiel!- La voz de Shamsa se alzó entre todo el ruido a su alrededor al ver al arcángel de pie de manera imponente frente a ellos.

-¡Cedric, vuelve a tomarme!-

-¿Qué hay de Blestang? ¡Aun no despierta!-

-¡Eso no importa ahora! ¡No podrás enfrentar al arcángel sin mi ayuda!- Comentó Arwy en pánico. Cedric la conocía lo suficiente como para saber que eso no era normal, por lo que no perdió tiempo y volvió a ajustarse su brazalete. Al hacerlo, pudo sentir como Blestang respiraba levemente. Eso era un inicio.

-Veo que las piezas han cumplido con su deber. Mi más humilde agradecimiento, aunque debo admitir que la espera fue una tortura, sí que se tardaron.- Comentó el ser divino, mirándolos con una sonrisa burlona.

-Jofiel… ya sé que es lo que intentas hacer.- Comenzó a decir Shamsa, el arcángel portando una expresión de sorpresa sarcástica. -Tuve mucho tiempo para investigar y aprender de este lugar… sé de tu objetivo.-

-¿Ah, sí? ¿Y cuál crees que es mi “objetivo”?-

Shamsa tragó saliva, pensando bien sus palabras. -Sé que no puedes abandonar este cielo. No en tu forma actual. ¿Por qué separarías a Blestang de su cuerpo, si no fuese para poder tomarlo para ti mismo?-

-¿Eh? ¿Acaso tu…?-

No sonaba tan descabellado. Algo parecido había oído del Shinnok falso cuando se lo cruzó junto con Titan. Shamsa no estaba segura de si así funcionaba la cosa, pero no necesitaba acertar al 100%, solo necesitaba hacerle creer al arcángel que ella era la más peligrosa del grupo actualmente. Porque lo que realmente necesitaba era apartar su atención del hecho de que, lentamente, su arena comenzaba a alejar el cuerpo de su compañero inconsciente del lugar. Cuando la batalla comenzara, ella y Cedric necesitarían tener la menor cantidad de preocupaciones posibles…

Y entonces Jofiel se echó a reír. -¡Interesante teoría! ¡Realmente interesante! ¡Se nota que has estado indagando! Un desempeño admirable, pero… al final, le erraste a todo lo importante. No podría interesarme menos el cuerpo de ese estúpido monje, yo solo quería que trajeran su alma de vuelta a esta realidad, y abriesen el nexo al verdadero centro de este cielo.-

Jofiel hizo un gesto exagerado con su mano, liberando cientos de pequeñas esferas de energía que comenzaban a explotar al contacto. Cedric noto como su amigo seguía aun así inconsciente en el suelo. -Vamos enano, el sueño de belleza ya termino, reacciona.- El semi dios comenzó a agitar el cuerpo del monje pero era en vano. Sin siquiera pensarlo, se abalanzó sobre él para intentar cubrirlo del ataque.

Cuando el polvo se disipó, los tres malheridos guerreros pudieron ver como Jofiel se encontraba flotando sobre un gran agujero en el suelo. No, no era solamente un agujero. Parecía uno de los portales que Shamsa y Titan habían visto hacía rato, solo que este lucía mucho más imponente e inestable.

-No se preocupen, pronto reclamare mi verdadero lugar y esto terminará de una vez. Puedo identificarme con la impotencia de ser solo una pieza cuyo uno objetivo es ser usada y descartada, así que hare su final rápido y sin dolor.- El arcángel comenzó lentamente a descender por la abertura que se había generado en el cielo.

-¿Qué está pasando aquí?- Comentó Leon. El resto del grupo había alcanzado a Jofiel y se encontraba intentando entender la situación.

-No lo sabemos, Jofiel simplemente… creó este agujero en el suelo y comenzó a descender en él. Ni siquiera se molestó en liquidarnos.-

-Es verdad. Por suerte, Blestang parece estar con vida, pero aun esta inconsciente. Ni siquiera se molestó en evitar que lo trajéramos de vuelta.- Comentó Shamsa, arrodillada junto al monje mientras sostenía su cabeza. La cara del joven parecía la de una persona enferma mientras duerme, pero a la vez era un avance del estado en que se encontraba hacia algunos minutos.

-Error: Mis escáneres no logran procesar a qué se debe esta depresión en el terreno. Sea lo que sea, no debería estar aquí. Es algo que va más allá del espacio y el tiempo de este cielo.- Los ojos de Kazuma centellaban mientras su procesador intentaba encontrar una explicación.

-Jofiel comentó algo de acceder al verdadero centro del cielo, y que todos nosotros éramos piezas de alguien más, el incluido. Claramente hay algo que sabe que nosotros no, y si le dio prioridad a eso antes que a nosotros, entonces no puede ser bueno.- Agregó Wolf, intentando recordar todo lo que el arcángel había dicho.

-Cedric, nada de eso tiene sentido. Jofiel parecía estar hablando del lugar más puro de este cielo, aquel al cual solo la esencia divina puede acceder, y donde realmente residen seres como los arcángeles cuando no se proyectan de forma física. Pero él no debería tener problema para acceder a un lugar como ese. -

-Pero, ¿qué podría significar eso, Arwy?-

-No lo sé, y eso me preocupa mucho.-

Cedric cerró los ojos. Cantidad increíble de información recorría su mente. Entre todo lo que habían escuchado y teorizado del Cielo de la Imaginación debía haber alguna respuesta. Los imaginadores, los personajes abandonados, las ideas, el mismo Jofiel, el Centro del Cielo de la Imaginación. Un lugar al que solo podían acceder seres divinos, como los arcángeles o los dioses o…

-Todos coincidimos en que lo que sea que Jofiel esté haciendo, no será bueno, ¿verdad?- Preguntó en voz alta. Todos a su alrededor asintieron con la cabeza. Cedric miró a Blestang, quien aún se veía pálido y en mal estado. Rock no parecía estar mejor, dado que aún no habían oído de ella, y eso a su vez le recordó a la bizarra escena de Maury y Akua saltando en su defensa. Algo le revolvía el estómago, y su mente solo parecía recordar el momento en que Arwy había sido herida. La sensación de impotencia y el temor a perder a gente que apreciaba.

No sabía por qué se encontraba tan sensible. Quiza todavía tenía fresco el recuerdo de la pesadilla que había tenido en el templo de Fujin. Pero sus pies ya comenzaban a moverse solos.

-Entonces espero no estar equivocado. Arwy, prepárate.-

Sus compañeros apenas y llegaron a reaccionar cuando la sombra del muchacho pasó junto a ellos y saltó al vacío tras Jofiel. Entre todo el tumulto creyó poder escuchar a Freeze gritar preocupada, y a Wolf lanzando algún insulto en chamames. Quienes intentaran saltar tras él, solo serían repelidos por la extraña energía del lugar, tal y como le había ocurrido a Titan y Shamsa previamente según su relato. Y eso se debía a…

-Cedric, ¡¿Qué crees que estás haciendo?!-

-Somos un semi-dios hijo de Raiden y el mismísimo brazalete parlanchín de Paraiso, Arwy. Entre los dos conformamos la mayor cantidad de esencia divina de todo el grupo. ¡Somos los únicos que pueden detener a ese hijo de perra de hacer lo que sea que esté por hacer! Y si lo que creo que está por ocurrir es cierto, entonces será mejor que lo detengamos cuanto antes.-

Jofiel se encontraba descendiendo teatralmente, parecía estar degustando cada segundo del trayecto. Cuando un rayo le dio de lleno en la nuca, se dio vuelta sorprendido para ver que Cedric estaba cayendo detrás de él.

-¿Qué? ¿Cómo pudiste seguirme? Demonios, de todos los inútiles, ¡tenía que ser el semi-dios!- El arcángel sujetó al muchacho en cuanto este se acercó y le propino un golpe en el rostro. Cedric no se quedó atrás y respondió al ataque. Mientras más escalaba el intercambio de golpes, más se distorsionaba la realidad a su alrededor. -Iluso, no puedes detenerme. Yo llegaré al centro de este cielo y tomaré el poder del cual soy digno. Deberías haber esperado tu final junto con los demás.- Exclamó Jofiel, alejando a su enemigo con una patada.

-Arwy, ¡¿no hay nada que puedas hacer?! ¡Tenemos que evitar que este imbécil llegue a donde sea que quiera llegar y haga lo que sea que quiera hacer!- A su alrededor todo se distorsionaba, y podía ver cientos de Cedric, cientos de recuerdos de su vida y vidas que no había vivido reproduciéndose al mismo tiempo.

-¡E-Estoy pensado! ¡No me presiones!-

-Arwy, cuando nos conocimos dijiste que la razón por la que nos complementábamos era porque tú eres capaz de sacar el máximo poder de mí, ¡¿verdad?!- Preguntó el semi-dios a su compañera.

-No me gusta a donde estas yendo con esto, Cedric.-

El portal se estaba volviendo más y más angosto, y era cada vez más difícil diferenciar la realidad. O al menos eso sentía Cedric. Jofiel se encontraba cerca de alcanzar su objetivo.

-Los poderes de Raiden y Fujin corren por mi cuerpo, pero por no usarlos por años estoy muy oxidado... ¡Arwy! ¡Necesito que amplifiques esos poderes lo máximo posible ahora mismo!-

-¡P-pero Cedric! ¡No sabemos que pueda...!-

Una luz blanca comenzaba a devorar a ambos. Cedric sabía que era ahora o nunca.

-¡SOLO HAZLO!-

Una poderosa carga de truenos comenzó a acumularse en las palmas del semi-dios. El arcángel rápidamente lo noto e intento contraatacar, lanzando su propio ataque, pero cuando el trueno salió disparado de las manos de Cedric, fue demasiado tarde. El mero impacto sacó de curso a Jofiel, el posible daño causado siendo imperceptible ya que todo a su alrededor parecía estar viéndose afectado por la poderosa liberación de energía al punto de volverse cegador. Cedric sintió una gran punzada en el estomago, y no pudo evitar cerrar los ojos. Todo se difuminó.


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-Kgh khg khg...-

Leon a duras penas logró ponerse de pie. No sabía qué era lo que había ocurrido. En un momento, Jofiel había creado un gran agujero en la realidad misma del cielo y Cedric había saltado sin aviso tras él, y al otro todo se había puesto borroso y una gran luz había cegado a todos. Lo siguiente que recordaba era estar echado en el suelo, con todo su cuerpo adolorido. Tras lograr mantener el equilibrio unos buenos segundos y cerciorarse de que no volvería a caer, el hechicero dio media vuelta y le extendió la mano a Freeze para ayudarla a pararse, solo para encontrar a Tundra haciendo lo mismo al lado suyo.

Mientras ambos comenzaban una de sus típicas discusiones, el resto del grupo se llevó la sorpresa de que no había rastro de Jofiel en los alrededores. Simplemente se había esfumado del campo de batalla al igual que el gran agujero por el que había descendido.

-Que extraño… ¿Por qué huiría? Él tuvo el control del combate todo el tiempo, no creo que haya sido una retirada táctica.- Comentó Titan.

-Quiza tenga algo que ver con su extraña actitud en los últimos momentos antes de la explosión. Parecía… estar luchando contra algo invisible. Algo que lo asfixiaba.-

-Eso es lo de menos. ¿A dónde rayos fue? Y el imprudente de Cedric saltó tras él…- Preguntó Tundra, entrando en la conversación. En respuesta a esto, Kazuma dio un paso al frente.

-Declaración: No puedo detectar los signos vitales del semi dios dentro del perímetro, y tampoco hay rastros de su cuerpo sin vida. ¿Acaso habrán ambos saltado a otro plano de la realidad?-

-Chicos, tampoco veo a Blestang o a Wolf por ningún lado.-

-Haa… y así, un nuevo orden comienza…- Resonó de repente la voz de Jofiel, sin señales de que este se encontrase cerca.

Antes de que siquiera pudiesen intercambiar palabras, el suelo bajo sus pies comenzó a temblar, y frente al grupo se elevó un espiral de luz. La figura alada del arcángel comenzó a conformarse a medida que ésta se apagaba, conjuntos de rocas y estructura destruida flotando a su alrededor. Lo que uno creería formaría una silueta angelical, ahora solo irradiaba una sensación de pavor.

-Qué acto tan inútil. Ese muchacho en verdad pensó que podría detenerme el solo. ¡El muy desgraciado se atrevió a negarme lo que me pertenecía por derecho! Pero... lo único que consiguió es prolongar su agonía, ¡y la de todos sus amigos! No habré podido reclamar el centro del cielo para mí, pero finalmente soy libre. Ya no hay cuerdas que me controlen. Ahora yo, el más apto de los Jofiel, soy el que rige este lugar. Y comenzaré por encargarme realmente de ustedes. – El arcángel levantó ambos brazos al cielo.- ¡Si ese infeliz está viendo, que abra las puertas de su corazón a la desesperación al ver que las consecuencias de sus actos caerán sobre sus supuestos “amigos”!-

Jofiel se elevó unos escasos centímetros en el aire y se impulsó con una fuerza abrumadora hacía el grupo. Reaccionando rápido, Freeze dio un paso adelante del resto y levanto una gruesa pared de hielo entre ellos y el arcángel, el cual no pareció darle importancia y se impactó directamente contra ella. La fuerza del choque envió a todo el grupo al suelo, restos de hielo lloviendo como pequeños cristales.

Leon se puso lentamente de pie mientras se frotaba la espalda, dejando atrás los escombros congelados contra los que se había golpeado. A su lado, Tundra se encontraba apoyado sobre una de sus espadas, una rodilla en el suelo, intentando recuperar algo de aire. A pocos metros, Freeze e Insigno intentaban generar espacio entre ellas y el arcángel. Kazuma había activado sus lanzallamas y estaba bañándolo con fuego, pero no parecía importarle.

Jofiel mostraba un cambio drástico en su su comportamiento. Hasta el momento, él solo había sido melodramático a la hora de interactuar con ellos. Inclusive su forma de pelear era así, con movimientos y posiciones exageradas como quien está haciendo algún tipo de actuación. Pero ahora, se había vuelto mucho más agresivo y directo, al punto de luchar como si fuese un berserker, sin importarle el daño a recibir y dejando muchas aberturas en sus ataques, lo cual sería bueno si no fuese porque se trataba de una criatura con un poder muy superior al de ellos.

-¿De qué crees que estaba hablando con eso de ser libre y el Jofiel más apto? Su forma de pelear ha cambiado radicalmente.- Le preguntó el espectro a su compañero.

-No lo sé, pero es como si algo se hubiese roto dentro de él. ¿O debería decir como si algo ya no lo retiene dentro de él? He intentado conectar con su alma cada vez que intercambiábamos golpes físicos pero... es como si no tuviese una. No sé si se deba al hecho de que es tan poderoso que yo no tenga la capacidad de manipularla, o que las almas divinas sean una cosa que mi mente no logre comprender.-

Y no era solo el arcángel. La atmósfera misma del cielo parecía haber cambiado, volviéndose más tensa y pesada a cada momento. El cielo comenzaba a oscurecerse como cuando una gran tormenta se avecina, solo que no había nubes en él, sino cientos de puntos de luz que parecían simular estrellas.

Mientras los dos compañeros intentaban darle sentido a las cosas, la pelea continuaba. Freeze había logrado crear un camino de hielo para deslizarse y esquivar un potente gancho de Jofiel, mientras que la levitación de Insigno era mucho más útil para maniobrar en el campo de batalla. Con dos de sus oponentes fuera de rango, el arcángel batió sus alas para desviar el fuego del ciborg y, en un rápido movimiento, sujetó ambos antebrazos de este. Chispas empezaron a volar enardecidas mientras que la fuerza del agarre aumentaba, y rápidamente el fuego dejó de salir, ambos lanzallamas totalmente destruidos.

Al ver a su compañero en apuros, Titan se disponía a embestir a Jofiel para liberar a Kazuma, pero alguien se le adelanto. Una patada voladora dirigida con gran precisión a la quijada del enemigo logró liberar al ciborg. Liu Kang aprovechó para conectar su característica patada bicicleta, dándole fuertes golpes en el pecho a su objetivo con tal fuerza que logró enviar a Jofiel por los aires.

-Compañeros, es hora de que tome las riendas de esta batalla.- Dicho eso, ambos puños de Liu Kang se envolvieron en fuego, y el aura que emanaba pareció volverse mucho más tensa y seria. -Habiendo derrotado a seres como Goro y Shao Kahn, voy a demostrarle a este arcángel el poder de nosotros los mortales.-



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Cuando Cedric abrió los ojos, no se encontraba para nada en lo que había visto durante su estadía en el Cielo de la Imaginación. La situación era tan irreal, que el joven se vio forzado a abrir y cerrarlos repetidas veces para cerciorarse de que esta no era una alucinación. Se encontraba... en un pequeño cuartucho. No había mucha luz, pero las penumbras dejaban ver que el lugar era un verdadero desastre.

-Oh... oh cielos.- Exclamó Arwy. -¿De verdad es este el centro de este Cielo?-

-¿Eh? ¿De qué hablas? Esto se ve como un chiquero.-

-¡Es por eso que me sorprendí! Pero no hay dudas, este es el verdadero centro del Cielo de la Imaginación.-

Cedric dejó escapar una cara de asco. Había empezado a sentir su zapatilla algo resbaladiza, y al bajar la vista se llevó la desagradable sorpresa de que estaba pisando un charco de lo que quería creer era jugo, y no alguna clase de criatura o idea convertida en líquido o algo.

Fue gracias a eso que noto la encorvada figura tirada en el suelo, hecha una bolita. Vestía una bata blanca, y sus manos se encontraban en ambos lados de su cabeza, en una posición que al semi dios le recordó a un niño intentando no oír cuando le hablan.

-Oiga... ¿Qué es este lugar? ¿Y quién se supone que es usted? ¡Estaba en la mitad de algo importante!-

-Se echó a perder... se echó a perder... se echó a perder...-

-¿De qué rayos habla?-

-Estaba tan cerca... iba a ser un final tan emocionante... ¿cómo es que paso esto?-

-Suficiente parloteo, ¡te estoy hablando!- Exclamó Cedric, tomando del hombro a la figura y tirando de ella para poder verla de frente. Un cable se tensionó con el tironeo, moviendo lo que parecía ser un gotero de hospital. Los ojos que se cruzaron con los suyos se veían grises y sin vida, al igual que el hombre que ahora se encontraba frente a él. Calvo, arrugado, con una larga y desprolija barba.

-No puede ser...-

-¿Qué ocurre, Arwy?-

-Este sujeto... él es Jofiel.-

-¿¡Qué!? ¿¡Este vejestorio!? Tiene que ser otra de tus bromas.-

-Ya quisiera... pero frente a nosotros se encuentra el ángel protector del Cielo de la Imaginación. Su verdadera forma.-

-¡¿Tú eres el que estuvo haciéndole la vida imposible a todos mis amigos?! ¡¿En serio?! ¿Qué paso con tu look imponente de hace un momento? ¿Tan fuerte te golpee que te envié a tu versión de mil años en el futuro?- Sin ningún tipo de recado, el muchacho tomó del cuello de la bata al ángel y lo levantó en el aire. -¡¿Qué paso con el todo-poderosos ángel qué solo nos ha estado dando dolores de cabeza mientras intentamos salvar la florinda realidad, eh?!-

-... Ya nada de eso importa de todas formas...- Se alcanzó a oírlo decir.

-¡¿Y qué rayos quieres decir con eso?!- Cedric ahora se encontraba agitando agresivamente al frágil ser. Este no se inmutó, solo levanto débilmente la mano a la cual estaba conectado el suero y apunto a un costado de la habitación.

-... Ya todo se terminó... no pude alcanzar el final que quería...-

Siguiendo el dedo de Jofiel, Cedric notó que apuntaba a lo que parecía ser alguna especie de computadora o máquina de escribir, con una estética demasiado extraña para él. Estaba hecha añicos, como si algún proyectil se hubiese impactado contra ella. No le tomó mucho tiempo deducir qué le había pasado.

-Yo... yo estaba emocionado... quería darles una gran historia... mi magnum opus...- Mientras decía esto, Jofiel comenzó a sollozar. -Pero... ¡pero jamás pude prever que él se pudiese rebelar contra mí! ¡No se suponía que pasara! ¡Y mucho menos que pudiese llegar al verdadero centro de este Cielo!-

-Señor Jofiel... no me diga... no me diga que esa máquina era lo que le daba vida a este cielo... -

-Por eso les dije que ya no importa. Lo tenía todo en mi cabeza. He estado escribiendo por tanto tiempo, tanto tiempo. Pero algo faltaba, y cuando supe de ustedes, dentro mío desee que lograran llegar a este cielo. A pesar de que los Elder Gods no querían nada de eso, los esperé con ansias. Quería contarles mis historias. Que pudieran vivirlas. Mis hermanos... ellos no lo entenderían, su existencia los vuelve apáticos, no son capaces de experimentarlas como es debido... pero seres mortales como ustedes...- Jofiel exhaló depresivamente, como quien deja escapar su vida por su aliento.- Pero ya no importa. Quizá lograste evitar que él llegara por completo hasta aquí, pero su choque logró destruir todo lo que construí. Este cielo se hundirá en la anarquía como los anteriores. Jamás podré terminar mi historia...-

Cedric dejó caer al anciano, quien dejó escapar un bufido por el impacto. Su cara mostraba desprecio y asco.

-¿En verdad eso es todo? ¿No te dejaron terminar tu fanfic como querías y ahora estas llorando?-

-¡No sabes lo que se siente!- Exclamó Jofiel levantando la voz y, por primera vez y a pesar de estar tirado en el suelo, se vio como el ser terrible que todos creían que era. -Escribir día tras día, esperar por décadas, milenios, para poder llegar al momento que tantas veces viviste en tu mente, para que luego pase... *esto*... y que todo se lo lleve el viento. ¡¿Qué punto tiene si nadie jamás sabrá el final que tenía en mente?!-

Un resplandor apareció en los ojos del arcángel, y este débilmente comenzó a incorporarse.

-Pero tú... ¡tú puedes atestiguarlo! No eres un mero mortal, si, tú eres un semi dios. Tu parte divina te permitió entrar a esta zona celestial. ¡Tu cuerpo mortal desaparecerá pero tu esencia podrá continuar!-

Cedric dio un paso atrás pero de repente los movimientos de Jofiel eran demasiado rápidos. Éste extendió agresivamente los brazos y sujetó al joven por ambos hombros.

-Cedric... ¡escucha el final de mi historia! ¡Te lo ruego!-

-... ¿Qué?-

-Ya no puedo escribirla, por lo que nunca ocurrirá... ¡pero si tú la oyes, entonces no será olvidada! ¡No será en vano! Cuando este cielo, esta realidad, ya no exista, y tú y yo seamos solo esencias divinas flotando en el éter de los Elder Gods...-

-¿A qué mierda te refieres con eso?-

-Estamos en los cielos, tu divinidad aquí resuena más fuerte que nunca... si te quedas en este cuarto, el centro del cielo, aun cuando todo lo físico sea destruido, podrás seguir existiendo. Tu parte divina te lo permitirá. Así sobreviviríamos los arcángeles. ¡Es por eso que necesito contarte mi historia! ¡Que alguien sepa en el final de los tiempos como iba a terminar! ¡Tienes que...!-

Un golpe en la quijada echó a Jofiel de nuevo contra el suelo.

-¡¿TE CREES QUE QUIERO ESCUCHAR TU MIERDA DE FINAL?!- El semi dios abrió y cerró su puño con fuerza, intentando ahogar su ira. Recuerdos de la pesadilla que había tenido en el templo de Fujin se presentaban en su mente de manera intrusiva.- ¡¿Te crees que tengo el más mínimo interés en quedarme aquí?!- Imágenes de todos sus amigos muertos en el suelo, de Arwy llorando.- ¡¿Que voy a hacer algo como eso, mientras todos los demás están luchando hasta el último aliento?!-

-Cedric...-

-¡Nada, Arwy!- Callando rápidamente a su espíritu acompañante, el joven apuntó hacia Jofiel. -Ustedes los dioses, los ángeles, son todos la misma mierda. No les importan los seres mortales. Todo se está yendo al demonio, ¿y lo que te importa es contar el final de tu historia? ¡¿De un pedazo de ficción que creaste en tu cabeza?! ¡La realidad está luchando por su derecho a existir justo bajo tu nariz!-

El semidios hizo una pausa para reagrupar sus pensamientos antes de proseguir. -No puedo entenderlo. Desde que se nos encomendó esta misión para salvar la realidad, los mayores obstáculos nos lo presentaron no hechiceros o demonios caídos o algo así, ¡sino los seres a cargo de dicha realidad! ¿¡Que rayos les sucede?! ¡¿Acaso pasaron tanto tiempo encerrados en sus cuartitos que olvidaron el valor de todo esto?!

...

Les tengo lástima. Te tengo lástima. Han pasado tanto tiempo lejos de la realidad, que ya han olvidado qué tiene valor y qué no.-

Cedric le dio un rápido vistazo al teclado destruido.

-Has pasado los últimos milenios aquí, encerrado en este cuarto, escribiendo, ¿verdad? Rodeado de todas estas ideas que jamás terminan de volverse reales. En realidad has pasado todo este tiempo solo. Has dejado de entender al mundo, y a ti mismo. Nada más que tú existía en este lugar, por lo que tu propia identidad se volvió difusa. Es el resultado de estar viviendo asilado de toda realidad, escribiendo todo lo que pasará pero jamás viviéndolo. Si me lo preguntas, lo mismo le ha pasado a los Elder Gods. Esos sujetos han pasado tanto tiempo apartados del mundo que se han vuelto completamente apáticos hacia él. Por eso no les importa para nada qué ocurra con todas las realidades.-

-A mí... si me importaba esto. Quería que terminase mejor...-

-¿Si? Bueno, puede que quiza quede algo dentro de ti como para comprender cómo nos sentimos. Nosotros no estamos escribiendo cosas que esperamos sean lo más reales posibles, nosotros estamos tomando acción para forjar la realidad de la mejor forma posible. Vamos, Arwy. Sácame de aquí, volvamos con el resto.-

-¡Espera! Si... ¡si haces eso no habrá vuelta atrás! Algo muy grave debió pasar para que termines aquí. Si vuelves, ¡no hay garantía de que sobrevivas! ¡Tengas esencia divina o no! ¡Estar aquí es lo que te da la oportunidad de sobrevivir a todo esto!-

-No me importa. Yo sé lo que quiero y pelearé junto a mis amigos por ello hasta el final. Tendré una parte divina gracias a Raiden, pero de mi madre herede mi humanidad, y le estaré eternamente agradecido por eso. Ese espíritu humano es lo que nos empuja a vivir.-

Cedric le dio un último vistazo a Jofiel, pero este parecía demasiado perdido en la duda y en la afliges.

-Vámonos, Arwy.- Y con un destello, el semidios abandonó el centro del cielo.


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En el centro de un gran cráter recién formado, el antiguo héroe del Earthrealm intercambiaba ferozmente golpes con el arcángel. El suelo temblaba con cada intercambio, aunque realmente nadie podía estar seguro si se debía al poder de los combatientes o algo más grave estaba ocurriendo. Algo en el ambiente insinuaba que la situación podía empeorar más.

-Sorprendente, joven monje. Jamás espere verte aquí, ciertamente se necesitaría una gran imaginación para que algo como esto ocurriese.-

-No sé si se deba a imaginación o al destino, pero te detendré antes de que lleves esta situación más allá del punto de salvación.- Respondió Liu Kang, tomando carrera y preparando su más poderosa patada voladora.

-¿Oh? Grandes palabras para alguien quien realmente jamás tuvo ningún logro.- Elegantemente, Jofiel esquivo la pierna de su rival y la sujeto en el aire, aprovechando la súbita frenada para entregar un poderoso golpe directo al mentón. -Quizá en alguna otra línea de tiempo fuiste importante, ¿pero aquí? Jamás lograste construir un verdadero legado antes de morir. ¡Alguien como tú no debería tener el afán de balbucear semejantes tonterías ante un ser divino! ¡No eres nada!-

Sujetando la pierna capturada con ambos brazos, lanzó a un Liu Kang semi consciente al horizonte, sacándolo de combate. Su pequeño paso a la victoria fue fugaz; grandes cantidades de rocas arremetieron contra su cuerpo como si se tratase de un imán atrayendo metal. Pronto el arcángel quedo atrapado en un sinfín de escombros rodeados de una poderosa aura verdosa.

-No podré retenerlo mucho tiempo, rodeen el cráter y ataquen a distancia, debemos hacer que subir cada centímetro le cueste como si se tratasen de kilómetros.- Ordenó Insigno.

-Cielos, ¿vieron cómo derrotó a Liu Kang? Sigue tan poderoso como cuando lo enfrentamos con Shamsa, no parece demostrar cansancio.- Titan, que había oído del monje durante su servicio en las fuerzas especiales, no podía creer la facilidad con la que el guerrero había caído.

-Pfft, la verdad ese Liu Kang no me parece la gran cosa, no ha hecho nada sorprendente desde que se nos unió.- Respondió Tundra mientras corría alrededor del cráter, lanzando llamaradas al conjunto de rocas y derritiéndolas, fortificándolas aunque fuese un poco.

El resto del grupo aportaba con lo que podía, y al poco tiempo Jofiel se encontraba atrapado dentro de una esfera de roca derretida y hielo. Cuanto podría retenerlo, nadie podía decirlo.


