Batalla de los 6 reinos: Engaño, capitulo 22

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Re: Batalla de los 6 reinos: Engaño, capitulo 4

Mensaje por The ST. Jimmy » Mié, 27 Ene 2016, 05:10

Siempre me gusto como expandis una historia como la de MKD, que tiene tantas cosas pasando que nunca profundiza en serio. Aun así, hay una parte que no me termina de cerrar y es el discurso de Sub-Zero acerca de que cada generación sale peor que la anterior o, mejor dicho, no logra superar a la anterior. No se, nunca me gusto esa idea de que el poder se va perdiendo con las generaciones. Pero bueno, mas alla de eso, copado. Esta vez lo que me atrapo fue la seccion de Shujinko. La parte de Scorpion, Jade y Bo Rai Cho no avanzo mucho.

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Re: Batalla de los 6 reinos: Engaño, capitulo 4

Mensaje por maxi new sub-zero » Mié, 27 Ene 2016, 06:19

Interesante capítulo. Me gustaron las enseñanzas de Sub-Zero padre y todo lo de ser recordado en muerte. Igual, el preludio pre-titulo fue mas largo que el capitulo en si.

Espero lo que sigue!!!

Saludos!
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Re: Batalla de los 6 reinos: Engaño, capitulo 4

Mensaje por Error Macross » Mar, 26 Abr 2016, 01:48

Bueno, me sorprende un poco que este capitulo lo terminara de escribir hace como dos meses, y solo me faltara hacer la revision ortografica y dramatica. La verdad que este capitulo me costo terminar de armarlo, porque incluia dos eventos que sabia que iban a generar dudas a futuro si no los explicaba. Uno lo explique muy a las apuradas porque no queria extenderme de mas, el otro por ahora no. Personalmente igual siento que no me encontre en este capitulo, pero ya hace mucho que no actualizo, asi que ya fue, no es de mis mejores cosas. Ah, y de mas esta decir que teniendo planificado esta subtrama edeniana, se me esta pasando en cantidad de capitulo de lo que pense que duraria, jaja.

El pasado:

Shujinko corría entre los oscuros y siniestros arboles. Le costaba respirar cada vez más. La nieve caía sobre su cabeza. La sentía más fría que nunca. Los ruidos de espadas chocando, las explosiones, los gritos, resonaban, y no paraban. Intentaba concentrarse en su misión, encontrar el objeto perdido en las montañas, solo debía avanzar, no debía pelear contra nadie, solo encontrar el objeto, y entonces, todo esto habría terminado al fin.
Sus pies pisaron algo pegajoso, no era nieve. Con horror vio lo que era y no pudo evitar vomitar. Era un cadáver, no de un guerrero, sino de un simple minero. Alguien había llegado antes que él, seguramente un enviado de los Shirai Ryus. De la misma forma que los Lin Kuei, sus enemigos habrían pensado en hacer algo similar, enviar a alguien oculto en las sombras en medio de una batalla innecesaria y creada solo para disimular las verdaderas intenciones.
Por unos segundos, el guerrero dudó, Sub-Zero confiaba en el, pero nunca le había dicho la verdad, que nunca con Borraicho había participado de algo así, que nunca había visto un cuerpo recién asesinado, cortado como un animal, con sangre y tripas repartidas a su alrededor. Y lo más importante, que nunca jamás había matado a nadie. Tal vez el miembro de los Lin Kuei lo sabía, era una persona que leía los ojos de todos de una forma que Shujinko nunca habría podido copiar. ¿Acaso esta era su prueba? Trago saliva, cada paso que daba lo acercaba a más y más cuerpos, restos de un campamento minero, estaba cerca, muy cerca. El miedo lo dominaba, pero sabía que allí estaría.
Ingresó a una cueva, el rastro seguía por allí, y era la ubicación que le habían dado. Y allí lo vio. Revisando y hurgando en medio de las paredes, el traje no parecía correcto, o al menos Shujinko no recordaba que los Shirai Ryu se vistieran de esa forma en las imágenes que le habían mostrado. Pero no importaba, sacó una daga, tendría que matarlo rápidamente por la espalda, evitar el combate, evitar riesgos, como lo había educado Sub-Zero. Pero cometió un error, al patear unas pequeñas rocas al caminar. Su enemigo se dio vuelta para verlo, y todo el entrenamiento desapareció de su cabeza.

Cuando la pelea terminó, Shujinko temblaba más que nunca. Sentía la sangre cayendo por su garganta, le ardía la cara, y sentía una punzada grande en el costado. Al palparse sintió un corte, no era muy profundo, pero ni siquiera recordaba cuando lo había recibido. Observó a su enemigo en el suelo, parte de su cuerpo estaba congelado, parte quemado por la energía que Shujinko generaba, nada era muy claro. El guerrero copiador probó todo, mezclando las técnicas que había aprendido, su habilidad posiblemente era superior, pero el nerviosismo los había igualado. Y la cabeza reventada por una simple roca sacada de la pared en un acto de furia, eso definitivamente nadie se lo había enseñado.
Intento tranquilizarse, quería secarse la cara, pero sus manos estaban llenas de barro y sangre. Así que solo avanzó, sentía la energía del objeto, debía encontrarlo, quería irse, y terminar esa misión de una vez para siempre. Finalmente al correr unas rocas, apareció frente a sus ojos, era una energía como ninguna otra, y lentamente lo iba calmando.
“Bien hecho, Shujinko”, el guerrero se sobresaltó al escuchar la voz de Damashi, que se encontraba flotando detrás de él, “has encontrado el Kamidogu del Earthrealm sin mi ayuda”.
“¿Esto es el Kamidogu?”, Shujinko parecía ido, hacía mucho tiempo que Damashi no se le aparecía. Su mirada se dirigía hacia el extraño objeto que con mucho cuidado extrajo de las rocas. Dejó de brillar en el momento que sus manos entraron en contacto con él, volviéndose sorprendentemente manejable. Se trataba de una esfera verde con otra de color azulado muy pequeña unida en la parte superior. No parecía nada demasiado especial, pero la sensación que generaba si lo era.
“Si, debemos llevarlo al Nexus, te indicare como llegar”.
“Pero…, los Lin Kuei”.
“Shujinko, debes recordar que tu misión es mucho más importante que tu presencia en ese grupo”.
“Si…, es verdad”, Shujinko intentó mantenerse estable. No quería dejar el Lin Kuei, pero Sub-Zero le había dicho que estaba preparado para cosas grandes, y tenía que centrarse en ello.
Se marchó de la cueva siguiendo las indicaciones de Damashi. Por si acaso, no volvió su mirada hacia el cuerpo muerto que dejó detrás.

Sub-Zero llegó al medio de la sala, solo su ubicación se encontraba iluminada. Entonces todo lo demás se llenó de luz, dando paso a un largo consejo que sentado en gigantescas gradas, rodeaban al Lin Kuei. Sub-Zero hizo una reverencia.
“¿Sabes por qué te encuentras aquí, Sub-Zero?”, dijo el que se encontraba en el centro del consejo, el mismísimo Gran Maestro de los Lin Kuei.
“No”.
“Tu alumno ha desaparecido, y el objeto que debías obtener, tambien”.
“Shujinko no ha tenido nada que ver con ello”.
“¿Tienes pruebas?”.
“No”.
Ambos mantuvieron la mirada, y entonces las luces del consejo se apagaron.
Sub-Zero permaneció parado largo tiempo, y eventualmente el Gran Maestro se acercó a él.
“Esos viejos no saben entender la importancia que tienes para el clan. Seguramente esperaban que rogaras por tu vida o algún otro espectáculo de esos que les gustan tanto. Pero hay cosas más importantes en este momento que tu alumno o el misterioso objeto”.
El Gran Maestro le entregó una extraña insignia a Sub-Zero.
“¿Qué es esto?”.
“Los Shirai Ryus contra los que se enfrentaron eran distintos a los que conocemos, no dejaron ningún cadáver detrás, y sus métodos de pelea eran diferentes. Solo encontramos a uno de ellos muerto, y fue simplemente porque se encontraba lejos de cualquier compañero que pudiera hacerlo desaparecer. Tenía el cráneo completamente destrozado por una roca, por lo que no pudimos ver su rostro. El resto de su cuerpo tenia partes congeladas y quemadas, sé que no fuiste tú, aunque no estaba al tanto de que hubiera otro guerrero con poderes de hielo aquí”, El Gran Maestro calló unos segundos como esperando una explicación, aunque esta nunca vino, tal como esperaba, “llevaba ese emblema con él, no es mágico, solamente peculiar, nunca lo habíamos visto antes”.
Sub-Zero observó con detenimiento lo que tenía ante sí. Un símbolo con el dibujo de un dragón rojo, tampoco recordaba algo así. Donde estuviera Shujinko ahora, algo peligroso podría acercársele.

Este no es nuestro mundo, este es el mundo de:
Mortal Kombat, Batalla de los 6 reinos: “Engaño”, capitulo 5, “La segunda caída, segunda parte: A por Edenia”.

El presente:

Jade se sentía incomoda, las cadenas le frenaban la circulación, y el estar rodeada de soldados no le gustaba. Todos le esquivaban la mirada, la conocían de antes, habían formado parte de sus tropas, y no sabían si sentirte mal por la supuesta traición de su antigua general, o por no querer saber a que se debía.
Borraicho en cambio se veía tranquilo, parecía hasta disfrutar de todo esto, y se podía escuchar como tarareaba una canción por lo bajo.
“Alto ahí”, dijo el guardián de la puerta de la fortaleza, “¿qué está pasando aquí? ¿Por qué traen a los condenados a muerte?”.
Borraicho y Jade estaban siendo llevados por un destacamento de soldados Edenianos, estos se miraron entre sí sin saber que decir. Algunos tosieron.
“Ellos… se entregaron, señor”, dijo uno de los soldados.
“¿Qué ellos que?, las ordenes de la princesa fueron claras, debían ser asesinados, ¿Quién es el superior aquí?”.
Uno de los soldados se adelantó, “yo dirijo este destacamento, señor, y entiendo lo que me dice. ¿Pero que podíamos hacer?, ellos se rindieron ante nosotros, y solicitaron una audiencia con la princesa y un juicio justo. Entendemos las ordenes, pero seguirlas ante esta situación hubiera sido romper con todo lo que creemos y profesamos”.
El guardia suspiró con resignación, “¿están armados?”.
“No, los registramos completamente”.
“¿Cómo sabemos que no es una trampa?”.
“Tienen grilletes especiales, no podrán canalizar energía y sus movimientos musculares serán limitados, no tienen forma de escapar”.
El guarda volvió a suspirar, “está bien, pueden pasar”.
“Aunque lo veo, me cuesta creer que esto esté funcionando”, le dice Jade a Borraicho a medida que comienzan a avanzar.
“Los Edenianos en el fondo odian las batallas y la muerte, Jade, y harán todo lo posible para evitarlas. Es una cualidad que siempre les admiré, aunque tambien sea su perdición muchas veces”.
Jade se quedó callada. Es verdad que ella odiaba tener que combatir, pero a lo largo de toda su vida, este fue el único método para conseguir algo que tuvo, y a veces sentía que el día que ya no hubiera nadie contra quien pelear, ya no sería nada.
“Atención”, habló el dirigente del destacamento, había llevado a sus supuestos prisioneros a través de varias salas internas, “tenientes Erskine y Efrain, conmigo, iremos a llevar a los prisioneros ante la princesa. El resto vuelvan a la central para esperar nuestro regreso”.
Uno de los soldados se acercó a su dirigente llevando a los dos prisioneros, pero nadie más se movió.
“¿Teniente Efrain? ¿Dónde estás? ¿Qué significa esto?”.
Con un rápido movimiento uno de los soldados se movió y partió a la mitad las esposas de Borraicho con un afilado y brillante Sai. Los demás a duras penas pudieron reaccionar antes de que el guerrero los dejara inconscientes en el suelo. Luego procedió a liberar a Jade. El soldado que había liberado a Borraicho no era otro que Li Mei, disfrazada.
“No salió como esperaba”, dijo Borraicho, “pensé que íbamos a poder avanzar más. Al menos estamos dentro, tendremos que ser rápidos”.
“¿Y Scorpion?”.
“Sus poderes de teletransportacion lo traerán hasta aquí si logro hacer contacto”.
“No sabía que el podía hacer eso”.
“Créeme, el tampoco lo sabe”, contestó Borraicho forzando su mente.
Alejado de la fortaleza y escondido entre los arboles de un bosque, Scorpion se mantenía concentrado. Borraicho le había dicho que le entregaría una señal, y que eso sería más que suficiente para poder dirigirse hacia ese lugar. Nunca había intentado algo así, pero cuando recibió una extraña emanación que lo llamaba, supo que podía, y se teletransportó.

“Que extraño”, dijo Borraicho, pese al esfuerzo mental que necesitaba para el contacto, había podido seguir a Jade y a Li Mei, “ya debería estar aquí”.
“Tendremos que seguir sin él”, insistió Jade, un grupo de soldados llegaron a través de un pasillo, pero antes de que reaccionaran, los tres guerreros lograron reducirlos.
“¿Qué camino hay que seguir?”.
“Por allí, es donde vi a Kitana, no estamos tan lejos, pudimos avanzar lo suficiente como parte del destacamento”.
Sin embargo Borraicho preguntó por otra razón. Con un fuerte puñetazo, derrumbó el pasillo contrario al que tenían que continuar.
Por suerte no tuvieron que repetir este proceso muchas veces mas, los soldados que encontraban generalmente se encontraban sorprendidos y no ofrecían mucha resistencia, la furia de Jade la hacía más fuerte que nunca.
“Por aquí”, gritó Jade mientras se dirigía a un pasillo, “los aposentos donde encontré a Kitana al final de este camino”.
“Espera, Jade, detente”, le gritó Borraicho.
Jade llegó a darse vuelta, cuando entonces el gordo maestro la empujó con fuerza hacia adelante. Una serie de barras de energía se formaron alrededor de este. Borraicho sintió un fuerte dolor y cayó arrodillado al suelo.
“Maestro Borraicho” gritó Jade levantándose.
“No, quédate ahí, sino serás atrapada tambien”.
“Pero Maestro…”.
“Me liberare, pero me tomara tiempo, tu ve, sigue adelante”.
Jade le hizo caso, luego Borraicho se dirigió hacia Li Mei que seguía atrás. Borraicho sonrió pese al dolor.
“Si pusieron algo como esto en vez de guardias, significa que algo mucho más grande de lo que creemos se gesta aquí. Tendré que irme si quiero liberarme, intenta mantenerte oculta”.
“Maestro…”.
“Eres fuerte, Li Mei, resiste”.
El maestro hizo una serie de señales en el suelo, y entonces este explotó, dejando un gigantesco boquete por que el que Borraicho cayó.
Li Mei lo observó unos segundos, pero entonces se dio vuelta, el ruido de soldados llegando la había alertado.

