MKX: Una nueva historia.

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Hares
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Re: MKX: Una nueva historia.

Mensaje por Hares » Mié, 15 Jun 2016, 06:34

Hola a todos ¿como han estado? Espero se encuentran bien, pues les traigo ahora el capitulo numero 9. Nos acercamos al capitulo 10 y el final de este arco argumental para pasar a nuevo terreno. Espero esten disfrutando de mi fan fic tanto como yo disfruto escribirlo he imaginarme todo. En este capitulo terminamos de ver que paso con Mileena, Reptile, Kana y Ermac para en el siguiente regresar con Rain, Reiko, Ciran y Faran. Un saludo a todos.

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CAPÍTULO 9: En el corazón de la batalla

Kana se encontraba en el suelo boca abajo, sus dedos empezaron a moverse y poco a poco Kana recobró el conocimiento. Había sido lanzada hacia uno de los libreros con gran fuerza, su armadura la protegió del golpe pero el trauma aún así probó ser demasiado. Sus fuerzas tardaban en regresar, su visión estaba nublada y no lograba ver lo que estaba pasando delante de ella. Poco a poco empezó a levantarse y su visión regresaba, sin embargo ella no alcanzaba a escuchar muy bien. Kana recordó a Alken y el libro oscuro, volteo a su derecha, donde había caído el libro, pero ya no se encontraba ahí. ¿Se lo llevó Alken? se preguntó. Kana tambaleaba un poco, pero pudo ponerse de pie y logró escuchar el sonido de una ventana abriéndose a su derecha y volteo a ver, una extraña silueta se encontraba ahí, moviéndose como un fantasma. Kana no sabía como interpretar lo que creía estar viendo, pensó que era una ilusión creada por el trauma que había sufrido en su cabeza. Sin embargo sintió como, lo que sea que estaba ahí, la miraba. Kana se volvió a tambalear y ahora escuchaba fuertes gritos proviniendo enfrente de ella. Fue entonces cuando lo vio, sus caballeros y guerreros combatían contra el ente múltiple que se presentó como Ermac. Sin embargo estos estaban perdiendo, pues Ermac probaba ser demasiado fuerte. El monstruo levitaba en el aire y, con sus poderes telekineticos, mantenía alejados a los guerreros. Varios ya habían caído, partidos a la mitad, con su cuello y otras articulaciones rotas.

Kana intento avanzar, pero se encontraba muy débil y tambaleo, terminando con sus rodillas en el suelo. Estirando su brazo, intentó alcanzar a sus compañeros en armas, pero ella solo podía ver como cada uno de estos era despedazado mientras intentaban escapar. Kana extendió su mano y entonces tocó el frío metal de su lanza cruzada y, apoyándose en ella, pudo volverse a poner de pie y salir de la bóveda. Kana camino entre los cuerpos de sus caídos camaradas, sus armaduras estaban cubiertas de su sangre mientras que aquellos que habían sido mutilados se encontraban esparcidos por todo el área. Lo que sus ojos veían le recordó sobre su pasado y la masacre que Edenia sufrió a manos de Shao Kahn y sus monstruos. El inesperado recuerdo de sus mas grandes pesadillas la empezó a hiperventilar. Kana se sujeto fuertemente de su lanza para no caerse y, en un abrupto intento por no caer en la desesperación, miró hacia arriba para orar a los dioses; sin embargo, lo unico que encontro arriba de ella fue a Ermac, sujetando aquella brillante esfera verde de cristal. Su miedo poco a poco empezó a transformarse en ira y odio, Kana sujeto fuertemente su lanza y observó como de la esfera de cristal extrañas ráfagas eran expulsadas y entonces lo entendió, esa esfera contenía almas y le otorgaba poder a Ermac.

– Dioses, protejanme. – Kana empezó a orar sin perder de vista a Ermac y el orbe verde. – Por nuestro señor, Jerod, y por nuestro protector y dios, Argus. Les pido, denme su fuerza.

Kana realizó el rito de la orden, un poder mágico que les permite liberar la fuerza oculta en su armadura bendecida por Argus y otorgada a ellos por Jerod. Electricidad empezó a rodear el cuerpo de de Kana y transportarse hasta su mano izquierda donde se materializó un rayo y, sujetándolo, lo lanzó como una jabalina. Ermac se dio media vuelta, pero como no se había percatado de la presencia de Kana, el rayo impactó en su pecho, electrocutandolo. Ermac empezó a caer desde el aire y la esfera de cristal junto con él. Kana entonces canalizo la electricidad de su armadura en sus botas y pies y, sujetando su lanza del asta y de la guardia cruzada, se abalanzó contra Ermac. La cuchilla de la lanza atravesó el pecho de Ermac y este soltó la esfera, la cual rebotó y rodó por el suelo. Kana materializó otro rayo mientras elevaba el cuerpo de Ermac con su lanza, pero antes de poder dar el golpe final, Ermac utilizó sus poderes para empujar a Kana hasta el otro extremo. La edeniana rodó por el suelo, pero logró ponerse de pie y evitar que chocara contra la pared haciendo fricción con sus manos y piernas. Ermac sujeto la lanza por la guardia cruzada y se la quitó sin inmutarse o sufrir, al menos sus expresiones faciales no lo hacían ver así.


– Tus guerreros están muertos, el resto ha escapado. – Kana volvió a escuchar una multitud de voces hablando al mismo tiempo y con diferentes tonos. Mil voces atormentadas le dirigían la palabra, era algo que nunca había experimentado.

– Pagaras por lo que has hecho, monstruo. – le contestó Kana.

– Estas sola. Eres solo una. Nosotros somos más. –

– ¿Nosotros? –

Ermac empezó a levitar de nuevo, elevándose unos cuantos centímetros del suelo, y elevó sus brazos soltando un fuerte grito. Acto seguido, Ermac cargo contra Kana con sus puños hacia el frente. Kana apenas pudo defenderse del ataque, el cual la arrastró hasta golpear la pared y tumbar algunos libros y velas. Ermac entonces siguió con varios golpes y patadas, logrando romper su defensa y así poder manipularla con su telekinesis. Kana sentía como algo la sujetaba de su casco, algo que no tenía manifestación física. Ermac entonces la elevo por los aires y Kana sintió como ya no la sujetaba nada, en cambio ahora sentía como si algo la golpeara en el aire y como Ermac la dejaba caer. Kana entonces dio una voltereta en el suelo y cayó de pie, Ermac la atacó de cerca, y ella logró repeler sus ataques y dar los suyos; con una patada logró ganar el espacio que necesitaba para materializar un rayo y lanzarselo a Ermac, el cual terminó en el suelo unos metros más atrás.

Ermac se puso en rodillas, pero parecía que no podía ponerse de pie. Kana corrió a coger su lanza para poder dar el golpe final mientras Ermac yacía incado, con sus manos en el pecho. Ermac empezó a soltar varios gruñidos y alaridos de lo que parecía ser dolor mientras este clavaba sus dedos dentro de su pecho y su piel comenzaba a abrirse en esa zona. Ermac empezó a gritar y su cuerpo se empezaba a abrir, Kana agarró su lanza con sus dos manos y estaba a punto de clavarla en el cráneo de Ermac, pero de su pecho surgió una explosión de la cual miles de almas fueron liberadas, golpeando a Kana y obligando a cubrirse. Los gritos de miles de almas se escuchaban mientras estas eran liberadas al aire, Kana no sabía qué hacer y pronto no pudo soportarlo, las almas la empujaron al suelo. La escena duró unos cuantos segundos y los gritos se callaron en un abrir y cerrar de ojos, Kana se puso de pie y enfrente de ella ya no se encontraba Ermac, había desaparecido. Kana camino unos metros al lugar donde se encontraba su oponente unos segundos y ahí, en el suelo de madera, no había más que una marca enorme y oscura. La explosión había roto el suelo. Ermac había desaparecido y el orbe de cristal… también.

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– ¡Disparen! –

Veltaz dio la orden a sus cuatro guardias de seido para que abrieran fuego contra Mileena y Reptile. Los Seidianos, quienes cargaban en sus manos un rifle y, del cual, desprendía una brillante luz anaranjada, dispararon contra los dos. Mileena y Reptile saltaron por encima de los cinco seidianos, evadiendo sus disparos y aterrizando a sus espaldas. Los seidianos los siguieron con sus rifles, disparando continuamente, pero fallando cada uno de sus tiros los cuales impactaban en el suelo, techo o las paredes. Reptile, con su gran agilidad y velocidad de reacción, logró clavar sus garras en uno de los rifles del seidiano y asestar un golpe en la mandíbula del guardia. Mileena en cambio lanzó dos de sus sais contra los seidianos y utilizar su alta flexibilidad para evadir los disparos, justo como lo había hecho durante la invasión del Earthrealm.
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Los seidianos guardaron sus rifles al darse cuenta que sus oponentes estaban demasiado cerca y en cambio activaron sus sables de alta frecuencia al igual que sus guanteletes de energía, los cuales empezaban a brillar intensamente. Veltaz permaneció detrás de sus cuatro guardias mientras estos se enfrentaban a la hija del kahn y el sauriano. Reptile lograba mantener a los dos a la raya con veloces golpes y patadas mientras que Mileena usaba un combate más aéreo y usaba sus sais para reflejar los ataques de sus oponentes. Los guardias seidianos eran expertos en el combate cercano, grandes y hábiles guerreros debido al uso de su tecnología y magia, además no estaban solos. Los seidianos habían plantado algunas trampas: minas activadas remotamente por Veltaz las cuales disparan un haz de luz capaz de cortar a una persona en dos. Las trampas se activaron cuando Mileena echó a correr contra uno de los seidianos al que había aturdido clavandole una de sus sais en la armadura. Sin embargo, Mileena pudo agacharse, doblando su cintura y deslizándose por el suelo con sus rodillas mientras Reptile los esquivó con varias volteretas. Los dos lograron cruzar las trampas, Mileena uso el momentum que tenia para patear al guardia y clavar uno de sus sais en el mentón del guardia. Reptile, al llegar al otro lado de las trampas, escupio ácido en uno de los guardias, empezando a corroer su exoesqueleto para poder penetrarlo con sus garras y arrancarle el peto junto con la piel y músculo del seidiano, matándolo.

Con dos de sus hombres caídos Veltaz optó por intervenir, activando su sable y realizando un largo corte horizontal para mantener su espacio. Mileena y Reptile se detuvieron, dando unos pasos atrás. Veltaz y sus dos hombres atacaron a sus enemigos, cambiando su estrategia y actuando como un grupo. Protegiéndose entre ellos y atacando juntos lograron mantenerlos a raya. Fue entonces cuando los tres seidianos emprendieron la retirada. Mileena y Reptile corrieron detrás de ellos, persiguiéndolos, pero el capitán seidiano activo una de las trampas del pasillo: abrió un túnel subterráneo de hierro y metales fundidos, el cual prendió en llamas el túnel, y cerró la puerta del túnel detrás de él. Mileena y Reptile habían quedado atrapados en un horno gigante, cuya temperatura y llamas empezaban a crecer y aumentar.

Veltaz corrió de regreso a la fortaleza, advirtiéndoles a los guardias edenianos y de seido que fuerzas enemigas se acercaban por el pasillo secreto, pero que les habían logrado cortar el paso exitosamente. Ren, uno de los capitanes que se encontraba en la fortaleza, le informo que Reiko y Rain habían logrado subir a las murallas de la Fortaleza y ahora se encontraban luchando por su control. Su presencia era requerida ahí.

– Si Rain y Reiko han logrado subir a la muralla, es cuestión de tiempo para que las conquisten. – dijo el capitán seidiano.

– ¿De que estas hablando? Es por eso mismo que requerimos fortalecer las defensas. –
– La Fortaleza caerá. – Veltaz le hizo la señal a sus dos hombres que se retiraran. – Y con ella la Resistencia Edeniana.

– ¿Como osas decir eso? – Ren llamó a sus soldados edenianos para que no permitieran a los guardianes de seido retirarse. – Si nosotros caemos tu también lo harás.

– Deberían retirarse ahora que pueden. – Veltaz dirigió su mirada a los soldados que los rodeaban a él y sus guardias. – Reiko y su supuesta nueva emperatriz no tendrán piedad contra ustedes.

– Así que planeas romper tu parte del trato. Correr, huir y traicionar a nuestra señora. –

– No nos engañas Ren, Tanya sabía desde que penetraron las murallas de la ciudad que perderían todo. Es por ello que envió sus tropas al Archivo y a las Catacumbas de Sangre desde el primer momento.

– ¿Como sabes tu de eso? – Ren sujetaba con fuerza el mango de su espada, la cual todavía se encontraba envainada. – Eso es información confidencial.

– Edenia y Outworld todavía son de interés para Seido y Hotaru, nuestra alianza continuará vigente. Tanya ya tiene lo que buscaba, informale que esperamos su llamado.

– Tu no te moverás de aquí Veltaz. – Ren le impidió el paso a Veltaz, deteniéndolo con su mano en el pecho de la armadura seidiana. – No hasta que sepa todo lo que pretendes. –

– Interferir en los asuntos de un Guardia de Seido es una severa felonía Ren –

Veltaz expulsó su espada de su vaina de forma remota, a lo que los edenianos respondieron desenfundando la suya y apuntando la punta de sus alabardas contra los seidianos. Los dos guardias que acompañaban a Veltaz sacaron sus pistolas, las cuales empezaron a brillar, significando que estaban cargadas.
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– No estamos en Seido. – le respondió Ren.

– Las leyes del orden son universales, Ren. Y se encuentran arriba de cualquier autoridad.

Ren y Veltaz estaban a punto de atacarse el uno al otro, sin embargo escucharon fuertes ruidos proviniendo de las escaleras de las cuales habían salido los guardias de seido. Todos miraron de donde venía, y Ren le pidió a varios de sus soldados que fueran a investigar. Los ruidos se volvían cada vez más claros y cada vez más cerca. Eran rugidos y gritos, Ren sabía lo que significaba y volteo a su lado, Veltaz caminaba de espaldas hacia atrás.

– ¡No te muevas Veltaz! - grito Ren, pero fue interrumpido por los gritos de sus soldados. “¡Capitán Ren!”

Guerreros Tarkatan habían entrado a la fortaleza y clavaron sus armas y cuchillas en las armaduras de los edenianos. Veltaz y sus hombres empezaron a disparar, pero más temprano que tarde, se retiraron, dejando a Ren y los edenianos a la merced de los tarkanos. Basta decir que ninguno de ellos sobrevivió y la cabeza de Ren fue cortada por uno de las guadañas dobles de Karbrac cuando estos dos entraron en combate. Con los tarkanos adentro, la fortaleza empezó a caer a una gran velocidad. Baraka acompañó a su emperatriz durante todo el camino hacia la cámara del trono mientras su jefe tarkano de más confianza comandaba sus hordas para combatir contra los edenianos y seidianos restantes.
Última edición por Hares el Lun, 18 Jul 2016, 18:31, editado 1 vez en total.
Mi visión de MKX, mi primer fan-fiction: viewtopic.php?f=9&t=21824

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Re: MKX: Una nueva historia.

Mensaje por Hares » Mar, 05 Jul 2016, 07:04

Perdonen la tardanza para el capitulo 10, pero es que quiero que el episodio de outworld termine de forma espectacular para dar comienzo con otras cosas (Earthrealm para empezar). No se si dividir el capitulo en 2 partes y subir una para luego subir la segunda un tiempo después o subirla toda.Sinceramente no he recibido mucha retroalimentación, aunque puedo ver que gente constantemente visita este tema y doy por hecho que les esta agradando la historia, así que continuare con el sistema que tengo y lo dividiré.

SPOILERS DEL CAPITULO 10 (aunque mínimos):
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Un saludo a todos ustedes y pronto veremos el capitulo 10.
Aqui les traigo la primera parte del capitulo 10, el ultimo capitulo sobre la ascencion de Mileena al trono. Espero lo disfruten :)


CAPÍTULO 10: La ultima defensa, parte 1.

Reiko y Rain habían logrado penetrar las murallas de la Fortaleza, dejando entrar al ejercito imperial y la legión del cráneo. Rain conocía muy bien a sus dos oponentes, Ciran y Faran, y por ello lograron adelantarse a todas las tácticas de defensa de los Edenianos. Reiko y sus cinco capitanes: Ragnarok, Katan, Aegis, Fume y Eygel se unieron a la batalla, atacando la muralla y desactivando las balistas, catapultas y calderos que se encontraban ahí, y permitiendo un paso seguro al resto del ejército.
Los cinco capitanes y sus tropas de choque fueron los que encabezaron el ataque, conquistado así las murallas. Ragnarok cargaba con una larga nodachi, una katana extremadamente larga, evitando que los edenianos se acercaran mucho a sus tropas mientras Katan y sus ballesteros disparaban a distancia con sus ballestas repetidoras, capaces de disparar tres flechas sin recargar. Fume, quien se había recuperado de sus lesiones, y Aegis avanzaron hacia las torres principales para abrirlas puertas. Fume continuaba usando su enorme hacha de guerra, mientras que Aegis usaba sus dos sables con temible precisión. Eygel, capitán dentro de la legión del cráneo, se encontraba al lado de Reiko, y mandó a sus tropas hacia adelante cuando las puertas fueron abiertas, encabezando un ataque frontal con su naginata. El legendario kabuto de la legión, una celada de metal con un visor en la forma de un cráneo, era identificable a varios metros de distancia y infundía miedo en los corazones de sus enemigos. Su armadura, similar al resto de las legiones del ejército imperial, era de los metales de más alta calidad de todos los diferentes reinos conquistados, representando sus múltiples victorias.

Kabuto del imperio:
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– Las puertas han sido abiertas mi señora ¿que sugiere que hagamos? – le preguntó uno de sus caballeros a Ciran.

– Es hora de que la guardia seidiana intervenga. –

Ciran estaba observando todo desde una torre de la fortaleza y, con los brazos cruzados, ordenó que le entregaran su casco y que se preparan para bajar y a pelear. El caballero se retiró mientras otro le otorgaba su casco, el cual contenía varios orificios verticales para otorgarle el mayor campo de visibilidad sin reducir su protección, y también contaba con un hermoso velo de tela edeniana que parecía un espejismo mágico. Ciran se equipo su casco y su arco, ordenando al resto de sus arqueros a que la imitaran. Los arqueros soltaron unas cuantas flechas, sin embargo, Eygel ya se había percatado de su presencia y ordenó que posicionarán sus escudos hacia arriba para protegerse. Eso es lo que Ciran quería que hicieran y entonces cargo una de sus flechas con energía divina mientras estiraba la cuerda de su arco. La flecha bendecida impacto al grupo de guerreros del ejército imperial, matándolos sin importar que tuvieran su escudo arriba. Sin embargo, las vidas que Ciran tomo no fueron muchas, lo que buscaba era romper su defensa para que sus arqueros los acribillaran con una segunda ola de flechas. Sus arqueros dispararon una ronda de flechas, mucho más grande que la anterior, pero antes de que sus flechas bajarán del cielo para cobrar sus vidas, Rain movilizó a un grupo de sus soldados con largos escudos para que protegieran a la legión. La táctica de Ciran fracaso, pero ahora sabía quien era su enemigo.

Armadura de Ciran (inspirada en el Dancer of the Boreal Valley)
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– Rain. – dijo Ciran en voz baja, bajando su arco y sujetándolo fuertemente, con un gran odio. – Ahora entiendo porque cada una de las estrategias y planes de Faran fallaban. Tienen a uno de los nuestros.

– El ya no es uno de nosotros, es un traidor. – dijo uno de los arqueros. – Ese infeliz nos vendió al Kahn, por su culpa murio... – Ciran levantó su mano, pidiéndole que no hablara.

– No te dejes influenciar por tu odio. – Ciran le hizo una seña con su mano para que se retiraran, respirando profundamente para evitar que sus sentimientos tomaran control. – Informen de ello a Faran y diganme… ¿donde está la guardia seidiana?

– Están posicionándose. – le contesto el mismo arquero. – Es nuestra última esperanza para voltear esta batalla a nuestro favor.

Las tropas de Reiko y Rain avanzaban mientras que las de Faran retrocedian, muchos ya se habían adentrado en la Fortaleza y dejando las plazas en manos del ejército imperial. Los capitanes Ragnarok, Fume, Aegis y Eygel se reunieron debajo de la muralla y encabezaron el avance hacia la fortaleza. Las leyendas de los capitanes del ejército imperial eran ciertas, no podían detenerlos mientras estuvieran juntos, pero la guardia seidiana para eso estaba aquí. Para separarlos.

Los cuatro capitanes entraron a la fortaleza, el primer cuarto era una enorme salon con varias escaleras y pilares que sujetaban la enorme estructura que era la fortaleza del Kahn. Adentro se encontraba dos líneas de 15 guardias de seido cada una apuntando con sus rifles hacia la puerta de entrada. El capitán del pelotón dio la orden de que abrieran fuego al ver al ejército imperial entrar. Los rayos de luz atravesaron y quemaron los cuerpos de varios de los soldados, derribando a varios de ellos, sorprendidos de ver a la guardia dentro. Los capitanes tuvieron que actuar rápido, usando sus escudos para protegerse de los disparos, y se ocultaron detrás de los pilares para protegerse, evadiendo los disparos. Los capitanes del ejército imperial tuvieron que retroceder, pues las armas de seido los despedazaran en cuestión de minutos si decidían atacar directamente. Las puertas de la fortaleza fueron cerradas, pues la guardia tenía una gran ventaja en el combate a distancia. Los capitanes mandaron a un mensajero para que le informara a su general, Reiko, de la situación y de la intervención sorpresiva de la guardia seidiana.

– Parece que Tanya tiene estrechas relaciones con el Seido y el Reino del Orden. –
Reiko se encontraba en un campamento afuera de las murallas, alejado de la batalla y dando órdenes a distancia a sus capitanes y a Rain.

– Así es mi General. – le contesto el mensajero, miembro de la legión del cráneo, mientras se encontraba postrado en una rodilla. – La guardia seidiana vino preparada, su tecnología es superior a la de la Tierra.

– Eso ya lo sabemos, no es la primera vez que lidiamos contra Hotaru y sus hombres. – Reiko avanzó hacia el mensajero, ordenandole que se levantara. – Llevame con mis capitanes, es hora de que la Resistencia sea borrada de los anales de la historia de una vez por todas.

Reiko se reunió con sus capitanes y Rain dentro de las murallas de la fortaleza, la guardia seidiana los había obligado a protegerse detrás de ellas, dándole un respiro a la resistencia edeniana para rescatar heridos y posicionarse. Dentro de las murallas se encontraban los cinco capitanes y el edeniano Rain, cuyas tropas eran las que habían avanzado más.

– Reptile y nuestra emperatriz, Mileena, deben de estar ya dentro de la fortaleza. – Reiko les mostraba un mapa de la fortaleza y los puntos donde debían de acceder Baraka y sus mutantes. – Baraka y sus tarkatas se encuentran detrás de ellos. Sabemos que la resistencia colocaría defensas para evitar esta clase de ataque, pero tenemos plena confianza en que lo lograran. Su apoyo nos facilitara acceder a la fortaleza. –

– Es posible que la guardia seidiana también se encontrará vigilante en esos puntos o dentro de la fortaleza. – Eygel no confiaba mucho en los tarkatan, sobretodo despues de la herida que le dejo su “Señor de la Guerra” (Warlord). – Es posible que fuera mucho para ellos.

– ¿Supones entonces que nuestra emperatriz a muerto o, peor, ha sido capturada? – preguntó Rain.

– Solo contaba con el zaterrano como protección. Sugiero que nos retiremos por ahora, pensar en una mejor estrategia para combatir a los seidianos.

– Dices que nuestra emperatriz se encuentra en apuros. ¿y tu plan es dejarla olvidada en la fortaleza? – Rain elevaba la voz con cada palabra que expulsaba de sus labios.

– Por mucho que deteste decirlo, el edeniano tiene razón. Es ahora o nunca y nuestras tropas están listas para avanzar. – Fume y los otros capitanes asentaron con la cabeza.

– Nuestro general decidirá. – dijo Eygel, buscando como escapar de la falta de apoyo. – ¿Qué opina usted, nuestro señor?

– Esto ya estaba decidido desde hace una noche Eygel… la fortaleza será nuestra hoy. – Los capitanes y guerreros soltaron un grito de guerra al escuchar las palabras de su general. – Se que es lo que los seidianos buscan, se los otorgamos.

– ¿Cual es su plan General?. – pregunto Aegis, sujetando el mango de su katana envainada y alzando su otra mano. –

– La Resistencia intenta ganar un suspiro, la guardia busca separarnos para eliminarnos poco a poco. – Reiko avanzó hacia un estante de armas y empezó a sacarlas una por una, examinandolas. – Mi plan es darles esa ventaja, hacerlos pensar que puedan ganar.

– Dividirnos… y conquistar – dijo Katan – Pero probablemente la mayoría de los accesos a la fortaleza se encuentran vigilados por la guardia seidiana, si no somos cuidadosos caeremos en su trampa.

– Eso y los arqueros de la fortaleza que pasan nuestras defensas. ¿Katan, tus ballesteros no pueden hacer nada al respecto? – Pregunto Ragnarok, mirando de reojo al otro capitán.

– Mis hombres pueden apoyar cubriendo su avance, sin embargo es muy poco lo que podemos hacer contra Ciran y sus arqueros. – dijo Katan, con algo de ira en sus palabras.

– Tan típico de tí Katan – Fume avanzó hacia el capitán, retandolo. – Deberías bajar al frente y el campo de batalla para hacer algo.

– Al menos tiene una consciencia más estratégica Fume. – dijo Ragnarok, defendiendo a Katan y atacando a Fume. – En lugar de lanzarse hacia los brazos del enemigo.

– Guarden su riñas para el combate. – dijo Rain, al ver que Reiko no detenía la discusión de sus generales. – ¿Cual es tu plan Reiko?

Los capitanes voltearon a ver al edeniano, cerrando sus puños con fuerza. Fume alzó su brazo para alcanzar el mango de su hacha, pero Eygel lo detuvo, bajando el brazo del capitán y dándole la palabra a Reiko.

– ¿Dices que Ciran te esta dando problemas no es así Katan? – El capitán sintió con la cabeza y Reiko volteo a ver a Rain. – ¿Crees que puedas encargarte de ella? Es lo único que se opone contra nosotros.

– Será un placer. – dijo Rain, jactante.

– Perfecto, entonces podemos proceder. – Reiko alzó los brazos mientras hablaba. Parecía bastante seguro de su éxito. – Katan permanecerá en la muralla, cubriendo a los demás. Rain te acompañará, otorgarle todo lo que te pida. Fume, iras por la izquierda, Ragnarok, tomaras la derecha. Eygel avanzará junto conmigo. Cada uno de ustedes llevara catapultas de la horda tarkana y de la muralla, cuando Ciran caiga… sabrán qué hacer.

Reiko explicó su plan y los capitanes tomaron sus posiciones, avandonando el campamento para adentrarse una vez más dentro de las murallas de la fortaleza. Rain acompañó a Katan, subiendo a las murallas, mientras el resto regresaba al frente. Reiko no sabía si Mileena y Reptile le habían abierto el camino a Baraka y sus tarkatas, con su apoyo el podria romper la defensa de la guardia seidiana más fácilmente. Aun así, Reiko dirigió el ataque frontal, confiando en sus cinco capitanes y en Rain para realizar el trabajo extra. El General del ejército avanzó junto con la Legión del Cráneo con espada y escudo en mano. Equipado con una Claymore en sus dos manos y un escudo redondo en su espalda, el general avanzó junto con su legión y Eygel, equipado con la mejor calidad en armas y armaduras.

Reiko dio diferentes órdenes a los cinco capitanes, entre ellas era mover las catapultas y balistas dentro de las murallas, y que cada uno de los capitanes avanzará con una o dos hacia las diferentes entradas de la fortaleza. Las fuerzas edenianas ya se habían refugiado dentro del castillo, los únicos que ofrecían alguna ofensiva eran los arqueros de Ciran; a los cuales Rain tenía la obligación de eliminar. Fume asaltara la fortaleza por el lado derecho, Ragnarok por el izquierdo y Katan, junto con sus ballesteros, mantenía el control de las murallas y respondía al fuego enemigo al igual que cubrir a los capitanes. En todas las entradas se encontraban un grupo de guardias seidianos equipados con sus rifles,por lo que el ejército imperial avanzaba formando una barrera de escudos para protegerse del fuego enemigo y escondiendo las balistas detrás de ellos. Fume, Aegis, Ragnarok y Eygel avanzaban lentamente pero de forma segura, la barrera de escudos los protegían contra los disparos de la guardia seidiana por un tiempo. Sin embargo sus escudos solo podían controlar el fuego enfrente de ellos, no por arriba, blanco fácil para un arquero y, por lo cual, Ciran estaba convirtiéndose en un problema.

Mientras los capitanes y Reiko asaltaban la fortaleza, Rain debía enfrentarse a Ciran. Katan se encontraba al lado del edeniano, cuyos hombres cubrían a los capitanes y atacaban a los arqueros edenianos. Sus ballesteros se protegían en las murallas y preparaban las catapultas para apuntar hacia las entradas de las murallas, como lo había pedido su general. El plan de Reiko estaba avanzando sin interrupción y pronto, con la ayuda de Rain, seria un exito. Sin embargo, la misión de Rain no era sencilla, pues el solo debía enfrentarse contra el Arco de Thanos y sus guerreros.

Rain enfundó dos cimitarras en su cintura, un par de espadas con una hoja curva. Sus sables eran grises, con una larga empuñadura para sujetarlas con sus dos manos y poco ornamentados, de origen edeniano. Katan le seguía el paso al edeniano con la mirada, sin perderlo de vista, pues su confianza en él aún era mínima. Esto a Rain le importaba poco, pues Reiko le había dado órdenes a sus capitanes de obedecerlo y eso, para él, era suficiente.

Cimitarras de Rain
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El cielo empezó a oscurecerse poco a poco, una tormenta se aproximaba, tapando el reluciente sol del amanecer y cubriendo a la fortaleza en su sombra y lluvia. Rain estaba en su elemento, lo cual le aseguraba aún más su victoria. El guerrero de color púrpura se acomodaba sus protecciones y camino hacia el extremo de la muralla, dejándose cubrir por la lluvia y dirigiendo la mirada hacia la torre de la fortaleza que estaba enfrente de él. Las flechas enemigas procedían de allí, ahora solo tenía que llegar ahí. Rain sabía que Ciran lo tenía en la mira, combatirla no será una tarea sencilla y menos con sus guardias presentes, sin embargo contaba con un plan.

– Ciran se encuentra al noroeste de la fortaleza, en los pasillos del último piso. – Katan era un guerrero deformado en su rostro por un antiguo combate y por ello su voz era ronca y áspera. Además de que nunca se removía su kabuto o se le ha visto sin él, lo que alimentaba rumores de que tal vez no podía. – Sus arqueros se encuentran dispersos en los tres pisos de abajo.

– Tratare de llevar a Ciran y sus guerreros a una zona abierta. – Rain le señalaba el lugar a Katan: un pasillo completamente abierto con algunos pilares que sostenían el techo. Un puente que conectaba dos estructuras separadas de la fortaleza – Tus hombres podrán aprovechar dicha oportunidad.

– Pensé que tú eras quien la eliminaría ¿ ahora requieres mi ayuda? – preguntó Katan, con tono de burla.

– Solo asegurate de no fallar – dijo Rain, sin responder a la pregunta de Katan. – No tendrás una segunda oportunidad. –

Katan empezaba a fastidiarse de recibir ordenes del edeniano, pero no podía desobedecerlo, por órdenes de Reiko y porque cada una de sus estrategias han sido un éxito. Ayudándoles a conquistar la capital aún más rápido que si sólo contaran con su general. Katan cumplio el pedido de Rain, ordenando a sus hombres que controlaran una balista hacia esa dirección y estuvieran atentos a los movimientos dentro de la torre.

Rain observó la tormenta que los estaba cubriendo, dejándose cubrir por el agua. Su cuerpo comenzó a volverse transparente y a licuificar, sus facciones y armadura desaparecieron volviéndose todo en una estatua de agua. En un abrir y cerrar de ojos la figura del edeniano se derrumbó en un charco de agua, desapareciendo de la muralla justo en el momento que una flecha se enterraba en el suelo donde este yacía de pie. Katan permaneció observando el suelo donde la flecha se había clavado y, con la mirada todavía en el suelo, ordenó a sus hombres que estuvieran pendientes del fuego enemigo. Katan volteo la mirada hacia la fortaleza, todavía disgustado de recibir órdenes de un edeniano, pero el espectáculo de un edeniano eliminando a los de su propia especie le resultaria entretenido.

Ciran se encontraba dirigiendo a sus tropas desde el último piso, caminando por los pasillos externos y los cadalsos de la fortaleza. Prefería mantenerse cerca de sus hombres, los cuales estaban esparcidos en tres niveles diferentes, y utilizaba los pequeños puentes que, aunque abiertos al fuego enemigo, conectaban las torres internas de la fortaleza. Ciran sabía que tenía el tiempo contado, debía darle un espacio suficiente a la Orden Sagrada de Argus y a las fuerzas de Zelot para conseguir lo que Tanya buscaba en la fortaleza. Ciran no tenía forma de contactarse con los seidianos, pero aun así intentaba entender la estrategia que su enemigo planeaba. Creía que fue muy fácil separar a los capitanes para emboscarlos. Sabía que las balistas que cargaban eran la clave ¿pero que intentaban hacer con ellas? ¿usarlas contra los seidianos? era ridículo e inútil, jamás podrían cargarlas y dispararlas a tiempo, sobretodo si están tan atrás de sus filas. Tambien temia de la presencia del traidor edeniano, pues él conocía muy bien a Ciran y todos los capitanes que sobrevivieron a la masacre en los páramos del outworld, justo al norte de la capital, que Shao Kahn y él protagonizaron.

– ¡Mi señora! – gritó uno de los soldados mientras corría hacia ella.

– ¿Qué sucede? – pregunto Ciran mientras daba una media vuelta.

– Nuestros arqueros lograron derribar al traidor Rain. –

Ciran no podía creer lo que sus oídos estaban escuchando. Sus ojos expresaban una sorpresa incontenible, como si rompiera a carcajadas en cualquier momento. Ciran le pidió que le explicara lo que había ocurrido, si vieron con sus propios ojos cómo su cuerpo yacía en el suelo, desangrándose. El soldado le dio el informe que temía, nada de eso había pasado, en cambio, Rain se había convertido en agua y desapareció. Sus ojos ahora expresaban una enorme preocupación y le ordenó a sus soldados que estuvieran alertas, pues un traidor se había infiltrado en la fortaleza.

– Busquen en lugares húmedos, cerca de las ventanas o donde el suelo está empapado – Ciran empezaba a reorganizar a sus tropas para asumir una posición de defensiva. – ¡No permitan a este traidor avanzar!

– Mi señora, es solo un hombre. – le dijo uno de sus soldados. Ciran se volteo a verlo inmediatamente, confundida y molesta.

– Estamos hablando del mejor guerrero que la Resistencia Edeniana tuvo. Muy por arriba del nivel de Zelot o Fara... –

Ciran tocó la armadura del soldado con su dedo índice múltiples veces mientras hablaba. Su rostro expresaba un odio interno intentando salir, sin embargo, fue interrumpida cuando una gota de agua aterrizó en su mano, seguida de varias más que golpearon su casco. Su odio desaparecio, convirtiéndose en… miedo. Ciran volteo hacia arriba y dio un paso hacia atrás, del techo se podía ver un charco de agua, el cual desafiaba la gravedad y se comportaba de forma extraña. El extraño líquido incoloro cayó al suelo, explotando y formando la figura de un hombre con dos cimitarras en sus manos. Rain pateó a Ciran, empujándola contra dos de sus caballeros, mientras con sus cimitarras degollaba a los soldados que se encontraban cerca. Uno de los paladinos reaccionó a tiempo, esquivando sus ataque y contraatacando, sin embargo Rain evadio su ataque inclinándose y con su mano derecha expulsó un torrente de agua a presión. El Paladino fue arrojado por el torrente, rompiendo el cadalso de madera y cayendo desde el último piso de la fortaleza hacía su muerte. El resto de los soldados detuvieron su ataque a las tropas y desenfundaron sus espadas, sin embargo Rain volvió a desaparecer bajo el mismo charco de agua, apareciendo detrás de Ciran y sus caballeros. Ciran entró en combate cercano, lanzando patada tras patada, dos de los caballeros desenfundaron sus armas y la acompañaron, por lo que Rain tuvo que retroceder.

Rain adoptó una postura de defensa, manteniendo su posición a unos cinco metros de distancia de Ciran y el resto de sus soldados. Ciran le ordenó a sus soldados que mantengan su posición, atacando a las tropas del ejército imperial. Cinco caballeros acompañaron a Ciran hombro con hombro, listos para enfrentarse al renombrado traidor de la resistencia.

– Tan vanidoso como siempre Rain. – dijo Ciran mientras alcanzaba un extraño y largo sable curvo de su cintura, él cual relucía con un místico y oscuro color azul . – Jamas vas a cambiar.

– Conozco bien mi lugar en este mundo Ciran. Tú vives confundida, intentando encontrar tu propósito en esta vida. Por eso no paras de cambiar.

Ciran ordenó a sus cinco caballeros que atacaran al mismo tiempo que ella, sin confiarse de su enemigo. Rain retrocedía mientras se defendía los ataques de los cinco caballeros y de Ciran, lo cual lo hacía sin mucho problema. Sin embargo, Ciran sabía que pronto sería demasiado, incluso para él, por lo que retrocedió unos pasos, sin dejar de poner presión para dar el golpe final cuando su defensa se rompiera.

Los caballeros lograron abrir la defensa de Rain, justo como Ciran lo había planeado. Al ver que estaba indefenso por unos segundos contra uno de sus ataque, Ciran se abalanzó entre sus caballeros para dar un golpe mortífero y acabar con el traidor. Su sable empezó a brillar con una gran intensidad, dejando una trama brillante a su paso. Rain sabía que si no detenía ese ataque sería su fin, y para ello soltó sus dos cimitarras. Ciran vio como este se dejaba completamente abierto a su ataque, pero ignoro lo que su instinto le decía, pues su odio por el traidor era incontenible ahora. Mientras los sables caían y Ciran corría para clavar su sable en el pecho de Raín, este utilizó sus poderes de hidromancia, formando dos largas cuchillas en sus manos. Rain dio un giro en su propio eje, agachando y extendiendo las cuchillas en un radio de dos metros. Ciran sintió un doloroso corte en su estómago, desviando su ataque. Rain paro por completo el ataque de Ciran con sus dos cimitarras de forma perpendicular al sable de la guerrera, pues este las había atrapado en el aire, antes de que tocaran el suelo, al momento de agacharse. Ciran, enfadada, colocó su sable entre las dos cimitarras de Rain, rompiendo su débil defensa, y acercó una fuerte patada hacia atrás en el cráneo del traidor.

Rain se abalanzó contra ella, sujetando los brazos de Ciran mientras esquivaba sus ataques haciéndose a un lado. Ciran no podía mover sus brazos y sus caballeros no podían atacar pues Rain la estaba usando como un escudo, ella intentó zafarse, colocando sus piernas entre las de Rain para poder tumbarlo. Rain sabía lo que hacía, era simple juego de piernas y de ser un combate pasó a ser una danza. Durante el combate cercano, Ciran logró tener la venta, defendiéndose de los ataques de Rain con un giro de 360 grados y acertar dos golpes y una patada, alejandolo de ella a unos cuantos pasos.
– Siempre fuiste una elegante bailarina. – dijo Rain mientras recuperaba su postura después de los golpes de Ciran. – Pero yo siempre fui el mejor guerrero.

– Ya no más. – dijo Ciran – Hoy tu pagas por tus pecados contra Edenia.

– No lo creo, después de todo… estas sola.

Ciran volteo a su alrededor, no se había percatado de lo que había pasado hace unos momentos. Los cuerpos de sus cinco caballeros habían sido cortados a la mitad por Rain. Ciran, asustada, llevo su mano izquierda a su estómago y noto como su armadura había sido cortada en el estómago, alcanzando su piel, la cual estaba sangrando. La adrenalina de la batalla le ayudó a no sentir mucho dolor. Su armadura la había protegido hasta cierto punto, pero la de sus caballeros no era tan refinada y las cuchillas de Rain lograron traspasarlas con facilidad. Ciran volteo a ver a Rain, enfurecida y con una herida que no paraba de sangrar. Ciran sujeto con fuerza su sable, dispuesta a vengar la muerte de sus camaradas que habían caído hoy y hace ya varios años.

Los guerreros de Ciran corrieron a su rescate, mientras los dos continuaban combatiendo en uno de los puentes que conectan las torres de la fortaleza. La tormenta había aumentado su fuerza, ahora fuertes vientos golpeaban a la ciudad mientras la imparable lluvia y rayos cubrían el cielo y empapaban la armadura de Ciran.

– Debiste escapar cuando tuviste la oportunidad. – le dijo Rain a Ciran mientras sus sables chocaban uno contra otro.

– Yo no abandono a aquellos con los que tengo un deber. – respondió Ciran, intentando suprimir el dolor de su profunda herida.

Ciran probaba que podría mantenerse a la raya de Rain, pero su respiración empezaba a cortarse y sus movimientos eran cada vez más predecibles. Rain tomó ventaja de esto logrando romper su defensa y clavando una de sus cimitarras en el hombro de Ciran, obligandola a tirar su sable en el suelo y gritar de dolor.

– ¡El único deber que tienes es contigo mismo y nadie más!

Rain retiró su cimitarra del hombro de Ciran para defenderse de los ataque de sus guerreros, cinco de ellos habían avanzado para rescatarla y más se aproximaban. Rain probó ser un hábil guerrero una vez más, derribando a cada uno de ellos. Los edenianos aún así eran mayores en número y mientras tres de ellos lo atacaban, dos más intentaban sacar a Ciran de ahí.

– No escaparas esta vez Ciran. – dijo Rain en voz alta.

Usando sus poderes de hidromancia, Rain formó un enorme tentáculo de agua el cual abrió el camino entre los guerreros edenianos y atrapó a Ciran, inmovilizandola. Ciran no podía hacer nada, pero en ese instante entendió la estrategia de Rain en ese preciso instante. Katan ordenó que dispararan una balista la cual apuntaba directamente a donde Rain y Ciran se encontraban. El enorme proyectil impactó en el puente, debajo de donde estaba Ciran, destruyendolo y empujando a Rain hacia atrás. Los escombros cayeron al precipicio, junto con los guerreros edenianos que se encontraban ahí y a Ciran. La fuerza del impacto destruyó el puente, formando una nube de polvo y escombros.

Ciran había muerto y con ello, la moral de sus guerreros y arqueros. Katan dio la señal a Reiko de que la ofensiva de la fortaleza había caído y el camino estaba abierto para ellos. Reiko ordenó a sus capitanes que iniciaran su ataque: desde la muralla y dentro de ella, los cinco capitanes dispararon sus balistas y las catapultas, impactando hacia las puertas y paredes de las entradas de la fortaleza. Los enormes proyectiles de madera y metal impactaron con tal fuerza, que derribaron las puertas de entrada y la estructura de piedra encima de los guerreros seidianos. Las fuerzas del imperio escalaron los escombros, descendiendo para entrar en combate cercano contra la guardia seidiana. Eygel, Ragnarok, Aegis y Fume avanzaron,, chocando sus fuerzas imperiales contra las del orden, sus armas de alta tecnología probaban ser inútiles en un combate cercano. Reiko y su Legión del Cráneo encabezaron el ataque frontal, obligando a las fuerzas seidianas a retirarse y adentrándose cada vez más en la fortaleza. Su plan fue un éxito, usando las catapultas y balistas lograron romper las filas de la guardia seidiana, formando una defensa para ellos al igual que acortar la distancia entre ellos para el combate cercano. Pronto la fortaleza caería en sus manos.
Última edición por Hares el Lun, 18 Jul 2016, 18:29, editado 1 vez en total.
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Re: MKX: Una nueva historia.

Mensaje por Hares » Dom, 17 Jul 2016, 08:18

Buen día amigos! Aquí les traigo la segunda y ultima parte del CAPITULO 10 y el ultimo capitulo de Outworld, por ahora. Como bien lo he dicho muchas veces, después de esto viajamos al Earthrealm para ver mas de Sonya, Kenshi, Raiden y otros favoritos. ¿Qué paso con Kano y el black dragon después de la muerte de Shao Kahn? ¿como ascendió Sektor a ser el gran maestro del Lin Kuey? ¿Como las fuerzas especiales combaten contra estos feroces enemigos? ¿que paso con Johnny? Todo esto lo intentare responder en los siguientes capítulos, por ahora disfruten de la conclusión de esta primera parte del Fic, despidiéndonos por ahora de Tanya, Mileena y Reiko.

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CAPITULO 10: La ultima defensa, parte 2

– La situación actual no nos favorece mi señora, estamos en un estado crítico. – decía uno de los caballeros de Faran hacía Tanya. – Las fuerzas del Outworld han entrado a la fortaleza. Veltaz y la guardia seidiana se ha retirado, la Capitana Ciran fue perdida durante el combate y se cree que ha muerto al igual que el Capitán Ren.

– Mi señora, tenemos que retirarnos de inmediato. – sugirió otro de los caballeros, bañado de sangre y con partes de su armadura dañadas. – Zelot y Alken ya han regresado con los pergaminos, libros y artefactos que usted había solicitado. Tenemos que irnos ¡antes de que sea demasiado tarde!

Faran, que se encontraba de pie al lado derecho de Tanya, la volteo a ver mientras permanecía con los brazos cruzados detrás de su espalda. Sin decir ni una palabra los dos entraron en sintonía y podían comprender cómo la situación se les escapó terriblemente de las manos. Tanya se puso de pie y avanzó hacia sus caballeros.

– Dígame, caballero ¿es cierto que las hordas tarkatas se infiltraron primero antes de Reiko y su ejercito imperial? – preguntó Tanya al caballero ensangrentado.

– Así es mi señora. – respondió el caballero, jadeando del cansancio de la batalla.

– ¿Y su informe decía que venían acompañados por una extraña mujer? – el caballero asintió con la cabeza, intentando recuperar y controlar su respiración. – Faran ¿puedo pedirte un favor?

– Ordene usted, mi señora – respondió Faran, dando un paso al frente.

– Hagan sonar la corneta de retirada, todos deben ir al puerto del este para irnos al sur. Más allá de las Montañas de Lei Chen. –

– Con todo respeto mi señora. – dijo el caballero ensangrentado. – ¿Qué hará usted? – Tanya ignoró la pregunta del caballero y volteo a ver a Faran para hablarle.

– Necesito que detengas a Reiko Faran. Enfrentalo, matale si puedes, pero no cometas ninguna estupidez. – Tanya hablaba con seguridad y firmeza, pero se podía notar, aunque casi imperceptible, que no le gustaba perder – Necesito que regreses vivo.