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Cedric se encontraba tirado boca arriba, sus ojos mirando un cielo extraño. “¿Se puede decir que un Cielo tiene un cielo?”, pensó y rio, al menos para sus adentros, ya que las comisuras de su boca apenas y se habían movido. Ahora que volvía a tener un cuerpo físico, podía finalmente medir las consecuencias de su último intercambio con el Jofiel angelical. Seguro a esto se había referido el anciano. Algo golpea su mejilla, luego su frente, luego su rostro entero comenzó a sentir un cosquilleo. Había comenzado a llover, ¿acaso era parte de la teatralidad de Jofiel? ¿O estaba perdiendo control sobre sus poderes?

El semi-dios no pudo concentrarse lo suficiente en ese pensamiento, algo se había arrastrado penosamente hacia él y ahora su figura borrosa intentaba erguirse frente suyo.

-¿Cedric?-

Forzosamente, intentó centrar su mirada, aunque realmente no le era necesario. Conocía esa voz. Pero quería ser capaz de verlo a los ojos al menos una vez más.

-Heh… sigues tan enano como siempre… mínimo hubieses crecido algunos centímetros al recuperar tu cuerpo.- Esta vez pudo poner una sonrisa en su rostro, y vio que si amigo intentaba hacer lo mismo. -De parte mía…-

-… ¿De parte… tuya…?-

-Así es… de parte mía, tú…- Cedric forzosa y temblorosamente levantó su brazo, sujetando un lado de la cabeza de su amigo.

-… Yo…-

Súbitamente, Cedric tiró de su brazo y acercó el rostro de su amigo a su pecho.

-Tú tienes que patearle el trasero a ese tipo…-

-…-

-…-

Ambos se quedaron quietos por un momento, como si fuesen lo único que existiese.

-Cedric… yo no…- Blestang se levantó gentilmente para mirar a su amigo a los ojos, haciendo que el brazo de este cayese débilmente al suelo. Parte de su rostro estaba empapado de sangre ajena, aunque no era algo que su mente registrase en ese momento.

-¿Sabes? Siempre odié estar relacionado a Raiden. Toda la historia de los dioses y lo que eso involucraba… en verdad lo odiaba. Los dioses no parecían poder entendernos a los humanos. Incluso llegué a resignar mis poderes por años, pero…- Comentó el muchacho, mirando triunfal al cielo gris. -Esta vez… creo que esta vez, puedo estar feliz de tenerlos. No seré un dios, pero lo que Raiden podía hacer… puedes apostar que yo también puedo hacerlo, maldición.-

Solo entonces logró Blestang entender lo que estaba ocurriendo.

-No… ¡maldición, Cedric! ¡No lo harás! Cedric… ¡acabas de volver! ¡No dejaré que…!-

-Si ese bastardo, quien no era capaz de apreciar las emociones humanas, lo hizo, yo no puedo quedarme atrás. ¡Ese es mi espíritu humano!- El semidios rápidamente interrumpió a su amigo, depositando algo en su mano. -Mi orgullo y mis sueños… ¡Blestang, te doy todo a ti! ¡Tómalos!-

Blestang bajó la mirada y, para su sorpresa, se encontró al brazalete de Paraíso en su mano. Abrió la boca para decir algo pero su compañero rápidamente empujó su mano hacia su pecho, en señal de insistencia.

-Se sentirá un poco deprimida… anímala de mi parte, ¿sí?-

-¡Maldición Cedric, deja de intentar hacerte el héroe! ¡Encontraré una forma de curarte y luego veremos como detener a ese imbécil! ¡Así lo hemos hecho siempre!- Gritó el monje, lágrimas corriendo por su rostro. Cedric dejó salir un suspiro y volvió a mirar al cielo gris, alegrándose por la lluvia. Quizá ésta sería capaz de ocultar que él también estaba llorando. Temblorosamente, llevó su mano a su pecho, su cuerpo perdiendo consistencia, y sujetó con fuerza lo que era preciado para él. Entonces miró fijamente al monje, dándole una última sonrisa, la cual por un segundo disipó todo lo malo que había alrededor.

-Tú eres… la prueba de mi humanidad. Patéale el culo y salven la realidad, ¿si?-

-... No le mostraré piedad, Cedric. ¡Tu espíritu arderá dentro de mí!-

Dejando escapar un último suspiro, su cuerpo terminó de desaparecer en una explosión de luz. A pesar de que no se sentía tan poderosa como la última vez, la familiar sensación que invadió a Blestang le resulto cientos de veces más desoladora.

Y tras tomar una profunda bocanada de aire, el joven dejó escapar un gritó de furia y dolor que desgarró el cielo.


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Chicos, no les miento, superé el límite de caracteres que permite el foro en un solo mensaje por básicamente el doble xd
Voy a hacer doble post solo para subir la segunda parte del capitulo.

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The ST. Jimmy
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Re: La Alianza: Fic Interactivo

Mensaje por The ST. Jimmy » Mié, 26 Ene 2022, 07:39

-¿No lo entienden? ¡No importa lo que hagan, no pueden detenerme!- Jofiel destruyó la prisión de roca que lo rodeaba. Todo su cuerpo estaba cubierto de heridas las cuales rápidamente desaparecieron. El impacto fue tal que los miembros de la Alianza tuvieron que usar toda su fuerza para no ceder terreno por la onda expansiva.

-Odio admitirlo, pero tiene razón. No importa que ataques o estrategias usemos... ¿realmente podemos derrotar a un arcángel? Su resistencia parece inagotable, y su cuerpo solo permanece herido unos segundos antes de volver a recuperarse...- Shamsa vociferó lo que todos pensaban. Contrario a Jofiel, quien había estado luchando todo este tiempo, todos sus compañeros iban lentamente acumulando heridas, y era cuestión de tiempo para que empezaran a quedar fuera de combate uno por uno. El ser celestial esbozo una sonrisa cruel y batió sus negras alas, listo para reanudar su ataque.

-Es suficiente... ¡no dejare que sigas con esto!-

Jofiel frenó en seco, su mirada posándose más allá de cualquiera de sus actuales oponentes. El resto lo imitó, y pudieron ver a un debilitado Wolf haciéndose camino al campo de batalla. Pero él no había sido quien había exclamado esas palabras, sino el que parecía ser un anciano que a duras penas, pero firmemente, caminaba hacia ellos, ayudado del brazo por el chamán.

-¿Quién es ese?-

-No... no puede ser, debo estar más agotado de lo que pensé, pero parecería ser una versión envejecida de Jofiel...- Las palabras de Tundra no podían terminar de convencerlo ni a él mismo.

-Oh, ¿decidiste presentarte finalmente, Creador? ¿O debería llamarte "Padre"? ¿Qué haces acompañado de esa escoria? ¿Acaso no vienes a ver como logro tu objetivo y elimino finalmente a estos sujetos?-

-No, todo lo contrario. Te has alejado de tu camino original, mi creación. El haberte desconectado de esa forma del corazón de este cielo jamás debió poder ocurrir, y al hacerlo te condenaste a ti mismo. En parte, sé que es mi culpa. Yo te inventé para que fueras una fuerza imponente, solo estas siguiendo tu propósito. ¡Pero lo estas llevando muy lejos!-

-No, creo que estás muy equivocado. Ahora puedo verlo, pasar tanto tiempo encerrado mientras yo hacía lo que debías hacer en verdad fundió tu cerebro. Yo no soy una mera fuerza imponente creada para generar fricción en esta historia, ¡yo soy lo que tú quisieras ser! ¡Soy la versión mejorada! ¡El arcángel que este cielo en verdad merece!-

-Lo que dices tiene algo de verdad. Es cierto que te cree dándote mis mejores dotes de mi juventud, o quizas nunca los tuve y mis memorias me jugaron una mala pasada, dándote características que quisiera haber tenido. Eres una imagen deformada de mí, causa de mi decaimiento y desconexión con todo lo "real" que hubo o pudo haber aquí. Tal y como dijo el muchacho.-

-¡No! ¡Soy la versión que es capaz de llevar a cabo la tarea que se nos encomendó! Yo soy el que tiene la voluntad de obedecer a los Elder Gods, quien se deshará de estos mortales y traerá real orden a este cielo en lugar de jugar con ellos, creando historias tontas y perdiendo el tiempo con ideas sin sentido. Eso es algo que tú jamás podrías hacer, pero yo puedo hacerlo.-

-¿Llevando a cabo una tarea de manera fría e implacable? Si, suenas a mí. Es lo que yo habría dicho en otro momento. Pero me di cuenta de lo errada que estaba mi forma de ver las cosas. Ese joven semi dios me abrió los ojos. Si dejamos que la realidad se termine, ¿de dónde surgirán las ideas, la imaginación, que ha de llevar a las realidades adelante? ¡No quedará nada!-

-Hahahaha... eres tan gracioso. Fue divertido, pero es tiempo de terminar con esto.-

-Si... creo que tienes razón. Es hora de que terminemos.-

Jofiel, la versión vieja, levantó la palma de su mano. Ningún rayo destructor, u onda de energía, o algo parecido salió de ella. No parecía estar pasando nada. Pero los miembros de la Alianza podían sentirlo. La tensión en el ambiente aumentó, y el aire mismo comenzó a sentirse pesado. La presión en el lugar aumentaba, como si el espacio entre ambos arcángeles se estuviese comprimiendo.

La versión joven comenzó a sudar. Parecía estar luchando para simplemente mantenerse de pie. Algo estaba pasando entre ambos, algo más allá de la comprensión del resto. Sangre comenzó a brotar de la nariz del anciano, quien ya parecía estar en muy mal estado antes de la confrontación. El simple hecho de que pudiera hacer lo que fuera que estaba haciendo ya parecía una gran hazaña para él, y se notaba que perdía fuerzas con una velocidad mucho mayor que la de su otra versión.

-N-no... ¡no puedes contenerme más! ¡Te has vuelto demasiado débil! ¡Te destruirás a ti mismo antes de que logres acabarme!-

-¡No te lo permitiré!- Liu Kang, quien había vuelto a la batalla, intentó dar un paso al frente al ver a Jofiel preparándose para atacar. Pero la mera intensidad del choque de ambos seres era demasiada para él, y rápidamente sus pies comenzaron a despegarse del suelo, saliendo despedido hacia atrás. -¡Noooo!-

Pero a pesar de todo, el ataque de Jofiel no encontró a su objetivo. Alguien sí había logrado interponerse. Titan, una vez más, ponía su vida en riesgo. Por el rabillo del ojo el soldado podía ver que Leon le estaba gritando algo, pero no podía entender qué decía. De hecho, ya ni siquiera podía oírlo. La ráfaga de energía lo estaba embistiendo como una continua llamarada de fuego. Sus ropas se desintegraban, su cuerpo comenzaba a llenarse de heridas que se cauterizaban antes de llegar a sangrar. El dolor era insoportable, y su mente alternaba entre la conciencia y la inconciencia de segundo a segundo. Pero el anciano detrás suyo se encontraba a salvo del ataque, y por cada segundo que éste seguía vivo, podía sentir el poder del otro Jofiel disminuir. Este era su propósito: proteger y servir. Ya lo había hecho en el pasado, al punto de entregar su vida por sus compañeros. Sí. Este dolor, esta sensación ya era familiar para él. En el pasado, el dolor agobiante de estar muriendo lo había hecho flaquear, pero ese ya no era el caso. Apretando con fuerza sus dientes, su cuerpo comenzó a extenderse a medida que empujaba más y más su límite.

-¡Maldito desgraciado, como te atreves! ¡Aaaaghhh!- Finalmente, la continua ráfaga de dolor cesó. Toda la tensión, la presión que había en el aire se esfumó al mismo tiempo en que ambos Jofieles caían al suelo como muñecos de trapo. Dándose el lujo de dejar escapar una pequeña risa, Titan también se permitió caer al suelo, su cuerpo de vuelta a su tamaño normal.

-¡Demonios Titan! ¡¿Por qué hiciste eso?!- Shamsa, que fue la primera en reaccionar y llegar hasta su compañero, depositó cuidadosamente un brazo sobre él y lo dio vuelta para comprobar su estado.

-¿Cómo se encuentra?-

-Aun respira.- Exclamó la muchacha con alegría.

-Que desgraciado, ¿acaso ya te enfrentaste tanto a la muerte que te olvidaste cómo morir?- Comentó Leon entre risas. Algo impensable sabiendo todo lo que estaba ocurriendo a su alrededor.

Wolf y Tundra, al ver que Titan se encontraba estable, en su lugar se acercaron al anciano. Para sorpresa de ambos, este también estaba consiente. Tundra rápidamente desenfundó una de sus armas.

-Creo que es un buen momento para que nos expliques quién eres y qué fue todo eso.- Comentó, rápidamente interrogando al extraño.

-Yo... yo...- El anciano apenas y podía respirar, mucho menos hablar.- ... soy el... verdadero Jofiel. Aunque eso seguramente... ya lo habían deducido. Aquel ser... es mi creación... Es la representación de mí mismo... que plasmé en este cielo... para llevar a cabo mis tareas. Yo... debía detenerlo mientras aun tuviese fuerzas... pero no entiendo... ¿Por qué me salvaste, soldado?-

Titan dejó escapar una pequeña risa adolorida. –Por un momento, pude ver en tus ojos lo mismo que veo en los ojos de todos mis compañeros. Dime, ¿por qué decidiste ayudarnos tú a nosotros?-

-Hasta hace unos momentos no lo hubiese hecho... pero... fue la intervención de uno de sus amigos, aquel que llaman Cedric, lo que me hizo redescubrir mi razón para estar aquí. El me recordó como eran las cosas hace eones, cuando los cielos y mis hermanos aun eran jóvenes... cuando nuestro deber no nos habían corrompido a cada uno a su manera. Me recordó la llamarada que arde en el espíritu de cada idea, de cada ser vivo. Me recordó por qué comencé a escribir en este Cielo...-

-Entonces ya sabes por qué te protegí.-

-Increíble... no dejan de sorprenderme. Es la segunda vez que me llevan a recapacitar... ojalá pudiese hacer más por ustedes.- Jofiel comentó, levantando débilmente su mano y apuntando hacia su otra versión, la cual estaba poniéndose de pie lentamente.

-¡¿Qué?! ¡¿Qué no lo habías matado?!- Preguntó el espectro.

-No... eso ya está lejos de mi alcance. Como bien dijo, estoy demasiado débil como para derrotarlo.-

-¡¿Entonces para qué fue todo eso?!-

-Para cortar nuestra conexión. El ya no es parte de mí, y por ende, ha perdido su fuente de divinidad.-

-¿Eso quiere decir...?-

-Quiere decir que podemos derrotarlo, con esto.- Aportó Wolf, levantando finalmente la espada que había recibido. -Su poder será increíble para nosotros, pero su resistencia infinita y su capacidad de recuperarse de todas sus heridas se debían a su estatus de arcángel.-

-¿Esa no es… la espada de Jun?-

-Así es. Está cargada con energía divina más allá de nuestra imaginación. Ni siquiera ese Jofiel con todo su poder sería capaz de soportar su hoja. Tenía pensado hacer que Blestang la portara en esta pelea, pero dado que aún no sabemos nada sobre su paradero actual….-

-Espera… ¿quieres que yo la blanda?- Preguntó un sorprendido Tundra, al ver que Wolf le acercaba el mango de la espada.

-Tú eres actualmente el que más experiencia tiene en el grupo para portar este tipo de armas, Tundra. Sé que no es lo mismo que una katana, pero no creo que podamos ser quisquillosos en momentos como estos.-

-Yo cuidare a Titan, ustedes sigan con la pelea.- Comentó Liu Kang, agarrando cuidadosamente al soldado y apartándolo del campo de batalla.

El espectro asintió con la cabeza y tomó el arma en sus manos. Mientras el resto de sus compañeros saltaba a reanudar el combate con la versión joven de Jofiel, Tundra cerró los ojos y recordó todos sus años de entrenamiento y combate. Antes de ser un espectro, el fue un ninja. Su especialidad era el combate furtivo. Le daría a Jofiel el golpe de gracia antes de que este supiese qué lo golpeó.

Centró su atención en el viento. Las corrientes que fluían a través del campo de batalla. El viento era uno de sus elementos, y el que usaba para mayor movilidad. Necesitaba toda la movilidad posible para el golpe furtivo que iba a propinar. Pronto los gritos y ruidos de la batalla se apagaron, y solo quedaba él, el viento, y su presa. Tundra abrió los ojos y dejo que sus poderes fluyan. Con una agilidad y sigilo sorprendente, se abrió paso guiado por el viento, como si fuese un baile, hasta posicionarse detrás de Jofiel. Entonces levanto la espada y...

... su muñeca comenzó a arder. Su cabeza comenzó a arder. Su propia mente ardía. Sus manos comenzaron a temblar, el filo de la espada que antes apuntaba a la espalda de su objetivo ahora se movía de un lado a otro. Todo sigilo que podía haber ganado se había perdido. Pero, ¿por qué? ¿Qué estaba ocurriéndole? Tunbra y Dark comenzaron a aparecer como flashes en su mente. ¿Acaso su personalidad malvada intentaba apoderarse de su cuerpo? No, esto se sentía distinto.

Jofiel rápidamente se dio vuelta y con el dorso de su mano le propinó un golpe a Tundra que lo echó a volar.

-¿En verdad esa era su carta triunfal? Vaya, que decepción. Parece que ni siquiera fueron capaces de desarrollar esa idea hasta el final. No se preocupen, no tendrán que cargar con esa vergüenza mucho tiempo, ¡los enviaré al olvido ahora mismo!-

-Tundra, ¿qué ocurrió?-

-La... la espada. Los espíritus dentro de la espada, Wolf. Pude oírlos en mi mente, ahora lo sé. Me rechazaron. Sintieron la oscuridad en mí...-

-Perfecto, ¡¿ahora la espada es quisquillosa y decide rechazar a la gente a pesar de que eso puede costarnos la batalla?!- Se quejó Leon.

El arcángel levantó ambas manos, listo para contraatacar. En respuesta, todos los miembros de la Alianza se prepararon para el ataque próximo.

Fue entonces cuando un gran destello de luz se alzó en el horizonte, y un enceguecedor pilar de energía plateada se elevó hasta el cielo. En el centro de éste se podía llegar a vislumbrar una figura que parecía humanoide. Pero antes de que nadie, ni siquiera Jofiel, pudiese ajustar su vista, la silueta salió disparada e impactó directo contra el arcángel, quien salió disparado contra una estructura cercana.

Cuando la luz y el polvo se disiparon, Blestang se encontraba frente al grupo. Su cabello estaba levemente erizado, y su cuerpo emitía una débil aura plateada. La alegría de la mayoría de sus amigos al verlo de vuelta fue corta. Su actual aspecto, junto a su ceño fruncido y sus puños cerrados con ira al punto de que sangre escapaba de sus palmas, reactivaron un recuerdo en varios de ellos. Escenas de la pelea contra Shinnok en el Netherrealm destellaron en sus mentes. Solo podía haber una opción, pero nadie quería siquiera considerarla.

-¡Blestang! No... no me digas...-

-Cedric... ¿entonces él...?

Blestang no respondió. Solo siguió mirando en dirección hacia Jofiel. Eso fue todo lo que sus amigos necesitaban. Sabían que había ocurrido una tragedia.

-Blestang, escúchame. Sé que este no es el mejor momento, pero necesito que tomes la espada que tiene Tundra y...-

-Olvídalo, Wolf. Esto es entre Jofiel y yo. Me encargaré de eliminarlo con mis propias manos.-

Sin siquiera esperar una respuesta, el monje salió disparado tras Jofiel a una velocidad increíble, dejando rápidamente atrás a sus compañeros.

-¡Maldición! ¡¿Desde cuando Blestang se comporta de esa manera?!-

-Wolf... tú sabes muy bien que ha ocurrido para que se dé ese cambio en él. Jamás lo había visto tan furioso. Actualmente no debe estar pensando en nada más que en eliminar a Jofiel para poder vengar a... a...-

-¡Lo sé! Lo se... pero esto no es bueno. Debo ir tras él. Si su ira lo ciega y termina cometiendo alguna estupidez... actualmente es el que mayores chances tiene de poder eliminar a Jofiel con la espada.-

-Si es que puede portarla, Wolf.- Acotó Tundra. -Si la espada rechaza la ira actual en su corazón...-


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Jofiel hizo a un lado los escombros y se puso de pie. Aquel que lo había golpeado... no, no podía ser él. Pero aun así, allí se encontraba el monje, parado frente a él. Jofiel recordó la última vez que se enfrentaron, y como el chico había emitido por un momento el aura que ahora estaba desbordando de él. Rayos, debió haber eliminado al semi dios primero, jamás espero que hiciese algo como esto.

Blestang reunió todas sus fuerzas y embistió contra el arcángel. El ataque agarró desprevenido a su enemigo, no esperando el incremento de poder que estaba mostrando, pero éste rápidamente se repuso y sujetó firmemente con su brazo al monje, obteniendo el agarre suficiente como para incrustar sus dedos en forma de cuchillas en el costado de su abdomen. Blestang dejó escapar un jadeo pero rápidamente se reincorporó, sujetando a Jofiel del brazo que tenía incrustado y propinándole un rodillazo lo suficientemente poderoso como para generar una distancia considerable entre ambos. Sin perder el tiempo, acumuló energía en su palma derecha y disparó un proyectil directo a su enemigo, el cual apenas llegó a poder cubrirse, levantando una gran cantidad de polvo y humo.

Pero cuando el polvo se disipó, Jofiel seguía de pie. Ambos enemigos acortaron la distancia que los esperaba y comenzaron a intercambiar golpes frenéticamente.

-Tch, maldición.- La última vez todo había sido tan fugaz. Un solo golpe había bastado para acabar con Shinnok. Pero por más que le doliera admitirlo, Cedric no era la deidad que había sido alguna vez Raiden. Si no se apresuraba, iba a perder la chance de derrotar al desgraciado.

-¡Blestang, deja de comportarte como un perro rabioso! ¡Golpeando a lo bruto no lograrás nada!- Una voz familiar resonó en su mente. Por un segundo, creyó que Rock había finalmente despertado para acompañarlo en la batalla. Pero no, la voz que se hacía oír era igual de familiar, pero diferente.

-¿A-arwy?- Cierto. Ahora recordaba. Cedric le había dado el brazalete de Paraiso en sus últimos momentos. Pero jamás esperó que Arwy pudiera conectarse con él. -¿Qué esperabas? Tengo que acabar con él lo antes posible, ¡tengo que terminar esta pelea aunque sea lo último que haga!-

-¡IDIOTA! ¡No creas que esta pelea es solo tuya! ¡Es tan personal para ti como lo es para mí!- El dolor en la voz quebrada de Arwy lo detuvo. Paraíso dejo escapar un suspiro, más para calmar sus propias emociones que para otra cosa. -Escucha, no te guíes por tu experiencia anterior. Ahora me tienes a tu lado. Puedo redireccionar y gestionar tu energía para prolongar tu estado por la mayor cantidad de tiempo posible. Blestang, esta lucha es de ambos, ¡trabajemos en equipo para barrer el suelo con ese imbécil!-

Blestang respiró profundo y asintió con la cabeza. Las palabras de Arwy eran como un baldazo de agua fría. Jamás lograría vengar a su amigo si por actuar como un tonto terminaba muriendo. Jofiel pareció sentir el cambió mental que estaba ocurriendo, y salió disparado a reanudar su ataque. Pero el monje pudo ver llegar el puño del oponente y logro evitarlo moviéndose hacia un costado. El arcángel aprovecho para impulsarse contra él ya que había quedado de espaldas, pero su golpe volvió a ser esquivado. El guerrero del Earthrealm podía seguir con mucha facilidad el ritmo de la batalla. Agachándose un poco, hizo que el brazo completo de su enemigo siguiera de largo, dejándolo desprotegido. Al ver el espacio indefenso, aprovecho para acumular toda su energía en su puño derecho y golpear directamente al estomago.

Jofiel escupió un gargajo de sangre. Pudo sentir como el impacto se expandía y llegaba hasta cada rincón de su cuerpo. Intento permanecer parado, pero había perdido el control de sus movimientos, cayendo de rodillas en la roca. Al ver la gravedad de la situación, en cuanto recuperó el control de sus piernas, retrocedió para reagruparse. Blestang solo lo siguió con la mirada, sin intentar presionarlo.

-Te crees la gran cosa solo porque aumentaste tus poderes, ¿eh?-

Blestang no respondió, solo siguió mirándolo fríamente, lo cual comenzaba a sacar de quicio al arcángel. Ambos guerreros volvieron a encontrarse cara a cara. Jofiel comenzó atacando directamente al corazón. Blestang pudo detener el puño de su oponente sujetándolo e intento contrarrestar, pero el otro hizo lo mismo. Ya con sus manos inutilizables, cada uno comenzó a presionar el puño del otro. El ser alado empezó a retroceder así que le propino un rodillazo en las costillas al monje. El impacto hizo que el otro soltara su mano y quedara indefenso. A continuación, intentó golpear su cabeza, pero Blestang lo vio venir y se adelanto, dándole un cabezazo en el rostro.

Jofiel se llevo la mano a la frente. El golpe le había causado un gran corte del cual salía mucha sangre. Esta comenzaba a deslizarse hacía abajo, mojando el ojo izquierdo del arcángel y dificultándole la visión. El monje, al ver que éste estaba distraído, no perdió un segundo y le aplico una poderosa patada en el cuello. Recibiendo de lleno el golpe, Jofiel comenzó a retroceder de manera irregular habiendo perdido el equilibrio.

Blestang no presionó con más ataques, sino que se irguió y miró de manera fría al arcángel.

-Muy débil. ¿El Jofiel original era así de débil?-

-¡¿Q-qué?!-

-Puede que no lo haya enfrentado, pero tenía la impresión de que un arcángel como él sería más fuerte que tú.-

-¡Silencio!- Una vena comenzó a hincharse en la sien de Jofiel. -¡Ahora sentirás mi verdadero poder!-

El cuerpo del arcángel comenzó a elevarse más y más, y para sorpresa del monje, este comenzó rápidamente a perder su forma y su color, casi como si se estuviese transformando en una luz incorpórea. Pero lo más sorprendente fue que, como si estuviese reaccionando sincronizado con su falso guardián, el mismo cielo comenzó a imitar esta transformación. El cielo y la tierra comenzaron a expulsar pequeños destellos de luz y energía, los cuales eran absorbidos por la forma de Jofiel como si fuese un agujero negro. El cielo comenzó a agrietarse como si fuese un domo de cristal, y las estructuras y elevaciones del suelo se desmoronaban a medida que perdían masa. Y todo comenzaba a aglomerarse en Jofiel, cuyo cuerpo había dejado de verse humano y ahora era una deformidad que comenzaba a crecer y cambiar de forma.

-Arwy… ¿qué se supone que estoy viendo?-

-Parecería que está absorbiendo al mismo cielo para recuperar fuerzas… no, es como una oruga transformándose en mariposa, se alimenta para luego mutar. Solo que esto es mucho menos tierno.-

Mientras más energía absorbía del cielo, más comenzaba a desmoronarse este, al punto de que Blestang comenzó a temer que fuese a destruir el cielo mismo en una especie de ataque suicida.

Finalmente el cuerpo del arcángel volvió a conformarse y tomar forma física, aunque solo de su cintura para arriba y con una silueta mucho más inhumana que antes. Sus antebrazos eran más grandes y terminaban en grandes garras, y su cabeza cuyos rasgos ahora eran mucho más intimidantes estaba coronada por una especie de aureola de luz. De su espalda salieron dos grandes extremidades, las cuales rápidamente se dividieron en tres juegos de alas cada una, para un total de seis. Si antes su forma humana simulaba la de un ángel, ahora parecía un monstruoso behemot celestial.

-… Tenías que alardear frente al ser divino mentalmente inestable, ¿verdad?-

-Cielos, antes se veía como un ángel de una pintura renacentista, pero ahora se parece mucho más a la descripción que daban en el antiguo libro de la Bib-

-¡Shhh! ¡Ni lo menciones! ¡No hace falta que ofendas aún más de lo que ya has ofendido!-

Dado que su enemigo ahora se encontraba flotando varios metros sobre su cabeza, Blestang decidió cambiar a ataques a larga distancia. Uniendo ambas palmas de sus manos, cargó rápidamente energía y liberó una poderosa ráfaga de ki hacia el monstruoso ser.

Jofiel solo levantó uno de sus brazos, el cual ahora era lo suficientemente grande como para cubrirlo por completo, recibiendo el ataque de lleno. Por un momento pareció que esto sería capaz de derribar del aire al arcángel, pero su brazo rápidamente se desmoronó y volvió a formarse de energía del cielo, al igual que antes.

Blestang estaba barajando las posibilidades de atacar con un golpe de energía masivo y si esto sería capaz de eliminar al cuerpo completo de Jofiel cuando escuchó como el restó del grupo se reunía finalmente con él.

-¿Qué se supone que es esa cosa?-

-Oh no… mi creación ha usado su último recurso. Debió sentirse realmente amenazado…-

-¿Qué? ¡¿Por qué rayos diseñaste una cosa capaz de transformarse en una deformidad alada?!- Preguntó con enojo Tundra, queriendo aplastar al viejo arcángel.