Jade siguió avanzando, y llegó hasta la habitación que buscaba, abrir la puerta resultó mucho más sencillo de lo que esperaba.
Allí estaba, en el mismo lugar donde la había visto antes, solo que no estaba sola.
“Jade”, dijo Sindel al darse vuelta, se la oía débil, “¿Por qué has venido?, vete”.
“Mi reina, por favor, déjeme verla, tengo que saber, ¿ella es Kitana?”.
Sindel no supo que decir, y se quedó quieta, “ven”.
Jade se acercó, y entonces la vio con detenimiento. Kitana se veía exactamente igual que esa vez, hace tantos meses, sus ojos perdidos en la nada, respirando lentamente.
“¿Es ella en verdad?”.
Sindel se dirigió hacia ella, “si, lo es”.
Jade se agachó tomando las manos de Kitana, pero esta no hacía nada, permanecía quieta, solo respirando, “¿Qué le pasa?”.
“No lo sé…, pero al menos esta viva. Vete, Jade, vete antes de que tenga que atacarte”.
“¿Pero por que?”.
“Sino la alejaran de mi, por favor vete, no quiero pelear contra ti”.
“Pero yo si quiero”, se escuchó otra voz.
Una esfera de energía pasó rozando al lado de Jade que se corrió en el último segundo, Kitana ni se inmutó, y Sindel se sentó en la cama abrazándola.
Una mujer de piel oscura como Jade salió de entre las sombras.
“Tanya, sabía que eras tú la que había causado esto”.
“Mi querida Jade”, sonrió Tanya, “ni siquiera tú tienes idea de cuantas manos hay metidas en esto, y ahora, prepárate para morir”.

Scorpion se encontró en un lugar extraño, una sala completamente cerrada y que brillaba intensamente de color rojo.
“¿Qué es esto?”.
“Bienvenido, ex Shirai Ryu, y discúlpame por desviar tu teletransportación. Un intento admirable, pero que hubiera resultado muy negativo para nuestros planes, Tanya pidió que hubiera la menor cantidad de invitados inesperados en su pelea contra Jade”.
El sujeto que habló vestía una túnica oscura.
“¿Quién eres tú?”.
“Mi nombre es Blestang, sacerdote supremo del Rey Dragon, ex Shirai Ryu”.
“¿El rey dragón?”.
“Si, ¿Quién otro crees que hubiera tenido el poder para tener a Edenia de rodillas, solamente resucitando a una pobre princesa asesinada?”.
“No esperaba esto, pero gracias, eso significa que no estaba tan desviado de mi objetivo como pensaba”, la espada de Scorpion se llenó de llamas, “Onaga tendrá que buscarse un nuevo sacerdote supremo”.
Un extraño líquido oscuro comenzó a salir de la túnica de Blestang, formando una espada. “veremos”.

Continuara…

Avance: ahora si, termina la segunda caida.
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Re: Batalla de los 6 reinos: Engaño, capitulo 5

Mensaje por The ST. Jimmy » Mar, 26 Abr 2016, 17:23

Me sigue enganchando mucho la parte de Shujinko, lo cual me sorprende porque según se no jugaste el Modo Konquest de Mortal Kombat Deception y aun asi te esta quedando muy bien xD

La trama del presente se ve interesante, aunque tengo que admitir que me perdi en la parte en la que Bo'Rai'Cho cae en la trampa y eso. No llegue a comprender bien que le paso (¿terminó en una jaula de energía o algo así?).

Y que pete ese sacerdote del Rey Dragon, encima se llama "Blestang", ¿que bobo le pone ese nombre a su personaje?

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Re: Batalla de los 6 reinos: Engaño, capitulo 5

Mensaje por Error Macross » Sab, 27 Ago 2016, 22:48

Me sorprende que solo hayan pasado cuatro meses y un dia desde el ultimo capitulo, sentia que ya llevaba mas tiempo.

Me tomo demasiado tiempo terminar este, para que se den una idea la parte de Shujinko la escribi tipo una semana despues de subir el capitulo pasado, y recien ayer termine el capitulo, haciendo hoy las correcciones y toda esa cosa. No pense que se me iba a hacer tan largo, pero queria cerrar la subtrama de Edenia que se me estaba haciendo demasiado larga (ya se habia extendido un capitulo mas de lo que pense que me tomaria). El capitulo tiene unos cuantos guiños para los que recuerdan algunas cosas del fic (o sea, yo), y el regreso de un personaje que tenia preparado desde la ultima vez que lo vimos (vuelven varios, pero bueno, se van a dar cuenta de cual hablo), y si se preguntan la respuesta a la pregunta que se hace, si nos ponemos estrictos, minimo 8 años y medio.



Hace años:

Shujinko tosió, y observó con ojos cansados sus alrededores. Construcciones profanas en islas rocosas divididas por ríos de lava, seres putrefactos de andar irregular, almas flotando sin lugar a donde ir. Y esos malditos demonios oscuros que avanzan devorando todo lo que encuentran a su paso, prácticamente sin mente.
El cielo seguía rojo y oscuro, como siempre, como cada día o noche, al fin y al cabo no se podían diferenciar, siempre era así en este infierno. Literalmente el infierno, el Netherrealm.
Sabía que no todo este lugar era así, había visto las maquinas, los edificios oscuros y siniestros que chocaban con el resto de ese paramo desolado. Pero Damashi le había advertido bien, esos lugares pertenecían a la Hermandad de las Sombras, si el Kamidogu se encontrara en uno de ellos, ya lo habría sabido. Por eso siempre evitaba esos lugares, así como a los seres que los rondaban, podían verse y pensar como humanos, pero no dejaban de ser demonios, tan desalmados como todos los de su especie.
No recordaba hace cuanto que había ingresado a ese lugar, pero se sentía viejo aunque su cuerpo se mantuviera joven. La carne de oni resultó ser un buen alimento para mantenerse con vida, aunque no fuera para nada agradable. Damashi no se había vuelto a comunicar con él en todo este tiempo, y aquello le molestaba, sobre todo por lo último que le había dicho luego de dejarlo allí.

“Ten cuidado, solo seres con oscuridad en su alma pueden ingresar en este lugar”.

No le había preguntado acerca de eso, pero cada vez que Shujinko miraba sus manos, sabia porque podía estar ahí. La sangre de ese guerrero que había matado siempre estaría en ellas.
Una figura de aspecto claramente humano lo sacó de sus pensamientos. Se trataba, o al menos parecía ser una mujer, vestía una prenda tradicional asiática blanca de bordes dorados que cruzan sobre su pecho, con un cinto del mismo dorado atado a su cintura, y un gran sombrero blanco con un velo que la cubría por detrás. Se veía distinta a todos los demás demonios que se había cruzado, más que nada en la vestimenta, que era muy clara, pero sabía que no podía confiarse. Hacía mucho tiempo que no veía a un demonio con forma humana. Sabía que el Netherrealm estaba dividido en planos, y ya había atravesado varios de ellos. Los onis de aspecto humano vivían en las construcciones mecánicas, y esas solo estaban en los primeros planos.
No quería acercarse pero aun así se mantuvo vigilante.
Fue entonces que la mujer se dio vuelta, mostrando un rostro terso y hermoso, que expresaba una gran madurez.
“Te veo”.
Desapareció en un haz de luz, y de repente estaba ante Shujinko, con un rápido movimiento sacó una brillante espada de bordes irregulares y curvos, y se preparó para cortarlo. Pero solo destrozó un pedazo de hielo. Cuando la muchacha se dio cuenta, Shujinko estaba detrás de ella y le propinó una fuerte patada en la espada tirándola hacia adelante. La chica al caer se apoyó en una de sus manos y con la otra lanzó una descarga de energía blanca parecida al fuego, que Shujinko esquivó con dificultad.
Cuando quiso darse cuenta la espada de la chica estuvo a punto de cortarle. Pero esta situación le fue perfecta. Sacó una vieja espada que había encontrado en unos restos hace mucho tiempo. Aunque nunca había recibido enseñanzas en el uso de esta arma, sus poderes de imitación hicieron que rápidamente se pusiera al nivel de su enemiga. Pero su espada sin lugar a dudas no era tan fuerte y terminó partiéndose, recibiendo un codazo en el rostro que lo arrojó al suelo.
“Tu fin ha llegado, demonio”, gritó la mujer. Costaba pensar que una voz pudiera sonar tan furiosa y sabia a la vez.
“Espera”, la frenó Shujinko, “no soy un demonio, soy un habitante del Earthrealm”.
La mujer se detuvo, como pensándolo, “tu aura es diferente, es verdad, ¿pero como no sé que es una trampa?”.
Shujinko ya estaba preparado, no quería matarla, pero si era necesario, la congelaría y acabaría con ella, “yo podría decir lo mismo, te recuerdo que tú me atacaste primero, solo quería marcharme de este lugar. Ya he tenido demasiados encuentros con demonios que parecen humanos antes”.
La mujer realizó un corte rápido. Tan rápido que sorprendió a Shujinko, recibiendo un pequeño corte en su brazo, del que salía un hilillo rojo.
“Maldita, ahora pagaras por esto”.
La mujer igual se mantenía pensativa, “debe ser verdad lo que has dicho. Ningún demonio puede mantener su consciencia falsa luego de ser tocado por mi arma”.
“¿Qué clase de arma es esa?”.
“Kriss”, la mujer levantó el arma y esta pareció brillar, “la espada bendita que ha llegado a mis manos para que acabe con los seres oscuros. Dime, humano, ¿quién eres y que haces en este lugar olvidado por los dioses?”.
“Me llamo Shujinko, y no te diré mis razones, pero son de suma importancia para los reinos”.
“Veo, y aunque no sé si creerte, desearía poder hacerlo. Mi nombre es Ashrah, y en su momento fui un demonio, ahora soy algo distinto. Todo gracias a esta arma, me liberó del yugo de la Hermandad de las Sombras, y me purifica cada vez más con la vida de cada demonio que tomo. Algún día estaré completamente libre de maldad, y el propio reino me expulsara”.
Shujinko se sentía extraño ante la manera de hablar de la mujer, se la oía como si no tuviera el control absoluto de lo que decía.
“Maldita seas, Ashrah”, Shujinko se sorprendió al ver salir a un guerrero de entre las rocas. Su rostro tenia dientes como cuchillas gigantes, y unas dagas afiladas surgían de sus brazos. El nunca había visto a un Tarkata, así que no tenía idea de que era esa cosa.
“Otro de ustedes”, dijo Ashrah frenando con su espada las extrañas dagas de su enemigo, “dejen de perder el tiempo, seres oscuros, nunca podrán detenerme”.
“Has acabado con muchos guerreros del Outworld antes, ahora nuestra misión no es solo eliminarte, sino tambien encontrarlo a él, ¿dónde está?”.
“No lo sé, maldito, y aunque lo supiera, no te lo diría”.
Ashrah pateó al Tarkata, y con un rápido movimiento lo cortó a la mitad con su espada.
“¿De que hablaba ese monstruo?”, preguntó Shujinko.
“El Outworld ha enviado agentes muchas veces a este lugar. Debo admitir que a varios los asesiné sin saber su origen, de la misma forma que casi me pasa contigo. Pero con el tiempo me di cuenta que eran seres siniestros y dañinos, en busca de un poder oculto en este reino”.
“¿Un poder oculto?”, Shujinko pensó que podría tratarse del Kamidogu, o tal vez algo más peligroso, “¿le pertenece a esa persona por la que te preguntó?”.
“No, no sé que clase de maligno poder buscan. Pero siempre me aseguré de que no lo encontraran. Cuando mi presencia comenzó a ser una molestia para ellos, empezaron a enviar asesinos para matarme, y los eliminé a todos. Solo uno de ellos logró escapar de mí, pero por lo que se no ha vuelto a su reino desde entonces. Parece que era importante, ya que varios han venido a buscarlo. Si acabara con su vida de manera definitiva, lo pensarían dos veces antes de seguir viniendo aquí”.
“¿Cómo se llama ese guerrero?, tal vez podría ayudarte”.
“Ermac”.

Hace meses:

La nieve caía lentamente, cubriendo los arboles. El invierno había llegado, y con eso la comida se volvía más escasa en el bosque. Además, el hombre estaba más cerca que nunca, con sus maquinas, destruyéndolo todo. Para esta manada de lobos eso no era algo bueno, y cuando las cosas estaban mal, los jóvenes veían su oportunidad.

El macho alfa se mantenía inalterable, como si fuera una parte del ambiente a su alrededor, mientras el macho joven le daba vueltas alrededor. Todos los demás observaban con atención. Los lobos no tienen una memoria que funcione de la misma forma que la de los humanos, pero recordaban lo que su alfa había hecho por ellos, muchas generaciones habían sobrevivido bajo su tutela. Su presencia daba poder a la manada, y los había hecho dominantes desde hace mucho. El joven tenía la ventaja de la edad y la fuerza que esto le confiriera, pero nada más. El alfa, pese a los años, seguía firme, y varias veces había demostrado su capacidad para el combate. Aunque los lobos no podían hacer predicciones, en el fondo sabían que este no sería el último invierno de su alfa actual. El joven tambien lo sabía, pero no quería retractarse, volverse el nuevo alfa le daría el acceso a las hembras, a la descendencia, a dejar una marca. Sus gruñidos y movimientos no generaban ningún efecto en su líder. Solo le quedaba rendirse o atacar, pocas batallas llegaban a esa última instancia. Pero ya no le quedaba otra opción si quería luchar por el liderazgo.

Entonces la situación cambió, el alfa levantó la cabeza, como sintiendo algo extraño que llamaba su atención. Lo que hizo a continuación era algo que le tomaría tiempo a la manada entenderlo, ya que escapaba a sus capacidades. Comenzó a correr, y correr, y correr sin parar, alejándose más y más, mientras sentía la llamada cada vez más cerca. Su instinto lentamente fue cambiando, ideas más complejas se formaban, y con ellas vinieron recuerdos, sensaciones, sentimientos. Y el lobo que comenzó su carrera a cuatro patas, estaba corriendo con solo dos. Cansado cayó al suelo. Sus sentidos funcionaban distinto, ya no respiraba tan bien como antes, y su mata de pelo se había visto muy reducida, el frio comenzaba a hacerle efecto sobre la piel desnuda.
Con lágrimas en los ojos, observó el cielo, mientras los últimos recuerdos volvían vagamente a su mente. Recuerdos de su pueblo en llamas, de su gente muerta.
Su boca se movió, intentando esgrimir sonidos, le costaba, hacia mucho que no lo hacía, pero si alguien hubiera podido entenderlo, lo que dijo sería algo así:
“¿Cuánto hace que no soy humano?”.
Entonces algo volvió a llamar su atención, esa energía oscura que lo había llamado antes, algo muy lejano, algo grande y poderoso.
Si algo fue capaz de afectarlo a tanta distancia, significaba que un gran peligro se cernía sobre el mundo. Había llegado el momento de que Nightwolf vuelva a la lucha.