– Si, mi señora. – el general Faran dio una genuflexión antes de retirarse. – ¡Paladinos, siganme! Todos los demás, retirense de inmediato.

Tanya volvió a quedar sola en el Trono, tanto tiempo había pasado ahí que ya había vaciado dos botellas de vino proveniente de las islas de Mirrah de Edenia. Aunque realmente, pocas veces lo está en el trono. Tanya siempre odio el vino y alcohol que producían en Outworld, pues para ella era crudo y rancio, ausente de la delicadeza y tacto de las viñas edenianas. Tanya extrañaba muchas cosas de su tierra, pero más que nada extrañaba la biblioteca de Aljedaran, ubicada en el desierto de Carthus, y su capital: Jugo. Tanya recordaba perderse entre la gran cantidad de conocimientos que dicha biblioteca almacenaba y desde que su tierra fue conquistada por el emperador, ella siempre ha querido retomar los documentos que se robaron. Tanya camino hacia la mesa que contenía los bocadillos y la bebida, sin embargo, retiró su mano al ver que todo se había acabado.

– Juraba que todavía quedaba un bocadillo… – dijo Tanya en voz baja.

La edeniana de tez negra voltio hacia arriba, observando los pilares y rodeando el salón con la vista. Tanya sonrió.

– Estoy impresionada… ni siquiera note tu presencia.

Tanya volteo la mirada hacia uno de los pilares de la derecha y pudo notar un pequeño brillo de dos esferas amarillas. Poco a poco se empezó a formar la figura de una extraña criatura bípeda, la cual tenía más extremidades que la de cualquier humano, edeniano o otuworlder.

– Puedes despreocuparte, no me gusta mucho el pescado del golfo este de todas maneras.

La extraña criatura se soltó del pilar, aterrizando en el suelo. La criatura empezó a caminar en dirección a la edeniana, revelando su auténtica forma por completo. Un humanoide con un exoesqueleto de color blanco, con varios aros azules y músculos rojos. Su cabeza contaba con un estilo de piel transparente que dejaba a la vista su cráneo y su mandíbula. En su nuca, hombros y espalda sobresalian varios tentáculos, de diferentes tamaños que se movían por su propia cuenta, con ventosas pejagosas similares a la de un pulpo.

– ¿Tienes lo que te pedi? –

Le pregunto Tanya a la extraña criatura. Esta no respondió y en cambio, con uno de sus tentáculos, le entregó el libro con la cubierta oscura que se encontraba en el estudio secreto de los archivos. Tanya volvio a sonreir y abrió el libro, ojeando su contenido.

– I’sh da ilt? – las extrañas palabras provenían de la criatura, un idioma extraño jamás antes escuchado.
– Si, eso es todo. – dijo Tanya, la cual continuaba observando el libro sin molestarse por ver a la criatura a los ojos. – Aunque… – Tanya se detuvo, cerrando el libro y dejándolo encima del trono. – Si esperas un poco a mi lado, puede que te interese lo que verás.

– Wat-daja nam? – las palabras eran producidas por la criatura, sin embargo, esta no movía su mandíbula para pronunciarlas.

– Un zaterrano se encuentra junto con la supuesta heredera al trono… la hija de Shao Kahn.

La criatura hizo un extraño sonido, similar a un burbujeo, pero no dijo nada. Aun así, Tanya parecía entender que había captado la atención de la criatura y procedió a darle más información si, y sólo si, permanecía a su lado. La criatura aceptó para luego volver a desaparecer y camuflajearse con el ambiente.
► Show Spoiler
Baraka y sus guerreros tarkatan ya habían llegado a los pasillos superiores de la fortaleza sin encontrar mucha resistencia alguna. Sus hombres ya habían limpiado la Armería, la Fundidora y los calabozos. Ahora, junto con su emperatriz y el zaterrano, los tres marchan hacía el Salón del Trono de forma ininterrumpida.

– El camino está despejado… y demasiado silencioso. – remarco Mileena, sospechando de la falta de guardias protegiendo el camino al trono.

– Los edenianos han hecho sonar su corneta de retirada. Los cobardes edenianos seguramente ya han abandonado la fortaleza. – Baraka rugía mientras pronunciaba sus palabras, pues su sed de sangre aún no se veía saciada.

– En ese caso el ejército imperial no tardará en tomar la fortaleza. – replicó Reptile, quien se encontraba a la izquierda de Mileena.

– No podemos esperar a que Reiko y sus patéticos soldaditos logren penetrar las defensas edenianas. – respondió Baraka a Reptile, claramente hambriento de más batalla. – Los líderes de la resistencia puede que todavía sigan cerca, debemos aprovechar la oportunidad y eliminarlos.

– Nuestro querido Señor de la Guerra tiene razón Reptile. – Mileena entendía las ansias de batalla de sus guerreros tarkata, pero también sabía que Baraka tampoco era una criatura sin raciocinio, sino que todas sus acciones tienen un porqué. – No permitiré que esas sabandijas edenianas se escapen. –

Los tres guerreros avanzaron hacia el Salón del trono por los largos y anchos pasillos de la fortaleza y, atrás de ellos, varios guerreros tarkatan los seguían. Mientras tanto Faran salía del trono con 12 guerreros paladinos a su espalda. Faran iba equipado con una armadura especial, al igual que las de Kana y Ciran, su armadura de paladin había sido bendecido durante las épocas doradas de Edenia. Y, al igual que la mayoría de sus compatriotas, estaba armado con una espada larga de doble mano, capaz de cortar y penetrar armaduras. Un arma especial para lidiar contra las tropas de la Legión del Cráneo.

Fume, Katan y Aegis permanecieron en los alrededores de la fortaleza, asegurando el perímetro y tratando de regresar todas sus cosas a su lugar mientras Eygel, Ragnarok y Reiko se adentraban en la fortaleza para realizar una limpieza absoluta. Reiko iba acompañado de sus dos capitanes y la Legión en dirección a la torre sur, la cual cuenta con una escalera en espiral que rodea la inmensa torre. La enorme escalera de caracol da acceso a todos los salones, pasillos y pisos de la fortaleza, desde el primer piso hasta el último, donde se encuentra el trono del Kahn y el puente para acceder a los archivos. Era el camino más corto para llegar al trono, pero también el más protegido. Reiko esperaba un último intento desesperado de la resistencia por mantenerlos alejados de su líder.

Reiko y sus hombres empezaron a subir las enormes escaleras las cuales parecían no tener un fin, la torre contaba con grandes vitrales, y enormes candelabros que iluminaban la fortaleza con una hoguera dentro de ellas. La legión del cráneo continuó avanzando junto con su general a un paso rápido, Eygel se había quedado unos pisos abajo para asegurar el resto de los pasillos de la fortaleza y buscar a las hordas tarkatas y a su emperatriz mientras Ragnarok todavía acompañaba a su general.

– Manténgase cerca. – ordenó el general mientras continuaban subiendo la interminable torre. Su voz hizo eco por toda la torre, escuchandose por todos los niveles. – La victoria todavía no es nuestra.

– Esa será la primera vez en la que estemos de acuerdo con algo… y tambien la ultima, Reiko.

La voz de Faran se alcanzaba a escuchar en la cima de la torre. Reiko la reconoció de inmediato y ordenó a sus hombres aumentar su velocidad. En ese momento, lo que Reiko previo que pasaría, se había vuelto una realidad; Faran activo los porticullis, enormes puertas enrejadas de madera que colapsaban desde arriba para cortar el avance de las tropas invasoras. Reiko y sus hombres empezaron a correr, intentando subir tantos niveles como pudieran antes de que las puertas les cayeran encima; sin embargo, no pudieron llegar a la sima. Reiko quedó atrapado entre dos de las puertas enrejadas junto con Ragnarok y diez de sus soldados de la Legión.

– Nos han cortado el paso. – remarco Ragnarok.

– No, nos han separado del resto. – dijo Reiko, mientras las puertas que se encontraban enfrente de ellos empezaban a alzarse, dejandoles un camino libre.

Mientras los porticollis se iban alzando, Faran y sus doce paladinos iban descendiendo el enorme espiral de escaleras. Faran y sus hombres llegaron a estar frente a frente con el grupo de Reiko, con solo una puerta de madera separando los unos de los otros.

– Comandante de la Legión del Kahn, Tercer General del Ejército Imperial de Outworld y el último en quedar en pie. ¿Cómo olvidar nuestro último encuentro… Reiko? –

– Si mal no recuerdo, fue en los Páramos. Justo al norte. – respondió Reiko, acercándose a la puerta.

– Tu y tu Kahn lucharon durante años por los territorios del Norte, tanto que terminaron perdiendo lo que todavía controlaban en esa zona. – la voz de Faran retumbaba bajo su propio helmo, se podía notar un ligero sabor sarcástico en ella. – Thanos estaba tan cerca de tomar la fortaleza en sus manos.

– Thanos cayó muerto bajo las manos de uno de los suyos. – respondió Ragnarok, burlándose del edeniano. – Ustedes edenianos presumen mucho de su lealtad e ideales, cuando en realidad no son muy diferentes a lo que nos juzgan a nosotros de ser.

– Ragnarok ¿o me equivoco? – pregunto Faran, volteando a ver al capitán. – Tienes razón… supongo que estar tanto tiempo en Outworld nos ha afectado. Su aire nos ha contaminado.– Faran exageraba sus expresiones corporales mientras hablaba, alzando los brazos al aire y caminando de izquierda a derecha. – Este reino es como una enfermedad, un virus que no para de propagarse por los confines del universo.

– Escuche que tienes una nueva líder. – le interrumpió Reiko. – Tanya.

– La mismísima hija de Thanos, posee la misma sabiduría que él… con la diferencia que ella tiene la perspectiva y coraje que le hacía falta a su padre.

– Así debe de ser si logro levantar a la Resistencia de los escombros. Debo admitir… los edenianos son unas alimañas difíciles de exterminar. – Faran intentó decir algo, pero Reiko continuó hablando, callandolo en el proceso. – Parece que todavía no lo has entendido Faran, ustedes han perdido… Edenia no puede ganar en un juego en el cual perdieron hace milenios.

– Siempre tan orgulloso. – Faran dio unos pasos atrás, ordenando a sus paladinos que también lo hicieran. – Ya veo porque te relacionas tan bien con Rain.

– Sus habilidades fueron mejor aprovechadas bajo el cuidado de Shao Kahn. – respondió Reiko, sujetando el mango de su Claymore y el de su escudo.

– Kahn que ya no existe – dijo Faran. Reiko no podía verlo, pero sabía que el edeniano estaba sonriendo debajo de ese casco. – Outworld será un caos sin una figura que imponga temor. ¿Crees que esta “nueva” kahnum sea igual que su “padre”? ¿Realmente es su hija?

– Ella será mejor que su padre bajo mi tutela, pero no es de ella… quien debes preocuparte por el momento. – respondió Reiko, con una pequeña mueca en su boca.

El portcullis que los separaba empezaba a alzarse y abrirse, los paladinos y la legión desenfundaron sus espadas, sables y otras armas para entrar en combate. Reiko y Faran cocharon armas en el momento que pudieron atacar, junto con sus hombres detrás de ellos. Reiko usaba su claymore con una mano, una espada diseñada para ser usada con dos, mientras con la otra usaba el pequeño escudo redondo para defenderse de los ataques de Faran. Ragnarok combatía contra dos de los paladinos, atacandolos y defendiéndose con su pareja de katanas. El capitán de outworld y la legión lograban igualarse al nivel de los paladinos, los cuales antes habían mostrado ser demasiado incluso para un guerrero como Fume.
– ¡Tu Kahnum caerá antes de poder alzarse! – grito Faran mientras degollaba a uno de los soldados de la Legión y soltaba una estocada contra el escudo de Reiko. – ¡Y tú te unirás a Wyn y Gram en el Inframundo!

Reiko logró reflejar el ataque del general edeniano y conseguir una apertura para atacar, su claymore fue parada por el espadón de Faran, el cual uso la guardia de su espada para desarmar al general de outworld. Dejándole solo su escudo.

– Outworld por fin caerá, este día… o el que le sigue.

Faran dio una oleada de ataques con movimientos circulares, todos esquivados o reflejados por el escudo parma de Reiko. La resistencia del general edeniano era más de la que Faran podía superar, y Reiko lo sabía muy bien. Faran levantó su guardia, listo para realizar un corte vertical que lograría romper la defensa de Reiko, pero este último se abalanzó contra él, empujándolo con el escudo. Reiko entonces dio una voltereta hacia atrás, pateando a Faran en la cara y sacando a volar su casco hacia el fondo de la torre. Faran dejo su defensa completamente abierta, permitiéndole al general de la Legión lanzar una oleada de shurikens contra el general edeniano. Las shurikens se clavaron en el peto, pero las mayoría acertaron en los espacios descubiertos de su armadura, penetrando su piel. Faran no cayó, tampoco mostró gota alguna de dolor, el general edeniano sólo sujetó con fuerza su espada y avanzó hacia Reiko, determinado a eliminarlo por completo. Reiko colgó su escudo en su espalda para sujetar su claymore con sus dos manos, la cual se encontraba en el suelo, sin embargo Faran conjuro unas palabras y con su mano empujó a Reiko contra la pared y el enorme vitral.

Ragnarok continuaba luchando contra los paladinos, cuyos números entre ellos y la Legión parecían ser siempre los mismos. Cada vez que un paladino caía muerto, uno de los guerreros de la Legión perecía de igual modo. Sin embargo Ragnarok probó ser la pieza necesaria para dominar la batalla, pues él solo podía contener dos o tres paladinos por unos instantes. Ragnarok era versátil con sus katanas, logrando atacar y defenderse al mismo tiempo. Dos paladinos se encontraban constantemente atacandolo en todo momento, sin embargo, cuando uno de los paladinos realizó un corte demasiado largo, Ragnarok pudo desviarlo para que este golpeara al segundo paladino, logrando así abrir la defensa de los dos. Ragnarok degolló a uno de los paladino con sus katanas y con una fuerte patada, expulsó al otro de las escaleras, cayendo al vacío y clavandose en uno de los enormes candelabros de la torre. El candelabro no soportó el golpe y la cadena se fracturó, cayendo hacia las escaleras de abajo y derribando algunas de las puertas enrejadas, permitiéndole al ejército imperial avanzar.

Faran enfocó su atención en Ragnarok, atacandolo constantemente. Ragnarok usaba sus sables para detener los ataques de Faran. Sin embargo sus katanas no podian superar el metal de su armadura. Faran recibió varios ataques veloces departe de Ragnarok, pero salia ileso de cada uno de ellos. Ragnarok entonces dio un salto con los brazos cruzados y las rodillas dobladas, realizando un corte horizontal en el aire para decapitar al General edeniano, sin embargo Faran conjuro unas palabras, creando un escudo mágico a su alrededor. El corte de Ragnarok chocó contra el escudo psíquico de Faran, repeliendo el ataque y empujado al capitán hacia atrás. Ragnarok cayó al suelo, incapaz de detener el corte diagonal de Faran, el cual cortó el cuerpo del capitán en dos, del hombro derecho hasta la cadera. Reiko se levantó, viendo caer el cuerpo de su capitán. Faran se dio media vuelta, con un intenso odio en su rostro por el General del Imperio.

– Tal vez hayamos perdido esta batalla, pero tú no vivirás para pelear la siguiente.

– Siempre creí que tú pertenecias aquí Faran – dijo Reiko mientras se apoyaba en su espada para ponerse de pie. – Tu brutalidad, Outworld te ha hecho cambiar.

– Un cambio necesario para sobrevivir en un ambiente tan hostil como este.

Reiko se levantó a una gran velocidad, tacleando a Faran con su hombro. Faran recibió el ataque de Reiko, oponiéndose a su fuerza y deteniendolo. Reiko y Faran dieron un paso atrás, chocando sus espadas mientras lo hacían. Reiko se movía de forma más fluida al sujetar con sus dos manos, logrando dominar al general edeniano.

Faran no tuvo de otra que retirarse, cerrando la puerta de madera delante de el General de Outworld. De sus paladinos solo quedaban ocho, mientras solo quedaba Reiko y seis miembros de la Legión, sin embargo, más guerreros de outworld se unirían si lograban derribar las barreras. Faran tenía tiempo de sobra, pero en su interior le bullia su sangre por querer ver muerto a su más grande enemigo. Tal vez no tenga una oportunidad como esta nunca en la vida, y si llega a morir… que así sea.

– Es como un juego de ajedrez – dijo Faran, recuperando el aliento. – A veces debes retroceder…

– Antes de avanzar. – Respondió Reiko.

Baraka y sus guerreros tarkatan se encontraban al pie de la puerta del trono, esperando a su kahnum para poder acceder a ella. Mileena sabía que había algo terriblemente sospechoso con que no hubiera ni un solo guardia en la puerta, para Baraka esto significaba que los edenianos ya habían abandonado la Fortaleza hace tiempo. Sin embargo, Mileena sentía que alguien la estaba esperando ahí dentro. Los tarkatans abrieron la puerta, empujándola. El primero en entrar fue Baraka, dando largos pasos y mirando hacia el frente. El líder tarkano se asqueo se enfureció al presenciar a la mujer de tez negra sentada en el trono del Kahn. Baraka soltó un fuerte rugido mientras mostraba sus afiladas guadañas, sus guerreros rápidamente se colocaron a su lado, imitandolo.

– ¿Te atreves a ofender el trono de Outworld Edeniana? – grito Baraka a Tanya, obviamente enfurecido. – ¡Te arrancaré el corazón!

– No planeo dirigirle la palabra a un lacayo de Outworld. – contestó Tanya desde el otro lado del salón, ignorando las amenazas del tarkano. – Y mucho menos a un mutante repugnante como tú. Es con tu líder con quien quiero hablar.

– ¡Atrapenla! – ordenó Baraka, su saliva salpicaba de su enorme dentadura mientras hablaba. – La quiero con vida. – Los tarkanos avanzaron hacia la edeniana, la cual no se inmuto ante su avance. Sin embargo, todos ellos se detuvieron bajo la orden de Mileena.

– ¡En el nombre de su Kahnum, les ordenó que se detengan! – Mileena dio varios pasos hacia adelante mientras hablaba, molesta de que Baraka atacará sin su permiso. Tanya volteo a ver a la joven mujer que se encontraba delante de ella, equipada con armadura de la más alta calidad y cuya presencia sola llenaba el ambiente de arrogancia.

– Vaya… al menos sabes controlar a tus bestias. –

Tanya se puso de pie para observar de mejor forma la “nueva Kahnum” de Outworld. Sin embargo, Tanya se petrifico al ver los ojos de la mujer que se encontraba delante de ella. Se repetía a si misma “no puede ser, no puede ser”, la apatica líder de la Resistencia Edeniana se mostraba ahora completamente consternada. Su confianza parecía irse desvaneciendo con el tiempo, creía que su mente le estaba jugando una mala broma. Su lógica le decía que la mujer que estaba delante de ella debía estar muerta, sin embargo no podía negar el hecho de que tampoco era la misma persona que ella creía que veía.

– ¿Quien eres tu? – preguntó Tanya, con un breve pero notorio espacio entre cada palabra.

– ¿Yo? – pregunto Mileena sarcástica y con un tono exagerado. – ¡Yo soy la hija de Shao Kahn! y por ende la legítima heredera al trono – su voz rápidamente se tornó agresiva. – Trono, que tú estás ensuciando.

– ...Kitana.. – pronunció Tanya en voz baja y con la mirada al suelo. – ¿Cual es tu nombre impostora? – Tanya sabía que Kitana estaba muerta y que los ojos de la persona delante de ella no pertencian a edenia, sino a Outworld.

– Soy Mileena – la kahnum pronunciaba estas palabras mientras avanzaba con los brazos alzados y sus sais en sus manos. – Será mejor que no lo olvides ¡pues seré yo quien te arranque la cabeza!

Mileena corrió hacia Tanya con desesperación y sin detenerse, Tanya se impresionó de la poca paciencia de la nueva Kahnum y como ella decidió atacar antes de enviar a sus súbditos. A diferencia de su padre, Mileena prefería estar en el frente de batalla. Tanya no se movió de su lugar, en cambio sonrió y extendió un poco los brazos, dando a entender que Mileena tenía su permiso para atacar. “ ¡Imprudente!” – grito Tanya a Mileena y de los pilares se vio un destello brillante, Alken se encontraba pegado a las paredes y de su cintura desenfundo cinco cuchillos, impregnados en alguna clase de aceite o veneno. Alken saltaba de pilar en pilar, lanzando cuchillos a Mileena, la cual los esquivaba con gran elegancia y velocidad. Mileena estaba decidida en cortarle la cabeza a Tanya y nada la detendría.

Alken se puso entre Tanya y Mileena, protegiendo a su líder. Su larga capa escondía debajo de ella un innumerable cantidad de armas pequeñas y escurridizas: cuchillos y garras, entre otras cosas. Alken tomó dos cuchillos en sus manos y se los lanzó a Mileena, la cual desapareció en un destello de color rosa, esquivando su ataque, y apareció sobre Tanya. Desde arriba, Mileena dio una patada, la cual Tanya logró esquivar dando una marometa. Alken giro 180 grados y equipo dos guantes con tres largas garras, sin embargo Baraka y Reptile habían avanzado junto con sus guerreros tarkata. Alken soltó un fuerte silbido, señalándole a su grupo de asesinos que atacaran. Reptile y Baraka se enfrentaron contra Alken mientras Mileena combatía contra Tanya, la cual había equipado sus kobo jutsu para contrarrestar las sais de la emperadora.

Alken fue fácilmente derrotado por el zaterrano y el líder tarkano, Baraka estaba a punto de dar el ataque final cuando repentinamente se detuvo, llevando sus manos hacia su garganta. Reptile pudo ver como algo estaba ahorcando al tarkano y como este “tentáculo” lo elevaba por el aire lanzaba hacia el otro extremo. Alken se puso de pie, separándose del zaterrano y la criatura invisible.

– Syzoth – la criatura invisible pronunció el nombre zaterrano de Reptile, su verdadero nombre, mientras se mostraba a él.

– Chameleon – dijo Reptile mientras se defendía del chorro de acido, negro como tinta, que la criatura había escupido. – Pensé que habías muerto.

Los dos zaterranos entraron en combate, apareciendo y desapareciendo durante el transcurso de esta. Alken aprovechó que el general tarkano estuviera en el suelo para atacarlo, sin embargo, este nunca perdió el conocimiento, logrando defenderse de los ataques de sus enemigos y contraatacando con sus largas cuchillas. Tanya y Mileena continuaban combatiendo, con sus armas deteniendo los ataques del enemigo y respondiendo a ellos con una furia de golpes y patadas. Las kobo jutsu de Tanya le daba una gran libertad de ataque, con la cuchilla podía en una distancia muy corta, mientras con la parte trasera de la “tonfa edeniana” podía golpear y punzar. Mileena y sus sais le permitian atacar con gran furia y rapidez, al igual que detener y parar los ataques de tanya con las guardias en forma de horca.

– Tu no eres Kitana. – mencionó Tanya mientras atacaba a Mileena. – Solo alguien posando ser ella.

– ¿Ustedes son lentos de entender verdad? – grito Mileena, dándole una patada en la boca del estómago. Tanya se llevó su mano se inclinó un poco, la patada le había afectado. – ¡Kitana esta muerta! ...Solo quedo yo ahora.

Tanya dio una marometa para atrás, esquivando los ataques de su oponente. Mileena lanzó sus dos sais contra Tanya, quien los esquivó con dos piruetas hacia atrás. Cuando Tanya aterrizó en el suelo, Mileena ya se encontraba en el aire, con una de sus sais apunto de impactar a la edeniana. Tanya se defendió con sus dos Kobo jutsu, deteniendo el ataque, sin embargo Mileena asestó un fuerte rodillazo en la mandíbula, lanzandola al aire por la fuerza del impacto. La emperatriz lanzó su sai en el aire, hubiera matado a Tanya si esta no se hubiera teletransportado al suelo, dejando una trama de fuego detrás de ella. Mileena equipo otro sai en sus manos, esperando el ataque de Tanya. La edeniana, sujetando sus armas con fuerza, se volvió a teletransportar, delante de Mileena y cortando horizontalmente su estómago, para después clavar sus dos kobo jutsu en el pecho de la emperatriz y patearla en la cara, tumbandola al suelo.

– Pronto no quedará nada, ni siquiera tú, del imperio de tu padre. – Tanya bajo la guardia, viendo que Mileena yacía en el suelo con sus Kobo jutsus clavados en el torso. – Si realmente eres la “hija” de Shao Kahn. –

– Pensaría que alguien con tu nivel – contesto Mileena mientras se levantaba y tiraba los kobo jutsu al suelo, ilesa. – Sabría de cuando Shao Kahn me acepto como su legítima hija.

– Shao Kahn no tiene una hija, no biológica al menos. – Tanya continuaba con la guardia baja, caminando hacía MIleena, con su piel llenándose de marcas de fuego. – Kitana fue secuestrada por él, llenando su cabeza de mentiras. Tú, en cambio, apareciste de la nada. –

Los tatuajes de Tanya se mostraban relucientes y calentando el aire a su alrededor. Sus ojos, se habían vuelto blancos, cambiando su aspecto tranquilo a la de una furia. Un fuego interior ardía con fuerza y llamas desprendian de la palma de su mano.

– Tengo al ejército imperial bajo mi orden y las hordas tarkatas responden ante mis instrucciones. – Mileena guardó sus sais en su espalda y asumió una posición de defensa con sus largas uñas como arma. – No necesito la aprobación de una vulgar edeniana que no sabe cuando debe inclinarse y besar las botas de quién es su emperatriz.

– He hecho eso durante mucho tiempo. – respondió Tanya, con una fuerte voz. – Nunca más.

Tanya lanzó dos esferas de fuego al aire, formando un arco y explotando al tocar el suelo, Mileena había esquivado sus ataque con elegancia y velocidad, teletransportandose detrás de Tanya con una patada, sin embargo, esta escapo dejando la misma trama de fuego delante de ella. Mientras ellas dos combatían, las guadañas de Baraka chocaban con las cuchillas triples de Alken, produciendo destellos cada vez que entraban en contacto. Alken intentaba ganar terreno, saltando en el aire y dando pasos atrás para lanzar dos, tres o incluso cuatro cuchillos de su misma mano, Baraka simplemente los esquivaba o usaba sus guadañas para reflejarlos y protegerse. Reptile combatía contra la extraña criatura que llevaba por nombre chameleon, el cual usaba sus tentáculos con gran destreza, sea como un látigo o para atrapar al zaterrano con rápidos y bruscos movimientos de su cuerpo. Los dos combatían camuflajeandose en el ambiente, para que sus extremidades chocaras y sus figuras se volvieran relativamente visibles en un juego con ácido y garras. Los guerreros tarkatan combatían contra el grupo de asesinos y espías de Alken, cuya puntería con sus arcos demostraron ser letales contra los tarkatan, pues ellos no poseían armas de largo alcance. Pronto sólo quedó el líder tarkata, el zaterrano y su emperatriz en el salón, rodeado de todos sus enemigos, con flecha en mano.
Mileena, Baraka y Reptile terminaron espalda con espalda, rodeados de los guerreros de Alken apuntandoles con sus mortales flechas y su guardia tarkata muerta, desangrándose en el suelo. Alken ordenó a sus guerreros que no disparan, pero mantuvieran sus arcos siempre en alto. Chameleon se colocó detrás de Tanya, quien avanzaba con fuego en sus ojos y sus manos. Sus enemigos, aunque superados en número, no parecían atemorizados y, en cambio, asumian una posición de defensa, observando cada movimiento para aprovechar el más pequeño error para atacar. Tanya noto que no escondian ni retrocedian, entendía perfectamente que no se darían por vencidos y, sin muchas palabras, ordenó que los mataran. Alken y sus guerreros estiraron con fuerza las cuerdas de sus arcos mientras Tanya usaba su piromancia para formar grandes esferas de fuego.

– Tu reinado se acaba hoy, Mileena, y demasiado tiempo duro. – dijo Tanya, despidiéndose de la emperatriz.

– Pero Tanya… – respondió Mileena de forma suave y seductora, con un largo e infantil “peeero”, para después cambiar a una voz más dura y malevolente. – Mi imperio apenas está empezando.

Reptile se volvió invisible desapareciendo a los ojos de los arqueros que rápidamente soltaron sus flechas y cuerdas, Mileena y Baraka se agacharon, esquivandolas. La emperatriz junto sus rodillas y las abrazo, formando una esfera y tumbando a uno de los arqueros al suelo mientras Baraka, con sus guadañas en el suelo, produjo un fuerte destello que cegó a los presentes ahí. Los tres, aprovechando la distracción de Baraka, eliminaron uno a uno los guerreros de Alken y tomaron por sorpresa a Chameleon, Alken y Tanya. Mileena logró clavar una de sus sais en el hombro de la edeniana, para después saltar encima de ella y repetidas veces apuñalarla. Tanya solo logró liberarse de ella con una fuerte explosión de fuego que las separó, causando fuertes quemaduras en ambas. Baraka atrapó a Alken, mordiendolo con sus feroces dientes en uno de sus brazos y desgarrando la piel de su espalda con sus guadañas. Reptile cayó del suelo, encima de Chameleon, clavando sus garras en la espalda de la criatura.

Las tablas se habían turnado, a la ventaja de la emperatriz de outworld, Tanya se percató rápidamente de esto al ver su hombro, brazo y pecho bañados de su sangre. La edeniana intentó contenerse, casi mordiéndose la lengua, pero tuvo que gritarle a sus aliados que se retiraran. Mileena se oponia, intentando recuperarse de la explosión y levantarse del suelo. Las llamas habían destruido su velo y parte de su armadura, la emperatriz se cubría su boca con una de sus manos mientras hablaba, Tanya noto aquello como algo muy extraño, como si la emperatriz ocultara su rostro por miedo a un secreto no revelado ni siquiera a sus aliados. Chameleon se alzó, atrapando a Reptile con sus tentaculos traseros y lanzandolo al suelo. Alken se alejó de baraka, sangrando, por medio de una bomba de humo y los tres corrieron hacia el vidrio detrás del trono del Kahn, rompiendolo. Mileena corrio hacia ellos, negandose a dejarlos escapar, sin embargo, Chameleon se puso en su camino y de su boca lanzo una gran cantidad de humo negro como el carbón y extremadamente tóxico. Mileena no pudo cruzar la espesa nube negra, pues empezó a ahogarse en ella cuando se acercó. Se escucho el sonido de un cristal rompiéndose, y con el aire entrando la nube se dispersó… Tanya había escapado y Mileena empezo a maldecir a todo pulmon, ordenandole a Baraka que no los dejaran escapar.

– ¿Qué están esperando? !Los quiero muertos¡ – gritaba la emperatriz, furiosa y apunto de perder la cordura.

– No se preocupe mi emperatriz, mis hombres ya la están persiguiendo.

Reiko había aparecido dentro del salón del Kahn, acompañado de su legíon y otros soldados del imperio. Mileena exigió una explicación a porqué se había tomado tanto tiempo en llegar, el general explicó tranquilamente su conflicto contra Faran y como este había escapado, ignorando los gritos de su emperatriz y sin desviar la mirada.

– Faran nos tendió una trampa para que Tanya pudiera eliminarlos a ustedes. – explicó el General. – Sabía que ustedes podían arreglárselas solas, así que cai en su trampa para intentar sacar algo de información de Faran.

– ¿Y? – grito la emperatriz, todavía cubriendo sus heridas.

– No pude atraparlo para cuestionarlo, sin embargo, su escape nos proporcionará la mejor información de todas: donde se encuentra el resto de la resistencia. Rain lo está siguiendo justo en estos instantes.

– ¿Quieres decirme que fracasaste en matarlo? – Mileena se mostraba más furiosa que antes, con sus armas en manos, como si estuviera de atacar a su general. – Si seré emperatriz de Outworld espero que mis súbditos no sean unos inútiles incapaces de llevar a cabo su misión.

– La paciencia es una gran virtud mi alteza, su padre la conocía muy bien. – Reiko sabía que Shao Kahn era prudente, pero tambien crecia impaciente cuando sus planes fracasaban. Su hija, no era muy diferente en ese aspecto. – Cortar una cabeza de la hidra solo hará que crezcan dos más, necesitamos dar un único golpe que sea capaz de destruir a la resistencia. Rain lo dio una vez, él lo volverá a hacer.

– Sí Rain no regresa con su cabeza, tendré la de alguno de ustedes. – dijo Mileena, amenazando a Reiko, Baraka y Reptile.

Mileena se sentó en el trono, tocándose sus quemaduras que le provocaban un intenso dolor. Con un fuerte movimiento de sus manos ordenó a Baraka y Reptile que se retiraran, pero cuando Reiko se dio media vuelta, Mileena le dijo que permaneciera en su lugar. Reiko se colocó a la derecha de su emperatriz mientras el resto se iban.

– ¿Como nos fue Reiko? – pregunto Mileena, tranquilizandose un poco, pero molesta por el dolor que sentía. – ¿La fortaleza ya es nuestra?

– Así es mi señora, la capital es completamente nuestra. Solo perdimos un 20% de nuestras tropas durante el combate. Debemos reabastecernos, algo me dice que esta reconquista no ha acabado.

– ¿Crees que la gente de Outworld no me reconocerá como su emperatriz?

– Las personas de Outworld son caóticas, necesitan de una figura fuerte para ponerlas en orden. – Reiko miraba hacia la ventana rota, la fortaleza y la ciudad, cubierta en fuego y sangre. – Hasta su padre batallo con eso, sobretodo con grandes ciudades como Lei Chen.

– Entonces, la solución es simple. – Reiko volteo a ver a su emperatriz, esperando que explicara su solución con curiosidad. – Solo debo ser más despiadada que mi padre.

Reiko no podía verlo, pero sabía que su emperatriz estaba sonriendo. Dentro de sí, el general se sintió victorioso una vez más. Su brazo derecho alzó, tocando el respaldo de piedra del trono con sus dedos para luego apretarlo con fuerza.

– Así es mi señora… – respondió el general.
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Hares
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Re: MKX: Una nueva historia.

Mensaje por Hares » Vie, 14 Oct 2016, 02:37

Una MEGA DISCULPA! por llevar mas de dos meses sin escribir nada :( a veces pasa que necesito replantearme bien la historia y la historia del earthrealm es una de las mas problemáticas pues fue de las que menos se pulieron en el comic y el juego (¿como saben que existe el red dragon? ¿como se unio kenshi con shang tsung muerto? ¿que paso con kano despues de la derrota de Shao Kahn? ¿que hizo las special forces contra el black dragon y el cyber lin kuey? etc. ) Ademas de que trabajar en las mañanas y estudiar en las tardes es bastante agotador y no da chance a la creatividad de surgir. Ya termine los capitulos 11, 12 y 13 y solo quiero arreglarlos mejor, pulir de mejor forma los personajes, etc. Espero me tengan paciencia. Gracias
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Re: MKX: Una nueva historia.

Mensaje por Hares » Lun, 14 Nov 2016, 04:35

MUY BUEN DIA A TODOS! por fin consolide lo que quiero para el Earthrealm, ahora si esta definido esta parte del fanfic que durara lo mismo que la de Outworld (10 capitulos). Espero disfruten de esta nueva parte, la cual creo es drasticamente distinta a la anterior. Mientras que en los capitulos 1 a 10 teniamos guerras de escala epica, con un ambiente medieval y fantastico, aqui viene una historia de conspiración, sci fi y espionaje. Si no disfrutan tanto de esto, no se preocupen, pronto volveremos a Outworld.

________________________________________________________________________________


CAPÍTULO 11: Fuerzas Especiales.

Earthrealm, un año después de la invasión del Outworld.

Estados Unidos había sufrido un fuerte golpe. La ciudad Deacon, siendo el epicentro de la invasión, fue completamente destruida junto con otras localizaciones y ciudades de sus alrededores. La destrucción fue tan grande que resultaría imposible recuperar la ciudad o reconstruirla. Esta catástrofe fue tan grande, junto con la revelación de la existencia de otros mundos, que las Naciones Unidas se reunieron para discutir junto con una sobreviviente de la catástrofe y miembro de las Fuerzas Especiales de EUA: Teniente Sonya Blade.

En los siguientes meses, las Fuerzas Especiales se volvió una organización internacional con la misión de proteger los intereses de la tierra y sus habitantes de amenazas de otros reinos. Su grupo de integrantes se multiplico con soldados, miembros de inteligencia, ingenieros, científicos y técnicos provenientes de todo el mundo. Su expansión y acceso a recursos de diferentes naciones le permitió ampliarse en base a los planes de la ONU: un contraataque a Outworld.
Para que el plan tuviera éxito requerían del apoyo de la Teniente para poder tener un mayor conocimiento sobre este nuevo mundo. Los líderes mundiales ascendieron a la teniente al puesto de Mayor dentro de las F.E. para apelar a su lado bueno, sin embargo, ella firmo en contra del plan, rehusándose a formar parte de él y renunciando a las Fuerzas Especiales. Durante la conferencia se trató de convencerla a ella ya los líderes de países más bajos para que firmaran el plan bajo la excusa de obtener represalia para evitar un nuevo ataque. Sonya continuaba rehusándose y por un tiempo el plan se pospuso y de esa forma Sonya paso a servir en las F.E. como Mayor.

Aunque el plan se pospusiera, ciertos acuerdos dentro de este se les dio la luz verde, uno de ellos era la construcción un mecanismo capaz de utilizar las ondas gravitacionales creadas por los portales de Outworld para abrir un agujero de gusano. Este Portal era un prototipo, diseñado para enviar pequeños grupos de soldados a inspeccionar otros Reinos. Sonya fue a quejarse con el General de las Fuerzas Especiales que se encuentra bajo las ordenes de la ONU, sin embargo, su opinión y participación en las siguientes juntas le fue negada bajo la premisa de atrapar a las organizaciones que conspiraron contra la tierra: El clan de ciborgs Lin Kuey y los mercenarios del Black Dragón. Debido a su especialidad en lidiar contra la organización criminal Black Dragón, se le dio la responsabilidad de buscar al proveedor de armas del Outworld y líder de la organización: Kano y el nuevo Gran Maestro: Sektor. Para esto se le dio acceso a la mayoría de los recursos de las Fuerzas Especiales y, conociendo su pasado con estos enemigos, la ONU sabía que no se opondría ante esta oportunidad.

El general de las fuerzas especiales le proporcionó un equipo conformado por nuevos y viejos integrantes de su unidad. Cinco de ellos destacaban como los más capacitados y renombrados soldados que ahora forman a las Fuerzas Especiales:

1. Shaun Himmerick, un veterano de alto tamaño, gran musculatura y cabello pelirrojo.
2. Teniente Charles Pierce, oficial y amigo de Sonya, de estatura media y cabello amarillo.
3. Cody Finnigan, veterano de la invasión del Outworld, de cabello castaño y estatura media.
4. Sargento Mikka Stone, joven mujer de cabello castaño y antigua compañera de Sonya en su caza contra Kano.
5. Ava Silence, reconocimiento y espionaje, mujer de piel muy blanca y cabello pelirrojo.

Armadura de los miembros.
► Show Spoiler
Su investigación y cacería de los miembros del Black Dragón los había llevado a un puerto abandonado en Australia, donde actividad del clan de mercenarios y traficantes de armas había ocurrido recientemente. Su búsqueda por el líder: Kano, había empezado en E.U.A. y de ahí los llevo a un puerto en México hacia África y el Medio Oriente. Pasando por la India, China y las Filipinas. En su recorrido habían tenido algunos combates cercanos contra varios de los mercenarios del Dragón Negro: Rojack, Kira, Kobra y Bannak. Todos ellos funcionando como informantes, mercadores y protectores de dicha mercancía que había viajado por todos esos países y finalmente llegando a su destino en Australia, hogar de nacimiento de Kano. Rojack y Bannak murieron en sus respectivos tiroteos, sin embargo, Kira y Kobra escaparon cuando Sonya y su equipo intentaron detener el barco de carga. Ahora, Sonya y su equipo se encontraban retrasados en su búsqueda por dicho barco. Los satélites calcularon sus múltiples destinos, de todos ellos, ninguno había dado resultados y ahora se encontraban en el último de ellos.

Los cinco miembros del equipo avanzaban con cautela, equipados con lentes de visión nocturna, hacia las puertas del almacén, cubiertos por la oscuridad de la noche. El equipo estaba bien armado y equipado con la mejor armadura y blindaje que se le podía otorgar a un soldado, sus rifles estaban modificados con prototipos capaces de atravesar armadura y débiles muros. Sonya, su líder, se encontraba arriba de una grúa, desde el punto más alto de ella vigilaba el perímetro con un rifle de alto calibre drásticamente alterado para hacerlo funcionar como un pequeño acelerador de partículas, capaz de atravesar gruesos muros. Su amplia visión era aumentada gracias a su mira térmica de largo alcance y un micrófono dirigible con el cual podía captar débiles señales de voz para espiar en conversaciones a más de 2 kilómetros de distancia.

– Silence aquí, el camino se encuentra despejado, parece no haber actividad dentro del almacén. – Ava había avanzado más que el resto pues ese era su trabajo como reconocimiento. – ¿Procedo a entrar al almacén Mayor?
– Negativo Silence. – contesto Sonya. – Permanece en tu lugar, espera a los demás.
– ¿Cómo se ve todo desde arriba Mayor? – pregunto Cody por la radio.
– Todo tranquilo soldado, no hay movimiento. – respondió Sonya, mirando por la mira de visión nocturna.
– El almacén parece olvidado como todos los otros sectores que hemos investigado. – Mikka estaba cansada y molesta, se notaba en su tono de voz. – ¿Estamos seguros que ellos estuvieron aquí?

– Es lo que venimos a averiguar sargento. Ahora reúnanse con Silence en la entrada del almacén y no entren hasta que les de la indicación. – ordeno Sonya mientras soltaba el rifle y agarraba el micrófono dirigible.

Sonya se colocó los audífonos en sus oídos y empezó a apuntar hacia el almacén intentando captar alguna conversación o sonido. Su visión térmica daba débiles señales de calor producido por maquinaria, pero nada que asemejara a una persona, lo que le parecía extrañamente sospechoso. El micrófono no detectaba nada al interior del almacén, sin embargo, Sonya no se dio por vencida y aumento la señal para atravesar el suelo y buscar subterráneamente. El micrófono empezaba a notar algo y Sonya logro percibir lo que parecían unas voces distorsionadas por interferencias. Sonya creyó que estaba logrando escuchar una discusión entre al menos cinco personas.

– ¿Es esta una buena idea? Estamos /distorsión/ ...descubierto aquí. – dijo una voz masculina, cubierta por un poco de estática.
– Ese es el punto /distorsión/ ...Kano. – respondió otra persona.
– Silencio ustedes dos – una voz femenina, algo familiar para Sonya, cayó a los dos hombres que estaban discutiendo. – /distorsión/...invitados han llegado.

La comunicación se cortó y Sonya ya no alcanzaba a escuchar nada. No lograba identificar a quien le pertenecía la voz femenina, pero sabía que era familiar para ella. Sin importar quienes fueran, era obvio que pertenecían al Dragón Negro, esta era la oportunidad que tanto estaban esperando.

– Cuidado muchachos, saben que estamos aquí.
– Entendido mayor. – contestó Cody.
– Le pedimos que cuide nuestras espaldas ma’am – dijo Pierce, pidiéndole que mantuviera un ojo por ellos.
– No te preocupes Pierce – Sonya cargo una bala de un claibre mucho mayor a un .50 en el acelerador de partículas – Muévanse con cuidado, puede que tengan equipo que esconda sus emisiones de calor. –
– Siempre preparada usted mi señora. – remarco Mikka.
– Espera lo inesperado Mikka. – contestó Sonya. – El comandante siempre nos decía eso.

Hubo un pequeño momento de silencio, mencionar a su antiguo comandante era una regla informal que se habían impuesto los miembros del equipo pues había rumores de que Sonya sufría de EPT (Estrés Post-Traumatico), algo que era desconocido por la Mayor. Ava rompió el silencio, informo a su comandante que todos se encontraban en el punto de entrada. Sonya dio la orden y el equipo entro rompiendo con pinzas las cadenas y candados que lo mantenían cerrado. Shaun y Cody entraron por el este, mientras que Pierce, Ava y Mikka entraron por el oeste.

Mikka se agacho y recargo contra la pared al ver las cámaras instaladas, sus compañeros la imitaron y la protegían mientras ella accedía a la red para apagarlas. Mikka iba preparada con una computadora en su antebrazo que le daba control sobre ciertos artefactos si ella podía hackearlos, accediendo a la red de la estación. Mikka confirmo que no había corriente en el almacén y les dio la señal de “todo en orden”. Ava avanzo por los pasillos hasta llegar al centro del edificio, sus sensores térmicos y los de Sonya no mostraban nada más que débiles señales de calor provenientes de una línea de producción, el grupo decidió avanzar y entrar.

El almacén se encontraba vacío y completamente oscuro. En el suelo se encontraban algunos generadores independientes de gasolina que alimentaban algunos sectores del lugar, pero en general el lugar estaba apagado. Repisas que llegaban hasta el techo se encontraban llenas de paquetes y cajas de madera y cartón. En el centro se encontraba una larga línea de producción y maquinaria industrial, con múltiples circuitos, cascos y petos electrónicos de aspecto militar. Muchos de estos estaban incompletos, destrozados y esparcidos por todo el lugar. Planos de color azul detallando el diseño de cada uno de estos componentes se encontraban pegados en las paredes y esparcidos por todo el lugar. Armamento de alto calibre y de producción en masa también se encontraba ahí.

– No hay nadie aquí. – menciono Shaun por el comunicador mientras miraba las líneas de producción y el armamento en ellas. – Parece que el Dragón Negro estuvo muy ocupado con el desarrollo de la iniciativa cyber de los Lin Kuey mayor. –
– Ellos fueron los que distribuyeron la tecnología para su iniciativa. – contestó Sonya mientras intentaba captar alguna señal proveniente de los niveles subterráneos. – Todo lo que ves ahí, fue diseñado por el “Buen Doctor”.

El “Buen Doctor” era un ingeniero bioquímico experto en implantes robóticos para los humanos. De acuerdo a la inteligencia de las Fuerzas Especiales, El Doctor es un protegido del clan de guerreros del Lin Kuey, contratado para realizar los avances tecnológicos para el Gran Maestro. El cual contrato a el Dragón Negro para que los produjera en masa y los distribuyera hacia China.

El "Buen Doctor".
► Show Spoiler
– Esta fábrica parece que fue usada recientemente, no como las otras. – remarco Cody, mirando todo lo que se encontraba armado y en piezas.
– Abandonaron la fábrica en un apuro. – mencionó Pierce. – Como si supieran que estábamos bajo sus talones.

– Esta tecnología no era para el Lin Kuey. – dijo Mikka mientras checaba los empaques y cajas vacías. – Se han llevado todo.