-E-es que yo nunca fui el más poderoso de mis hermanos, y necesitaba que mi representación física fuese lo más poderosa posible, a-así que le di todos los poderes y habilidades que pude, además de nuestros capacidades de arcángeles…-

-¡¿Es en serio?! ¡Eso es lo que haría un niño de doce años! ¡Se supone que tú eres un ser divino con sabiduría infinita o algo así!- Leon ahora se unía a su compañero espectro en el deseo de aplastar al anciano.

En el cielo, los ojos de Jofiel comenzaron a emanar una luz carmesí, y un coro de voces retumbaron en el lugar. -“De las alturas, a los impíos les caerá su castigo. Y así será.”- Flotando por sobre encima de todo, por donde comenzaba a pasar su mirada, una letal hilera de fuego la seguía. Rápidamente todo el lugar comenzaba a ser devorado por las llamas. Fue cuestión de segundos antes de que este fijara su mirada sobre la Alianza. Antes de que el fuego pudiese formarse alrededor de ellos, Blestang irguió un escudo de energía con ayuda de Arwy que logro repeler en gran medida el ataque del arcángel. Pero mientras mas veces Jofiel liberaba sus ataques contra ellos desde las alturas, más le costaba al monje mantener las defensas. Podía sentir como la energía divina que corría por el comenzaba a agotarse.

-¿Qué se supone que está haciendo?-

-Está perdiendo su raciocinio. Empezará a atacar indiscriminadamente a todo con tal de salir victorioso. Aunque se lleve a al mismo cielo consigo para lograrlo.-

Wolf se giró hacia Blestang. -¿Ves? Si hubieses usado la espada cuando te lo dije, no estaríamos en este predicamento. Ahora, ¿la tomaras o volverás a hacerte el difícil?-

-¿Y cómo esperas que le dé el golpe de gracia? ¡Está flotando metros por sobre nosotros y parece como si ahora tuviese armadura de roca autoreparable o alguna locura así!-

Otra andanada de fuego amenazó con engullir al grupo, nuevamente viéndose detenida por el escudo de energía del monje.

-Ummm… ¿es mal momento para recordarte que tu energía está casi agotada? Si vas a atacar, tienes que garantizar que el próximo golpe sea el golpe final, o me temo que tus fuerzas se agotarán antes de que termine la batalla...-

-Bien, Blestang era el único con el poder necesario para enfrentarse a esa cosa y ahora ya ni siquiera puede hacerlo sin arriesgarse a perder su ventaja. ¡¿Qué se supone que hagamos?!-

La discusión en el grupo se volvía más avivada a medida que veían que Jofiel se preparaba para lanzar otro ataque. Quiza por estar tan sumidos en la situación ninguno noto que uno de sus compañeros había desaparecido. El arcángel había reunido nuevamente la energía necesaria y se disponía a bañar con fuego a sus enemigos cuando dos grandes brazos robóticos se sujetaron de él por detrás.

-“¡¿Cómo osas tocar mi celestial figura, pedazo de chatarra?!”-

-Descripción: Mi cuerpo ha sido construido en base a los cuerpos de las demás unidades ciber ninjas del Lin Kuei. Sektor uso los planos ya existentes. Eso quiere decir que poseo las mismas cualidades que ellos. Entre ellas, las habilidades de la unidad LK-7T2, también conocido como Smoke.- Cyber Kazuma activó sus propulsores a máxima potencia, logrando a duras penas mover al enorme monstruo consigo y saliendo disparado hacia el firmamento, dejando una estela de humo gris tras él.

-¡Kazuma!-

-¡¿Qué cree que está haciendo ahora?!- Preguntó incrédulo Tundra.

-Oh, santo cielo...- Leon simplemente cubrió con su mano su boca. Recuerdos de cuando habían transformado su cuerpo en la instrumentalización cyborg volvían a su mente. -Kazuma... ahora lo recuerdo, él tiene una bomba dentro suyo.-

-¡¿Una qué?!-

-Lo que escuchaste. Una bomba prototipo. Según los datos que me metieron en la cabeza cuando me volvieron ciborg en el Netherrealm, en su momento se había buscado la creación de una bomba tan poderosa que, algunos decían, podría llegar a tener la capacidad de destruir el planeta.-

-De nuevo... ¡¿qué?!-

-¡Obviamente esa bomba jamás se logró desarrollar! ¡Esto no es un videojuego barato de los 90! Pero... Kazuma debe creer que el modelo que lleva dentro... es capaz de llevarse a Jofiel con él.- Terminó de explicar el hechicero, levantando la mirada y siguiendo el rastro de humo que su compañero había dejado.

-Kazuma... jamás imaginé que alguien como él pudiese hacer algo como eso... ¿por qué...?- Exclamó con pesar Freeze.

Pero claro, el robot no llegaba a escuchar sus palabras. Ya se encontraba varios kilómetros sobre el suelo.

-Afirmación: Distancia segura alcanzada. Iniciando protocolo de auto-destrucción. Porcentaje de éxito: 17,3%-

-“¿Qué? ¿Acaso además de idiota estás descompuesto? ¿Crees que con esa baja posibilidad de éxito podrás derrotarme?”-

-Explicación: Mi tiempo en este cielo ha sido corto, pero llegue a conocer a una niña de intenciones puras y espíritu inquebrantable. Ella activaba algo en mi base de datos de memorias, algo que tuve hace años, algo que me daba gran felicidad y buscaba proteger, pero que perdí. Pero esta niña es diferente, no es algo que haya perdido, sino algo que puedo ganar. Su existencia proviene de un futuro pacífico. Un futuro que, claramente, se contradice con un futuro en el que alguien como tú existe. Si un futuro como ese, donde alguien como ella puede crecer y vivir, está a mi alcance... aunque todos mis circuitos intenten anular mi decisión, tomaré el riesgo de todos modos.

Pregunta amenazante: Sin tu estatus divino, ¿te crees capaz de tomar ese riesgo conmigo?-

Y entonces, el cielo se iluminó. Los miembros presentes de la Alianza hacían un gran esfuerzo para evitar que la onda expansiva los derribase, mientras presenciaban como su compañero daba su vida por la causa. La explosión fue tal que el ya desquebrajado cielo comenzó a agrietarse aún más, parte de este cayendo cual cristal y desapareciendo en el aire como si fuese una llovizna. Kazuma, quiza el miembro menos expresivo y comunicativo del grupo, lo había dado todo para ayudarlos a cumplir su objetivo.

-Estúpida hojalata... ¡hacer algo tan egoísta como eso! Podríamos haber buscado alguna forma en conjunto...- Se lamentaba el espectro.

-Maldición, se supone que sus circuitos debían haber evitado que tomase una decisión tan arriesgada... ¿qué podría haberlo convencido de llevar a cabo un ataque suicida como ese?-

-Eso es algo que solo Kazuma sabía, Leon.- Le respondió Insigno con pesar. -Pero, como sus compañeros, no podemos hacer más que honrar su memoria...-

Insigno cruzo ambas manos en su regazo y levantó la mirada, ahora en silencio. Uno por uno, cada miembro del grupo lo imitó. Y mientras cada uno se despedía del guerrero de metal a su manera, pequeños fragmentos comenzaron a caer del cielo, brillando, dando lugar a lo que todos concordaban se veía como una lluvia de pequeñas estrellas.

Una de estas, más grande que el resto, no se incinero ni se volvió polvo antes de llegar al suelo, sino que se estrelló a varios metros del grupo con gran estruendo. Lentamente los guerreros se acercaron al pequeño cráter que se había formado, un poco con esperanza de que alguna parte de su amigo hubiese sobrevivido a la explosión, un poco con temor de que hubiese ocurrido eso mismo pero con su enemigo.

-Que desgraciado… aun hasta el final, no deja de arruinar nuestra esperanza.- Comentó el espectro, al acercarse y ver que lo que había caído eran los restos de Jofiel, su monstruosa forma angelical reducida a pedazos. -Heh, no puedo creer que Kazuma de entre todos nosotros haya sido el que se lleve el honor de derribar a semejante monstruo.-

-Sí, maldita basura de arcángel. Supongo que lo único que podemos hacer por él es terminar de enterrarlo en este cráter.- Agregó Leon, a un lado de Tundra.

-¡¿Y si yo te entierro primero?!-

Todos los presentes se precipitaron al borde del cráter con horror. La figura original humana de Jofiel se estaba levantando. Sus alas estaban carcomidas por la explosión y totalmente marchitadas, cualquier ser vivo sería incapaz de volar con ellas. Mientras ascendía lentamente del agujero en la tierra como una señal apocalíptica, se podía ver su torso y espalda al descubierto, encontrándose completamente quemadas y agrietadas. Lo que antes parecía piel ahora se veía como una carcasa chamuscada, y pequeños ríos violetas corrían a través de ella. Si antes se podía decir que Jofiel era aterrador pero bello, ahora su exterior físico realmente reflejaba su oscura y podrida alma, si es que alguien como él tenía una.

-Que sacrificio más… inútil… ¿Cuándo entenderán que seres como ustedes no pueden acabar conmigo? Heh… heh… ya me deshice de cuatro de sus amigos… Esa chatarra debió haber deducido que su sacrificio no tendría sentido. Si ese semi dios de pacotilla no logró destruirme, él no tenía oportunidad.-

-¡¡No te atrevas a hablar así de Cedric!!- Blestang reacciono antes que nadie, saltando dentro del cráter y propinándole un poderoso golpe en el rostro a Jofiel. Pero el arcángel fácilmente contuvo su ataque con una mano.

-¿Qué? ¿Ya te estas cansando? ¡Creo que es hora de que aprendas tu lugar!- Una patada al mentón saco volando al monje del lugar, apenas logrando escuchar a Tundra gritarle “¿Por qué no usaste la espada, tonto?”.

Mientras el resto del grupo a duras penas reanudaba el combate nuevamente, Wolf fue corriendo tras su amigo, ayudándolo a levantarse.

-Ugh… gracias Wolf. Arwy, ¡¿Qué paso?! Me contrarresto como si fuese de papel.-

-¡Y bien podrías serlo! ¡Un pequeño muchacho indefenso de origami siendo arrasado por el viento! Hey, ¡un origami tuyo se vería súper tierno! Está bien, está bien, ¡no me miren así! Te dije que ya casi no te queda energía. Si no la guardo para el golpe final, temo que no tengas la fuerza suficiente para herir mortalmente a Jofiel. Y aunque no pueda suministrarte la energía divina, todo el daño y el cansancio que has ido almacenando en la batalla siguen ahí. No serás capaz de enfrentar a Jofiel mano a mano por mucho tiempo.-

Blestang tomó el brazo que le ofrecía Wolf y con esfuerzo logró ponerse de pie, sus energías casi agotadas.

-Huff... huff... es decir… que tenemos que terminar esto de un golpe... o no viviremos para contarlo.-

-¡Muy bien! ¡Te ganaste una estrella dorada!-

Blestang se maldijo por lo bajo. Su terquedad había llevado a que otro de sus amigos tuviese que dar su vida. Había querido humillar a Jofiel pero los que había salido perdiendo habían sido ellos, y todo por su culpa. ¿Qué tan tonto podía ser?

-Escúchame, Blest... creo que hay una forma... requerirá de todos los que aún están presentes y su absoluta confianza y coordinación. No tenemos el lujo de dudar ni un segundo, ¿me oyes?- Dijo Wolf, mirando seriamente a los ojos de su amigo.

-¿"Creo"? ¿Y si te equivocas?-

-Estamos muertos.-

-Hmph, bueno, da igual. Estaremos muertos de una forma u otra en cinco minutos a cómo va esto.- Respondió el monje con una sonrisa adolorida y levantándole el pulgar.

-Iré con Insigno y le pediré que nos conecte a todos mediante su telepatía. Tú ve con el resto. Deberán ejecutar todo rápidamente y a la perfección. Es hora de usar finalmente nuestra mayor arma contra él.-

-Espera, ¿”deberán”? ¿No formaras parte?-

-Yo los guiaré desde terreno elevado. Hay poco que pueda aportar a este combate más allá de eso, mi cuerpo aún no termina de curarse.- Al ver la sonrisa engreída que le daba su compañero, rápidamente agregó.- Heh, no te hagas la idea equivocada. Si mi plan falla, al menos tu final será rápido, seguramente lo peor quede para mí.-

Jofiel se acercaba a paso lento pero seguro. Pese a la ferocidad de la batalla, comparado a los demás, aun parecía tener la superioridad. Era más su orgullo el cual estaba mellado. A pesar de haber podido superar a su creador, al “verdadero” arcángel, eran estas ideas mortales las que no dejaban de darle problemas, no importaba cuantas veces los pisotease.

-Muy bien, ya es hora de terminar con esto. No intenten sacrificarse por sus queridos amigos, ya vieron que inútil les será. Terminaré con ustedes, eliminaré a Jofiel, y cuando todo esto termine, me aseguraré que en el nuevo orden de los Elder Gods sus nombres desaparezcan por completo de los recuerdos de quienes aún perduren. ¡Nadie recordará su patético intento! ¡Será como si nunca hubiesen existido!-

Pero en vez de recibir el desesperado ataque final que esperaba, granos de arena comenzaron a revolotear entre sus pies, y un gran viento comenzó a levantarse en el lugar. Casi instantáneamente se había formado una tormenta de arena a su alrededor que reducía su visibilidad por completo.

-Ja, ¿es este su último recurso? Espero que no intenten escapar, no hay lugar donde puedan esconderse y el tiempo no está a su favor, así que acepten su derrota y den un paso al fre-

Un puño golpeó a Jofiel en el rostro. Antes de que pudiese reaccionar, una patada golpeó su gemelo derecho, obligándolo a arrodillarse. Uno tras otro, golpes comenzaban a lloverle de todos lados. No eran suficientes para causarle un gran daño, pero no le permitían recuperar la firmeza. En un momento podía vislumbrar la figura de Tundra acercarse con una katana en mano prendida fuego, pero cuando se giraba a enfrentarlo, entre la arena podía vislumbrar levemente a varios Tundras a la vez. Y entonces llegaba el golpe. Y tras Tundra venían Blestang y Shamsa, pero no solo dos sino varias figuras borrosas. Antes de que pudiese descifrar cuales eran las reales, ya habían propinado su golpe y ahora eran Leon y Freeze quienes acechaban como depredadores para propinar sus golpes.


-Pfft, ¡esto es patético! ¡Esperaba algo más para el gran final!- Comenzaba a gritar Jofiel, quien empezaba a perder la compostura junto con el control de la pelea. Más que doloroso, era molesto. Su sentido de la orientación en mitad de la tormenta comenzaba fallarle, y Kazuma había logrado llevarse sus alas consigo, por lo que no podía volar o usarlas para apartar la arena.

-¡Pues entonces déjame terminar con esto!-

Tundra salió de entre la arena, ambos brazos prendidos fuego hacia su objetivo, y una poderosa llamarada se tragó al arcángel. La fuerza de esta fue tal que, si alguien hubiese podido presenciar el momento, hubiese jurado que lo que salió de sus brazos no fue mero fuego, sino un enardecido tigre llameante cuyas fauces devoraron con furia a Jofiel.

Pero entonces, una mano salió de entre las llamaradas y sujeto con fuerza la muñeca del guerrero.

-¿Eso es todo? No creíste que tu ira interna iba a poder conmigo, dime que no.-

-¡¿Q-qué?!- Exclamo con sorpresa el espectro, mientras las llamas rápidamente se apagaban. Un incrédulo Tundra recibió un poderoso cabezazo, su máscara manchándose de sangre que comenzaba a correr de su nariz.

-Ah, sí. Y ahora por mi derecha, ¡debería venir la guerrera de las arenas!- Jofiel volvió a sujetar a Tundra y lo arrojó con fuerza a un lado, logrando atinarle en el aire a una sorprendida Shamsa. Ambos guerreros cayeron semi conscientes al suelo y, con ellos, la arena y el viento comenzaron a detenerse.

-¡¿Cuánto creen que tardaría en adaptarme a su estrategia?! La tormenta de arena fue un lindo detalle, pero debo felicitarlos respecto a los grandes cristales de hielo que crearon a mí alrededor. Con tan poca visibilidad, los reflejos en los espejos de hielo lograban desequilibrarme, no podía discernir entre que era real y que no. Pero como dije, no iba a durar por siempre.-

-¡No tenía que ser eterno! ¡Solo darme los pocos segundos de cobertura que necesitaba!- Usando el poco tiempo ganado, Blestang puso toda su fuerza en sus piernas y se impulsó contra su rival, ambas manos sujetando la espada cargada de energía de Jun. -Doragon... ¡¡sutairu!!-

El aura plateada desvaneciente que lo rodeaba se encendió como una llama. Por un momento, Blestang pareció un cometa a punto de impactar con su objetivo.

-¡Solo pantallas y humo! ¡¿En verdad creyeron que un truco así podría engañarme?!-

-¡I-imposible! ¡Solo tarde un instante!-

-¡Esta es prácticamente la misma forma con la que acabaste con Shinnok! ¡Esos trucos no funcionaran dos veces, insecto!-

Con la misma fuerza con la que se había impulsado, Blestang se estrelló directamente contra la palma del arcángel, derribándolo a un lado estrepitosamente...

… Pero en cuanto la figura del guerrero se hizo un lado, otra figura idéntica ocupo su puesto, casi como si no se hubiese movido.

Dos Blestangs, ambos con el mismo porte físico y en perfecta sincronía. El cuerpo del primer Blestang había ocultado por completo a un segundo Blestang, moviéndose en sintonía detrás de su doble y dejándolo a escasos metros de distancia de un rival desprevenido. Con un rápido movimiento de brazos, sujetó la espada que aún estaba en el aire y la empuño con ambas manos.

-¿Qué sucede, Jofiel? ¿Viendo doble?-

El arcángel se quedó atónito mientras veía a Blestang acercarse a toda velocidad, espada brillando en mano. Su cara estaba demacrada y llena de sangre, pero portaba una poderosa sonrisa. A un lado, el Blestang que había sido rechazado previamente comenzaba a brillar con una leve luz verde, y su figura iba cambiando a la de Leon.

-¿Eres idiota? ¿Qué crees que lograran haciendo lo mismo una y otra vez? ¡Ya deje en claro que no tienen la velocidad para golpearme de nuevo!- Pero cuando intentó mover su cuerpo para hacerse un lado, no pudo hacerlo. Sus piernas estaban fijadas al suelo. Una capa cristalina las cubría y mantenía en su lugar. Insigno hacía fuerza para que esta se mantuviese unida a pesar de los intentos del ser divino de romperla por la fuerza.

-¿Esto es...?-

-¿Te olvidaste de nosotros, imbécil?- Gritó Shamsa mientras hacia un esfuerzo por levantarse junto con Tundra, arena revoloteando a su alrededor.

-Entonces... el ataque de fuego... su verdadero objetivo siempre fue...- Comentó incrédulo el arcángel.

-¡Así es! Puede que hayas sido más listo que nosotros por separado, ¡pero nosotros juntos fuimos más listos que tú!- Gritó el monje.

Un instante. Eso era todo lo que le tomaría a Jofiel romper el cristal de sus piernas y hacerse un lado. Un mero retraso. Pero en una batalla, un instante podía ser la diferencia entre la vida y la muerte. Los ataques previos solo habían servido para medir el rango de reacción entre sus ataques y los contraataques del enemigo. Ese único instante, por más fugas que se sintiese, marcaba toda la diferencia.

-¡Ahogare toda tu corrupción en la pureza de esta espada! Todas las emociones que se han cargado en ella atravesarán tu mismísimo ser.- La espada a este punto irradiaba una potente luz platinada, los sentimientos de decenas de guerreros pasados, presentes y futuros siendo susurrados en el campo de batalla. Y como respondiendo a ellos, el cabello de Blestang volvió a erizarse y tomar el mismo tono que la espada.

-¡Ese es el milagro que traerá el filo de...!-

Todo pasó en un parpadeo. Invocando todas sus fuerzas, el cristal que rodeaba las piernas del arcángel se partió en mil pedazos. Girando su torso e intentado hacerse a un lado, levanto su brazo de manera instintiva para defenderse. Pero ya era demasiado tarde.

-¡... FENG ZUUUUU!- Blestang dejo caer la espada con todas sus fuerzas y más. Un poderosísimo tajo de energía atravesó a su enemigo, la potencia del espadazo siendo tan intensa que ésta ignoró el cuerpo del Jofiel, generando con un gran estruendo una gran grieta a su paso, partiendo la tierra en dos. La luz lo envolvió todo...

...y cuando esta se disipó, por un segundo que pareció eterno, ambos guerreros se quedaron inmóviles. Exhalando. Procesando lo que acababa de ocurrir. Y entonces, con un grito desgarrador, el pecho del arcángel estalló en una fuente de sangre y esencia divina, el brazo que intento usar para protegerse cayendo estrepitosamente al suelo, completamente removido de su cuerpo.


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Entre los escombros, una figura demacrada observaba el cielo. Gran parte de lo que una vez había sido ya no existía. Sus ojos emitían una luz intermitente mientras que una voz dentro de su cabeza repetía las mismas palabras una y otra vez.

"PELIGRO. PELIGRO. NIVELES DE DAÑO EXCESIVO. SISTEMAS DE REPARACIÓN AUTOMATICA SOBREPASADOS. INCAPACIDAD DE REDIRECCIONAR ENERGÍA. FUENTE PRINCIPAL FALTANTE. FUENTE AUXILIAR EN ESTADO CRÍTICO. PELIGRO. PELIGRO..."

Kazuma, o lo que quedaba de él, sabía que esta vez había llegado el final.

-Suspiro: No he logrado mi objetivo. El arcángel Jofiel logró sobrevivir. Mi... a-A-apuesta nO d-i-i-dI-o... r-re-sUlta-dO... l-lo lam...en-to... So...nAta... a-aHoRA todo Que-DA… en… maaAaAAA-n-nos d-de... MiS… com…Pa…Ñe…rOoOo0o0oo…-

Pero entonces, una cálida luz se hizo presente frente al moribundo ciborg.

-"Aun no. De hecho, quiero que descanses y te relajes por ahora. Aguanta, Kazuma. Solo por algunos momentos más."-

La luz parecía extenderle la mano. Solo uno de los sistemas oculares de Kazuma aun servía, pero por alguna razón, se sentía en paz viendo la luz. Lentamente, en la medida en que su mecanismo aún se lo permitía, extendió su único brazo hacia ella.

-"Sé que este parece el final. Y no te mentiré. Esta vez, el daño que recibiste no tiene remedio. Pero Kazuma, eso no significa que no tengas tiempo para llevar a cabo tu deseo. Ven conmigo. De hecho, tú tienes todo el tiempo del mundo."-

Finalmente, las extensiones metálicas de Kazuma tocaron la luz, y una extraña sensación lo invadió al punto tal de ahogar todas las voces de su sistema principal. Por un momento, sintió verse reflejado en aquella extraña luz.

Y entonces ambos desaparecieron.


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-No... no puede ser... ¿como... pudieron... derrotarme?-

-Fue por la misma razón por la que nos menospreciaste todo este tiempo, Jofiel.-

-Se suponía que yo era la versión superior de Jofiel… esto no puede ser… se suponía que yo sería el verdadero sirviente de los Elder Gods…-

-No. Tu solo creías lo que querías creer. El verdadero Jofiel fue capaz de ver dentro suyo y cambiar lo que estaba podrido. El sigue siendo el verdadero arcángel de este cielo, hoy más que nunca.-

-¡Silencio! ¡¿Qué podría saber de divinidad y deber una criatura tan aberrante como tú?!- La voz de Jofiel solo emitía odio.

-¿Sabes? Debo admitir, en estos momentos yo tampoco puedo evitar odiarme. A mi debilidad. No pude salvar a Raiden. Quise ignorarlo, pero una parte de mí siempre lo tuvo presente. Siempre que estaba con Cedric, cada vez que reíamos juntos, cada vez que llorábamos juntos, cada vez que fruncíamos el ceño con determinación ante la adversidad… nunca pude olvidar el hecho de maté al padre de mi mejor amigo.- Blestang dejó caer la punta de la espada pesadamente al suelo, su voz casi un susurro. - Y juré que no volvería a dejar que algo así pasase de nuevo… pero no fui capaz de cumplir esa promesa… ni siquiera para con él…-

El arcángel no podía hacer más que oír las palabras de aquel que había logrado superarlo. No es como si su cuerpo lo estuviese obedeciendo de todas maneras. Blestang bajo amargamente la mirada, al punto que su rostro se oscureció.

-Él siempre decía que lo odiaba, pero la verdad es que… yo fui quien les quitó la chance de hacer las paces.-

-¡PERO!- El monje súbitamente levantó la mirada, sus ojos brillando con determinación. Una de sus manos soltó la espada y subió a su pecho, sujetando con fuerza un rosario que se ocultaba entre su ropa. -¡Ambos se encontraban a mi lado en esta pelea! ¡A pesar de sus diferencias, padre e hijo pusieron el bien de todos por ante el de ellos! ¡Hicieron el máximo sacrificio para brindarles esperanza a todos los demás! Ahora que sus espíritus están junto al mío, siento que finalmente pudieron hacer a un lado sus diferencias. ¡ES POR ESO QUE LLEVARÉ SUS VOLUNTADES COMO MI ORGULLO!

... La de ellos y la de todos mis compañeros. Esta batalla no la gané solo. Shamsa, Wolf, Tundra, Leon, Insigno, Freeze, junto a todos los que dieron todo de sí como Kazuma… Nos unimos, y por eso pudimos superarte. Es algo que ustedes jamás parecen lograr entender. Y lo mismo pasará en el siguiente cielo. Mientras nosotros mantengamos nuestra amistad y unión, ¡seguiremos adelante sin importar qué veng-

El filo de una espada silbó en el aire, y la cabeza de Jofiel rodó por el suelo. Su cuerpo se desplomó como una marioneta sin cuerdas, quedando a los pies de Tundra.

-¡¿Qué demonios?!-

-Es que parecía que no terminarías jamás. Cada vez que creía que habías terminado el discurso, volvías a abrir la boca. Y luego comenzaste con la amistad y la fuerza y supe que alguien tenía que terminar esto por ti.-

-¡Tundra, en verdad hay algo malo contigo!-

-No lo sé, esta vez concuerdo con el muertito.- Comentó Leon, permitiéndose relajarse y reír un poco.

Mientras Blestang discutía amargamente, el resto del grupo comenzó a aglomerarse alrededor del cuerpo de Jofiel. Pero antes de que ninguno pudiese decir algo, el suelo comenzó a temblar. Las grietas en el cielo se profundizaron, y la fisura ocasionada por Feng Zu en la batalla comenzó a expandirse al punto tal de dividir el cielo. La realidad misma se estaba separando. Los demás lograron rápidamente hacerse a un lado, pero el monje, que se encontraba justo en el epicentro del cataclismo, no tuvo la misma suerte que ellos.

-... Uh oh.-

-¡Blestang!-

Rápidamente, un lazo de arena se formó frente al monje, el cual lo sujetó con fuerza, logrando evitar caer en el olvido. Con fuerza, Shamsa tiró y logró traer de vuelta su compañero, el cual terminó desparramado en el suelo.

-G... gracias, Shamsa.- Comentó Blestang mientras su amiga lo ayudaba a ponerse de pie.

-No hay de que.- Respondió esta, dándole un pequeño golpe en el hombro. -Me alegra que hayas podido reaccionar tan rápido.-

-Hehe... bueno, supongo que haber compartido pensamientos en el Limbo tuvo algo que ver, fue de gran ayuda. Creo que me es fácil saber cómo vas a reaccionar.- Blestang se rascó la nuca algo avergonzado. Alguien tosió de manera burda, lo cual incomodo aún más al joven. Pero la alegría del momento fue rápidamente interrumpida por más temblores.

-¡Ghrk!- El viejo Jofiel se llevó una mano al pecho, soltando un resoplido de dolor.

-... He... he... he... Que irónico que los vencedores de esta batalla sean los que terminen perdiendo...-

Todo el grupo giró alarmado por la voz. La cabeza del joven Jofiel, la cual se había salvado de caer por la grieta al ser decapitado por Tundra, los miraba fijamente con una sonrisa burlona mientras comenzaba lentamente a deshacerse como ceniza.

-¿A qué te refieres con eso? ¡¿Acaso quieres otra golpiza?!- Tundra ya se encontraba de camino a patear la cabeza como un balón.

-No tiene punto. No me queda mucho tiempo de todas maneras. Pero a ustedes...- Jofiel apuntó dramáticamente al grupo. -A ustedes tampoco les queda tiempo ahora, ¿no es así, anciano?-

-¿Qué está diciendo? ¿Cómo que no nos queda tiempo?-

-Yo... no sé cómo decir esto pero… la intensidad de la batalla, mas todo el daño que este cielo recibió en tan poco tiempo, ha liberado tanta energía que la estructura que quedaba de este lugar no puede soportarlo. El Cielo de la Imaginación desaparecerá en tan solo minutos.-

-¡Pues entonces hay que apurarnos! ¡Abra un portal o una puerta o algo que nos permita avanzar!-

-Lo siento, Leon. Ya se ha hecho demasiado daño.- Comentó con agobio el anciano.- El enfrentamiento entre Cedric y mi alterego destruyó el núcleo de este Cielo, lo que lo mantenía unido y regía sobre él, comenzando su decadencia. Nuestra lucha solo empeoró la situación. Y como su arcángel, puedo sentir todo lo que éste siente. Estoy... demasiado débil. Al igual que este Cielo. No puedo invocar el poder necesario para mantenerlo en pie y generar una salida, y éste tampoco podría soportar el poder divino que requiere la apertura al séptimo cielo...-

-Vamos, no seas tímido, Creador. Ese espadazo final fue la gota que rebalsó el vaso. Bien hecho, Blestang.-

-Eso no puede ser. ¡No puede decirnos que no se puede hacer nada! ¿Quiere que nos quedemos quietos esperando el final?-

Esta vez era Wolf el que comenzaba a perder la paciencia.