Este no es nuestro mundo, este es el mundo de:
Mortal Kombat, Batalla de los 6 reinos, “Engaño”, capitulo 6: “La segunda caída, ultima parte: Adiós Paraíso”.

La espada de Scorpion chocó contra la extraña espada de Blestang, pero para sorpresa del primero, el arma pasó a través, y si no hubiera sido porque el espectro se teletransportó, hubiera sido cortado.
El movimiento causó que se cayera la capucha del sacerdote, mostrando un rostro pálido y flacucho, sin absolutamente ningún cabello, ni siquiera cejas.
Volvió a colocarse rápidamente la capucha.
“No te ves como una persona tan vieja como para haber vivido la gloria de tu Rey Dragón”.
Blestang no dijo nada, solo lanzó una estocada al aire. A mitad de camino la parte delantera de la espada se deshizo como un líquido, estirándose rápidamente y formando un filo atravesando el cuerpo de Scorpion.
“¿Qué es esto?”, Scorpion palpó el arma, descubriendo una contextura que le sonaba conocida, “¿sangre?”.
“Ahora pagaras caro, impuro, por oponerte a mi amo”, Scorpion comenzó a sentir como pequeñas partículas abandonaban el arma, recorriendo su cuerpo.

Borraicho tocó fondo mucho mas debajo de lo que esperaba, su técnica lo había llevado hacia las catacumbas inferiores. Por suerte supuso que no abría muchos criminales encerrados. Si realmente Mileena era quien estaba a cargo como suponía Jade, seguramente no abría nada vivo. El hedor a sangre y putrefacción le indicó que no estaba muy errado. Ya sean criminales anteriores al cambio de poder o no, las celdas solo tenían restos en elevado estado de descomposición. Se sentía cansado, le había costado mucha energía escapar del encierro, y lo lúgubre del lugar no ayudaba.
Pese a su estado, logró sentir el pequeño destello de energía, y correrse hacia el costado para esquivarlo.
“Bien, bien, mira quien está aquí”, se escuchó una voz alegre y desalmada, “parece que el maestro Borraicho intentó atacarnos y cayó en la trampa”.
Borraicho sonrió, “muy pocas veces hemos estado cerca, pero recordaría esa voz. Tenía entendido que habías muerto”.
De entre la oscuridad salió una figura, con dientes filosos y grandes, y una mirada asesina, “sobreviví a que un monje Shaolin me cortara a la mitad, y ya ni siquiera me quedan marcas, ¿creías que un Shokan rompiéndome el cuello sería suficiente para acabar conmigo?”.
Borraicho observó con detenimiento a Baraka, “no, supongo que no”.

Li Mei no sabía bien que hacer. No importaba a donde fuera, mas soldados se encontraba. Ya había tenido que luchar contra varios y el cansancio la frenaba, pero no siempre podía esquivarlos. No sabía dónde estaba el maestro, pero sentía que lo necesitaba cerca.
Luego de ver luz al final de un pasillo, se acercó en llegar a él, pero cuando salió al otro lado, una gran reja cerró su camino. Se encontraba en medio de un gran patio, circular con un jardín y una fuente central, en la que se encontraba una hermosa estatua representando a los dioses Argus y Delia. Sin embargo, aunque el lugar era bello, su forma no hacía más que recordarle la arena del torneo. No tardó demasiado en llenarse todo el lugar de guardias, más de los que había visto hasta el momento. Sabía que tenía que pelear, así que se quitó su túnica, ya bastante rasgada, debajo se veía un uniforme muy similar al que había utilizado en el torneo. Una bikini rosa oscuro, con muñequeras, botas y hombreras. Estaba preparada, si este era su final, que así fuera.
“Yo me encargare de esto, márchense”, se escuchó una voz, que por momentos parecía hermosa, pero a la vez tétrica. Una figura ingresó del lado contrario, vestía un traje azul similar al de un ninja, con el rostro oculto, y portaba dos abanicos metálicos que se veían muy filosos, “vayan a buscar a los demás intrusos”.
Los soldados se vieron extrañados entre sí, pero finalmente obedecieron y se fueron marchando por donde habían llegado.
“Bien, me estaba cansando de esta farsa”, la muchacha arrojó los abanicos al suelo, y sacó dos armas muy diferentes de su espalda, “bueno, muñequita, las cosas como estas son muy parecidas a las que tienes, y no son fáciles de encontrar, así que supongo que serán mías”, Mileena esgrimió sus sais, exactamente iguales a los que Li Mei tenía, “no me gusta que jueguen con mis cosas”.

Jade esquivaba con gracia las esferas de energía que Tanya le arrojaba. Aun pese a la furia no iba a perder la compostura. Ya le había costado mucho, y ahora estaba demasiado cerca como para cometer un error.
Antes de que su rival pudiera darse cuenta, cargó su cuerpo con energía, y salió propulsada. Ya nada de lo que hubiera en su camino la detenía, y le dio un fuerte puñetazo en el estomago, doblándola al piso.
“Nunca tuviste la habilidad para vencerme, eso se demostró durante tu último intento de golpe de estado, ¿o acaso lo olvidaste?”.
Tanya barrió a jade tirándola al suelo rápidamente y pegó un salto hacia atrás, sus manos en el lugar donde Jade la había golpeado.
“Esa vez tuviste ayuda de ese sujeto desconocido. Y yo era diferente”.
Cuando sacó las manos de la herida, Jade vio como la quemadura que le había dejado se iba regenerando.
“¿Qué clase de brujería es esta?”.
“De la mejor clase”.
Tanya coloca sus manos en el suelo, y de repente todo el piso se ve cubierto de llamas, causando que Jade se vea obligada a saltar, adhiriéndose a una columna, solo la cama donde se encontraban Sindel y Kitana permanecía a salvo.
“Estas llamas…, son del Netherrealm”, Jade recordaba su combate contra Scorpion, “¿cómo es posible?”.

Scorpion sentía como las gotas de la sangre de su enemigo avanzaban por su cuerpo, el brazo que portaba su espada comenzó a moverse por su cuenta, lentamente acercando el filo hacia su cuello. Luchó contra la fuerza que lo controlaba, pero estaba resultando inútil.
“No puedes resistirte”, le dijo Blestang, “mi sangre ha sido bendecida, algo antinatural como tú solo conseguirá la derrota”.
Pero entonces el sacerdote sintió una repentina ola de calor, que recorría todo su cuerpo, “¿qué estás haciendo?”, el calor crecía cada vez más, y no tardó en darse cuenta porque era. Scorpion estaba hirviendo, y toda esa energía se transmitía a las gotas de sangre, conduciéndose a través de la espada y llegando hasta el. Soltó su arma, y al caer la misma se deshizo en un charco rojo.
“No tan rápido”, Blestang estaba desorientado y no se dio cuenta lo que pasaba hasta que sintió la Spear en su pecho. Una vez más el calor se volvió irresistible, ahora a través del arma que tenía clavada en el pecho, hasta que finalmente el sacerdote cayó al suelo en llamas.
La habitación dejó de tener el extraño color rojo. Scorpion no dudó, y se teletransportó fuera ahora que podía.
El sacerdote siguió llameando por varios minutos, hasta que el fuego se apagó y lo único que quedó detrás fue una pila humeante. La misma se levantó, y con sus manos quitó la ceniza, mostrando su rostro pálido e impoluto nuevamente.

Borraicho esquivaba los rayos de Baraka saltando rápidamente entre las paredes del calabozo. Seguía cansado, pero aun así podría aguantar algo como esto.
“Maldito gordo, deja de saltar”.
“Supongo que tu presencia aquí confirma la sospecha de Jade. Mileena debe estar haciéndose pasar por la princesa”.
Rápidamente, Baraka saltó hacia él y dio un rápido movimiento con su Blade. Borraicho pudo sentirlo, pero se movió muy lento, y varios pelos de su barba fueron cortados. No obstante, incluso antes de que su enemigo completara el movimiento del brazo, ya estaba bien parado y lo empujó hacia atrás con un golpe con ambas palmas, estrellándolo contra una pared.
“De todas formas no debe haber sido tan fácil, Mileena estaba encerrada y tú estabas solo, y no creo que luego de haber sobrevivido a tu casi pelea con Goro te hayas quedado en Edenia”.
Baraka se levantó rápidamente y disparó un rayo con su Blade, Borraicho lo esquivó, pero antes de volver a posicionarse recibió una doble patada del Tarkata, que había saltado hacia él con ambas piernas estiradas. El golpe lo hizo rodar.
“No podrás sacarme un nombre, patético gordo. Sirvo a alguien que es superior a Kanh, Shinnok, La Alianza Mortal, y cualquier otro que haya osado dirigirme en el pasado”.
“¿Serviste a la Alianza Mortal?, vaya, creo que nadie había notado eso”.
“Estoy harto de esta basura”, Baraka se propulsó con su Blade extendida, pero terminó clavándola en una pared ya que Borraicho la esquivó, cuando se dirigió nuevamente al guerrero, este estaba muy serio, “no creas que me asustaras con esa expresión”.
“Como bien has dicho, no vas a decirme nada que me interese, así que no tiene sentido seguir jugando. Ese truco mágico de la barrera no hizo nada más que molestarme un poco”.
“Mientes, estas cansado, no puedes pelear al máximo”.
“¿Quieres ponerlo a prueba?”.
Baraka mantuvo la mirada con Borraicho, y no veía la más mínima flaqueza en el, podría seguir con la pelea, pero si el Maestro no mentía, no tendría nada que hacer. Medio resignado, terminó marchándose. El maestro casi cae al suelo arrodillado, efectivamente estaba muy cansado por haber escapado de la barrera, pero al menos el ardid había funcionado.
Un destello con azufre le hizo darse cuenta de que Scorpion había llegado.
“Veo que finalmente has logrado sentir mi presencia. Ha costado, pero te dije que podrías hacerlo”.
“Tuve otras complicaciones, ¿dónde están los demás?”.
“Supongo que arriba”.

Los Sais de Mileena y Li Mei chocaron una y otra vez.
“Muy bien, mi querida muchacha, veo que sabes manejar estas armas y no es solo alarde. Pero te falta mucho para superar a la maestra”, Mileena le propina una fuerte patada en la entrepierna a su rival tirándola al piso, “cuenta esto como tu primera lección, no debes jugar limpio”.
El dolor causa que Li Mei se llene de algo que hacía mucho que no sentía, furia, y se levanta con el arma en alto, pero no da en el blanco, Mileena solo se corre hacia el costado, propinándole un codazo en la espalda, seguido de un profundo corte con uno de los sais. A continuación rueda por el piso como una pelota, haciendo que Li Mei tropiece.
“Y así termina la clase”, Mileena arroja un rayo a través de sus sais, justo cuando Li Mei estaba intentando levantarse con esfuerzo. La chica sin embargo lo frena con la mano, y termina relanzándolo, pero con tan mala puntería que solo logra golpear y destruir parte de una pared, “ya veo. Debes ser la que ganó el torneo de la Alianza Mortal. Eso explica las armas, ese maldito de Shang Tsung te las dio”.
El torneo de la Alianza Mortal, lo estaba recordando con claridad, el sufrimiento, el dolor, cada combate, Faired. Y había ganado, para nada, su pueblo había sido destruido. Le habían mentido, la habían usado solo como un simple juguete. Sintió la energía que llegaba a su cuerpo, aquello que estaba dentro de ella quería volver con su amo. Pero no, ya se había cansado de estar tirada, no lo haría de nuevo, y si esa cosa le daba poder, no lo perdería.
Mileena se sorprendió de ver como una extraña energía se arremolinaba alrededor de la chica, curando sus heridas. Lentamente parecía que una forma se estaba generando, como la de un gran guerrero, pero se desvaneció.
“¿Qué fue eso?”, pero antes de recibir una respuesta, Li Mei se precipitó sobre ella con gran rapidez. Levantó sus armas justo a tiempo para frenar la embestida, pero los golpes se sucedieron y la estaban haciendo retroceder. Y entonces, en el último embate, un poderoso rugido como el de un dragón salió con el golpe, y una potente ráfaga brotó de sus brazos arrojando a la falsa princesa contra las estatuas centrales que se destrozaron al instante.
“Maldita”, se levantó Mileena, el velo se le había caído y se veían sus horribles dientes, pero se los tapó rápidamente, “no sé como hiciste eso, pero no te saldrás con la tuya”, comenzó a gritar para llamar a los guardias, estos evidentemente se habían quedado cerca del patio pese a la orden de que se marcharan y el ruido de sus pisadas retumbaba con fuerza, pero Li Mei se aseguró de irse rápidamente. A los pocos que llegaron a verla los sacó rápidamente del camino con unos golpes y siguió andando. Tenía que volver al lugar donde se había separado de los demás, ahora estaba lista para pelear.
Al doblar en una esquina se sobresaltó al ver a Scorpion y Borraicho.
“Li Mei, estas bien”, se alegró el maestro.
“Maestro Borraicho, yo…, le doy las gracias por cuidarme todo este tiempo”, dijo la chica con una reverencia.
El maestro sonrió, pero Scorpion intervino.
“No hay tiempo para saludos, debemos ir hacia el lugar donde se separaron de Jade, esto se está llenando de guardias y no podremos hacerles frente mucho tiempo”.