Pierce empezaba a conectar las piezas del rompecabezas, los otros almacenes que habían encontrado antes de la invasión del Outworld eran en E.U.A. y todo gracias al oficial Kurtis Stryker y su compañero y antiguo miembro del Black Dragon: Kabal. Sin embargo, esos pedidos eran para la iniciativa ciber, la cual fue completada antes de la gran invasión.

– Sonya – llamo Pierce a su oficial al mando. – No estaban fabricando armamento para el Lin Kuey, era para ellos mismos. El Black Dragón se está modificando.
– Solo “El Doctor” tiene conocimiento sobre esas cosas Pierce. – contesto Sonya. – Y el “buen Doc” es muy reservado con su investigación.
– Cuando el cuartel lo estaba persiguiendo lograron obtener unos planos y parte de su estudio. – mencionó Cody. – Fue gracias a eso que pudimos salvar al Comandante Jackson Brig…

Cody guardó silencio, interrumpiendo lo que decía por el comunicador cuando Shaun le dio un empujón con su hombro para que evitará mencionar el nombre del comandante. Shaun lo miro frunciendo el ceño, Cody se disculpó levantando los hombros. Por un momento hubo silencio y Sonya no respondía, Ava entonces hablo.

– Hay alguien debajo de nosotros, detecto movimiento.
– Miren. – dijo Cody, señalando el final de la línea de producción. – Alla hay un elevador industrial, parece que tiene un generador independiente. Tal vez nos lleve a donde nos están esperando.
– Sera una trampa mortal si nos subimos ahí. – menciono Silence con desdén. –
– Silence, baja y coloca una granada detectora para poderlos cubrirlos. – dijo Sonya mientras cargaba su rifle, el cual empezó a producir calor al ser encendido. – Mi visión no me permite ver tan profundo, pero si tú eres mis ojos podre apoyarlos desde aquí.
– Si Mayor. – contesto Silence, dirigiéndose hacia las escaleras.
– ¿Cree que pueda cubrirnos desde esa distancia madame? – pregunto Pierce mientras Silence desaparecía.
– De eso no tengo ninguna duda Pierce, pero no caigan en la trampa como un perro hambriento que ve un hueso a lo lejos.
– Este elevador está descompuesto, Cody y Mikka pueden bajar por aquí por medio de rapel. – menciono Shaun, señalando con su pesada ametralladora el camino.

Cody toco el hombro de Mikka para que apagara su computadora y lo acompañara a donde Shaun les dijo que estaba el elevador. Shaun abrió las puertas selladas del elevador con sus brazos y les dio paso para que ellos entraran. El elevador se encontraba hasta abajo y estaba haciendo corto circuito, soltando chispazos repentinos. Cody y Mikka engancharon sus cables y comenzaron a bajar, Shaun soltó las puertas y estas se cerraron de golpe.

Pierce espero a Shaun, quien equipo su ametralladora, y los dos entraron al elevador industrial. La puerta se abrió lenta y verticalmente. Los dos entraron y cerraron la puerta detrás de ellos. Pierce checho sus municiones una última vez antes de cargar su metralladora mientras Shaun colocaba unas cajas de cargamento en lugares estratégicos para protegerse. Los dos esperaron a recibir la información de Silence antes de bajar, cerrando los visores de sus cascos.

Silence descendió hasta llegar a una bodega subterránea con nula iluminación. La espía se colocó sus googles de visión nocturna, logrando ver lo que se encontraba a su alrededor en un tono verde. Silence no vio a nadie, ni una sola persona aquí abajo, aun así, siguió sus instrucciones. Se apoyó en una de las repisas, procurando mantenerse oculta. Silence hizo rodar una granada detectora hacia el centro del almacén, este parpadeo ligeramente unas cuantas veces y se abrió por la mitad, lista para activarse. Ava abrió su computadora y paso la información de la granada a sus compañeros y a Sonya, permitiéndoles tener un mapa de lo que les esperaba abajo. Silence cerró su computadora una vez la información fue transmitida, sin embargo, su computadora se apagó antes de poder hacerlo. Ellos sabían que ella estaba ahí. La agente cargo su subfusil MP7 con silenciador y trato de ver si alguien se encontraba detrás de las repisas del lugar. Unas luces se encendieron, iluminando el centro del almacén y el camino hacia el elevador industrial, el cual empezó a descender.

– Mayor Blade… ¿logra ver a alguien en mi ubicación? – pregunto Silence susurrando hacia su comunicador. Por un tiempo, no hubo respuesta. – ¿Mayor?

Silence corto la comunicación al no obtener respuesta y se movió lentamente por las repisas, intentando no alertar al Black Dragon de su presencia mientras esperaba que sus compañeros se reunían con ella.
Avanzando entre las repisas, Silence se topó con una puerta de metal asegurada por un código. Su computadora estaba fallando, pero la agente sabia como infiltrarse ante tan patética protección. Silence accedió al circuitaje y empezó a jugar con él, procurando hacer el menor ruido posible.

La puerta se abrió horizontalmente, dejando ver un amplio cuarto lleno de computadoras y equipo médico cuyos leds iluminaban débilmente el lugar. Lectores de ritmo cardiacos, bolsas de suero, tranquilizante y otro tipo de maquinaria se encontraba dispersa por el cuarto. Silence avanzo entre ellas, moviendo lentamente las camillas y el equipo que se encontraba en su camino. En una mesa se encontraba equipo recién usado, cierras, serruchos y bisturís que todavía tenían sangre en sus hojas.

El lugar era un cuarto quirúrgico. Brazos robóticos, implantes electrónicos, armamento y órganos artificiales se encontraban en exhibición. Algunos colgando cerca de las camas quirúrgicas, algunos manchados de sangre. Extremidades humanas y órganos se encontraban en bolsas de plástico o frascos de vidrio en el fondo, en un refrigerador masivo que todavía se encontraba funcionando y mostrando la temperatura interior en la que se conservaban.

En el suelo se encontraban algunos cadáveres cubiertos por mantas blancas, estos cuerpos les faltaba algún brazo, alguna pierna. No paso mucho hasta que Ava Silence sumara dos más dos y se diera cuenta que eran miembros del Black Dragon que murieron durante la cirugía. Sus cuerpos rechazaron los implantes cibernéticos y no pudieron salvarlos.
Ava avanzo entre las mesas, evitando tropezar con algún cuerpo, implante, sierra eléctrica o frasco, hasta llegar a una unidad quirúrgica de tecnología bastante avanzada. La unidad se encontraba en uso, pero la persona que la habitaba parecía haber fallecido hace tiempo. Su rostro, cubierto por una manta, tenía una gran mancha de sangre y su cuerpo poseía dos brazos robóticos similares a los del comandante Jax. Sus piernas también habían sido remplazadas y su torax parecía de metal. Pintado en el pecho se encontraban dos dragones negros. Ava pensó que probablemente 50% de su cuerpo había sido remplazado, probablemente por ello no logro sobrevivir.

– Silence, soy Shaun, tenemos un problema. – escucho Silence desde su comunicador. – El elevador se detuvo.
– ¿Cortaron la energía? – pregunto Ava.
– No, el elevador sigue funcional… simplemente se detuvo.

Ava se puso a pensar que pudo haber detenido el elevador si es que no cortaron la energía. Probablemente el centro de seguridad todavía tiene suficiente potencia para detenerlo, pero llegar a él sería complicado. Sobre todo si no sabes cómo llegar a él.

– Tendrán que arreglárselas solos muchachos, intenten la salida de emer… –
– ¿Silence? –

Ava vio como caía la tela que cubría el rostro del cuerpo que se encontraba en la unidad quirúrgica. Al subir la mirada pudo ver los ojos artificiales y negros del cadáver, mirándola directamente. Silence intento elevar su arma, pero el brazo robótico la alcanzo y tomo por el cuello, ahorcándola. El sujeto la elevo, cargándola solo con un brazo. Ava alcanzo su pistola de su funda y disparo al pecho del sujeto, las balas tuvieron poco efecto en él, pero la soltó.

Silence tomo su MP7 y abrió fuego al sujeto. Las balas golpearon su torax de metal, causándole leve dolor, y se cubrió el rostro con sus brazos extendiendo una especie de abanico de metal de su antebrazo. El sujeto corrió hacia ella dando una patada y serie de golpes, Ava los esquivo retrocediendo, pero el Black Dragon logro desarmarla con una patada giratoria y golpearla en el pecho. El golpe la envió al suelo, haciéndola retroceder algunos metros. Su armadura la protegió del golpe, y, con la distancia ganada, estiro su brazo sobre su hombro para alcanzar otra arma que colgaba de su espalda. El arma era plateada, de alta tecnología y al cargarse resplandecía con una luz azul. Ava disparo y el tiro de plasma derrumbo al black dragon al suelo.

P.E.P.S. (Personal Energy Projector System)
► Show Spoiler
El arma se abrió por la mitad, expulsando una batería sobrecalentada y humo. Silence mantuvo su distancia, pero el mercenario del black dragon se levantó con una pirueta hacia ella. Ava cargo rápidamente otra batería cuando el brazo del mercenario empezó a transformarme en una especie de arma. El rifle corto de plasma de Ava tardaba en enfriarse, negándole un siguiente disparo, pero el arma del mercenario ya estaba cargada y abrió fuego contra la agente de las fuerzas especiales. Ava dio una marometa hacia un lado instantáneamente, esquivando el disparo de plasma de su oponente.

Ava se mantuvo agachada, cubierta por unas cajas de madera donde se habían transportado los brazos cibernéticos y otras extremidades. Su rifle se había enfriado por fin y estaba lista para disparar, pero cuando se levantó para atacar el brazo derecho del mercenario se había transformado en una Glating gun de calibre bajo y empezaba a rotar, apuntando hacia ella. Silence no tenía escapatoria a semejante arma, disparo su rifle al mismo tiempo que el mercenario comenzó a disparar. El disparo de plasma alcanzo al mercenario, desviando sus disparos, pero varias balas habían impactado en el casco y peto de la agente, obligándola a agacharse. Los dos terminaron en el suelo.
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Re: MKX: Una nueva historia.

Mensaje por Hares » Mar, 22 Nov 2016, 21:58

Buen día a todos. Aquí les traigo el capitulo 12. Como tal vez pudieron ver con las imágenes del episodio anterior, Deus Ex me esta ayudando para completar este nuevo acto en la historia. Un personaje en especial tiene un cambio extremo y radical el cual sera explicado en los próximos capítulos.

Espero disfruten de este nuevo capitulo. Recuerden que sus opiniones sobre como esta marchando la historia me ayudan mucho e inspiran para continuarla.
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CAPITULO 12: Black Dragon.

– Ava ¿te encuentras bien? Ava. – susurraba fuertemente Shaun sin conseguir respuesta.
– Vamos Shaun. – Pierce toco varias veces el brazo de Shaun con sus dedos para llamar su atención. – Ayúdame a salir de aquí, Silence necesita ayuda.

Pierce se apoyó en la pierna de Shaun, ayudándole a alcanzar la salida de emergencia y salir del elevador. Una vez arriba le tendió una mano al gigante de Shaun para que subiera, pero era demasiado alto y Pierce no tenía la suficiente fuerza para levantarlo solo. Pierce soltó a Shaun, e intento comunicarse con Mikka y Cody.

– Mikka, Mikka, Mikka… – repitió Pierce varias veces por el comunicador.
– Maldición Pierce ¿Qué pasa? – respondió su compañera.
– Silence se encuentra en completo silencio, por irónico que sea eso. – le comunico Pierce. Mientras Shaun esperaba debajo con su rifle listo para disparar. – No podemos salir del elevador, necesito que la busquen, pero tengan cuidado.
– ¿Cómo saldrán del elevador? – pregunto Cody.
– Ustedes sigan, nosotros intentaremos reunirnos con ustedes lo más pronto posible. – dijo Shaun mirando hacia arriba, intentando ver el mecanismo de poleas que movía al elevador.

Cody y Mikka se miraron el uno al otro y bajaron lo más deprisa que podían. Sus rifles ya no tenían el seguro puesto.
Al llegar al piso subterraneo Cody ayudo a Mikka a abrir las puertas del elevador de personal. Mikka paso primero, con su rifle en alto, seguido de Cody y el cerrar de las puertas. Los dos rodeaban el lugar con sus miradas y la mira de sus rifles mientras caminaban lentamente par ano hacer ruido alguno. Los dos caminaron hacia el centro del salón, cuando escucharon los disparos ahogados de un subfusil con silenciador.

Cody y Mikka avanzaron rápidamente hacia el origen de los disparos, pero Cody pudo notar por su visión periférica un débil destello, proveniente de algún material reflejante. El veterano se lanzó contra la sargenta, tumbándola al suelo cuando una ráfaga de disparos le pasaron por encima. Mikka y Cody se arrastraron para conseguir un lugar solido donde refugiarse, pero las balas atravesaban las repisas, las cajas de cartón y madera con mucha facilidad.

– Maldición, Mikka responde al fuego. – le grito Cody.
– ¿Dónde están? – pregunto Mikka.
– Justo en enfrente, dispara a un rango de 180° o a donde sea, pero no permitas que nos maten.

Cody levanto su rifle por arriba de una grande caja de madera sólida que parecía resistir. El veterano abrió fuego, disparando sin realmente ver a donde se dirigían sus balas. Mikka se asomó por el lateral, intentando apuntar y responder al fuego. Algo que le resultó imposible con el fuerte tiroteo al que estaban sujetos.

Mikka se asomó de nuevo solo para ver como algunos mercenarios soltaban granadas aturdidoras al aire mientras otros avanzaban hacia su dirección. La sargenta tomo el hombro de Cody y le ordeno que se agachara y cubriera los ojos al momento que las granadas explotaban en un gran destello cegador. Los mercenarios aprovecharon esto y rodearon a los dos, pero Mikka ya tenía su posición ubicada y todo lo que requirió fueron dos tiros certeros para derribar a dos de ellos. Cody disparo las ultimas de sus balas, tres en total, descargándolas en el último de los mercenarios que pretendía rodearlos.

Con el tiroteo que se escuchaba debajo de ellos, Shaun no lo dudo mucho. Le dijo a Cody que volviera a entrar y este, confundido, le pregunto que pretendía. Cuando el gigante de Shaun apunto su rifle hacia las poleas del elevador la cara de Pierce se le lleno de sudor frio y rápidamente se metió, terminando boca abajo en el suelo. Shaun disparo contra los frenos. Le tomo varios tiros zafar uno y el peso del elevador soltó el segundo de ellos, desplomándose unos cuantos metros hasta impactar contra el suelo mientras Pierce maldecía a Shaun.

Pierce continuaba en el suelo después del impacto, Shaun termino con las rodillas al suelo, pero se puso de pie rápidamente cuando las puertas verticales se empezaban a elevar. Mikka y Cody se encontraban retrocediendo cuando dos balas impactaron la espalda del veterano, cayendo al suelo. Las balas eran del tipo perforadoras, altamente peligrosas. Mikka se veía en grandes apuros cuando un fuerte impacto mato a uno de los mercenarios. La bala provenía de las paredes. Sonia les cuidaba las espaldas.

Shaun abrió fuego con su ametralladora de alto poder mientras Pierce, en el suelo todavía, disparaba con su rifle de asalto contra los mercenarios. Con la respuesta de sus compañeros, Mikka pudo levantar a Cody hasta un lugar seguro. Los cuatro juntos y el apoyo del acelerador de partículas de Sonia empezó a subir la balanza en su favor.

– ¡Alto el fuego! Grito una voz femenina al fondo del lugar y los mercenarios bajaron sus armas al mismo tiempo que el lugar comenzaba a iluminarse por completo.
– Tiren sus armas – les ordeno al grupo de las Fuerzas Especiales. – Tenemos a uno de los suyos.

La mujer permanecía en las sombras, pero un fuerte impacto se escuchó, como el de una gran barra de metal impactando contra una puerta y abollándola en el proceso. El golpe se escuchó otra vez y una puerta de metal abollada cayó al suelo. Del cuarto salió un hombre con el pecho al descubierto, brazos y piernas de metal y entre sus manos, el cuerpo inconsciente de Ava Silence. El hombre, parte humano parte máquina, se puso entre los mercenarios del Black Dragon y las Fuerzas Especiales, mostrándoles su rostro y el de su compañera, cuyo casco se encontraba entre sus manos.

– Mierda. – Maldijo Mikka en voz baja y enfurecida. – Tienen a Silence.
– ¿Quién es el hombre de hojalata? – pregunto Pierce.

Mikka se asomó ligeramente mientras el hombre exponía a su compañera como alguna clase de trofeo. Sus ojos oscuros y apariencia mecánica confundían a Mikka, pero ella sabía quién era esa persona. Había combatido contra él hace algunos años. Las Fuerzas Especiales creían que estaba muerto.

– Es…es Jarek. El líder del Black Dragon en el continente americano. – les dijo Mikka, horrorizada por la reaparición de uno de sus más grandes enemigos – Pero no es posible…El comandante Jax y Sonia lo habían eliminado.
– Parece que obtuvo algo de ayuda del “Buen Doctor” y el Lin Kuey – dijo Shaun. – El hijo de perra se parece más a esos ciborgs que otra cosa.

Jarek. Un miembro del clan de mercenarios, terroristas, traficantes de armas, etc. Y la mano derecha de Kano. Cuando Kabal fue atrapado por un grupo S.W.A.T. sus deberes en el clan le fueron conferidos a él. Como un fiel miembro del clan, continúo causando grandes estragos en E.U.A. Sin embargo, el junto con varios otros miembros importantes del Black Dragon fueron capturados por Sonia y el Comandante Jax. El Black Dragon parecía estar cayendo cuando todo resultó ser un plan para destruir a las Fuerzas Especiales desde adentro, Kano se había infiltrado en su base de operaciones.

Las Fuerzas Especiales sufrieron su más grande golpe aquel día. Lo que ocurrió a continuación fue una cacería por parte del comandante Jackson Briggs, el cual actuó fuera de las normas de la ley. Las fuerzas restantes lograron capturar a varios de ellos, algunos, entre ellos Jarek, muertos. Otros grandes miembros y su líder lograron escapar y desaparecieron en el radar. La teniente Sonia Blade y su Comandante persiguieron a Kano, pero sus sensores GPS igual se desvanecieron. Paso un largo tiempo hasta que la teniente pudo comunicarse e informar que Jax había sido capturado en una extraña isla que no aparecía en los mapas. Una isla donde se celebrará un extraño torneo.

– Parece que los soldaditos siguen sin saber escuchar. – la mujer comenzaba a desesperarse. – Salgan de ahí o mi compañero le partirá el cuello a su amiguita.

Sonia le llamo por su intercomunicador a Mikka, ordenándole que obedecieran a los mercenarios y dejaran sus armas en el suelo. Los cuatro dudaron un segundo, pero cuando la sargenta y el teniente Pierce se levantaron los otros dos los siguieron.
Al verlos salir de su escondite, la mujer les ordeno que avanzar hacia el frente y así lo hicieron. De la oscuridad, acompañada de varios mercenarios bien armados y equipados, salió Tasia. Miembro del clan de mercenarios y uno de los varios que se escabulleron durante el ataque a las instalaciones de las F.E. A comparación de su compañero, Tasia no tenía ningún aumento, pero algunos de sus mercenarios si los tenían y, probablemente, no porque necesitarán un brazo o les hiciera falta una pierna.

– Así está mejor. – dijo burlona Tasia, la cual bestia una armadura militar de tinte purpura con dos sables en su espalda y dos MP5K a sus costados. – Ustedes nos han estado pisando los talones por mucho tiempo.
– Tasia. – hablo Mikka. – Que milagro que salgas de la roca donde te escondiste, asquerosa lombriz.
– ¿Eres tu Mikka? – pregunto Tasia con curiosidad. – Creí que tu nombre se encontraba en el memorial de la invasión. Una lástima que no murieras ahí.
– Ya sabes cómo somos Tasia. – Pierce le contesto a Tasia dando un paso adelante. – Los que parecen haber cambiado son ustedes…. drásticamente.
Sonia les hablaba por el comunicador, el acelerador tenía que recargarse unos segundos y enfriarse otros para poder tener el siguiente disparo. Los cuatro solo intentaban ganar algo de tiempo.
– Basta de palabrería. – los callo Jarek, con una voz más profunda y robótica que la que se le conocía. – ¿Dónde está Jax?

La cara metálica de Jarek no expresaba mucho, pues lo que lo cubría no era piel realmente y sus ojos probablemente no eran orgánicos tampoco. Sin embargo, sus brazos robóticos comenzaban a hacer más presión. El visor del casco empezaba a romperse, el metal a hundirse bajo sus dedos. Ava Silence continuaba inconsciente, pero si seguía así podría lograr aplastar su cráneo.

– Lo repetiré una sola vez más… ¿Dónde está Jax? – volvió a preguntar Jarek, transformando su brazo izquierdo en una ametralladora rotativa. – ¿O prefieren que me desquite con esta novata?

Mikka y el resto del equipo no sabían que hacer, Sonia les había ordenado rendirse y esperar a su señal, pero la mayor no actuaba. El grupo no sabía si debía responder, pues el terrorista, criminal y traficante que se encontraba delante de ellos tenía la vida de su compañera en la palma de su mano.

– El comandante está muerto. – la voz de Sonia se escuchó por el intercomunicador de Silence, obligando a Jarek a que parara para no destruirlo en el proceso de su tortura.
– Teniente Sonia Blade… pero que sorpresa ¿desde cuándo lideras tu un grupo?
– Eso no es de tu incumbencia Jarek.
– No…no lo es. – respondió mirando hacia el visor polarizado de Ava. – Pero si lo es el comandante Jax. Si realmente está muerto, tendré que desquitarme con tus soldaditos.

Jarek apunto su ametralladora hacia el grupo, el cual permaneció inmóvil, pero su instinto los urgía a tomar sus armas y responder al fuego. Si no por Ava, al menos por sus propias vidas. Aquellos que no conocían a la mayor muy bien, Shaun y Cody, se preguntaban que estaba tramando y por qué les ordeno soltar sus armas. Mikka y Pierce, leales y viejos compañeros de la mayor, también comenzaban a dudar en que es lo que Sonia pensaba. La duda se sembraba en ellos y con justa razón, pues el Black Dragon tenía sus rifles apuntando hacia ellos como si esto fuera un fusilamiento.

– Empezare por esta mujer, luego iré por ti Sonia. – Jarek apretó con fuerza el casco blindado de Ava, hasta que el visor se rompió y Jarek pudo ver los ojos abiertos de la agente.
– No tan rápido hombre hojalata.

Ava había fingido estar inconsciente todo este momento, su casco blindado la había protegido bien contra los implantes robóticos de Jarek. La agente clavo un cuchillo de gran filo en la muñeca robótica del mercenario, haciendo corto circuito. Jarek no grito ni expreso gota de dolor, sin embargo, soltó a la agente cuando el cuchillo lo atravesó. Tasia y el resto del black dragon apuntaron hacia ella, distraídos por su repentina “recuperación”. Mikka y el resto del grupo se agacharon y tomaron sus armas para proteger el escape de su compañera, pero ella ya lo había previsto todo. Una granada cegadora exploto justo en los pies de Jarek, soltando un deslumbrante destello.

Shaun, Mikka, Pierce y Cody se pusieron a cubierta y abrieron fuego contra los mercenarios. Ava retrocedió con un par de piruetas, pero Jarek, cubriéndose con sus brazos, corría hacia ella para matarla. La granada no lo había cegado, y el intenso calor no le había debilitado las piernas metálicas. Tasia respondió al fuego de las fuerzas especiales con sus MP5K, pero varios de sus mercenarios cayeron presa de las balas del enemigo.

– ¡Eso no me detendrá Sonia! – le gritaba Jarek a Silence, furioso, mientras disparaba su ametralladora giratoria y se protegía el rostro con su brazo izquierdo.

Sonia disparo su acelerador de partículas, atravesando el suelo y las paredes del almacén. El tiro estuvo a centímetros de darle en la cabeza a Jarek, por lo que trato de ocultarse.

Con el fuego de Jarek neutralizado, el grupo de Sonia pudo retirarse efectivamente. Jarek ordeno a Tasia que los persiguiera, que él se encargaría de la teniente. Los mercenarios se dividieron en dos grupos, unos con Tasia y otros con Jarek. El primero perseguía al grupo de Mikka mientras el segundo salía para atrapar a Sonia.

– ¡Madam! – grito Mikka por su comunicador. – Van por usted.
– No se preocupen por mí muchachos. – respondió Sonia, descargando el cartucho de su arma y cargando su rifle de asalto. – Solo no podré cubrir su espalda ahora, intenten capturar a Tasia. Los refuerzos van en camino.
– Considérelo hecho mayor. – contesto Shaun, confiado y alegre de haber salido vivo de esa trampa.

Sonia se levantó. Dejando su rifle en el suelo, se aseguró un arnés y un gancho para poder bajar de la grúa lo más rápido posible. Antes de lanzarse al aire, checo que sus brazaletes de plasma estuvieran bien ajustados y cargados. Estos eran pesados y consumían mucha energía, pero ella podía controlar su intensidad, utilizándolas como una arma letal o no letal.
Sonia sabía que no tenía tiempo que perder, Jarek y sus secuaces estaban esperándola abajo. Al estar lista para saltar, Sonia se apoyó en una rodilla y pudo ver a través de la mira telescópica como ya estaban muy cerca de ella. Un grupo posiblemente se encontraba afuera para emboscarlos por si trataban de escapar. “Muy bien pensado de parte del Black Dragon” pensó Sonia “tener un plan de respaldo”.

– Parece que tendré que hacer un poco de limpieza aquí. – se dijo a si misma mientras apuntaba al mercenario más cercano.

Sonia tenía una gran ventaja con su altura, los mercenarios podrían disparar hacia la grúa, pero sus tiros fallaban mientras que los de ella acertaban. Uno a uno iban cayendo, por lo que varios de ellos tuvieron que ocultarse detrás de contenedores, camiones abandonados y demás. Sonia memorizo sus ubicaciones, constantemente presionándolos para que no avanzaran más y emboscaran a su equipo.

– ¿Dónde estás Jarek? – se preguntó Sonia, observando el área con su mira.

Sonia se separó de la mira de su rifle de asalto al ver a Jarek con un RPG7 apuntando directamente a la grúa. En el momento que Sonia lo vio, este disparo. La mayor no lo dudo dos veces y se lanzó hacia el aire, disparándole a Jarek y otros mercenarios que se encontraban a su lado. Sus tiros en el aire eran menos certeros, por lo que se gastó toda su munición esperando que su bombardeo de balas derrumbara a varios de ellos.

El misil exploto al entrar en contacto con la grúa, la cual se partió en dos y se derrumbó contra el almacén. El lazo que sujetaba a Sonia de su arnés la detuvo a unos metros del suelo antes de que la grúa cayera, salvándose por muy poco. Los mercenarios la tenían rodeada, parecía que por fin la tenían. Sonia corrió a cubrirse del fuego enemigo, y del derrumbe que causo la grúa, levantando una nube de polvo y escombros.

Aprovechando la confusión, Sonia llamo a sus refuerzos personales: dos drones de gran tamaño equipados con misiles antipersonal, granadas y una ametralladora. Ambos drones usaban camuflaje y podían actuar por cuenta propia. Ocultos al ojo humano, los drones emprendieron el vuelo y abrieron fuego contra los mercenarios. Tomándolos por sorpresa, Sonia pudo nivelar la balanza a su favor. Sin embargo, Jarek destruyo uno de ellos con su brazo izquierdo.

– Un sistema P.E.P.S – se dijo Sonia al ver el brazo transformado de Jarek. – Estas cosas no son baratas, debo tener más cuidado.

Sonia retiro el segundo de sus drones de la zona de combate, mientras los mercenarios y Jarek se aproximaban a ella.

– Jax ya no está para salvarte Sonia. – Jarek ordeno a sus mercenarios para lanzar varias granadas de fragmentación donde Sonia se escondía. Esta tuvo que correr antes de que explotaran. – Esta vez no será como la anterior.

La explosión de las granadas le llego a la espalda, empujándola y estrellándola contra el suelo. La mayor no tenía tiempo que perder, al terminar esta misión podrá sobarse sus heridas.

– Lo que ustedes me hicieron… solo lo puedo definirlo como una brutalidad.
– Tú te lo buscaste Jarek. – le respondió Sonia mientras cargaba el ultimo de cargadores. – Tu y Kano.
– Tasia me dijo que viniste aquí buscándolo a él. Siempre fuiste su juguete favorito. Tendré que disculparme luego con él por jugar con algo que no es mío.

Jarek cargo otro misil en su RPG7 y lo disparo en el aire. Sonia levanto la mirada al cielo y vio como el misil alcanzaba su máxima altura y luego caía hacia donde se encontraba ella. Si salía ahora la masacrarían, por lo que ordeno a su dron disparar su propio misil contra el de Jarek. Los mercenarios dispararon al dron cuando este destruyo el misil. Su camuflaje utilizaba mucha energía y no podía mantenerlo por siempre, por lo que fue presa fácil.

– Veo que tienes nuevos juguetes Jarek, yo también tengo los míos. –

Sonia activo el sistema de autodestrucción del dron y lo dirigió hacia donde se encontraban los mercenarios. El dron exploto frente a ellos, mutilando a algunos y noqueado a otros. Jarek resultó ileso, pero ahora se encontraba solo. Sonia abrió fuego contra él, gastando todo su cartucho en el resucitado segundo al mando del Black Dragon.

Jarek se protegió usando sus brazos y sus escudos retráctiles, protegiendo su rostro mientras su tórax absorbía el resto de los impactos. Cuando el cartucho se agotó, Sonia ya se encontraba a unos pasos de Jarek, el cual seguía cubriéndose sus ojos. La mayor tomo su M16 por el cañón, golpeando a Jarek en el cráneo con la culata. Sonia realizo un gancho contra el mentón, pero Jarek se recuperó del primer golpe más rápido de lo que Sonia esperaba. Jarek detuvo su golpe con su brazo derecho, con su brazo metálico rompió y doblo el cañón del rifle de asalto de la mayor. Con su brazo izquierdo intento golpear a Sonia en el pecho, pero la mayor se elevó por el aire dando una patada triple hacia el rostro de Jarek. El casquillo y talonera de metal de sus botas provocaron un sonido metálico al impactar con su cabeza. Jarek perdió el equilibrio con esa patada triple y se desbalanceo hacia atrás. Sonia, al caer en suelo, lanzo dos golpes con sus brazaletes activados. El plasma impacto el pecho y rostro de Jarek, elevándolo por el aire y aterrizando de golpe en el suelo. Sonia desenfundo su pistola, pero no fue necesario usarla, pues el mercenario se encontraba inconsciente.

– Sonia…Sonia ¿estas ahí? – Mikka le hablaba por el intercomunicador a su mayor.
– Sonia aquí ¿se encuentran bien? – pregunto mientras volteaba a Jarek y le colocaba unas esposas de alta seguridad.
– Nuestros refuerzos han llegado, hemos capturado a Tasia y el resto de sus matones.
– Entendido Mikka, envíen un grupo para acá ASAP. Jarek ha sido neutralizado también.
– De inmediato mayor. – respondió Mikka, cortando la comunicación.

Sonia permaneció al lado de Jarek, observándolo. Se preguntó dónde se encontraría Kano y si el resto de los miembros del Black Dragon que creían muertos seguían con vida. En su misión se habían encontrado con varios miembros, algunos de ellos habían caído y otros habían escapado. Parecía que por fin habían dado con algo. Jarek y Tasia representaban una gran victoria para las Fuerzas Especiales.

– Veo que ya despertaste. – dijo Sonia, colocando su bota en el cráneo de Jarek. – Antes de que el Alto Mando te interrogue, necesito que me respondas una sencilla pregunta. ¿Dónde está Kano?
– Jejeje… lamento decepcionarte Sonia. Yo apenas acabo de despertar.
– Entonces Tasia puede que tenga esas respuestas. – Sonia cargo su pistola, lista para colocarle una bala en el cráneo.
– ¿Acaso planea matarme teniente? – le pregunto Jarek, sonriente.
– No Jarek, tu cráneo reforzado neutralizara la mayoría de la fuerza del impacto. Pero aun así causara una concusión. Terminaras en un coma.
– Has cambiado Sonia. Sin Jax ya no hay nadie que sujete tu correa ¿verdad maldita perra? – Sonia coloco el cañón de su pistola en el costado de su cabeza, cerca del ojo.
– Es Mayor Sonia Blade Jarek… – dijo Sonia mientras apretaba el gatillo de su pistola, disparando. – Recuerda eso.
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Re: MKX: Una nueva historia.

Mensaje por Hares » Dom, 11 Dic 2016, 20:05

Hola de nuevo muchachos. ¿Como siguen? Ya este es el ultimo capitulo que llevo escrito, el 13. Como les había dicho antes, el capitulo 11, 12 y 13 ya los tenia escritos desde antes pero han sufrido varias transformaciones hasta que me gusto el resultado final y como marcha la historia del Earthrealm. Nada más clásico del mundo actual que las conspiraciones si les soy sincero, eso combinado con mortal kombat hacen una mezcla exquisita para mi.

Espero estén disfrutando tanto de la historia como yo. Esta no incluye tanto combate, sea cercano o lejano (armas de fuego) y opta por mejorar y narrar la historia. Es posible que la historia del Earthrealm quede en un clifhanger o inconclusa para cuando lleguemos al capitulo 20. Pero no se preocupen, volveremos a esta historia mas adelante al igual que la del Outworld y en un punto muchas de ellas se juntaran para dar inicio a la historia de MKX y la invasión de Shinnok.

Como siempre, muchas gracias por darse un tiempo de leer mi fan fiction y dejar algún comentario. Recuerden que su opinión me inspira mucho sobre lo que hago bien y lo que hago mal.

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CAPITULO 13: Políticas.

Un helicóptero Boeing CH-47 Chinook aterrizo cerca del destrozado almacén. Del helicóptero bajo un grupo armado hasta los dientes de las Fuerzas Especiales. Un grupo de choque con entrenamiento militar. Su presencia les ayudo a controlar y arrestar a la mayoría de los miembros del Black Dragon. Sonia siempre se había preguntado por qué no le dieron un grupo tan bien entrenado como ellos, aunque dentro ella sabía muy bien el por qué.

El almacén yacía en llamas, su techo derrumbado y el resto siendo consumido por el fuego. Los contenedores habían sido desplazados por las explosiones de granadas las cuales fracturaron el concreto en varias partes. Shaun y Mika caminaban para reportarse con Sonia mientras el grupo de elite mientras amordazaban e inmovilizaban a Jarek, llevándoselo por los charcos de fuego y destrucción.

– Los equipos de elite se han arrestado a Tasia y al resto de los mercenarios. – le informo Mikka mientras ella y Shaun saludaban a su mayor.
– Descansen soldados. – Sonia no respondió, solo espero a que el grupo de elite se llevara a Jarek y sus matones. – Reúne a todos, debemos hablar.
– ¡Mayor Sonia Blade! – llamo uno de los soldados de elite a Sonia, haciendo una posición de firmes y saludando a su superior. – Tiene un mensaje de parte del General. Su presencia se requiere en la base de Nueva Zelanda.
– Gracias soldado. Responderé en una conversación privada.

Los soldados de elite se retiraron, mientras Shaun y Mikka permanecieron junto con su mayor. Esperando a que ella hablara. Cuando
por fin estaban solos, Sonia les hizo la señal de que se comunicaran con Pierce, Cody y Silence para que se reunieran en este punto.

– ¿Lograron cuestionar a Tasia? – le pregunto Sonia a Mikka.
– No pudimos preguntarle nada, las tropas de elite avanzaron muy rápido. – contesto Mikka.
– ¿Cómo le fue a usted mayor? – le pregunto Shaun, mirando los cuerpos de los mercenarios caídos. – Veo que no necesitaba
apoyo.
– Estuvo cerca, si no fuera por los drones… –

Sonia se tomó unos segundos para evaluar la situación. Mikka y Shaun se miraron cuando su mayor dejo de hablar. Sonia se percató que su equipo no comprendía la situación, pero necesitaba que todos estuvieran presentes.

Pierce llego acompañado de Silence y Cody. Cody tenía varias marcas de bala en su armadura, caminaba cojo y era el que más castigo recibió, aunque Silence y Pierce también tenían sus marcas de guerra. Pierce los saludo alegremente, mientras Ava guardo silencio y Cody solo hizo un gesto con su cabeza.

– Me alegro de que se encuentre bien Major. – dijo Pierce con una sonrisa en su rostro. – Parece que por fin nuestra cacería ha llevado a algo.
– Kano sigue libre y sin idea de donde está. – le replico Cody.
– Cierto. – respondió Pierce, dándose cuenta que aún no han acabado. – Tal vez no atrapamos el ciervo, pero si una liebre que nos llevara directo a él.

Sonia miro fijamente a Pierce. El humor, despreocupación y actitud extremadamente positiva de su compatriota le recordaba a un viejo compañero: un actor de Hollywood que luchaba por conseguir un buen papel en alguna película. Actor que se vio envuelto en un torneo en una isla misteriosa. Sonia se preguntaba cómo se encontraría, hace mucho que no lo veía. Un año para ser exactos.

– Ojalá tengas razón Pierce. – la voz autoritaria de Sonia parecía más suave que de costumbre. – Jarek parecía haber recientemente despertado y por eso logramos atraparlos, el desconoce lo que ha pasado…creo que desde su “muerte”.
– ¿En serio? – pregunto Pierce. – Mierda… pero seguro en la base logran sacarle algo de información a Tasia.
– De eso es lo que les quería hablar… no confió en la administración de la “nueva” F.E.
Las palabras de su mayor aturdieron a sus compatriotas. Incluso Mikka y Pierce, que llevaban más tiempo conociendo a Sonia Blade, no entendían la razón por la que su mayor decía esas cosas. Shaun fue el que rompió el silencio, dio un paso al frente y, seriamente, le pregunto a su mayor que era lo que pensaba.
– Las Fuerzas Especiales me ascendieron a Mayor, pero me han callado completamente en la organización. Antes tenía acceso a la mayoría de los reportes e información, pero ahora… ahora simplemente me han silenciado. Enviándome a buscar al líder del Black Dragon para quitarme de en medio… pues saben que el resto de los países toman en mucha consideración mi voto en contra de sus planes.

Su equipo sabía muy bien lo último, la única razón por la cual la ONU no aprobó la invasión y construcción en portal fue porque Sonia Blade se interpuso. Enviarla a buscar a un hombre que ha desaparecido completamente del planeta era una forma de mantenerla ocupada.

– Tasia no revelara nada, lo cual llevara a las Fuerzas Especiales a eliminarla. Esto sea encerrándola en una celda hasta que su piel se caiga de sus huesos o matándola de formas “naturales”. Estoy seguro de ello.
Sonia miro a sus compatriotas a los ojos, a cada uno de ellos y vio que la estaban escuchando. Que la tomaban en serio.
– Quiero que me ayuden, entre más rápido encontremos a Kano más rápido puedo acabar con esto. – Sonia dio un segundo para que su equipo procesara lo que decía. – Por ello quiero infiltrarme en la base y cuestionar yo misma a Tasia… sin que nadie lo sepa.

Sonia bajo su mano al terminar de hablar. Su grupo no hablo, no hizo ni un solo comentario. Shaun bajo la mirada para ver al resto, mientras ellos se veían entre sí. Sabían que parte de lo que Sonia decía era cierto, pero llegar a tal punto sin comprobarlo era un pazo agigantado. Muy peligroso.

Pierce se acomodó su casco, cerrando la visera. Se escuchó una risa ahogada que hacía eco.

– ¿Qué estamos esperando entonces? – dijo Pierce mientras daba media vuelta y se dirigía hacia su helicóptero de regreso a “casa”.

_________________________________________________________________________________________

Nueva Zelanda. Cinco horas más tarde.

El helicóptero de doble hélice aterrizo en la base área del Sídney. Se había permitido a las Fuerzas Especiales ocuparla durante su búsqueda por el Black Dragon y el Lin Kuey, con el servició de las fuerzas militares de Nueva Zelanda a su disposición.

El helipuerto estaba acompañado de un pequeño pelotón de soldados y capitanes de las fuerzas armadas de Nueva Zelanda y las fuerzas especiales. El General no se encontraba con ellos, pero si se encontraba el segundo al mando: el Capitán Kirk. Un sujeto de estatura media, cuerpo musculoso, rostro serio y cabello castaño oscuro. De alrededor de 44 años de edad, muy joven para el puesto en el que se encontraba, y se veía de 34. El Capitán vestía de traje, según sus súbditos, hace mucho que no usaba un traje camuflajeado o un chaleco antibalas. Aun así, su influencia en sus súbditos y las Fuerzas Especiales.

Sonia y su equipo bajaron del helicóptero, las hélices apenas se estaban deteniendo, por lo que un fuerte viento soplaba por todo el alrededor. Cody salió con una muleta y su cuerpo magullado, Silence le ayudaba a caminar, aunque el afirmaba que podía solo. Pierce y Shaun charlaban sobre rugby y como deberían ir a ver el partido de esta noche en su casa mientras Mikka acompañaba Sonia. Todo el grupo se había quitado su armadura de combate, optando por el atuendo militar menos avanzado: el clásico camuflaje gris y negro con chaleco antibalas. Su armadura quedo en el helicóptero y seria llevada para tratar los daños a los que había sido expuesto.

Al salir del helicóptero la mayor tuvo que sujetar su gorra para que no saliera volando. El capitán la recibió con escolta, parecía que estaban orgullosos de su desempeño. Silence se llevó a Cody a la enfermería, un grupo de enfermeros con una silla de ruedas lo esperaban a un lado, mientras que Sonia y el resto saludaban al capitán.

– Bienvenida Mayor Sonia Blade. – saludo el capitán, con la mano en su frente. – Teniente, Sargento. Por favor acompáñenos mientras escoltan a sus compañeros a la enfermería. El General la espera en su oficina.
– Gracias Capitán Kirk. Muéstreme el camino si es tan amable.
– Por supuesto. Sin embargo, la teniente y el sargento pueden retirarse. El General la busca a usted personalmente y quiere hablar en privado.

Sonia asintió con su cabeza mirando a Mikka y Pierce, los cuales hicieron un saludo en posición de firmes y se retiraron. El Capitán llevo a Sonia adentro de las instalaciones, tomando el elevador hasta el tercer piso, donde se encontraba la división de las Fuerzas Especiales. En el centro se encontraba un mapa creado a partir de un holograma que mostraba un registro de actividad del Black Dragon, El Clan Lin Kuey y los restos de actividad electromagnética que dejaron los portales de Outworld. Alrededor se encontraban varios técnicos, agentes, guardias, soldados y demás, ocupados en sus trabajos. Sonia pudo ver que el lugar estaba bastante bien protegido y vigilado: cámaras cubriendo todos los ángulos, compartimientos para robots de seguridad, guardias en cada entrada, etc. Infiltrarse sería difícil para ella. Qué bueno que no estaba sola, pensó.

– El General la espera Mayor Blade. – dijo el Capitán al llegar a la puerta. – Estaré en mi oficina por si le ofrece algo, es el número E2.
– Gracias capitán.

Sonia entro a la oficina, el General Mason se encontraba al fondo, dándole la espalda a la puerta de entrada y mirando hacia el mapa holográfico. Mason usaba un traje completo, usando saco y un guante oscuro en su mano derecha, pero no en la izquierda. El General era un hombre corpulento, de mucho musculo. En su mano izquierda tenía un vaso de whiskey en las rocas. Sonia entro saludando al general, Mason no se voltio para responder y simplemente seguía mirando hacia el mapa holográfico a través de su ventana.

– Descanse Mayor. – respondió mientras hacía sonar los hielos de su vaso. – Me enorgullece saber que usted y su equipo han logrado dar con el Black Dragon, la captura de Jarek y Tasia son un fuerte golpe a su organización. Sin embargo… Kano sigue libre.
– Sé muy bien que mi “misión” no ha acabado. –
– ¿Su “misión”? – el general parecía disgustado por el tono de voz de Sonia – Lo dice que si realmente no lo fuera. Sé muy bien que usted ha expresado su… falta de confianza en la nueva administración. Pero tiene que entender. Las Fuerzas Especiales ya no son una organización americana, ahora es internacional.
– Lo entiendo completamente. – respondió Sonia. – Pero supongo que no es por eso que me llamo General.
– Cuando tu reporte me llego tome el primer vuelo a Nueva Zelanda, sabía que esta vez no podrían escaparte a tus manos. – Mason bebió un largo trago para humedecer su boca. – Es por ello que quería estar cerca cuando sucediera eso.

Mason se dio media vuelta, dejo su vaso en el escritorio y tomo una tableta que contenía imágenes de Jarek y Tasia junto con sus expedientes en formato digital. Paso las imágenes a su pantalla para que ambos pudieran verlas.

– Jarek. Tenía entendido que su antiguo comandante lo había eliminado. Mírelo ahora, parte máquina, parte humano. ¿le recuerda a algún clan?
– Su tecnología es similar a la que “El buen Doctor” produjo para el Lin Kuey.
– Nuestros oponentes se están haciendo más fuertes Mayor. La humanidad no puede contar con artes marciales solamente para combatir las fuerzas que están más allá de nuestras barreras. Es por ello que se están modificando: aumentando sus capacidades físicas.
– ¿Qué me está sugiriendo General? – pregunto Sonia, consternada y algo disgustada.
– Nada por el momento Mayor. El Black Dragon se está preparando para algo, no está ocultándose ni corriendo. – El General cambio las imágenes del Black Dragon a extraños avistamientos de guerreros cibernéticos y aeronaves no identificadas. – El Lin Kuey seguramente está haciendo lo mismo. Es posible que el gobierno chino esté involucrado con él y por ello no nos permita acceder a su territorio.
– El Lin Kuey ha permanecido fuera del mapa desde que el Outworld perdió la guerra. Siguen sin pagar por sus crímenes contra la humanidad y nuestro reino. ¿Pero qué tiene que ver esto con mi investigación con el Black Dragon?
– Es lo que esperamos Tasia o Jarek nos respondan. – El General cambio las imágenes a diferentes tomas satelitales de barcos y camiones que estaban siendo cargados con armas y tecnología, para luego ser atacados por los ciber ninjas. – Hay alguien que ha pertenecido a ambos grupos, un guerrero al que no identificamos todavía.
– ¿La clave para que exactamente? – pregunto Sonia, tratando de acortar la conversación. El general no respondió por unos segundos y su brazo derecho se estiro para agarrar su vaso y tomar otro trago.
– Si Tasia o Jarek no nos proporcionan información recurriremos al Lin Kuey. Le informare sobre los resultados de la interrogación. Puede retirarse Mayor Blade.

Sonia no tuvo el tiempo suficiente para quejarse, un grupo de guardias entraron para escoltar a Sonia fuera de la oficina. Cuando esta se resistió el General alzo la voz, diciendo que debía mejorar su comportamiento. Que su comandante ya no era más Jackson Briggs. Sonia no respondió, pero su rostro se enfureció, sus puños se cerraron y estaba a punto de derribar a los dos guardias. Sonia se contuvo, respirando profundo y retirándose de la oficina por cuenta propia.