-Fu fu fu... no será su final. No aún.- La cabeza del Jofiel joven comenzaba a desintegrarse más y más, haciéndole difícil modular.- Cuando este Cielo se destruya, ustedes volverán a quedar atrapados en el Limbo. Solo que esta vez no les será tan fácil escapar. Ya no existirá sexto cielo, ni quinto cielo. No tendrán camino por el cual retroceder o avanzar. Y el séptimo cielo es uno al cual ni siquiera nosotros podemos acceder. ¡Quedarán condenados a esperar en el basurero de los Cielos hasta que la realidad sea finalmente borrada! ¡Espero que hayan hecho las paces con sus demonios! ¡O lloren y abrácense y pasen sus últimos momentos como los compañeros que son!

He ahí la ironía. Aunque me hayan derrotado, jamás lograran cumplir su objetivo. Pero aunque yo no pude proteger este Cielo de seres impuros como ustedes, al menos evité que puedan mediar con las órdenes que nos fueron encargadas.- Para este punto, la mitad del rostro de Jofiel ya se había desvanecido como ceniza. -¡La voluntad de los Elder Gods se llevará a cabo! Anciano, parece que elegiste mal tu bando. Al final del día, ¡yo terminé siendo la versión superior de los dos! ¡Púdrete por la eternidad con esa vergüenza en mente junto a éstos patéticos mortales! ¡Fuahahahahaha!-

Soltando una última risa macabra, la versión imaginaria de Jofiel dejó finalmente de existir.

-¿Qué haremos ahora? ¿Es verdad que no hay forma alguna de seguir al próximo Cielo?-

Todos giraron sus cabezas hacia el viejo Jofiel, quien no parecía tener la fuerza suficiente para afirmarlo mirándolo a los ojos.

Ya casi no quedaba nada de Cielo. El terreno se había visto reducido a algunos pequeños islotes flotando en la realidad, y sobre ellos el firmamento se caía a pedazos. Poco a poco, el suelo en el que estaban comenzaba también a desaparecer. Liu Kang lentamente se hizo camino hacia ellos, trayendo a Titan y a un inconsciente Maury con él. Al parecer había notado la gravedad de la situación y había adelantado la reunión del grupo.

-¿Y qué? ¿Ya está? Después de todo lo que acabamos de lograr, ¿nos vamos a sentar a esperar?-

-Pero terminaremos en el Limbo, ¿verdad? Jun sigue allí, ¡quiza ella pueda ayudarnos!-

-Ya escucharon a Jofiel. Nuestra última travesía por el Limbo fue un milagro en sí, no será cuestión de que Jun nos abra un portal y ya.-

-Si, según dijo él, ¿quién puede confirmar que decía la verdad? Quiza solo fue un último ataque psicológico antes de morir.-

-Pero es una gran posibilidad.-

Mientras el grupo seguía discutiendo, rehusándose a rendirse, el vacío seguía comiendo el suelo que pisaban. Ya era solo cuestión de segundos para que ellos también desaparecieran, marcando el final del segundo cielo consecutivo en su epopeya. Pero entonces, una luz se hizo presente en el medio del grupo, y una figura blanca que parecía ser solamente energía pura se hizo presente.

-"Bien. Están todos juntos. Tenemos poco tiempo. Me alegro que hayan mantenido a Maury con vida hasta este punto."-

Tundra dio un paso hacia adelante, al parecer sorprendido por el extraño ser.

-Un momento... yo... yo te recuerdo. Tu eres ese tal Frech, ¿verdad?-

-"Tundra, espectro guerrero. Me alegra ver que sigues con el grupo. Superaste mi prueba la última vez que nos vimos, pero aún queda mucho por venir, y tú tienes un gran rol por desempeñar. Pero ahora, es momento de que Maury cumpla con el suyo. Me temo que no tenemos tiempo para explicaciones. Solo les quedan segundos antes de que todo se pierda por completo."-

La figura reconocida como Frech ignoró cualquier nueva pregunta y simplemente se acercó a Maury. Blestang y Shamsa intentaron retroceder instintivamente, pero ya no había a donde correr de todas maneras. Y había algo de ese tal Frech que les daba algún tipo de confianza en él.

-Tú... no puedo creerlo.- Jofiel, quien hasta ahora había estado callado, se acercó más a la figura, mirándolo con una intensidad tal que parecía que el arcángel estuviese intentando ver más allá de su ser físico. Lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, corriendo libres por sus mejillas. -Es... algo tan hermoso... pero a la vez... tan horroroso... simplemente no puedo creerlo...-

Y mientras Frech acercaba su mano a la frente de Maury, lo último que quedaba del Cielo de la Imaginación desapareció.


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Okay, no me maten, pero voy a tener que hacer TRES posts. Si, yo también estoy sorprendido.

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The ST. Jimmy
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Re: La Alianza: Fic Interactivo

Mensaje por The ST. Jimmy » Mié, 26 Ene 2022, 07:40

-¿Dónde estoy?-

Maury se llevó la mano a la frente. Su cabeza latía de una forma que jamás lo había hecho, y eso que había pasado por todo tipo de dolor. Levantándose lentamente, miro a su alrededor. Algo de este lugar le resultaba familiar, lo cual era extraño ya que todo parecía ser blanco infinito.

Intentó moverse pero se dio cuenta que se encontraba totalmente desorientado. Imágenes vagas llegaban a su mente. ¿Cosas que habían pasado? ¿Cosas que había soñado? ¿Cosas que podrían haber pasado? ¿Cosas que nunca ocurrirían? Era extraño, sentía tener vagos recuerdos pero no tener una imagen clara de lo que necesitaba recordar, y su mente llenaba esos espacios con ideas que no le sentaban del todo bien.

-"Lo que estas intentando recordar son todas cosas reales, Maury, muchacho maldito. Cosas que han ocurrido y que tu mente, de manera subconsciente, logró captar mediante tus diferentes sentidos más allá de lo que pudiste procesar con tus ojos. Por eso te es tan difícil recordar. Pero muy dentro lo sabes. Sabes lo que ha estado ocurriendo mientras estabas inconsciente."-

-¿Inconsciente?-

Es verdad. Inconsciente. ¿O muerto? Recordaba haber sido herido por Jofiel. ¿Estaba por pasar al cielo? No podía ir al infierno, eso seguro.

-¿Y que se supone que es todo esto?-

-"Una última oportunidad."-

-¿Para qué?-

-"Para salvar a aquello más importante en tu vida."-

En ese momento, un nombre que extrañamente no había pasado por la mente de Maury en mucho tiempo escapo de sus labios.

-... Haruko.-

-"Todo está por terminar para La Alianza. Sin la estabilidad del Cielo de la Imaginación para acceder al último cielo, su misión no podrá ser completada a tiempo. Y, siendo un miembro del grupo hace ya tanto tiempo, creo que sabes lo que eso significa para todo el espacio y el tiempo."-

-Pero... ¿por qué yo? ¿Qué puedo hacer yo ahora?-

-"Creo que lo sabes."-

-El kamidogu…- Maury se llevó su mano a su pecho.

-"Un kamidogu es una fuente de energía que ni siquiera un mortal puede portar en su totalidad. Como bien sabes, los kamidogu mantienen a los diferentes realms en pie y separados. Una fuente de energía como esa, aunque sea una maldita... estoy seguro de que podría estabilizar un cielo lo suficiente como para garantizar su salvación."-

-Entonces, todo lo que recuerdo es real. Jofiel, la destrucción del Cielo... ¿estamos en The Void?-

-"No. Estamos en tu mente, Maury. Segundos antes de que el Cielo de la Imaginación cese de existir. Segundos que, en tu mente, se registran de forma muy diferente."-

-Y quieres convencerme de usar el poder del kamidogu para salvarlo. ¿Por qué no solo tomarlo y usarlo por la fuerza? Estoy inconsciente, no podría haber hecho nada para evitarlo.-

-"¿Es así como manejan las cosas tus compañeros? ¿Crees que ellos sacrificarían algo importante para ti sin consultarlo?"-

Maury por un momento se quedó sin palabras. En toda esta charla no se le había cruzado el destino de sus compañeros por la cabeza.

-"Así no funciona la cosa, Maury. El kamidogu es tuyo, y tu deseo genuino debe ser la chispa que encienda su poder latente."-

-¿El kamidogu es mío?-

-"¿No fue ese tu trato con Fujin?"-

Maury quedo pensativo un rato antes de volver a abrir la boca.

-Fujin dijo que si lo ayudaba, sería mío y que los Elder Gods me dejarían en paz. ¿Verdad?-

La figura solo asintió con la cabeza.

-Bien, creo que los he ayudado bastante, y no es como si los Elder Gods fuesen en verdad a mantener su palabra, dado que no están haciendo nada por evitar el fin de los tiempos y todo eso.-

El chico se quedó pensativo. Todo esto se sentía tan irreal. Había tantas cosas en las que no se había detenido a pensar en mucho tiempo. Pensó en su pasado, en Haruko, en la razón por la que había aceptado esta misión. Pensó en su tiempo original. Y luego pensó en todas las personas que había conocido en la Alianza. Ahora que lo recordaba, él había sido el último miembro en unirse. Muchos de ellos habían formado parte de esta lucha desde mucho antes que él. Muchos también habían caído llevándola a cabo. El trato con Fujin solo fue posible porque gente como ellos había estado llevando a cabo una lucha de la que nadie más sabía.

Eran gente irritante, como Tundra, gente ruidosa y molesta, como Blestang, gente que a veces no parecía tener la rudeza necesaria para llevar a cabo su misión, como Jun. Pero a la vez todos ellos eran sus compañeros. Gente que le había probado una y otra vez que se cubrirían las espaldas el uno al otro y se arrastrarían entre ellos de ser necesario para lograr obtener la victoria. Y él era parte de ese grupo. Él también había sido cargado por los demás, a pesar de jamás haber sido la persona más agradable con la cual compartir viaje. Era hora de demostrar que realmente formaba parte de la Alianza.

-Quiero usarlo para salvar este lugar. Quiero brindarles su poder, darles una chance mediante él. Si hablamos de ellos...- Maury recordó a Haruko una vez más, y ciertas palabras que pronunció hace tiempo le vinieron a la mente; "Sólo hago esto por Haruko, ¿Ok? Por ella daría hasta la vida." -Si hablamos de ellos... estoy seguro de que no hay mejores guerreros a los cuales dejarles esta tarea.- "A quienes encargarles el futuro de Haruko" también pensó, pero se abstuvo de decirlo en voz alta.

-Creo que ya me he ganado el derecho de usarlo como lo crea necesario. ¿Y sino? Que la perra de Fujin venga a quejarse a mi cara. Que no me rompa las bolas.-

-"El kamidogu ha pasado a ser tuyo hace ya tiempo, Maury. Solo que jamás lograste llegar a esa conclusión. Lo reclamaste. Y es por eso que su uso queda en tus manos."

Maury asintió. Ya había llegado a su conclusión. Desconocía qué pasaría una vez se activara el kamidogu dentro de él. Sabía que un mortal no sería capaz de soportarlo, eso seguro.

La figura blanca pareció captar lo que pensaba, y miró satisfecho hacia arriba. Maury podía sentir como comenzaba a perder la consciencia. O mejor dicho, como comenzaba a recobrarla. El ente frente a él comenzó a alejarse. Ahora que se detenía a pensarlo, era extraño. Habían hablado todo este tiempo, pero realmente no tenía idea de quién era. ¿Por qué había sentido todo esto tan natural?


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Fuera de la mente de Maury, los guerreros se miraban amargamente. Varios de ellos ya comenzaban a sentir como sus cuerpos de desvanecían.

-Bueno... apuesto a que Jun se sorprenderá de vernos volver tan rápido, ¿eh?-

-Blestang, hay un lugar y un momento para hacer chistes.-

-¿Qué este momento no cuenta como uno?-

-No, es solo que tu chiste no fue bueno realmente.-

Y entonces, todo explotó. Pero en vez de sentir que sus cuerpos se desvanecían y volvían a la familiar experiencia de flotar en el Limbo... todos lograron ponerse de pie en suelo sólido. Atónitos, miraron a su alrededor. Parecían estar en un pequeño cobertizo abierto, el techo mostrando ranuras por las cuales entraba luz, y el suelo siendo pasto fresco, extendiéndose no más de un kilómetro a la redonda. Se veía como un pequeño oasis en un mar blanco. Fuera de la estructura, una pequeña máquina de escribir se encontraba al pie de un árbol. Y era justamente el árbol lo que más llamaba su atención.

Echando sus gruesas raíces a lo largo del terreno, éste se elevaba con dignidad sobre los demás. Su tallo seguía recto, y dos grandes ramas principales salían una a cada lado de este, formando lo que parecía asemejarse a una cruz. Y en este punto de unión, resaltando apenas del tronco, se encontraba Maury, quien parecía estar unificado al árbol. Sus ojos estaban cerrados y su pecho parecía abierto para mostrar lo que parecía ser un corazón rojo sangre palpitando. Más de cerca, aquellos que sabían lo que era lograron identificarlo como un...

-... kamidogu.-

-Maury... ¿Qué le ha pasado?-

Jofiel aclaró su garganta. Se veía en un mejor estado físico que hace unos momentos.

-Es increíble... pero este muchacho portaba un kamidogu dentro suyo. Un objeto de los dioses, con el poder de sustentar y dividir realidades enteras. El muchacho... le está brindando energía a este cielo, lo está nutriendo con el poder del kamidogu para evitar que desaparezca.-

Jofiel se acercó a paso lento pero seguro a la máquina de escribir junto al árbol. Con temor, depositó una mano en ella, como para sentir que en verdad era real. Extrañamente, al sentir el frio metálico de esta, no pudo evitar darle una pequeña caricia antes de sentarse en el césped y comenzar a escribir.

Un arco de piedra se formó cerca del grupo, y un portal de color violeta se abrió rápidamente en él.

-Esto es ni más ni menos que un milagro. El camino al séptimo cielo... aquel que ni los arcángeles hemos tocado. Se encuentra frente a nosotros. Ustedes... - El anciano se giró para ver al grupo. -... Han logrado lo imposible.-

-Sí, es lo que solemos hacer.-

-Entonces... este es nuestro camino.- Comentó Insigno, inspeccionando el portal.

-Es lo mejor que puedo darles. Realmente el séptimo cielo es un misterio para la mayoría de nosotros. No hay forma de saber qué sucederá cuando crucen el arco.-

-Vaya, no muy diferente que nuestra situación de hace unos minutos entonces.- Remarcó irritado el espectro.

Todos miraron con alivio el arco. Lo habían logrado. Finalmente, la batalla del Cielo de la Imaginación había llegado a su fin.

...

Y con el alivio, llegó la comprensión. Todo lo que había pasado en un frenesí finalmente decantaba en sus mentes.

-Cedric... y Kazuma...- Freeze solo llegó a pronunciar sus nombres antes de echarse a llorar. Insigno puso una mano en su hombro y cerró los ojos, sin duda recordando todas sus interacciones con ambos amigos. Leon y Tundra miraron ambos a un costado, evitando a toda costa cruzar miradas con sus amigos. Titan estaba acostumbrado a este tipo de situaciones, pero nunca se le hacía mas fácil. Aun en el suelo debido a sus heridas, depositó su mano en el hombro de Shamsa, quien la sujeto con fuerza. Blestang volvió a buscar el rosario que había obtenido de Cedric, mientras lagrimas silenciosas brotaban de sus ojos. Hoy había perdido a un hermano. Y para hundir el puñal mas profundo, Kazuma había tenido que sacrificarse por su estúpida búsqueda de satisfacción en la pelea contra Jofiel. Wolf y Liu Kang se encontraban ambos llevando a cabo lo que sin dudas eran ritos de despedida para honrar a guerreros de sus respectivas creencias. Jofiel dejó que cada uno se desahogase a su manera, mientras recordaba las palabras del semi dios y le agradecía por haberlo puesto nuevamente en el camino correcto.

Luego de un buen rato en silencio, Freeze se secó las lágrimas y se acercó al árbol.

-¿Qué hay de Maury? Parece dormido pero...- Preguntó la joven, apoyando la palma de su mano en el tronco. -Pero puedo sentirlo, el sigue vivo. Puedo sentir su presencia dándonos fuerza.-

-Me temo que Maury no podrá abandonar más este Cielo. Es lo único que lo mantiene en pie.- Comenzó a explicar el arcángel. -Lo ha dado todo para brindarles una oportunidad más.-

-En ese caso... Maury necesitará a alguien que le haga compañía.- Todos miraron a Titan, quien dio un paso al frente. -Honestamente, estoy esforzándome para parecer rudo, pero apenas y puedo mantenerme en pie. Mis heridas son muy graves. No creo que pueda aportar mucho en lo que sea que se vean envueltos cruzando ese portal. Al menos, no por ahora. No seré una carga para ustedes.-

-Yo también me quedaré.-

-¡¿Freeze?!-

-¿Tú por qué?-

Tanto Leon como Tundra comenzaron a cuestionar a la Lin Kuei con agitación.

-Vamos, no podemos dejar a Titan y a Maury solos. Necesitan alguien que los proteja en caso de que algo pase.- Respondió la muchacha, guiñando un ojo y levantando un brazo en señal de fuerza. -Y sinceramente... tengo la sensación de que éste es mi rol a cumplir.-

Todos bajaron las miradas, la charla sobre los "imaginadores" y demás viniendo a sus mentes.

-No se preocupen, yo también me quedaré aquí. Después de todo, este es mi cielo. También será un buen refugio al cual volver si las cosas en el séptimo cielo se salen de control. Sus compañeros podrán descansar y reunirse con ustedes cuando el tiempo sea adecuado, sin contar que este podría ser un nexo con el Limbo. Tengo entendido que otra de sus compañeras se encuentra actualmente allí, ¿verdad?-

Blestang dio un pequeño salto ante ese comentario, finalmente recordando algo importante.

-Wolf, te agradezco por la ayuda... y por los consejos que me diste. No habríamos podido derrotar a Jofiel sin Feng Zu. Pero creo que no es mi deber cuidarla más tiempo.- El monje se acercó a su amigo, ofreciéndole el mango de la espada. -Siento que tú debes ser quien se la devuelva a Jun, así que quiero que tú la tengas. Perdón, pero creo que gasté casi toda su energía en la pelea... hehe...-

Wolf dejo escapar una pequeña risa antes de tomar la espada, simplemente inclinando su cabeza en respeto a su amigo.

-Ahora, deben usar este momento para reagruparse y decidir. Lo que les espera más allá del portal... eso ni yo lo sé. Aquellos que estén dispuestos, den un paso al frente. Sepan que son bienvenidos a permanecer aquí y recuperar fuerzas el tiempo que les sea necesario.-

Blestang sujetó el rosario que colgaba de su cuello con fuerza. A pesar de todo lo que había pasado en el último tiempo, no sentía ya la menor necesidad de descansar. Después de todo, no solo contaba con su fuerza sino también con la de Cedric, su amigo que jamás lo abandonaría.

-Le agradezco la oferta, viejito, pero yo digo que no tenemos tiempo que perder.- Comentó el monje, acercándose al portal.

El resto de la Alianza intercambio miradas y asintieron con la cabeza. Era hora de tomar una decisión.


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-¿Todo salió bien o deberé cargar con esto yo solo?- Preguntó el oscuro muchacho cuando una luz se formó frente a él.

-"Todo salió como lo esperaba. Las cosas se ven prometedoras, aunque no han sido sin sacrificios. Pronto comenzará el acto final de esta batalla por la existencia. Sé que preferirías hacer esto solo..."-

-Pero no hay forma de salir victoriosos actuando por nuestra cuenta. Si, si. Ya lo sé. No soy yo de quien deberías preocuparte. No creo que ellos se tomen bien el volver a verme.-

-"Deberán hacerlo. Para este punto, las cosas están más allá de sus pleitos personales. Necesitaran apoyarse los unos a los otros, tú incluido. Es la única forma de enfrentar lo que les espera."-

El joven solo asintió con la cabeza y miró al final de las escaleras en las que estaba esperando actualmente. Un ser lúgubre y terrible lo miraba con una sonrisa macabra. Parecía estar llamándolo.

-Ya está llegando el momento de vernos cara a cara, Shinnok.-






Y bueno, ahí esta. Como veníamos charlando, saque a varios personajes que ya no tenían escritores para poder centrarnos en los que todavía están activos de acá en adelante. Espero haber podido darles una despedida (¿temporal?) digna a cada uno, aunque claramente por ser un capitulo mío, lo que más tenía armado era todo lo de Blestang y Cedric. Aun así, dado que esto escaló a una súper pelea shonen con Jofiel (originalmente no era todo el capitulo contra él), quise darles a todos los personajes del grupo su momento de brillar y que todos aportasen a la victoria final (más allá de los powers ups de Cedric y la espada de Jun). Espero haber honrado bien a todos, porque la verdad fue un quilombo escribir con tantos miembros del grupo xD
Y nada, tenía pensado arrancar el séptimo cielo yo, pero mientras más escribía mas se alargaba la cosa y decidí tirarle ese problema a Rep xd Te quiero Rep <3
De paso cualquier cosa que quieran cambiar de cómo terminó esto, dejé el final más o menos abierto para que o hablen con Rep y lo toque en su capitulo o se manden un mini-capitulo ustedes diciendo que quieren hacer con sus personajes.

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Re: La Alianza: Fic Interactivo

Mensaje por jdmn » Dom, 30 Ene 2022, 23:37

Entre los escombros, una figura demacrada observaba el cielo. Gran parte de lo que una vez había sido ya no existía. Sus ojos emitían una luz intermitente mientras que una voz dentro de su cabeza repetía las mismas palabras una y otra vez.

"PELIGRO. PELIGRO. NIVELES DE DAÑO EXCESIVO. SISTEMAS DE REPARACIÓN AUTOMATICA SOBREPASADOS. INCAPACIDAD DE REDIRECCIONAR ENERGÍA. FUENTE PRINCIPAL FALTANTE. FUENTE AUXILIAR EN ESTADO CRÍTICO. PELIGRO. PELIGRO..."

Kazuma, o lo que quedaba de él, sabía que esta vez había llegado el final.

-Suspiro: No he logrado mi objetivo. El arcángel Jofiel logró sobrevivir. Mi... a-A-apuesta nO d-i-i-dI-o... r-re-sUlta-dO... l-lo lam...en-to... So...nAta... a-aHoRA todo Que-DA… en… maaAaAAA-n-nos d-de... MiS… com…Pa…Ñe…rOoOo0o0oo…-

Pero entonces, una cálida luz se hizo presente frente al moribundo ciborg.

-"Aun no. De hecho, quiero que descanses y te relajes por ahora. Aguanta, Kazuma. Solo por algunos momentos más."-

La luz parecía extenderle la mano. Solo uno de los sistemas oculares de Kazuma aun servía, pero por alguna razón, se sentía en paz viendo la luz. Lentamente, en la medida en que su mecanismo aún se lo permitía, extendió su único brazo hacia ella.

-"Sé que este parece el final. Y no te mentiré. Esta vez, el daño que recibiste no tiene remedio. Pero Kazuma, eso no significa que no tengas tiempo para llevar a cabo tu deseo. Ven conmigo. De hecho, tú tienes todo el tiempo del mundo."-

Finalmente, las extensiones metálicas de Kazuma tocaron la luz, y una extraña sensación lo invadió al punto tal de ahogar todas las voces de su sistema principal. Por un momento, sintió verse reflejado en aquella extraña luz.

Y entonces ambos desaparecieron.


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Toda esa luz se pintó de un azul cielo, Kazuma, tal como se conocia, ya no existia, no se veia como un cyber guerrero, era un chico joven, difícil de calcular su edad real, pero se puede decir que ronda entre los 13 a 16 años, con un cabello corto, pero con una cresta elevada, como si se peinara con gel a diario, portando un ropaje casual de los ciudadanos de Tokio, con la excepción de una camisa naranja con el logo de un Gundam. Al frente de él estaba una ente de luz..

--Este es tu versión de paz, te devolveré todo el tiempo que te quitaron, te lo traeré en paz a nuestra siguiente ubicación. -- Decía la ente de luz, la guardiana del brazalete del tiempo.


--Debes entender, que al igual que tu, yo también tengo la carga y necesidad de proteger el tiempo de nuestros compañeros y objetivos, aun así cuando no podemos controlar mas de lo que apuntamos, a pesar de que ya no puedas más tener el control de ello, debes entender lo que esta carga --

Decía la entidad, apuntando a lo que es el cuerpo de Cyber Kazuma congelado en el tiempo. Se podía ver cada parte de su chasis expuesto, como el aceite brotaba como gotas congeladas, y un reactor azul brillante, un experimento de tiempo cuantico de Sektor, recordaba Kazuma al verse a sí mismo.

--¿No estás enojado de la decisión que tomo mis cálculos?... No pude destruir a Jofiel, desconozco si Sonata o los demás, quedaran en vida.-- Decía Kazuma de forma calmada, como si el dolor de esa explosión no le doliera nada, pero le doliera el peso de los que quedaron en batalla.

--A decir verdad, estoy feliz de que tomáramos esa decisión, estábamos en una variable cuántica que se achicaba si no se media o progresaba en el camino, si no hubieras tomado esa decisión, lo más seguro es que el tiempo para derrotar a Jofiel se alargara tanto, que la tierra quedaba mucho más afectada de lo que esta ahora, lo más seguro es que nuestra misión termine para bien… lo que veo más allá del siguiente reino no alcanza en mi poder…-- Decía con una calidez y paz el brazalete de tiempo.

--¿Qué hay de mis hermanos, están bien?-- Interrumpía Kazuma al espectro.

--Veo que vas recobrando más de tu versión original, pero te puedo decir, que al menos en el reino de la tierra… La zona donde residías, donde reside tu familia… no fue afectada por nuestra decisión.--

--¿Puedes mostrarme el pasado?… No recuerdo mucho… Me gustaría saber de mí- Decía Kazuma joven de rodillas.

--No… No puedo llegar a esa línea de tiempo… Pero podemos disfrutar de esto, es algo que nos agradara a ambos-- La entidad de luz cada vez se ponía mas calida y amigable, la luz se hacía fuerte, y con ello, el cielo tomaba fuerza y forma.

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El cielo azul se volvía más borroso y arrastraba a Kazuma como si una ola de playa fuera, para su sorpresa, si lo era, tras chocar con la suave de una playa, tras ser arrastrado por lo que pensaría él una ola mágica.

A su lado cargaba un brazal pesado plateado, pero ajustado a su cuerpo, él sabía que era el brazal de tiempo, se levantó y limpio la arena del cuerpo y sus ropas, para adentrarse en la isla que quería mostrarle su aura calidad. El chico notaba como estaba lleno de barcos cargueros, tanto modernos como de madera, todos seguían un camino marcado con arena que diferenciaba de la grama de la selva de la isla.

--Aún no puedo creer que aquí se haya cambiado el último combate mortal, se ve tan diferente a como lo mencionaban los antiguos guerreros--Decía un guardia enmascarado.

--Tiene que serlo, ya no es Tsung quien controla esto, aquí es donde los nuevos dueños se prepararan para cualquier amenaza, donde están al alcance de todo.-- Respondía su compañero cargando una caja de gran tamaño.

Kazuma caminó en conjuntos a ellos, y encontró una gran arena de cerámica blanca de cuadros no había mucha gente reunida, pero al fondo de todo había alguien recibiendo las cajas, hacía un saludo de respeto y retiraba a los que llegaban. Acercándose cada vez más y más, notaba varias estatuas, algunas eran de guerreros que no reconocía, otras eran muy familiares para el.

--¿Oye, en serio mandaste a hacer tu estatua más grande de lo que eres? Estas al mismo tamaño que todos los demas - Decía una chica joven, pero que le igualaba el tamaño a quien parecia su jefe, con un ropaje de entrenamiento, y un bastón de madera.

--¡Hey!, los escultores pueden relucir mi verdadero tamaño, al menos así fue como les indique a ellos que hicieran, ja, ja, ja.- Decía en un tono burlón el monje de al lado, reconocido por Kazuma.

--¿¡Blestang!?-- Pensaba en su mente Kazuma, ¿¡ganamos?!... al menos… Asi parece.

--Aún no sé decirte exactamente a que costo, la tierra no es igual a como empezamos nuestra misión, falta esencias y pilares importantes que aún no logro captar… Pero parece que al menos ya no están en estado de Armageddon.-- Decía el brazal en la mente de Kazuma. Lo decía de una forma calculadora que le hacía recordar a sus antiguos momentos de hablar con calculos y directivas.

--Solo quiero, que al finalizar el día, me dejes con mis compañeros, para poder descansar, necesito recuperar mis fuerzas, Porfavor y agradecido por todo lo que hemos pasado.. --

--Quisiera saber, como están los demás…-- Decía Kazuma en voz baja mientras se mezclaba con los demás trabajadores que dejaban cajas cerca de las estatuas de su compañero, notaba la suya con gran detalle, aunque no al 100% de su armadura robótica, se lustraba con su mano en pose de lanzallamas, como solía hacerlo.