El calor de la habitación era muy intenso, sin embargo, nada del lugar estaba siendo quemado, pero Jade sabría que su cuerpo si se vería afectado, esas llamas no eran normales.
“Siempre tan valiente, Jade, y ahora no puedes hacer nada”.
Con los ojos afectados, intentó recordar el lugar en la habitación donde ella le había dicho que siempre estaban, y al encontrarlo saltó agarrándose de la araña del techo, que cayó al suelo justo después de que se soltara, y en lo alto de un armario, rompió un compartimiento para sacar lo que buscaba.
Tanya reía, pero al instante algo pasó rozándole el costado, haciéndole un fuerte corte, no tardó en darse cuenta que se trataba de un afilado abanico. Desde lo alto del armario, Jade sostenía otro igual. Cargando su cuerpo con una ardiente energía, saltó al suelo, las llamas aun le hacían algo de efecto, pero aunque el dolor era grande, estaba dispuesta a soportarlo. Corrió con el arma en alto, no tenía la puntería como para arrojarlo y saber que tuviera un buen resultado, pero otra arma la detuvo. Su jabalina en las manos de Tanya.
“¿Por qué tienes eso?, no te pertenece”.
“Veo que estas molesta, perra, pero no te preocupes, en cuanto tu cuerpo se canse, las llamas te consumirán”.
Era verdad, el esfuerzo de mantener su cuerpo cargado era muy grande, y el dolor no ayudaba, iba a perder el forcejeo a ese paso.
Entonces un potente grito sónico impactó contra Tanya, arrojándola contra una pared, soltando la jabalina de Jade. Cuando esta se dio vuelta, vio a Sindel levantada jadeando con su hija aun sentada en su cama, sin reacción. Las llamas se desvanecieron.
“Vete, Jade, ya no tiene sentido que sigas aquí”.
“Pero mi reina…”.
“Ya he hecho más de lo que debía hacer por ti”.
En ese momento, un portal negro se abrió, absorbiendo a Kitana, sin que hiciera ningún sonido.
“¿Qué significa esto?”.
“Significa que el rey Dragón la ha traído de nuevo para sí, el castigo que merece Sindel por desobedecernos”, dijo Tanya, levantándose con esfuerzo, con sus oídos sangrando, mientras que otro portal se abría a su lado.
“No, no te escaparas”, gritó Jade, pero ya era muy tarde, Tanya se había marchado y el portal se cerró detrás de ella.
La puerta explotó en ese instante, y Scorpion, Borraicho y Li Mei ingresaron.
“¿Qué pasó aquí?”, gritó Scorpion.
“No importa”, contestó Jade, “debemos irnos”.
“El lugar esta sitiado”, habló Borraicho, “siento que hay barreras similares a la que me detuvo antes en las afueras, solo tenemos una forma de irnos”.
Scorpion asintió, “usar la energía que recibí de los Elder Gods para volver al Outworld, pero ya no podremos volver de nuevo aquí, solo tenía permitido un viaje a algún otro reino y el regreso”.
“Yo iré”, dijo Jade, “fui muy ilusa al no darme cuenta, pero Tanya no podía orquestar todo esto sola, la clave está en ese reino. Mi reina, debe venir con nosotros”.
“No”, Sindel se levantó y se secó las lagrimas.
“Pero mi reina…”.
“Mi ejercito tiene medios para rastrearlos si abren un portal aquí. Tendré que detenerlos hasta que se disipe completamente. No me mataran, seguiré siendo su reina aunque los enfrente. Fui una tonta, de haber actuado antes nada de esto hubiera pasado”, la reina toma la jabalina del suelo y se la entrega a Jade, “rescata a mi hija y tráela de vuelta. Sé que puedo contar contigo”.
Jade toma el arma, y luego asiente, “no la defraudare, mi reina”.
“Márchense ya”.
Jade se acerca a sus compañeros, y entonces Scorpion se encarga de activar el portal, llevándolos de regreso al Outworld, y dejando a la Reina Sindel sola.
Escucha los pasos de los soldados que llegan y cierra los ojos, mientras unas lágrimas caen. Mintió sobre lo de poder ser rastreados. Solo quiere evitar que aquello que ha construido, siga siendo una burla de lo que fue.

A kilómetros de distancia se escucha su grito, y el derrumbe total del Palacio más grande de toda Edenia hasta los escombros.

Continuara…

Avance: El lobo y el señor frio (ah, malisimo el avance).
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Re: Batalla de los 6 reinos: Engaño, capitulo 6

Mensaje por The ST. Jimmy » Sab, 03 Sep 2016, 22:36

Hicieron mierda a Blestang, le pasa por no ser el original (:wink)

Que decir, que decir. Lo que me gusta de esta temporada en especifico es que es mucho mas flashera que las demás. En parte porque, por lo que se, de MKD sabes poco y nada, y en parte porque la mayoria de la historia se basa en Shujinko y muy poco en lo que pasa entre MKDA y MKD. Lo que hace que leer tus partes acerca del presente sea mas entretenido. Por otro lado, también es copado ver tus partes de Shujinko (a ver si podes arreglar varios plotholes del Konquest). Aunque este capitulo, por alguna razón, no me termino de atrapar tanto como otros. En el presente habían tantas cosas dando vueltas que fue como muy rápido todo xD
Me choco el final, no me esperaba eso de Sindel.


Y bueno, ahora a esperar al próximo. Mientras tanto podría jugar de nuevo al Deception...SI ME ANDUVIESE EL DISCO. Porque leer este fic me hace querer volver a jugarlo (:cry)

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Re: Batalla de los 6 reinos: Engaño, capitulo 6

Mensaje por Error Macross » Jue, 27 Oct 2016, 22:42

Y con solo un mes y algo desde el capitulo pasado, aca vengo con otro masacote de 8 paginas para continuar esta historia, lo tenia empezado hace un tiempo, pero la mayoria de las cosas las escribi hace poco (basicamente la parte de Shujinko la tenia completa desde hace unos meses). Asi a priori me suena que esta temporada va a ser un poco mas corta que la anterior, ya que lo que tengo que desarrollar no es tan largo, mas alla de que tenemos tropecientas tramas paralelas que me van a quemar unos cuantos capitulos, como sea, alla vamos:

El pasado:

Shujinko no tardó demasiado tiempo en darse cuenta de que Ashrah no había echo una exploración exhaustiva para encontrar al misterioso guerrero llamado Ermac. La ex demonio parecía tenerle un pavor enorme a los lugares oscuros, y los evitaba. Aunque gran parte del Netherrealm se encontraba a la intemperie y el extraño cuerpo celeste rojo, muy poco parecido a lo que uno conoce como estrella, lo alumbraba continuamente, las montañas y salientes rocosas eran lo suficientemente notorias y grandes como para que los valles y cuevas fueran algo común. Nunca le habían gustado, siempre llenos de onis, muertos y a veces cosas peores. Pero sabía que si el tal Ermac no había sido encontrado por Ashrah, debía estar en uno de esos lugares.
Y así fue.
El sujeto se vestía con una ropa similar a la de un ninja, le recordó a los Lin Kuei, pero el color era rojo, y unas bandas negras alrededor de su rostro impedían que este se viera a excepción de sus ojos, que brillaban tenuemente. Se encontraba en el suelo, y se lo veía muy cansado.
“¿QUIÉN ERES-ES?, ALEJATE-TE”, la voz era profunda y llegaba hasta lo más hondo de Shujinko. El guerrero levantó el brazo, y una roca salió de la pared, solo para caer a los pies de Shujinko. Definitivamente Ermac la había movido, pero estaba demasiado débil como para que esto diera un buen resultado.
“Soy un aliado, mi nombre es Shujinko, y soy un guerrero del Outworld. Me mandaron a buscarte”.
Ermac lo miró, se veía la duda en sus ojos, pero no dijo nada.
“¿Qué te ha pasado?, habías desaparecido, el Emperador mandó muchos guerreros a buscarte. Pero la tal Ashrah los mató a todos excepto a mí, ¿ella te dejo así?”.
“NO…, ES ESTE REINO-NO… NO NOS DIMOS CUENTA, PERO NOS SEPARA-RA… LAS ALMAS NO PUEDEN PERMANECER UNIDAS EN ESTE LUGAR-AR”.
“¿De quién más hablas?”.
Ermac bajó la cabeza, “EL EMPERADOR ME HA DICHO QUE NO HABLE EN PLURAL-RAL… DISCULPA, PERO ESTOY TAN CANSADO-DO”.
Shujinko no le dio importancia, el sujeto no parecía estar para nada bien.
“Dime, ¿has encontrado el objeto que fuiste enviado a buscar?”.
“SI, SE ENCUENTRA EN LO ALTO DE ESTA MONTAÑA-ÑA. PUDE SENTIR SU ESCENCIA-CIA, PERO ANTES DE LLEGAR ALLÍ MI CUERPO EMPEZÓ A FALLAR, SOLO PUDE INGRESAR A ESTA CUEVA-VA”.
Shujinko ya tenía todo lo que necesitaba, pero cuando estaba empezando a salir vio a Ermac una vez más, y por alguna razón, sintió empatía.
“¿Sabes si hay alguna manera de ayudarte?”.

Shujinko las había visto en varias oportunidades a lo largo de su viaje, gigantescos monolitos rojos con inscripciones desconocidas. Eran más comunes en los primeros planos, aunque en las inmediaciones de las construcciones de la Hermandad de las sombras, solo quedaban sus bases, brutalmente destruidas. No tenía idea de que eran, pero se sentía extraño cerca de ellas, y con una gran calma. La primera vez que vio una resultó una gran decepción, ya que sentía que el Kamidogu estaría allí, y no era el caso.
Ermac no estaba seguro de que lo salvaría, pero recordaba que esas piedras permitían recuperar la energía a dominantes de la magia. Antiguos magos encerrados en el reino por sus crímenes las habían construido para que ellos y los que vengan después obtengan un descanso en medio de toda esa locura. Se llamaban Soul Stones.
Shujinko había visto una poco antes de su encuentro con Ashrah, ya no les daba importancia, y solo solía ir a ellas para descansar si no encontraba un buen lugar para ocultarse. Los onis no se les acercaban.
Ermac no era demasiado pesado, así que pudo llevarlo con algo de esfuerzo. Solo temía encontrarse a Ashrah, seguramente no vería con buenos ojos que ayudara a su enemigo. Ni siquiera sabía porque lo hacía, ya sabía dónde estaba el objeto que seguramente sería el Kamidogu, no tenía por qué preocuparse por algo así.
“Ya llegamos, Ermac”, dijo, mientras lo sentaba con cuidado en la base de la Soul Stone, la misma brillaba con intensidad, resaltando en comparación con la tenue luz de los ojos del guerrero. Este respiraba entrecortadamente, pero entonces sorpresivamente, volvió a iluminarse, y con un rápido movimiento salió flotando en el aire mientras sus manos se encendían con un aura verde, luego cayó con delicadeza en el piso.
“GRACIAS, SHUJINKO, NO ME SIENTO PERFECTAMENTE BIEN, PERO LO SUFICIENTE COMO PARA SEGUIR ADELANTE-TE”.
“Bien, pero creo que deberías volver al Outworld, no sabemos cuánto durara este efecto. Yo me encargare de obtener el objeto”.
De nuevo el rostro de Ermac parecía no confiar en Shujinko. Este mantuvo la mirada.
“DE ACUERDO-DO”.
Shujinko suspiró aliviado cuando Ermac se dio vuelta, pero un grito lo sacó de sus pensamientos.
“Supuse que estarían unidos ustedes dos, demonios”, era Ashrah, quien se dirigía hacia Shujinko con su espada levantada, “tu sufrirás primero”.
Shujinko contaba con poco tiempo para reaccionar, pero su mente se perdía entre las posibilidades, congelarla, arrojar energía, simplemente esquivar. Pero Ashrah se frenó en medio del aire, y con su mano libre comenzó a agarrar su cuello mientras parecía ahogarse. Al darse vuelta, Shujinko vio que Ermac tenía la mano en el aire.
“Suéltala, Ermac”.
“ELLA ES UN ENEMIGO, YA HA MATADO A SUFICIENTES DE NOSOTROS-OS”.
“Ella no tiene la culpa de ser así, simplemente cree en algo y está dispuesta a todo por ello”, las palabras de Shujinko fueron haciéndose cada vez más débiles a medida que continuaba. Entonces, su mente se perdió, pensando en lo que había dicho. Pero el sonido de Ashrah lo hizo darse cuenta de la situación.
Rápidamente levantó la mano, y con toda su fuerza de voluntad, logró copiar la telequinesis de Ermac, y por un breve instante, frenar el agarre que el ninja estaba haciendo.
Ashrah cayó al suelo con gracia, tomó su arma, y con una mirada de furia, desapareció en un destello de luz.
Shujinko se había cansado por el esfuerzo, pero sonrió, cuando entonces una enorme presión lo estrello contra la Soul Stone.
“¿POR QUE LA HAS DEJADO ESCAPAR-AR?”.
“Porque es como yo”, es lo que estuvo a punto de decir Shujinko, pero dijo otra cosa, “no era necesario matarla, por favor, Ermac, yo te salvé la vida…”.
El guerrero no parecía querer flaquear. Shujinko intentó usar su recién adquirida telequinesis, pero cada vez que empezaba a superar la fuerza que lo oprimía, su enemigo la aumentaba. De repente, la presión se detuvo y Shujinko cayó al suelo.
“NO CREO QUE SEAS UN GUERRERO DEL OUTWORLD…, PERO ES VERDAD, HAS SALVADO MI VIDA SIN TENER LA NECESIDAD DE HACERLO-LO. ADEMÁS, HAY ALGO EN TI, QUE ME RECUERDA A MI-MI”, Ermac comenzó a avanzar alejándose de la Soul Stone, “MI DEUDA ESTA SALDADA, SI ME HAS MENTIDO, LA PROXIMA VEZ QUE NOS VEAMOS SERA LA ULTIMA-MA”.
Shujinko vio como Ermac se alejaba, y con dificultad, se preparó para irse también.

Por suerte para él, lo más peligroso que se encontró fue simplemente un Oni muy grande con brazos en llamas. No quería volver a ver a Ashrah, pese a que la había salvado, no estaría muy feliz.
En lo alto de la montaña, se encontraba una extraña forma rocosa con un círculo azul interno, y detrás se encontraba un altar, donde residía un objeto. Este parecía un triángulo rojo con cuernos, pero Shujinko supo rápidamente de que se trataba. Era el Kamidogu del Netherrealm. Ya podría irse de ese reino para nunca más volver.
El recorrido de regreso fue largo, varias veces llamo a Damashi sin éxito. No recordaba mucho el camino, así que no estaba seguro de si estaba volviendo o avanzando más, hasta que en un momento la esfera de luz apareció.
“Shujinko, has conseguido el Kamidogu del Netherrealm. Disculpa, tenía mis dudas, hace muchos años que no nos habíamos visto de nuevo”.
“¿A qué se debe eso, Damashi?, me abandonaste poco después de entrar”.
“Mi presencia en este reino es peligrosa, las almas en este lugar tienen problemas para poder manejarse”.
“¿Almas?”.
“Si, Shujinko, alguna vez estuve vivo, como tú, pero ahora carezco de forma física. Mi espíritu es lo único que permanece en el mundo, sirviendo a los Elder Gods. Pero no importa eso ahora, te indicare como llegar al Nexus, no te encuentras tan lejos”.
“Gracias, Damashi, espero nunca tener que volver a este siniestro lugar”.
“Debo darte una mala noticia, Shujinko. Espero que no estés enfadado conmigo, pero no podía decírtelo sin interrumpir tu misión”.
“¿De qué se trata, Damashi?”.
“En el tiempo que estuviste aquí, se produjo un nuevo Mortal Kombat entre tu reino y el Outworld. Goro volvió a salir triunfante, asesinando a tu compañero Chang Kang”.
Shujinko se llenó de furia, “Damashi, se supone que esta misión tenía como objetivo mejorar mis habilidades para salvar al Earthrealm”.
“¿Cuándo dije eso?”, de repente la voz de Damashi se volvió tan profunda que asustó a Shujinko, “el único objetivo de esta misión es juntar los Kamidogus para salvar a todos los reinos, no solo al tuyo”.
“Lo siento, Damashi, fue la ira del momento, no volverá a pasar”.
“Aún le queda una última oportunidad a tu reino, dependiendo como estén las cosas, podrías participar en ese torneo, pero aún falta, ya veremos eso”.
Shujinko asintió resignado.