Las sospechas de Sonia, aun sin fundamentos, parecían cada vez más reales. Ahora que por fin había dado con algo, se lo arrebatan y planean enviarla a China en una misión aún más peligrosa con un equipo que no estaba 100% cualificado. Sus esfuerzos se habían reducido a nada prácticamente. Si antes no estaba decidida en infiltrarse, ahora lo estaba.

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Base Área de Sídney, Nueva Zelanda. Ese mismo día de noche.

Silence caminaba hacia el cuarto de servidores sin ser perturbada. Recientemente se había dado el lujo de darse autorización para acceder a la mayoría de la red de la base militar. Ava tenía acceso limitado, pero lo había expandido lo suficiente para permitirle a su Mayor interrogar a Tasia.

Al llegar al cuarto de servidores Silence se encontró con dos técnicos haciendo movimientos y chequeos rutinarios. Eran parte de la división de defensa cibernética, a la cual Ava Silence pertenecía antes de volverse una agente.

– Ava... ¿Qué haces aquí? – pregunto uno de los técnicos.
– Me informaron que estaban teniendo un problema – Silence miro a los ojos a los dos agentes mientras giraba la cabeza. – Y que ustedes se están tardando en arreglarlo.
– Ya no formas parte del grupo de defensa cibernética, no deberías tener autorización. –
– Como puedes ver – dijo señalando su credencial. – la tengo, por mi experiencia en estas cosas.

Silence les hizo un gesto con la cabeza para que se retiraran y los técnicos guardaron sus cosas, dejándola sola. A pesar de estar sola, el cuarto estaba vigilado por las cámaras y múltiples firewalls. Acceder sería difícil, permanecer conectada y sin ser detectada aún más. Silence se conectó a la red. Podía acceder fácilmente las primeras barreras, ya que tenía autorización. Sin embargo, llegar a desactivar las cámaras y puertas de seguridad para que Sonia entrara seria otra cosa.

Sonia se encontraba cerca de la cabina de seguridad, donde se controlaba el acceso hacia las prisiones y cuartos de interrogación. Gracias a algunos agentes Sonia había aprendido donde se encontraba Tania aprisionada y sabía que ya la habían interrogado. Sonia esperaba que todavía se encontrara lo suficientemente consciente para que pudiera hablar con ella.

El equipo de seguridad se encontraba ocupado, estaban tomándose un descanso, pero en sus pantallas se podía ver las prisiones de Tasia y Jarek. Sonia pudo ver como Tasia aún se encontraba en el cuarto de interrogatorio, amordazada y con sangre en el suelo. Jarek era otra historia, él se encontraba en una cama de metal, pronto le desensamblarían su cuerpo aumentado. Cortándole sus brazos y piernas. Ambos parecían inconscientes, ninguno de los dos se movía. Sonia maldijo al general, su brutalidad era evidente.

– Todo listo mayor. – le hablo Ava a Sonia por su comunicador. – Las puertas se abrirán en un minuto. Tendrás solo diez minutos para hablar con ella.
– Gracias Silence ¿Cómo se encuentra el resto del equipo? –
– Están dispersos por la base. Mikka se encuentra en las oficinas de seguridad cibernética. Shaun en el polígono de tiro, junto con la mayoría de los agentes. Cody en la enfermería, con el capitán Kirk y Pierce manteniéndose cerca del General.
– Perfecto, ya todo depende de mí ahora.
– Diez segundos Mayor. – le apresuro Silence.

Las puertas se abrieron y las cámaras dejaron de transmitir por unos segundos. Uno de los guardias de seguridad se alteró, pero el otro le dijo que era normal, que ya les habían avisado los de seguridad cibernética que ocurriría eso. Sonia aprovecho para escabullirse y entrar al área de interrogación. Había algunos guardias vigilando las celdas, pero Sonia logro evadirlos sin que se dieran cuenta de su presencia.

Sonia llego al área de interrogación, ahí había dos guardias en la entrada. Ninguno de los dos parecía moverse de su lugar y era la única entrada que existía. Sus minutos se estaban acabando, por lo que tenía que idear un plan y rápido.

– Silence ¿sigues ahí? – pregunto Sonia, intentando mantener la calma.
– Aquí sigo Mayor. – respondió Silence, con voz tranquila, lo que calmo a Sonia.
– Necesito una distracción – Sonia miraba a su alrededor para idear un plan. Cuando vio la prisión del Mercenario del Black Dragon tuvo una idea. – ¿Puedes activar las alarmas del cuarto de Jarek?
– ¿Qué quiere que haga específicamente Mayor? – pregunto Silence, confundida.
– Libera sus ataduras, deja que la alarma se active.
– Eso nos quitara más tiempo, sabrán que fue una infiltración o un error en el sistema y vendrán a buscarme rápidamente.
– Ya no tenemos más tiempo. Hazlo, despierta a Jarek y pensaran que el logro zafarse solo.

Silence se infiltro aún más profundo en los sistemas de seguridad, los firewalls la habían detectado y su tiempo se hacía más corto. Sin embargo, logro acceder a la prisión de Jarek y liberarlo, activando una alarma y despertando al líder de los mercenarios. Jarek se puso de pie e intento activar sus armas, sin embargo, estas no respondían. Sus aumentos habían sido nulificados y los guardias corrían para neutralizarlos. Más de quince guardias corrieron con macanas extensibles eléctricas para combatir contra él. Sonia aprovecho y se infiltro en el área de interrogación de Tasia, con el camino libra y algunos guardias siendo severamente lastimados por Jarek.

Sonia cerró la puerta atrás de ella, las cámaras estaban encendidas, pero solo Silence se encontraba viendo lo que sucedía. El alboroto que había causado le costaría caro, ahora tenía mucho menos tiempo. Agentes, soldados y militares todos habían sido alertados probablemente. Si descubrían que Sonia había sido la causante de ello, sería acusada de traición y encarcelada. Pero la nueva administración no le daba otra opción más que esa.

Tasia se encontraba amarrada a una silla metálica, sus manos habían sido atadas detrás de su espalda por unas esposas de alta seguridad. Su cabeza y espalda estaban encorvadas, mirando al suelo mientras un continuo goteo de sangre hacia un charco debajo de ella. Sonia se acercó a la mercenaria y le levanto el rostro, sus guantes se llenaron de sangre y pudo ver como los ojos de Tania estaban blancos, sin vida. Sonia había llegado demasiado tarde, Tasia estaba muerta.

Sonia dio dos pasos hacia atrás y maldijo a los dioses ahora. Se puso a planear rápidamente su ruta de escape. Jarek ocasionaría demasiado alboroto y ella ya no podía salir por donde entro. Si alguno de los guardias o Jarek la ve, se lanzarían contra ella. Sonia empezaba a perder la paciencia y comenzaba a frustrarse, maldiciendo aún más.

– Te tardaste…Sonia.

Sonia volteo rápidamente al escuchar su nombre, Tasia se encontraba detrás de ella, sonriendo y escupiendo sangre por la boca. Sus
ojos ya no se encontraban blancos, su iris era visible ahora. Tasia doblo su cuello, tronándolo dos veces para acomodarse mejor.

– ¿Cómo…como es que sigues viva? – pregunto Sonia, perpleja.
– Tu general intento matarme con una toxina, un veneno. – Tasia hablaba con un claro acento griego y agudo, tragando saliva o escupiéndola con sangre. Haciendo breves pausas. – Pero debería saber que ya somos mucho más fuertes que eso.
– ¿El general intento matarte? –
– No actúes tan sorprendida, ya sospechabas eso. – Tasia volvió a escupir sangre. Su cara estaba llena de moretones y heridas, pero ella hablaba como si no le molestaran en lo absoluto. – ¿A qué has venido a visitarme? Dudo que haya sido para liberar a Jarek.
– ¿Dónde está Kano? ¿Cuál es la relación que tienen ustedes con el Lin Kuey? ¿que saben de la agencia de las Fuerzas Especiales y su nueva administración? ¿Por qué se han mantenido ocultos ahora cuando antes no nos tenían miedo?
– Cuantas preguntas Mayor Blade… y tan poco tiempo para responderlas.
– Entonces no pierdas nuestro tiempo.
– No lo sé, nadie sabe dónde está Kano. El Lin Kuey es un traidor y las Fuerzas Especiales son casi más peligrosas para el Earthrealm que nosotros.
– Especifícate más. – le ordeno Sonia, contando los segundos que le quedaban. – Fingiste estar muerta para que pudieras hablar conmigo, sé que me estabas esperando. Así que dame las respuestas que estoy buscando.
– El Black Dragon no tiene intenciones de trabajar con las Fuerzas Especiales. – renegó Tasia, enfurecida. – Pero la Mayor Sonia Blade ya no forma parte de ese grupo, ahora eres una criminal, como nosotros.
– No compares una sucia rata como Kano o tu conmigo.
– Tienes razón, ustedes son peores. Solo mira la brutalidad con la que nosotros tenemos que lidiar. – Tasia sonrió, feliz de torturar mentalmente a Sonia. – No puedo darte respuestas, pero puedo guiarte a ellas: Hong Kong.
– ¿China? ¿Por qué China?
– Ahí encontraras a la conexión del Lin Kuey con el Black Dragon, el epicentro de nuestras rivalidades. También sabrás la ubicación de Kano, él te está esperando.
– El General tenía razón entonces… la respuesta la tiene el Lin Kuey. – Sonia dudo por un segundo. Su escepticismo ante su general parecía desvanecerse de la nada.
– No confíes en tu general. – le advirtió Tasia. – Él te llevara a una muerte segura. Por más que me gustaría que eso pasara, tú enemigo, él enemigo del Black Dragon, no es ni el Lin Kuey ni las Fuerzas Especiales. Es un grupo aún más peligroso. Uno que data desde tiempos inmemorables.
– ¿Sugieres que tenemos un enemigo en común? – pregunto Sonia, algo disgustada del pensamiento de trabajar con su más grande enemigo desde hace años.
– No sugiero nada. Así es como son las cosas. – le respondió Tasia, seria. – No me mires así, a mí tampoco me gustó la idea, pero fue una orden de Kano.
– ¿Entonces si hablaste con él?
– Fue antes de que desapareciera. Meses después de que Shao Kahn fallara en su intento de conquistar el Earthrealm. – Tasia escuchaba el combate de Jarek contra los guardias y volteo hacia donde se originaba el ruido, rápidamente volvió a ver a Sonia. – Se acaba tu tiempo Mayor. El general busca eliminar al Lin Kuey y el gobierno chino que se ha aliado con él. Busca eliminarte a ti también para lograr ese objetivo. De esa forma eliminara a los dos grupos más fuertes y dejara al más débil, el Black Dragon, para el ultimo. Si logras sobrevivir al Lin Kuey, él te encontrara a ti.
– ¿Quién es “él”? ¿hablas de Kano? – pregunto Sonia, mientras veía el reloj, su tiempo se acabaría en cinco segundos.
– No… no es Kano. Ahora vete. –

El tiempo de Sonia, se había acabado. Salió del cuarto de interrogación hacia las prisiones y podía ver como Jarek seguía causando estragos, derribando guardia tras guardia. Ambos cruzaron miradas, pero Jarek no hizo nada, solo la siguió con la mirada y continúo peleando contra los guardias hasta que fue demasiado para él.
Ava Silence se desconectó de los servidores, guardo sus cosas y salió del cuarto. Las dos lograron su objetivo.
Mi visión de MKX, mi primer fan-fiction: viewtopic.php?f=9&t=21824

Hares
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Re: MKX: Una nueva historia.

Mensaje por Hares » Lun, 09 Ene 2017, 22:24

Muy Feliz Año nuevo a todos ustedes compañeros del Foro, lectores y demas. Espero sus primeros dias de enero hayan empezado bien y que hayan tenido felices fiestas en diciembre. No publique nada durante el més de diciembre, en cambio, me concentre a avanzar la historia en fanfiction.net. Actualmente allá se encuentran en el capitulo 10 y no he publicado nada de la historia del Earthrealm. En cambio aquí ya vamos un poco más avanzados.

Les traigo un nuevo capítulo en las aventuras de Sonya Blade. Espero les este gustando este toque diferente a los primeros 10 capítulos de Outworld. Cada vez la historia va tomando forma. No crean que este fan fic solo son historias de los personajes antes de los eventos del primer capitulo de MKX en el modo historia. No para nada. Todo se va formando, de poco a poco.

Como siempre, comentarios, conclusiones y demás son bienvenidos. Este capitulo es importante para el futuro de mi fanfiction. Espero puedan ver por que. (:lol)

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CAPITULO 14: Nueva Misión.

Ubicación: Mar de la China Meridional. Hora: 0500.

Sonia Blade y su equipo viajaban en dos helicópteros Bell UH-17. Un grupo de alrededor de 15 soldados les fue otorgado como refuerzos para su nueva misión. Debían capturar a uno de los jefes políticos más influyentes de China que se encontraba en un hotel de Hong Kong. La misión es extraoficial, desconocida incluso para muchos miembros del alto mando de las Fuerzas Especiales. China no es un país que le agrade la presencia de fuerzas militares extranjeras dentro de sus territorios y es de los pocos que no forman parte de las Fuerzas Especiales de la ONU. Debido a esto las relaciones entre China, Rusia y otros países se han visto afectados. Sobre todo, cuando ocultas y apoyas a criminales a nivel mundial como el Lin Kuei.

Sonia Blade tenía el objetivo de secuestrar y cuestionar al Sr. Qu Yuan quien se cree a fraternizado con el Lin Kuei y les ha dado asilo político en la capital de su país. El Sr. Qu Yuan había contactado con un hombre que ha permanecido en las sombras todo este tiempo y es clave para los planes del Lin Kuei. Su nombre clave: Doctor, Buen Doctor. Responsable y creador de las armas que ahora usa el antiguo clan de ninjas, el Doctor ahora está dando sus servicios a una súper potencia mundial. Los espías de diferentes gobiernos lograron infiltrarse y descubrir parte de los planes del gobierno chino. Basta decir que no estaban de acuerdo con sus decisiones.

China ha permanecido neutral en el conflicto entre los diferentes reinos, sin embargo, ha apoyado a las Fuerzas Especiales en la captura e investigación de los responsables del ataque que sufrió el occidente. China ha apoyado a las Fuerzas Especiales para capturar al Black Dragon, entregando aquellos que se encuentran en su territorio, pero se ha mostrado excepcionalmente frios con respecto al Lin Kuei. Mientras el gobierno sanciona los actos contra la humanidad hechos por el Lin Kuei, este parece muy indeciso en cómo actuar contra ellos, negando investigaciones dentro de su territorio. China ha dicho que se encargaría del problema, pero lleva más de un año y no ha habido avances y ni un solo miembro capturado.

– Prepárense allá atrás. – llamo el piloto del helicóptero. – Tiempo Estimado de Llegada: 30 minutos.

Los helicópteros estaban a punto de cruzar el mar y llegar a los puertos de Hong Kong. Los helicópteros se encontraban de forma “incognito” usando códigos del ejercito militar chino. Los hackers de las Fuerzas Especiales lograron conseguirles las credenciales necesarias para que pudieran infiltrarse por unos momentos en el tráfico aéreo chino sin alertar a las fuerzas armadas o la policía. Sin embargo, este no duraría mucho y las fuerzas militares y policiacas de China se darían cuenta que hay fuerzas foráneas en su país.

– Ok muchachos. – Sonia se puso de pie. – Ya saben nuestro objetivo. Debemos capturar al Sr. Qu Yuan. El estará protegido por su defensa personal y también la policía. El uso de armas de fuego está permitido, pero es nuestro último recurso. Queremos al Sr. Qu Yuan vivo.
– ¿Cómo actuaremos Mayor? – pregunto uno de los soldados recién asignados a Sonia.
– Francotiradores y un grupo de ataque estarán vigilando a todo momento desde un edificio vecino mientras un grupo pequeño dirigido por mí los emboscara en su sala de juntas. Nuestra agente Ava Silence se infiltrará para espiar en las negociaciones que tendrán. En el momento que tengamos la información que requerimos podremos actuar. ¿Entendido?
– ¡Si Mayor! – contestaron todos.

Los helicópteros estaban llegando al oeste Kowloon, en el distrito de Yau Tsim Mong. El lugar de la reunión se podía ver: un edificio vecino al Centro Internacional de Comercio, un edificio pequeño comparado contra el gran rascacielos que se encontraba a su lado. El edificio parecía estratégicamente escogido, pues no llamaba mucho la atención y estaba en el completo control del gobierno, por lo que no había civiles en él.

Los helicópteros iban a desplegar sus tropas en un pequeño puerto cerca del punto de reunión. Todos poseían credenciales de fuerzas especiales de la ONU acreditadas por el gobierno chino y los esperaba un grupo de infiltrados con varias camionetas que los llevarían a sus puestos. A partir de ahora estaban solos, la comunicación con el Alto Mando se había silenciado por completo. Tenían 24 horas para completar la misión e informar al General que la misión fue un éxito, si la misión fracasaba, tenían que regresar por sus propios medios. Sonya y su equipo se había convertido en un grupo de Black Ops de la noche a la mañana, un hecho que la molestaba bastante y le daba un pésimo presentimiento.


Dos horas después, en el Centro Internacional de Comercio de Hong Kong.


Un grupo de seis soldados se adentraron por los pisos del ICC posando como civiles. En ciertos cuartos les esperaba su armamento: varios rifles francotiradores, rifles de asalto, balas explosivas, perforadoras y armaduras. Todo paso gracias a los hackers que se infiltraron en el sistema del edificio para permitir que las maletas pasaran sin que se les detectara su contenido. Los soldados subieron por el elevador, bajándose en parejas en diferentes niveles. Al llegar a su respectivo cuarto empezaron a prepararse, ensamblado sus armas y equipándose su armadura.

Tres francotiradores armados con rifles Barrett M82 se colocaron en las ventanas del ICC para vigilar el perímetro del edificio. Agentes en cubierto se encontraban dispersos por todos lados, camionetas blindadas y miembros de la policía de Hong Kong protegían el lugar. Sonya y su equipo tendrán una difícil misión para infiltrarse, sin embargo, ellos ya tenían su plan.

Sonya, Pierce, Silence y Mikka estaban dentro de una camioneta policiaca de Hong Kong, disfrazados como miembros de las fuerzas de la policía de la ciudad que formaban parte de la guardia del Sr. Qu Yuan. Sus credenciales le permitían adentrarse en el complejo para poder vigilar los pasillos internos del edificio. Cody se había quedado en Nueva Zelanda mientras que Shaun formaba parte de los refuerzos, junto con otros diez soldados, por si algo salía mal.

Los cuatro entraron juntos al edificio, subiendo a su nivel asignado por el elevador. Los cuatro iban armados con fusiles de asalto y pistolas como armas secundarias. Sin embargo, no iban tan bien protegidos como antes. Pues usaban solo el chaleco antibalas y atuendo de la policía china. Tenían que actuar rápido y salir igual de rápido para evitar conflictos. Solo de esa forma podían salvarse y completar la misión.

Ava Silence entro a uno de los cuartos del edificio, desactivando su seguridad electrónica y abriendo los seguros. Se encontraban justo debajo de la sala de reuniones. Ava enlazo su comunicador con el de Sonya y el resto, que se encontraban en el pasillo, un piso debajo del punto de reunión. Silence coloco sus micrófonos para poder escuchar a través de las paredes. También libero un dron militar con camuflaje para poder espiar las conversaciones desde las ventanas y tener una mejor visión de lo que se encontraba arriba de ellos.

– ¿Todo listo? – pregunto Sonya por el comunicador.
– Así es, todos están en posición. – contesto Ava mientras recibía la señal de confirmación de todos los grupos.
– Perfecto. – dijo Pierce. –Ahora solo esperamos a que lleguen los anfitriones de la fiesta. –

El Sr. Yu Quan llego en una camioneta negra reforzada, acompañado por cuatro guardaespaldas que cargaban maletines plateados en su mano derecha. Los francotiradores alertaron a Ava que el “objetivo” había llegado. Esta a su vez reporto a Sonya y al resto. Todos checaron sus armas, colocaron silenciadores en sus rifles y pistolas, al igual que colocaron una bala en la recamara. El seguro seguía puesto. Mikka dio un fuerte respiro. Pierce intento distraerse de su preocupación y sudor. Sonia miro a sus dos soldados y asentó con la cabeza, eso los reconforto, saber que su mayor se encontraba con ellos. Ella ha logrado que al final todo salga bien, seguro a su lado pueden lograrlo esta vez también.

“Entrar, esperar, capturar, salir”. Uno de los helicópteros estaría esperando en el helipuerto del ICC, al recibir la señal del equipo de Sonya se volaría al techo de su edificio para tomar “el paquete” y retirarse rápidamente. Si todo salía de acuerdo al plan, estarían de vuelta en terreno amistoso en menos de un día.

– El objetivo está tomando el elevador. – informo Silence a su equipo.
– El Doc. ¿Está con ellos? – pregunto Mikka.
– Negativo. – Parece que no ha llegado.
– Puede que ya esté aquí – menciono Pierce. – Total no sabemos cómo luce.
– ¿Tu Dron ve algo dentro de la sala de juntas Ava? – pregunto Sonya.
– Las ventanas parecen tener un sistema para auto-polarizarse. Sin embargo, los escáneres de calor detectan la presencia de cuatro personas. – respondió Ava. Inconforme de no poder dar más información. – Dos dentro y dos en la puerta. Parece que están bien armados.
– ¿Cuántos policías ves en el piso? – pregunto Mikka.
– Hay cuatro oficiales armados con subfusiles y bien protegidos. – menciono Ava mientras controlaba al dron para percibir lo que había en los pasillos. – Tendrán que eliminarlos a ellos primero.
– ¿Eliminarlos? – pregunto confundido y disgustado Pierce. – Espero que no te refieras a matarlos.
– Es nuestro último recurso Pierce. – le reitero Sonya. – pero si es necesario tendremos que hacerlo.
– Pero… – continuo Pierce. – Solo están haciendo su trabajo.
– Son policías corruptos de un gobierno comunista que se niega a entregar a criminales de guerra a nivel mundial y que, aparte de ello, conspira con ellos. Mantén tu cabeza en el objetivo Pierce y solo en el objetivo. –
– Si Mayor…

Sonya entendía a Pierce, realmente lo hacía. Su actitud carismática, su preocupación por todos aquellos que lo rodean. Le era algo que le recordaba a si misma cuando era más joven. Sin embargo, esa actitud les costó la vida a muchos de sus compañeros. No quería pensar que fue un error de su parte tener compasión. Pero, lamentablemente, lo fue. Lo único que buscaba era que Pierce no cometiera el mismo error, pues la vida de sus compañeros y la suya estaba en juego en todo momento.

El equipo escucho al ascensor subir por los pisos y abrirse justo en el que se encontraba arriba de ellos. Los cuatro tres esperaron a que Ava los enlazara con los micrófonos que había colocado debajo de la sala de juntas. Pronto las comunicaciones entre ellos se verían bloqueadas mientras escuchaban lo que ocurría por encima de sus cabezas.

Estática se percibía mientras Silence calibraba los micrófonos. Pronto se pudo escuchar el abrir de la puerta, un guarda decir “bienvenido” en chino y los pasos sobre el suelo. Ava conecto los micrófonos a su computadora, para que el traductor digital pudiera pasar las palabras del chino mandarín al inglés.

– Buenas noches “Buen Doctor”. Es un placer conocerlo. – dijo el Sr. Yu.

Silence y el resto se sorprendieron de que El Buen Doctor ya se encontrara dentro del salón. Ava avanzo su dron para intentar percibir la señal de calor del Doctor, sin embargo, las únicas nuevas que detectaba eran la del Sr. Yu y sus cuatro guardaespaldas. Faltaba una y era la del doctor. Ava estaba confundida, pero no podía explicárselos a sus compañeros a menos de que cortara la comunicación de los micrófonos, por lo que decidió esperarse.

– Me alegro de que por fin haya llegado Sr. Yu. – la voz del “Buen Doctor” era extremadamente grave, producía un fuerte eco y a cambia con el tiempo. – Sabrá que soy un hombre con muchas ocupaciones.
– Hombre no es la palabra de cómo lo definiría a usted y lo que hace… doctor.
– Eso es porque he dado un paso hacia la evolución del homo-sapiens y su futuro. Lo que ustedes definen como hombre es un ser inferior.
– ¿Y usted puede hacer lo mismo con mis hombres?
– Si se me da los recursos necesarios, ascenderé a toda su nación en dicho camino. El resto de las naciones caerá ante el ataque inminente que se aproxima. Su nación será la única en sobrevivir.

Ava Silence le dio la señal a Sonya y su grupo que se movieran. Le advirtió que no detecta señales de calor del Buen Doctor mientras estos avanzaban lentamente hacia el piso superior. Sonya no dijo palabra alguna, pero sabía que pensaba lo mismo que ella. Ava continúo escuchando la conversación mientras el resto de su equipo avanzaba.

– ¿Qué ataque? – pregunto el Sr. Yu – ¿El Outworld?
– No, no el Outworld. Pero si es un reino diferente al nuestro. Su nombre no significaría nada para usted.
– ¿Qué podemos esperar de este ataque?
– El Lin Kuei ha lidiado con esta fuerza antes. Uno de sus antiguos miembros participo con el Dios del Trueno para retrasar su regreso, pero solo lo aplazo por dos años más.
– El Lin Kuei nos falló una vez. Outworld fracaso. ¿Cómo será esto diferente?
– Shao Kahn fue manipulado por uno de los emisarios de muerte. Un miembro de una organización llamada la Hermandad de las Sombras. Su intervención era algo con lo que no contábamos.

Sonya, Pierce y Mikka caminaban por los extremos del pasillo. Uno de los guardias policiacos detuvo a Mikka, diciéndole que tenían prohibido subir a ese nivel y debían permanecer en el suyo. Mikka doblo el brazo del policía chino y lo golpeo con la culata de su subfusil. Noqueándolo de inmediato. Otro guardia escucho los quejidos apagados de su compañero. Avanzando lentamente lo llamo por su nombre mientras levantaba su subfusil y apuntaba hacia el frente. Pierce acompañaba a Mikka. Pierce escondió detrás de un muro y cuando el cañón del subfusil del oficial se asomó por la esquina, lo bajo con su brazo derecho y con el izquierdo lo noqueo con su codo. Noqueando al segundo oficial

Sonya colgó su rifle y en cambio tomo su garrote. Un hilo extremadamente resistente que le permitía sujetar a sus oponentes y manipularlos fácilmente sin que se rompiera. La Mayor se encontró con los otros dos policías vigilando el pasillo. Sonya les intento hablar en chino mandarín, diciéndoles que había perdido comunicación con el resto de su equipo en el piso de abajo. Los dos oficiales tomaron su radio he intentaron comunicarse con la sala de control que manipulaba las cámaras de seguridad. Sin embargo, antes de que pudieran hacer eso, Sonya golpeo en la nariz a uno de los policías con su talón. La nuca del oficial choco con la gruesa pared, noqueándolo, mientras el otro intentaba apuntar con su pistola. Sonya enredo su garrote en su brazo y, haciendo una marometa, tumbo al oficial para luego noquearlo con un golpe de sus nudillos.

– ¿Entonces Shao Kahn solo fracaso debido a este emisario?
– Su plan era debilitar ambos reinos antes de dar su ataque. Su misión fue en parte un éxito. Outworld está en constante guerra entre aquellos que quieren tomar el trono y lo estará así por más de 25 años. El Earthrealm ha perdido a la mayoría de sus guerreros, adhiriéndolos a las fuerzas de la oscuridad. Earthrealm será el primer reino en caer. Después le seguirá el Outworld y el resto.
– ¿Cuántos reinos existen?
– Los bancos de información del Lin Kuei son bastos, pero no poseemos dicha información Se estima que al menos existen seis reinos medios, dos reinos altos y el un sinfín de reinos bajos. Earthrealm es un Reino Medio, representado por uno de los GREAT ONES, al igual que Outworld.
– ¿Great Ones? ¿Qué son ellos? ¿Son como el Dios del Trueno?
– No. Los Dioses son creaciones de los Dioses Viejos que gobiernan la existencia de nuestro universo y sus diferentes versiones paralelas. Los GREAT ONES son todavía un misterio y no existe mucha información sobre ellos… En fin. No estamos aquí para discutir sobre seres ancestrales que datan desde antes de la existencia del ser humano.
– Directo al grano entonces Doctor. El gobierno chino está dispuesto a suministrar el dinero, mano de obra y tecnología para permitirle a usted trabajar junto con el Lin Kuei por segunda vez.
– Mi tecnología lo salvara. De eso puede estar seguro. Su primer escuadrón estará listo dentro de una semana, tan pronto como me den lo necesario para trabajar.
– Todo eso está listo. El Gran Maestro lo espera.
– Solo tengo una pregunta Sr. Yu.

Sonya, Pierce y Mikka habían derribado a los cuatro policías sin mucho problema. Ahora lo único que los detenía eran dos guardaespaldas del Buen Doctor que esperaban en la puerta. Al llegar al pasillo los dos guardias se miraron unos a otros. Los miembros de las Fuerzas Especiales actuaron como si todo estuviera en orden. Sin embargo, parecía que los guardaespaldas sospechaban algo. Los guardias se cruzaron de brazos, metiendo una de sus manos debajo de su saco. Sonya asintió para Mikka, la cual devolvió el gesto. Al ver esto los guardias rápidamente sujetaron sus armas, pero Sonya y Mikka actuaron rápido, metiendo una bala al cráneo de cada uno de ellos, para la sorpresa de Pierce.

– Dígame Doctor. – respondió el Sr. Yu, que se distrajo por un ruido proveniente del pasillo.
– ¿Está al tanto del cambio de liderazgo que se ha hecho en el Lin Kuei? – hubo un pequeño silencio.
– ¿De qué me está hablando?
– ¿Quién controla al Lin Kuei? ¿El gran maestro o ustedes?
– No lo entiendo. ¿Qué me quiere decir?
– No se preocupe… ya he obtenido mi respuesta. Se puede retirar.

Sonya irrumpió en la sala de juntas derribando la pared cuando uno de los guardaespaldas del Sr. Yu le abrió a su protegido. La puerta golpeo al guardaespaldas, derrumbándolo y con él al Sr. Yu. Los otros guardaespaldas presionaron un botón de su maletín, el cual soltó la caja metálica y libero una metralleta chica UZI. Sonya se agacho, apuntando su pistola silencia al rostro de uno de estos guardias. Pierce y Mikka esperaban detrás de su Mayor y abrieron fuego contra los enemigos. Los guardias cayeron al suelo con varias balas en su cuerpo y derramando sangre por toda la habitación.

El guardaespaldas que había tumbado al Sr. Yu sacó una pistola de su saco, pero Sonya lo neutralizo antes de que pudiera actuar, manchando el traje y rostro del Sr. Yu con su sangre. El Buen Doctor permaneció inmóvil durante toda la contienda. Con una pierna cruzada y sus manos entrelazadas descansando en su rodilla. El Doctor era una persona calva, con un ojo biónico similar al de Kano pero de menor tamaño y vestía con un traje chino tradicional de color rojo y negro.

– Sr. Yu no se mueva. – dijo Sonya en mandarín. – Usted tampoco Doctor.

Pierce y Mikka quitaron el cuerpo sin vida del guardaespaldas del Sr. Yu. Lo ayudaron levantarlo, lo esposaron, lo amordazaron y cubrieron su rostro con una bolsa de tela oscura. Todo mientras maldecía en su idioma natal. Sonya camino hacia el Buen doctor con su pistola apuntándole directamente al rostro. El Buen Doctor sonrió y en un parpadeo desapareció su imagen. Era un holograma, justo lo que Silence sospechaba.

– Tenemos al Sr. Yu, sal de ahí Silence. Te esperamos en la azotea – comunico Sonya.
– ¿Qué paso con el doctor?
– Era un holograma. – explico Sonya, algo furiosa pero no decepcionada. – Nunca estuvo presente.
– Entendido Mayor.
– Es hora de irnos ma’am. – dijo Mikka mientras Pierce salía de la habitación con el Sr. Yu.

Sonya y el resto subían por las escaleras del edificio. Tenían que subir cinco pisos y pronto las cámaras detectarían su presencia en lugar de ver una repetición infinita de los últimos instantes antes de que hicieran sus movimientos. Ava tomo el ascensor una vez que termino de guardar todo su equipo en su mochila. Los cuatro se encontraron en la azotea para esperar que su pájaro los recibiera.

Sonya y su equipo ya habían llegado cuando el ascensor llego, los tres apuntaron al elevador, pero bajaron sus armas al ver que era Silence la que se encontraba en él. Los cuatro juntos pudieron ver como el helicóptero descendía a su ubicación. Los guardias y policías seguramente ya sospechaban que estaba ocurriendo, pero no poseían de los medios para detener a un helicóptero.
El primero en subir fue Pierce con el Sr. Yu. Las hélices del helicóptero levantaban todo el polvo del lugar y hacía imposible la comunicación verbal. Mikka subió después de Pierce y ayudo a Silence a subir junto con su maleta. Sonya fue la última en subir. Con los cuatro en sus asientos y con el seguro puesto el helicóptero empezó a elevarse.

– ¡Misión cumplida Mayor! – grito con alegría Pierce mientras Mikka sonreía.
– ¿Tenemos la conversación Silence? – pregunto Sonya.
– Tenemos todo Mayor. Hemos ganado.

Los cuatro sonrieron y rieron mientras el helicóptero empezaba a alejarse de la zona de peligro, sin embargo, una alarma se activó en el helicóptero. Tres misiles los perseguían. El piloto les grito que se sujetaran mientras este intentaba perderlos. El piloto empezó a descender mientras soltaba las bengalas. Dos misiles explotaron justo detrás de la cola del helicóptero, haciéndolo perder el control. El piloto intento recuperarse, pero no pudo esquivar el tercer misil, el cual impacto justo en la hélice trasera. El helicóptero se prendió en llamas y empezó a caer en picada, girando sin control. El aterrizaje fue fuerte, girando mientras impactaba en el suelo. Solo se detuvo al impactar contra varios automóviles que se encontraban en la avenida. La gente corría por la conmoción, abandonando sus automóviles se intentando ayudar aquellos que fueron arrasados por el helicóptero derrumbado.

Sonya intento concentrarse despues del impacto. Pierce, Mikka y Ava seguían con vida. El Sr. Yu estaba inconsciente, pero con vida. Uno de los pilotos falleció durante el impacto. El otro se encontraba gravemente herido. Sonya les ordeno que salieran del helicóptero, que se comunicaran con Shaun y sacaran al piloto y al Sr. Yu antes de que las llamas consumieran todo. Mikka se llevó al Sr. Yu, Pierce intento sacar al piloto, pero este gritaba de dolor cada vez que lo intentaba levantar. Pierce no sabía qué hacer y empezó a ponerse nervioso, Sonya le ordeno que saliera y que ella atendería al piloto. Este le suplico que no lo dejaran ahí, que lo sacaran. Sonya le reafirmo que así seria y que tenía que ser fuerte. Este asintió con lágrimas en sus ojos. Sonya coloco sus brazos debajo de los del piloto y lo intento sacar. Este grito de dolor, pero intento contenerse. Su pierna estaba siendo rasgada por el metal del helicóptero. Finalmente, después de tres empujes su pierna logro zafarse de los escombros. Sangrando todavía, Sonya lo cargo y saco del helicóptero. Silence saco la información necesaria para incriminar al gobierno chino mientras dejaba el resto, pudo salvar lo importante mientras Mikka atendía al piloto herido.

– ¿Qué demonios fue eso? – pregunto Pierce – ¿Desde cuándo la policía china tiene misiles antiaéreos?
– Silencio Pierce, no pierdas la cabeza. – le ordeno Sonya.
– Mayor ayúdeme apretando aquí. – dijo Mikka mientras vendaba al soldado.
– Claro Mikka, el resto de ustedes busquen un lugar seguro. Debemos escondernos. Quiten el seguro a sus armas.
– Mayor…creo que no hay tiempo. – hablo Silence, cargando su rifle y mirando al cielo. Asustada.
– ¿Qué? – se dijo a si misma Sonya y volteo hacia el cielo. Después de unos segundos dijo: equipen su munición explosiva y de alto poder muchachos, colóquense detrás del helicóptero.

Cinco ciborgs aterrizaron desde el cielo. Uno por uno. Apagando los propulsores de sus manos, pies y espalda. Los cinco emitían una luz brillante de color azul de sus ojos y otras partes de su cuerpo. Cuatro de ellos eran plateados, uno de color rojo metálico.

– Mayor Sonya Blade… no crea que mostraremos piedad. Lin Kuei, ataquen. – ordeno Sektor.
Mi visión de MKX, mi primer fan-fiction: viewtopic.php?f=9&t=21824

Hares
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Re: MKX: Una nueva historia.

Mensaje por Hares » Mar, 17 Ene 2017, 21:02

Continuamos con la historia del Earthrealm y un viejo enemigo regresa: El Lin Kuei. Su clan ha sido completamente transformado, sus guerreros transformados en maquinas obedientes de destrucción.

Hola a todos, espero se lo estén pasando bien. Hoy les traigo un nuevo capitulo de mi fanfic. Ya estamos a la mitad de la segunda parte de este fanfic. Earthrealm esta muy debilitado y sus fuerzas conspiran con los enemigos que intentaron destruirlos. Espero lo disfruten.

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Capítulo 15: Lin Kuei.

– ¡Aquí la Mayor Sonia Blade, requerimos apoyo aéreo ahora! – llamo Sonia por el comunicador mientras su equipo abría fuego contra los guerreros Lin Kuei de Sektor.

Los ciborgs poseían una fuerte armadura plateada a prueba de balas, sin embargo, la munición perforante y explosiva que habían preparado para la misión era eficaz para causar daño a estos guerreros. Pierce, Mikka y Silence, junto con el Sr. Yu, se encontraban detrás del helicóptero, cubriéndose del fuego enemigo mientras intentaban retroceder.

Las balas causaban daño a sus guerreros, por lo que Sektor ordeno tomar vuelo y negarles la ventaja de la distancia a sus oponentes. Por medio de sus propulsores, ubicados en la planta de sus pies y manos al igual que su espalda, los ciborgs volaron sobre el helicóptero. Sektor permaneció en el aire unos segundos, enfocando su mirada en la Mayor, para luego lanzarse en picada hacia la ubicación de Sonya. Con su puño impacto el suelo, liberando una onda expansiva que empujo a la Mayor varios metros atrás, separándola del resto de su grupo. Sonia giro por su espalda para colocarse de pie, con su rifle de asalto todavía en sus manos, continúo disparando contra el ciborg rojo. Sektor respondió al ataque usando sus lanzallamas, el fuego se esparció por toda el área, prendiendo en llamas a Sonia. La mayor rodo a la derecha para alejarse del fuego, mordiéndose la lengua por el dolor que le causaban sus quemaduras y el intenso calor que estas emanaban. Sektor detuvo su inferno, activando sus propulsores para acortar la distancia entre Sonia y él. Mientras avanzaba a gran velocidad, soltó un fuerte puñetazo. Sonia lo esquivo y dio una patada de mula contra la mandíbula del ciborg, deteniendo su avance. Activando sus dos guantes, Sonia disparo dos veces. El plasma hizo retroceder al ciborg, dándole el tiempo a la mayor a continuar atacando con varias patadas. Sektor se defendió de todas ellas y respondió con fuertes golpes. La armadura de varias láminas de titanio era demasiado fuerte, Sonia no pudo resistir a tanto castigo por mucho y fue derrumbada por una fuerte patada hacia su pecho. Esto no era nuevo para Sonia, se levantó rápidamente como si la hubiera rosado una pluma.

Mikka y el resto continuaron disparando cuando los ciborgs emprendieron el vuelo. Sin embargo, estos pudieron acortar la distancia lo suficiente para que las balas explosivas fueran peligrosas para sus usuarios. Ninguno de ellos llevaba la armadura de las Fuerzas Especiales. Los golpes que tiraban los ciborgs eran demasiado fuertes como para detenerlos. Lo único que podían hacer era esquivarlos. Pierce intento golpear a uno de ellos, pero su mano se fracturo al impactar contra el grueso casco que protegía el cráneo. El ciborg, tambaleándose un poco, respondió con un gancho derecho, derrumbando al suelo a Pierce con un fuerte moretón en la mandíbula. Mikka uso la culata de su subfusil, sin embargo, después de unos golpes, el ciborg tomo la culata, rompiéndola con su fuerza. Ava prefirió tomar su arma secundaria, una pistola .45, disparándole de cerca al ciborg para que ocasionara más daño. Pronto se quedó sin munición y, al intentar recargar, el ciborg acertó una fuerte patada a su estómago, ahogándola e hincándola al suelo. Mikka intento acudir a su arma secundaria, pero el ciborg soltó una carga eléctrica a su pecho, similar a la de un taser. Mikka cayó al suelo, con su cuerpo temblando involuntariamente por el dolor.

– Debió permanecer en Australia Mayor Blade. – dijo arrogante Sektor, mientras caminaba lentamente hacia Sonia. – Cazando a criminales de segunda.
– Eso estoy haciendo Sektor. – respondió Sonia, limpiándose la sangre de su boca.
– Ni siquiera lo intentes. – le advirtió Sektor. Apuntándole con uno de sus propulsores que se encontraba en la palma de su mano – Mira a tu alrededor.

Sonia vio a sus tres compañeros caídos, derrotados por los cuatro ciborgs plateados de Sektor. Cada uno de ellos había sido capturado por un ciborg, con un propulsor directamente en su cráneo. El Sr. Yu fue liberado por el cuarto ciborg, quitándole sus ataduras. El asiático se sobo sus muñecas, cuyas ataduras le habían irritado la piel mientras se tambaleaba al ponerse de pie. El Sr. Yu camino hasta Sektor, enfadado.

– ¿Qué ha sido todo esto? dijiste que estarías presente durante la reunión – le disputo el Sr. Yu, claramente enfurecido. – Nuestros planes casi son descubiertos.
– Yo estaba escuchando Sr. Yu Quan, pero preferí no hacerme presente en caso de que un acto así sucediera.
– ¿Quién es ella? – pregunto el Sr. Yu.

Sonia permanecía inmóvil, pero su mirada cambiaba de Sektor al Sr. Yu al edificio Internacional de Comercio. A lo lejos se encontraban los tres francotiradores, haciéndoles señales a su mayor de que los tenían en la mira por radio. Sonia solo estaba esperando el momento correcto para resumir el ataque. Dándose tiempo para que Shaun y el helicóptero los cubriera en su escape.

– Ella es la Mayor Sonia Blade, miembro de las Fuerzas Especiales. – Sektor voltio a ver a Yu Quan y hablo con agresividad contra él. – Tu captura puso en peligro nuestros planes, casi comprometes nuestra situación.
– ¿Debo recordarte que el gobierno chino es el que tiene el poder aquí? – le reto el Sr. Yu. – Ahora regrésame y acaba con estas sabandijas. – Yu Quan se dio media vuelta, retirándose del lugar, cuando Sektor le hablo.
– Sr. Yu. – el político se dio media vuelta al escuchar su nombre – Como le dije, escuché su conversación con el “Buen Doctor”. Sé que discutieron cosas sobre el Lin Kuei.
– ¿De que estas hablando? – pregunto Yu, cansado y arrogante. – Acaba con esto. Hablare con el Gran Maestro para hacerle ver tu ineptitud e incapacidad de acatar órdenes.
– Ese es el problema Sr. Yu. Mi padre está muerto. – Yu dio dos pasos hacia atrás, asustado, al escuchar las palabras del ciborg. Sektor se voltio a verlo. Su rostro metálico no lo expresaba, pero su voz sí. Sektor declaro rota su relación con el gobierno chino una vez que había obtenido lo que quería. – Ahora ¡yo soy el Gran Maestro del Lin Kuey!

Sektor ordeno a su cuarto guerrero eliminar al Sr. Yu. Este intento correr, pero sin ningún éxito. El ciborg lo capturo, sujetándolo del cuello. Le empezó a ahorcar, asfixiándolo rápidamente con su fuerza. Yu Quan suplico por misericordia. El ciborg respondió activando su propulsor a centímetros de su rostro, abriendo un enorme agujero en su cráneo. Matándolo instantáneamente y esparciendo sus sesos por la calle. El cuerpo Yu Quan cayó al suelo cuando el ciborg lo soltó. Sektor se dio media vuelta y ordeno al resto que acabarán con los miembros de las Fuerzas Especiales. Sonia elevo su mano y cerro su puño al ver el Sr. Yu ser ejecutado.

Se escuchó un fuerte disparo a lo lejos. Medio segundo después, uno de los ciborgs plateados cayó al suelo, con un agujero del lado derecho de su pecho. Dos disparos más se escucharon, impactando en el cráneo de dos ciborgs, matándolos. Sektor se dio media vuelta, mirando hacia el ICC. Usando sus ojos biónicos y avanzada visión, pudo detectar de donde provenían los disparos: los francotiradores de las Fuerzas Especiales.

– Cyrax. Elimina a los francotiradores. – ordeno Sektor.
– Entendido Gran Maestro. – respondió el ciborg Amarillo, que se encontraba en la cima de otro edificio, mirando todo el combate. – Modo de combate activado.

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Cyrax activo sus propulsores, emprendiendo el vuelo sobre las calles de Hong Kong. Con los cálculos de Sektor, Cyrax detecto las posiciones de cada uno de los francotiradores. Al estar lo suficientemente cerca, el ciborg empezó a recibir fuego enemigo. Disparos de un rifle de asalto equipado con munición perforante provenían de tres diferentes fuentes. Cyrax continúo volando, calculando cuantos miembros de las Fuerzas Especiales debía eliminar. Seis miembros de las Fuerzas Especiales se encontraban en el edificio, bien armados, al igual que varias docenas de oficiales los cuales probablemente lo atacarían. Cyrax cambio su curso hacia el francotirador más cercano. Se encontraba en uno de los pisos superiores del edificio.

Cyrax voló hacia el cuarto donde se encontraban los dos soldados. Rompiendo las ventanas de la terraza, Cyrax aterrizo derrumbando la pared de dicho cuarto. El concreto y vidrio destrozado creo una nube de humo de la cual tuvieron que cubrirse los dos soldados y detener sus disparos mientras el ciborg derribaba todo como si fuera una bala de cañón. Cuando los soldados se voltearon para resumir su ataque, era demasiado tarde, una bomba de color amarilla se encontraba en el suelo haciendo una cuenta regresiva. La bomba explotó, destruyendo todo el cuarto y mutilando a los dos soldados al igual que derrumbar todas las paredes, el techo y el suelo. Los cuerpos cayeron al piso de abajo, enterrados en los escombros. La alarma de incendios se encendió. El sistema de agua se activó y Cyrax camino por los pasillos alfombrados y bien adornados del hotel mientras agua caía de los aspersores. Empapando todo a su alrededor.