Shamsa, Titan, Leon, Cedric, Maury, Aún no me acostumbro a la chica, ey su nombre es... decía mientras observaba a las demás estatuas.

--¡¿HEY, TU QUIEN ERES!? ¡LOS TOURS ESCOLARES NO ESTÁN ABIERTO NIÑO!-- Gritaba la joven de hace unos minutos, acercándose rápidamente en forma de represión.

--tck tck… a veces tienes un mal genio Sonata… Deja voy yo, tú atiendes a los cargueros y su papeleo y las cajas, te los dejo, confio en ti-- Decía blestang deteniendo a la joven del hombro y retirándose lentamente mientras hacía gestos con los dedos.

La chica solo mostraba una expresión de enojo en su cara, intentando controlar un grito seco, pero termino bajando los brazos y empezó a atender a quienes necesitaban dejar las cargas.

--¿Sonata?, entonces, todo está en..¿orden? Aunque se ve algo mas traquila que la otras veces.-- Pensaba Kazuma con algo de felicidad en su mente, por ser un sacrificio que dio frutos, a pensar de que no sabia explicar lo que sentia, al mismo tiempo.

--Blestang se acercaba a Kazuma, no lo reconocía porque nunca lo vieron como el humano que era… tanto que explicar, tan poco tiempo, una gran cantidad de emociones y palabras pasaban en la mente de el chico.

--¿Tienes comida, señor…? --Decía Kazuma de forma respetuosa.
--Eh… Si chico, pero… ¿Y tus padres?, y como llegaste acá, aún no hay entrada al público… ¿vienes con algún carguero verdad?-- Decía Blestang rascandose la cabeza mientras veía al chico, esperando alguna respuesta.

--Tengo un mensaje, de un compañero que te conoce…-- Decía Kazuma algo nervioso, queria contárselo, pero los nervios le estaban ganando, ¿podía decir que era el? ¿No afecta el tiempo? Muchas dudas pasaban por su cabeza y el brazal no le ayudaba a responder.

--El monje lo detallo rápidamente con una mirada seria, y en tan solo unos pocos segundos cambio a unas risas-- Ja, ja, ja, venga pues, no sabrás la cantidad de compañeros míos, hablamos en el salón de estar para mas comodidad, ya hay aperitivos puestos.

Kazuma y Blestang caminaban, hacía un templo con puertas de gran tamaño, como si estan hubieran abarcado a una gran cantidad de personas en la antigüedad.

--Creo que aún no damos a conocer este lugar a público… este será unos de los puntos de defensa para los guerreros a favor de la paz… aún le estamos buscando un mejor nombre… pero creo que aún falta mucho tiempo para ello, y hablando de ti, de que colegio eres, ese ropaje es muy japones para estas zonas, pero conozco lugares así.

--Yo…- la conversación se interrumpía por el sonido de las tripas del chico.

-Je, mejor guarda la conversación en la mesa, ya estamos pronto a llegar.-

Abriendo con un solo brazo la puerta de gran tamaño, demostraba una gran fuerza, acompaño a Kazuma a sentarlo en unos cómodos sofás negros con rojo, Blestang se acercó a una mesa de bar cercano, sacando de una olla grande, una sopa con fideos, parecia haber sido cocinado temprano.

--Uh. esta fría-- Decía Blestang calentando el plato con la palma de sus manos.
--¡BINGO!!-- Está listo, disfruta de mi famosa… Sopa de fideos con camarones.

Kazuma agarro el plato y los palillos, preparandose para comer.

La expresión de su cara era de felicidad, comía como si fuera lo mejor del mundo, los ojos palpitaban de gusto, y cada vez más duraba en el siguiente bocado, saboreando mas y mas de su primera comida en lo que para el era años. Blestang solo veia soprendido mientras tomaba sorbos de fideos y la sopa de a poco.

---AAAAAAAAAaaaaaaa, que sabroso estaba-- Decía Kazuma feliz, hace años que no comia asi de bien.

--Entonces así es como se siente regresar a la humanidad, ¿eh Kazuma?-- Decía Blestang comiendo también de su sopa de forma calmada.

--Pero… Ni siquiera te he dicho-- Hablaba Kazuma preocupado y sudando.

--Desde que te vi apenas con ese brazal sé que eras tú… Es unos de los que nos faltan para poner juntos… pero vamos que no me acostumbro verte así… Eres tan, joven, no puedo creer que alli se guardaba un cyber guerrero--

Kazuma no respondía nada, solo miraba hacía abajo con un sin fin de sentimientos que no lograba sentir desde hace mucho tiempo, al menos no eran simulados por computador.

--No es necesario que tengas que pelear ya Kazuma, si el brazalete de tiempo te trajo aqui… Fue para que disfrutaras de la vida, no te preocupes más, lo hiciste muy bien.-- Se acercaba Blestang a darle un cálido abrazo a su joven compañero, este lo acompaño con unos sollozos de alegría y sobre-emocion. El ente de luz salió del brazal para manifestarse, viendo y saludando con respeto a Blestang.

--¿Qué piensas hacer con los demás Brazaletes?-- Decía el brazal del tiempo a el monje.

--Tienen llibre albedrío de que hacer, si seguir durmiendo como guardianes de brazaletes, o ser liberados, al final tus compañeros ya se esforzaron al igual que nosotros, ya cae en sus manos lo que vean.-- Blestang decía de forma más serena y seria al espectro de luz.

--Yo… A pesar de tener el tiempo necesario para pensarlo… Me gustaría seguir descansando en el brazalete, me gusta mas cuando no controlo el tiempo, si se entiende lo que digo, me siento en paz… ¿nos protegerás? -- Decía la entidad volviendo a su forma de brazalete.

--Tenlo por hecho…-- Decía Blestang agarrando el brazalete, soltándolo del brazo de Kazuma,--

--Y Kazuma…, disfruta de la comida… Pronto veremos donde podrías descansar, pero, ten por seguro que siempre es un gusto comer aquí-- Soltaba una sonrisa el monje mientras se alejaba de su compañero.

El joven, con el plato preparado, sabía que aquí volverá a tener su humanidad.

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El cielo y la visión se nublaba más al alejarse del brazal de su compañero, el poco tiempo de la visión de un futuro incierto, quedará en las manos de las decisiones de lo demás compañeros de la Alianza. El brazal del tiempo descansa, sabiendo que el flujo del tiempo no está en sus manos, esperando a ayudar en lo más que pueda si se necesita una vez más.

Con esto el haz de luz termina de apagarse, mientras en el ocaso, la alianza se reúne para adentrarse a un cielo nuevo, desconocido del límite del tiempo.


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Una historia alterna para el cierre del Kazuma y su brazal de tiempo.
JDMN puede significar Jamon de Mar Natural, son deliciosos.
Also D4NUK1 4 the Rulz
Me pueden invitar a cualquier FPS, seguro le puedo ganar. (:lol)
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Re: La Alianza: Fic Interactivo

Mensaje por repzero1 » Vie, 18 Mar 2022, 06:35

Y asi, ya que salimos de un cielo, es hora de iniciar uno nuevo… otra vez… :’v

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En el Netherrealm.

La sangre de un demonio de 4 brazos bañaba las armas de Yoxhe, quien permanecía de pie con la mirada perdida, carente de toda esperanza de triunfar. Sus compañeros de Alianza se habían separado, a su derecha a un par de metros Anah estaba preparando un hechizo, mientras el ataque de Kung Lao el Grande rebanaba en un movimiento rápido a un caballo demonio haciendo que su jinete zombie se partiera el cráneo al aterrizar. Delante de él, aquel que había sido designado como el líder de aquella Alianza portaba algo en sus manos, un medallón maldito, pero a Yoxhe ya no le importaba, sus armas podían seguir aniquilando pero no veía fin a las huestes del infierno.

Toda la aventura que habían vivido le parecía haber sido para nada, el ejército de Shinnok era tan numeroso que cubría el horizonte y por cada criatura caída parecía que salían más para sustituirle, mientras las heridas en ellos solo aumentaban. A su izquierda veía como Makusha y Aqua se cubrían mutuamente las espaldas, mientras Rock hacia frente a un grupo de zombies. Por detrás de él, una serpiente gigantesca estaba por devorarlo, cuando una distorsión temporal lo detuvo e hizo de-evolucionar hasta convertirse en una lagartija de magma.

No se podía explicar cómo aun con la ayuda de entidades con poderes prácticamente divinos como Tempus y Arwy o de aliados inesperados que encontraron en su viaje como Makusha las tropas de la Alianza habían sido reducidas. Aun con guerreros con entrenamiento mas allá de lo que él había visto, como Rock y Volkov, quienes coordinaban sus movimientos para atacar los escuadrones demoniacos que estaban a punto de rodearlos, pero para Yoxhe no era suficiente si esos demonios acababan primero con el ejercito que la Alianza había liderado hasta sus muertes.

Todo ese discurso de proteger a su gente, de salvarlos previniendo una invasión, de traer de vuelta la cabeza de Shinnok como ofrenda para su dios de la guerra… y su voluntad había llegado a su límite, solo el instinto le permitía moverse para conservar su propia vida. Quizás era por ver a sus aliados sobrevivir la masacre, quizás era su orgullo de guerrero, quizás era solo querer negarle la satisfacción a Shinnok de ver a toda la Alianza morir, en cualquier caso, Yoxhe deslizó su pie y una roca afilada atravesó a un oni gigante que se aproximaba blandiendo una espada. Dejando su arma de lado, tomo la espada de aquél oni y se dirigió rumbo a Vida, quien luchaba incesantemente un grupo de humanoides con cabezas de perro.

Antes de poder brindarle apoyo, un jinete zombie lo atravesó con su lanza y lo llevó lejos, mientras veía a Makusha acercarse con Vida, pero Tempus y aquél al que llamaban Sin Nombre tenían complicaciones para reagruparse con Anah. El jinete levantó su lanza al aire, pero Yoxhe con un movimiento brusco de su brazo corta la cabeza del zombie mientras cae rodando sobre el suelo del Netherrealm.

Tendido sobre su espalda, sus ojos se pierden entre las nubes de aquél infernal cielo rojizo, casi tan intenso como la sangre que brotaba de su abdomen. Podía oír los gritos de los demonios, anhelando causar más muerte, la desesperación de sus aliados quienes comenzaban a ver a los suyos caer, podía oír diferentes proyectiles, físicos y mágicos, volar por encima de él y cortar el viento.

Y fue entonces, que aquél cielo rojo se volvió borroso, y un frio cargado con el peso del arrepentimiento y la frustración recorría sus sienes, en contraste con el calor que cubría constantemente su torso. Hubo un destello de luz, una sensación de calor sobre todo su cuerpo que le ofreció por un breve instante algo de calma…
… y al volver a abrir los ojos Yoxhe se encontró rodeado de arena abarcando hasta el horizonte, un brillante cielo, y frente a él, una extraña daga cuya empuñadura parecía un reloj de arena…

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En el 6to Cielo.

No hacía falta palabras para que todos los presentes dejaran clara su posición, cada uno con sus armas y brazaletes preparados para cruzar el portal.

- Sugeriría que descansen, guerreros, pero la situación empeora a cada segundo – Jofiel habló antes que cualquiera de ellos diera el primer paso en el portal – lo único que puedo ofrecerles es esto.
Ante sus palabras, Jofiel se sentó frente a la nueva máquina de escribir y luego de teclear durante unos segundos, cada guerrero veía sus ropas y armaduras restaurándose sin intervención visible alguna. Algunos veían sus viejas armas también regresar, mientras que sus heridas eran cubiertas por una pasta color rojiza y de olor desagradable que en segundos restauró el tejido, reanudó la circulación sanguínea, y hacia que el cansancio desapareciera de sus cuerpos.
- Es lo menos que puedo hacer, en agradecimiento por hacerme ver que esto aún no tiene que ser el final – El ángel se reclino en su asiento, sus manos temblando, aunque anhelando volver a escribir historias.
- Y no podrías darnos unas armas, algo de equipo pesado, o más de esa pasta milagrosa? – La voz de Blestang sonaba más curiosa que recriminatoria, aunque el gesto de Tundra indicaba él quería hacer la pregunta de forma inquisitoria
- No les he otorgado nada nuevo con lo que no hubieran ingresado a los cielos, de otro modo, solo tendría que escribir “y todos fueron felices” y no estaríamos en esta situación. – decía Jofiel mas ofendido por su lado creativo siendo cuestionado que por aquella petición – Tampoco puedo traer a sus compañeros caídos, siendo este el 6to cielo lo que invocaría sería mi idea de ellos, y no el alma en un cuerpo restaurado – Blestang se sintió ofendido, pero Leon sabía exactamente que Jofiel se dirigía a él aunque hubiera evitado añadir armas nucleares a la sugerencia de Blestang, quien solo se había adelantado a la misma pregunta que Leon quería hacer.
- Además – continuó Jofiel – No podemos arriesgarnos, Gabriel estará esperándolos detrás de ese portal, y deberán pasar sobre él para llegar al 7mo Cielo.

Cada uno de los miembros de la Alianza continuó inspeccionando sus pertenencias. Freeze y Titan también se habían visto afectados, sin embargo, las heridas de Titan eran demasiado profundas y la pasta solo había reducido considerablemente el dolor, Titan podía sentir que, de incrementar su tamaño en esas condiciones, todos podrían oir sus células quebrarse una a una.

Perplejo pero orgulloso del logro de la Alianza, Liu Kang hacia una reverencia hacia Maury, una mas hacia Freeze y Titan quienes habían contribuido al éxito de la misión hasta ahora, y por ultimo hacia los guerreros de la nueva Alianza.

- Guerreros, nuestro tiempo habrá sido corto, pero sin duda el honor con el que han luchado hoy será la clave para proteger el futuro de los reinos. – dijo el antiguo campeón con voz calmada al grupo. – No podré acompañarlos en su viaje por el momento, pero sé que todo el viaje hasta ahora los habrá preparado para el último segmento de su travesía. Orare por su protección y para que puedan vencer y forjar el destino – hizo una reverencia mas, antes de dirigirse a Insigno.
- Nuestro viaje en particular fue largo, pero superaste prueba tras prueba, pero mas obstáculos podrían esperarte, y a las almas que dentro de ti permanecen. Recuerda sin embargo, que ahora tienes a tus amigos para que puedan apoyarte. – Y para apoyarlos de vuelta – Respondió Insigno, devolviendo la reverencia a Liu Kang, seguido por el grupo.
Jofiel volvía a su máquina de escribir, y a lo lejos podían verse los viejos paisajes que recorrieron volver a la vida. El bosque de las posibles ideas, el desierto de los descartados, la montaña de incubación de ideas, con cada lugar su sonrisa parecía crecer. Antes de cruzar el portal, Tundra, quien había estado revisando el relieve del arco se dirigió a Insigno.
- Si mal no recuerdo, tu brazalete decía que debíamos rescatar al Kung Lao allí, verdad? – Insigno afirmó con un único movimiento de cabeza.
- Si, su ayuda será indispensable, aunque temo que para los brazaletes que nos acompañen el reencuentro pueda ser traumático y todas esas memorias que fueron selladas podrián volver – la proyección del Sin Nombre hablaba dirigiéndose al grupo, pero sus ojos evadían ver a cualquiera de los brazaletes.
- Algunos de ustedes, además, perdieron la memoria de los últimos momentos antes de… esta situación – Shamsa alcanzó a percatarse que el Sin Nombre dirigía una mirada a su brazalete, pero hace tiempo que ni Yoxhe ni Rash se comunicaban con ella, al menos, desde antes de ingresar al 6to cielo.

Leon se acercó a Titán y ofreció un saludo, mientras hacía promesas de proteger al grupo en su lugar, incluyendo al “ninja infantil”, así que a cambio debía cuidar también de Freeze, no dejarla a ella hacer todo el trabajo. Titán, aunque cansado, esbozó una sonrisa luego de verlo arriesgarse para darle la oportunidad a Blestang de acertar su golpe. Wolf y Blestang se despedían de Liu Kang, mientras Shamsa abrazaba a Freeze y discretamente la alejaba de Leon y Tundra, quienes estaban ocupados discutiendo entre sí. Insigno veía los relieves que llamaron la atención de Tundra, y por alguna razón varios de ellos, aunque no parecían coincidir entre si, le resultaban familiares. Con todos sus asuntos terminados, Leon al frente del grupo, cada uno comenzó a cruzar el portal violeta, mientras alrededor de su arco, de Jofiel, de Titan, Freeze, Maury y de Liu Kang, una nueva pirámide era formada a partir de las ramas del árbol que Maury había creado.

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En C̴̨̲̬͔̯̺̫̱̙̭̯̥̟̋̈́͘h̶̡̨̘̤̠̯͇͖̰̏̏͊̒̓͛͋i̶̜̣̦͕̝̻͎͙͒͗̃̀̉̿͗̒͑̂͘͝ͅv̸͚̐͋̀̔̃̇̈́̔̿̈́̓̾͐ă̷͔͔͓̦̣̜͕̒̾͌́̿̈́́̈́̍͗̕ẗ̷̢̨̗̰̥̺̠̳̬̜̦́̓̃̅͆͠

Frente a ellos se expandía un valle sin fin, montañas, colinas y cordilleras casi carentes de vegetación con excepción de algunos árboles y arbustos que podían vislumbrarse. El portal parecía estar sobre una de las montañas más altas del lugar, pero podían ver que aquellos relieves montañosos estaban conectados por puentes colgantes de materiales misteriosos.

Algunos de los montes aislados eran rodeados por una densa niebla que dejaba entrever la cima, entre otros parecía haber un vació sin fin, mientras que en algunos más, a pesar de estar conectados por puentes, podía vislumbrarse un rio recorrer entre ellos. En ocasiones, la niebla, el vacío y el río parecían conectarse pero sin entremezclarse, como si en vez de ser gases o líquidos de repente se convirtieran en solidos al tocarse mutuamente.

Sobre sus cabezas, en vez de un cielo azul los cubrían nubes grises que no dejaban apertura alguna, aunque eso no hacía que aquel lugar estuviera cubierto de sombras. Dirigiendo su vista hacia los ríos les hizo ver que todos coincidían en una montaña todavía más alta que aquella donde estaban, y que era posible acercarse cruzando los puentes, pero no podían ver si aquella montaña también estaba conectada o no. Podían sin embargo ver que aquella montaña era la única fuente de luz, y que conforme se elevaba atravesaba las nubes, por lo que no podían vislumbrar su cima.

- Creen que tenga un elevador? – Tundra dirigió una mirada al grupo solo para ver que la mitad no parecían entender su pregunta, y la otra mitad no querían admitir que si lo entendían.
- A este punto, morir por un paro cardíaco sería ridículo – Leon al fin le respondió, mientras buscaba alrededor el primer puente que deberían atravesar. – Alguien reconoce este árbol? He estado en varios lugares, pero no me parece conocido.
- Tampoco es parecido a algo que hubiera visto en el Outworld – respondía Shamsa, quien se hincaba sobre una rodilla y tocaba el suelo.
- Aunque vivos, no puedo sentir energía espiritual proveniente de él – dijo Wolf, quien había posado una mano sobre el tronco.
- Te equivocas, shaman – respondió Insigno – estamos rodeados de energía espiritual… nuestros sentidos no pueden percibir la verdadera forma del cielo, así que este tiene que adaptarse para nosotros….
- Pero eso es raro – la voz de Arwy se escuchó – en otras circunstancias, un mortal perecería al tratar de comprender este lugar… Insigno tiene razón, el cielo se adapta para nosotros, aunque aún no hemos ingresado en el 7mo cielo…

Con sus manos, Shamsa tomo un poco de tierra, dándose cuenta que esta era demasiado… perfecta, demasiado regular, cada grano y partícula que simulaba el suelo de los reinos mortales era en verdad una esfera diminuta y carente de textura. Aplastarlo entre sus dedos solo separaba los granos esféricos, excepto aquellos que en conjunto simulaban ser piedras. Su poder no tenía efecto sobre aquel lugar y, similar a Wolf, la abundancia de energía espiritual no le permitía sentir las vibraciones del suelo por mucho que se concentrara.

- Esto es perfecto… nuestros poderes también dejaran de funcionar aquí? – la voz de Shamsa rompió el silencio, mientras Wolf guardaba su hacha luego de intentar sin éxito causar un corte en el árbol.
- No, conforme más tiempo estemos aquí, este lugar será más y más parecido a lo que conocemos, y de la misma forma nosotros podremos usar nuestros poderes como siempre – Insigno posaba una mano sobre el hombro de Shamsa – sin embargo no tenemos ese lujo, debemos llegar con Kung Lao antes que el ángel del 7mo cielo venga por nosotros.
- Si este lugar no debía verse así, creo que Gabriel ya estará enterado de nuestra… intrusión – decía Leon mientras veía con cautela el horizonte, Blestang y Tundra dando su espalda a Leon para cubrir el resto del paisaje, pero nada podían vislumbrar que les alertara de algún enemigo.
- …. Recuerdo… vi a Shinnok usando un delantal – Shamsa, más relajada, se dirigió al grupo.
- Y no invitaron a la barbacoa?
- No era en un banquete – le respondía Shamsa a Tundra – Titan y yo nos lo encontramos cerca de la pirámide de Jofiel, quería que cambiáramos la “percepción de su muerte” pero no se si era idea de aquel Shinnok, o si es parte del plan del vejestorio que nos espera…

El grupo dirigió una mirada hacia aquella montaña que ahora se veía ominosa a pesar de la luz que desprendía.

- Pero lo que también me dijo – continuo Shamsa – fue que le sorprendía lo viera con tal apariencia, como si no fuera su decisión vestir de esa forma.
- Así suelen ser los espíritus, adoptan una forma que les es confortable para interactuar con nosotros, de otro modo no podríamos tener la certeza de con quien hablamos… y Shinnok no dejara de usar cuanto truco este a su alcance para usarnos como sus peones – Wolf añadió, volteó a ver a Blestang antes de continuar – posesión, una manifestación intangible, la próxima vez que lo veamos seguramente será en carne y hueso.
- Entonces…. Sugieres que Shamsa y Titan tenían hambre? – dijo Blestang para desviar el tema que le incomodaba, pero antes que alguien más pudiera hacer alguna pregunta aquella montaña comenzó a temblar y un sonido retumbante se oía de diferentes direcciones.

El grupo dirigió la vista hacia las montañas de alrededor para ver cómo eran engullidas por la obscuridad, algunas se partían desde el centro causando temblores y la obscuridad que surgía de su interior se esparcía pero antes que esta pudiera avanzar hacia ellos, la neblina se alzaba para detener su paso. Algunos puentes comenzaban a caer o eran destruidos junto a las montañas, pero seguía habiendo un paso gracias a aquellas colinas por cuya base corría algún rio y eran inmunes a la obscuridad.

- Creo que es tarde para eso – gritaba Blestang por sobre el ruido de las montañas quebrándose – el ataque de Gabriel parece haber empezado – con esfuerzos, el grupo trataba de mantener el equilibrio.
- Todos, por el puente! – la voz de Leon hizo que el grupo avanzara con Leon cubriendo la retaguardia, el portal que habían cruzado parecía por momentos distorsionarse, como si alguien mas lo cruzara, hasta que los temblores derribaron el árbol cercano haciendo que cubriera el portal.

Apresurados trataban de mantener el equilibrio sujetándose de las cuerdas de aquél puente. Wolf casi cae sobre sus rodillas, pero se logró sujetar a tiempo, notando enseguida que los “tablones” que componían aquel puente tenían grabados de múltiples criaturas, algunas desconocidas para el pero otras demasiado familiares, incluyendo un caballo con escamas de pez y abundante melena.

Una vez a salvo del otro lado, veían que la montaña donde estaban tenía una apariencia como si una criatura gigante hubiese arrancado una parte de un solo mordisco, pero el resto permanecía intacto y en perfecto balance, aun si físicamente debía ser imposible y en cualquier momento pudiera derribarse el resto de la montaña por la sola acción de sus pasos.

Cruzaron hacia la siguiente colina con su atención enfocada al horizonte esperando, aunque no deseando, la aparición del ángel del 7mo cielo, pero no había nada, solo la oscuridad y la niebla combatiendo por el terreno. Esta vez les resulto más fácil, pues este puente poseía 7 hileras de cuerdas, formando 6 pasillos, lo que les permitió avanzar rápido y mantener el balance.

En mitad del camino, Tundra sintió un cosquilleo en sus manos. Como a Shamsa, tenía dudas si sus poderes podrían ser útiles, pero ahora sentía que podía usarlos, si bien solo un poco. Wolf sintió un fuerte dolor de cabeza que desapareció tan rápido como vino, mientras Blestang le ayudó a dirigirse hacia el final del puente.

- Es el cielo, sea lo que sea que esté ocurriendo, está tratando de adaptarse más rápido para ustedes – el Sin Nombre habló, aunque nadie quería detenerse a comprobar sus poderes, seguían cruzando el segundo puente y llegaron a una especie de meseta que fue aislada cuando la obscuridad se alzó por un instante y consumió los puentes colgantes que lo conectaban, incluyendo el que acababan de atravesar, lo que les causó una sensación de nostalgia. Las nubes parecieron descender y empujar la obscuridad hacia abajo, pero el daño estaba hecho y se veían aislados del resto de aquél lugar.
- Ahora como vamos a cruzar? – Tundra se asomó por el borde, y veía como esas sombras que consumían el paisaje provenían del fondo del rio, pero a este no le hacían efecto alguno – oh, ir por agua tampoco será una opción – dijo al grupo, mientras los temblores continuaban pero aquella meseta permanecía intacta ante aquellos movimientos.
- No puede este cielo cambiar mas rápido? – Blestang gritó, pero nadie tenía la respuesta que esperaba
- Por aquí – Shamsa gritó señalando a una colina que se encontraba mucho más abajo, pero cuyos puentes permanecían intactos. Con ambas manos en el suelo, intento crear un puente o una plataforma, pero solo pudo crear un soporte pequeño, suficiente para una persona y apenas lo suficientemente largo para que de un salto pudieran llegar a la colina.
- Eso sirve, pero no se quedara nadie mas atrás – Leon le gritó pero ella respondió de inmediato que iría tras ellos, debía concentrarse para mantener la plataforma.

Leon fue el primero, con un hechizo redujo su impacto contra el suelo, pero rápidamente preparó un segundo hechizo con el cual Wolf y Blestang pudieron aterrizar sin heridas. Insigno le costaba enfocarse en su telekinesis pero también pudo llegar sin problemas, mientras que Tundra ignorando a Leon usó sus poderes para reducir su velocidad y caer estrepitosamente. Shamsa manteniendo sus manos en el suelo se fue acercando lentamente al borde cuando un temblor la hizo caer. Insigno y Leon rápidamente actuaron para evitar que cayera al rio, pero el peligro no paraba, la meseta comenzó a partirse desde su centro y trozos de roca volaron en todas direcciones.

Un árbol cercano recibió uno de aquellos impactos, quebrándose de manera irregular pero bloqueando el agujero causado por la obscuridad partiendo la meseta. El tercer puente de su recorrido permanecía intacto y pudieron atravesarlo sin problemas y aunque debían sujetarse los unos de los otros para no caer cuando los temblores se intensificaban sentían como si hubiera alguien más guiándolos y asegurándose que cruzaran a salvo.

Pero la sensación de seguridad no habría de durar, por un instante, los guerreros parecieron percibir un grito incorpóreo en sus mentes, en algunos fueron más de 1 voz. Algo le estaba ocurriendo a los espiritus en los brazaletes pero ante sus preguntas ninguno de los guerreros recibía respuesta alguna ni podían escuchar el grito de los otros brazaletes. Cruzaron el 4to puente el cual se les hizo eterno, entre el alarido de los brazaletes, el crujir de las montañas y la particular inmensidad de aquél puente adornado por aquella gran montaña que se veía cada vez más cerca, su luz reconfortándolos y haciendo retroceder a la obscuridad.

Habían llegado a la parte intermedia de una montaña, el siguiente puente estaba en lo alto pero debían recorrer un paso que rodeaba la montaña. Los temblores habían bajado de intensidad, y poco a poco aquellas montañas que habrían sido devoradas regresaban a su estado anterior. Ninguno de los brazaletes gritaba, y al ser preguntados al respecto ninguno pudo decir en concreto que fue lo que les había ocurrido.

- No sé qué me pasó, era una sensación familiar… pero opuesta… como si algo, o alguien hubiera torturado mi cuerpo físico – decía Yoxhe, y continuó – pero también era como si una memoria dolorosa, un arrepentimiento estuviera punzando en mi mente.
- Por lo visto… este lugar si está tratando de protegernos – rompió el silencio Blestang mientras el grupo ascendía por aquel paso – pero que era eso, alguna habilidad del arcángel?
- No sé qué será… pero se sentía similar al limbo…. – el grupo volteo a ver a Wolf, algunos quizás esperanzados por ver de vuelta a Jun
- Pero ya no está en control de Rizoh, y los ángeles nos han dicho sería desastroso que más de uno residiera en el mismo lugar – decía Shamsa, algo frustrada por la falta de respuesta de Yoxhe.
- Rizoh no es que fuera un ángel… pero si es ahí donde juzgan las almas, debería entonces haber una forma de salir de ahí hacia cualquier cielo… - Arwy decía a todos, pero el Sin Nombre con aquellas palabras sentía un mal presagio.
- Significa que Jun corre peligro? – No – respondía Arwy ante la preocupación de Wolf – Sigue siendo posible que Gabriel este usando esa conexión con el limbo para atraparnos, o puede que este ataque tenga un origen similar como el núcleo del 6to cielo…
- O alguien más está detrás de todo esto – el murmuro del Sin Nombre dejo a todos en silencio, solo para este ser interrumpido por el regreso de los temblores, lo que forzó a la alianza a abandonar el tema y avanzar corriendo hasta cruzar el 5to puente.