Luego de ingresar al Nexus, colocó el Kamidogu al lado del que ya se encontraba. Pese a que eran dos, no se sentía diferente que antes. Un ruido de pisadas lo sacó de sus pensamientos.

Al darse vuelta vio a un extraño sujeto, vestía una armadura dorada, con dos extraños pinches saliendo de sus hombros, y un rostro que recordaba a una calavera con una boca dibujada por encima. Un agujero en su estómago dejaba ver huesos que sobresalían.
“Te estuve esperando desde que dejaste el Kamidogu del Earthrealm, villano. No sé quién eres, pero lo que haces ingresando en este lugar y trayendo estos objetos es profano. Yo, el Campeón de los Elder Gods, Monster, estoy aquí para detenerte”.
“Te equivocas, yo soy el campeón de los Elder Gods, y esta es la misión que se me ha encomendado”.
El sujeto lo miró con duda en sus ojos, y respondió con una bola de fuego.

Hace unos meses:
Nightwolf medita frente a la fogata, su respiración y las llamas funcionando como una sola. De un grupo de cuencos brota un aroma intenso y penetrante. Se levanta, y uno por uno toma cada uno de estos, dibujando una serie de marcas en su cuerpo desnudo. Cuando termina, comienza a danzar, sus movimientos son erráticos y frágiles, pero perfectamente calculados. Su canto se suma al espectáculo, con palabras ininteligibles que nadie debería decir jamás. Sus marcas, de diferentes colores, se vuelven de color rojo, y comienzan a chorrear un líquido parecido a la sangre, que deja una marca detrás. Cuando Nightwolf para, se queda observando a la fogata, que se apaga, dejándolo solo con la luna y las estrellas iluminándolo. Permanece ahí, mientras una gran sombra comienza a crecer desde donde las llamas crepitaban hace tan solo un momento. Esa sombra ruge, un sonido que parece una mezcla de ira y tristeza. Nightwolf la observa, y solo abre sus manos, como queriendo dar un abrazo. La sombra se extiende y se mueve hasta golpear contra su pecho, metiéndose dentro. Nightwolf siente el dolor, pero permanece allí quieto, hasta que el proceso termina, y la fogata vuelve a prenderse.

El sol está próximo a salir cuando Nightwolf termina de limpiarse, dejando solo unas marcas en todo su cuerpo, las de alrededor de sus ojos. Marcas de guerra, y es allí a donde ira. Termina de vestirse al colocar su cinta azul alrededor de su frente, y se dirige hacia el lugar donde realizó el ritual. El fuego se está extinguiendo.
“Ábrete”, dice, y entonces, apagando el fuego completamente, un portal violeta se abre.
Nightwolf inspira, solo al hacerlo se da cuenta de cuanto ha sacrificado para este ritual, de todo el dolor que tendrá que sentir el resto de su vida. Pero no importa, algo peligroso se encuentra en el Outworld, y allí tendrá que ir. Y sin dudar ni siquiera un segundo, se arroja al portal.

Este no es nuestro mundo, este es el mundo:
Mortal Kombat, Batalla de los 6 reinos: “Engaño”: capítulo 7: “El lobo y el frío”.

Sub-Zero mueve la nieve bajo sus pies, encontrando debajo aquello que no quería ver de esa forma. Los restos de una choza. Allí no encontrara lo que busca.
Es raro que nieve en el Outworld, pero hay ciertos lugares, en lo alto de las montañas, donde es algo bastante común. A él no le molesta en lo absoluto, es más, le gusta, sabe que lo acerca a lo que está buscando.

Recuerda cuando fue que encontró la primera, ya han pasado casi dos años. Se había recuperado de su pelea contra Frost. Intentó mover la estatua en la que se había convertido la chica, sin éxito. Luego de encargarse de una pequeña cosa, intentó ver que abría pasado con sus compañeros, pero no sabía nada de ellos, seguramente ya se abrían dirigido hacia la fortaleza de la Alianza Mortal.
Los esperó en la base, pero no tardó demasiado en darse cuenta de que ya no iban a aparecer, no quería suponer lo peor, ¿pero que más podría hacer dadas las circunstancias?
Sabiendo que por sí solo no podría hacer nada, decidió volver al Earthrealm. Pero antes quería darle un último vistazo a Frost.

El camino que recorrió era distinto al que había usado para volver, ya que no pasó por el punto de encuentro que había establecido con Rayden y los cinco guerreros. Pero nunca esperó que fuera tan sorprendente.
Se encontró con los restos de un antiguo poblado, comenzó a recorrerlo, parecía abandonado desde hace muchos años. Le resultaba extraño que algo así pudiera existir en un lugar tan lejano. Se encontraba muy cerca del punto donde Rayden los había juntado, y en parte lo habían elegido porque estaba alejado de todo, un sitio del Outworld donde cultivar era difícil ya que el clima prácticamente no existía, no había vientos fuertes, no había lluvias, no había nada.
Algo llamó particularmente su atención, un pequeño brillo que sobresalía de una casa un poco más grande que las otras. Al abrir la puerta, se encontró con una gran silla, no era especialmente opulenta, aunque si en comparación con las demás del lugar. Pero no fue eso lo que lo sorprendió. Fue que estaba totalmente echa de hielo.
Palpó la estructura, estaba muy fría, demasiado. Posiblemente mataría a cualquiera que se sentara en ella si no fuera alguien como él. No cualquier persona podría hacer algo como eso, algo que siguiera existiendo muchos años después de su muerte.
Siempre conoció a muchos usuarios de hielo, miembros del Lin Kuei con un cierto grado de manejo del frio. Algunos eran realmente asombrosos, pero casi ninguno llegaría a hacer algo como esto. Solo su padre, su hermano, el…, y Frost.
Su padre lo llamaba el poder Kori, un grado de congelación superior, algo que no surgía por entrenamiento, sino que era innato. Hasta que conoció a Frost, Sub-Zero nunca pensó que alguien más pudiera alcanzar algo como eso fuera de su familia. Por esa razón pensó que se trataba de su hermana perdida. Su hermano mayor le había dicho que habían tenido una hermana, y que aparentemente estaba muerta, pero ellos nunca tuvieron una buena relación, y más allá de esos pequeños detalles, no le dijo nada más. Los Lin Kuei antes de su liderazgo no permitían mujeres, sin importar que tan poderosas fueran, así que es muy posible que la hubieran expulsado, y su hermano la hubiera dado por muerta. Siempre habían sido sanguinarios, pero que hubieran asesinado a una chica, posiblemente muy pequeña, era una posibilidad en la que no quería pensar.
Reviso casa por casa, completando la mayor cantidad de información posible. Quedaban pocos libros, escritos en un idioma que no entendía. Sin embargo, su entrenamiento con el Lin Kuei no era solo de combate. Algunas letras no dejaban de ser similares a las del lenguaje principal del Outworld, que sabía dominar a la perfección. La gramática también era similar, lo que indicaba un origen en común, aunque con una divergencia muy antigua.
Fueron bastantes días de trabajo, sin detenerse salvo para dormir o alimentarse, no había muchos libros, pero si suficientes como para que se hiciera a la idea de cómo funcionaba el idioma. Y eventualmente, aunque no de manera perfecta, pudo leer.

Este pueblo pertenecía a los Cryomancers, una raza de seres muy similares a los humanos, pero con un poder especial, la capacidad para extraer temperatura de sus alrededores, y de esa forma congelar y dominar el hielo. Vivieron en conjunto al resto de los seres del Outworld durante mucho tiempo, cuando el Rey Dragón gobernaba, pero todo cambió cuando Shao Kanh asumió el poder. Kanh veía a los Cryomancers como una fuerza militar en potencia muy peligrosa, pero estos no buscaban pelear, eran artistas y artesanos, que odiaban la violencia en todas sus formas. Pero entonces esta le llegó a ellos.
Durante muchos años los Cryomancers resistieron, pero no podían hacerlo contra todas las fuerzas del Outworld. Su longevidad era muy baja en comparación con las otras especies del reino, parecían habitantes del Earthrealm. Entonces decidieron desaparecer, mantenerse ocultos en lugares alejados. No es la primera vez que pasaba, los Shokans de seis brazos se habían ido hace mucho, y Kanh no los había encontrado.
Durante muchos años los Cryomancers siguieron su vida de esa forma, cada poblado se encargaba de la producción de alguna clase de elemento necesario. Ninguno podría sobrevivir solo, ya que los lugares que habían elegido no ofrecían todo lo necesario, pero manteniendo una relación estrecha, si podían hacerlo. Y es fácil transportar algo cuando puedes mantenerlo congelado el tiempo necesario sin problemas.
Rara vez se vieron involucrados con otras razas del Outworld, su gran parecido con los humanos les permitía mantenerse ocultos entre ellos las pocas veces que fuera necesario. Sin embargo, nunca uno de ellos abandono su hogar para marcharse con otros como ellos.
Pero entonces llegó la plaga, y los golpeó con fuerza. Sus cuerpos se enfriaban, hasta que finalmente cualquier muestra de calor corporal los abandonaba, y morían. No pudieron encontrar forma de purgarla, y esta se expandía sin final. Todos los pueblos Cryomancers fueron afectados, era claro que esto debía ser obra de Kanh, que de alguna forma encontró la manera de al menos asegurarse que ninguno de ellos pudiera detenerlo.
Eventualmente ya no había forma de mantener los pueblos, los cadáveres llenaban los cementerios, y los nacimientos no cubrían la falta. Bajo esa situación, la comunicación entre las aldeas se cortó, el hambre lentamente los mataba cuando la enfermedad no les había llegado aún. Solo unos pocos parecían ser inmunes realmente a esta. Y se dedicaron a encontrar la forma de salir de allí.
Aparentemente lo hicieron, pero no dentro del Outworld, se marcharon al Earthrealm. Un lugar alejado, donde la ira del Emperador no pudiera llegarles.
Mucho de esto Zero lo fue confirmando al ir encontrando otros antiguos pueblos abandonados. Por suerte, los mapas aún se podían leer, y así se dedicó a rastrear y entender esta antigua cultura. Era bastante claro que se trataba de sus antepasados.
Sus deberes como Gran Maestro se encontraban en el Earthrealm. Pero solo fue de nuevo allí para justificar su marcha, dejando a cargo a varios de sus hombres de confianza. No tenía tiempo para preocuparse por el clan, al menos, no ahora.

En uno de los últimos pueblos que había visto, había encontrado la extraña armadura que ahora portaba, poderosa y resistente, algo en ella amplificaba sus poderes de frio, pero no se sentía como el medallón, este objeto no intentaba doblegarlo, no quería controlarlo, era calmo, como echo para alguien como él.
Si sus registros estaban confirmados, solo le quedaban dos lugares más que revisar, posiblemente en medio año todo habría terminado, pero había otra cosa pendiente.
Lo vio al doblar en un risco, la nieve caía sobre él, pero no parecía reaccionar. Vestía una armadura negra con articulaciones amarillas que tapaba todo su cuerpo, como un extraño y humanoide escarabajo. Un penacho rojo en la cabeza era su único adorno notable, y un visor le permitía ver a través del casco.
“Supongo que no vas a decirme nada, ¿verdad?”.
Como si fuera una respuesta, el sujeto sacó un bastón de su espalda que se estiró para formar una lanza con la punta aserrada y se dirigió hacia él.
Sub-Zero fue rápido, y lanzó una descarga de hielo, no hacia el sujeto, sino hacia su lanza, pero este realizó un rápido movimiento giratorio evitando que la ráfaga llegara. Un pequeño tintineo sonó en el arma, el Lin Kuei sintió el calor que estaba emanando de ella. Este no caería en el mismo truco que su compañero anterior.
¿Quiénes eran estos sujetos? Sub-Zero no lo sabía, pero lo habían estado atacando continuamente desde hacía un tiempo, nunca hablaban, solo se enfrentaban a él. Sus capacidades de combate eran muy elevadas, y cada uno solía ser superior al anterior. No gritaban de dolor sin importar que método usara el guerrero para vencerlos. Su suposición era que tendrían algo que ver con la Alianza Mortal, o al menos eso entendía, tal vez eran los antiguos soldados del Rey Dragón de los que Rayden les había comentado, pero las descripciones no parecían coincidir. Podían tener que ver con los Cryomancers, y con alguien que no quisiera que la historia de esa antigua raza se supiera, pero hacía muchos años que no había ninguno de ellos en el Outworld, ni tenían ninguna clase de información que valiera la pena proteger, así que era una posibilidad bastante baja.
Este al igual que todos los anteriores, era muy capaz, y el intercambio de golpes duró un largo rato, el calor del arma era algo nuevo, y el Lin Kuei la sentía con cada acercamiento, el más mínimo toque no solo lo cortaría, sino que también le causaría graves quemaduras.
Aprovechando un movimiento hacia delante de su oponente, Sub-Zero generó una espada de hielo, y atravesó limpiamente su cuerpo. Ningún grito, solo se desplomó al suelo.
Viendo el cuerpo caído de su enemigo, Sub-Zero no llegó a darse cuenta de que otro igual se preparaba para atacarlo por la espalda. Una misteriosa flecha de energía atravesó la cabeza del misterioso guerrero de lado a lado, y también cayó al suelo.
Sub-Zero se dio vuelta justo para ver como la flecha se desvanecía, y le trajo recuerdos en los que hace mucho no pensaba. Y al darse vuelta, lo vio a él.
“Nightwolf”, dijo, no tenía más palabras para decir.
“Sub-Zero”, le contestó su antiguo compañero, con cierta dificultad, y le dio un corto pero afectivo abrazo.
“Yo…, lo siento tanto…, lo que pasó…”.
“No es necesario, yo no guardo rencores contigo, ya ha pasado mucho tiempo”, las palabras parecían tener dificultades para salir, “y también mucho tiempo sin que estuviera con un compañero nuevamente, así que mis disculpas si mi manera de expresarme es un poco tosca”.
“¿De qué hablas?”.
“No importa ahora, gracias a ti he logrado conectarme y viajar al Outworld, eres el único aliado al que he podido sentir”.
“¿Acaso has venido para enfrentarte a la Alianza Mortal?”.
“¿Así se llaman los causantes de esta energía oscura que he sentido desde hace unos meses?”.
“Ya lleva más de un año desde que han tomado el control aquí”.
“Entonces creo que es algo distinto lo que he sentido”.
“Yo…, he estado preocupado por otras cosas, tal vez las cosas han cambiado. Pero si soy el único al que has podido sentir, significa que mis compañeros fallaron en su misión como me temía”.
“¿Acaso Liu Kang ha muerto?”.
“Es mucho más complicado que eso”.
Sub-Zero cuenta la historia, Nightwolf oye con detalles y no dice nada hasta que todo ha terminado.
“Ya veo, si, han sido grandes pérdidas”.
“Nightwolf, estos meses he estado perdido en una situación personal, pero creo que es el momento de que de por finalizado eso y vuelva a luchar por el bien, si algo terrible se avecina, necesitaremos toda la ayuda posible”.
“¿Qué hay de tus atacantes?”, Nightwolf se dirige hacia donde habían quedado los cuerpos, pero ya no están ahí, “¿han podido escapar?, deberían estar muertos”.
“No sé quiénes son, sus cuerpos se deshacen siempre que la pelea termina, nunca hablan ni dejan rastros”.
“Se ve que hay alguien a quien le parece muy importante matarte”.
“El Lin Kuei tiene muchos enemigos, además de los que yo mismo me he hecho con el tiempo. Contactare con mi clan, para obtener refuerzos, es lo que debí haber hecho antes”, Sub-Zero se concentra, pero algo extraño pasa, “no puedo sentir los portales de mi clan, se supone que debían permanecer abiertos conectando ambos reinos”.
“Seguramente alguien se ha encargado de cerrar los portales”, dice Nightwolf, “pero hay alguien que podría ayudarnos”.
“¿Quién?”.
“He sentido su presencia, y aunque en su momento fuimos enemigos, sé que te protege, y de no haber sido por él, ni siquiera hubiera sabido lo del ataque a mi pueblo”.
Sub-Zero asiente al darse cuenta de quien habla, y juntos marchan hacia el encuentro.