Cyrax descargo un mapa del ICC rápidamente al hackear el sistema de seguridad del edificio. Marcando las habitaciones donde se encontraban los otros dos francotiradores de acuerdo a los datos enviados por su Gran Maestro. Los dos francotiradores restantes y sus acompañantes estaban a cinco pisos de diferencia de cada uno. Iría por el más cercano primero, encargándose después del que se encontraba a 10 pisos de diferencia de su ubicación actual. Mientras avanzaba por los pasillos del edificio, Cyrax se encontró con un grupo de oficiales chinos evacuando a los civiles y al personal. Los policías le apuntaron, sorprendidos al verlo. Le ordenaron que se detuviera, pero Cyrax debía pasa sobre ellos para cumplir su objetivo. El ciborg entonces activo dos cierras circulares que fueron expulsadas de sus antebrazos. Sin dudarlo, los oficiales abrieron fuego contra él al sentirse amenazados. Sus pistolas y rifles de bajo calibre no hicieron mucho contra Cyrax más que arruinar la pintura. El ciborg avanzo hacia ellos mientras su cierras rechinaban con el sonido de sangre siendo derramada. Los policías cayeron rápidamente, con sus extremidades cortadas, sus intestinos colgando y sus cabezas en el suelo.

El ciborg llego a la ubicación del segundo francotirador. Se encontraba en una de las esquinas del enorme edificio disparándole a Sektor y sus guerreros plateados. Cyrax avanzo por los pasillos cuando los dos soldados lo emboscaron. Disparándole a sus espaldas, el ciborg se dio media vuelta y disparo una enorme red de color verde hacia sus oponentes. La red atrapo al soldado que se encontraba hasta atrás, inmovilizándolo. El soldado restante se voltio para ver a su compañero, distrayéndose. Cyrax aprovecho la confusión y corrió hacia él, dando una patada de espaldas con su talón. La patada le dio en el mentón al soldado, rompiéndole la mandíbula y elevándolo al techo. Cyrax dio un salto, sujetando una de las piernas del soldado para para luego lanzarlo contra el suelo, rompiendo el cuello y nariz al soldado. El francotirador luchaba por liberarse de la red, pero le era imposible. El ciborg amarillo acabo con su lucha rápidamente, usando uno de sus propulsores de su mano para volarle la cabeza de un disparo. Ya solo le faltaba uno cuando un helicóptero militar paso por las ventanas del pasillo en dirección a su Gran Maestro. Cyrax ignicio sus propulsores, rompiendo las ventanas y persiguiendo al helicóptero.

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Al llamar a Cyrax y distraerse, Sonya se puso de pie y corrió hacia su adversario. Con una potente patada voladora, tumbo a Sektor. Con dos ciborgs caídos gracias a los francotiradores, Pierce, Mikka y Silence pudieron darse un respiro y concentrarse contra los dos ciborgs que restaban. Mikka saco una macana extensible para combatir cuerpo a cuerpo contra uno de ellos. Acertando varios golpes en sus articulaciones, rodillas y rostro. Pierce sujeto su subfusil con la mano izquierda y se apoyó en el antebrazo derecho, abriendo fuego contra el ciborg herido. Con cinco disparos el ciborg cayó al suelo, haciendo corto-circuito y retorciéndose en el suelo. Silence recargo su pistola .45 y apoyo a Mikka disparándole al Lin Kuei, matándolo con un fuerte golpe en el cráneo de parte del sargento y tres disparos de Ava.

Sektor se puso de pie, enfrentándose, solo, a cuatro miembros de las fuerzas especiales. Sonia se encontraba a unos pasos de él, pero el resto se encontraba bastante separado de ellos dos. Sektor lo había planeado bien, separando a la Mayor del resto de su grupo. Los soldados se juntaron para abrir fuego contra el enemigo, pero Sektor no lo permitiría. Escapando del ataque de Sonya, el gran maestro voló en dirección de Pierce. Embistiéndolo a gran velocidad, Sektor utilizo los propulsores de sus manos para frenarse, mandando a Pierce a volar. El teniente rodo por el suelo hasta quedar inconsciente cerca del helicóptero caído. Mikka y Ava rápidamente cargaron munición perforante en sus subfusiles. Intentando salvar a su compañero.

– ¡Mikka, Silence no! – soltó desesperada Sonia. – ¡Corran!

Mikka y Silence abrieron fuego. Sektor respondió con su infernal lanzallamas contra ellas mientras activaba sus propulsores. Los gritos de ambas se escucharon por toda la zona mientras eran incineradas. Su piel se calcinaba y su ropa se desintegraba. Sus cuerpos cayeron al suelo, sus gritos ahogados en un segundo. Su piel completamente negra, mostrando sus huesos y soltando grandes cantidades de humo.

– ¡Hijo de florinda! – exclamo Sonya fuertemente.

El helicóptero llego con Cyrax en sus espaldas. Un soldado tomo en sus manos la ametralladora GAU-17 que se encontraba instalada y abrió fuego contra Sektor, separándole de la Mayor. Sonya aprovecho para correr y encontrar refugio dentro de uno de los edificios que se encontraba cerca. Ya no podía hacer nada por Mikka o Silence. Ambas estaban muertas por culpa del Lin Kuei. Sektor uso sus propulsores para intentar escapar de la ráfaga de balas que le caía encima. Mientras el gran maestro volaba a centímetros del suelo, Cyrax paso por debajo del helicóptero. El soldado se percató de ello al igual que el piloto. El helicóptero tenía dos objetivos con los cuales combatir y uno de ellos se acercaba a gran velocidad a ellos. El piloto dio un giro de 180° para que la ametralladora enfrentara al ciborg amarillo. Cyrax, esquivaba las balas haciendo varios giros. Haciendo un excelente trabajo al distraer el fuego enemigo para que Sektor dispara tres de sus misiles, el piloto los esquivo efectivamente haciéndose a un lado gracias a las alarmas del helicóptero. El esquivar el ataque provoco que el piloto no previera el segundo ataque. Cyrax disparo un pequeño misil que se clavó en el tanque de gasolina del helicóptero. La bomba provoco una enorme explosión. La carcasa del helicóptero cayó en llamas al suelo mientras todo el escombro se esparcía en un radio de diez metros o más. Afortunadamente, Sonia ya había logrado salir de la zona de combate, por lo que la explosión no le ocasiono ningún daño.
Fuertes sirenas de fuerzas policíacas se escuchaban por todo el lugar. Cyrax se juntó con Sektor al igual que un nuevo grupo de guerreros Lin Kuei. Su misión: eliminar a la Mayor Sonia Blade. Para ello, primero debían encontrarla.

– ¿Eliminaste a los francotiradores? – le pregunto el Gran Maestro.
– Negativo. Solo dos de ellos han sido neutralizados. – respondió Cyrax. – He enviado a un grupo de guerreros a neutralizar al último.
– Llama al resto para que se reúnan con nosotros. Esto no ha acabado. Quiero la cabeza de Sonia en mis manos. – ordeno Sektor.
– Entendido mi señor. – respondió Cyrax mientras hacia una reverencia.

Sonia había cruzado los pasillos de una tienda de ropa, usando la salida trasera para llegar a un callejón bastante amplio. Desarmada y sin ayuda. Intento contactar a Shaun, dándole su ubicación actual para que la recogiera. Esperando de esa forma, que no se enfrentaran a Sektor o Cyrax, pues no eran rivales para ellos y su clan de ciber-ninjas. Sonia recargo sus guantes de plasma, la única arma que le quedaba y corrió hacia la dirección opuesta de la zona de combate. Pronto escucho a dos camionetas moverse hacia su dirección, mientras las sirenas de la policía y ambulancia se escuchaban por todo el alrededor al igual que los gritos de las personas intentando escapar. Las fuerzas policíacas de Hong Kong habían llegado, enfrentándose contra el Lin Kuei. Sonia se puso a la mitad del camino para mostrarse ante Shaun y los demás. Las dos camionetas se detuvieron y abrieron sus puertas. Shaun salió de una de ellas.

– ¡Mayor Blade! – clamo Shaun, alegre de verla. – Rápido suba.

Sonia subió a la camioneta, con Shaun cerrando la puerta corrediza detrás de ella. La Mayor tomo asiento, agotada, y ordenándole que le dieran su armadura. Así lo hicieron mientras que el conductor pisaba el acelerador. Yendo en dirección al muelle más cercano.

– Mayor. El Lin Kuei ha llamado a refuerzos. Al menos dos docenas de ciborgs se encuentran dispersos por un área de dos kilómetros. – dijo Shaun mientras ordenaba al conducto a alejarse lo más posible.
– El gobierno chino está apoyando al Lin Kuei y el Doctor para que les dé un ejército que sobrevivía a otro ataque como el de Outworld. – informo Sonia a su equipo. Respirando fuertemente, pero sin hacer pausas en sus palabras. – Pero Sektor no lo ve así, el solo quiere el dinero y tecnología para hacer a su clan más grande y fuerte. Asesino al Sr. Yu Quan.
– Hijo de perra. – maldijo Shaun.
– ¿Dónde está Pierce, Mikka y Silence Mayor? – pregunto uno de los soldados. Shaun abrió los ojos, sorprendido, pues no se había dado cuenta que la Mayor no se encontraba con ellos.
– Están muertos… – dijo Sonia, furiosa. – Mi equipo está muerto.

Hubo un momento de silencio. Shaun tomo asiento, alejándose de su Mayor. El gigante estaba desconcertado, confuso. No podía creer lo que había pasado. El Lin Kuei les había ganado y ellos todavía no habían escapado. Se pudo sentir como la moral de los soldados se caía y arrastraba por los suelos. Ellos sabían que pasaba si fracasaban y territorio amigo se encontraba muy lejos.

– Hemos fallado en nuestra misión. – declaro Sonia. – Los datos murieron junto con Mikka y Silence. Yu Quan ha sido asesinado por sus propios aliados. No tenemos nada. – Los soldados estaban desesperanzados. Sujetando fuertemente sus rifles. – Estamos solos en esto muchachos, debemos sobrevivir. Nuestros helicópteros han sido destruidos y estamos en territorio enemigo ¿Alguna idea?
– Deberíamos escondernos, refugiarnos. – sugirió uno de los soldados. – Al menos hasta que envíen refuerzos.
– No enviaran refuerzos. – dijo Shaun con sus manos entrelazadas cerca de su boca.
– El Alto Mando no nos puede dejar aquí… – hablo otro de los soldados.
– Si lo hara. – dijo Sonya. Intentando ser lo más precavida de no enfadar a sus soldados, pero siendo sincera – Ustedes lo sabían antes de venir aquí.
– ¡No se nos dio otra opción! – manifestó el mismo soldado. – ¡Usted nos ha fallado!
– ¡Cuide su lenguaje soldado! – lo callo Shaun.
– ¡Soldados! – los silencio Sonia. – Entiendo que estén furiosos. El Lin Kuei sabía que veníamos, nos preparamos para ellos. Pero simplemente son muchos y son muy fuertes. – los soldados guardaron silencio, a pesar de estar asustados, escucharon a su mayor. – Tenemos que trabajar juntos para sobrevivir.
– En los muelles nos espera un barco que nos puede llevar hasta las Filipinas. – comento el conductor. – Esa era nuestra salida de escape mientras el resto se iba en helicóptero.
– Es cierto. – afirmo Shaun. – Hay espacio suficiente para todos nosotros.
– Es una opción. – Sonia lo pensó por unos momentos. – Debemos apurarnos entonces. Sektor está buscándonos.
– Creo que ya nos encontró Mayor. – dijo el copiloto, mirando por el espejo retrovisor.

Sektor y Cyrax volaban por los aires acompañados de cinco ciborgs de color plateado. Los dos conductores pisaron el acelerador, aumentando la velocidad de sus camionetas. Shaun se puso de pie, agachando la cabeza par ano golpear con el techo. Abrió el quemacocos asomando su cabeza y brazos. Uno de los soldados le paso su FN Minimi. Una ametralladora pesada de alto calibre. La otra camioneta hizo lo mismo, abriendo el quemacocos y las puertas traseras para que los soldados pudieran abrir fuego con sus rifles automáticos y una ametralladora M249. Sektor, al ver bien armados a sus contrincantes, ordeno a sus guerreros separarse. Shaun y los soldados abrieron fuego.

Los guerreros plateados del Lin Kuei estaban modificados para combates. En sus hombros cargaban misiles FIM-92ª Stinger. Diseñados con el propósito de eliminar objetivos aéreos mientras otros iban equipados con cañones de cadena M242 Bushmaster y lanza granadas. Sektor se había auto modificado con una Glatting Gun de alto calibre GAU-17/A en uno de sus hombros y Cyrax iba equipado con dos Milkor MGL en su espalda.

Cyrax y los ciborgs anti aéreos dispararon sus misiles y granadas hacia las camionetas. Los conductores empezaron a zigzaguear y separarse uno de otros, tomando diferentes rutas, pero manteniéndose cerca. Los proyectiles del Lin Kuei provocaban grandes explosiones, fracturando el suelo y de vez en cuando elevando la camioneta blindada. Sektor abrió fuego con su Glatting Gun. Obligando a Shaun a agacharse para cubrirse del fuego. Las camionetas soportaron el fuego enemigo, su blindaje abollado, pero evitando que las balas penetraran. Sektor se elevó por los aires, deteniendo su ataque, mientras ordenaba a sus ciborgs atacar con sus cañones.

La camioneta de Shaun y Sonia dio un giro brusco, chocando con un automóvil civil mientras los ciborgs abrían fuego. Las calles estaban algo concurridas, pero la camioneta se abría paso, empujando a los demás automóviles fuera de la calle. Shaun vio como los ciborgs tenían que permanecer en línea recta mientras disparaban para no perder el control por el retroceso de sus armas. El gigante aprovecho esto mientras uno apuntaba directo a ellos y abrió fuego, desviando el disparo del ciborg y derribándolo al suelo mientras su cuerpo hacia corto circuito y se prendía en llamas.

Le era difícil apuntar a los soldados mientras los perseguían, el conductor debía permanecer en continuo movimiento. Nunca en línea recta si no querían morir. Sus balas a veces se desviaban. Sonia pensaba en cómo estas balas perdidas podían matar a un hombre, a una mujer, a una madre o un padre, a un niño o niña que caminaban alegremente por la calle. Lamentablemente no podía pensar así ahora, debía asegurar la supervivencia de su equipo. Sonia tomo un rifle P.E.P.S., un arma de plasma y energía diseñado para largo alcance. Con su armadura puesta, abrió una de las puertas corredizas y disparo hacia Cyrax que se encontraba a la derecha de su camioneta. El disparo impacto en el pecho del ciborg, desviando su vuelo y atravesando un edificio residencial. El ciborg amarillo escapo de la zona de combate mientras hacia un chequeo de su estatus.

– Sektor. – llamo Cyrax mientras hacia su examen. – La Mayor se encuentra en la primera camioneta. Se dirige hacia el muelle.
– Entendido. Cyrax. – respondió el Gran Maestro. – Elimínalos. Yo iré a destruir su vía de escape.

La segunda camioneta derribo a uno de los ciborgs con sus disparos, sus propulsores se dañaron y lo dirigieron directo a un edificio. El ciborg no salió de ahí. Ahora solo quedaban tres más. Las camionetas estaban recibiendo mucho daño, algunos disparos habían averiado los sistemas. Cortando el suministro de gasolina o dañando los frenos. Aun así, los dos conductores seguían. Sonia recargo su rifle, dándole tiempo para que se enfriara. Abrió otra de las puertas y disparo. El ciborg dio un último ataque, disparando su cañón hacia la segunda camioneta. El impacto destrozo uno de los neumáticos de la camioneta, descontrolándose. Aun así, el conductor seguía. Con el metal rozando en el concreto, provocando un violento rechinido. La camioneta se volvió un blanco fácil para Cyrax, quien había vuelto. Con sus lanza-granadas, dio dos disparos. Volándola en pedazos. La camioneta dio varios giros en el aire mientras estaba prendida en llamas. Los cuerpos de los soldados salieron expulsados por las puertas traseras, incinerados, mutilados, muertos.

– ¡Dispárenle al maldito ciborg amarillo! – ordeno Sonia mientras recargaba por tercera vez.

Shaun abrió fuego contra Cyrax, quien descendió hasta el suelo para cubrirse del fuego enemigo detrás de varios automóviles de civiles. Shaun detuvo su fuego, no podía herir a civiles de esa forma y el Lin Kuei lo sabía. Cyrax volaba por la acera de peatones, la población que caminaba por ahí corría para hacerse a un lado. Algunos desafortunados, derribados y noqueados por Cyrax mientras este aceleraba. Shaun concentro su fuego en los otros dos ciborgs que restaban. Los soldados volvieron abrir las puertas una vez habían recargado con munición explosiva ahora. Por los continuos disparos y sus números reducidos, los ciborgs desactivaron sus armas. Concentrándose en esquivar el fuego enemigo.

Cyrax y los dos ciborgs restantes emprendieron el vuelo, elevándose por los aires y retirándose. Yéndose por distintas direcciones cada uno. Los soldados gritaron victoria al verlos retirarse, sin embargo, Sonia y Shaun empezaron a cuestionarse cuál era el plan de Sektor. De repente le golpeo uno idea a Sonia, acelerándola.

– ¡Acelera! – ordeno Sonia. – Debemos llegar al muelle lo antes posible.

El conductor acelero, pero cuando llego, vio a la policía de Hong Kong, sus fuerzas especiales y automóviles. Todos muertos, todo destruido. Los automóviles se encontraban destrozados, el metal y vidrio perforado por balas. Los cuerpos de los policías mutilados, con más perforaciones de las necesarias. Los botes, veleros y yates, en llamas. Algunos ya se habían ahogado en el mar. Con la gasolina en la superficie del agua siendo consumida por las llamas. La brutalidad de la escena solo podía ser causada por un sádico y letal guerrero. Sektor se encontraba en el suelo esperándolos. Su Glatting Gun en el suelo, sin munición. Shaun salió por el quemacocos para abrir fuego, pero Sektor expulso dos misiles de su pecho en dirección a ellos. El conductor dio un giro brusco, levantando la camioneta para evitar los misiles. Así lo hizo, pero Cyrax y los ciborgs regresaron, abriendo fuego. Las explosiones tumbaron por completo la camioneta, prendiéndola en llamas. La camioneta rodo por el muelle hasta detenerse. El piloto y copiloto estaban muertos. Sus cuellos rotos por tanto movimiento. La bala del cañón había atravesado el blindaje debilitado de la camioneta, matando a dos de los soldados. Solo quedaba Sonia, Shaun y otro soldado con vida.

Los ciborgs aterrizaron en el suelo, retirando sus armas a su espalda, pues su munición se había agotado completamente. Los cuatro caminaron lentamente hacia la camioneta. La luz emitida por las llamas reflejándose en su pulida armadura. Sektor ordeno a Cyrax avanzar, pues aun tenia munición, mientras el esperaba detrás. El ciborg amarillo avanzo junto con sus dos guerreros a sus costados. Shaun intentaba salir de la camioneta por el quemacocos, dándole una mano a Sonia y el otro soldado de salir. El gigante había recargado su ametralladora con una nueva caja de balas. Conectando las bandoleras a la recamara del arma. Sonia todavía tenía una carga más en su rifle P.E.P.S. y el soldado había equipado su rifle de asalto con una lanza granadas. Los tres corrieron cuando Cyrax disparo, las bombas hicieron estallar la camioneta. Cuya gasolina empapaba el alrededor. La explosión los alcanzo, empujándolos al suelo, varios metros de distancia. Sonia intento ponerse de pie, su armadura la había protegido de daños graves, pero el golpe aun asid olio. Shaun le paso lo mismo, pero el soldado estaba demasiado atrás cuando la explosión sucedió. Había muerto de una concusión. Sonia tomo su rifle y se lo coloco en la espalda mientras apuntaba con su rifle. Shaun la imito, sus brazos estaban débiles, por lo que sujeto la ametralladora a la altura de su cintura.

– ¿Saldremos de esta Mayor? – pregunto Shaun, realmente preocupado por su vida. Sonia no respondió inmediatamente. Su mirada se enfocaba en la camioneta en llamas y como de ellas, se asomaban los tres ciborgs.
– Averigüémoslo Shaun. – le contesto, mientras se mordía un labio por la presión de la situación. – ¿Estás conmigo? – le pregunto, volteándolo a ver. Shaun la miro a los ojos. Sonia no expresaba miedo, aunque realmente lo sintiera. Su mirada siempre elevaba la moral de su equipo.
– Hasta el final Mayor. – respondió. Sonriendo demoniacamente. – Vamos por estos hijos de perra.
Mi visión de MKX, mi primer fan-fiction: viewtopic.php?f=9&t=21824

Hares
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Re: MKX: Una nueva historia.

Mensaje por Hares » Mié, 18 Ene 2017, 18:06

Capítulo 16: El enemigo de mi enemigo.

Soledad, desesperación, muerte. Así se sentían Shaun y Sonia. Es como aquella vez en la catedral. Solo estaba ella y Johnny en la sima, con Shao Kahn enfrente de ellos, tomando control del Earthrealm. Liu Kang estaba muerto, Raiden desamparado. Aquella vez fue derrotada, hoy no.

Shaun abrió fuego contra los tres ciborgs. Sus balas explotaban al impactar con el metal de sus armaduras o el suelo. Los tres ciborgs activaron sus propulsores, lanzándose contra los dos restantes miembros de las fuerzas especiales, y esquivando las balas de Shaun. Sonia elevo su rifle, solo tenía un disparo y eran tres de ellos. Shaun no tenía la fuerza ni velocidad de reacción para elevar su ametralladora y defenderse, por lo que pensó en tal vez lanzarse al agua o rodar por el suelo para esquivar su ataque. Sin embargo, Sonia permaneció inmóvil, apuntando su rifle hacia los ciborgs. Shaun entendió lo que haría, así que espero a que actuara. Sonia mantuvo el gatillo del rifle apretado, almacenando la energía dentro del arma. Luego procedió a mover el mango hacia atrás, separando el cañón del arma en dos a 90° una pieza de la otra. Sonia disparo, dispersando el plasma hacia los tres ciborgs y estos cayendo al suelo y rodando.

Cyrax se recuperó rápidamente, rodando por el suelo y atacando a Sonia con una patada giratoria. Sonia detuvo el ataque con su rifle, e impacto la culata en el rostro del ciborg. Shaun elevo su rifle y comenzó a dispararle a uno de los ciborgs plateados, el bombardeo de balas explotó en su armadura. Matándolo y derrumbándolo al suelo. El segundo ciborg se puso de pie y ataco a Shaun, sujetando su ametralladora con ambas manos. El gigante pateo al ciborg, alejándolo de sí mismo y abriendo fuego contra él. El ciborg alcanzo a activar su propulsor, empujando a Shaun hacia atrás y tumbándolo al suelo. Su ametralladora se deslizo por el suelo y cayó hacia el agua, perdiéndose para siempre. Shaun se puso de pie con una marometa y activo una porra eléctrica.

– ¡Venga maldito pedazo de hojalata! – vocifero Shaun.

Sonia soltó una patada hacia el rostro de Cyrax, pero este detuvo la bota con casquilla con uno de sus brazos y sujeto su pierna con fuerza. El ciborg activo sus propulsores y elevo a la Mayor por el cielo. Sonia pateo en el rostro al ciborg para que la soltara, pero este no lo hizo, en cambio, alzo su brazo y lanzo al suelo. Sonia cayo con gracia y habilidad, evitando el impacto. Cyrax abrió su pecho, lanzando dos bombas hacia la mayor. Ella dio varias piruetas hacia atrás, apoyándose con sus manos y esquivando las explosiones de las bombas. Sonia se encontraba de rodillas en el suelo cuando la segunda bomba estallo. Cyrax no se encontraba enfrente de ella, su cuerpo se había separado y reformado a sus espaldas, deliberando una fuerte patada en su espalda seguido de varios puñetazos. La mayor respondió a esto con una granada eléctrica al pecho del ciborg amarillo. Cyrax permaneció quieto por unos instantes, lo que le dio tiempo suficiente de atacarlo con una serie de golpes y patadas. La mayor se puso en sus dos manos, capturando la cabeza del ciborg en sus piernas. Con un rápido movimiento dio un giro, tronando el cuello del ciborg. Al seguir en pie, Sonia se empujó con sus bíceps hacia Cyrax, pateándolo continuamente en el rostro y pecho. Para finalizar, Sonia lo volvió a capturar con sus piernas y, haciendo una fuerte llave y una pirueta, estrello su cráneo contra el suelo.

Shaun se defendió de los fuertes golpes del ciborg, su armadura y musculatura le permitían resistir un calibre .50 a corta distancia. Con una de sus manos sujeto al ciborg y, con la porra eléctrica en la otra, golpeo fuertemente al ciborg en el rostro. La porra electrocutaba al ciborg, deteniéndole y permitiéndole a Shaun dar otro golpe, esta vez, separando la cabeza del cuello y los hombros. El cuerpo decapitado cayó al suelo haciendo corto circuito mientras la cabeza giraba por el aire como una pelota de baseball y caía al agua.

Cyrax yacía en el suelo y los dos soldados de las fuerzas especiales avanzaron contra él. EL ciborg amarillo se colocó en sus dos manos y, con sus piernas y propulsores activados, empujaron a Shaun cuando intentó golpearlo con su porra eléctrica. Sonia disparo con uno de sus guantes, impactando en el pecho y rostro del ciborg. Cyrax se tambaleo, y la mayor, tomando la porra eléctrica de Shaun en sus manos, hizo un giro para golpear con más fuerza al ciborg. El golpe fue certero, Sonia tomo la porra con sus dos manos y alzando la voz elevo sus brazos. Cyrax detuvo el golpe con una de sus manos, sujetando la muñeca de la Mayor. Con su brazo izquierdo, dio un gancho directo al rostro de Sonia, desorientándola. Cyrax doblo la muñeca de Sonia, obligándola a soltar la porra eléctrica y poniéndola de rodillas. Sonia grito del dolor, a lo que Cyrax respondió activando una de sus cierras circulares en su brazo izquierdo. La mayor detuvo el golpe con su brazo derecho, su mano izquierda torcida todavía por Cyrax. La cierra lentamente avanzaba hacia el rostro de Sonia. Cyrax activo el propulsor de su codo, obligando a su brazo avanzar con más potencia. Sonia no podía más, la cierra comenzó a cortarle cerca de su mejilla.

– Este es su fin Mayor. – hablo Cyrax mientras ejercía más fuerte y la sangre empezaba a correr por el rostro de Sonia.
– No… si todavía no – pronuncio débilmente estas palabras mientras luchaba. La sangre y sudor comenzaban a mezclarse. – ¡Me retiro!

Sonia activo su guante derecho al doblar su muñeca, perdiendo fuerza en su sujeción. El plasma golpeo en el rostro del ciborg a quemarropa. Su brazo dio un fuerte giro con la cierra todavía activada. Sonia afortunadamente pudo esquivarlo, pero la cierra corto levemente su bicep izquierdo, haciendo sangrar profundamente su brazo. Sonia cayó al suelo, indefensa, para cuando Cyrax se había recuperado. El ciborg abrió su pecho, con una bomba cargada y listo para disparar. Sonia pudo ver su rostro reflejado en el metal de la bomba y, también, a Shaun con el rifle de asalto, disparando la lanza-granadas.
Sonia se puso pecho-tierra. Cubriéndose el rostro con sus brazos. El proyectil impacto en el pecho expuesto del ciborg, explotando y lanzándolo a volar por los aires. Cyrax había sido derrotado y Shaun corrió a apoyar a su Mayor.

– ¡Sonia! – escucho la Mayor. Shaun estaba gritando, pero Sonia apenas podía oírlo. La explosión le había afectado. Su tímpano intentaba reajustarse. – ¡Levanta…!

La voz de Shaun fue callada por una intensa luz roja que atravesaba su estómago. Shaun cayó al suelo, con Sektor detrás de él. El Gran Maestro había matado al último de su equipo con uno de sus sables de pulso. Sonia lucho por colarse de pie y corrió hacia el ciborg.

Sektor detuvo su ataque y golpeo salvajemente, pero con técnica, a la mayor. Sus golpes le abrieron heridas en el rostro. Sus patadas la sofocaban, el aire se escapaba de sus pulmones. Las manos frías del ciborg sujetaron su cabello, obligándola a mirarlo mientras este deliberaba el último golpe. Sonia se derrumbó al suelo, herida, sangrando. Su visión comenzaba a nublarse, sus oídos ya no podían escuchar nada.

– Cyrax. – llamo Sektor. – Comienza protocolo de auto-reparación.

Tres drones, esferas con varias herramientas saliendo de múltiples brazos se acercaron al ciborg amarillo caído. Los drones comenzaron a sacar pedazos de metralla del cuerpo del ciborg, soldando y restaurando piezas que se habían roto tras la explosión. Mientras tanto, Sektor activaba su sable de pulso, emanando un plasma de color rojo que consumía el oxígeno a su alrededor y emitía alarmantes cantidades de calor. Sektor alzo su brazo y con la punta del sable hizo varios cortes superficiales en la armadura de Sonia. El plasma derretía todo a su paso, quemando la piel de la Mayor. Sonia gritaba de dolor, pero estos eran ahogados. Su cuerpo no podía resistir tanto castigo. Sonia miro a los ojos al ciborg rojo, quien disfrutaba de hacerla sufrir. Sektor lo había logrado, su personalidad deshumanizadora se había pasado a todos los miembros de su clan.

– Esto no ha acabado Sektor. – pronuncio Sonia, sus palabras cortadas. Débilmente reconocibles. –
– Si lo ha hecho Sonia. – respondió Sektor. – Una lástima que no veras mi clan salvar y conquistar a la tierra de lo que se avecina.
– ¡Sektor cuidado! – alerto Cyrax, quien todavía no se podía poner de pie. Las alarmas de Sektor se activaron y rápidamente volteo a donde un nuevo contrincante se encontraba.

Una enorme roca se destrozó al impactar con la armadura del ciborg. Derribándolo y apagando su sable de pulso. Sonia pudo ver como la roca lentamente se pulverizaba en el rostro del Ciborg. La imagen le dio algo de gracias, ver una roca derrotar a la más avanzada tecnología en el planeta.

La Mayor voltio su cara hacia la otra dirección. A lo lejos podía ver a un enorme sujeto avanzar lentamente hacia ellos. El guerrero era enorme, de la misma altura que Shaun, pero su musculatura era aún más grande. Su piel parecía de roca, completamente seca, cura y llena de polvo. Sus brazos eran desproporcionalmente grandes y del color del concreto. Era un ninja, su atuendo lo delataba. Tenía una máscara de metal que le cubría su boca y nariz, dejando solo ver sus ojos. Una capucha de tela gruesa le cubría la calva y el resto de su rostro.

– Tremor – llamo Sektor al ninja mientras se colocaba de pie con la ayuda de sus propulsores.
– Saludos Sektor. – dijo el ninja de tierra con una intensa y grave voz. – Cuanto tiempo sin vernos.
– Tu presencia aquí es inesperada. – admitió el Gran Maestro. – Pero también es una gran oportunidad. Tu proceso de transformación está esperándote en nuestro escondite.
– Ya no pertenezco al Lin Kuei. Sektor – le proclamo Tremor, tierra y rocas cubriendo su cuerpo poco a poco. – El Black Dragon es mi casa ahora.
– ¡Nadie abandona el Lin Kuei! – exclamo Sektor. – La iniciativa ciborg se hizo cargo de ello.
– Pues aún queda un ex-Lin Kuei sin pasar por el proceso.
– Eso cambiara en un segundo.
– ¡Tu muerte satisfará mi furia!

Tremor, acorazado en una armadura hecha de piedra, y Sektor, usando sus propulsores, se lanzaron uno contra el otro. El Gran Maestro del Lin Kuei dio un fuerte golpe al rostro acorazado de Tremor, derrumbando parte de su armadura de piedra. Tremor respondió con un gancho al mentón que lo elevo del suelo, haciéndolo girar. Tremor dio un giro para acertar una fuerte patada, pero el ciborg uso sus palmas para disparar contra el pecho del ninja. Los propulsores derribaron lo empujaron hacia atrás, por lo que Sektor aprovecho para taclearlo y derribarlo al suelo. Tremor sujeto a Sektor por sus hombros cuando este voló a gran velocidad hacia su dirección. El ninja de tierra lo sujeto con fuerza y gracias a sus habilidades, se enterró bajo el concreto. Tremor lanzo a Sektor hacia la pared, sus propulsores activados, la colisión era inevitable.

Tremor formo una enorme roca en sus manos y la lanzo contra el ciborg. Este respondió con un misil, destruyendo la sólida roca en varios pedazos. Tremor formo otra cuando se dio cuenta que un segundo misil se aproximaba a él. El ninja no pudo esquivarlo y el proyectil dio en el blanco, derribando su armadura de piedra y empujándolo varios metros. Sektor se elevó por los aires, disparando tres misiles hacia arriba que fueron expulsados de su espalda. Los misiles viajaron por los cielos y descendieron a la ubicación de Tremor. El ninja rodo por el suelo, esquivando cada uno de ellos. Las explosiones cercanas le hacían poco o nada de daño, pues su piel resistía el castigo fácilmente. El ex-Lin Kuei rodo por última vez, esquivando el ultimo misil y enterrando su mano en el concreto. Cuando se puso de pie, su mano había formado dos esferas y las lanzo contra el Ciborg. Sektor esquivo una, pero la otra tuvo que destruirla con sus propulsores, provocando que una nube de polvo le nublara la visión temporalmente. Sektor fijo su mirada en la última posición de Tremor, pero él no se encontraba ahí. Un pilar de piedra estaba en su lugar. Cuando supo lo que el ninja había hecho, era demasiado tarde. Sektor elevo la mirada, Tremor se encontraba en el aire con una enorme piedra entre sus dos manos. El ninja tenia los brazos sobre su cabeza y, con fuerza, los dejo caer en el rostro del Gran Maestro. La roca se rompió en varios pedazos y la fuerza del impacto lanzo en picada al ciborg, estrellándose contra el suelo. Tremor cayó encima del Gran Maestro con gran fuerza, su pesado cuerpo impacto contra el tórax del ciborg. Aun así, eso no fue suficiente para detenerlo. Sektor tomo las piernas de Tremor con gran fuerza mientras activaba sus propulsores. Los dos se elevaron por los aires hacia un edificio pequeño. Sektor lanzo a tremor hacia la pared, sin detenerse. Cuando la espalda del ninja impacto contra la edificación, Sektor lo tacleo con sus hombros, atravesando el edificio con el cuerpo del Ninja.

Tremor cayó encima de un automóvil, abollando el techo y activando las bolsas de aire. La calle se encontraba despejada. Varios de automóviles habían sido abandonados después de la persecución. Sektor sabía que era mejor permanecer en el aire, pues las habilidades de Tremor se veían claramente afectadas si su oponente no estaba en la tierra, su elemento. Sin embargo, su munición pronto se acabaría. Requería refuerzos.

– Cyrax. – llamo por su comunicador. – Reporte de estatus.
– Reparaciones al 89% y subiendo Gran Maestro. – respondió Cyrax, quien poco a poco iba colocándose de pie.
– Reúnete conmigo. – le ordeno. – Guerreros del Lin Kuei, su Gran Maestro les ordena combatir a su lado.

Ciborgs alrededor de la ciudad acudieron a su ayuda. Todos ellos se encontraban dispersos combatiendo a las fuerzas policiacas de Hong Kong. Juntos los habían podido neutralizar para que su Gran Maestro pudiera enfrentarse a las Fuerzas Especiales sin ser molestado por diminutas distracciones. Sin embargo, con la policía derrotada. La fuerza naval había sido llamada a combatir. Pronto una batalla a gran escala podría explotar. Sektor no planeaba perder más guerreros.

Tremor estaba atorado entre el metal del automóvil, las puertas se habían doblado de tal modo que su brazo quedaba atrapado en una de ellas. El ninja no le dio importancia, con su fuerza se escapó, sujetando una de las puertas en su mano. Tremor tomo una de las puertas dobladas y el cofre, arrancándolos del automóvil. Su mirada se alzó al cielo y lanzo ambas piezas de metal contra su contrincante. Sektor las esquivo fácilmente.

– Baja de ahí cobarde. – insulto Tremor a Sektor. – Pelea como se debe.
– Tremor. Jamás debiste traicionarme. Traicionar al Lin Kuei. – sermoneo Sektor. Presumiendo de la superioridad de su clan. – Pues nosotros conocemos todas tus debilidades.
– Es por ello que traigo mi respaldo.

De uno de los edificios se encontraba un sujeto encapuchado. Su chaqueta de cuero, blanco y negro, con el dibujo de dos dragones a los costados de una espada en su espalda. En su hombro descansaba una lanza misiles que perseguía el calor. La mira apuntaba directamente a Sektor y este disparo. El proyectil salió a gran velocidad, persiguiendo al ciborg cuyos sistemas le alertaban del peligro que se avecinaba. Sektor abandono la batalla, con el misil persiguiéndolo todavía. El proyectil viajaba increíblemente rápido que, para cuando Sektor lo destruyo, la explosión lastimo sus propulsores y lo obligo a aterrizar.

– Pájaro derribado Tremor. – llamo el encapuchado Black Dragon. – Es todo tuyo.
– Tú y Kira encárguense del resto de ciborgs. Yo liderare con este.
– ¿Yo y Kira? – pregunto, entre risas. – ¿Si sabes que nos superan en número?
– Estoy seguro que te las arreglaras Kobra. – respondió.
– ¿Por qué estamos salvándolos? – pregunto Kobra. – Ellos intentan matarnos.
– Hay un peor enemigo. Alguien que controla todo desde las sombras. La necesitamos con vida.
– Muchachos. – hablo una voz femenina, muy joven. – No quiero arruinar la fiesta. Pero Cyrax está de pie.
– Esto no me lo pierdo. – contesto Kobra. – Voy para allá Kira.

Kira se encontraba en el muelle. Había arrastrado el cuerpo de Sonia y Shaun hacia la orilla, cerca de su Jeep. Cyrax se encontraba en el lugar donde había quedado, sus reparaciones finalizando. Kira no había tenido tiempo de eliminar a los drones y prefirió sacar a Sonia y Shaun de ahí lo antes posible. Sin embargo, el ciborg se estaba colocando de pie.
Kira avanzo, jugando con dos cuchillos entre sus manos. La Black Dragon, había robado los guantes de Sonia, colocándoselos en sus propios antebrazos. A Kira le gustaban, pensaba quedárselos. Total, Sonia no los necesitaba por el momento. La pelirroja se preparaba para combatir, Kobra se tardaría en llegar.

– Black Dragon. – menciono Cyrax. – ¿Salvando vidas de las Fuerzas Especiales?
– No es algo que disfrute. – admitió Kira, alzando los brazos y encogiéndose de hombros. – Destruir a ustedes en cambio, es algo satisfactorio.
– Serás eliminada, junto con ellos.

Cyrax avanzo hacia la pelirroja, quien ataco con los guantes de Sonia. Cyrax esquivo los ataques de plasma haciéndose a un lado y corrió hacia ella. Kira pensó que tal vez debía usarlos a una distancia más corta. Cuando Cyrax ataco, esta esquivo sus ataques, defendiéndose con las protecciones de los antebrazos. El ciborg amarillo subestimo a la traficante de armas, sus cuchillos estaban hechos de un fuerte metal, capaz de atravesar la armadura del ciborg. Cyrax aprendió esto de la forma difícil. Con uno de los “Dientes de Dragon” de Kira en su estómago. Kira sonrió, girando por el aire y pateando al ciborg dos veces en el rostro. Cayendo con las piernas extendidas y la mano apoyada en el suelo.

Kira avanzo para atacar, Cyrax simplemente la atrapo con una red. Kira no tuvo tiempo de responder y quedo inmovilizada, incapaz de defenderse. Cyrax avanzo, saltando a los aires y dando una fuerte patada en la espalda y hombro de la mujer, la cual cayó al suelo. El ciborg dio una pirueta hacia atrás, chocando sus talones contra el mentón de la pelirroja. Kira cayó de espaldas, pero pronto se liberó de sus ataduras usando el segundo de sus cuchillos. Cyrax apunto hacia la Black Dragon y, por medio de uno de sus propulsores, expulso su antebrazo como un misil, golpeando a Kira y desorientándola. Para cuando el ciborg estaba listo para dar el golpe final, sus alarmas se activaron. Un misil se aproximaba. Cyrax dividió su cuerpo, eficientemente engañando el sistema de calor del misil. Cuando el ciborg se había reformado. Kobra había descendido al muelle. Kobra tiro su lanza misiles al suelo, su munición agotada. En cambio, sujeto dos tontas de metal en sus manos.

– Vamos tostador. – se burló Kobra. – Diviérteme.
– Necio arrogante. – juzgo Cyrax. – Caerás como el resto.
– Si atacamos juntos lo podemos derrotar. – dijo Kira en voz baja. Todavía recuperándose de los fuertes golpes.
– Mejor déjamelo a mí.

Kobra avanzo hacia el ciborg, para el desaliento de Kira. La pelirroja avanzó atrás del guerrero rubio. Atacando juntos al ciborg. Cyrax se defendió de sus ataques, respondiendo con los propios. Sin embargo, juntos resultaron demasiado para Cyrax. Las tonfas protegían bien a Kobra de los ataques del Ciborg, mientras Kira usa su cuchillo para atacar.

– Esto es mío. – dijo Kira mientras sujetaba el cuchillo enterrado en el estómago de Cyrax.

Kira saco el cuchillo y, con el apoyo de Kobra, encajo los dos en los hombros del ciborg. El guerrero rubio entonces hizo a un lado a Kira, dispuesto a acabar el mismo con el ciborg. Usando sus conocimientos de artes marciales, Kobra acertó varios impactos con sus patadas y tonfas. Derribando al ciborg. Sin embargo, Cyrax había estado estudiando los movimientos de ambos mientras combatía. Sus patrones de ataque eran fáciles de aprender. Un error fue suficiente para que Cyrax detuviera el ataque de Kobra y, con una bomba en su mano. Explotarla en el estómago del guerrero. Su arrogancia le había costado. La explosión le provocó fuertes quemaduras alrededor de su pecho y rostro. Cyrax, en cambio, soporto la explosión. Su mano había sido destruida, pero rápidamente fue remplazada por otra con la ayuda de sus drones. Kira entendió que para derrotar a Cyrax, primero debía derrumbar a los drones y, usando los guantes de Sonia, así lo hizo. El ciborg miro a la pelirroja, su compatriota había sido derrotado. Solo quedaba ella.

– Ultima oportunidad. – declaro. – Ríndete y tu vida será perdonada.
– ¿Y perderme el baile? – Kira bromeaba, pues su instinto le decía que la oferta era tentadora y la opción más lógica. Sin embargo, debía pelear, no tenia de otra.
– Tú lo pediste.
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Tremor avanzaba por la fila de automóviles abandonados hacia la posición donde Sektor había caído. Ahora que sus propulsores habían sido neutralizados, su ventaja estaba neutralizada. Tremor tenia ahora la fuerza para derrotarlo. El ninja se detuvo, sabiendo que no debía perder el tiempo. Con sus manos en el suelo, hizo temblar el suelo. Con sus poderosas habilidades, causo un pequeño temblor. Automóviles comenzaron a encender sus alarmas, la luz del alumbrado público empezaba a parpadear y fallar. Pronto la tierra se partió, ventanas se rompieron, edificios temblaron y Sektor apareció.

– Acabemos con esto. Gran Maestro. – dijo Tremor, sarcástico ante el título de su oponente.
– En efecto Tremor.

Sektor apunto sus brazos y lanzo su potente lanza llamas. Tremor creo una barrera de tierra en frente de él, protegiéndolo de las llamas del ciborg. El Gran Maestro respondió con un misil, destruyendo la barrera y con un puñetazo directo al mentón de Tremor. Con una patada hacia la rodilla de Tremor, el ninja cayó al suelo, dando una patada giratoria en el aire directo a su rostro. Tremor dio unos pasos hacia atrás, pero se recuperó inmediatamente. Formando un guante de roca en su brazo, Tremor dio un gancho hacia abajo, agachando al ciborg para recibir un rodillazo en su cara. El ninja sujeto al ciborg, rompiendo la pierna del ciborg con una patada y, con sus dos manos, empujo al ciborg al suelo.

– Como puedes ver Sektor. – presumió Tremor. – Mis habilidades son superiores a tu tecnología.
– Tu eres un coleccionista de armamento Tremor. Pensé que entenderías nuestro ascenso más que ningún otro.
– Yo ofrecí mis habilidades al Lin Kuei, nunca me entregué a él. – le explico Tremor. Formando dos mazos de piedra en sus manos.
– Tú ultimo error. – dijo Sektor, poniéndose de pie.

Tremor avanzo para destruir el cráneo del ciborg, pero Sektor disparo sus lanzallamas a toda la potencia que podía. Las llamas detuvieron el avance de Tremor, su intenso calor le causó un gran dolor. Tremor uso sus brazos para cubrirse del fuego, mientras Sektor avanzaba hacia él, riendo. Los mazos de tremor se destruyeron, la roca cayendo al suelo a temperaturas tan altas que comenzaban a derretirse. La piel de Tremor comenzó a volverse negra para cuando Sektor estaba a dos pasos de él.

– ¿Ves ahora Tremor? – hablo Sektor. – Mis llamas pueden quemarte incluso a tí.

Tremor respondió al comentario de Sektor sujetando sus brazos cuando estaba lo suficientemente cerca. Sektor se sorprendió al ver la resistencia de su oponente, intento zafarse incrementando la intensidad, pero le fue inútil. Tremor apretó con fuerza, tanta que destruyo los lanzallamas de Sektor y empezó a destruir sus brazos. El ninja se puso lentamente de pie, sacándole una cabeza al ciborg. Su piel era del color del carbón incinerado, líneas de intenso calor y fuego todavía se mostraban en su cuerpo.

– No Sektor. – le respondió. – No pueden.

Tremor arranco los brazos del ciborg, derritiendo su metal con roca fundida, y con una patada lo derrumbo al suelo. El ninja formo en su mano un puño de roca, fuego y magma. Con fuerza, golpeo en el pecho a Sektor, arrancando el metal fundido y dejando su núcleo al alcance de su mano. El Gran Maestro sabia cuando era derrotado, acciono un sistema y su cuerpo se separó en dos, dejando sus piernas en el suelo mientas un cohete expulsaba su tórax fuera del alcance de Tremor.

Un grupo de Lin Kuei atacaron al ninja, combatiéndolo. Mientras otro grupo sujetaba a su Gran Maestro y lo llevaba lejos de ahí. Tremor destruyo a los ciborgs con sus puños de fuego. Clavándolos en estalagmitas o prendiendo sus circuitos en llamas. Finalmente, los ciborgs se retiraron por orden de Sektor, volando por los aires. Tremor vio como estos se alejaban, fuera de su alcance.
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Kobra y Kira yacían en el suelo, derrotados, heridos. Uno con quemaduras, la otra con varios cortes. Cortesía de las sierras circulares del ciborg. Cyrax fue por el cuerpo de Sonia Blade, su prioridad. Él sabía que las Fuerzas Especiales habían logrado robar los planos de su próximo proyecto. Dicho ataque hacia ellos no era aceptable. Debían recuperarlo lo antes posible. Cyrax camino hacia la camioneta, pero el cuerpo de Sonia no estaba ahí. Shaun yacía inconsciente, pero su Mayor no estaba por ningún lado. El ciborg activo sus sensores, buscando una señal cuando la encontró dentro de la camioneta. Cyrax abrió las puertas traseras, Sonia estaba adentro, inconsciente, junto con el cuerpo del Teniente Pierce.