Apresurando el paso, el puente se inclinaba hacia arriba y podían sentir el esfuerzo extra en sus piernas para atravesarlo, sin embargo, conforme mas se acercaban al extremo opuesto mas se percataban que estaban descendiendo hacia una colina, en vez de ascender, pero poco importaba, la obscuridad cada vez atacaba montañas mas cercanas y la niebla que ascendía hasta las nubes poco podía evitar que los ataques siguieran proviniendo del interior de las montañas.

Una vez cruzaron podían ver que la base de la montaña luminosa parecía estar a su alcance, pero la obscuridad brotaba sin advertencia y no les permitía planear una forma segura de aterrizar, solo podrían cruzar los 2 puentes siguientes y esperar que no fueran destruidos antes de tiempo.

Desde la colina en la que habían llegado el siguiente puente los descendía a una meseta, comenzaron a travesarlo pero un súbito movimiento frenético de ambos montes agitaron el puente, del cual sus orillas así como las cuerdas fueron separadas de su “centro”, pero el grupo aprovechó la calma inmediata para terminar de cruzar seguros el puente. Blestang estuvo a punto de perder el paso, pero Leon lo empujo y arrojo a salvo a la meseta.

Una vez allí, podían sentir que sus poderes seguían débiles, la interacción del cielo con aquél atacante estaba interfiriendo y no podía adaptarse el cielo a la alianza con la facilidad que debía. Pero ahora era solo un puente lo que los separaba de aquella montaña central.

Del otro lado del puente, el cual era mas parecido a una escalinata, un amplio espacio se abría, con la montaña formando paredes parciales, mientras que, hacia el fondo, una cueva era visible, pero no podían distinguir su interior. La luz que emanaba del resto de la montaña parecía no estar presente en aquella sección con la cueva, pero era clara la invitación. Ahí estaba la entrada al 7mo cielo.
O así sería, pues antes de que pudieran dar el primer paso por el último puente un sonido casi metálico, casi gutural, los hizo detenerse en su lugar. Todos los temblores cesaron, así como el crujir de las montañas, mientras que los ríos y la neblina parecían retroceder, y la obscuridad se alzaba hasta tocar las nubes. De esta, una esfera luminosa cegó momentáneamente a los guerreros, mientras esta iba adoptando una forma humanoide.

Formando un torso y luego extremidades, la piel de aquella criatura, resplandeciente, era solo cubierta por una toga blanca que dejaba la mitad del pecho descubierto, cualidades femeninas como cadera delgada, pechos, cuello esbelto y espalda angosta que hacían contraste con cualidades masculinas como los músculos marcados de sus brazos y una cabeza sin rostro pero con barbilla y pómulos sobresalientes. Una larga cabellera, tan brillante como su piel parecía flotar hacia afuera de su rostro a pesar de la falta de viento. 3 pares de alas provenían de su espalda y con los “restos” de la luz de la que había surgido 2 aros se formaron a su alrededor, cruzándose por el frente y detrás. Por la parte externa de ambos aros, formas ovaladas comenzaron a formarse y de cada una, un globo ocular con parpado se hacía visible, cada uno viendo en una dirección diferente a la de los demás.
► Show Spoiler
La obscuridad descendió sin desaparecer por completo y los ojos del ángel se posaron en el grupo de guerreros que tenía al frente. Con una voz que producía eco, pero carente de emociones, el ángel se dirigió al grupo

- Su intervención hasta aquí termina. Han expuesto los cielos a peligros innecesarios. El mismo Ángel de la Muerte abandonó su puesto para reestablecer el orden. El Limbo ha perdido a su guardián. Los ángeles han muerto o se han visto debilitados. Chinvat, que por milenios permaneció inmutable, ahora se ha manifestado físicamente.
- Hazte a un lado o déjanos hablar con tus maestros, esto es importante! – La voz de Leon trajo a todos de vuelta, quienes sin percatarse quisieron alistarse para la lucha pero dejaron incompleta su preparación, con las manos cerca de sus armas pero sin empuñarlas, con los músculos tensos pero sus movimientos inconclusos.
- Sus intenciones no importan, mi labor siempre ha sido proteger el 7mo cielo de invasores.

Con el sonido de una trompeta incorpórea, de la obscuridad un ejército de ángeles portando escudos como defensa y espadas, hachas o lanzas, con vestimenta similar a centuriones romanos con togas en vez de armaduras. A aquél ejercito también se sumaban los querubines, cabezas flotantes rodeadas de fuego y con un único par de alas, surgiendo de la obscuridad y rodeando a la alianza.

- Bien hecho Karen, no nos dejaran ver a los gerentes – Tundra decía, mientras la oscuridad desaparecía y el espacio entre las montañas era cubierto de neblina de nuevo.
- No empiecen, ya esperábamos que tendríamos que luchar una vez más – Wolf juntaba su espalda con las del resto del grupo, mientras aquel pequeño ejército esperaba las ordenes de su comandante.

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Cliffhanger, ya estamos basicamente a la entrada del 7mo cielo, no confirmo ni niego que alguien mas como Anah ande por ahi, y dejo algo de hilo por si alguien quiera hacer algo con los brazaletes/sus espiritus. No supe que hacer con Liu Kang o John asi que uno se quedó atras (o quizas no?) y el otro ni lo mencione. Espero les guste y que podamos continuar pronto o/
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Error Macross
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Re: La Alianza: Fic Interactivo

Mensaje por Error Macross » Dom, 03 Abr 2022, 23:35

Raiden revisaba antiguos libros en una biblioteca enorme, pobremente iluminada por lámparas que titilaban constantemente. Se notaba la frustración en su rostro mientras anotaba cosas en un cuaderno viejo y raído. No tenía mucho tiempo para estar ahí así que comenzó a guardar todo para marcharse. Ya podría venir de nuevo más tarde.

“Raiden, ¿Qué haces aquí?”, lo que menos quería había pasado, al salir de la biblioteca se encontró con Fujin, “pensé que estarías vigilando a la nueva Alianza”.

“Son bravos guerreros, no es necesario que este pendiente de sus acciones todo el tiempo”.

“Es verdad, pero ni siquiera los conoces mucho. Aun no entiendo porque los has enviado a una misión tan importante habiendo guerreros que ya han demostrado su valía. Cage, la tal Sonya, seguro serían mucho más útiles, y más confiables”.

“Si, pero son necesarios en el Earthrealm ahora, perderlos por una corazonada de que Shinnok está planeando algo sería una idiotez. Además sabes que no es la única razón”.

“Si, pero también tengo mis dudas sobre eso. Nos costó mucho conseguir los brazaletes, y su historia es un símbolo de uno de los mayores triunfos del Dios Caído. No deberíamos dárselos a cualquiera. Y aunque dijiste que eran los indicados, tampoco se los has dado todavía”.

“Son los únicos que han demostrado tener el potencial para usarlos hasta ahora, y no podemos desaprovechar eso. Pero como bien dices siguen siendo unos desconocidos. Debemos probar su valía primero, y entonces sabremos si realmente los merecen”.

“De acuerdo, Raiden, seguiré buscando guerreros que puedan usarlos. Así como otros guerreros poderosos que puedan servir aunque no puedan usar brazalete, no creo que debamos cerrarnos si el peligro de Shinnok es real”.

“Estoy de acuerdo, Fujin, y ahora si me disculpas debo irme”.

“Espera Raiden…”, Fujin tenía dudas de lo que iba a decir “lo hemos hablado antes, pero siento que necesito saber tu opinión al respecto. Uno de los candidatos es tu hijo”.

Raiden pensó “maldición, que diría el verdadero Raiden sobre esto”, dudó unos momentos y eventualmente contestó, “lo sé, pero él no está listo…, sé que es el único que podría usar a Paraíso, pero aun así no lo enviaré”.

“Lo entiendo, Raiden”.

Fujin se marchó, Raiden podría haber suspirado. Cada vez que hablaba con él sentía que su mentira podía caerse, porque él no era Raiden, era Shang Tsung, quien había reemplazado al Dios, que se pudría en las celdas del Netherrealm después de un patético intento de derrotar a Shinnok.

Tsung tenía otras tareas. Fujin seguiría buscando guerreros, pero todos los necesarios ya estaban ahí. Claro, un extra de poder no vendría mal. Cuando consiguiera encontrar a esa chica del Seido que estaba buscando sería un agregado excelente. Y también estaba el hechicero, pero no convenía usarlo, al menos no todavía, podría descubrir su identidad, además atraería a Anah. Nunca entendió que sintió esa bruja por ese sujeto, tenía potencial, pero no era más que un mísero mago de feria para Tsung. Aunque claro, había un brazalete en particular que podía usar. Capaz sería necesario enviarlo si notaba que las cosas se le complicaban al grupo que había reclutado, ya que era el único disponible que tenía por el momento.

Viajó al Netherrealm, y se acercó a una cabaña, pequeña como de 3 metros x 3 metros. Dentro un hombre muy desnutrido con cara de psicópata vestía una camiseta blanca con mangas muy sueltas y pantalones azul sobre la camiseta, atados con una soga en la cintura y un taparrabos naranja. Su casa era muy pequeña, las paredes eran marrones, con una cama, dos mesas y pedazos de carne por todos lados. Daba asco solo verla. Lentamente se despellejaba la mano. Tsung entró sin preocuparse y vio al susodicho.

Y aquí terminan los pensamientos de Tsung ya que esta…, esta no es la historia de Tsung, es la historia de ese sujeto, esta es la historia de Versh.


Historia alternativa: “Versh, el observador”.


¿De dónde nacen los demonios? Es una pregunta complicada, ya que los demonios pueden tener orígenes totalmente distintos. La gran mayoría son creados por seres de gran poder para ser sus sirvientes. Crear demonios requiere algo de oscuridad interna, y es algo tradicionalmente relacionado con el Netherrealm, ¿se pueden crear demonios fuera de este reino?, seguramente sí, pero no es lo normal. Además, seguro hay cosas mejores que hacer o más eficientes. Muchos seres han creado demonios para ser sus sirvientes a lo largo de la historia. Lucifer fue el que hizo a muchos de los demonios más antiguos y poderosos. La gran mayoría de los demonios que lograron funcionar de manera independiente a su creador fueron de estos. Aun así, no importa que tan grandes fueran, no eran más que objetos para Lucifer, no contarían como sus hijos. El único y verdadero hijo de lucifer al fin y al cabo es…



Los demonios pueden tener muchos orígenes, pero salvo que un ser muy poderoso con ganas de perder el tiempo los haga en otro reino, solo se forman en el Netherrealm. Algunos demonios, capaz los verdaderos y originales, surgen de la propia esencia de este reino. Y a veces, almas en pena que permanecen mucho tiempo vagando, o cuerpos putrefactos que terminan recobrando algo de vida, pueden transformarse en demonios. Versh…, simplemente fue una creación menor realizada por otro demonio, y su única función en la vida había sido ser el limpiador de la fortaleza de ese demonio, trabajo que cumplía relativamente bien. Shinnok eventualmente dominó dicho lugar y exterminó a su amo, y el trabajo de Versh realmente no se vio afectado por eso. Su situación se mantuvo hasta que llamó la atención de Tsung, que se dio cuenta de algo especial en él.


“Versh”, habla Tsung ahora que ha entrado en la casa del susodicho.

“Tsung”, contesta Versh, sin darse vuelta.

“¿Los has enviado contra Reiko?”.

“Si, como tu dijiste que haga, ¿Reiko estaba dispuesto a morir?”.

“Cree que esto contribuirá en traer de regreso al emperador. Una vez que muera su cuerpo dirá lo que yo preparé para que diga”.

“Bien, pero lo más probable es que el grupo se cruce a Elkjaerth poco después de eso”.

“Lo sé. Elkjaerth cree erróneamente que fue embrujado por Shinnok y que habló con el verdadero Raiden. Ya he enviado a Hanzo Hasashi. Quiere exterminar a Quan Chi así que cree cualquier cosa que le digas si le prometes que lo acercara a ese demonio. Seguirá al grupo y eliminara a Elkjaerth antes de que puedan darse cuenta de los agujeros en su historia. Luego simulara que estaba controlado y los llevara a pelear contra Skartaris, marchándose misteriosamente luego de la batalla. Eso y las palabras que Reiko dirá antes de morir serán suficiente para que empiecen a pelear contra los 9 demonios, y no intenten liberar al antiguo amo de Elkjaerth”.

“Bueno, ¿vienes a matarme?”.

“¿Por qué lo dices?”.

“Seguramente piensas matar a Hasashi también. No quieres cabos sueltos que puedan volver a ti. Una vez que sepan que yo no fui el verdadero informante de Raiden querrán venir a sonsacarme información. Y aunque créeme que incluso en mi lecho de muerte puedo insistir en que fue todo obra de Shinnok, no sé si eso te convencerá”.

“No creo, Hanzo hará que se concentren en otras cosas. Pero tengo otra tarea para ti, Versh, me serás muy útil”.

Tsung le ofrece una daga a Versh, cuando este la toma siente una extraña presión a su alrededor. El mango tiene el esqueleto de una cabra de ojos rojos tallada en él.

“Esto es…”.

“No, solo es una imitación. No quedan rastros del Medallón de los Infiernos, se desvaneció totalmente cuando el gran Líder de la Primer Alianza fue derrotado por Shinnok. Pero tiene un poder similar. Totalmente inútil para todo, salvo para asesinar a alguien en especial”.

“¿Y yo debo encargarme?”.

“Si, Versh, y así lograras contribuir a su regreso”.

“Háblame de él”.

Versh muchas veces escuchó esta historia, pero para Tsung igual era un placer contarla. Hace muchos años, cuando Tsung ya era un hombre que había vivido muchas vidas, pero como se describe a sí mismo “aún tenía los ojos cerrados”, hubo un gran guerrero, el más grande que jamás había existido, el Gran Kung Lao. Este venció a Tsung en Mortal Kombat, pero tal era su nobleza que lo dejó vivir. Tsung buscó y buscó alguien que pudiera vengar esta afrenta, pero sabía el poder que Kung Lao tenia, y que sería inútil. Eventualmente reclutó al príncipe Shokan, Goro. Con algo de suerte heriría a Kung Lao, y en un torneo futuro podría encontrar a alguien mejor. Tsung organizó el torneo, hizo el espectáculo suficiente para intentar intimidar al monje Shaolin, aun sabiendo que sería todo inútil. Pero entonces Kung Lao perdió, y murió. Tsung debía estar alegre, pero no lo estaba, sabía que algo raro había pasado, que todo eso debía ser una farsa, Kung Lao no perdería contra alguien como Goro. Fue entonces que mientras el Outworld realizaba festejos inhumanos y macabros por su triunfo, Tsung intentó averiguar que estaba pasando. Y allí lo conoció, al líder de la Primera Alianza. En ese momento Tsung se dio cuenta de lo inútil que era todo el poder que había cosechado, todo su conocimiento no era nada ante tan noble ser. Un varón vestido de lino, y ceñidos sus lomos de oro de Ufaz. Su cuerpo era como de berilo, y su rostro parecía un relámpago, y sus ojos como antorchas de fuego, y sus brazos y sus pies como de color de bronce bruñido, y el sonido de sus palabras como el estruendo de una multitud. Tsung le ofreció todo lo que tenía a su alrededor, que le permitiera servirlo, pero el Gran Líder de la Alianza no tenía interés en un hechicero desalmado sirviendo a sus órdenes. Sin embargo, si Tsung estaba de acuerdo, podría demostrar su valía cuando el momento llegara.

Tsung nunca supo a qué se refería el Líder de la Primer Alianza, pero cuando se enteró de su derrota contra Shinnok, razonó que su deber era traerlo de vuelta. Investigó, hizo tratos con entidades de enorme poder, y así fue obteniendo lo que necesitaba. Y también la verdad, la identidad del líder de la Primer Alianza, que este incluso desconocía…

Pero Tsung escondió eso, no le importaba si eso era la realidad, él lo había visto en persona, y para su corazón lo real seria otra cosa. En el proceso supo que era lo que su amo habría querido, un lugar junto a aquellos que llamaba padres, descansar en el Séptimo Cielo, el Cielo de los Dioses, el lugar que le era negado, por las viles mentiras de su origen. Entonces preparó todo, supo que ciertas personas tendrían que involucrarse, que ciertos brazaletes serían necesarios, y que una segunda Alianza debería formarse, para completar su misión.

“Entonces esta daga…”, dijo Versh viéndola.

“Es para matar a aquel que con su existencia mancha al ser más hermoso jamás creado”.

“Entonces cumpliré mi misión y…”.

Tocan la puerta.

Versh aun pese a su decadencia estaba a punto de llorar por la misión que estaba recibiendo, así que esa intromisión le molestaba, “¿quién osa molestar a Versh?”.

La figura cae desde arriba, destrozando parte del techo de la arruinada casa, era un ninja de vestimenta color marrón casi beige, y cayó aplastando a Versh, tomando uno de sus brazos y doblándolo hacia atrás.

“Hola, Versh, hace tiempo que no nos vemos”.

“Tundra, asqueroso gusano, ¿Qué vienes a hacer aquí?”.

“Escuché que has hablado con un grupo enviado a enfrentar a Shinnok, me interesa saber que les dijiste. Una sabandija como tú no es de confiar”.

“¿De qué te interesa a ti? Solo eres un mercenario basura”.

Tundra comenzó a presionar más, “tú no eres el que decide lo que me interesa”.

Versh terminó hablando, siempre que intentaba ocultar o mentir Tundra aumentaba la fuerza, claramente dándose cuenta de sus pobres intentos, o solo por disfrute. Sin embargo, aunque Versh dijo todo lo demás, se negó a decir quién era su verdadero amo.

“Vamos, Versh, sé que me estas ocultando algo. No fue Shinnok el que te mandó a engañarlos”, dijo Tundra, mientras el hueso empezaba a crujir, “será más rápido si hablas”.

“Me parece que es suficiente, muchacho”, Tsung tocó el hombro de Tundra, y este se corrió rápidamente sacando sus dos katanas. Lo que vio frente a si era un anciano, ya que Tsung había cambiado su forma.

“¿Quién eres tú y por qué no te noté hasta ahora?”, se mantuvo en posición de guardia, sentía ganas de encender fuego en una de sus armas, pero tenía dudas de si convenía atacar tan directamente, “hueles a hechicero, odio a los hechiceros”.

“No es mi deseo interrumpirte, espectro guerrero, pero creo que ya tienes lo que te importaba. Me parece que sería más eficiente si te marcharas ya”.

Tundra no tenía ganas de hacerle caso, pero tampoco sentía que valía la pena correr el riesgo de enfrentarse a alguien que no pudo detectar con sus habilidades, y que capaz no tenía relación con sus objetivos. Se marchó de un salto por donde había llegado.

“Un espectro” dijo Tsung, “veré de que alguien se ocupe de él para que no intervenga. Me parece antinatural que algo como él o Hanzo Hasashi exista. Las almas sin cuerpo deberían intentar obtener uno ajeno o desvanecerse, no mutar a algo intermedio entre la vida y la muerte. Grotesco y oscuro, el verdadero legado de Lucifer en este mundo”, se dirigió a Versh que seguía tirado en el suelo, su baba y sudor quedaban impregnadas en el piso a medida que se levantaba, “tu misión sigue siendo la misma, te daré otros objetos para que puedas superar los desafíos que te encontraras”.

“Gracias, mi señor, por seguir confiando en mi”.

“Es posible que no nos volvamos a ver”.

“¿Cómo dice?”.

“Mi reemplazo de Raiden no va a durar mucho más, no es seguro seguir corriendo ese riesgo. Y Shinnok o Quan Chi también descubrirán tarde o temprano que estoy actuando por mi cuenta. De alguna forma intentare que cuando Shinnok abra el portal a los Cielos algunos de esta nueva Alianza puedan sobrevivir a perseguirlo. Pero seguramente moriré luego de eso”.

“¿No cree que puedan vencer a Shinnok?”.

“Él es un Elder God, Versh, la Primera Alianza fue derrotada, unos simples mortales formando un pequeño grupito no podrían hacerle nada. Si muriera seria todo más fácil y un gran favor para este mundo, pero por suerte no es indispensable para mi plan”.

Tsung continúo con los detalles de lo que el demonio debía hacer y se marchó, y Versh esperó. Como el hechicero dijo, la Alianza nunca volvió a buscarlo, se enfrentaron al Dios Caído, y en el momento final lograron derrotarlo, superando al destino. Tsung siguió adelante con su plan de todas formas, necesitaba que ingresaran a los Cielos, así que tomó las almas el, y se marchó a ese lugar.

Ajeno a todo esto, y solo sabiendo que el tiempo había llegado, Versh se dirigió a la ubicación que Tsung le había dicho, pero no encontró lo que esperaba. Había ingresado a un antiguo templo, esperando enemigos, pero nadie había aparecido hasta que llegó a un pasillo oscuro que desembocaba en una prisión circular, con una puerta enrejada abierta, y donde llegaba a verse un estante en el medio de la misma.

“Que extraño, Tsung me dijo que habría guardianes aquí”.

“Alguien los ha matado”.

Versh se dio vuelta, observando a alguien que reconocía claramente, era Quan Chi, sus ojos brillaban y sus brazos estaban hechos de energía pura, además de que se encontraba flotando, pero era Quan Chi.

“Archihechicero Chi, discúlpeme”, Versh se arrodilló, al punto de que su rostro se estrelló contra el piso, comenzando a sangrar, “yo solo…, solo…”.

“No es necesario que mientas, Versh. Y aunque me veo como el, no soy realmente Quan Chi. Ahora soy el nuevo Demonio Supremo del Netherrealm”.

Versh se quedó a la expectativa de que algo pasara, “¿y eso que significa?”.

“He venido aquí porque lo que tú vas a hacer, Versh, tendrá influencias en el futuro de todo el multiverso”.

“Ok…, pero igualmente esto es raro, Shang Tsung me dijo que alguien me atacaría aquí”.

“Y debería ser así, pero dos personas ingresaron a este lugar hace mucho tiempo y exterminaron a los guardias. Puedo sentirlas. La primera no tuvo preocupación por lo que hizo aquí, la segunda se encargó de evitar que los actos de la primera fueran descubiertos”.

“Un momento…”, Versh corrió, solo para descubrir algo terrible. En el medio de la celda solo había pedazos de vidrio destrozados alrededor del estante. Los levantó, pero no tenían nada de especial, “maldición, no está, se lo llevaron, maldita sea, Tsung me dijo que habría un amuleto, o algo así acá, y que debía clavar esta daga ahí”, Versh simulaba los movimientos, al punto de que casi se clava la daga en su otra mano.

“En efecto, este es el lugar”.

“¿Qué?, ¿tu tomaste el objeto?”.

“No, Quan Chi no lo hizo. Tampoco Shinnok. Ellos suponían que seguía acá. Nunca se enteraron de que había sido robado”.

“¿Y qué significa esto?”.

“Noob Saibot”.

“¿Qué?”, una sombra se movió, tomando la forma de un ninja negro que apareció arrodillado al lado de Quan Chi, Versh se cayó al piso del susto. Por suerte para el hacía bastante que no había comido así que no se defecó.

“Mi señor Quan Chi”, dijo el ninja.

“Ya no soy tu señor Quan Chi, soy algo distinto, Noob Saibot, pero necesito que me obedezcas nuevamente, como hiciste en mi vida anterior. Hay alguien al que debes salvar, se parece a un militar del Earthrealm, aunque el alma que hay dentro de su cuerpo no es la correcta. Ha sido enviado desde el futuro, el Netherrealm está a punto de desaparecer y eso hace que esta zona sea temporalmente inestable, es necesario que el circulo temporal se cierre para evitar más daños a la realidad”.

“¿Qué?”, vuelve a preguntar Versh.

“De acuerdo, mi señor”, Noob Saibot tenía dudas, pero su relación con el mismo Netherrealm le hacía comprender en que se había transformado Quan Chi.

“Escucha bien lo siguiente, ya que solo podrás hacerlo una vez y es tu verdadera misión. Luego de salvarlo, tendrás que viajar al pasado del Outworld usando el conocimiento que voy a entregarte, solo podrás ir unos meses atrás aprovechando la inestabilidad temporal. Los Elder Gods quieren provocar el Armagedón, el Netherrealm será solo el primero de los Reinos, pero seguirán cayendo. Los reinos no pueden morir de verdad, solo cambian, y aunque no sean los mismos no hay razón para que deba morir su gente en el proceso. Si todos los reinos se alían podrán encontrar una forma de que algo se salve y reconstruir el futuro. Busca a Mileena, y haz que te crea”, para sorpresa de Versh, Quan Chi empezó a hablar de una forma extraña. Aunque no conocía el idioma, Noob Saibot lo entendió, y se marchó. Versh no lo sabía, pero el ninja negro se marchó a salvar a Insigno del ataque de Jhon. Sin embargo, no había forma de saber si el resto de su misión había sido un éxito o no.

Versh se quedó extrañado, miró a Quan Chi flotando, y miró el lugar a su alrededor.

“Archihechicero Quan Chi…”.

“No soy Quan Chi”.

“Está bien, señor Demonio Supremo, ¿el Netherrealm se está destruyendo?”.

“Si”.

“¿De verdad?”.

“Si, solo mi voluntad lo mantiene estable más tiempo”.

“¿Vamos a morir?”.

“Yo no, seguiré existiendo en el Vacío”.

“¿Y yo?”.

“Tu morirás”.

“¿No hay forma de evitarlo?”.

“No”.

“¿Ninguna?”.

“No, no la hay”.

“Bueno…, tampoco pensaba vivir tanto, pero espera un segundo… ¿si el Netherrealm va a desaparecer mi misión importaba en algo?”.

“Si, aquel que debías matar sobreviviría a la explosión del Netherrealm también”.

“¿Entonces lo que yo hubiera podido tener que hacer iba a importar?”.

“Si, su muerte hubiera cambiado todo”.

“Pero como no lo hice…, no cambia nada”.

“No, no cambia nada”.

“¿Y entonces me voy a morir y ya?”.

“Si”.

“Bueno, eso es realmente una verdadera…”.

Y entonces, con esas últimas palabras antes de que el Netherrealm desaparezca, termina la historia de Versh, el observador. Aquel que fue elegido por Shang Tsung simplemente porque se veía necesitado de alguien a quien servir.





Ahora sí, el capítulo real, como una nota, las frases en otro idioma están en latín, pero masomenos (no se latín y me costaba mucho que el significado que quería se mantuviera al traducirlo en el traductor de google), la idea es que es un idioma similar pero no exactamente ese el que están usando:





Si no tienes un nombre, nadie puede recordarte. Si nadie puede recordarte, no existes. Si no existes, nadie puede detenerte. Si nadie puede detenerte, ganas. Pero si no tienes nombre, pierdes.




La alianza se mantenía a la espera, ninguno de ellos quería realmente empezar el conflicto, así que solo esperaban a ver qué pasaba con Gabriel. El poco pasto a sus pies se iba secando y marchitando, al punto de que se quebraba con la pisada más suave. Gabriel voló, o mejor dicho flotó, ya que sus alas no se movían y se posó antes del último puente. Todavía podía verse la cueva detrás de él que seguía siendo oscuridad pura. El ángel empezó a recitar unas palabras, mientras sus múltiples ojos se movían en diferentes direcciones.

“Coelestis exercitus, antequam sint hostes tui. Observa ea oculis tuis et anima tua. Vincite eos, non ad voluptatem, sed ad explendum officium vestrum, pacem aeternam custodiens”.

“¿Qué significa eso?”, pregunta Blestang, “dijo algo de paz, ¿no?”.

“No, no entendí perfectamente, pero claramente no es eso”, contesta Wolf fríamente, el cual tenía algo de conocimiento básico de esto, similar al latín, pero más antiguo.

Al instante todos los ángeles del ejército, que se habían ubicado detrás de Gabriel, se dirigieron contra la Alianza. Los querubines en cambio solo se elevaron más en el cielo.