Continuara…

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Re: Batalla de los 6 reinos: Engaño, capitulo 7

Mensaje por The ST. Jimmy » Dom, 30 Oct 2016, 03:23

Zuaz, me había re olvidado que Shujinko planeaba participar del 9no torneo. Esos detalles que uno olvida con el tiempo xD
Esta vez la parte de Shujinko estuvo mas tranca, aunque me gusta como se puede ver un desarrollo en el personaje. Ya no es el pibe enojoso e impulsivo que entreno Bo'Rai'Cho. Esta lejos de ser alguien 'bueno' pero ya se le empieza a ver un lado mas bondadoso.

El presente me copo mas. No se, no paso mucho que digamos, pero siempre me gusto el Sub-Zero que presentas en tus historias. Quizá es porque va mas acorde a mi visión de Sub-Zero, ni idea, pero me copa leerlo. Lo que si, no recuerdo si Sub-Zero se cruza con Nightwolf en MKD o si esa parte fue exclusiva tuya (y me tomo un rato sacar a los guardias del Seido, me había olvidado que Hotaru cazaba a Subby :P ).

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Re: Batalla de los 6 reinos: Engaño, capitulo 7

Mensaje por Error Macross » Lun, 31 Jul 2017, 23:23

Bueno bueno bueno, han pasado muchas cosas, creo que desde la ultima vez que entre al foro hubo cerca de 3 o 4 caratulas diferentes, pero aquí estoy, aun no completamente de regreso, porque no me voy a leer nada de lo que se vino subiendo en estos meses, pero si para traer este capitulo, que escribí en febrero..., si, no es joda, han pasado cosas personales y por eso nunca me puse las pilas para hacerle las correcciones ortográficas y revisarlo, pero bueno, hoy no se porque me puse a pensar en batalla y lo abandonado que estaba, y le hice todo eso para publicarlo de una buena vez.

El guerrero que peleaba contra Shujinko era posiblemente el sujeto más fuerte contra el que alguna vez se había enfrentado. Sus movimientos eran diferentes a todo lo visto alguna vez. Eran toscos, firmes, potentes. Parecían estar basados en una potente fuerza física más que en una técnica de alguna clase. No ofrecían nada que fuera interesante para que Shujinko copiara, pero aun así eran muy poderosos. Cada vez que el antiguo monje y Lin Kuei llegaba a propinarle un golpe, no lo movía ni siquiera un milímetro.
Decidió probar con algo distinto, y arrojó una ráfaga de poder Kori, pero unas gigantescas llamas cubrieron a su enemigo y anularon completamente el ataque. Entonces Shujinko utilizó la telequinesis de Ermac. Monster se vio afectado por esta y fue empujado hacia atrás, pero con fuerza siguió avanzando, cada paso era un esfuerzo sin igual, pero podía moverse de todas formas. La concentración de Shujinko mermaba cada vez más y el sudor caía por su frente.
“Maldita sea, ¿qué se supone que eres?”, gritó, pero no hubo respuesta. Aprovechando un momento de desconcentración, Monster arrojó una ráfaga de fuego, que estuvo a punto de quemar al guerrero, que cayó al suelo.
Su enemigo no tardó en acercase, sacando una espada, Shujinko sabia pelear contra un arma así, pero no con las manos desnudas.
Sin embargo, el golpe no fue realizado, Monster se había quedado, detenido con el arma a punto de atravesar a Shujinko. Este no pudo entender nada, pero sin preocuparse demasiado, se levantó con una patada.
Monster se desorientó con esto, y tambaleándose lentamente, cayó en uno de los portales del Nexus. Shujinko pudo reconocer que era aquel que llevaba al Netherrealm.
“¿Qué fue todo eso?, Damashi, presentante”.
La esfera de energía apareció al momento, “bravo, Shujinko, has vencido a ese impostor”.
“¿Impostor dices?, ¿Cómo sabia la ubicación de este lugar?”.
“No lo sé, Shujinko, pero ten en claro que tú eres el único campeón de los Elder Gods que existe. Este guerrero seguramente fue creado por alguien para enfrentarse a ti, pero gracias a mi ayuda pudiste vencerlo”.
Shujinko se quedó observando el portal que llevaba al Netherrealm, pero no tenía palabras para decir.

Este no es nuestro mundo, este es el mundo de:
Mortal Kombat, Batalla de los 6 reinos, “Engaño”, capitulo 8: “Los nuevos cinco guerreros”.

La cabeza del soldado del rey Dragón rodo por los suelos con un sonido hueco.
“Nada..., nuevamente”, dice Scorpion, quien acababa de arrojarla, “estos soldados no dicen nada, no sienten dolor, a duras penas piensan”.
“Tal parece que tendremos que buscar otra forma de obtener información”, dice Borraicho, “o vender las cabezas, ya has juntado bastantes”.
Scorpion levanta la cabeza y la arroja contra uno de los arboles vivientes, que la devora con placer.
“El objetivo era llamar la atención de las tropas y que vinieran con algún general importante. Pero no sirvió de nada, Onaga no está tomando ninguna decisión debido a nosotros. Los mercenarios solo reciben su paga de estos soldados y son los únicos que parecen estar interesados en capturar personas inconvenientes. No parece haber cabecillas ni nadie dirigiéndolos”.
“Aun así, estos soldados ocupan gran parte del Outworld, es difícil no encontrar alguno de ellos en cada ciudad o pueblo”.
“Onaga necesita algo, no sé qué es, pero estos soldados lo están buscando. Sea lo que sea debe ser la clave para derrotarlo”.
Se escucha el ruido de unas ramas rotas, y Jade llega al lugar.
“Antes de que lo pregunten, no tengo nada. En ningún lugar saben algo, los soldados se encargan de cobrar los impuestos comunicándose por escrito y nada más”.
Scorpion da un puñetazo de fuego partiendo al medio a uno de los arboles vivientes.
“Bueno, ese es un árbol menos que pueda hacernos daño”, sonríe Borraicho, “voy a hacer un poco de té”, un árbol ruge en ese momento, “lo siento, creo que no alcanzara para ti”.
“Maldición, no es tiempo para tés”, grita Scorpion, “se suponía que llegado a este momento deberíamos haber tenido un ejército Edeniano con nosotros, los cuatro solos no podremos ingresar a la fortaleza”.
“En este momento solo resta esperar a que llegue Li Mei con algo de comer. Luego veremos que otras posibilidades tenemos, tal vez los Shokans ya hayan establecido un nuevo gobierno luego de la muerte de Goro y puedan sernos de ayuda”.
“No”, interviene Jade, “lo último que supimos de ellos en Edenia es que seguían en guerra civil. Además los Centauros se han aprovechado de la situación para realizar ataques regulares. No creo que Onaga haya dejado eso a la deriva, es posible que ya haya solucionado todo e iniciado nuevos pactos de no agresión”.
“Los Shokans de seis brazos ya intervinieron debido a mí una vez, pero no creo que quieran ir en contra de Onaga sin tener algún justificativo que les demuestre que es un peligro para su paz”, Borraicho se dirige a Scorpion, “¿los Elder Gods no te dieron nada que pueda ser de utilidad?”.
“No, no les gusta ceder información, solo me dijeron que Onaga era un peligro para todos los reinos si se cumplían sus objetivos”.
“¿Algo más?”.
“No quiero hablar de eso”.
Un ruido se escucha entre la maleza.
“Ah, debe ser Li Mei”, sonríe Borraicho, pero en vez de eso aparece un lobo, que los observa con detenimiento, y luego se va corriendo.
“Rápido, eso no era un lobo común”, Scorpion se teletransporta, y todos proceden a correr hacia el animal. Este sin embargo es sorprendentemente rápido y esquiva como un destello los distintos arboles hasta llegar a un páramo donde se encuentra otra persona, ahí lentamente la figura cuadrúpeda se levanta hasta volverse una forma humana completamente.
Scorpion llega un poco antes que los demás, “te reconozco, ¿pero quién es el que te acompaña?”.
“Scorpion, maestro Borraicho, es un gusto volver a verlos”, dice el sujeto que viste una armadura, y se quita el casco. Aunque el ex Shirai Ryu no lo había visto hace años, reconoce el rostro extrañamente avejentado de Sub-Zero.

“Entiendo” dice Sub-Zero mientras toma él te, “debí haber estado ahí para ayudar a los cinco guerreros. Las cosas no tendrían que haber terminado de esa forma”.
“Descuida, joven Sub-Zero”, le dice Borraicho, “yo tampoco estuve ahí, y creo que nuestra presencia solo hubiera conllevado nuestras muertes”.
“Ese tal Onaga debe ser el causante de la energía oscura que me atrajo a este reino”, prácticamente era la primera vez que Nightwolf hablaba desde su llegada, arrastraba las palabras con dificultad, “siento su presencia, pero a su vez siento que falta algo, algo poderoso. No estoy del todo seguro, este lugar está demasiado afectado por toda la magia usada sin control”.
“Llegaste hasta nosotros gracias a la energía de Scorpion, ¿verdad?”.
“Si, hace un tiempo nosotros tuvimos un pequeño incidente, pero las circunstancias eran muy diferentes”.
Nightwolf observa a Scorpion, este no dice nada.
“Lo importante es el ahora”, dice Sub-Zero, “estamos aquí, y uniendo nuestras fuerzas tal vez podamos derrotar a Onaga y evitar lo que sea que este tramando. Con un poco de suerte creo que aún hay guerreros que puedan convertirse en nuestros aliados”.
Nightwolf siente otra esencia conocida en el Outworld, tan poderosa que para sus sentidos es como un gigantesco faro, pero no dice nada al respecto, esa persona nunca podría convertirse en un aliado.

El susodicho camina con dificultad, como perdido en la nada. Hace poco tiempo fue liberado de su encierro, pero no sabe qué hacer con su nueva situación, necesita un nuevo rumbo.
“Creo que eres el indicado para ayudarme”, escucha la voz dentro de su cabeza.
“DIME-ME”.