Cyrax no recordaba que Kira haya metido el cuerpo de la Mayor, cuando trato de sujetarla, se llevó la sorpresa de que Sonia estaba fingiendo. En sus manos, una escopeta de doble barril DP12. Sonia lo saludo, para luego dispararle dos veces. Haciendo retroceder al ciborg. Sonia se puso de pie, saliendo de la camioneta de un salto. Cargando los barriles con otras dos balas, Sonia abrió fuego contra el ciborg amarillo. Repitió la misma acción dos veces. Cuando la munición se le agoto, tomo la escopeta por el cañón y uso la culata para derribar al ciborg, rompiéndola en el proceso. Cyrax ya no tenía a sus drones, por lo que opto por retirarse y reunirse con sus camaradas. Sonia lo dejo escaparse concentrándose más en llevarse la camioneta del Black Dragon con los cuerpos de los únicos integrantes vivos de su equipo.

– Eres muy malagradecida. – dijo Tremor con su voz grave a la Mayor. – Kira y kobra te han salvado y tú los dejas morir en el suelo ¿Qué le ha pasado a nuestra querida teniente Blade?
– Tremor. – dijo Sonia mientras bajaba su pistola y la guardaba. – ¿Así que tú eres la conexión del Lin Kuei y el Black Dragon? Creía que era el “Buen Doctor”.
– El “Buen Doctor” nos traiciono. – afirmo Tremor. – Siempre ha trabajado de forma independiente, pero se le consideraba un miembro de Black Dragon. El Lin Kuei lo contrato junto con nuestra ayuda durante la iniciativa ciborg, pero primero tenían que eliminar aquellos que se opondrían.
– Las Fuerzas Especiales. – respondió Sonia, enfadada.
– No. – le refuto Tremor. – El Red Dragon.
– ¿El Dragón Rojo? – pregunto Sonia, algo confundida y escéptica.
– El Dragón Rojo ha estado infiltrado en muchas sociedades del Earthrealm. – explico Tremor. – Trabajando en las sombras. Kano se infiltro ahí para tratar de eliminarlos. El Dragón Rojo los uso a ustedes para eliminarnos a nosotros.
– Las Fuerzas Especiales los buscaban porque eran criminales, traficantes de personas y armas. – explico Sonia. Sin creerle una sola palabra al ninja del Black Dragon.
– Cierto. – admitió Tremor. – Pero esa no es la versión completa. Te lo explicare si me acompañas.
– ¿Acompañarte? – Sonia dudo, con justa razón, pero recordó las palabras de Tasia cuando la interrogo. La actitud de la nueva administración de las Fuerzas Especiales. Tal vez había algo de razón en lo que Tremor decía. – De acuerdo, pero tratas de hacer algo estúpido y terminaras un hombre muerto.
– Jamás se me ocurriría atacar a la Mayor Sonia Blade a sus espaldas. – dijo Tremor. – Comparado con el resto, yo si tengo honor.
– ¿En serio? – dijo en tono burlesco a Tremor. – ¿Qué fue esa roca que le lanzaste a Sektor entonces?
– Él se lo merecía. – admitió Tremor, algo avergonzado. – Además, pude haberla hecho más densa y no lo hice.
– Claro…honorable guerrero. – Sonia se subió a la camioneta, tratando de salvar las vidas de sus hombres mientras Tremor levantaba con una patada a sus compañeros.
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Hares
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Re: MKX: Una nueva historia.

Mensaje por Hares » Vie, 20 Ene 2017, 19:21

Otro capitulo. Ojala les guste.

Capítulo 17: Dragones.

Kira iba manejando rápidamente por la ciudad, evitando los bloqueos hechos por la policía y fuerza naval. La mayoría de Kowloon y el distrito de Yau Tsim Mong en su totalidad. Kobra iba de copiloto, todavía sufriendo por las quemaduras de la explosión. Kira lo había ayudado a vendar y tratar sus heridas, pero requería a un doctor para poder continuar. Aun así, era fuerte y aguantaba el dolor como si no le afectara, era fuerte como Pierce y Shaun, quienes seguían vivo. La espada cauterizo la herida y afortunadamente solo rozo órganos vitales. Pierce solo se encontraba inconsciente, con algunas costillas fracturadas que le dificultaban la respiración, pero ambos podrían salir de esto. Tremor estaba sentado en la parte de atrás, enfrente de Sonia, quien no paraba de observarla. Su enorme musculatura y tamaño hacían de la imagen algo cómico, pues se notaba que su postura no era cómoda.

– Apropósito – hablo Sonia, rompiendo con un silencio que llevaba 35 minutos – Devuélveme mis guantes – Sonia miraba intensamente a Kira quien, por estar conduciendo, la miraba por el espejo retrovisor.
– De hecho, se llaman guanteletes – le contesto, ignorándola por completo.
– No juegues Kira. – hablo Tremor, su voz retumbando – Devuélveselos.

Kira se los quito, los sujeto con una mano y lanzo hacia atrás, cayendo al suelo. Sonia se levantó para recogerse y acomodárselos. Para la comandante todo era muy extraño, su instinto le apuraba a salir de ahí, tratar de escapar o neutralizar a sus oponentes. Sentía que en cualquier segundo Tremor la iba a atacar. Sonia sabía lo que estaba en juego si intentaba escapar, la vida de sus únicos soldados y miembros de su equipo. No solo porque Tremor o cualquiera de los Black Dragon los asesinarían por venganza o para obligarla a regresarla, simplemente porque si no recibían un buen tratamiento con un profesional, no durarían mucho. Por mucho que quisiera escapar y encerrarlos a todos, no podía hacerlo. Era un extraño sentimiento, por alguna razón pensaba que Tremor, Kira y Kobra sentían lo mismo. Que ella los iba a atacar.

Avanzaron hasta alejarlo lo más que podían de la zona de conflicto, a una zona residencial abandonada donde nadie les prestara atención. Pues un hombre con la piel quemada, uno con la piel de roca y dos mujeres armadas hasta los dientes con dos hombres moribundos seguramente levantaría sospechas. Kira apago la camioneta mientras Kobra les indicaba que este era el lugar y bajaran. La pelirroja y el güero abrieron sus puertas para luego abrirles a Tremor y Sonia. El gigante de roca tomo a Shaun en sus brazos y bajo de un salto, Sonia tuvo que sujetarse, pues al bajar el peso la suspensión hizo que la camioneta regresara a su posición normal. Tremor se puso a Shaun en sus hombros mientras ella descendía con el teniente Pierce en sus brazos.

– Cuidado con Shaun – le reprendió Sonia a Tremor. Este se voltio a verla mientras bajaba. – No todos estamos hechos de roca como tú.
– Tenemos que movernos rápido. – le explico Tremor. – Están siguiéndonos.
– ¿El Dragón Rojo? – pregunto Sonia.
– ¿Quién más? – contesto sarcásticamente Kobra, provocándola.
– Creo que quieres que te queme la otra mitad de tu cara.
– Adelante. – le reto Kobra mientras avanzaba hacia ella y se retiraba la capucha – Arruinare esa bonita cara tuya furcia.

Kira sujeto a Kobra por su hombro, ella sabía lo mucho que a Kobra le gustaba pelear. Tanto que a veces no sabía cuándo estaba peleando un combate que jamás ganaría. Su anterior enfrentamiento con Sonia y las Fuerzas Especiales casi les cuesta la vida a ambos. Kira se empezaba a hartar de ello. Sentía que Kobra era una carga pesada.

– Basta – dijo Tremor, amenazante, pero sin elevar la voz mientras creaba un puño de tierra y roca. – Hay poco tiempo.

Los cuatro entraron al pequeño edificio de departamentos. Detrás de los escombros del edificio casi derrumbado, se encontraba la puerta de una bóveda, similar a la de un banco. Adentro se encontraba una armería, repleta de rifles automáticos, pistolas, rifles de alto poder, ametralladoras, lanza-misiles y más. Kobra y Kira tomaron todas las armas que podían, aunque ellos preferían combatir con sus puños y cuchillos respectivamente, sabían que los Dragones Rojos no se tomarían riesgos en matarlos. Tremor mencionó una palabra en chino, una que activo un segundo escondite retirando las armas y abriendo una puerta. Dentro de ahí se encontraba un camión blindado de estilo militar. Grande como un tanque, con una ametralladora blindada en la parte de arriba para semejarlo más a dicha máquina de guerra. Tremor abrió la puerta trasera y metió los cuerpos de Shaun y Pierce adentro, uno en el suelo y otro en la camilla medica que el camión tenía.

Una alarma se activó, intrusos estaban cerca. Tremor bajo de la camioneta y le dio un rifle de asalto H&K G36 a Sonia. Él iba avanzaba sin armamento alguno.

– Nos encontraron más rápido de lo que esperábamos. – dijo Tremor, crujiendo algunas de sus articulaciones.
– No hay que hacer esperar a nuestros invitados. – bromeo Kira.
– Sí, una pelea es lo que necesito – dijo Kobra, dando pequeños saltos y puños al aire.
– No – dijo Sonia. Los tres voltearon a verla, Kobra enfadado. Kira claramente asqueada y Tremor curioso. – Mis hombres no pueden esperar más. O me ayudan a llevarlos con un doctor o me voy sola.
– ¿Quién te crees que eres mujer? – Kobra avanzó hacia ella, esta vez Kira no lo detuvo. – Nosotros somos el Black Dragon, tu no nos das órdenes.
– Pero Kano sí. – contesto Sonia. Kobra se detuvo, con sus puños listos para atacar. – Tasia me conto unas cosas antes de venir a Hong Kong, que ustedes me llevarían con él. Que ustedes me explicarían donde esta Kano y que es lo que ocurre dentro de las Fuerzas Especiales.
– Ella tiene razón – le afirmo Tremor mientras volvía a cerrar las puertas del segundo compartimiento secreto.
– ¿Quién de ustedes tres sabe dónde está Kano? – Sonia estaba decida a obtener una respuesta. Su obsesión con el líder del Black Dragon no parecía tener fin. Poco le importaba el Red Dragon, incluso creía que no existía y ellos estaban mintiendo.
– Yo – contesto Tremor. Kira y Kobra no podían creerlo lo fácil que Tremor le estaba dando información a su enemigo. Lo fácil que confiaba en Sonia – Él está esperándote.
– ¿En dónde?
– Eso lo sabrás hasta que acabemos con nuestros asuntos en Earthrealm.
– ¿Asuntos en Earthrealm? – Sonia obtuvo una respuesta, aunque no muy precisa. Habían estado buscando en el lugar equivocado. – ¿Qué planean hacer?
– Debemos matar al General de las Fuerzas Especiales. – Kira y Kobra se enfadaron. El segundo sujetándolo de los ropajes de Tremor, los pocos que tenía.
– ¿Qué crees que estás haciendo montaña de polvo? – le pregunto Kobra – Kano tal vez te puso al mando, pero no significa que puedes ir divulgando todo.
– ¿Qué planeas hacer Kobra? – Tremor lo empujo con su pecho, haciendo que Kobra lo soltara. A sus espaldas, Kira ya había sujetado sus cuchillos. Tremor se voltio a ella – ¿O tu Kira?
– Por mucho que me encantaría verlos matarse entre ustedes. – les interrumpió Sonia. – Tenemos compañía.

Un rayo de plasma empezó a cortar por la puerta de metal de la bóveda, lentamente creando un circulo y abriéndose paso. Sonia sospechaba que el Lin Kuei o quien sea que estaba afuera de la bóveda ya tenía el edificio rodeado. Lo mejor era subirse al coche, de inmediato.

Sonia aprovecho que los tres estaban distraídos para tomar las llaves del camión de la cintura de Tremor y subiéndose al asiento del conductor rápidamente. Tremor se subió de un salto a la parte trasera del camión seguido de Kira y Kobra. La asesina pelirroja avanzo hasta el asiento del copiloto mientras Sonia arrancaba el motor. Sonia piso el acelerador, destruyendo el débil muro de ladrillos enfrente de ellos mientras misteriosos guerreros abrían fuego contra ellos.

– ¿Si sabias que había una forma de abrir la pared en lugar de estrellarte en ella? – Kira hacia una pregunta retórica. Sonia no le presto la menor de las importancias.

Sonia continuaba acelerando. Motocicletas con una pareja de guerreros usando trajes color negro y rojo los perseguían. Uno conducía mientras el otro abría fuego con balas perforadoras, sin embargo, la camioneta estaba tan bien protegida que no se sentía el impacto de las balas. Sonia aprovecho el blindaje y potencia para acortar el camino, cruzando por encima de todo. Kobra abrió la escotilla del camión para manejar la ametralladora, disparándole a sus perseguidores.

– ¿Quiénes son? – pregunto Sonia mientras cruzaba en sentido contrario.
– El Red Dragon genia. Ya te lo dijimos. – explico Kira.
– Ve hacia la bahía de Kowloon. Ahí nos espera nuestra vía de escape. – le dijo Tremor.
– Al menos alguien aquí me habla con respeto.

Sonia cambio de velocidad, acelerando cada vez más sin importarle que cosa pasara por su camino. Las calles estaban en su mayoría vacías, la gente probablemente asustada debido al Lin Kuei. Ahora Sonia había traído el conflicto al este de Kowloon, se dijo así misma que su oportunidad de visitar la ciudad en vacaciones se había arruinado por completo.

Kobra elimino a sus perseguidores, muchos de ellos acribillados por las balas mientras otros simplemente se dieron a la fuga para evitar tener el mismo destino. Sin embargo, esto era por otra razón, pues un helicóptero APACHE volaba en dirección a ellos. Kobra lo observo con mucho detenimiento, no lo dudo dos veces, era obvio que pertenecía al Dragon Rojo. Alzando la ametralladora al aire, abrió fuego contra él. El helicóptero esquivo su ráfaga haciéndose a un lado con su superioridad en movimiento y con su armamento, disparo sus misiles uno por uno. Sonia los esquivo, moviendo el camión bruscamente, pasando por lugares donde incluso no entraban, abriéndose espacio con el poder del motor y la resistencia de la camioneta. Sonia rezaba que no hubiera civiles por donde ella pasaba.

– ¡Maldita sea americana de mierda! – grito Kira – Ahora sé por qué el Lin Kuei el derribo tan rápido.
– ¿Tú no sabes cuándo callarte verdad estúpida iraquí? – le respondió Sonia.
– Soy afghanistana – le contesto Kira – Ahí las mujeres manejan mejor que tú ¡y eso que el islam no se los permite!
– ¡Silencio ustedes dos! – intervino Tremor. – Sonia. Toma el corredor de Kowloon, nos llevara directo a nuestro destino.
– También a ese helicóptero Apache. Nos destruirá el momento que pongamos un pie en el suelo. Debemos derribarlo primero.
– Por eso traigo esto. – dijo Tremor, mostrando un cañón similar a un lanza-misiles, pero con un orificio de mucho menor tamaño.
– Ya recordé por que no debería estar tratando con ustedes. – dijo Sonia, dándose cuenta que lo que Tremor tenía entre manos.

Era un cañón laser anti-aéreo. El calor producido por esa arma era suficiente para atravesar dos camiones blindados como en el que estaban. Tremor se puso de pie, abriendo una segunda escotilla. Cargando el láser a su máximo poder, apunto contra el helicóptero.

– Estabiliza el camión. – le ordeno Tremor a Sonia.
– Lo haría si no nos dispararan misiles.
– Mujeres. – dijo en voz baja Tremor.

Formando una enorme roca en sus manos, Tremor la lanzo al helicóptero. Este impacto directo, haciéndolo tambalear. El piloto pensó que no le haría daño, cuando fue todo lo contrario. Los escombros de piedra y tierra se atoraron en las tomas de aire del helicóptero, forzando el motor. De esta forma el helicóptero se mantuvo quieto para que Kobra abriera fuego contra él. Sonia pudo moverse en línea recta por unos instantes, segura de que el helicóptero no atacaría. Tremor aprovecho la oportunidad y disparo sujetando el arma con una sola mano. El helicóptero exploto contacto, el calor derritió inmediatamente su armadura, destruyendo el motor y todo a su paso. Por unos instantes podían respirar, pues llegaron ya sin problemas a la bahía de Kowloon.

En el agua los esperaba un avión, su piloto al verlos encendió los motores. Los cuatro se bajaron, ayudando a cargar a Pierce y Shaun quienes seguían inconscientes a pesar de toda la conmoción. Una vez adentro el avión despego con dirección a Australia. Sonia soltó un fuerte respiro, aliviada de por fin abandonar Hong Kong.

– No te pongas demasiado cómoda. – le dijo Kobra a Sonia. – Todavía queda mucho trabajo por hacer.
– ¿Cómo matar al General de las Fuerzas Armadas? – pregunto Sonia – ¿Qué les hace creer que les ayudare? ¿Qué les hace creer que no los detendré a los tres cuando lleguemos a Australia?
– No pudiste contra el Lin Kuei. – le recordó Kira. – Combatirnos a nosotros sería estúpido. Solo Kobra haría algo así.
– ¿Qué dijiste perra? – contesto Kobra.
– Ustedes dos son peor de lo que me habían dicho. – interrumpió Tremor. – Si no se callan los lanzare afuera del avión yo mismo.
– Si mal no recuerdo. – dijo Sonia, dirigiendo su palabra a Kira. – Cyrax los derroto a ustedes dos también.
– Sonia. No te estas ayudando. – le advirtió el desertor del Lin Kuei.
– Y tú no estás haciendo bien tu trabajo Tremor.
– Te explicare todo. – hablo Tremor. – Y pronto podrás descubrirlo todo por tu cuenta.
– Te escucho. – dijo Sonia, acomodándose en su asiento y cruzando las piernas.
– Hace más de quinientos años que existe un grupo que actúa en las sombras. – explico Tremor, con increíble detalle en las palabras que usaba. –

“Sus miembros son espías, mercenarios, asesinos, brujos y hechiceros. Durante años se han estado infiltrando en los grupos más influyentes de la sociedad. No paso mucho tiempo para que tuvieran varios agentes infiltrados en las Fuerzas Especiales, sin embargo, nuestra enemistad no comienza ahí. Alrededor de trescientos años atrás, un pequeño grupo defecto del Dragón Rojo, principalmente conformado por mercenarios y asesinos. Este grupo estaba liderado por Jola, una hermosa mujer que buscaba obtener el poder del Dragón Rojo para sí misma, para ello fundo el Dragón Negro: un grupo de desertores que ya tenían un poder enorme controlando la venta de armas durante las guerras mundiales y que buscaba traer la anarquía a la tierra, liberando a su población del control del Dragón Rojo.

Por años estuvimos en guerra, Jola murió a manos de un guerrero shaolin durante un torneo de Mortal Kombat auspiciado por Shang Tsung, y en su lugar pasaron muchos líderes, la mayoría asesinados por el Dragón Rojo durante nuestros combates. No fue hasta que Kano apareció que el clan se volvió más fuerte, volviéndose increíblemente notorio en el mundo actual.

El Dragón Rojo hizo un nuevo plan para eliminarnos, crear una fuerza de “justicia” para acabar con la organización criminal más grande del mundo. Así fue como las Fuerzas Especiales nacieron e iban poco a poco eliminándonos. Una captura en especial nos dio un fuerte golpe: Kabal. Él siempre tuvo conflictos con Kano, pues en su punto de vista el Dragón Negro ya no peleaba por la razón que nació: acabar con el Dragón Rojo y su orden esclavista. Kabal siempre fue un idealista, realmente nunca encajaba con nosotros, pero era un gran guerrero y un líder nato. Su perdida nos pegó fuerte y poco a poco el Dragón Rojo, por medio de las Fuerzas Especiales, nos empezó a destruir de nuevo. Kano paro esto antes de que avanzara más. Él solo se infiltró en las Fuerzas Especiales, dando información sobre importantes miembros como Jarek y Tasia para ganarse su confianza. El Dragón Rojo desconocía la identidad del nuevo líder del Dragón Negro y por ello su plan era perfecto, jamás esperarían que su más grande enemigo estaría justo en sus narices. Un día Kano elimino a los infiltrados del Dragón Rojo que estaban masacrando a nuestro clan, uno de ellos era tu compañero de equipo. Kano tuvo que escapar, pues Jax y tú lo estaban persiguiendo por la muerte de tantas “buenas personas”. Ustedes dos resultaron ser las armas más fuertes del Dragón Rojo, pues lograron matar a No Face y Jarek sin mucho esfuerzo, volvieron a Kabal un policía y me derrotaron a mí y Tasía.

Cuando el último torneo del Mortal Kombat inició, no tuvimos de otra más que dejar nuestras rivalidades y unirnos con Shao Kahn. Durante años estuvimos combatiendo para tomar control del planeta, pero ahora un verdadero conquistador lo tomaría. Si queríamos sobrevivir debíamos unirnos a él. Además, Shao Kahn nos prefería a nosotros, él Dragón Negro seria los generales del Outworld en la tierra. Todo esto era optimó, el Dragón Rojo permaneció en las sombras durante años antes de que comenzara el torneo, dejando a las Fuerzas Especiales cazaran a sus viejos enemigos mientras ellos recobraban el control de los gobiernos y potencias mundiales. Ahora que Shao Kahn ha fallado y una nueva amenaza se aproxima en el horizonte, el Dragón Rojo ha vuelto. Listo para volver a tomar el control con su arma secreta, la cual es más fuerte que nunca. El Lin Kuei sabía esto, el Dragón Negro sabía esto. Nos debíamos preparar para lo que se avecina, sin embargo, no se puede confiar en criminales. El Lin Kuei nos traiciono a nosotros, declarándonos como sus enemigos al igual que el Dragón Rojo. Nosotros nos encontrábamos en lo más bajo de la cadena alimenticia. Por ello necesitamos tu ayuda, cooperar contigo por un fin similar. Lo que se avecina requerirá que nos apoyemos, si queremos que la tierra sobreviva.

El Dragón Rojo trabaja con las fuerzas de la oscuridad. Quan Chi es su protegido. La Hermandad de la Oscuridad su aliado. Están debilitando a la tierra más de lo que ya está. El Lin Kuei tratara de sobrevivir por su cuenta, pero el Dragón Negro sabe que necesita trabajar junto con Raiden y sus fuerzas para poder alejar el mal que se aproxima.

Nuestro primer paso para sobrevivir es destruir al general de las Fuerzas Armadas y al Capitán Kirk, ambos miembros del Dragón Rojo. Para ello debemos infiltrarnos en la base, liberar a Jarek y Tasia en el proceso, y así tener la suficiente fuerza para derrotarlos. Sé que no me crees Sonia, pero te he revelado los secretos mejor guardados de nuestro clan para que confíes en nosotros al menos durante la guerra que vendrá. Si no me crees a mí, habla con Kano, pero te será imposible si no matamos al General. ¿Por qué me preguntas? Simple, Kano está en Outworld sin forma de regresar a la tierra. La base de Nueva Zelanda tiene el portal que la ONU permitió construir, a pesar de tus demandas para que no lo hicieran. Para poder llegar a Kano, tendrás que pasar por tu general primero.”

Sonia escuchaba atentamente a Tremor, por unos instantes pensó que era la historia más increíble que había escuchado. Una farsa tan patéticamente planeada para que ella les permitiera matar a su superior. Aun así, ella no paraba de escuchar, sin interrumpir una sola vez al ninja. Si esto es verdad, tenía que comprobarlo primero ¿pero con quién?

Algo de lo que estaba segura de su historia es que Tremor y el resto querían usar el portal de la ONU para viajar a Outworld y salvar a su líder. Seguramente después de la derrota y muerte de Shao Kahn la nueva Kahnum lo buscaría para matarlo por haberle fallado a su padre. Tal vez peor, lo recluto para su batalla por reclamar el trono de su padre, pero requiero que su equipo viaje al Outworld para llevar las armas que le harían ganar la batalla. Ella no permitiría esto, viajara al Outworld y mataría a Kano personalmente, pero primero debía lidiar con estos tres.

– Si lo que dices es cierto – hablo Sonia, después de que Tremor terminara de hablar – ¿Quién puede comprobar tu historia?
– Ya te lo dijo – interrumpió Kobra – Kano.
– No confío en Kano – contesto Sonia – Ni en ninguno de ustedes.
– Hay una persona que seguramente recordara a Jola. – dijo Tremor – Más bien un dios. Uno del trueno.
– ¿Raiden? – pregunto Sonia.
– Así es. El shaolin que mato a Jola fue el Gran Kung Lao.
– ¿Y que hay sobre el Dragón Rojo? – pregunto Sonia – ¿Raiden sabe algo de ellos?
– Es probable que no – contesto Kira – Ellos se han ocultado muy bien durante años. El único que te puede confirmar su existencia es tu General.
– ¿Quién es este general? – era una pregunta sincera, Sonia ha querido saber sobre el pasado de su superior desde que fue instaurada las Fuerzas Especiales como una organización mundial – ¿Cuál es su historia?
– Es uno de los miembros del Dragón Rojo más importantes junto con su segundo al mando, el capitán Kirk. – respondió Tremor. – Su verdadero nombre, o al menos el que se conoce, es Hsu Hao y su asesino y protector Floyd Lawton. Un reclamado mercenario y francotirador.
– ¿Cómo planean que averigüe si realmente es él? ¿Preguntándole amablemente?
– Regresa a la base de Nueva Zelanda. – le sugirió Tremor – Él te envió a luchar contra el Lin Kuei para que murieras y mataras a Sektor en el proceso. Ahora que fallo en ambos, intentara arrestarte para luego asesinarte.
– Deberías agradecernos por advertirte primero – dijo Kira.
– Eso lo veremos.
– ¿Entonces nos crees? ¿Nos ayudaras como nosotros te hemos ayudado? – pregunto Tremor.
– Regresare a la base. Si lo que dices es cierto, entonces yo misma matare a Hsu Hao – las palabras de Sonia hicieron sonreír a Kobra y Kira. Sonia en cambio, estaba enfadada, lista para matar aquel que la envio a ella y su equipo a morir.
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Re: MKX: Una nueva historia.

Mensaje por Hares » Dom, 29 Ene 2017, 17:53

Capítulo 18: Deidades y Mortales.

Sídney, Nueva Zelanda. Era de noche. Un grupo de camionetas del ejercito australiano llegaron a las costas, lejos de la ciudad. En el agua, se encontraba un avión que ingreso al espacio aéreo sin anunciarse. Adentro de él, se encontró a la Mayor Sonia Blade, inconsciente y abandonada. Nadie más la acompañaba. Sonia no tenía su uniforme puesto, solo una blusa de tirantes blanca, un pantalón militar y sus botas. Sus armas e identificaciones habían desaparecido o habían sido robadas. La Mayor tenia marcas de combate por todo su cuerpo, parecían de un combate reciente.

Los soldados la sacaron del avión por medio de un bote militar. El ejército entonces procedió a llevar a la Mayor a la base aérea, donde el resto de las Fuerzas Especiales se encontraban. La Mayor viajaba en una ambulancia militar, siendo tratada por paramédicos durante el camino, su condición era estable y poco a poco iba respondiendo a estímulos externos. Pronto podría ponerse de pie, pero primero necesitaba llegar a la base para que la trataran los doctores.

El viaje no fue tan largo, las fuerzas militares llegaron a la base aérea y bajaron a la Mayor Sonia Blade con ayuda de una silla de ruedas. En la entrada, lo esperaba el capitán Kirk junto con un pequeño grupo de elite. Los mismos que Sonia vio bajar del helicóptero cuando capturaron a Jarek y Tasia. Los paramédicos la llevaron con él.

– Mayor Blade – anunció Kirk – Es una sorpresa y alegría verla sana y salva.
– A salvo si – respondió la Mayor – Sana, como podrás ver no.
– Cuando escuchamos las noticias de lo que ocurrió – explico Kirk, con desaliento y profunda pena. – Creíamos que no la volveríamos a ver ¿sabe de algún otro sobreviviente?
– No lo sé Capitán, el Lin Kuei decimo mis fuerzas. Apenas pude escapar.
– Una desgracia. Buenos soldados eran todos.
– ¿Hay alguna forma de recuperar los cuerpos? – pregunto Sonia – Al menos debemos darles un apropiado funeral, por sus familias.
– Eso me temo que es imposible. Tú me entiendes.
– Supongo que si – dijo Sonia, molesta.
– Señor, debemos llevarla con los doctores para que le traten sus heridas. – hablo un paramédico – Nunca había visto a alguien soportando tanto castigo y caminar como si nada.
– Es la Mayor Sonia Blade quien tiene usted enfrente. – presumió Kirk – Una sobreviviente del ataque del Outworld. Esto no es nada para ella. Matarla no es trabajo sencillo.
– Pero señor… – continuaba el paramédico. Sonia logro notar un ligero tic en el rostro del capitán cuando dijo su última oración.
– Ella debe responder ante el general. Necesitamos un reporte de su misión. – Kirk se dio media vuelta, seguido de sus secuaces. – De inmediato.
– Entendido señor – se disculpó el paramédico.

Sonia lo volteo a ver, haciéndole un gesto con la cabeza para que lo llevara con el General. El paramédico siguió al capitán de cerca. Mientras avanzaban, los rostros de los técnicos y agentes que estaban trabajando, recibiendo llamadas, llenando reportes y haciendo encargos se voltearon a verles. Sus rostros eran de asombro de ver a la Mayor con vida, otros eran de vergüenza, seguramente por su fracaso en su misión. Sonia sentía sus miradas, aunque estuvieran pretendiendo que no la veían y realizaban su trabajo. Sabía que la juzgaban, pero ella era mejor que ellos. Ahora ella sabía la verdad, solo tenía que comprobarla.

El paramédico ayudo a Sonia a colocarse de pie, ella podía hacerlo fácilmente, pero no quería molestar a los médicos. Sabía que no tenía nada que probar a nadie, menos a aquellos que realmente se preocupaban por ella, aunque sea por razones profesionales.
Apoyándose en el hombro del joven paramédico, Sonia subió las escaleras hacia la oficina del general de las Fuerzas Especiales. Kirk dejo a su guardia en las escaleras mientras él seguía a Sonia por sus espaldas con los brazos cruzados en la espalda. Los tres entraron en la oficina, donde el general observaba todo el complejo desde ahí, mirando a todos trabajar. Sonia pudo ver que el general se había servido otro vaso de wiski, pero no había bebido un solo trago de él. El general vestía con traje, completamente en negro. La corbata, camisa, guante, saco. Todo. Con un gesto de su mano ordeno al paramédico retirarse, que si se requería de sus servicios se le avisaría. El paramédico se retiró después de sentar a Sonia en el sofá, saludando al general y al capitán.
El capitán Kirk cerró la puerta detrás del paramédico, dejando entrar primero a cuatro de sus guardias. Bien armados y equipados, como si hubieran regresado de una misión recientemente o estaban a punto de comenzar una.

El General avanzo hacia Sonia, ofreciéndole que tomara un asiento mientras este movía una silla. Sonia acepto sin decir una palabra. El general miraba a Kirk a los ojos y este le devolvía la mirada mientras le ayudaba a sentarse a Sonia como todo un caballero. El general le dio la vuelta a su escritorio y tomo un vaso extra de wiski. Le puso unos hielos, sirvió de la botella de vidrio y lo relleno de agua mineral. El general se sentó en el escritorio y le tendió el vaso a Sonia, quien lo tomo con gusto. El general tomo su propio vaso y bebió de él sin decir nada. Sonia tomo un trago, la bebida alcohólica paso por su sistema, calentando su garganta. El general dejo su vaso en el escritorio y Sonia hizo lo mismo. El general tenía un rostro bien marcado y delineado, su mirada era intensa, pero por alguna razón no se concentraba en mirar a la Mayor. Este más bien la evitaba.

– Repítame – hablo por fin – Capitán Kirk ¿Dónde encontraron a la Mayor?
– En un hidroavión que había despegado de la bahía de Kowloon en Hong Kong señor – respondió.
– ¿A quién pertenece dicho avión? – pregunto, sin mirar a la Mayor y sirviéndose otro vaso.
– El hidroavión fue rastreado hasta una compra ilegal. – dijo Kirk –El hidroavión le pertenece al Black Dragon.
– Al Black Dragon – repitió el General – ¿Alguien más se encontraba con la señorita Blade?
– Nadie general.
– ¿Qué hay del Teniente Charles Pierce o de Shaun Himmerick? – su pregunta era retorica – ¿Algún otro sobreviviente?
– Nadie mi general.
– ¿Tal vez alguno de los nuevos amigos de nuestra Mayor? ¿Kobra o Kira?

El general, después de su última pregunta, miro a los ojos a Sonia, sin retirar su mirada ni un solo segundo. Su rostro, era difícil describir, como una burla demencial, como si todo fuera un juego y sabía que ya había ganado, sin embargo, no lo expresaba completamente. Lo ocultaba, detrás de una máscara, pero Sonia sabía mirar a través de ellas. Ahora, más que nunca.

– Fraternizar con el enemigo – dijo el general, viendo a Sonia – Es un crimen atroz, una traición.
– ¿Más que enviar a sus tropas a la muerte? – respondió Sonia.
– ¡Silencio! – el general lanzo su vaso, aún con wiski adentro, hacia la pared, rompiéndose – Nadie te ha dado permiso de hablar.
– ¿A qué quiere llegar General? – pregunto Sonia. Cansada de sus juegos. El general respondió dándole una cachetada a Sonia. Ella no hizo nada, recibió el golpe directamente, pero si había intentado esquivarlo. Solo que no pudo.
– Es una toxina potente. – dijo el General – Tasia sobrevivió a él, pero ella tenía más resistencia. Me pregunto si tu aguantaras.
– No te saldrás con la tuya – le amenazo Sonia.
– ¿Eso crees? – el General tomo el mentón de Sonia con su mano, levantándole el rostro para que lo viera a los ojos. – No eres más que una débil mujer, que acaba de perderlo todo. Ya no tienes a nadie.
– ¿Quién eres?
– Oh, pero eso ya lo sabes. ¿Tremor no te lo dijo?

El general soltó a Sonia y ordeno al capitán Kirk que se la llevara. Sus cuatro hombres tomaron por los brazos a Sonia, la arrestaron con unas esposas y se la llevaron arrastrando, sus piernas completamente inmóviles. El capitán Kirk cerró la puerta detrás de ellos y se quedó junto con su general, viendo la escena.

– Una lástima – admitió Kirk – Qué tan promitente guerrera muera de esta forma.
– ¿Querías combatir contra ella? – le pregunto el general – No me hagas reír, te derrotaría fácilmente.
– Me subestimas, General. – respondió Kirk, dándose la vuelta – Si me hubieras permitido viajar a Hong Kong ella ya estaría muerta.
– Tremor y los demás te habrían matado antes de que te acercaras. Esto es mejor. Tenemos evidencia de que ha fraternizado con el Black Dragon. – el general soltó una pequeña sonrisa. – Pronto, todo por lo que ella trabajo se vendrá abajo.
Los soldados se llevaron a Sonia hacia las prisiones, abriéndose paso entre los guardias. Sonia empezaba a perder el conocimiento, sentía como perdía cada uno de sus sentidos y fuerza, incapaz de hacer nada. Al final, la metieron a una prisión de alta seguridad, en el suelo. Su cuerpo golpeo fuertemente, los soldados cerraron la puerta y se alejaron. La prisión era completamente oscura, no había barrotes, ventanas, nada. Aire entraba por un conducto de aire bastante pequeño. La puerta era de metal, pesada y resistente. Sonia no podía moverse, su mirada comenzaba a nublarse y sentía que no les entraba el suficiente oxígeno a sus pulmones. Pronto, cayo inconsciente.

____________________________________________________________________________________________________

Mar de Coral.

El hidroavión se encontraba surcando los cielos todavía. Kira y Kobra habían tomado asientos de piloto y copiloto respectivamente. Kira, la especialista en vehículos, le decía que hacer a Kobra, pues este solo sabía combatir. Tremor se encontraba en los asientos de atrás, hablando con Sonia. Su destino: las costas de Nueva Zelanda y la ciudad de Sídney.

– ¿Este suero me protegerá entonces? – pregunto Sonia, mientras apretaba su brazo izquierdo con la ayuda de un cinturón.
– Tiene un efecto de más de 24 horas – respondió Tremor, inyectándole el suero a sus venas lentamente – Dices que Tasia sobrevivió, tú también lo harás.
– ¿Qué tal si cambiaron de Toxina o veneno? – Sonia estaba impaciente y escéptica, se podría decir que tal vez histérica. Pero la verdad es que solo era precavida – Saben que Tasia sobrevivió.
– Es una posibilidad y un riesgo que deberemos tomar.
– Fácil para ti decirlo

Sonia soltó el cinturón, dejando la sangre fluir en su totalidad por su brazo. Con un pedazo de algodón mojado en alcohol se limpió la entrada de la ajuga a su piel. Tremor guardo el suero en una caja de metal, la cual se encontraba dentro de un refrigerador.
El viaje había sido muy largo. Sonia y su equipo volaron por mar, dentro de un enorme porta aviones donde se encontraba la mayoría de los miembros de las F.E. La base en Sídney estaría casi abandonada. A excepción del Capitán Kirk y el General, además de sus hombres de elite.

– Tendrás que entrar sin nada Sonia – le explicaba Tremor – Si descubren algo en ti te lo quitaran de inmediato.
– ¿Qué sugieres entonces? – pregunto – Salir de una prisión repleta de soldados no es cosa fácil.
– Te tragaras esto – dijo Tremor – dándole un aparato electrónico del tamaño de una pequeña USB – Esto te ayudara a escapar, activando una bomba EMP que estaba implementada en el cuerpo de Jarek.
– Esto no será placentero – admitió Sonia, tomando el aparato electrónico.
– Cuando el suero haga contacto con la toxina, sufrirás ciertos efectos secundarios. Entre ellos mareos, vomito, perdida de los sentidos y probablemente caigas inconsciente. Tu ritmo cardiaco bajara mucho, haciéndote parecer que estás muerta.
– Santo cielo Tremor – exclamo Sonia – ¿algo más que quieras agregar?
– Si – respondió, antes de que el humor de Sonia continuará – Dentro de una o dos horas tu cuerpo volverá a su estado normal, obligando a tu cerebro a reanimar tu corazón. Este empezara a latir con fuerza, volviéndote a la vida.
– No creo que mi seguro de vida incluya estas cosas.
– Vamos a iniciar nuestro aterrizaje – les avisó Kira por el comunicador – ¿Creen que ya esté esperándonos?
– Si, él ya está aquí.

_____________________________________________________________________________

Sonia despertó, la oscuridad la invadía y era incapaz de ver lo que estaba delante de ella. En una prisión tan confinada como esta, no había forma de salir. La Mayor lucho por levantarse, el mareo ya había pasado, pronto empezó a recuperar sus sentidos. Sus manos sentían frio, su boca sentía asco, su nariz olía el metal a su alrededor.

La Mayor se llevó su mano a la boca, mientras yacía en el suelo. SU cuerpo no lo pudo contener más, como Tremor le dijo, ella vomito. El vómito no fue nada pasajero, fue algo violento. Su diafragma se movía rápidamente, como si algo la atacara. Sonia sintió como el artefacto electrónico subía por su esófago, vomitándolo junto con saliva y otros fluidos. Sonia se tomó unos segundos para respirar, el aire era pesado. Sonia tomo el artefacto, buscándolo entre su vomito. La Mayor estaba lista para el golpe final, era hora de su venganza.

Sonia presiono el botón. Cinco segundos después se escuchó un pequeño chillido y se empezaron a abrir las puertas, incluida la suya. Sonia se puso de pie, abriendo lentamente la puerta para ver lo que había más allá. Las cámaras de seguridad estaban desconectadas, la luz estaba apagada y las puertas abiertas. Sonia se movió rápido, sus ojos ya se habían acostumbrado a la oscuridad mientras que los de los soldados no. Su lámpara delataba su posición, Sonia solo debía mantenerse fuera del alcance de su luz para evitar ser descubierta.

Los soldados de elite estaban alertas, apuntando con sus rifles de asalto, equipados con una lámpara y una mira laser. Su radio no funcionaba, la bomba EMP fue tan fuerte que derrumbo todos los sistemas eléctricos del lugar. Sonia se hizo a un lado, pensando como los iba a atacar una vez descubriera que ella no estaba en su prisión. Los soldados estaban bien armados y protegidos. Se dijo así misma que necesitaba una de esas armaduras.

Los soldados caminaron alertas hacia la prisión de Sonia, cuya puerta seguía cerrada. Los iban con sus rifles en alto, ignorantes al hecho de que la Mayor se encontraba detrás de ellos. Uno de los soldados abrió la puerta, esta era pesada, mientras el otro apuntaba con su rifle. El guardia vio que la Mayor no se encontraba ahí, pero el que abrió la puerta si vio que ella estaba detrás de ellos y que se había robado una porra eléctrica del cinturón de su compañero.

El soldado intento gritar, pero Sonia empujo al soldado iluso hacia la prisión con una fuerte patada. Tumbándolo en el suelo. Activando la porra eléctrica golpeo al segundo soldado varias veces, hasta que este cayo en el suelo. Rápidamente Sonia empujo la puerta con todas sus fuerzas, encerrando al segundo soldado manualmente. Sonia ahora tenía armas y protección. Camuflajeandose fácilmente con el resto de los soldados en el complejo. Ahora su siguiente paso era buscar a Tasia y Jarek. El dispositivo le diría donde estaba Jarek, pues este estaba conectado directamente a la bomba. Después podrían buscar a la griega juntos y dar el golpe final.

Sonia sabía que cuando se cortaba el suministro eléctrico u ocurría una falla ciertos sectores se sellarían, incluyendo el acceso a las prisiones, sin embargo, este no era un ataque normal. La bomba EMP que Jarek tenía instalada era algo que Sonia no había visto jamás. Antes se preocuparía por esto, viendo que el Black Dragon tenga tanto poder. Ahora, ahora trata de no pensar en ello.
La Mayor siguió el sonido del dispositivo, jugando a “frio y caliente”. Unos guardias se encontraban delante de ella, Sonia no dudo dos veces y coloco una bala en el cráneo de cada uno de ellos. Los soldados de elite no tuvieron el tiempo de reaccionar, pues la figura de Sonia vestida como ellos los confundió. Al llegar a sus cuerpos sabía que había llegado a su objetivo. Delante de ella se encontraba un muro resistente, con una puerta de metal similar a la celda en la que estaba. Sonia la abrió y pudo ver el torso de Jarek colgando de varios ganchos, con equipo médico conectado a él. Sus extremidades habían sido removidas, sus partes metálicas desinstaladas. Su pecho estaba libre, las placas de metal de su tórax abiertas dejando ver sus músculos. El mercenario era una maquina humana. Sonia se preguntó si seguía vivo.

– ¿Quién eres tú? – hablo Jarek con una voz débil y cansada – El equipo de elite no tiene mujeres.
– Es hora de salir de aquí – respondió Sonia, quitándose el casco y pasa montañas que cubrían su rostro.
– ¿Sonia? –Jarek soltó una risa lenta, como si le doliera moverse o hablar – ¿Cómo estoy seguro que no me usaras como señuelo?
– Nada – contesto Sonia – ¿Cómo despertaste?
– Un “bip” constante me molestaba. Luego mi cuerpo prácticamente estallo.
– Una bomba EMP que tenías en tu cuerpo – explico Sonia, mostrando el dispositivo – Yo la active para poder salir de aquí.
– ¿Una qué? – Jarek estaba sorprendido – ¿Qué está pasando?
– Veo que morir te mantuvo alejado de los eventos recientes.
– Si – respondió Jarek, con una sonrisa– Es todo un problema.
– Me encontré con tus amigos, Tremor y el resto. Estoy aquí para ayudarlos a salir y… a cambio me ayuden a acaban con Hsu Hao.
– Así que descubriste la verdad ¿he? –Jarek escupió al suelo, sentía como si fuera a vomitar en cualquier momento – La verdad desconozco que está pasando aquí, pero estoy dispuesto a ayudarte a matar a ese hijo de florinda que me desmantelo.
– ¿Por qué te dejo vivir? – pregunto Sonia.
– Me estaba desmantelando para descubrir los secretos de nuestro clan. – admitió Jarek – Pero si muero estos se borran de inmediato, necesitaba mantenerme vivo. Pues yo no se los iba a dar voluntariamente.
– ¿Qué sabes de Tasia?
– ¿Tasia? Yo diría que está muerta a menos de que ella tuviera un plan propio. – Jarek voltio a ver a los soldados muertos más allá de la puerta, confirmando que Sonia estaba diciendo la verdad – Me cuesta creerlo, la teniente Sonia Blade pidiéndome ayuda.
– Mayor – le corrigió Sonia – ¿una bala en el cráneo no fue suficiente para que entendieras?
– Si – rio Jarek – Pero no te seré de mucha ayuda en este estado, necesito que me pases mis extremidades.

Sonia comenzó por los brazos, acercando la prótesis robótica y conectándola de acuerdo a las instrucciones de Jarek. La labor no fue fácil, pues le habían removido sus extremidades a la fuerza. Sonia tuvo que soldar algunos cables, y asegurarse que se conectaran bien con su piel y nervios. La mayor, al ver la piel rasgada y quemada, supuso que toda la operación fue dolorosa para Jarek. Una vez colocados sus brazos, siguieron las piernas. Jarek hizo la mayoría del trabajo entonces, Sonia solo ayudando en un papel secundario. Cuando todo estaba listo, Sonia lo soltó de su arnés.

– Debemos apurarnos – explico Sonia – La energía ya regreso y…
– Sonia, Sonia, Sonia – la interrumpió Jarek – Tremenda estúpida – Jarek tomo a Sonia por su garganta, ahorcándola fuertemente con sus brazos y estrellándola contra la pared.
– Ja… rek – Sonia apenas podía pronunciar unas palabras – Det… nte.
– Eres una estúpida Sonia – reía Jarek, con una sonrisa histérica – Te matare a ti y luego a cada uno de los miembros de tus queridas Fuerzas Especiales.
– Yo… – intentaba explicar Sonia, quien no podía zafarse del ataque de Jarek – T… saque.
– Sí ¿pero no recuerdas que tú me metiste en esto para empezar?

Sonia perdía el aliento, la capacidad de hablar y sentía que se iba a desmallar. Intento clavarle un cuchillo en sus partes orgánicas, pero este lo detuvo con su otro brazo. La fuerza que poseía era sobrehumana. No creía que pudiera recuperarse tan rápido después de todo lo que tuvo que pasar a manos de las Fuerzas Especiales. Sin embargo, Jarek libero un poco de fuerza, dejando a Sonia respirar mientras tosía.