Era la primera vez que el grupo estaba en conjunto sin su líder casi regular Titán formando parte, pero levemente habían charlado de la posibilidad de hacer frente a algo así y de qué forma manejarlo. Insigno y Shamsa levantaron fragmentos del suelo como si fueran pequeñas columnas dirigiéndolos hasta sus enemigos, esto no era simplemente una forma de ataque, sino también para limitar el camino que los ángeles tenían que usar para moverse, forzándolos a elevarse más alto o pasar entre los pequeños espacios. Se sorprendieron que aunque no sentían el poder de sus brazaletes, ellos si se sentían bien. Tundra ayudaba pero como su control de la tierra no era lo suficientemente grande, solo aportaba para que las estructuras se mantuvieran. Algunos ángeles en vez de intentar esquivar directamente usaban sus armas para destruir las columnas que se ponían en su camino, pero esa situación era aprovechada por León y Blestang para disparar contra ellos. Muchos usaban sus escudos para defenderse, pero al combinar sus habilidades ambos guerreros eventualmente lograban impactarles. Aun así eran demasiados, y los golpes recibidos solo los corrían levemente, sin llegar a noquearlos. Shamsa e Insigno intentaban formar un domo que cubriera al grupo pero se hacía cada vez más difícil. Era extraño pero visto desde afuera era como si un ejército de insectos angelicales estuviera descendiendo sobre ellos. Cuando ya quedó claro que la situación no podía mantenerse, el grupo empezó a replegarse alrededor de Shamsa e Insigno. Wolf no se sentía en confianza para usar la espada de Jun así que peleaba principalmente con su hacha. No sentía ni a Blanco ni a Aqua desde que el ángel apareció, y de alguna forma sus brazaletes no funcionaban. Aunque los ángeles eran buenos defendiéndose sus habilidades ofensivas no se sentían particularmente altas, y al ser tantos tampoco lograban coordinarse. Un hachazo de Wolf finalmente impactó contra uno de ellos cortando su pecho profundamente en diagonal. No salió sangre de la herida, solo un destello blanco, y el ángel cayó muerto al suelo. Fue el primero de muchos en caer, pero eran demasiados. Shamsa dejó sus intentos de frenarlos para sumarse al grupo que combatía. Definitivamente Insigno no se encontraba en su mejor situación al estar forzado al combate cuerpo a cuerpo, y necesitó varias veces ser salvado en el momento justo por alguno de sus compañeros. Wolf dirigió su atención hacia Gabriel, los ojos se movían para todas partes, pero fuera de eso estaba totalmente quieto. El Chaman vio a León, y este comprendió lo que le quería decir solo con la mirada, y lanzó una descarga de llamas infernales hacia Gabriel. Uno de los ángeles se puso en el medio carbonizándose casi completamente por la descarga y cayendo al suelo. Sin embargo, desde detrás de León, Tundra apareció con un salto lanzando también una descarga de llamas, ningún ángel llegó a cubrirla. Gabriel levantó la mano, y las llamas se desvanecieron en ese momento antes de tocarlo. Pero mientras hacía eso, los ángeles se quedaron quietos. Solo fueron unos segundos, pero fue suficiente para que la Alianza pudiera moverse del lugar en el que estaban atrapados acabando con varios de ellos, dirigiéndose hacia uno de los bordes de la meseta.

“Intentare crear unas plataformas para elevarnos e irnos de aquí, este lugar es demasiado chico para protegernos”, dice Insigno empezando a sacar pedazos de terreno y manteniéndolos en el aire, pero antes de hacer nada todos los ángeles que seguían alrededor de la meseta se replegaron volviendo a los cielos, dando paso a los querubines. Estos se habían mantenido imperceptibles durante el combate hasta ese momento, donde comenzaron a brillar en gran medida y lanzaron una descarga de energía enorme hacia la Alianza.

Insigno y Shamsa llegaron a formar un muro, pero la energía lo hizo pedazos fácilmente y la onda expansiva los arrojó hacia atrás. León cayó por el borde de la meseta, pero antes de que su cuerpo tocara la oscuridad debajo de él, Blestang lo agarró de la mano y lo ayudó a subirse.

“Demonios”, dijo León, viendo como los ángeles volvían a volar hacia ellos, “no tenemos lugar para mantener esta pelea, y son demasiados”. El suelo estaba repleto de muchos cadáveres, si se les podía llamar así, pero la cantidad que seguía en el cielo era mucho mayor.

¿Pero que más podían hacer? Replegados en el borde de la meseta, los miembros de la Alianza se prepararon para recibir la oleada de ángeles, mientras los querubines, elevados a una distancia que ninguno de ellos podrían llegar fácilmente, empezaban a lentamente cargar energía para repetir su ataque.

Fue entonces que un fragmento de cielo se resquebrajó y rompió como si fuera de vidrio, y tres figuras montadas ingresaron a gran velocidad desde ese lugar.

Una de ellas a lo lejos parecía un esqueleto, sin embargo si uno lo veía con detenimiento notaba que una fina capa de piel grisácea casi imperceptible lo estaba cubriendo. Tenía unos escasos pelos en su cabeza, sus ojos parecían estar permanentemente abiertos, redondos, con las venas marcadas y en una continua expresión idiota. Dientes chuecos y desagradables salían de su boca, de la cual también brotaba una baba verduzca. Montaba un caballo de aspecto demacrado comparable al suyo, totalmente pelado salvo por unos escasos pelos en su crin. De la espalda del mismo salían alas similares a las de un murciélago pero no parecían tener relación con el hecho de que volara ya que solo se movían levemente. Revoloteaba entre los ángeles cuyos cuerpos se enflaquecían hasta parecer piel y huesos y caer al suelo o directamente a la oscuridad, mientras las plumas de sus alas se despegaban y marchitaban.

La segunda figura era difícil de describir, ya que su cuerpo estaba completamente cubierto de insectos, gusanos, ratas y otras alimañas que parecían salir y entrar del mismo. Parecía tener la barriga hinchada y las cuencas oculares vacías. Los breves momentos en que su piel se veía esta era oscura y enmohecida. Su montura era similar, pero era difícil saber de qué animal se trataba. La desagradable panza deformada y gorda del mismo lo hacía ver como un hipopótamo, aunque la proporción de la barriga no era correcta, tambaleándose y llegando hasta más debajo que las patas del animal. La piel de los ángeles por donde pasaba este se derretía. A diferencia de su compañero demacrado, que estaba callado, este sujeto parecía reírse con un sonido extraño y gutural, mezclado con el zumbido de insectos y el ruido de pequeñas mandíbulas comiendo basura.

La tercera figura montaba una moto, una 1990 Harley-Davidson Fat Boy para ser exactos, aunque extrañamente con un sidecar incluido. Estacionó con cuidado en un costado de la meseta, aplastando cadáveres de ángeles en el proceso. La figura subida a la moto tenía una campera de cuero con parches de tela con forma de fuego y rayos, y pantalones jeans azules levemente rasgados. Se sacó el casco y debajo se vio que era una mujer muy hermosa de largo pelo rojo que le llegaba hasta la cintura. Con mucho cuidado puso los seguros. En el Sidecar parecía haber un bulto cubierto por una manta azul oscuro, viéndose un cráneo por el único agujero de la misma. Resultaba extraño pero el cráneo claramente tenía un casco que solo cubría la parte superior, bastante magullado y viejo.

“Cuídala, me salió cara, y aunque sé que no es necesario quiero divertirme un poco ya que estoy aquí”, dijo la mujer pelirroja.

“NO TE PREOCUPES, SOLO ESTIRARE UN POCO LAS PIERNAS, ESTOY ALGO INCOMODA AQUÍ”, todos sintieron esa voz viniendo de todas partes al mismo tiempo, pero de alguna forma sabían que era del esqueleto.

La mujer pelirroja asintió, y al instante dio un salto enorme. Su ropa se modificó a una armadura medieval dorada, y en sus manos portaba dos enormes espadas. Con un rápido movimiento, atravesó a un querubín de lado a lado que estaba a punto de lanzar una descarga de energía, haciéndolo explotar, y riendo descontroladamente continuó en su ataque. En algún punto dejó de tener las espadas y pasó a tener una ametralladora con la que aun estando en el aire, disparaba demencialmente contra los querubines.

El esqueleto se quitó el casco, se levantó, hizo algunos movimientos para estirar, y salió del sidecar sentándose cerca de la moto. Algunos ángeles iban hacia donde estaba, pero se desvanecían antes de acercársele lo suficiente, dejando solo una estela de polvo detrás.

La Alianza se encontraba extrañada, pero más ángeles empezaron a surgir de la oscuridad, y se vieron obligados a sumarse al combate. Varios querubines llegaron a lanzar sus ataques antes de que la pelirroja los destrozara, las dos figuras de aspecto grotesco los esquivaban, pero en un momento a la bestia símil hipopótamo uno de esos rayos le reventó una de las patas, y lanzó un grito horrible y grotesco. Insectos y demás volvieron a formar algo similar a una pata en su lugar, pero se notaba que no tenía la estructura de antes. Algunos ángeles ahora tenían arcos y flechas, y dispararon contra ambos. Las flechas se deshacían antes de tocar al tipo podrido, pero en el raquítico quedaban clavadas atravesándolo completamente. La pelirroja parecía enojada y continuamente evitaba los ataques contra sus compañeros, haciendo aparecer enormes escudos que frenaban las flechas pero se destruían si recibían un impacto de un querubín. Estos permanecían flotando en el cielo y parecían ser inmunes a los efectos de los compañeros de la pelirroja. Uno de ellos estaba a punto de lanzar un rayo, cuando Tundra propulsado por sus poderes de viento lo golpeó con sus espadas. Llegó a mellarlo levemente aunque los cortes no habían sido fuertes. Por el impulso el querubín giró y terminó lanzando el rayo hacia arriba. Mientras Tundra volvía a caer hacia la meseta, la pelirroja llegó y con algo similar a un cuchillo de carnicero gigante partió al querubín al medio.

“Gracias, espectro”, le dijo, y al instante volvió al combate destrozando a una gran cantidad de ángeles.

“¿Estás seguro de lo que hiciste, Tundra?”, le dijo León acercándose al ninja.

“Oye oye, estábamos a punto de morir hasta que ellos llegaron, no desaprovecharía esta oportunidad. Y la verdad los dos feos más allá de ser realmente feos y matar a las cosas que se les acercan son bastante inútiles”.

León no sabía que contestar, pero le indicó a sus demás compañeros para que retomen la pelea, principalmente contra los ángeles que atacaban a distancia, dejando a los querubines para la pelirroja. Sin embargo, al hechicero le preocupaba que no sentía nada en ninguno de los cuatro recién llegados, ninguna clase de energía o alma. Así que también les avisó que estén atentos, y se preparen, capaz no eran aliados suyos realmente.

Wolf por otro lado se quedó observando al esqueleto encapuchado, que permanecía sentado sin prestar atención a nada más. Se fue acercando lentamente, y con cuidado terminó estando más cerca de lo que cualquier ángel llegaba.

“¿Eres quien creo que eres?”.

“SUPONGO QUE SI, ¿ESPERABAS UNA GUADAÑA? HACE MUCHO QUE NO LA LLEVO CONMIGO, CREO QUE SOLO ERA PORQUE LA GENTE SENTIA QUE DEBIA TENERLA Y SE LES HACIA RARO VERME SIN ELLA. AL MENOS ERA MAS COMODA QUE LA MASCARA DE CHACAL”.

“¿Por qué están aquí?”.

“ESTAMOS EN TODAS PARTES. PERO EN ESTE MOMENTO DEBEMOS MANIFESTARNOS, SE ACERCA LA ULTIMA HORA”.

“¿El fin de los reinos?”.

“PUEDES LLAMARLO ASI SI DESEAS”.

“Tienes un gran poder, todos ustedes lo tienen, podrían evitarlo si quisieran”.

“HACE MUCHO QUE NO TENGO UN GRAN PODER, ¿VES COMO LOS ANGELES DESAPARECEN AL ACERCARME A MI? NO LO HAGO YO, SIMPLEMENTE PASA. TODO MI PODER EN ESTE MOMENTO SOLO ESTA CENTRADO EN QUE NO TE PASE A TI LO MISMO, YA QUE TENÍA GANAS DE CONVERSAR CONTIGO. NO VENGO AQUÍ A HACER NADA. SOLO VOY A PRESENCIARLO, EL MOMENTO FINAL, Y MI DESTINO ES CERRAR LA PUERTA CUANDO TODO SE HAYA IDO”.

“El destino no nos rige”.

“ES VERDAD. PERO PARA MI Y MIS HERMANOS, QUE TAMBIEN SON MIS HIJOS, ESA POSIBILIDAD NO EXISTE. SON USTEDES LOS MORTALES LOS QUE PUEDEN CAMBIARLO, INCLUSO AUNQUE SUPONGA MATAR A UN DIOS”.

“¿Matar a un Dios? ¿Te refieres a Shinnok?”.

“SUPONGO. HACE MUCHO QUE NO ME ENCARGO DE MI PROPIO TRABAJO. PERO NO CREO RECORDAR QUE ESO FORMARA PARTE DEL GRAN PLAN. FUE UNA SORPRESA, Y CREEME QUE HACE MUCHO QUE UN MORTAL NO ME SORPRENDIA DE ESA FORMA. EL MUCHACHO DEBE HABERSE ENOJADO MUCHO, PODRIAS PREGUNTARSELO”.

“¿Preguntárselo?”.

“YA ESTA AQUÍ”.

Wolf se sobresaltó al ver que detrás de su interlocutor se encontraba el ángel de la muerte, sin embargo, este no lo miraba a él, sino al esqueleto.

“Muerte, estas vieja”.

“Y TU IDIOTA”.

“He venido a evitar lo que ustedes quieren generar. Me da igual los designios que los Elder Gods tengan para este mundo, si la bestia muere, el Armagedón no se va a producir”.

El ángel de la muerte movió la mirada.

“YA VEO…, AQUEL…, TIENE SENTIDO QUE SEA EL QUE ESTA HECHO DE ALMAS”.

Wolf abrió los ojos al escuchar eso, como sintiendo que la muerte misma estaba indicándole, y se dio vuelta instintivamente mientras el Ángel de la Muerte desenfundaba.

“Insigno, cuidado”, gritó Wolf.

Los disparos se escucharon, e Insigno comenzó a darse vuelta, y se movió en el momento justo antes de que una de las balas lo atravesara. Esa bala en vez de eso impactó en uno de los ángeles menores que estaba peleando contra él en ese momento, haciéndolo desaparecer. Gabriel cayó apoyado en una rodilla y los ángeles gritaron en ese momento. Fue solo un segundo y Gabriel volvía a estar levantado y el combate proseguía como si nada.

“Gracias, Wolf” dijo Insigno.

Y si uno hubiera visto a La Muerte en ese momento, la habría visto sonreír.






“No, NOOOO…”, comenzó a gritar Jhon, y entonces Titán y Freeze se lo quedaron mirando.

“Jhon, estas aquí”, dijo Titán, “espera un momento…”.

“Él siempre estuvo aquí”, dijo Freeze.

Todos recordaron lo que había pasado hace poco tiempo, la marcha del resto de La Alianza, como ellos decidieron permanecer cuidando a Maury, la despedida de Liu Kang, cuando este se dio cuenta que los efectos del Cielo de la Imaginación que de alguna forma le habían permitido tomar forma física habían dejado de hacer efecto, y lentamente su alma se marchaba a su descanso final. Y antes de que eso pasara Jhon les estaba intentando hablar, alertarles, pero ellos no lo veían, él no estaba ahí. Alguien finalmente lo hizo caer al suelo, y recién ahora que se había despertado Titán y Freeze lo veían.

“¿Qué significa esto?” dijo Freeze, “¿Por qué nadie reaccionaba a ti?”.

“Fui un tonto” Jhon comenzó a llorar, “siempre pensé que Olmark me puso dentro de Insigno solo para evitar que el fragmento de Shang Tsung que tenía dentro tomara el control sobre la fusión de almas, pero también era para detenerlo a él. Estuvimos tanto tiempo juntos, él simulando ser mi amigo, y borrando detalles cada vez que yo sospechaba. Me hizo darle el collar a Wolf, y después me borró los recuerdos de haberlo hecho. Solo para que le diéramos importancia a un objeto que no importaba, para simular su muerte cuando en realidad lo único que hacia es que olvidáramos verlo, que olvidáramos el brazalete. Pero llego al límite conmigo, ya no podía hacerme olvidar siempre que quisiera, entonces me expulsó del cuerpo de Insigno de manera definitiva, y cuando tuvo que salir de nuevo para acelerar las cosas, me dejo inconsciente. Hizo que se olvidaran de mí. Nadie recordaría que participé siquiera en la batalla contra Jofiel”.

“Él me dijo que me quede”, dijo Freeze, “que era necesario que me quede…, pero yo tampoco lo recordé hasta ahora, y tontamente pensé que había sido mi idea”, la muchacha cayó arrodillada.

“Tranquilícense, ¿de quién están hablando?”.

“Es el Sin nombre, Titán, él es el que hizo esto, y ni siquiera sé por qué”, y Titán sintió que el espíritu de su brazalete comenzaba a llorar.





Insigno no podía toser, pero de alguna forma tenía el instinto de hacerlo. De su brazalete el Sin Nombre había salido de la cintura para arriba, y con una de sus garras había atravesado limpiamente su pecho. Una sustancia de color amarillento y brillante goteaba desde la herida. Parte del mismo se difuminaba y el resto caía en el suelo. Insigno entonces volvió a su forma original, la que muchos de sus compañeros no habían visto, y ahí si comenzó a toser sangre, la cual manaba también en gran cantidad de la herida. En ese momento comenzó a caer. El Sin nombre salió completamente del brazalete y se paró al lado del cuerpo de Insigno que comenzaba a tener espasmos.

“Lo siento mucho”, dijo el Sin Nombre, “no sabía que mi amo estaba encerrado en ti, hubiera manejado las cosas distintas en ese caso…, no me hubiera relacionado tanto”.

La mayoría de la Alianza aún no había notado nada de lo que había sucedido, salvo por Wolf que se encontraba en estado de Shock.

“Maldita sea”, el ángel de la muerte apuntó hacia el cuerpo de Insigno, “aún estoy a tiempo para borrarlo”, pero sus dedos no apretaban el gatillo.

“ES SUFICIENTE, NIÑO. LAMENTABLEMENTE PERDÍ MUCHAS COSAS CUANDO TE LAS DI A TI, INCLUYENDO MI VERDADERA VISIÓN. PERO YA CUMPLISTE TU ROL AQUÍ, YA INDICASTE A DONDE HABIA QUE APUNTAR”.

“Maldita vieja”, dice el ángel, que ya ni puede mover sus brazos.

“VETE DE AQUÍ, ESTAS DEMASIADO ROTO”.

En ese momento el Ángel de la Muerte fue absorbido por un portal.

Para ese momento todos notaron lo que había pasado, pero no entendían nada. En su mente empezaban a pasar recuerdos que habían desaparecido. El brazalete de Insigno había explotado, y todos creían que el Sin Nombre murió en ese momento. Pero no fue así, siguió estando allí, pero lo olvidaban siempre al instante de verlo. Y cuando él lo consideró necesario, lo que olvidaron fue la explosión, y así volvieron a ver al Sin Nombre y escuchar sus palabras. ¿Por qué sería raro ver a alguien al que no habían recordado irse nunca?

Algo más llamo su atención en ese momento. Parte de la energía amarilla que había caído al suelo comenzó a levantarse, como una figura fantasmal. En ese momento, todos los ángeles y querubines dirigieron su mirada hacia allí, y también todos los ojos de Gabriel se posaron en ese lugar. También los tres compañeros de la muerte miraron en esa dirección. Tundra siguió matando ángeles, pero eventualmente se dio cuenta que capaz era más importante lo que sucedía allí y se detuvo también.

La figura se iba volviendo humanoide, moviéndose como si estuviera cubierto por una sustancia pegajosa que brillaba intensamente. Lentamente un rostro se fue formando, el color amarillo se reemplazó por piel humana, y una figura masculina se generó, con largo pelo y barba de color castaño. Se quedó un segundo observando sus manos, extrañado, y las movió, el destello seguía brillando, más enfocado cerca de su cabeza, como una aureola, y una extraña sensación de paz comenzó a invadir a todos.

“Mi señor, por favor, vístase”, el sin Nombre le entregó una túnica blanca que el sujeto se colocó con dificultad, como si hubiera olvidado lo que era tener un cuerpo físico.

“Sin Nombre, gracias, no pensé que volvería a verte”, la voz era calma, suave, dirigió su mirada hacia el cuerpo de Insigno, que ya no se movía, sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas y se agachó para cerrarle los ojos que habían quedado en expresión sorprendida, “pobre muchacha, ¿era necesario que muriera?”.

“Si, mi señor, lo siento mucho”.

“Merecía mas que esto”.

“Mi señor, no es momento para preocuparse por eso”.

“Yo decido eso”, su voz se puso firme y agresiva “yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá aun después de haber muerto. Todo el que vive en mí y cree en mí jamás morirá. ¿Lo crees, Sin Nombre?”.

“Sí, Señor. Siempre he creído en ti”.

“Padres, sé que me oyen, ayúdenme con esto. Que esta muchacha se levante”.

No sucedió nada.

“Levántate te digo”, pero siguió sin suceder nada, el Sin Nombre se acercó, “no, esto no puede terminar así”.

En ese momento el sujeto se dio cuenta que los tres compañeros de la muerte estaban cerca suyo. La mujer pelirroja estaba arrodillada, los otros dos no se habían bajado de su montura y realizaron una extraña reverencia. El flacucho se veía extrañamente bizarro con su cuerpo casi totalmente cubierto de flechas.

“Ustedes… ¿Qué hacen aquí?”.

“No os alarméis, mi señor”, dijo la mujer pelirroja, “porque es necesario que todo esto suceda, y aquí estamos para presenciarlo”.

“Esto…, no, esto no tiene sentido…, ustedes son…, no”, se agarró la cara, “es horrible, ustedes no deben estar aquí. No debía ser de esa forma”.

Los tres se miraron entre ellos, se notaba que esto no era lo que esperaban.

Wolf escuchó el ruido de huesos que crujían mientras la Muerte se erguía.

“ESCUCHAME, Y ESCUCHAME BIEN, PORQUE YO EXISTO DESDE ANTES DEL TIEMPO Y EXISTIRE CUANDO NO HAYA NADA. EL DESTINO CAMBIA, LAS REGLAS SE INVIERTEN. NO ES LA FORMA QUE QUERÍAS, PERO ASI SE HA DADO. ESCUCHAME, MUCHACHO, PORQUE TU NACISTE Y CREISTE QUE TU DESTINO ERA AMAR AL PROJIMO, AUNQUE YO ESTUVIERA SIEMPRE CERCA DE TI, YA QUE HERODES MATÓ A TANTOS BUSCANDOTE. Y MUCHOS APRENDIERON DE TI Y ESCUCHARON TUS PALABRAS. PERO UNO DE ELLOS TE CAMBIÓ POR 30 MONEDAS DE PLATA, Y POR CULPA DE ESO EN LA CRUZ MORISTE, PERO NO CON TRISTEZA, SINO CON LA SENSACION DE QUE HABIAS HONRADO A AQUELLOS QUE CONSIDERABAS TUS PADRES Y QUE DESCANSARIAS, Y PIDIENDO PERDON POR LOS PECADORES. PERO NO DESCANSASTE, AUNQUE TU PALABRA LLEGÓ Y TODAVIA LLEGA A LOS CORAZONES DE LOS HOMBRES, RENACISTE TRES DIAS DESPUES DE MORIR. PORQUE FUE ASI YO NO LO SE, PORQUE ESTUVE AHÍ ESPERANDO PARA LLEVARME TU ALMA. PERO NO ERA TU MOMENTO. Y DECIDISTE QUE ERA PORQUE TODAVIA TENIAS QUE CUMPLIR ALGO MAS ANTES DE TU DESCANSO ETERNO. Y ENTONCES DECIDISTE ACABAR CON EL PEOR DE LOS QUE TU LLAMABAS TUS PADRES, EL DESCARRIADO, EL CAIDO, SHINNOK. Y ARRANCASTE EL LARGO VIAJE, TE TOMÓ AÑOS REUNIR PODER Y ALIADOS PARA HACER FRENTE A AQUEL QUE PERVIRTIO LA MISMA REALIDAD. DURANTE ESOS VIAJES ESCUCHASTE MUCHAS COSAS, SOBRE TI, SOBRE LA VERDAD DE QUIEN ERAS, DE QUIEN ERA TU VERDADERO PARDRE, PERO DECIDISTE IGNORARLAS, Y BIEN HICISTE, PORQUE CADA UNO DECIDE QUIEN ES. Y TU TENIAS EN CLARO QUIEN ERAS. PERO FUISTE DERROTADO, MIENTRAS AQUEL AL QUE LLAMABAS PADRE NEGABA CONOCERTE. Y AUNQUE TU INTENTO FRACASÓ, NO POR ESO FUE MENOS NOBLE, Y UNA VEZ MAS ESTUVE AHÍ, ME LLEVÉ A MUCHOS DE TUS GUERREROS A SU DESCANSO ETERNO, Y ESTABA LISTA PARA LLEVARME A TI. PERO NUEVAMENTE NO PUDE. TU ALMA QUEDÓ APRESADA EN EL CUERPO DE SHINNOK. Y ALLI ESTUVO, HASTA QUE UNOS MORTALES ROMPIERON EL DESTINO Y ACABARON CON EL DIOS. Y ENTONCES TU ALMA SE METIO DENTRO DE UNO DE ELLOS, CAPAZ PORQUE ALGUIEN PREVEIA QUE ALGO ASI PASARIA Y POR ESO CREÓ A ESE SER AL QUE AHORA QUIERES REVIVIR, PORQUE ERES AMOR, Y PIENSAS MAS EN LOS OTROS ANTES QUE EN TI. PERO NO IMPORTA EN ESTE MOMENTO, YA ESTA, HAY COSAS QUE NO PUEDES SALVAR. Y YO TE DIGO QUE SI ESTAS AQUÍ, ES PORQUE FINALMENTE HAS GANADO TU LUGAR. SI, NO VENCISTE A SHINNOK, PERO SI NO FUERA POR TI, ESTOS MORTALES QUE ESTAN AQUÍ NO LO HUBIERAN LOGRADO. HAS CUMPLIDO TU MISION, AVANZA HACIA EL SEPTIMO CIELO, TE LO HAS GANADO”.

Todo el mundo se quedó sin saber que decir. Finalmente, el antiguo líder de la Alianza, renacido en este lugar después de haber muerto contra Shinnok, hablo una vez más, “creo en tus palabras, noble muerte, y entonces tomare mi lugar. Se lo agradezco a ustedes, bravos guerreros, hubiera deseado que mi llegada no fuera de esta forma. Espero que el alma de su compañera pueda encontrar la paz”.

Lentamente comenzó a avanzar hacia el puente, pasó por al lado de Gabriel, pero este no hizo nada, un extraño murmullo salía del ángel, que Wolf llegó a escuchar en parte.

“Non intellego. Hoc est quod vis, dii mei! Scio regna cadent. Sed non ita putavi fore. Hoc loco pedem non ponere. In BESTIA”.

“Alianza, no dejen que avance” gritó Wolf, “no debe llegar al Séptimo cielo”, pero mientras terminaba de hablar, sentía como se ahogaba.

“MUCHACHO, CREO QUE YA HICISTE DEMASIADO”.

Wolf intentó recuperar el aire, pero entonces alguien llegó rápidamente, y lo envió lejos con una ráfaga de viento, al alejarse sintió que podía volver a respirar.

La Muerte recibió una patada que la hizo caer hacia atrás.

“Bien, bien”, dijo Tundra, “no estoy entendiendo nada, pero sí creo que se tu identidad, y no podrás hacer nada contra mí”.

“UN ESPECTRO, YA VEO, SUPONGO QUE TENDRE QUE MOVERME UN POCO”, la Muerte comenzó a flotar, y sacó una guadaña extremadamente oxidada que sostenía con sus brazos, “QUE SUERTE QUE SI TRAJE ESTO”. Tundra sacó sus katanas.

Casi al instante la pelirroja se movió con velocidad hacia ese lugar, pero una ráfaga de energía causó que tuviera que correrse al costado.

“Mira, señorita, va a tener que quedarse donde está, necesitamos explicaciones de que está pasando aquí”, dijo León poniéndose en guardia junto con Blestang, que era el que había realizado la ráfaga de energía.

Shamsa mientras tanto levantaba tierra para atrapar a los otros dos jinetes, que a duras penas podían moverse, y sus habilidades no servían de nada si Shamsa transformaba su cuerpo en arena.

“Hermanos, dejen sus monturas”, gritó la muchacha pelirroja, y sacó dos espadas de la nada dirigiéndose con velocidad hacia León y Blestang que a duras penas esquivaron a los costados.

León sintió que extrañamente le comenzaba a arder la cicatriz que tenía en su brazo, hacía mucho que se había olvidado de ella. La que le había causado Jhon el día que se fue. Pero nunca le había ardido antes.

Shamsa llegó a ver como los otros dos jinetes se bajaban de sus caballos, o mejor dicho se caían de ellos, quedando tirados en el suelo con movimientos erráticos. El Caballo flacucho comenzó a quebrarse completamente, sus huesos empezaron a crecer atravesando la piel hasta formar una extraña forma esquelética enorme de afilados dientes. Al otro le explotó la barriga, cayendo muerto al suelo o eso parecía. Del agujero salieron un montón de moscas enormes que hacían un extraño ruido surgido de la mezcla de sus alas volando rápidamente y sus mandíbulas moviéndose como si devoraran carne podrida.

Wolf ni bien recuperó el aire comenzó a dirigirse hacia donde estaba Gabriel. No le gustaba la idea, pero si todas las piezas concordaban, el fin definitivo estaba produciéndose, y la única forma de detener a esas fuerzas de la naturaleza es que el ejército angelical se sumara a ellos.

El Sin Nombre observaba la situación, no se había movido del lugar en el que estaba, vio al chaman acercándose al ángel, cerca de ahí a Shamsa siento atacado por lo que había salido de las monturas de los jinetes. El Sin Nombre solo observó el cuerpo muerto de Insigno y suspiro, “Vida, que suerte que no estuviste aquí para verme hacer nada de esto”.