El silencio es roto por Scorpion que toma la palabra.
“Dijiste que sientes algo extraño en la presencia de Onaga”.
“Si, eso dije”.
“¿Puedes sentir que es eso que le falta?”.
“No estoy seguro, ya dije que me cuesta mucho comprender este reino, te encontré a ti solamente porque estabas muy cerca nuestro”.
“¿De qué hablan?”, pregunta Sub-Zero.
“Los soldados del Rey Dragón parecieran estar registrando el reino”, comenta Borraicho, “como buscando algo”.
“Unos soldados han estado atacándome a mi desde hace un tiempo, pero no creo que sean los mismos”.
En ese momento, Borraicho reacciona como si hubiera recibido un golpe, “Li Mei está en problemas, síganme”.
Todos se mueven rápidamente, y encuentran a la chica engarzada en un combate contra uno de esos misteriosos soldados que habían perseguido a Sub-Zero. La lanza choca contra los sais mientras la chica intenta frenar el ataque.
“Es uno de ellos”, grita Sub-Zero.
“Esa armadura, creo reconocerla de algún lado”, dice Borraicho sorprendido, “pero no tiene sentido”.
Todo pasa muy rápido, el guerrero retrocede al darse cuenta de su inferioridad numérica, pero recibe un espadazo de Scorpion que se teletransporta detrás suyo y cae al suelo arrodillado.
Lentamente puede verse como un humo de color verde empieza a desprenderse del sujeto arrodillado mientras su cuerpo parece deshacerse. Borraicho llega rápidamente al lado del guerrero y extiende su mano.
“No”, como si fuera una orden, un destello temporal cubre al soldado y el proceso se detiene, ya no saliendo más humo de él.
Scorpion arranca el casco con brutalidad, viéndose un rostro muy pálido de largos cabellos blancos debajo.
“¿Qué significa esto?”, grita sin entender, “mi armadura..., debería estar muerto”.
“¿Quién te envía?”, grita Scorpion.
“No, no lo diré, ya fracasé en mi misión, me corresponde la muerte”.
“Tendrás mucho más que eso”, al instante, la armadura empieza a quemar al rojo vivo por el contacto con el Shirai Ryu, el soldado grita por el dolor.
“Scorpion, detente”, Sub-Zero avanza pero Nightwolf lo frena.
“Si quieres morir, dime quien te envío”, vuelve a gritar Scorpion.
Borraicho levanta la mano, y el soldado se da cuenta que de alguna forma, pese al dolor, pese al sufrimiento que tiene, él no está dejando que su alma deje su cuerpo.
“No, no diré nada”, entonces Scorpion saca un cuchillo y con la hoja a una elevada temperatura, atraviesa uno de sus ojos.
“¿Nadie va a hacer nada?”, grita Sub-Zero, pero ni Jade ni Li Mei ni Nightwolf se mueven.
“Por favor, para..., vengo del Seido, del Orderrealm”.
“¿Por qué?”, pregunta Borraicho, más serio que nunca.
“Hotaru nos envía, para acabar con el Gran Maestro de los Lin Kuei, Sub-Zero”.
“¿Qué obtiene el con eso?”.
“No..., por favor...”.
“Habla”, grita Scorpion.
“Es parte del acuerdo..., del acuerdo que hizo con Onaga, es un guerrero muy poderoso que podría ser un peligro, y Onaga quiere su cabeza..., por favor, eso es todo, mátenme”.
Scorpion mira a Borraicho como esperando una confirmación, y luego, con un rápido movimiento, le rompe el cuello al guerrero.
“El Orderrealm ha formado lazos con Onaga, no esperaba algo así”, dice Borraicho.
“¿Qué significa eso?”.
“Seido es un lugar particular, siempre se han mantenido lo más lejos posible de los demás reinos. Consideran que todo a su alrededor es Caos, incluso sus propias vidas, y se dedican continuamente a intentar establecer un orden absoluto. Que hayan forjado una alianza con el Outworld me preocupa. No veo que podrían obtener de positivo con algo así”.
“Hay una antigua aldea”, interviene Jade, “hace muchos años Hotaru y sus hombres tomaron control de ella. Nunca pudieron expandirse, pero los intentos de Shao Kanh de sitiarla siempre fueron en vano. Puede ser un buen inicio para intentar descubrir el plan de Onaga”.
Borraicho asiente mientras Scorpion carboniza totalmente al soldado del Seido y su armadura.
“Yo no voy”.
Todos se dirigen hacia Sub-Zero, que es el que ha hablado.
“¿Qué no vieron lo que fue esto?, ¿en que nos diferenciamos de aquellos contra los que queremos combatir si hacemos algo así?”, nadie contestaba, “Hanzo, ¿recuerdas esa vez que hablaste conmigo luego de salvarme contra Tsung?”.
“Si”, contesta Scorpion.
“Me dijiste que yo debía seguir adelante para enseñarle a todo el mundo aquello que mi hermano y tú nunca pudieron”.
“Es verdad”.
“¿Y entonces?”.
“¿Entonces qué?, esto no es el Earthrealm, es el Outworld, este lugar putrefacto donde sus habitantes nunca han hecho nada para cambiar. Si, el mundo necesita más como tú, eso es verdad, pero este lugar no se los merece, los asesina, como hizo con los cinco guerreros y con Liu Kang. Vete si no te gusta”.
Sub-Zero mira a todos, y se da cuenta que nadie lo va a acompañar, “está bien, me encargare por mi cuenta de solucionar esto. Tal vez nos volvamos a encontrar”.
El guerrero de hielo se marcha, dejando a los demás allí.
“Es particular...”, comienza Borraicho, “que seamos cinco. Allí donde los Cinco guerreros fallaron, nos encontramos nosotros. Entonces me parece justo llamarnos Los nuevos cinco guerreros”.
Y así será.

Continuara...

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Re: Batalla de los 6 reinos: Engaño, capitulo 8

Mensaje por The Shaolin Nun » Mié, 02 Ago 2017, 20:56

¡Hola! Me alegra ver que la historia continúa. :mrgreen:

Me gustó la lucha entre Shujinko y Monster, la cual abrió el capítulo.

Por otro lado, me parece muy interesante el trabajo en equipo de los guerreros. Hay mucho misterio de por medio, como la revelación del soldado del Seido y las intenciones de Hotaru contra Sub Zero. Qué mal que hayan tenido un desacuerdo con él y de momento tome su propio camino, aunque seguramente más adelante de reúna con ellos otra vez. Debe de tener mucha precaución ahora que sabe que Onaga está tras su cabeza.

Un capítulo muy interesante. Ojalá veamos la continuación próximamente.
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Re: Batalla de los 6 reinos: Engaño, capitulo 8

Mensaje por The ST. Jimmy » Mié, 02 Ago 2017, 22:41

¿Ya pasaron 9 meses desde el ultimo capitulo? Wow, el tiempo vuelta.

Bueno, para empezar, tengo que decir que la pelea entre Shujinko y Monster se me hizo muy corta y poco intensa. No se, senti que empezo y termino, y en si Monster es un personaje re loco que nunca se explica una garcha. Viendo que no murio ni nada, espero que vuelva a aparecer en el fic.

Si me gusto el mix raro de guerreros en Outworld. Creo que ya dije esto mil veces en este fic, pero lo ambiguo que es el Mortal Kombat Deception respecto a los hechos que ocurren en el "presente" en el Outworld permite tomarse libertades copadas y lo que armas vos es algo que me esta copando bastante. Ese Sub-Zero con buenas intenciones rodeado de gente que no ve el punto de ser mejores que sus rivales hizo que me pique la curiosidad y quiero ver que pasa cuando se cruce con Kenshi. Tambien me copo el pequeño pero intenso dialogo entre Sub-Zero y Scoprion, que post MK4 en la timeline original creo que nunca mas volvio a pasar algo entre ellos. No se, me parecio un lindo detalle xD
Also, me habia re olvidado de la ciudad que habian tomado los guardias del Seido en Outworld, bien rescatado eso xD


Y che, ¿que onda eso de los shokan de seis brazos? ¿Eso existe en verdad? Voy a tener que consultar a Kanalla.

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Re: Batalla de los 6 reinos: Engaño, capitulo 8

Mensaje por subarudreams » Jue, 03 Ago 2017, 02:29

Frase mítica: "Es el Outworld, este lugar putrefacto donde sus habitantes nunca han hecho nada para cambiar."
"No concibo un juego de lucha cuya acción no esté impregnada principalmente por una historia con profundidad" por John Tobias

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Re: Batalla de los 6 reinos: Engaño, capitulo 8

Mensaje por Error Macross » Mié, 25 Oct 2017, 07:06

Bueno, me sorprende realmente que hayan pasado solo 3 meses del ultimo capitulo, ya que senti que fuera mucho mas, y no, ni revise nada del foro, solo volvi para subir esto que escribi al dia siguiente del capitulo anterior (si, no es joda) la verdad siempre digo que me voy a poner las pilas pero para nada lo termino haciendo, y no creo que sea el caso, pero realmente quiero terminar Batalla de una vez y por todas, aunque no por eso haciendo cualquiera, sino resolviendolo como quiero hacerlo. Y aca damos inicio a una trama solo de Shujinko que durara dos capitulos (supongo).


No fue necesario más que un pequeño vistazo para entender porque es que este lugar es llamado con ese nombre.

Este no es nuestro mundo, este es el mundo de:
Mortal Kombat, Batalla de los 6 reinos, “engaño” capitulo 9: “Caos, primera parte”.

Shujinko observó estrellas fugaces deshaciéndose sobre su vista en gigantescos destellos de miles de colores, rodeando a los tres o cuatro soles, no podía definir cuantos eran, que de vez en cuando aparecían y desaparecían a lo largo del firmamento. Esto no se incidía en la distribución de luz o sombras, ya que las últimas se movían libremente por el suelo sin demasiado sentido. El guerrero de vez en cuando observaba la suya para estar seguro de que siguiera en su lugar.
A lo lejos un gigantesco tornado parecía destruir montañas enteras, aunque en algunos casos las atravesaba limpiamente. Fuego y agua se entremezclaban en su figura giratoria.

“Así que esto es el Chaosrealm”, pensó Shujinko, “al menos el Netherrealm tenía algo de lógica”.

“Deténgase intruso”.

Shujinko se dio vuelta, y vio a un guerrero vestido con una armadura negra con rebordes dorados que cubría todo su cuerpo a excepción de su rostro, con pelo corto de color castaño, se lo quedó observando un largo rato.

“Se ha detectado su ingreso a este reino ilegalmente”, continuó el guerrero, “en nombre del Seido queda usted detenido para un juicio justo”.

Con un rápido movimiento extendió una lanza hasta Shujinko, pero este no tuvo problema en romperla.

“¿Qué hace un guerrero del Seido en este reino?”.

“Tu..., no puedes exigirme, el que está rompiendo la ley eres tú”.

Shujinko no tenía interés en pelear, así que noqueó a su oponente rápidamente, parecía fuerte pero tal vez demasiado joven, era poco probable que tuviera alguna clase de información que le fuera útil para su misión.

Comenzó a caminar sin saber bien a donde ir, vio un puente a lo lejos así que decidió acercarse a ese lugar. No sintió que estuviera tan lejos, pero le estaba costando llegar, y se sintió cansado, pensó que le vendría bien un poco de agua, recordaba haber visto un arroyo detrás en algún momento de su caminata, así que se dio vuelta. Entonces vio en el suelo al guerrero del Seido inconsciente.

“¿Qué demonios?”.

“Parece que el muchacho no ha entendido el caos”, Shujinko levantó el rostro y en un muro muy alto que hasta hace un segundo no recordaba haber visto, se encontró con un sujeto encapuchado con un extraño rostro similar a un cadáver, ¿tal vez una máscara?

El sujeto bajó a través de la pared caminando tranquilamente aunque su cuerpo se encontrara perpendicular a la misma.

“Has matado a un guerrero del Seido, honrado seas guerrero, el caos te saluda”, el sujeto se arrodilló, “ah, pero aún no está muerto”, una daga salió de su túnica, “terminare el trabajo por ti”.

“No”, Shujinko frenó el brazo del sujeto, “¿Quién eres tú?”.

“Solo un mísero Engendro del Caos que habita en este reino, guerrero venido de tierras lejanas”.

“He venido aquí buscando un objeto místico de antiguos poderes, aunque en este momento me conformaría con un poco de agua”.

“¿Un objeto místico de enormes poderes?”.

“Si, ¿has escuchado de algo así?”.

“No, pero Havik seguramente si”.

“¿Quién es Havik?”.

“El líder de los clérigos del Caos, ¿o era sacerdotes del caos?”.

“¿Quiénes son los clérigos del Caos?”.

“Los más importantes de todos los engendros del caos, los únicos que tienen derecho a hablar con nuestro Dios y señor Kochal”.

“Bien, llévame con él”.

“Lo haría, pero hay un problema, noble y valeroso guerrero desconocido, en el medio hay un puente que está bajo el control de un soldado de la Hermandad de las Sombras, planea utilizarlo como una avanzada del Netherrealm para dominar nuestras costas”

Shujinko no veía costas por ningún lado, pero asintió “venceré a este guerrero por ti, me he enfrentado a miembros de la Hermandad de las Sombras antes, pero a cambio deberás llevarme con Havik”.

“Claro que lo hare, noble guerrero”.

Shujinko no confiaba en ese sujeto, así que lo vigiló de cerca. En el camino varios otros vestidos de forma similar a él se les acercaron, algunos rieron, otros lloraron, otros bailaron a su alrededor, Shujinko al principio escuchaba lo que decían pero luego simplemente los ignoraba ya que sus palabras no iban a ningún lado. El engendro que iba con él a veces acompañaba brevemente en su actividad a los recién llegados, otras veces simplemente les gritaba para que se fueran y solo unas pocas actuaba indiferente.

El puente que le había dicho se encontraba cerca de ellos, pero no había ningún curso de agua debajo de él, sino que parecía separar dos gigantescos riscos.

“¿Cómo has hecho para que lleguemos hasta el puente? Antes no pude”.

“No entiendo la pregunta, bravo guerrero, discúlpame”.

Shujinko decidió ignorarlo, y se acercó al puente, donde efectivamente reconoció a un guerrero de la Hermandad de las Sombras.

Ya había peleado con varios de ellos antes, y es verdad que cuando eran muchos se le dificultaban, pero uno solo era una victoria fácil para Shujinko. Sin embargo, hizo que la pelea durara un poco más de la cuenta, no le gustaba que su reciente compañero viera todo lo que podía hacer, así que ganó usando golpes simples y un poco de despliegue de energía. No tuvo problema en matar a su enemigo, sabía que los miembros de la hermandad de las Sombras no eran humanos ni estaban cerca de serlo. Eran solo demonios con una inteligencia falsa construida por quien sabe quién para ocultar quienes en verdad eran.

Una vez que venció al guerrero su compañero se le acercó lanzando gritos de alegría y lo impulsó para que cruzaran el puente hacia el otro lado.

“Muchas gracias, noble guerrero, ahora el Chaosrealm te esta eternamente agradecido”.

“Bien, lo que digas”, Shujinko no tenía muchas ganas de seguir en una conversación sin sentido, “ahora llévame con el tal Havik”.

“De acuerdo”, el sujeto se quitó la túnica, y al instante Shujinko pudo ver un cuerpo musculoso debajo, con una medallón con una cruz en el pecho y un casco que protegía su frente y los costados de su rostro, al hablar, la voz era mucho más gruesa y firme, “bravo, guerrero, mi subordinado me ha contado tu hazaña y que estabas interesado en hablar conmigo. Soy Havik, el líder de los Clérigos del Caos”.

“¿Qué clase de broma es esta?” se indignó Shujinko, pero su interlocutor seguía firme.

“No estoy bromeando, habla pronto, tengo deberes que cumplir”.

Shujinko estaba extrañado, pero decidió aceptar lo que sea que estuviera pasando y seguir la corriente.

“Havik, líder de los Clérigos del caos, he venido a tu reino en búsqueda de un objeto de enormes poderes, indícame donde podría haber algo similar y me marchare”.

Havik colocó su mano en la barbilla y parecía reflexionar, “creo que podría ayudarte, pero necesitaría que hagas un favor por mi antes”.

“Vencí al guerrero de la Hermandad de las Sombras”.

“No me desafíes, yo podría haberlo vencido también si hubiera querido, pero no tenía interés. Hasta ahora la Hermandad de las Sombras no a echo nada que dañe nuestro querido reino realmente, no como el maligno Seido”.

“El Seido, me enfrenté a uno de sus guerreros, ¿qué hacen aquí?”.