– No Sonia – dijo Jarek, calmando su risa, pero todavía sonriente – No conseguirás una muerte fácil. Debes aguantar, aguantar por Jax también.
– Jamás saldrás vivo de aquí… – Sonia hacia pequeñas pausas, intentando respirar – Sin mí.
– Me subestimas Sonia, ese fue tu grande error. Ahora muere, muere por todo.

Jarek comenzó a aumentar su fuerza, lentamente aplastando los músculos de Sonia. La Mayor sentía como su tráquea fuera a reventar. Su cabeza a separarse de su cuello. Si no hacía algo ya no iba a poder escapar. Jarek estaba perdido en su venganza, enfocándose en matar a aquellos que le hicieron quedar como está ahora. No escucharía a Sonia, no intentaría entrar en razón. Aunque Tremor se encontrara en un rango mayor que él ahora, Jarek jamás escucharía. Sonia lo había entendido, pero ahora era su turno de demostrarle al viejo mercenario que ya no está al mando.

Sonia tomo la porra eléctrica con su mano izquierda, al soltarse del brazo de Jarek, sintió como la fuerza de este aumentaba, pero con un movimiento rápido podría zafarse y era lo que la separaba de la vida y la muerte. Con las manos de Jarek ocupadas, Sonia le dio un fuerte golpe en las costillas a Jarek. El impulso eléctrico viajo por todo el cuerpo de este, al punto que Sonia también lo sintió, sin embargo, Jarek no la soltaba. El viejo mercenario estaba decidido a matarla y nada lo detendría.

– Jarek, suéltala. –

Una voz femenina se escuchó detrás de ellos, con un aire de autoridad ordenándole a Jarek que parara. Jarek se contuvo unos segundos mientras Sonia lo volvió a golpear. El mercenario sintió dolor, se notó en la reacción de su cuerpo. Jarek no tuvo más que soltarla, pero no sin antes lanzarla contra las mesas de herramientas, tumbando la maquinaria y resto de equipo médico.

La mujer era Tasía, su rostro y cuerpo se encontraba completamente lastimado. Su ropa desgarrada, su piel morada y sangrando. Aun así, ella estaba de pie, detrás de ellos dos. Con sus dos sables en sus manos, manchados de sangre. Su rostro casi desfigurado, la belleza de su rostro griego perdido ante la brutalidad que le hicieron pasar.

– Tasia, querida – dijo Jarek, fingiendo estar alegre de verla – ¿Cómo osas interrumpirme?
– La necesitamos viva Jarek, es parte del plan de Tremor.
– Tremor, Tremor, Tremor ¿Desde cuándo recibes ordenes de un Lin Kuei? – a Jarek no le gustaba que lo interrumpieran en su trabajo, sobre todo si lo disfrutaba tanto y era personal – ¡Yo estoy al mando aquí!
– Ya no, estas son órdenes directas de Kano – Tasia avanzo dos pasos, pero Jarek se interpuso en su camino.
– ¿Piensas ayudarla? ¿A ella? – Jarek estaba confundido, confundido y furioso. Su brazo comenzó lentamente a volverse un cañón.
– Tremor nos dijo que cooperamos con ella – explico Tasia, sujetando fuertemente sus sables – Tenemos un mismo enemigo.
– ¡Ella es nuestro enemigo! Y ni tú, ni Tremor ni Kano me quitaran la satisfacción de verla morir.
– Entonces morirás – Tasia ataco a Jarek con uno de sus sables, este se protegió con su brazo, deteniendo el ataque.
– No otra vez, maldita traidora.


_______________________________________________________________________________________

Costas de Sídney, a las afueras de la ciudad.

El hidroavión había aterrizado. Kira y Kobra habían vaciado todo lo del avión en varias maletas y se las llevaban a Tremor que estaba en una pequeña playa. Sonia había bajado con ellos, su ropa y equipo se lo llevaban los dragones negros mientras Raiden la esperaba arriba de una colina.
Sonia subió hasta donde se encontraba Raiden esperándola. El dios del trueno estaba acompañado por otra persona de cabello blanco largo, juntado en una larga trenza que llegaba hasta su espalda baja. Vestía de forma similar a Raiden, con una tela roja en forma de “V” en su torso desnudo y pantalones oscuros y ornamentados con figuras de dragones. Sonia sospecho que era un monje shaolin o, quizás, otra deidad por su mágico cabello.

– Raiden – lo saludo Sonia al llegar a la colina. – Gracias por venír.
– Debiste haberme llamado antes Sonia – le sermoneo el dios del trueno – Antes de enfrentarte al Lin Kuei sola.
– Nos atacaron por sorpresa – explico Sonia – No iba sola tampoco.
– Tu unidad no fue rival para sus fuerzas ciborg – explico el acompañante de Raiden – Deberías escuchar más a tus mentores.
– Raiden no es mi mentor – dijo Sonia – Yo formo parte de las Fuerzas Especiales, tenemos nuestras directivas y misiones.
– Pero tú misma dijiste que no confiabas en las Fuerzas Especiales – hablo Raiden, dando un paso adelante y levantando el mentón – Tal vez Johnny se ha ido, pero eso no significa que estas sola Sonia.
– Lo se Raiden… – admitió Sonia, apenada – Por eso te he llamado. Te necesito.
– Es obvio si estas al lado del Black Dragon y un exLin Kuei.
– Sonia, permíteme presentarte a Fujin. – dijo Raiden, colocando una mano en el hombro de la otra persona – Él es el dios del viento y una de las ultimas deidades del Earthrealm.
– Es un honor – Sonia hizo una pequeña reverencia – Perdona si antes me mostré agresiva.
– No tienes nada de que disculparte – explico Fujin – Solo era una recomendación, Raiden es tu mentor. Puede que creas que lo sabes todo Mayor Blade, pero la humildad es algo que nos hace más fuertes.
– ¿Qué necesitas de nosotros? – pregunto Raiden.
– Necesito que me confirmes una historia. No confío en el Black Dragon, pero siento que n tengo escapatoria de lo que se aproxima. Necesito ver la verdad, con mis propios ojos.
– Es justo como me la describiste – hablo Fujin, alabando a Sonia – Y mucho más.
– ¿Qué le has dicho de mí?
– Tu sentido del honor y la justicia, tan heroica y también – Raiden hizo un pequeño espacio – También a veces toxica. Llevándote a lugares peligrosos, lugares de los que tal vez no puedas salir.

Sonia sabía de lo que hablaba Raiden, Jarek se lo explico constantemente. Cuando Kano escapo, Sonia era quien más estaba obsesionada con el líder del Clan. Jax y ella emprendieron una misión, capturar a todos los miembros del Black Dragon antes de perderles el rastro, pero Sonia solo quería ir a buscar a uno de ellos y ese era Kano. Su búsqueda casi le costó la vida a su comandante. Como en esta nueva búsqueda le costó la vida a Mikka Stone y Ava Silence. Raiden no le culparía esas muertes, estaba segura. Sonia ha estado atrapada en un rincón, donde las puertas se encuentran selladas y ocultas detrás de paredes falsas. Las vidas de sus camaradas no son su culpa, pero descansan en sus hombros sin importar lo que piensen los demás. Sonia se culpaba a sí misma y cada vez se daba cuenta de que no podía sola. Ella intento endurecer su interior, tener un corazón de piedra por el bien de sus compañeros, pero eso no evito que murieran el día de hoy. Sonia no sabía qué hacer y por ello recurría a la única persona que le podía ayudar y darle un consejo: Raiden.

– ¿Dices que debería retirarme? ¿Hacerme a un lado y dejar todo atrás?
– Cuando te dije que podías quedarte conmigo en el templo rechazaste mi invitación por que tenías un llamado que responder – explico Raiden – Siempre he admirado y respetado tu perseverancia. Eso es algo que te forma, algo que te define. Sobre todo, por que buscas la verdad y hacer el bien. Mientras yo y mis shaolin combatíamos las fuerzas de otros mundos. Tú ya te encontrabas luchando a aquellos que buscan destruir su hogar por adentro. Eres una guerrera Sonia, una guerrera de los dioses, pero no puedes tu sola contra las fuerzas destructivas que habitan la tierra y lo que está más allá de sus fronteras. No te diré que te alejes, como dijiste no soy tu mentor. Pero si soy tu amigo.
– Gracias Raiden – Sonia se sentía aliviada, como si un peso en su espalda que ha ido cargando durante un año se liberara.
– Mayor Blade – hablo Fujin. Colocando su mano en el brazo de la Mayor para curar sus heridas – Nosotros atenderemos a sus compañeros que sobrevivieron el conflicto con el Lin Kuei. También estaremos atentos a tus planes. Si necesitas mi apoyo, allí estaré.
– Se lo agradezco, de verdad – Sonia volvió a hacer una reverencia. Las formalidades con Raiden ya no eran necesarias porque, como él mismo dijo, ya eran amigos. Fujin era alguien nuevo, alguien que no conocían. – Además de pedirles su ayuda, traigo noticias.
– Habla con confianza – dijo Fujin.
– Tremor y Sektor, también el Sr. Yu y “El Buen Doctor” hablaron de una amenaza que se aproxima. Una que destruirá el Earthrealm y el Outworld, una que estuvo detrás del ataque de hace un año y este ataque está encabezado por Quan Chi.
– ¿Él necromano? – pregunto Fujin, preocupado.
– Si, últimamente el Netherrealm ha estado teniendo mucha actividad. Además, existe una tarea que le corresponde a Fujin y el resto de las deidades cada 200 años. Una que puede representar un gran peligro a todos.
– ¿Qué tarea? – pregunto Sonia, impresionada que las advertencias de Tremor y el Lin Kuei fueran ciertas.
– Cada 200 años debemos reforzar las cadenas de Shinnok, el Dios Antiguo Caído – explico Fujin – Su prisión se encuentra en lo más profundo del Netherrealm, dentro de un lago congelado.
– ¿Un Dios Antiguo? – Sonia estaba pasmada, una de las deidades más poderosas que existen estaba aprisionado por los dioses del earthrealm.
– Ya no es un Dios Antiguo, su poder y título han sido destituidos – explico rápidamente Raiden, se sentía cierta molestia en su voz. No era enojo ni furia, pues no es propio de él, pero le era familiar a Sonia. Era como se sentía una traición, era dolor.
– ¿Quién es Shinnok?
– Es una larga historia, una que empezó hace milenios. Una historia que luchamos por prevenir.

Sonia podía notar que esta era un tema algo personal para Raiden, pues él hablaba con cierto rencor, cierta pena, mientras que Fujin hablaba libremente. Sonia no quiso intervenir más, pero Raiden le explico todo desde el principio, desde que juntos derrotaron al ONE BEING y la creación de los kamidogus hasta la derrota de la Hermandad de las Sombras gracias Bi Han y el Lin Kuei.
Raiden y Fujin desaparecieron con un relámpago llevándose a Shaun y Pierce con ellos. Los dioses habían confirmado la historia del Black Dragon, aunque no conocían los orígenes de este clan, si sabían de Jola y su participación en el torneo Mortal Kombat al igual que su derrota a manos del Gran Kung Lao. Jola había sido una temible guerrera, sobre todo después de que le fueran concedidos los poderes de un dragón gracias a Shang Tsung. Sonia pensaba que todavía podían mentirles, pero era un riesgo que debía tomar.

– ¿Estás lista? – preguntó Tremor, acercándose una vez los dioses se fueron.
– Sí – afirmó Sonia.
Mi visión de MKX, mi primer fan-fiction: viewtopic.php?f=9&t=21824

Hares
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Re: MKX: Una nueva historia.

Mensaje por Hares » Lun, 30 Ene 2017, 20:58

Capítulo 19: Red Dragon.

Jarek domino fácilmente a Tasia con su fuerza superior, pero Tasia era más rápida. Sus sables eran de la más alta calidad, pero también lo eran los brazos de Jarek. Cada vez que ella intentaba golpear un punto débil, una parte todavía humana, este se protegía. Por ello Tasia entonces prefirió usar el mango de sus sables y dar fuertes golpes con ellos. Tal vez eran brazos de metal, o tenía una coraza de metal, pero estas estaban conectadas a su sistema nervioso. Dolor iba a sentir de una forma u otra.

– ¡Deja de moverte! – gritó Jarek, disparando su cañón de plasma.
– Detén esto ya Jarek – pidió Tasia – ¿Cuánto más durara tu energía interna si fallas tus tiros?
– Lo suficiente para matarte a ti

Sonia se levantó, tocándose delicadamente su cuello con las yemas de sus dedos. Volver a sentir sus pulmones llenarse de aire la revitalizo. Jarek voltio a ver como Sonia estaba de pie y apunto su cañón hacia ella, Sonia no se movió y lo miro directo a los ojos. Fue por un instante que Sonia miro a su lado izquierdo, el lado derecho de Jarek, que este voltio a ver lo que había allá. Tasia se encontraba cerca de él, lo suficiente para clavarle uno de sus sables en el corazón. Este se movió para evitar una muerte rápida y segura, Sonia contesto con una combinación de patadas voladoras. Sujetando el cráneo de Jarek con una pierna y pateándolo con la otra. Jarek cayó al suelo con la fuerza de ambas mujeres. El combate iba a continuar, pero ahora había un nuevo problema. La energía se volvió a encender, las puertas se abrieron y una gran cantidad de soldados de elite entraron a las prisiones.

– Dejemos nuestras rivalidades para otro día Jarek – habló Sonia – Primero debemos matar a Hsu Hao.
– ¿Planeas confiar en él después de lo que paso? –preguntó Tasia, algo sorprendida.
– Necesitamos su superioridad tecnología para matar a estos soldados. Ten – Sonia le lanzo una carga de balas para que lo conectara a su brazo. De esta forma su pequeña Glatting-Gun estaría cargada y lista para disparar. – Vuélveme a atacar y esta vez no habrá tecnología que te regrese a la vida.

Jarek miro a las dos a la cara, los golpes habían tranquilizado su furia. La adrenalina comenzaba a irse y sus inhibidores de dolor se activaban. Pronto el dolor se calmó, cerrando las heridas al menos en su mente. Su respiración ahora iba a un ritmo normal, exhalando e inhalando naturalmente.

– Tú ganas Sonia – Jarek se levantó, derrotado por segunda vez
– Tú iras al frente – le dijo Tasia – No confío en ti.
– ¿Cómo planeas salir Sonia, Tasia? – les preguntó antes de avanzar, con la segunda apuntándole con una pistola – ¿Planeas matar a todas las Fuerzas Especiales y Fuerza Aérea de Australia?
– No – contestó Sonia, sin agregar nada más.
– Hsu Hao probablemente ya hizo su movida, enviando a la mayoría de sus tropas a Outworld por medio del portal – habló Tasia, explicando su plan. – Es el momento perfecto para atacar.

Jarek se puso de pie, transformo uno de sus brazos en la Glatting-Gun y avanzo primero. Sonia le tendió un rifle automático a Tasia para defenderse del grupo del Dragón Rojo. Eran aproximadamente unos quince miembros. Nada que los tres juntos pudieran eliminar fácilmente, sobre todo si el grupo se separaba. Jarek se fue a enfrentarlos cara a cara, disparando su glatting-gun contra ellos. Los soldados se dispersaron en tres grupos, de cinco cada uno. Sonia y Tasia se encargaron de que no rodearan a Jarek, abriendo fuego contra los soldados de negro.

Eliminarlos no sería fácil, pues les ganaban en número. Los habían logrado tomar por sorpresa, derrumbando a uno o dos en su ataque. Sin embargo, cuando ellos respondieron, sus balas perforaron el concreto, destruyendo todo a su paso. Polvo se esparció por todo el lugar, los soldados lanzaron granadas de gas, nublando aún más la visión de ellos y dificultando el respirar. Los tiros de estos soldados eran certeros y continuos. Un error significaba la muerte. Sus chalecos antibalas también eran bastante resistentes. No era como combatir contra los mercenarios del Black Dragon, eso lo dedujo rápidamente Sonia. Por un tiempo tuvo que disparar a ciegas, asomando el cañón de su arma, pero sin realmente ver a donde disparaba. Tasia tenía el mismo problema y pronto tuvieron que retroceder. Pues el gas toxico se estaba aproximando a ellos y llenando los pasillos.

Sonia sabía que a lo que se enfrentaría no sería fácil, por lo que planeo con anticipación, dejando granadas en posiciones estratégicas. Si los soldados avanzaban demasiado, tocarían la cuerda floja y explotaría. Por ello retroceder era más una ofensiva que una táctica defensiva. Los Red Dragon mordieron el anzuelo y las granadas explotaron. La explosión fue suficiente para aturdir al resto, mientras los otros perdían un brazo o una pierna, muriendo. Sonia avanzo contra el resto, solo quedaban dos guardias y empezó a atacarlos con un sinfín de patadas y golpes. Los soldados recibieron unos en el estómago o el rostro, pero no cayeron fácilmente. Los soldados respondieron a sus ataques con rápidos golpes, giros y patadas. Estos sujetos eran profesionales y no debía de confiarse. Tal vez no estén a su nivel, pero podrían dar una buena batalla.

Jarek retrocedió también, usando un disparo de plasma de baja energía para noquearlos más que matarlos. Ahorro sus balas y se enfrentó ellos cara a cara. Tasia actuó de igual manera, con sus sables en mano. Como Sonia tuvieron sus dificultades. Los soldados sabían pelear, por algo eran la elite y escuadrón especial del Capitán Kirk. Se podría decir que el combate cercano era su especialidad, usando macanas extensibles, manoplas y porras eléctricas. Estos también eran agiles, saltando en las paredes o corriendo en ellas para escapar de sus enemigos. Le recordaba al estilo de combate de los Shaolin más que de algún soldado. Los sables de Tasia lograron desarmar las macanas extensibles de los soldados y atravesar sus órganos vitales. Su sangre flujo por el filo de los sables hasta las manos de Tasia, era así como sabía que sus víctimas habían muerto. Jarek uso su fuerza para romperle los huesos a sus enemigos, evitando las porras eléctricas y desarmándolos fácilmente con los grados extra que tenían sus prótesis robóticas.

Sonia se defendía bastante bien, las paredes eran angostas por lo que las usaba para mantener a sus oponentes contra ellas. De esa forma no podían retroceder. Dando una patada de tijera se colocó entre los dos, con su antebrazo empujo a uno, ahorcándolo y, con una fuerte patada, hizo retroceder al otro. Sonia dio el golpe final, noqueando al que tenía enfrente con su codo y, dando un giro de 180 grados, conecto su rodilla con el rostro del otro. Sonia sentía que sus fuerzas iban restaurándose mientras la toxina perdía su efecto.

Con los quince soldados caídos y las prisiones llenas de gas y polvo los tres avanzaron, dejando los cuerpos detrás. Tasia cambio los cargadores de sus dos subfusiles MP7, guardando sus sables en su espalda. Sonia se reunió con ellos, cargando su rifle de asalto Ruger Mini-14. Juntos salieron por el área de las prisiones hacia el centro de mando, donde la oficina del “General” Hsu Hao se encontraba. Al salir se encontraron el lugar vació, los agentes, técnicos y demás personal se habían ido. Los soldados de la fuerza aérea habían abandonado el lugar también. Solo se encontraba un pequeño grupo de soldados del capitán Kirk, apuntándoles con sus rifles de asalto y carabinas y, arriba de todos, Hsu Hao. El Dragón Rojo estaba todavía vestido formalmente, aun así, los estaba esperando y hablo por el micrófono. Su voz se escuchó en todos los rincones de la base.

– Señorita Blade – anunció Hsu Hao, con un acento asiático en su voz – He cometido un grave error en subestimarla.
– Ya has cometido ese error más de dos veces Mason ¿o debería llamarte Hsu Hao?
– Veo que ahora te juntas con criminales Sonia – habló Hsu Hao, ignorando su pregunta – ¿Qué pensaría Mikka o Pierce?
– Ni siquiera los menciones sabandija – lo corto Sonia, furiosa – Tú pagaras la muerte de Mikka y Ava.
– Un soldado debe esperar morir en el campo de batalla Sonia. Las bajas son algo inevitable en la guerra.
– Tú serás la próxima – le amenazó Sonia, sus palabras le trajeron malos recuerdos.
– Ustedes dos cierren la boca – los calló Jarek, apuntando su Glatting-gun hacia la oficina de Hsu Hao – Baja aquí Hsu Hao, es horade acabar con nuestra historia.
– Jarek. Tu historia debió haber acabado hace mucho tiempo.

Mientras hablaba, Hsu Hao presiono un botón debajo de su mesa. El Dragón Rojo activo unas alarmas, abriendo unas escotillas. Robots bípedos, armados con ametralladoras y armadura pesada salieron de ahí, apuntándole a los tres. Eran cinco al menos, bien armados y equipados. Los robots avanzaban por medio de dos largas piernas. Elresto de su cuerpo era la cabeza, que tenía su ametralladora a un costado y cámaras en el centro para visualizar y detectar al oponente.

– Hoy marca el fin de las Fuerzas Especiales y del Black Dragon – continuó hablando Hsu Hao mientras sus fuerzas avanzaban – Las fuerzas del Earthrealm caerán por completo, abriendo paso a nuestro señor.
– El earthrealm no ha caído. El Loto Blanco, Las Fuerzas Especiales, el Dragón Negro y el Lin Kuei. Todos ellos son tus enemigos. No puedes derrotarnos.
– Pero ya lo hemos hecho. Raiden y sus shaolin no podrán detener lo que viene, hoy morirá Jarek, Kano y Tremor, los líderes del Black Dragon – Hsu Hao levanto su brazo, cerrando su puño con fuerza seguro de su victoria – Las Fuerzas Especiales están bajo mi poder, solo faltas tu por morir Mayor Blade. Respecto al Lin Kuei, sus planes se vendrán abajo gracias a que tu distrajiste a Sektor lo suficiente.
– ¿Para quién trabajas? ¿Quién es tu señor? – preguntó Sonia.
– Hemos hablado suficiente. Elimínenlos.

Los soldados y robots apuntaron sus armas contra los tres. Ellos en respuesta devolvieron en favor, pero no tenían esperanzas de superarlos. Eran otros quince soldados acompañados de cinco robots bípedos extremadamente peligrosos, sin embargo, como antes, tenían un plan bajo la manga. Jarek avanzo dos pasos y ordeno a las dos agacharse. Tasia y Sonia así lo hicieron. De los costados de sus brazos, en su espalda y pecho, se abrieron unos pequeños orificios que contenían pequeños explosivos adentro. Con un giro, Jarek expulso los explosivos alrededor de un radio de más de cinco metros. Las pequeñas bombas explotaron, creando una reacción en cadena que neutralizo por unos instantes a los soldados y robots. Sonya y Tasia avanzaron para cubrirse del fuego enemigo mientras ellas derribaban uno por uno a los soldados con tiros precisos en la cabeza y pecho. Los robots empezaron a abrir fuego, sus balas destruyendo todos los escritorios y papeleo que se encontraban en el centro de mando. Las pantallas de los monitores explotaban mientras las balas los perforaban a gran velocidad.

– Eliminemos a los soldados de Hsu Hao primero – recomendó Tasia – Después tú y Jarek irán tras Hsu Hao, yo me encargo de los robots.
– Tus balas no pueden perforar su armadura ¿Cómo planeas destruirlos?
– Mis balas no, pero mis sables sí. Ahora dispara.

Sonia y Tasia avanzaban, escapando de los disparos de sus oponentes. Jarek se encontraba corto de energía, sus balas eran pocas por lo que tenía que usarlas bien. La mayoría de sus aumentos habían sido utilizados, por lo que opto por su ultima arma. Usando sus escudos extensibles se acercó a sus oponentes, cubriéndose entre los escritorios y paredes. Al estar lo suficientemente cerca, se abrió paso con su Glatting Gun y avanzo hacia la oficina de Hsu Hao. Tasia cubrió a Sonia para que avanzara, disparándole a los robots para confundirlos y atraer su fuego hacía ella. Los robots trabajaban como una unidad, por lo que todos apuntaban al mismo objetivo que los atacaba para eliminarlos rápidamente. Tasia tuvo que ocultarse, lanzando granadas para intentar dañarlos, sin embargo, los robots disparaban hacia las granadas para explotarlas antes de que llegaran a ellas. Los sistemas contra incendio se activaron debido al fuego, llenando todo de agua.

Sonia y Jarek se enfrentaron en combate cercano contra los Dragones Rojos. Con sus porras eléctricas y piruetas acortaron la distancia mientras otros continuaban disparando a lo lejos. Sonia y Jarek usaban a sus oponentes como escudos humanos, haciéndolos recibir los disparos.

Tasia sea cerco lo suficiente con su agilidad hacia el primer robot, sus movimientos eran lentos debido a peso. Aunque tuvieran bastantes grados de libertad, una vez así de cerca, ellos no podían protegerse. Tasia se deslizo por el suelo mientras clavaba uno de sus sables en la “cabeza” del robot. Este cayó al suelo, haciendo corto circuito y apagándose por completo. Tasia uso su cuerpo como protección del resto mientras intentaba sacar la ametralladora del robot. Una vez esto hecho, abrió fuego contra el resto, sus balas perforaron por la armadura, haciendo explotar a dos de ellos.

Mientras todos peleaban debajo de él, Hsu Hao se aseguró en su oficina. Sus ventanas a prueba de balas lo mantendrían seguro mientras se comunicaba con sus compañeros. Con su mano derecha tomo su piel arrugada y la empezó a arrancar pedazo a pedazo. La máscara cayó al suelo, la piel era falsa al igual que el cabello. El General Mason ya no existía, ahora solo quedaba un hombre musculoso con los ojos rasgados y los pómulos marcados. Hsu Hao se aproximó a su escritorio y la pantalla delante de este. Con un control la encendió, comunicándose con dos agentes del Red Dragon en el proceso mientras colgaba su saco.

– Hsu Hao ¿Qué ocurre? – dijo una voz varonil y joven que contrastaba mucho contra el acento del mongol.
– Mavado. – llamo Hsu Hao al agente – Sonia Blade sea aliado con el Black Dragon, nuestra operación ha sido comprometida.
– ¿Floyd Lawton ya ha viajado al Outworld? – pregunto Mavado.
– Sí, junto con la ubicación de Kano que conseguimos de los bancos de datos de Jarek.
– Entonces esperemos que él no nos falle, así como tú lo has hecho.
– No he perdido todavía – habló rápidamente Hsu Hao, desabrochando el nudo de su corbata.
– Por lo que escucho – menciono Mavado, notando el tiroteo que se desarrollaba en el centro de mando – No tardaran mucho en alcanzarte.
– Sonia morirá, junto con Jarek y Tasia.
– Debiste eliminarlos cuando tuviste la oportunidad.
– Los necesitábamos con vida para encontrar a Kano, esa era la misión.
– Entonces hazlo – le reto, acercándose a la cámara – Ahora.
– Considéralo hecho – respondió Hsu Hao – ¿Conseguiste los datos del Lin Kuei?
– Sektor planea construir un nuevo modelo, uno capaz de absorber las habilidades y memorias de todos sus guerreros y que aparte trabaje como una consciencia única. Creando una matrix de guerreros que combinen las fuerzas de todo el Lin Kuei.
– ¿Lograste robar sus datos? – preguntó Hsu Hao
– Aún no, Sektor apenas ha construido un prototipo, pero planea construir más. Si lo logra tendrá un ejército invencible.
– Así que el protocolo Tekunin aún no está completo. Eso nos da más tiempo.
– A diferencia de ti – contestó Mavado – Que se te está acabando.
– No la subestimare de nuevo.

Hsu Hao corto la comunicación con Mavado. No sabía si podría aguantar su sermón durante más tiempo, ya que él todavía no ha perdido. Sonia y el resto continuaba luchando, pero Hsu Hao podía ver que sus guerreros no los detendrían por más tiempo. Sonia y Jarek pronto llegaran a su puerta. El mongol contacto a Floyd mientras se desabrochaba la camisa, mostrando una placa de metal y un corazón cibernético de color rojo.

– Floyd ¿has encontrado a Kano? – pregunto Hsu Hao una vez se conectó la llamada.
– Hemos llegado a la ciudad de Makeba, pero no hemos hecho contacto con el objetivo.
– Tendrás que apresurarte, es posible que otros miembros del Black Dragon se encuentren de tras de ti.
– Entendido ¿Qué está ocurriendo por allá? – preguntó Floyd, escuchando el conflicto.
– Sonia ha escapado, junto con Tasia y Jarek – explico Hsu Hao – Yo me encargare de ellos, tu ocúpate de Kano.
– Floyd fuera.

Hsu Hao quedo con el pecho descubierto, usando solo sus zapatos finos y su pantalón. Su rostro estaba cubierto por tres tatuajes de estrellas rojas de pequeño tamaño. Una en su ojo derecho y el resto en su mejilla. El “General Mason” fue hacia el perchero donde estaba su gorra militar. El dragón rojo se colocó la gorra, sujetándola por el visor. Su brazo izquierdo tenia líneas oscuras, como si fuera falso. En su hombro izquierdo tenía una protección metálica que se conectaba junto con su corazón cibernético. Este brillaba y pulsaba con un intenso color rojo, llenando su cuerpo de energía.

El “General” espero en su escritorio, apoyándose en él y cruzando sus piernas y brazos. Jarek fue el primero en entrar, seguido de Sonia. Los dos se pusieron enfrente de él, apuntando sus rifles y armas a su torso. Sonia por fin pudo ver a la cara al “General de las Fuerzas Especiales”, este le sonreía ligeramente.

– Esto acaba ahora Hsu Hao – habló Sonia, apoyando la culata en su hombro.
– Estoy de acuerdo – contesto Hsu Hao, levantándose con los brazos abiertos.

Sonia y Jarek abrieron fuego, sin embargo, el corazón de Hsu Hao libero una descarga intensa, cubriendo el cuerpo de Hsu Hao con un escudo cinético que hizo rebotar todos los proyectiles. Sonia se detuvo, pero Jarek avanzo hacia él, aun disparando. Sonia lo intento detener poniendo su mano sobre su hombro, pero este simplemente la quito y continúo avanzando. Para cuando estaban cara a cara Jarek se había quedado sin balas. Hsu Hao lanzo un golpe con su brazo izquierdo, pero el dragón negro se protegió del golpe rápidamente. El dragón rojo entonces lo sujeto de su brazo y pierna, elevándolo en el aire y estrellándolo en el techo, para luego dejarlo caer encima del escritorio, rompiéndolo a la mitad. Sonia se impresiono de la fuerza de Hsu Hao, capaz de levantar por completo a una persona mitad maquina sin derramar una gota de sudor. El dragón rojo le dio la espalda a Sonia, concentrándose en aplastar a Jarek con sus brazos y piernas, golpeándolo con ambas manos entrelazadas y pisándolo con fuerza continuamente. Sonia aprovecho que estaba distraído y lo ataco por la espalda, pero Hsu Hao detuvo sus ataques fácilmente. Con su rodilla golpeo el estómago de Sonia, sacándole el aire, con sus enormes manos, sujeto a la mujer de su rostro y entrepierna para luego lanzarla contra la pared. Derrumbando todos los diplomas y medallas que estaban ahí colgados.

– Esta será su última batalla señorita Blade, pronto podrá reunirse con los que ama.
– Sobreviví la invasión de Shao Kahn – dijo Sonia, limpiándose la sangre de su boca – El Black Dragon no pudo matarme, tampoco el Lin Kuei. Tú no serás la excepción.
– Tú no sobreviviste, nosotros te salvamos. Te subimos de rango y te volvimos nuestra más efectiva arma. – admitió Hsu Hao – Regresa con nosotros, concluye tu tan deseada venganza contra Kano, el Black Dragon y el Lin Kuei. Hazles pagar las vidas que perdiste durante la invasión de Outworld, lo que le pasa a aquello que se alían con otros para destruir su propio reino. Únete a nosotros y vive.
– Mira quien habla – le refutó Sonia – Tu clan se ha aliado con la Hermandad de las Sombras, con el Netherrealm. Ahora planeas usar a Shinnok para ganar control por temor a un ser superior.
– Veo que lo has descubierto todo – Hsu Hao bajo los brazos, quitando su sonrisa amable y actitud misericordiosa – Aun así, es muy tarde, tarde para detener lo que ha empezado.
– No, no lo es – respondió Sonia.

Hsu Hao volteo a su izquierda, donde Jarek corría hacia el para taclearlo. El mongol se preparó, abriendo sus piernas y sujetando a Jarek con fuerza para que este no pudiera levantarlo o tumbarlo. Los dos conectaron, el dragón negro no pudo más que moverlo unos cuantos centímetros de su lugar. Hsu Hao respondió con un rodillazo al estómago de Jarek, seguido de sus dos codos en la espalda del dragón negro. Jarek permaneció inmutado, por lo que Hsu Hao amarro sus brazos en el torso de Jarek, pero este se zafo levantando su torso de golpe. Su nuca golpeo al mongol en el mentón, haciéndole morder su propia lengua. Jarek continuo su asalto con dos ganchos, uno de cada brazo, en las sienes de su rostro. Con un movimiento rápido, el dragón negro coloco su pierna detrás de la de Hsu Hao, tumbándolo en una de sus rodillas. El mongol respondió ahorcando a Jarek, quien a su vez sujeto los brazos de Hsu Hao. Los dos estaban enganchados, la pierna de Jarek atrapaba tanto así mismo como a su oponente. Ambos guerreros se miraban a los ojos y el mongol pudo notar como los oscuros y negros ojos de Jarek comenzaban a volverse rojos. Una intensa luz roja salía de los ojos de Jarek, como láseres empezaron a quemar la piel de su oponente. Hsu Hao soltó el cuello de su enemigo para protegerse su rostro con su brazo izquierdo. Su piel ahí no se quemaba, no sentía dolor en esa zona de su cuerpo, pero Jarek continuaba, cada vez con más intensidad. En su brazo comenzó a formarse un orificio, mientras este se ponía al rojo vivo. No era piel, era metal. Hsu Hao activo su corazón cibernético, este soltó un fuerte laser que empujo a Jarek hasta el techo. Calentando su estómago y cayendo al suelo de golpe.

Abajo, Tasia se encontraba luchando contra los otros dos robots que seguían. Estos avanzaban lentamente hacia su posición. Saltando los escritorios y escaleras para llegar más rápido a su oponente. Su ametralladora se había agotado en los otros dos robots, y ahora esperaba que los últimos se acercaran lo suficiente para eliminarlos. Moviéndose sigilosamente entre escritorios y paredes, los robots perdieron su ubicación. De ahí fue fácil eliminarlos, clavando su sable en sus circuitos internos, justo donde su armadura no protegía para permitir movimiento. Primero corto la pierna de uno de ellos, para después clavar su sable en la cámara, nublando su vista. El ciborg comenzó a disparar y Tasia redirigió los disparos hacia el otro robot. Caídos y derrotados, Tasia vio cómo se desarrollaba la pelea arriba de ella. Vio como Jarek era empujado al techo por una intensa luz roja y como Sonia peleaba contra Hsu Hao. Tasia sabía que los tres de ellos estaban débiles y el Dragón Rojo sería un oponente difícil de derrotar así, por lo que rápidamente subió las escaleras.

– Jarek, siempre tan apresurado – hablo Hsu Hao – Es una lástima que tu clan no te agregara un cerebro artificial. Tal vez así podrías pelear mejor.
– Cierra el hocico Hsu Hao – le gritó, ofendido – Tengo mis armas, no necesito más.
– Deberías hacerle caso – habló Sonia – Eres un idiota, si lo atacamos juntos lo podremos derrotar.
– Tu no me das ordenes Sonia.
– Vamos, esto me está aburriendo – declaro Hsu Hao.

Sonia y Jarek avanzaron a atacar, con el dragón negro al frente. Hsu Hao amarro a Jarek y lo uso como escudo, deteniendo los golpes de Sonia. A ella no le importaba que golpeara a Jarek, a su parecer se lo merecía. Blade continuo su ataque, sabía que Hsu Hao no podría protegerse todo el tiempo. El dragón rojo lanzo a Jarek contra Sonia, esta se colocó en sus brazos y se impulsó con ellos, saltando sobre Jarek en un arco y acertando una patada en el rostro del mongol. Su segunda patada no acertó, fue detenido por Hsu Hao que luego golpeo a Sonia en el rostro y luego en la espalda, tumbándola al suelo. Blade se levantó rápidamente, barriendo a su oponente. Sonia se subió arriba de Hsu Hao, amarrándolo con sus piernas y golpeándolo fuertemente, sin embargo, Hsu Hao no cayó, resistió voluntariamente su ataque de golpes. Para cuando Sonia estaba cansada, Hsu Hao amarro sus piernas en la cabeza de Sonia. Ahorcándola con ellas y, con un rápido movimiento de caderas, tumbo Sonia al suelo. El mongol tenía atrapada a Sonia, con sus piernas la estaba ahorcando y con sus brazos intentaba dislocarle el hombro. Sonia no podía ni gritar del dolor.

Antes de que Hsu Hao pudiera dar un último jalón, Tasia clavo sus dos sables en la espalda del mongol. Hsu Hao grito del dolor y se dio media vuelta para luego recibir el talón de Tasia en su rostro. La guerrera dio un salto en el aire, girando y pateando tres veces al mongol. Este quedo mareado después del ataque, pero Tasia no se detuvo ahí. Dio una patada entre la boca de estómago y la ingle, obligando a Hsu Hao a agacharse. Tasia tomo sus dos sables, los saco de la espalda de su oponente y, girándolos en sus manos, los volvió a clavar, ahora en el pecho del mongol. Tasia los empujo hacia adentro con fuerza, sus manos se llenaban de sangre, pero Hsu Hao no caía. El mongol abrió sus brazos y, con las palmas abiertas, intento aturdir a Tasia golpeándola en las orejas. La guerrera hizo un Split, cayendo al suelo con sus piernas extendidas y esquivando el ataque. Sujetándose del mango de sus sables, Tasia se puso de nuevo de pie. Volvió a sacar sus sables y, con el filo de uno en el cuello del mongol, lo empujo contra el vidrio. Tasia entonces clavo su segundo sable continuamente como si fuera un puñal en las costillas izquierdas de Hsu Hao. El mongol cayo en sus rodillas después de repetidas apuñaladas, con su sangre manchando el costoso tape de de su oficina. Finalmente, Tasia estaba lista para dar el golpe final. Levanto sus sables, en forma de cruz para cortarle el cuello al dragón rojo y decapitarlo, pero Hsu Hao detuvo su ataque, protegiéndose con su brazo izquierdo. Los sables chillaron al cortar el metal, sacando chispas en el proceso. Tasia levanto su brazo derecho para volverá atacar, pero Hsu Hao lo sujeto con su brazo derecho, su agarre le obligo a soltar su sable por el dolor de la presión que este ejercía. Hsu Hao se levantó, riendo suavemente mientras lo hacía. Su corazón comenzó a brillar intensamente. El brillo viajo hasta su mano izquierda, la cual exploto en un destello de energía roja que abrió un agujero en el techo. El brazo de Hsu Hao se había convertido en un cañón de plasma, su mano se había desintegrado cuando disparo. Tasia retrocedió, asustada, pues su antebrazo había explotado con el disparo. Se podía ver la carne carbonizada y el hueso roto fácilmente. Tasia sujeto su herida con fuerza para no desangrarse, pero su mirada seguía en Hsu Hao, cuyo corazón seguía brillando y su rostro tenía una risa diabólica. El dragón rojo disparo su laser, su corazón palpito con fuerza y de él una luz intensa de color rojo atravesó el cuerpo de Tasia. Haciendo un agujero en su estómago. El cuerpo de Tasia cayó al suelo, sin vida y se partió a la mitad. Separando sus piernas y pelvis del torso.

– Va uno, faltan dos. – habló Hsu Hao avanzando hacía Sonia.
– ¡Suficiente! – grito Jarek, saliendo del destruido escritorio con su brazo convertido en un cañón de plasma

Hsu Hao apunto hacía él, disparando. Su tiro fallo y Jarek disparo con toda la energía faltante que le sobraba. El disparo desoriento a Hsu Hao, permitiéndole avanzar hacia él y clavar su mano en el corazón del mongol. El vidrio protector se rompió y su mano alcanzo la batería principal del Dragón Rojo. Jarek saco su brazo con brusquedad, arrancándola y sujetándolo en el aire. Hsu Hao veía como lo mataban con los ojos bien abiertos y como Jarek lo sujetaba del cuello y lanzaba hacia la ventana, rompiéndola y cayendo hacia el piso de abajo. Jarek rompió la batería en su mano mientras Sonia se colocaba de pie. Los dos vieron el cuerpo mutilado de Tasia, no había forma de salvarla.

– El portal debe de estar bajo tierra – hablo Sonia, interrumpiendo el silencio – Hsu Hao debe tener los comandos para activarlo.
– Estoy seguro que sí, pero ahora… – Jarek hizo una pausa – Ahora que Tasia y Hsu Hao están muertos, no tienes por qué seguir viva.

Jarek ataco a Sonia, esta se protegió y contestó empujando por la ventana al dragón negro. Mientras este caía activo sus ojos laser, hiriendo a Sonia y quemando su piel, chaleco y ropa. Jarek dio un giro y cayo de pie en el suelo. Tomo el cuerpo de uno de los soldados caídos y, quitándole el seguro a todas las granadas, lo aventó hacia la oficina. Sonia salió por la puerta principal, pero la explosión la alcanzo, lanzándola por las escaleras y derrumbando la oficina hacia el piso de abajo. Levantando una nube de escombros, fuego y cenizas.

Sonia se puso de pie cuando se recuperó, cargo su rifle con un nuevo cartucho. Sonia avanzo hacia el centro de mando que ahora estaba completamente destruido. Fue entonces cuando vio a Jarek bajando por las escaleras con una tarjeta en sus manos. Sonia supuso que el maldito la había robado del cuerpo de Hsu Hao cuando tuvo la oportunidad y lo siguió.

Jarek llego a un cuarto subterráneo donde se encontraban tres filas de computadoras y equipo de avanzada. Generadores y demás se encontraban alrededor de un portal que estaba al final del cuarto, protegido en una cúpula de vidrio fotosensibles. Jarek avanzo e impuso los códigos en la computadora central, el portal se activó, abriendo una puerta dimensional hacia el Outworld. Para cuando Sonia llego, Jarek ya había cruzado el portal y se había llevado la llave de acceso a él. Sonia intento entrar a la cúpula, pero esta estaba sellada completamente. El portal se cerró y Jarek ya no estaba ahí.

– ¡Maldita sea! – gritó Sonia – Dejo que mataran a Tasia para poder salirse con la suya ¿Cómo viajare ahora al Outworld?

Sonia avanzo hacia la computadora central para anotar las coordenadas a donde Jarek viajo. La Ciudad de Makeba, en el oeste de Outworld. Blade también accedió a la base de datos, obteniendo información de los miembros del Red Dragon que lo habían usado, entre ellos estaba el “Capitán Kirk” y lo había usado hace 9 horas.

– No te pongas cómodo todavía Jarek – anunció Sonia – Kano y Kirk son míos.
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Hares
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Re: MKX: Una nueva historia.

Mensaje por Hares » Jue, 02 Feb 2017, 00:33

Muy buenas a todos, es un gusto para mí dejar el capitulo 20 y acabar con esta primera parte de la historia del Earthrealm. Así como lo hicimos en el capítulo y el Outworld, a partir de aquí nos moveremos a otro reino ¿A cual ahora? se preguntaran ustedes y todavía no les tengo una respuesta definitiva para ello. Es posible que viajemos al Orderrealm y Seido, pues el Netherrealm sera uno de los últimos capítulos de este fanfic. La verdad no creo que la historia que tengo de Seido sea lo suficientemente larga para abarcar 10 capítulos por si solo. Imposible con los pocos personajes que existen, pero si los vamos a ver.

Aún queda muchas historias que contar del Outworld. Mileena y sus fuerzas han estado luchando por reclamar los territorios que le perteneces usando la guerra y una muy sangrienta en eso. Lei Chen siendo una de las principales ciudades que se revelaron contra Shao Kahn y ahora se encuentra a manos de Hotaru y las fuerzas de Seido. Tanya y sus edenianos han escapado al norte de Outworld, hacia las tierras consumidas de Edenia. Tambien hay una importante historia que contar ahí al igual que la de ciertos personajes individuales. Espero hayan disfrutado de estos capítulos.
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Capítulo 20: El Templo en el Cielo.

Sonia subió hacia el cuarto de mando. La oficina de Hsu Hao había caído justo en el centro, destruyendo todo a su paso. Cuerpo de mercenarios del dragón rojo, cartuchos de bala, sangre y pedazos de metal estaban esparcidos por todo el lugar. Las llamas habían sido apagadas por el sistema contra incendio, pero las alarmas no sonaban. Sonia creía que el dragón rojo las desactivo para no llamar la atención mientras lidiaban contra ella.

Sonia camino por los escombros, por los cuerpos y el resto de la base para salir de ahí. Paso por el centro y vio el cuerpo de Tasia en el suelo, quemado, sin vida. Había muerto con una mirada que expresaba miedo y terror. Sonia sintió lastima por ella, su muerte había sido brutal. En el fondo ella trataba de decirse que se lo busco, que es su culpa por vivir una vida de un criminal, sin embargo, no puede negárselo. Lamentaba su muerte en estos momentos. Sonia se acercó para cerrarle los ojos, que su rostro mostrara que ahora descansaba. La mayor se levantó, observo por todos lados y cerro su puño con fuerza. El cuerpo de Hsu Hao ya no se encontraba ahí. El miembro del dragón rojo no estaba muerto y había escapado. Sonia se enfureció y enfoco todo su odio hacia Jarek. Juro que lo encontraría y le molestaba que ahora no podía perseguir al mongol y su clan. No estaba preparada para ello todavía, primero debía mejorar la organización de las Fuerzas Especiales.

"Sonia" – una voz la llamaba, afuera del centro de mando. Un fuerte viento soplo, abriendo las puertas con su fuerza. Fujin entro, flotando en el aire. Su trenza moviéndose elegantemente, sus brazos alzados en el aire y sus piernas un poco dobladas. Sonia avanzo hacia él, quien aterrizo unos pasos más adelante.

– Gracias por venir Fujin, necesito tu ayuda. – declaró Sonia.

– En lo que pueda – habló Fujin.

– Jarek me traiciono a mí y a su clan, al derrotar a Hsu Hao se escapó al portal y ahora no puedo usarlo.

– Necesitas ir al Outworld por otro medio entonces

– Exacto ¿conoces de algún método?

– Existe uno, su uso es restringido. – admitió Fujin – Solo conocido por deidades y algunos hechiceros.

– ¿Un portal? – pregunto Sonia, esperanzada.

– Sí, pero deberemos hablar con Raiden primero.

– ¿No puedes llevarme? Me llevan 9 horas de ventaja.

– El uso es restringido Sonia – le repitió Fujin, un poco más firme que antes – Además, requieres de un equipo para sobrevivir allá.

– ¿Un equipo? – Sonia tardo un segundo, pero su rostro se ilumino – ¿Shaun y Pierce están bien?