En medio del caos el líder de la Primer Alianza seguía avanzando, cuando iba a cruzar el ultimo puente dos perros con cuatro ojos se le aparecieron, les acarició la cabeza y siguió caminando tranquilamente, los perros movieron la cola demostrando que el mimo les había gustado y lo comenzaron a seguir. Parecía avanzar sin preocuparse por el ruido del choque de armas y los rayos que se producían detrás, pero de repente se frenó en seco, antes de terminar de cruzar el puente.

“No lo entiendo… ¿Por qué esta el ahí?, el no debería estar, solo debería estar mi padre Shinnok, ¿Por qué esta KUNG LAO AHÍ?”.

Y Kung Lao el Grande desde el Séptimo Cielo sintió su furia y se estremeció.
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Re: La Alianza: Fic Interactivo

Mensaje por Scorpion-Max » Jue, 14 Mar 2024, 22:57

En los albores del tiempo solo existía el vacío. Y de este vacío emergió el Ser Único. A pesar de tener un poder inmenso, fue incapaz de dar forma a la existencia, por lo que usando su gigante energía y voluntad creó a los Dioses Antiguos. Tal hazaña lo dejó extremadamente débil, quedando a merced de la corrupción del caótico vacío, la nada misma que lo rodeaba. Sus “hijos” lograron ver esto, y por orden del más fuerte de entre sus pares, Shinnok, atacaron a su creador. El choque de poderes fue inconmensurable, y la realidad comenzó a forjarse a través de tales impactos. Para suerte de esta misma, los Dioses Antiguos vencieron, pero se vieron incapaces de eliminar al Ser Único de la existencia. Así que, usándolo de catalizador, dividieron su esencia en 6 artefactos, los kamidogus, y los separaron por toda la creación.

Cada uno de estos objetos obtuvo una característica de este ser, y de los mismos los Dioses Antiguos lograron engendrar a los 6 reinos. Lo que su sabiduría no les dejó ver es que la esencia del Ser Único no podía ser completamente controlada por estos artefactos. Se vieron obligados a crear a los dioses protectores para cuidar de que nadie los uniese, pues de hacerlo el Ser Único volvería a la existencia y arrasaría con toda la creación.

Y así fueron creados: Raiden, el más estricto y leal de sus hijos, se encargaría del Earthrealm, poseedor del “kamidogu del poder”, y al cuidarlo tan celosamente sus habitantes se vieron en su mayoría ajenos a la magia; Edenia fue custodiada por Argus, quien se mezclaría con los habitantes de su reino, herederos del “kamidogu de la eternidad”; para el Outworld crearon a Onaga, el rey dragón, pero el “kamidogu de la conquista” lo corrompió y lo convirtió en un ambicioso destructor de reinos, vencido por el aún más ambicioso, maquiavélico y corrompido Shao Kahn; Kochal fue engendrado como el protector del “kamidogu del caos”, pero este se vió encantado por su naturaleza y deformó todo su reino, convirtiéndolo en el Chaosrealm y a él en la encarnación misma de la anarquía; debido a esto, los Dioses Antiguos decidieron no crear un protector para el “kamidogu de la impiedad”, sino un culto al orden que volviese a sus habitantes en enfermos fanáticos de esta y aborrecedores del caos.

Sin embargo, para el Netherrealm si asignaron a un protector. El infernal páramo, a dónde fue a parar el “kamidogu de la ira”, fue no solo custodiado sino además gobernado con puño de hierro por el más poderoso de los dioses protectores. Los habitantes de otros reinos lo conocieron por distintos nombres: Baal, Abaddón, el “príncipe de las tinieblas”, la Abominación, o Satanás. Su nombre era Lucifer.


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Wolf, aún malherido, estaba caminando lentamente en dirección al que hasta hace solo unos instantes era su enemigo, pero ahora parecía ser su última esperanza. Sus compañeros estaban librando la mayor de las batallas que jamás imaginó fuese a presenciar. El ninja Tundra, con sus movimientos veloces, lograba a duras penas esquivar los feroces guadañazos de la cadavérica Muerte. León y Blestang combatían contra la implacable mujer pelirroja, quien parecía haber estado en miles de batallas antes que esta. Si bien sus poderes aún no se recuperaban del todo, la agilidad e inteligencia de Shamsa lograban mantenerla a raya en su enfrentamiento contra las abominaciones surgidas de aquellos apocalípticos jinetes otrora inertes.

El chamán siguió avanzando, y volteó a ver el cuerpo sin vida de Insigno. Quería llorar, quería gritar, quería hacer lo que fuese y estuviese en su poder para salvarla, pero sabía que nada de eso serviría ahora mismo. Una vez más giró su cabeza, ahora hacia el frente, en donde una extraña e imperceptible para sus ojos fuerza estaba repeliendo al ser surgido del cuerpo de su aliada. Por más de que pudiese sentir en lo más hondo de su existencia el poder de este hombre, algo más allá del puente que se proponía a cruzar y de la cueva a la que intentaba ingresar estaba conteniendo. Sabía que no sería por mucho más tiempo, y como pudo aceleró el paso.

Llamas salían de los ojos del hijo de Dios, quien daba pasos potentes hacia el cielo al que merecía, por derecho divino, pertenecer. Su castaño y largo cabello se veía empujado hacia atrás, como si se encontrase en frente de una gran fuente de viento que lo hiciera volar. El arcángel Gabriel, aún en su total sabiduría, no podía comprender cómo la realidad había llegado a este punto: ¿cómo sus creadores habían permitido semejante herejía? ¿Dónde estaban? Sus múltiples ojos se percataron de la presencia del maltrecho chamán acercándose, pero comprendió por su aura que sus intenciones eran parlamentar.

-Arcangel… -espetó Wolf- necesitamos tu ayuda. No estamos aquí para destruir, venimos a salvar los reinos. Si mis cálculos no me fallan nos encontramos al borde del apocalipsis. ¡Debes ayudarnos, no puedes quedarte de brazos cruzados!

El ser alado no emitió ningún sonido. Su imponente figura parecía estar en duda y conflicto consigo mismo. Chamuel, su vanidoso hermano, lo había puesto al tanto de los motivos de estos intrusos mortales. Pero teniéndolos frente a su presencia… no parecían la amenaza que este advirtió. Wolf sintió un leve dolor de cabeza, pero rápidamente antes de siquiera llevarse la mano a la frente, lo comprendió. Miguel había indagado en su inconsciente, y logró ver el camino que habían atravesado hasta el momento: la campaña en el Netherrealm, la victoria sobre Shinnok, la persecución de Shang Tsung, las pruebas de sus hermanos, el tormentoso Cielo del Infierno, el pasaje por el Limbo… nada de lo que vió coincidía con sus prejuicios. Uno creería que él, el arcángel Miguel, el más poderoso y sabio de entre sus pares, lo sabría de antemano. Pero tal parece que se había salteado ese memo.

Su inmensa y angelical mano se posó sobre la cabeza de Wolf, emitiendo un rayo amarillo tan palido que pudiese confundirse con el blanco. De pronto, las energías del chamán se habían restablecido, se sentía más potente y listo que nunca. Al tiempo de esto, sintió como un sonido retumbaba desde lo más profundo de su cráneo: era Miguel.

-He inundado tu mente con mi presencia, mortal. -la profunda voz no hablaba en ninguna lengua que Wolf conociese, pero sin embargo podía comprenderla perfectamente- Cometí un error en atacaros, y mi arrogancia ha costado demasiado caro. Desconozco si aún poseemos el tiempo necesario para revertir este desastre, pero haré cuanto mi este a mi alcance para que así sea.

-¡¿Puedes revivir a Insigno?! -la preocupada voz tampoco salió de la boca de Wolf, sino que el mismo pensamiento de decirlo fue enviado telepáticamente al arcángel.

-No se el estado de vuestro aliado, pero haré el intento de todas formas en cuanto tenga la oportunidad. -estás palabras no cambiaron el semblante del chamán- Intuyo que supondrá quien es nuestro enemigo, eres un mortal bastante inteligente, Wolf. Pero déjame echar luz sobre tus inquietudes.

Unas potentes luces blancas surgieron de las cuencas de Gabriel, al tiempo que las iris de Wolf subían hasta arriba de sus ojos y se ponían completamente blancos. La luz nubló completamente su mirada, y una inmensa cantidad de conocimiento inundó su mente en menos de un segundo.


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Lucifer gobernaba firmemente en el hades, y así fue por milenios. Creó una prole de demonios, los 9 demonios mayores, que se distrubuirían el inmenso reino para llevar su poder a cada rincón del abismo. Controló a las almas en pena, a los espectros y otros espíritus, impidiendo que estos salgan de los páramos. Y protegió el kamidogu que se le había asignado tan correctamente que el resto de protectores llegaron a sentir envidia de su figura, implantando su imágen en las culturas de sus reinos como la de un ser terrible.

Sin embargo, no todo sería perfecto, y las grandes tribulaciones de sus creadores llevaron a su fin. Shinnok, aquel que había sido el líder de la rebelión contra el Ser Único, ahora se había pervertido por la esencia de este. Obsesionado con más poder para cumplir enfermizamente su labor como dios, intentó dominar el kamidogu que yacía en el Earthrealm. Pero no contaba que la fuerza de sus hermanos, canalizada en Raiden, sería suficiente como para oponersele. ¿Su destino? El Netherrealm. Lucifer fue el encargado de ser su carcelero y torturador por el resto de la eternidad, y correctamente llevó adelante su labor.. al menos por un largo tiempo.

Lo siguiente es conocido en los 6 reinos: ayudado por el brujo Quan Chi, un oni ambicioso de poder, el megalómano Shinnok fue liberado, y con la fuerza de ambos derrotaron al gobernante del inframundo. Ninguno de los otros protectores intervino en su ayuda, y los Dioses Antiguos solo se dignaron a negociar con su otrora par cederle el reino infernal a cambio de dejar el resto en paz. El dios caído no estaba de acuerdo, pero al dar cuenta que si dejaba aquella dimensión sería atacado por toda la dotación divina prefirió conformarse hasta que pueda llevar adelante un plan que lo devuelva a su antigua gloria y aún más.

El que alguna vez había sido el más poderoso y eficiente dios protector había sido reducido a moneda de cambio por sus propios creadores. Y las represalias de quien anteriormente era su apresado no se hicieron esperar. Lucifer fue castigado con vehemencia y sin compasión. Hasta podría considerarse clemencia la tortura que había aplicado a Shinnok en su momento. Lentamente hizo mella en su mente, y los años no hicieron más que darle tiempo para pensar en su venganza. No solo contra el dios caído, sino también contra aquellos que, a su forma de ver, lo habían abandonado.
Reunió las fuerzas que pudo durante siglos y siglos, hasta que finalmente llegó al punto que necesitaba. Cediendo más de la mitad de su poder divino, encarnó un ser en la tierra que pudiera cumplir su cometido: destruir la creación de los Dioses Antiguos, y acabar con su sufrimiento en el proceso. Un hijo impuro, que de llegar hasta ellos pudiera destruirlos como si de un kamikaze se tratara. Pero estos no eran tan tontos. En cuanto identificaron a este engendro abominable, se encargaron de que jamás llegase hasta ellos, volviéndolo inmortal, alinearlo a sus intereses mediante uno de sus esbirros, el arcángel Gabriel, y en caso de que todo fallase, crear a un igual suyo capaz de vencerlo.

Pero no fue necesario. Vivió, predicó, y creyó moriría crucificado por ellos. Extraña fue su sorpresa, cuando no lo hizo. Compartió 40 días con sus discípulos, y finalmente se marchó de manera ascética a reflexionar por qué no se reunió con sus padres. Mientras que su figura fue venerada por todo el mundo, encontró textos en los que aprendió de la historia de Shinnok, y convencido creyó comprender que su verdadera misión era destruir a quien había traicionado a sus padres.

Recorrió su planeta y todos los reinos en busca de los más fuertes y valientes guerreros para acompañarlo en su “santa” cruzada. Incluso fue apoyado por Raiden y aquellos a quien originalmente debía destruir. En el mejor de los casos, acabaría con Shinnok y un problema menos, y en el peor el dios caído se apoderaba de su alma y también terminaba con él. Fue esto último lo que aconteció. El resto de lo acontecido es desconocido, pero al parecer, un astuto brujo estuvo de su lado, y de alguna manera lo dejó al borde de su objetivo.

¿Qué pasó con Lucifer? Shinnok sabía que tarde o temprano el gobernante del inframundo se liberaría y haría sonar el escarmiento. Aconsejado por sus más grandes enemigos y con la magia de los más grandes hechiceros del abismo creó un artefacto que sería ejemplo para cualquier demonio rebelde que quisiera hacerle sombra. Una prisión que no solo lo retendría por la eternidad, sino que borraría cualquier rastro de su memoria si de alguna manera lograra salir: un brazalete.


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La imagen del arcángel guerrero colmó la mente de Wolf, y con severo semblante se quedó observando. No conocía los detalles más concretos, pero con lo revelado podía dejar aquellos huecos y comprender de todas maneras que había ocurrido. Su cuerpo mental cayó al suelo y rompió en llanto: se sintió un estupido, totalmente engañado, tanto por propios como ajenos.

-No lo entiendo… no entiendo nada. ¿Cómo los Dioses Antiguos pudieron dejar que todo esto ocurriera delante de sus narices? ¿Por qué nos han abandonado?

-Las formas de nuestros padres son desconocidas, chamán. -replicó Miguel- Pero sea como sea está en nosotros la responsabilidad de que tu y todo lo que has conocido en tu mortal vida no sea erradicado de la existencia por un falso mesías.

Un pensamiento y pregunta recorrió la mente de Wolf, pero la mirada inamovible del ser alado le pareció responder, o al menos creer que este sabía la respuesta. De pronto volvió a su cuerpo físico, y notó que no había acontecido más que un parpadeo en la realidad. Una mano que le removió las entrañas surgió de la cueva en donde se encontraba el portal hacia el siguiente cielo, aquel al que por lo pronto no podían acceder.

-No… él se acerca -murmuró entre dientes apretados.

-¡Padre! -la falsa figura mesiánica dió algunos pasos atrás, mientras la figura de Shinnok emergió del portal. Solo Wolf rindió en cuenta de él, pues sus compañeros seguían combatiendo con todas sus fuerzas a los jinetes.

El semblante del dios caído no era para nada alegre, no sentía ningún gusto de estar en ese lugar y verse obligado a colaborar con sus ejecutores. Para colmo tampoco era estupido: sabía que sus poderes estaban menguados por su actual estado sin vida, no sería suficiente.

-Una vez más nos encontramos frente a frente, padre. Pero veo que las tornas de poder ahora se han volteado.

-Estupida aberración. -contestó con su habitual verborragia- Te destruiría en menos tiempo de lo que tu insignificante cerebro sería capaz de procesar si no fuera por los imbéciles que ahora debo auxiliar. -una mano esquelética surgió del suelo debajo del ex profeta y lo apresó, pero su rostro no cambió de la seguridad que poseía.

-Debí suponer que estos hombres eran parte de tu prole. Aún así merecen mi compasión, y mi figura los guiará al descanso eterno -casi sin esfuerzo y como si de Sansón se tratase, el guerrero de castaños cabellos se liberó de su encierro, destruyendo la cadavérica zarpa en miles de pedazos.

Sin darle tiempo a pensar, el arcángel ahora investido en una especie de armadura plateada reluciente y portando dos espadas imbuidas en fuego celestial, voló a la ubicación del herético mesías para atacarlo, pero con agudeza mental y graciosos movimientos logró esquivar cada uno de los ataques, contra atacando a la vez. Un golpe con su palma abierta impactó de lleno en el peto del arcángel, impulsándolo varios metros lejos de él. Miguel se dió cuenta que el golpe no requirió tanta fuerza por parte de su adversario, y aún así había sido lo suficientemente potente como para moverlo tal distancia y sentir un leve dolor en su pecho recubierto. Ciertamente, los arcángeles eran seres poderosos, creaciones directas de los Dioses Antiguos. Sin embargo, su contrincante se trataba de la encarnación del más fuerte de los dioses protectores. Sin dudas estaba varios peldaños por encima de su fuerza.

Era ahora él quien tomaba la iniciativa ofensiva, abalanzándose primeramente sobre Shinnok. Esquivó varios ataques de energía del dios caído, y una vez estuvo cuerpo a cuerpo contra él le lanzó una patada a sus piernas que no pudo esquivar, haciéndolo caer, y una vez en el suelo golpeó violentamente el rostro de Shinnok en repetidas ocasiones. Su semblante seguía siendo el mismo: inspiraba confianza y a la vez tranquilidad. Claramente se sabía muy superior.

-Lamento que te hayas salido del camino, padre. -dijo sin inmutarse una vez propinada la rafaga de golpes- Tú también obtendrás el perdón al final de los tiempos.

-Maldita… escoria… -Shinnok apenas podía hablar, sentía un zumbido en sus oídos tras la golpiza- No eres más que un error de la creación, alguien que nunca debió existir. Te lo advertí antes de acabar con tu vida en el pasado, no eres quien tu crees ser…

No dejó que el demoníaco dios termine su discurso, pues lo tomo por el cuello e impulsandose hasta Miguel hizo que ambos impactaran el uno con el otro a tal velocidad que este no pudo reaccionar siquiera, enviandolos aún más lejos. Wolf vió toda esta secuencia totalmente incrédulo. Notó que no había sido atacado aún pues él tampoco había amenazado al que ahora sabía se trataba del “hijo” de Lucifer. Ciertamente pensándolo, su moralidad era bastante retorcida aunque este no supiera sus verdaderos orígenes.

Mientras tanto, sus aliados seguían en refriega valientemente. Tundra se cubría de los impactos de la oxidada guadaña usando sus katanas, pero le costaba mantener el ritmo. Debido a su condición espectral, el aura mortal de la Muerte no hacía efecto él. Lo que sí hacía efecto era que sus energías aún no estaban al 100% desde que habían ingresado a esta especie de limbo entre cielos. Por su condición esquelética, el que alguna vez fue el jinete de un caballo amarillo, era veloz y agil. Manejaba aquella herramienta de jardinería con la habilidad de un maestro. Incontables vidas habían sentido su inexorable filo.

-USTEDES LOS ESPECTROS SON DEMASIADO MOLESTOS, COMO TODOS LOS NO MUERTOS. ¿POR QUÉ NO SE DEJAN LLEVAR POR EL DULCE CANTO DEL VACÍO? ¿QUÉ ES LO QUE TE MANTIENE EN ESTE PLANO, NINJA?

Tundra no respondió, al menos no con sus palabras. Por el contrario, arremetió con violencia usando sus espadas, pero la Muerte le era (irónicamente) esquiva. Ni siquiera su largo manto negro podía tocar. Los espectros como él tenían dos tipos de orígenes: sus almas habían sido reanimadas en un cuerpo impuro por algún nigromante, o simplemente se negaban a morir por algún conflicto no resuelto, condenados a vagar en el infierno por el resto de la eternidad como si de un laberinto se tratase. La mayoría de ellos provienen de este último. Su violenta y combativa alma hubiera seguiría buscando respuestas por el Netherrealm de no ser por la cadena de eventos que lo habían llevado a este punto, donde combatía contra el ser que no pudo reclamarlo.

-BUENO, TAMPOCO ES QUE ME IMPORTE. -la Muerte atacó con su guadaña, elevandola bien alto y haciéndola caer descendentemente, pero Tundra logró esquivarla, provocando que se clavase en el suelo- TUS ESFUERZOS POR MANTENERTE ANIMADO SON EN VANO, PUES EL APOCALIPSIS ESTÁ PRÓXIMO A ACONTECER. NI YO NI MIS HERMANOS ESTARÍAMOS AQUÍ SI ASÍ NO FUESE.

Tras destrabarla de la tierra, la Muerte usó su herramienta predilecta para partir el gran bloque de tierra que el ninja le había lanzado. Pensó por unos momentos en aprovechar a Dark, pero dió cuenta de su estado inactivo. Quizás si pudieran despertar sus brazaletes estos tendrían más posibilidades de sobrellevar la situación. La danza de cortes y golpes continuó, con la Muerte teniendo la clara ventaja de la situación, pero claramente “jugando” con el espectro guerrero. Parecía tener todo bajo control, y si así lo quisiera, podía acabar con él en 3 simples movimientos. Al ser un esqueleto no poseía piel ni mucho menos labios, pero podía intuirse que mantenía una sonrisa en su calavérico rostro.

Quien claramente no estaba divirtiéndose sino todo lo contrario era Shamsa. Se estaba valiendo pura y exclusivamente de su destreza para esquivar los ataques de aquellas aberrantes figuras. Su estilo de pelea, de corta distancia y golpes furtivos, le sería completamente inutil. Al igual que Tundra pensó que de tener sus poderes recuperados o al menos a Yoxhe consciente tendría muchas más posibilidades de triunfar. También pensó en cómo la dejaron completamente sola contra dos seres extremadamente repulsivos. El esqueleto enorme desprendía un olor putrefacto, completamente nauseabundo, mientras que el rejunte de insectos le revolvía el estómago de simplemente escuchar el asqueroso zumbido que reproducía.

Los movimientos de estos eran bastante lentos y descoordinados debido a sus tamaños, casi atacando por turnos en una serie de ataques repetitivos. Shamsa notó que primero venían los insectos en una carga relativamente veloz, pero nada que ella no pudiera evitar. Luego, el esqueleto intentaba aplastarla con su mano izquierda contra el suelo, y tras ello su mano derecha también arremetía pero con su puño cerrado. Ahora era de vuelta la nube insectoide, que se dividía en dos intentando encerrarla entre ambos conjuntos de bichos, sin éxito. Por último era de vuelta su “compañero” el que atacaba, abriendo sus fauces y lanzando una rafaga de huesos de las mismas, que podrían el suelo en donde estos impactaban. Tras toda la secuencia, volvían a repetir. Ciertamente no eran muy listos, quizás por eso tampoco habían emitido palabra alguna en los momentos anteriores.

Mientras esquivaba el patrón de arremetidas, notó que Wolf se encontraba de pie a escasos metros de ella.

¡Wolf! Estaría necesitando una mano -le gritó.

El chamán no se tomó tan bien el chiste, pero dándose cuenta que hasta entonces no había hecho acción alguna más que ver lo que todos estaban haciendo, se acercó. Además, gracias a la recarga de fuerzas que había obtenido se sentía más capaz.

-Shamsa.. todo esto es tan terrible. -su expresión seguía siendo la de profunda tristeza, mezclada con incredulidad y sorpresa- No puedo explicarlo ahora, pero hemos sido engañados.

-Ya tendrás tiempo de contar todo. -la natural del Outworld y el chamán seguían esquivando los ataques- Debemos pensar en cómo derrotar a estas… cosas.

-Son demasiado poderosos, no creo que podamos derrotarlos. Nuestro objetivo debe ser evitar que ese hombre acceda al séptimo cielo, o estamos totalmente perdidos. Debemos encontrar una forma de retenerlos lo suficiente como para enfocarnos en eso.

Blestang y León también estaban sufriendo dificultades. La mujer pelirroja, que ciertamente les resultaba atractiva, esgrimía una gran habilidad en la batalla. Su rostro era apasionado, desprendía una radiante energía, como si viviera para aquello que estaba aconteciendo. En su cabeza valoraba a sus dos contrincantes, quienes se veían bastante diestros en el combate.

-“Sin dudas son grandes guerreros” -pensó.

El monje se abalanzaba velozmente, intentando combinaciones de ataque, exprimiendo fuertemente su cerebro para no repetir ningún movimiento. Sin embargo, la experimentada mujer parecía adivinar qué es lo que estaba por hacer en cada momento. El uso de la espada no era más que una fanfarronería, pues perfectamente podría combatir con sus manos desnudas y ser incluso muy superior a lo que demostraba con el arma. Una patada del guerrero fue bloqueada con ambos brazos, y este los usó como impulso para alejarse de un salto hacia la dirección de su compañero, que observaba el enfrentamiento desde una distancia prudente.

-No lo entiendo. -dijo entre jadeos- Es como si supiera exactamente todos mis movimientos, está siempre dos pasos delante.

-No está adivinando, eso te lo aseguro. Ella domina tu estilo de lucha a la perfección y por eso puede adelantarse a cada movimiento que podamos hacer. -Blestang abrió sus ojos enormemente al escuchar lo que su compañero había respondido- No es una telépata ni nada por el estilo, es una guerrera nata. Simplemente está jugando con nosotros.

-Creo que deberían dejar de susurrarse secretos de una vez y atacar. -la pelirroja clavó sus espadas en el suelo, con una sonrisa en su rostro. Luego, tomó su hombro izquierdo y giró su brazo para estirarlo, para después hacer sonar sus nudillos. Dejó su espada en ese lugar y se puso en posición de combate, exactamente la misma postura que Blestang adoptó antes de enfrentarla- Menos palabras y más acción.

-Ugh, eso sonó demasiado cliché. -el monje volvió a arrojarse a la pelea. Pudo notar que lo que León estaba diciendo era completamente cierto: ella no atacaba, sino que simplemente se cubría de sus movimientos y lanzaba contra ataques sin ningún tipo de intención de impactar, pero de todas maneras le costaba horrores esquivarlos. Su rostro mantenía una sonrisa enferma, casi como si el simple hecho de combatir le resultara excitante de una manera retorcida.

El hechicero siguió manteniendo la distancia. Habían acordado que este no se metiera para poder descifrar qué era exactamente lo que aquella mujer estaba haciendo. León comenzó a atar cabos: claramente estos tipos eran los jinetes del apocalipsis, lo cual claramente no era para nada bonito, y esta tipa debía ser la encarnación de la guerra misma.

-”... Al que lo montaba se le concedió quitar de la tierra la paz para que se degollaran unos a otros” -León no era un hombre de fé, pero se había interesado por la biblia en su tiempo como universitario. Entre sus impactos, observó como un aura roja rodeaba a ambos, al tiempo que los golpes de Blestang se volvían cada vez más violentos- “Está influyendo en su mente por el simple hecho de combatir. Eso explica que sea tan… atractiva”

Sus poderes tampoco se encontraban al 100%, pero lanzó una ráfaga de energía mágica que si bien no impactó a ninguno de los dos, logró separarlos por un instante.
-¿Te volviste loco León? ¿Acaso quieres herirme? -reprendió Blestang volteando a verlo.

-No tarado, te estás dejando llevar por el combate. Tienes que centrarte o te vas a volver en un maniático.

-Tu amiguito es ciertamente muy listo. -dijo ahora la mujer- Pero no lo oigas y sigue combatiendo, hace bastante tiempo que no me divierto tanto, jeje. -golpeó su pecho fuertemente tres veces con su puño cerrado, para luego volver a lanzar ataques contra Blestang. Las palabras de su compañero lo hicieron pensar e intentó mantenerse tranquilo, pero ciertamente era como combatir dos batallas al mismo tiempo. De hecho, lograr esa concentración había hecho que varios golpes llegarán a conectar.

La mujer pelirroja cambiaba entre distintos estilos de combate, sin importar que su armadura se viera totalmente molesta para emplearlos. Por momentos usaba el estilo de Blestang, por otros pasaba a usar golpes de boxeo, luego pasaba a ataques de muay thai, o defenderse y contrarrestar con movimientos de krav maga. El monje estaba comenzando a marearse, era algo casi hipnótico. Los labios rojo fuego de su rival, su destreza en combate, su piel perfecta e impoluta, el hecho de que León no se haya acercado a ayudarlo. Le resultaba a la vez atractivo y rabioso.


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Shinnok seguía tendido en el suelo, intentando recomponer sus fuerzas. Miguel ya se había levantado y se arrojaba al combate contra el falso profeta con fiereza. El dios caído sabía que no tenía muchas oportunidades de ganarle en un enfrentamiento directo, pero los repetidos golpes que había sufrido tampoco le dejaban pensar con claridad.

Miró a su entorno: combates allí a donde viera. Ninguno le parecía favorable en ningún sentido, claramente todos sus temporales aliados tenían las de perder. Para colmo, el Gran Kung Lao no había podido superar la barrera dimensional aún, no tenía tanto conocimiento de como hacerlo por su propia cuenta. Pero de entre todos los enfrentamientos que acontecían a su alrededor se fijó especialmente en uno. El ninja que combatía contra la Muerte poseía un brazalete que podía identificar. Este no era como el de los demás guerreros, no solo en aspecto sino también en procedencia.

Shinnok comenzó a maquinar qué debía hacer a continuación, casi dándose vitores internamente por ser él mismo el artífice de la oportunidad que se le presentaba. Una sonrisa se dibujó en su rostro.


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Yyyy bueno, finalmente está acá la ansiada continuación. Me disculpo por la extensa e injustificada demora de casi dos años, pero al igual que nuestros personajes he vivido grandes tribulaciones en este periodo de tiempo. También me gustaría disculparme si sienten que el capitulo no está a la altura, o si creen que es realmente corto para lo que demoró en hacerse. Di vuelta ideas y borradores que tenía guardados hace tiempo, y creo que esto es lo mejor que salió de ahí. Tampoco quería extenderme como vienen siendo los últimos capítulos porque sino no vamos a terminar nunca más, así intente ser lo más conciso y claro que pude. Pero bueno, esperemos que no quede acá y podamos darle el final glorioso que este lindo fic se merece uwu
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"Vengeance will be mine"
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