– Si, el Jinsei acelero su curación rápidamente.

– ¿El Jinsei? – pregunto Sonia, confundida, pero alegre de saber que sus compañeros estaban vivos.

– Hay muchas cosas que explicarte Mayor Blade, pero lo haremos en camino a casa.

Fujin no poseía el poder de la teletransportación como Raiden lo hace, por lo que Sonia se "robo" un helicóptero. Los dos emprendieron el vuelo, Sonia siguiendo a Fujin por detrás. Mientras viajaban al Templo del Cielo, Sonia se preguntaba cuál sería la reacción de su equipo ¿volverían a confiar en ella? ¿la seguirían con la misma dedicación que antes? No los podía culpar sinceramente, los había llevado a una misión suicida y les había prometido protegerlos, pero no pudo. El Lin Kuei los agarro por sorpresa, Ava Silence y Mikka Stone pagaron el precio debido a ello. También se preguntó qué plan seguiría el Dragón Rojo. Estaba seguro que tenían agentes infiltrados en otras zonas, contando los secretos de las Fuerzas Especiales y de la tierra a su desconocido líder. Ellos tienen ventaja, Sonia debía pensar en una forma de poner la escala en su favor. El Lin Kuei realmente no estaba en su contra, solo busca sobrevivir a lo que se avecina y el Black Dragon busca formar una alianza para destruir a las fuerzas de la oscuridad y sus aliados. Pensándolo por un tiempo, Sonia creyó que tal vez podían ganar si los Dragones Negros se aliaban con ellos. Pero también requerirán el apoyo de todos. Tal vez incluso del Outworld mismo.

– Sonia ¿eres tú Sonia? –

La Mayor Blade escucho su nombre por la radio del avión. La calidad del audio no era buena, con algo de estática, pero logro reconocer que era la voz de Kira. Sonia vio su radar y noto que, aparte de Fujin que viajaba delante de ella, otro objeto se acercaba a una velocidad constante a su ubicación.

– Aquí Sonia – contestó, intentando ampliar la señal y reducir el ruido – ¿Kira?

– Deberías estar en Outworld ahorita ¿te atreves a traicionarnos y creer que te puedes salir con ello?

– No fue mi culpa, Jarek viajo a Outworld y me dejo aquí – explico Sonia – Tasia murió también, Hsu Hao la mato y Jarek la dejo.

– ¿Qué? No te creo sucia arpía.

– Cree lo que tú quieras Kira, no me importa en lo más mínimo – admitió Sonia – Pero no los he traicionado, justo ahora busco la forma de viajar al Outworld.

– ¿Mataste a Hsu Hao? – pregunto Tremor, quitando a Kira del comunicador

– Jarek logro lastimarlo severamente, pero no creo que este muerto

– ¿Qué has hecho entonces? – pregunto Kobra – Sabía que no servirías para nada.

– Silencio Kobra – ordeno Tremor – ¿Qué paso con Jarek y Tasia?

– Tasia me salvo, pero Jarek prefirió atacar después de que Hsu Hao la matara.

– ¿Por qué Jarek haría algo así? – pregunto Kira, escéptica – Él es uno de los nuestros.

– Tú eres nueva Kira, no conoces a Jarek como yo. Desde el principio Jarek no quiso cooperar, concentrándose más en su venganza contra mí y las FE. Tasia combatió contra él debido a eso y lo derroto, dejo que la mataran para poder hacer lo que quería al ver que no estaba al mando.

– Suena como Jarek – admitió Tremor.

– Me alegro que tú seas el líder ahora Tremor – Sonia hablaba con sinceridad, si hubiera sido otro seguramente ya la abrían atacado.

– Contáctanos cuando sepas como llegar a Outworld – habló Tremor, apunto de cortar la comunicación – Te llamaremos cuando llegues al Templo del Cielo.

– Tú seras el primero en saberlo Tremor, creeme. Sonia fuera.

Sonia corto la comunicación y soltó sus dedos de las armas y bengalas del helicóptero por si esperaban ser atacados. Dio un largo y tendido respiro, pues creía que todavía no estaba lista para otro combate. Los días recientes la habían agotado. Los combates, toxinas, disparos y demás habían destruido su cuerpo. Necesitaba descansar, pero también sabía que no tenía tiempo que perder. Jarek y Floyd, el Capitan Kirk, le llevaban ventaja. Sonia aprovecho entonces el tiempo que tenía para descansar, relajar los músculos y solo enfocarse en el viaje. Quitándose todo pensamiento de la cabeza.

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China, Monte Everest. Cerca del Templo del Cielo.

Llegar al Templo del Cielo no era cosa simple, estaba oculto usualmente. Con sus poderes, Fujin guio a Sonia hacia un lugar del templo donde pudiera aterrizar su helicóptero. La densa niebla se esparcía hacia los lados, guiándolos por un camino. Una tormenta eléctrica se desarrollaba a sus costados, truenos y relámpagos resonando alrededor. Un helicóptero o avión jamás podrían salir vivos de ahí.

Sonia pudo ver el gran templo delante de ella, una enorme torre sobresalía del resto. Una que alcanzaba los cielos y truenos constantemente golpeaban su techo. El resto del templo estaba construido en la montaña, con puentes, pagodas y otras pequeñas torres formando parte de la maestra obra de arquitectura. Sonia aterrizo el helicóptero en un patio de piedra, al lado de la entrada principal a la enorme torre del centro. Monjes los recibieron a los dos, ayudando a Sonia a bajar del helicóptero y otorgándole ropa limpia y abrigadora para el clima. Fujin avanzo por un puente de piedra, donde varias estatuas adornaban sus costados. Dichas estatuas eran enormes y medían por lo menos cinco metros. Sonia no los reconocía, pero suponía que eran otras deidades, pues a los pies de las estatuas se encontraban ofrendas y veladoras. Por las características que presentaban, Sonia pudo deducir que eran dioses elementales: agua, fuego, tierra. Una de ellas era una mujer, aquella que manipulaba el agua, sujetando un jarrón en sus hombros; mientras que los otros dos eran varones, uno con armadura samurái y el otro poseía un bastón que estaba enterrado en la tierra y del cual crecían plantas.


– Ellos son Suijin, dios del agua, Fuji, diosa de la tierra y Kagutsuchi, dios del fuego – explico Fujin.

– ¿Tú no tienes una estatua en tu honor? – bromeo Sonia.

– Sí, pero todos tenemos muchas en este templo. Incluidos los Dioses Antiguos en la sima de esta torre. Vamos, Raiden nos espera.


Sonia y Fujin entraron a la torre del templo, pasando por las estatuas de leones y sus ojos iluminando la entrada. Un enorme gong dorado se encontraba al final del pasillo junto con hermosas paredes adornadas con variados diseños formando distintas figuras. Los dos llegaron al centro de la torre, donde se encontraban unas escaleras que subían por toda la torre, llevando a diferentes pasillos. Monjes se encontraban trabajando, decorando la torre, limpiándola mientras otros entrenaban en las a fueras del templo o en los cuartos techados. Grandes lámparas en forma de tubos colgaban de los pisos superiores, sus diseños iluminaban y reflejaban sombras de distintas formas.


– Tus compañeros se encuentran en los cuartos de visita, un poco más arriba. – habló Fujin mientras subían por las escaleras – Son invitados especiales.

– ¿No vamos a subir toda esta torre verdad? – preguntó Sonia, agotada.

– Jaja no Sonia, solo son dos pisos más.


Al entrar al pasillo de visitantes Sonia vio los múltiples cuartos que había, todos para aquellos invitados especiales de Raiden. Eran como diez cuartos, posiblemente del tamaño de un penthouse y todavía había más pisos con habitaciones similares. Hasta Johnny sentiría envidia de que no tuviera una torre así en su honor, cualquier millonario o multi-billonario sentiría celos.

Fujin llevo a Sonia al cuarto número tres y, al abrir la puerta, Sonia vio al Teniente Pierce y Shaun sentados, con ropa típica de color naranja, usando sandalias y tomando un poco de alcohol. Sonia sonrió al verlos así. Era la primera vez que su equipo la veía feliz, aunque no sabían si estaba feliz de verlos o riéndose de ellos. Los dos se pusieron de pie y saludaron a su Mayor en posición de firmes, Sonia respondió al saludo, con una sonrisa en su rostro todavía.


– Se ven ridículos – dijo Sonia, dificultándose el hablar por la sonrisa dibujada en su rostro que no se borraba – Descansen soldados.

– Tienen mucho de qué hablar – les interrumpió Fujin – Espérenme aquí, iré a buscar a Raiden.

– Gracias Fujin – respondió Sonia, girando un poco su cuerpo.


La Mayor se acercó a la sala donde estaban, sus soldados la invitaron a sentarse y relajarse. Unos monjes le dieron una toalla húmeda y le ofrecieron ropa limpia al igual que un baño de agua caliente. Sonia solo tomo la toalla y les agradeció por su hospitalidad, el baño lo tomaría después, por ahora tenía que hablar con sus soldados.


– Sonia este lugar es ¡increíble! – exclamó Pierce emocionado – Nunca había visto algo así en mi vida. No sabes cuantas cosas tienen aquí ¿Por qué no nos dijiste que eras amigo de un dios?

– Creí que eras ateo Pierce – respondió Sonia.

– Bueno… si, pero ese no es el punto – Pierce se confundió por unos segundos, sintiéndose avergonzado – El punto es que este lugar es enorme y nadie sabe que existe.

– Raiden lo mantiene muy bien oculto, nadie quiere ver lo que hay más allá de una tormenta eléctrica y un tornado.

– A veces volteo y veo como un rayo golpea el techo de una de las pagodas, siento que aquí me partirá uno de esos en cualquier momento – habló Shaun, un poco tenso por el pensamiento.

– ¿Quién diría que un gigantón como tú le tendría miedo a unos rayos? – bromeo Pierce.

– No es eso Pierce, ya te lo he dicho – Shaun alzo la voz, avergonzado y fingiendo que no le molestaba – Uno cayo justo donde estaban entrenando esos monjes shaolin, cualquiera pudo haber muerto.

– Esa fue su excusa cuando le dije que fuéramos a ver el resto del templo – explico Pierce, inclinándose hacia Sonia, cubriendo sus palabras con una mano y señalando a Shaun con la otra – Pero cada vez que cae uno, pega un brinco de su asiento.

– No molestes al pobre Shaun – habló Sonia, tomando una tasa de lo que bebían – Si mal no recuerdo a ti te da miedo las arañas.

– ¡JA! – soltó Shaun, sin ningún ánimo de moderarse con su risa.

– Sonia, eso tiene sentido, esas cosas están por todos lados y son venenosas – trato de explicarse – Las probabilidades de que te de un trueno son menos a morir por la mordida de una araña

– No aquí chiquilín – habló Shaun – estamos en el templo del dios del trueno.

– Y nosotros somos sus invitados, no creo que nos mate ahora.


Los tres continuaron hablando de lo que pasaba, Pierce hablaba con un tono informal, refiriéndose a su superior por su nombre o apellido. Shaun no era así, no había tenido una plática así de informal con su superior desde que empezaron. Solo había hablado con ella durante las misiones, dirigiéndose a ella por su rango y apellido. A pesar de que el ambiente era distinto, Shaun seguía haciéndolo, aunque Pierce le decía que no tenía nada que "temer". Era una costumbre y un protocolo también.

Las risas y felicidad pronto acabaron, apagándose poco a poco mientras los tres sabían de lo que tenían que hablar por mucho que quisieran evitarlo. Pierce parecía que no quería preguntar, así que Shaun hizo los honores de arruinar la fiesta.


– ¿Qué sucedió ayer Mayor? – preguntó. Sonia hizo una pequeña pausa, ordenando sus pensamientos. – ¿Qué paso después del Lin Kuei?

– Después de que Sektor te atacara, él me derroto en combate– comenzó a explicar Sonia – Él estaba a punto de matarme, pero fui salvada por Tremor. Un miembro del dragón negro.

– ¿El dragón negro estaba ahí? – preguntó Pierce.

– Mientras tremor combatía contra Sektor, dos miembros más los levantaron a ustedes del campo de batalla – Sonia volteo a verlos a los dos a los ojos, uno por uno – Pensé que Sektor los había matado como a Ava y Mikka, pero Kira y Kobra actuaron rápido. Ustedes se salvaron gracias a ellos.

– ¿De verdad fuimos los únicos que sobrevivimos? – preguntó Pierce, Shaun no lo dudaba, pues él fue el último en estar de pie al lado de Sonia.

– Cyrax y el resto del Lin Kuei se encargaron de eso – continuó Sonia – Mikkay Ava murieron incineradas al instante, no hubo nada que pudiera hacer.

– ¿Lo pagaron? – preguntó Shaun, angustiado y enfurecido – ¿Mataron a esos bastardos?

– Tremor y el resto dieron lo mejor de sí, pero estos escaparon. Después viaje con ellos y fuimos atacados por un grupo desconocido. Ellos los llamaban el Dragón Rojo.

– Alguien tiene un extraño fanatismo por dragones – miradas serias de Sonia y Shaun se dirigieron a Pierce, él se agacho de hombros y pidió disculpas.


Sonia continúo hablándoles a los dos sobre el resto, como organizaron un plan para infiltrarse en la base de Sidney, como Raiden los llevo hasta acá y la historia sobre el origen de los dragones negros y los dragones rojos. Los dos escuchaban atentamente, sin embargo, era la primera vez que escuchaban sobre el torneo, Shang Tsung y lo demás. Aun así, fue más fácil digerir para ellos después de conocer a dos dioses en un palacio arriba de una montaña cubierta por niebla, tormentas y relámpagos. Sonia le hablo de lo que sucedió con Jarek y Hsu Hao y porque ahora debía ir al Outworld. La Mayor Blade les pidió voluntariamente si estaban dispuestos a regresar a estar bajo su mando, pues después de tal derrota no les podía asegurar que regresaran con vida. Si desistían no los obligaría, no les afectaría, podrán regresar con su familia e informar a las autoridades que Sonia Blade estaba MIA. Los dos lo pensaron seriamente, pues ahora eran menos y no contaban con el apoyo de las Fuerzas Especiales. Su situación no era favorable.


– Sonia – habló Pierce – Te he seguido desde antes que todo esto comenzara. A ti y al comandante Jax, pero no podemos ir a ciegas a Outworld. No después de lo que vivimos hace un año.

– Concuerdo con Pierce Mayor Blade – habló Shaun – Necesitaremos un ejército para poder salir vivos de ahí. Dragones, monstruos. No sé si quiero vivir eso de nuevo.

– Me alegra saber que al menos confían lo suficiente en mí para hablarme con sinceridad – admitió Sonia – Pueden llevarse el helicóptero cuando estén listos muchachos.

– Gracias por entender Mayor – habló Shaun mientras Pierce miraba boca abajo, encorvado y con sus manos en su frente. No era fácil para ellos abandonar a su superior, pero Sonia no podía culparlos.


Mientras Sonia hablaba con sus soldados, Fujin había ido a buscar a Raiden a la sima de la torre. Había empezado a caer una tormenta, lloviendo por montones y empapando el lugar. En la sima de la torre, en el techo, se encontraban cuatro pedestales en donde relámpagos constantemente caían. Raiden estaba en el centro, empapado y comunicándose con los dioses antiguos. Fujin permaneció fuera de la conversación para no molestar.


– El Netherrealm está más activo que nunca – explicó Raiden a los cuatro dioses antiguos que se encontraban en los pedestales, su imagen proyectada como un holograma de color azul – El Lin Kuei lo sabe, esta facción está trabajando bajo el servicio de Quan Chi y su señor Shinnok.

– Este… Dragón Rojo – hablo uno de los dioses antiguos, con una barba puntiaguda, cabello corto y hombreras – ¿Conocemos el nombre de su líder?

– No su excelencia, su presencia en Earthrealm era desconocida incluso a mí.

– Imposible que haya existido por tanto tiempo y haya permanecido oculto ante tus ojos Señor Raiden – habló una de las diosas, de cabello corto y múltiples collares colgando de sus hombros – A menos de que no hayas estado mirando con cautela.

– Existe una opción mi señora – habló Raiden – Que su líder no sea humano.

– ¿Sugieres que este líder proviene de otro Reino? – pregunto el cuarto dios, que tenía una capucha y una corona con alas.

– Es una posibilidad, todos los humanos me son conocidos a mí. Es un poder que ustedes mismos me otorgaron.

– Pronto los dioses del earthrealm tendrán que aventurarse a las profundidades del Netherrealm para fortalecer las cadenas del Caído – hablo el primero de los dioses – Si lo que dices es cierto, todo puede evitarse de esta forma.

– Nos estarán esperando – advirtió Raiden – Y nuestros poderes no serán tan fuertes allá como lo son aquí en la tierra.

– Es por ello que irán preparados – hablo la diosa de cabello corto – El amuleto de Shinnok les proporcionara fuerza cuando se aventuren a lo más profundo de la oscuridad. Deben cuidarlo bien y usarlo para absorber la fuerza de su creador. Asegurándose de que no pueda escapar.

– Llevar el amuleto tan cerca de él es contraproducente – habló en contra el último de los dioses – Si lo pierden pueden desatar aquello mismo que buscan evitar.

– Shinnok casi escapo gracias a la ayuda del Lin Kuei Bi-Han – le interrumpió la diosa – Y eso fue sin ayuda del poder de su amuleto. Shinnok tiene la fuerza para escapar de su prisión si se le permite.

– Silencio hermanos – ordeno el primero de los dioses, pidiéndolo amablemente – Shinnok se está volviendo cada vez más fuerte, lo sabemos pues su amuleto está conectado a él y la energía que este emana es mayor cada día. Últimamente ha estado ganado más fuerza por las almas que han viajado al Netherrealm, su Prisión de Almas le está otorgando más fuerza. Esto debe parar, el amuleto absorberá este exceso de poder y el hielo cubrirá su prisión una vez más.

– Hay otras formas de absorber su energía – propuso el tercero de los dioses, la cual no había hablado por un tiempo. Esta diosa tenía el cabello recogido y un rostro bien delineado.

– Ninguna de ellos probaría resistir tanto como esta. Necesitamos una opción permanente, no solo algo que dure un siglo – respondió la diosa de cabello corto.

– Está decidido entonces – declaró el primero de los dioses – Fujin y el resto viajaran al Netherrealm en unos meses, mientras tanto intenten conseguir más información sobre esta organización.

– Si su excelencia – contesto Raiden.


Los dioses antiguos desaparecieron de los pilares, terminando su comunicado con Raiden. Fujin avanzo hacia el dios del trueno y le dijo que Sonia se encontraba en los pisos inferiores con sus compañeros. Raiden pregunto por su "otro" invitado especial, Fujin respondió que no lo había visto pero seguramente estaría meditando en su cuarto. Raiden le dijo que lo llamara y se encontraran todos en el cuarto del teniente Pierce y el cabo Shaun.


– ¿Por qué nos envían a nosotros Raiden? – preguntó Fujin – Si la Hermandad de la Oscuridad se está volviendo tan fuerte no solo enviamos a las fuerzas de los dioses a detenerlos. Un ataque a gran escala a su prisión de almas.

– Eso solo iniciaría la guerra de forma más rápida. Además, las fuerzas del cielo serían destruidas antes de llegar al ultimó círculo del Netherrealm – respondió Raiden – Enviara los dioses elementales es una mejor movida, más silenciosa y eficaz. Averiguaremos que están planeando y actuaremos en base a ello.

– ¿Crees que Sonia consiga un poco más de información si va al Outworld?

– Esperemos que así lo haga – Raiden soltó un suspiro mientras pensaba – Outworld está en un caos por Mileena, es más peligroso que nunca.

– No ira sola, de eso nos aseguramos. Iré a buscarlo.

Raiden bajo a los pisos inferiores por el centro de la torre hasta llegar al lugar de la habitación de Sonia y el resto de su grupo. El dios del trueno camino hasta el cuarto y toco la puerta, Pierce la abrió y le avisaron que Sonia se estaba tomando un baño, que ya llevaba un tiempo ahí adentro. Raiden vio que los dos soldados ya estaban vestidos con sus chalecos y armas, les pregunto si se irían pronto. Ambos contestaron que sí, pero no viajarían a Outworld. Raiden lo entendió, pero les pidió que lo reconsideraran, el dejar a su Mayor sola. Shaun explico que es decisión de ella ir o no, pues ella les dio la opción a ellos de ir o quedarse. Trabajar con el Dragón Negro era algo que no querían y no confiaban en ellos. Raiden entonces les dijo que podían quedarse hasta que Sonia regresara o por si necesitaba refuerzos, pero ellos se volvieron a negar, apenados. Sentían que, al decir no, ya no eran bienvenidos ahí, aunque ese no fuera el caso.

Sonia salió, usaba un chaleco antibalas negro, una blusa de manga corta blanca, pantalones militares camuflajeado, sus dos guanteletes y su cabello recogido en una cola de caballo. Raiden volteo a ver a la cama la ropa limpia que sus monjes le habían dado para que descansara, pero no la había usado. El dios del trueno hizo una pequeña mueca para sí mismo, ya debería saberlo, Sonia no perdería el tiempo.

– Raiden – habló Sonia – ¿podremos usar dicho portal?

– He obtenido el permiso de los dioses, el portal estará activado para cuando lleguemos

– Perfecto, entonces no hay que perder el tiempo.

– ¿Planeas ir tu sola Sonia? – preguntó Raiden – Outworld no es seguro.

– Nunca lo ha sido, por eso les di la opción a Shaun y Pierce de retirarse de esto.

– Muy considerado de tú parte Sonia, pero aun así no debes ir sola.

– No lo haré – contestó Sonia. Pierce, Shaun e incluso Raiden parecían desconcertados, pues no sabían que ya tenía acompañantes – Tremor y su equipo me acompañaran.

– ¿Qué qué? – preguntaron Pierce y Shaun, reaccionando a su respuesta.

– Es lo único que tengo, además ellos me ayudaron y me llevarán directo con Kano – explicó Sonia.

– El comandante tenía razón – hablo Pierce – Tu obsesión con él va a ser que te maten.

– Voy por el Capitán Kirk teniente – le explico Sonia, cortante – Y refiérete a mí como tu superior, porque aún lo soy.

– Aun así, tres Dragones Negros acompañándote es peligroso – habló Raiden – Necesitas alguien que vigile tus espaldas, figurativamente hablando. Fujin, pasa.

Fujin entro al cuarto, acompañado de otra persona. Fujin paso primero al cuarto y abrió la puerta para que entrara su acompañante. Este no era ningún monje, ni un soldado tampoco. Su vestimenta era peculiar. No era antigua como su arma, sino moderna. Tenía varias protecciones, similar a una armadura y eran de color gris oscuro a excepción de sus brazos, que eran rojas. Una tela que cruzaba su torso diagonalmente desde su hombro derecho de color blanco con kanjis rojos a los costados y una venda de color rojo que cubría sus ojos.

– Mayor Sonia Blade – hablo el guerrero ciego, quien no volteaba a verla, pues no podía, pero sabía dónde se encontraba – Es un honor, mi nombre es Kenshi Takahashi. Yo la acompañare al Outworld.
Mi visión de MKX, mi primer fan-fiction: viewtopic.php?f=9&t=21824

Hares
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Re: MKX: Una nueva historia.

Mensaje por Hares » Lun, 20 Mar 2017, 21:04

Buen día a todos. Espero todo este bien en sus vidas.

Durante los últimos días he estado preguntándome como debía continuar la historia. Estoy seguro que para algunos de ustedes debe ser molesto este formato de 10 capítulos que he creado. Ya que durante 10 capítulos te adentras a la historia de un lugar, sus personajes, y después el estilo cambia, la ubicación y los personajes también. Mi visión es que MKX trato de tener tantas historias y fracaso en conectarlas al final, explicarlas y narrarlas también, este es el formato mas inteligente que se me ocurrió y es uno que disfruto, pues es un desafío para mi.

Los primeros 10 capítulos estuvimos en Outworld, Kulan Batur y la fortaleza del Kahn para ser más exactos. Conocimos a personajes iconos, personajes nuevos y personajes algo olvidados. Igual fue del capitulo 11 al 20, donde viajamos al Earthrealm para conocer como se encuentran las defensas de la tierra y quienes son sus nuevos enemigos. Ahora, hemos vuelto al Outworld, pero no precisamente una localización conocida. Es hora de conocer que le paso a la gloriosa Edenia y como viven en Outworld. Espero disfruten estos nuevos capítulos, este nuevo conflicto y el regreso de otros personajes.

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Capítulo 21: Lei Long.

Cerca de la entrada de Lei Long, trece días después de la conquista de Kulan Batur.

Alken se encontraba en la copa de un árbol, descansando en sus duras ramas y espiando el campo con un catalejo. Su grupo de sobrevivientes llevaban días esquivando a las tropas de reconocimiento de Rain, pero era cuestión de tiempo para que dieran con ellos. Algunos grupos se creían que habían sido capturados por las fuerzas de Outworld, su destino en las manos del enemigo. Sin embargo, todos ellos sabían que era el grupo de Alken y Tania el que estaban buscando. Era por ello que todos se dispersaron, para confundir al enemigo e intentar salvar la mayor cantidad de vidas posibles. Unos escaparon por el Bosque viviente, otros al sur, más allá de las montañas de Lei Chen, otros a las tierras secas de Outworld, al este de Kulan Batur hacia el Mar de los Viejos. Mientras Tania y su grupo viajaban hacia el oeste.

Alken miraba por el aparato, espiando la entrada de una ciudad pesquera y mercader llamada Lei Long. La ciudad no era tan grande como su hermana: Lei Chen, pero su puerto y acceso a la Bahía del Dragón le ofrecían una gran ventaja comercial, pues es la única ciudad con acceso al mar de todas aquellas ubicadas en las montañas. La ciudad de Lei Long se encuentra en la base de las montañas, sus flancos protegidos por ellas de forma similar a una ensenada, con una sola entrada a la ciudad. Una altamente protegida por una alta muralla del mismo tamaño que Lei Chen, pero de menor longitud. La entrada estaba altamente protegida por ballestas, catapultas y tropas. Nada entraba o salía de la ciudad sin que su personal y contenido fuera revisado primero. Esto contaba también en el puerto. Alken podía ver que la entrada se veía calmada, sin nada inusual ocurriendo en sus puertas y los guardias tomando sus turnos cada ocho horas.

– Alken – llamo alguien en el suelo – Nos ha llegado un nuevo mensaje del general Faran. Tania te ha llamado para que nos reunamos en el centro del campamento.

– En un segundo bajo – contesto Alken, bajando la mirada. Cuando el guardia se fue continúo inspeccionando el área. – Por los dioses, ya era hora. – dijo Alken para sí mismo y en voz baja, mientras guardaba el catalejo y descendía del árbol.

Los sobrevivientes del grupo de Tania era uno de los grupos más pequeños, esto les facilitaba el movimiento, pero si eran encontrados no tendrían los medios para defenderse. Rain está a solo unos kilómetros de distancia de encontrarlos, siguiéndoles el rastro. El traidor edeniano no era fácil de perder, las técnicas de la resistencia Edeniana no eran suficientes para burlarlo. Al menos esto significaba que el resto de los sobrevivientes ya deberían haber regresado a casa o su escondite, al menos ese era el plan, ya que algunos de ellos se mantendrían cerca de Kulan Batur para espiar e informar.

Los edenianos estaban heridos, cansados y hambrientos. Llevaban días sin comer y noches sin dormir, incapaces de pararse a descansar un segundo pues significaba la muerte. El pequeño campamento que habían montado era patético, los soldados descansaban en el suelo. Haciendo turnos para vigilar el perímetro y asegurarse que nadie los viera. Muchos de ellos estaban ya desesperados, su moral por los suelos. Lei Long, la ciudad que se encontraba delante de ellos, era su vía de escape. Solo unos kilómetros más y podrán dormir, descansar y comer para luego volver a casa.

Tania se encontraba junto con un grupo de paladinos en el centro de su campamento, un mensajero había ido de la ciudad de Lei Long hasta ellos para entregarles las palabras escritas de Faran, quien había pasado por la ciudad y escapado de regreso a su "hogar". La líder de la derrotada resistencia leía el mensaje con cuidado, alerta hacia el resto de sus hombres quienes sentía estaban perdiendo su fe en ella. La carta estaba tan cerca a su pecho y sus pies en constante movimiento, como si las palabras de Faran fueran solo para sus ojos. Hasta que Alken llego.

– Alken – lo llamo Tania – ¿Has visto algo inusual?

– Caravanas entran y salen de la ciudad, nada anormal – respondió Alken, estirándose sus hombros y muslos entumidos por pasar tanto tiempo en el árbol.

– Madame ¿Qué estamos esperando? – pregunto uno de los soldados – Llevamos dos días aquí ¿Por qué no entramos a la ciudad?

– Silencio soldado – respondió Tania, agitada – Necesito tropas que confíen en mí, sus dudas solo nos harán caer más rápido ante el enemigo.

– El enemigo se está acercando cada vez más, usted misma lo dijo – hablo otro soldado entre el grupo.

– Lo sé soldado, pero la lealtad de Onyx no está confirmada todavía. –

– Que no se te olvide a quien le estás hablando soldado – alzo la voz Alken, avanzando hacia el soldado y colocándole su mano en su pecho para que no avanzara más.

– Quita tus sucias manos de encima ladrón – respondió el soldado, mirando a Alken, y empujando su brazo de su cuerpo y, con su otra mano, alcanzando su espada en su cintura.

– ¡Deténganse! – ordeno Tania – O yo misma los matare a los dos.

Tania empezaba a cansarse de la falta de respeto que le mostraban sus soldados, interrumpiéndola sin su permiso. Con una mirada penetrante, miro a los ojos del soldado a través de su casco y visor. El soldado sintió un sudor frio recorrerle el cuerpo y este se sentó.

– Esto va para todos ustedes – hablo Alken, señalándolos a todos – Tania es su señora, general y líder. No lo olviden.

Los soldados se sentaron, frustrados, algunos temerosos y otros a punto de estallar. Los paladinos se mantuvieron cerca de Tania, protegiéndola y Alken, con una mano cerca de su daga. Tania sabía que estaba perdiendo el control de sus tropas. La derrota en la fortaleza ya había sembrado esa duda que sus soldados expresaban. El miedo y amenazas solo le servirían durante un corto tiempo. Los edenianos ya no son como solían serlo, este reino los ha corrompido; son desobedientes, traidores y sin honor. Tania sabia esto de antemano, pero aun así existía algo que los movía a todos: su odio hacia Shao Kahn y el Outworld. Debido a esto ella pudo unirlos de nuevo, pero sin un plan todo se vendría abajo. Tania tiene que escoger sus palabras con cuidado, pero si alguien osa retarla, sus cabezas rodaran. A menos que les diera la esperanza que todos ellos buscan y se encontraba en sus manos en ese momento.

– Edenianos – alzo la voz – Hay respuesta de nuestros hermanos. Algunos de ellos han caído presas a las garras de nuestro enemigo, pero se han reusado a ser utilizados como arma contra nosotros, quitándose la vida si es necesario. Su sacrificio no será en vano, pues su vida nos ha otorgado el tiempo que necesitamos para volver a casa.

Los rostros de sus soldados, aquellos de frustración, odio y dolor se transformaron completamente al saber que había salvación. Que, a pesar de la derrota, podrían vivir para pelear otro día. Unos se mostraron escépticos, creyendo que su señora fracasaría de nuevo. Ella les había prometido una Edenia nueva, pero lo único que obtuvieron fue muerte y sangre.

– El General Faran ha enviado a sus tropas a las costas de nuestra corrompida tierra, pero el mismo se ha quedado en Lei Long para esperarnos y hacer los arreglos de nuestro escape. El Mayor Onyx nos proporcionara una caravana para poder entrar a la ciudad. Levanten su mirada soldados, regresaremos a casa.

Los soldados levantaron sus armas y soltaron un grito al cielo purpura de la noche mientras Tania se retiraba junto con Alken a la oscuridad del bosque donde no los pudieran escuchar. Tania llevaba consigo la carta de Faran, pero su otra mano llevaba el libro oscuro que Chameleon le había otorgado, envuelto en pieles. Alken se preguntaba que era ese viejo libro y por qué era tan importante. En el Archivo del Kahn se encontraban miles de tomos de la historia de Edenia, todo ellos robados de sus bibliotecas cuando su reino fue atacado ¿Por qué no retomo lo que les pertenecía a ellos en lugar de un libro viejo con sus hojas quebradas? El libro no le inspiraba confianza, con solo tocarlo la armadura sagrada de Kana empezó a oxidarse y las pieles que protegían a Tania estaban secas, muertas, de solo tocar el libro.

– ¿Quería hablar conmigo a solas mi señora? – pregunto Alken.

– Si Alken, te quería preguntar sobre la entidad que apareció ante ti y Kana cuando estabas en el archivo ¿Cómo decías que se hizo llamar?

– Ermac mi señora – respondió Alken – Pero lo dijo en tercera persona, como si fueran más. Muchos más.

– Muy curioso. – remarco Tania, pensativa – Un guerrero bajo el mismo nombre concurso en el décimo torneo según me informaron mis espías.

– ¿Qué tiene eso de importante? – pregunto, aún sin comprender.

– Demasiado Alken – respondió Tania, mirándolo – Más de lo que te podrías imaginar.

– Hay algo que no me está diciendo mi señora – noto Alken al ver como Tania esquivaba cada una de sus preguntas – ¿Qué ocurre?

– Todo a su tiempo.

– Tú me prometiste aquello que siempre he deseado Tania – Alken dio un paso al frente, dispuesto a no detenerse hasta obtener sus respuestas – Hasta ahora no lo he conseguido, no me has dado nada.

– ¿Qué acaba de pasar Alken? – pregunto Tania – Hace unos momentos me defendiste como un leal soldado ¿acaso planeas volver a tu antiguo yo?

– Siempre he sido un ladrón, los edenianos ya no son mi familia – respondió Alken, señalando al campamento – Menos aquellos que prometieron protegernos y nos dejaron olvidados.

– Obtendrás lo que buscas Alken, todo lo que deseas está aquí – Tania levanto el libro oscuro para mostrárselo.

– Esa cosa… te está matando Tania. Tampoco me informaste que tenías un…un…pulpo capaz de volverse invisible siguiéndome por el archivo para conseguir ese vejestorio oscuro. Quiero respuestas, ahora.

– Tú no estás en posición de demandar nada Alken – Tania se voltio a ver al guerrero, enfurecida – Fracasaste en tu misión y tuve que enviar a alguien más a recuperar lo que tu debiste haberme traído. Tu fracaso casi hace que nuestra operación fracasara.

– ¿Para eso fue el ataque entonces? – hablo Alken, sarcásticamente – ¿Para obtener un cadáver y un libro olvidado?

– Por favor Alken, tu no serías capaz de entender.

– Creo que es más que cualquiera de los "cabeza de metal" que tienes como guardaespaldas escondidos en los arbustos.

– ¿Te diste cuenta? – era una pregunta retórica, aun así, Tania estaba impresionada.

– ¿Intentas matarme Tania?

– Jamás haría eso Alken, tu eres uno de mis guerreros y espías más valiosos – remarco Tania, avanzando hacia él – Pero te falta convicción, te falta aspirar a algo más grande que tú.

– ¿Y qué es eso para ti Tania? ¿A qué aspiras tú?

– A la grandeza Alken, al verdadero poder que Shao Kahn tenía y perdió – Tania miro a los ojos a Alken, puso una mano en su hombro y acerco sus labios a sus oídos, hablando suave y lentamente – Nosotros dos somos similares Alken. Puedo ver en tus ojos que tú quieres lo mismo que yo. El oro y riquezas, solo son cosas sin valor con las que buscas llenar ese vacío en tu interior. Tú quieres… a Faran muerto.

– ¿Cómo… lo sabes? – Alken se petrifico al escuchar sus palabras de Tania.

– Me subestimas Alken, eso me decepciona – respondió Tania, alejándose de sus oidos – Siempre supe que la razón por la que tan orgullosa y lealmente te postraste ante mí para servirme. El oro solo era una excusa para ocultar tus verdaderos motivos.

– ¿Qué debo hacer para que me des esa oportunidad? – pregunto Alken, serio y con la mirada abajo.

– Sírveme Alken, como lo has hecho y mejor – respondió Tania – Sírveme y te daré a Faran. Mantente a mi lado después de ello y te daré el poder que deseas para que regrese tu familia a la vida.

– Sí… mi señora.

Alken se retiró, dos paladinos siguiéndolo y vigilando el perímetro para que su líder estuviera sola. Tania se puso de rodillas, dibujando un pentagrama debajo de ella con cenizas. De un bolso saco velas negras y las coloco en las puntas de la estrella, con sus poderes las encendió, una por una usando su dedo índice y pulgar. Tania retiro las pieles del libro, estas eran ya muy frágiles, con agujeros a su alrededor como si de termitas comiendo madera se tratara. Lentamente abrió el libro, sus manos, empezaban a secarse.

– Enséñame – hablo Tania – Enséñame todo.

Un aura oscura empezó a absorber la vida a su alrededor. Un fuerte viento comenzó a soplar, las llamas de las velas se movían descontroladamente. Las cenizas se tornaron de un rojo sangre y la luz de la luna desaparecía, oculta bajo las nubes.

– Dame el poder que necesito, dime como lo consigo – llamo Tania a los cielos.

– Almas… – llamo una tétrica voz del abismo, que ardía como una infección en la garganta y te arrastraba a un pozo sin fondo – Necesitas su alma.

– Enséñame – respondió Tania – ¿Dónde se encuentra su alma?

– Su alma es poderosa, Shao Kahn no tuvo de otra más que contenerla.

– ¿En dónde está? – pregunto Tania, debilitándose por el conjuro – Habla ahora.

– Shang Tsung estudiaba sus propiedades, intentaba obtener su poder usando los conocimientos del Archivo.

– ¿Ahí está? ¿En el archivo del Kahn?

– Kana sabe – respondió la voz del abismo, con una voz resquebrajada – Kana sabe.

– ¿Kana? – pregunto Tania, impresionada – ¿Sigue con vida?

– Búscala en Sun Do. Búscala en Sun Do ¡BUSCALA EN SUN DO!

El libro se cerró, la conexión se rompió, las velas se apagaron y el viento se llevó las cenizas consigo. Tania, debilitada, cayó al suelo. Los arbustos y árboles de su alrededor se habían marchitado, sus hojas se habían caído, secas y su tronco se abrió a la mitad, produciendo un fuerte crujido. Tania se puso de pie con dificultado, observando sus manos que parecían no tener vida. Su piel estaba negra, una necrosis la consumía. Tania intento mantener el dolor dentro de sí, conteniéndose de gritar. Poco a poco la vida regresaba a sus manos, su piel recobraba color y forma, regenerándose. Tania se mordía los labios hasta que sangro de ellos para soportar el intenso dolor. Una vez sus manos se regeneraron por completo, Tania lo soltó todo, respirando agitadamente.

– Kana… – Tania sonrió – Más te vale seguir con vida.

_____________________________________________________________________________________________________

Al siguiente día. Puertas a la ciudad de Lei Long.

Una enorme caravana avanzaba desde el oeste con múltiples carromatos y carretas de madera. La caravana incluía al menos sesenta personas, algunos caminando, otros en sus carromatos o arriba de las carretas cuidando barriles y cajas de madera llenas de alimentos, especies, verduras y frutas. Todos parecían simples granjeros, usando ropajes viejos, rotos y algunos descalzos. La caravana llego a las puertas de la grande muralla, detenidos por la guardia de la ciudad.

La guardia de Lei Long era muy similar a Lei Chen. Usaban largos ropajes fabricados de placas de metal rectangulares remachados entre capas de tela, ofreciéndoles una buena protección, y un casco de metal puntiagudo que cubría sus ojos y estaba adornado con múltiples plumas rojas. La mayoría de ellos usaban una lanza similar a una naginata llamada Guja y estaban equipados con una espada curva.

La guardia se acercó a inspeccionar cada uno de los carros y su mercancía. El capitán de la guardia de la entrada se acercó al primer carromato, seguido de uno de sus guardias quien le abrió la puerta. El capitán de la guardia tomo asiento para estar frente a frente con Tania, quien estaba escondida en el carromato.

– Tania – hablo el capitán, quitándose su casco y mostrando un hombre adulto rapado de los laterales de su cráneo y el resto de cabello recogido en una cola de caballo – Mi nombre es Balah, capitán de la guardia de Lei Long.

– ¿Hay algún problema capitán Balah? – pregunto Tania, cruzando sus piernas

– El pueblo no confía en los edenianos y ellos, a diferencia de nosotros, no son controlados por el señor Onyx – explico el capitán – Su identidad debe ser mantenida en secreto y debe retirarse lo más pronto posible de la ciudad.

– ¿A diferencia de ustedes? – pregunto Tania de forma sarcástica – ¿Su guardia también nos detesta capitán?

– Su fracaso en Kulan Batur ha despertado la ira de la nueva emperatriz – respondió Balah – Nuestra seguridad está en peligro ahora más que nunca.

– Las ciudades de Lei Chen, bajo la protección de Seido, aceptaron apoyar a la resistencia en la conquista de la fortaleza – replico Tania – Pero en lugar de enviar tropas decidieron solo nos dieron palabras ¿ahora nos quieren negar asilo?

– La ciudad de Lei Long y el señor Onyx ofrecieron su mano a la resistencia, pero no formamos parte del reino del Orden ni de Seido – respondió Balah, remarcando donde quedaba su lealtad – Nosotros seguimos siendo outworlders.

– De donde vengo eso es una clara traición – explico Tania.

– De donde sea que usted venga – interrumpió el capitán – Ya no existe. Usted está en Lei Long y debe obedecer las reglas de Lei Long. Se le ofrecerá asilo, pero será bajo nuestras reglas.

– Ya me cansé de hablar con la basura de su "fuerza militar". Quiero hablar con el Señor Onyx.

– El Señor Onyx la llamara usted, no al revés. Y cuando lo haga, muestre el debido respeto que le debe.

– ¿Eso es todo? – termino Tania abruptamente.

– La tenemos vigilada señorita, más le vale comportarse.

El capitán Balah bajo del carromato y ordeno al resto de sus tropas que les abrieran paso. Arriba en las murallas, los soldados abrieron las puertas por medio de un complejo sistema de cadenas y engranes. La guardia siguió de cerca a la caravana, guiándola por la ciudad. Los soldados edenianos, disfrazados de comunes granjeros, no podían ocultar su apariencia Edeniana por más que lo intentaran o se colocaran tierra y barro en la cara. La población de Lei Long los miraba con ojos de furia y asco mientras algunos de ellos gritaban que se fueran de su ciudad, insultándolos y alguno que otro lanzándoles tierra, piedras o frutas. La guardia intervino, intentando calmar a la población, pero los soldados no hicieron caso, pues ya estaban acostumbrados al maltrato que Outworld les ofrecía en el día a día.

La ciudad de Lei Long había crecido a un paso constante debido a su mercado, pescado y acceso a diferentes rutas marítimas alrededor de Outworld y los reinos conquistados anexados. Durante años había sido un lugar pacifico, jamás tocados por la guerra o invasores de otros reinos. Debido a ellos sus territorios comenzaron a extenderse hacia los cielos, con diferentes construcciones y caminos formados en las montañas mientras el puerto y mercado principal todavía se encontraba debajo de ellas.

La caravana llego al puerto y empezaron a descargar sus pertenencias en un barco de grandes velas. Ocultas entre la fruta y semillas se encontraban sus armaduras, ocultas adentro de los barriles y cubiertos por telas se encontraban sus armas. Los marineros le informaron que, debido al pequeño tamaño del puerto, su barco no zarparía hasta pasado el amanecer del siguiente día, por lo que se tendrían que quedar a dormir y vigilar sus pertenencias. La guardia de la ciudad ofreció unos cuartos en diferentes alojamientos distribuidos por la ciudad, su mayoría arriba en las montañas, para Tania y los líderes de la resistencia. Sin embargo, el resto se debía quedar a terminar los preparativos de su navío. Terminado todo, un mensajero les informo que el Señor Onyx los invitaba a Tania y sus acompañantes a un festín dentro de su palacio una vez el sol se haya ocultado detrás de las montañas. Tania acepto cordialmente la invitación, ordenando a sus paladinos a que ayudaran al resto a subir todo al barco.

– Su cuarto lo espera arriba de las montañas señorita – informo el mensajero – Por favor sígame.

– En un momento, adelántese – respondió Tania y el mensajero se retiró con una reverencia, llevándose consigo las pertenencias de la mujer.

– Pronto escaparemos de aquí mis hermanos – hablo Tania a sus hombres – Traten de tomar un baño y prepararse, estén alertas y manténganse lejos de la población. Mis paladinos vigilaran el barco. Descansen por ahora.

Los soldados respondieron con una reverencia, despidiéndose de su líder. El estar detrás de una ciudad amurallada les levanto el ánimo, estar tan cerca de irse y dejar de ser perseguidos les daban ganas de celebrar. Para estos edenianos esto era una victoria después de la derrota de Kulan Batur y, antes de eso, eran las únicas victorias que podían celebrar. Aun así, la moral estaba por los suelos, pues tomar la capital les dio esperanza, una que perdieron junto con muchos de sus líderes y capitanes. Tania sabia eso, por ello se mostró más amable con sus soldados, era necesario para mantenerlos de su lado.

Tania siguió al mensajero hacia los caminos empedrados arriba de las montañas hasta el final, donde se encontraba un ryokan de gran tamaño, hermosos árboles y flores. Un rió natural había sido desviado para que llenara algunas tinas de agua, que luego eran calentadas con madera de pino. Durante el camino Tania tuvo que ignorar las miradas del pueblo, sus comentarios, algunos en voz baja y otros en voz alta. Es posible que nadie la atacara debido a que un mensajero del Señor Onyx la acompañaba, ya que atacar a un oficial o político era castigado con la muerte. Tania les dio poca importancia, ella sentía el mismo asco o incluso más de estar cerca de ellos y sus tierras.

El mensajero le abrió la puerta, hablo con el cuidador y le ofrecieron ropa limpia y un baño caliente privado, acompañado de sus mejoras sirvientas. Tania acepto y entro al baño. Quitándose la ropa, sucia y manchada de sangre por el combate y la guerra, y quedando completamente desnuda en el baño; mostrando su tersa, brillante y suave piel de color oscuro, Tania entro a la tina de madera con agua caliente hasta que su cuerpo quedo completamente sumergido. El agua se empezó a tornar turbia por la tierra, perdiendo su transparencia. Tres sirvientas entraron con esponjas y jarrones con agua caliente. Entre ellas, comenzaron a limpiar el cuerpo de Tania sin hacer un murmullo. Ella disfruto el baño, sintiéndose como una reina y que todos estaban bajo sus pies. Sin embargo, esto solo era una ilusión y sabía muy bien que Onyx solo estaba tratando de consentirla para llegar a su lado bueno. En la noche hablarían cara a cara.
Mi visión de MKX, mi primer fan-fiction: viewtopic.php?f=9&t=21824

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