“El reino del Orden nos odia, y ha intentado dominarnos desde hace mucho, nuestras vidas son para ellos un insulto de la misma forma que las suyas lo son para nosotros. Ahora no solo están enviando tropas sino que cuatro de sus guerreros están evitando que tengamos acceso a las fuentes de agua cercanas a nuestro templo principal. Saben que al dañar nuestro culto al caos afectan nuestra moral, y que mejor forma de hacerlo que con el agua, el líquido libre que tan bien nos define”.

Aunque el discurso era extraño, la poesía con la que era dicho sorprendió a Shujinko.

“De acuerdo, supongo que lo único que debo hacer es vencer a esos cuatro guerreros y me darás la información que necesito”.

“Si, pero por lo que me han contado, no disfrutas de matar, al menos no a seres humanos”.

Shujinko no sabía si ser honesto o no, pero nada parecía tener demasiado sentido en ese lugar, “Es verdad, preferiría no matarlos si no es necesario”.

“Entiendo, entonces toma estos collares”, de algún lado sacó cuatro extraños collares con medallones oscuros con extrañas líneas rojas como venas recorriéndolos, “cuando venzas a cada guerrero colócale uno de estos, y se volverán hacia el Seido”.

“De acuerdo”, Shujinko no estaba muy seguro, “¿cómo los encontrare?”.

“Camina, el caos te guiara”.

Havik dirigió la mirada hacia el horizonte, y Shujinko se sintió extraño ya que no se movía de ninguna forma, incluso no parecía estar respirando.

No sabía bien como llegar, así que simplemente comenzó a caminar, en algún momento se dio cuenta que el suelo estaba completamente embarrado y que sus pies parecían estar aprisionándose, pero aun así podía seguir avanzando. Una especie de pájaro lo observó largo rato, parecía un buitre pero tenía dos gigantescas plumas doradas en su cabeza que resaltaban con lo pardo del resto de su plumaje. Sus ojos se veían demasiado humanos y lo siguieron viendo durante mucho tiempo hasta que comenzó a volar y se alejó rápidamente.

Definitivamente no quería seguir en ese lugar mucho más tiempo.

Eventualmente vio lo que parecía ser una especie de templo, aunque era extraño ya que tenía una torre parecida a la de una iglesia puesta en diagonal en una de sus esquinas superiores, y una parte parecía ser solo una tela sostenida por unos troncos.

Lo que si era verdad es que a lo lejos se veía un gran lago, no le costó mucho notar un primer puesto de vigilancia con efectivamente un guerrero del Seido en ese lugar patrullando, a diferencia de aquel con el que ese había enfrenado más temprano, tenía puesto un casco que tapaba completamente su rostro y que Shujinko supuso le permitía ver más lejos.
Solo el primero le costó realmente, luchaba con su lanza con ferocidad y aunque Shujinko podría haberlo derrotado usando alguna técnica de las que había aprendido con los años, decidió utilizar el conocimiento en el manejo de espadas que obtuvo de Ashrah utilizando una bastante vieja y oxidada que había encontrado. No pasó demasiado tiempo para que su arma se viera destruida, pero él ya tenía lo que quería. Confiando en que nadie lo veía usó su telequinesis de manera rápida para estrellar al guerrero contra el suelo dejándolo inconsciente, nunca sabría qué fue lo que le pasó. Le colocó el collar, y se decidió a tomar su lanza, la breve pelea le permitiría dominarla. Sin embargo, el arma comenzó a arder al hacer contacto, y aunque intentó usar el poder Kori para no dañarse, se vio forzado a dejarla. Tal parece que estaban diseñadas para no poder ser robadas. Al poco tiempo el guerrero se levantó, pero no se dirigió a Shujinko, y caminó como poseído por alguna fuerza externa.

Algo similar paso con los tres siguientes, aunque sus habilidades no eran exactamente iguales al primero, luchaban de maneras parecidas y habiendo vencido a uno ya para Shujinko era fácil detener los golpes de cualquiera de ellos.
Lo único diferente fue que al vencer al tercero un extraño grupo de personas en taparrabos muy flacas comenzó a bailar a su alrededor con alegría, se fueron rápidamente luego de que una especie de cocodrilo violeta con ojos en tentáculos saliéndole de todo el cuerpo emergió desde las aguas y devoró a uno de ellos volviendo a meterse rápidamente.
Una vez que hubo cumplido su misión no se sorprendió de ver a Havik esperándolo frente al templo, con los brazos cruzados. Se lo veía satisfecho.

“Bien hecho, veo que tenías las habilidades para tan alta misión, creo que mereces tu recompensa, pero antes, tal vez quieras saciar tu hambre”, le ofreció una mano llena de algo que parecía tierra con insectos correteando por ella.

“No, gracias”, dijo Shujinko.

“Está bien”, Havik parecía guardar la tierra en su ropa, aunque no tuviera mucho sentido, “¿quieres saber que pasara con los guerreros que han vuelto al Seido?”.

Shujinko no tenía mucho interés, pero decidió preguntar de todas formas más por respeto que otra cosa.

“Esos collares los llevaran a comprender nuestras costumbres, se dirigirán a su dirigente, el gran Hotaru, para expresarle sus nuevos razonamientos e ideas”.

“Los has condenado a muerte”, dijo Shujinko, sabia poco del Seido, pero no aceptarían algo como eso entre sus hombres.

“No te preocupes, no podrán castigarlos. Al terminar de hablar, se arrancaran los ojos y se los comerán, y ya sea por el dolor o la pérdida de sangre, morirán..., o eso supongo”.

Shujinko se quedó descolocado, Havik lo seguía mirando seriamente como si hubiera dicho algo común y corriente. De repente, una pequeña risa salió de la boca del clérigo del Caos, y al instante comenzó a reír a carcajadas, mientras se doblaba en el piso, “no puedo creer que me hayas creído”.

“¿Eh?”.

“Como si un collar cambiara sus ideas, harán solamente lo de los ojos. Y no sé si se van a morir, depende de la persona eso, tal vez alguno sobreviva”, Havik seguía riendo descontroladamente.

“Bastardo”, Shujinko no lo pensó, y simplemente arrojó una ráfaga de energía, pero para su sorpresa Havik, que acababa de erguirse, se dobló hacia atrás como si su columna fuera de goma y sin mover ninguna parte de su cuerpo de la cintura para abajo.

Antes de que pudiera sorprenderse por eso con otro movimiento Havik le arrojó un proyectil similar a una bola de energía azul. Shujinko pudo esquivarlo para el costado, y fue al combate directo, pero no importaba cuantos golpes intentara el cuerpo de su enemigo se contorsionaba de formas imposibles que le permitían esquivarlo, el sonido de las articulaciones soltándose y volviendo a juntarse resultaba desagradable.

En un momento dado Havik dio un salto hacia atrás, y moviéndose de manera rastrera se propulso con uno de sus brazos para darle una patada en la quijada a Shujinko.

Decidido a ir más en serio, Shujinko usó su telequinesis para tomar la pierna de Havik y enterrársela en el suelo. Pero con una risa, su enemigo se hundió completamente y Shujinko ya no pudo usar su habilidad en él al no saber dónde se encontraba.

Al poco tiempo, sintió el ruido de tierra siendo removida cerca, pero antes de que pudiera hacer nada Havik se le subió a la espalda apresándolo con sus brazos y piernas totalmente doblados y haciéndolo tambalear. Escuchó su risa, y sintió como la lengua de su enemigo le lamia el interior de su oreja derecha, lo que lo hizo enfurecer más todavía. Empezó a generar energía Kori, y al congelar a su oponente este lo soltó cayendo lejos. Los movimientos de su cuerpo chirriaban más que de costumbre al romper la escarcha que lo había cubierto.

Shujinko no esperó más y arrojó una esfera de energía que si impactó directamente contra su enemigo.

“Bueno, fin del entrenamiento”, dijo Havik tirado en el suelo, se lo escuchaba fatigado y algo dolorido.

“¿De qué hablas?, esto no fue un entrenamiento”.

“Claro que sí, ahora has aprendido a usar mis técnicas, ¿no es así como funcionan tus poderes, Shujinko?”.

“Maldito demente”, Shujinko estaba furioso, seguramente Havik lo había espiado y había comprendido sus habilidades, pero algo llamó más su atención, “¿cómo sabes mi nombre?”.

“Tú me lo dijiste”.

“No, es mentira”.

“Si”, Havik entonces volvió a reír, “mentira, mentira, era una broma, nunca lo dijiste”.

“¿Cómo lo sabes?”.

“Podría contestar esa pregunta”, Havik se sentó tranquilamente, “pero ya debes querer irte, y necesitas la información que yo tengo”.

“No tengo porque creer nada de lo que dices, solo eres un simple loco”.

Havik se acomodó con las piernas cruzadas, “en este lugar la locura y la sabiduría no son cosas tan diferentes. Te diré lo que te interesa y podrás abandonar este reino, no creo que entiendas el caos como para estar pasándolo bien aquí”, se paró lentamente y señaló a lo lejos, “a varios días de caminata en esa dirección entre las dos montañas invertidas encontraras una entrada en una construcción de piedra, ten mucho cuidado, muchacho, encontraras peligros grandes incluso para ti, pero al final estará tu tan ansiado premio..., tal vez, la verdad es que no estoy tan seguro”.

“Ya no me sirves, podría matarte”.

“Claro, y estate seguro que no me defenderé en lo más mínimo”.

Shujinko se quedó observando a Havik, quien volvió a sentarse y se mantenía quieto, mirándolo fijo. Pensó que solo era un idiota y que no valía la pena, pero no, había aprendido a darse cuenta cuando había algo más luego de tanto entrenamiento, el engendro era más inteligente de lo que aparentaba, podía ser un peligro a futuro. Pero no se movía, solo miraba con esos ojos desagradables. Pensó en el soldado del Shirai Ryu, en sus manos manchadas con sangre, y simplemente se marchó.

“Buena suerte, guerrero”, le gritó Havik, y cuando ya se hubo alejado susurró por lo bajo, “la necesitaras”.

Continuara...

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The ST. Jimmy
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Re: Batalla de los 6 reinos: Engaño, capitulo 9

Mensaje por The ST. Jimmy » Mié, 08 Nov 2017, 05:25

Bueno bueno, ¿que puedo decir? Me gusto como expresaste toda la esencia del Chaosrealm en texto, como representaste el caos del lugar mientras Shujinko se mueve de un lado a otro. Ahora, aca la voy a re flashear, pero me quede pensando ayer u hoy cuando volvia de la facultad (no me acuerdo), por este capitulo, sobre COMO podria haber formas super meta de representar al Chaosreal y se me ocurrio hacer todo un capitulo y despues mezclar los parrafos y desordenarlos. Nada, dato de color, tu capitulo me hizo pensar. Duele.

Mas alla de eso, el comentario de los amuletos que ya me lo respondiste. Pero me parecio un lindo detalle para meterle personalidad a la situacion y a Havik. Y bueno, sobre Havik, es lo unico que no me cerro quiza porque no se lo vio mucho en este capitulo y no me acuerdo bien sus apariciones viejas en el fic.

A ver como tackleas el tema del kamidogu del Chaosrealm.


Hmmmm si, esto es basicamente spam del malo. Estoy fuera de forma.

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Error Macross
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Re: Batalla de los 6 reinos: Engaño, capitulo 9

Mensaje por Error Macross » Vie, 10 Nov 2017, 15:31

Bueno, aqui les vamos, en serio, en este momento en que nadie anda por el foro y por ende nadie me esta leyendo (bueno, Jimmy si) vamos con otro capitulo mas. Este capitulo es especial, no tenia idea de como desarrollar esta parte de la trama y que quedara bien en serio (y no como un refrito del capitulo pasado) y durante un viaje de trabajo me inspire de una forma espectacular para darles lo que va a estar aca. Las cosas que pasan en este capitulo las tenia reservadas para la ultima temporada, pero me di cuenta que le estaba dando poco transfondo a la trama del Deception, asi que se viene con tuti, uno de lo capitulos que mas me gusto hacer lo que va de temporada.

Por recomendacion, si quieren reeleanse el prologo del fic (si, el primero) ya que se tocan cosas que se mencionan ahi, esta en la pagina 3 de la primer temporada por cuestiones de resubida:
viewtopic.php?f=9&t=20167&start=30

Y hablando de resubidas, me di cuenta que Los Otros ya no esta en el foro, asi que eventualmente me pondre a resubirlo, mientras tanto, ya tengo escrito parte del proximo capitulo asi que si sigo a este ritmo no tardare mucho en subirlo tambien:


Al llegar a la extraña cueva, de la cual sonidos mezcla de risas y gritos parecían escucharse, Shujinko supo que era el lugar correcto. Odiaba al Chaosrealm, pero sabía que tenía que entrar, algo le decía que el Kamidogu se encontraría allí.

Y al ingresar, una roca cerró la cueva con un grito.


Este no es nuestro mundo, este es el mundo de: Mortal Kombat Batalla de los 6 reinos, “Engaño”, capitulo 10: “Aquello jamás visto”.


Cordura, sanidad, solo palabras, no realidades. ¿Qué establece los límites de la mente? ¿Qué es lo que uno siente y que es lo que sucede? ¿Dónde está la línea si es que existe?

El lugar era un gigantesco laberinto, las paredes se veían todas iguales, y Shujinko no tardó en darse cuenta de que se encontraba totalmente perdido. Decidió dejar retazos de su ropa detrás para recordar el camino, pero al momento de soltar el primero, un montón comenzaron a caer desde el techo cubriendo todo el suelo, uno tenía escrito un mensaje,

“¿Quién eres?”.

Siguió caminando sin saber cómo reaccionar ante todo esto, a diferencia de lo vivido fuera de la cueva, todo parecía tener de alguna forma sentido allí. Iba a llegar a su destino.

¿Los recuerdos son sucesos que vuelven a nuestra mente? ¿O son sensaciones que cobran formas pasadas?

“Las cosas vienen de a seis, así es la regla”, se escuchaba de fondo, Shujinko no entendía quien lo decía, pero escuchaba muchas voces distintas, ¿qué significaba eso?

Finalmente encontró un extraño lago con líquido verde brillante, el camino seguía detrás, así que Shujinko decidió entrar y entonces todo cambió.


Sentía el viento en el rostro, se encontraba en lo alto de una elevada montaña, intentó ver hacia abajo, pero era tan alto que a duras penas se veían las formas del suelo. Una especie de neblina cubría todo, sintiéndose como si fuera un sueño.

Dos figuras se encontraban frente a frente en lo más alto. Uno de ellos era un hombre calvo vistiendo un pantalón holgado negro con un largo cinturón rojo de tela que ondeaba con el viento. Aunque era humano, algo en él se veía extraño pero a la vez conocido, no podía precisar qué. Su rostro mostraba una gran solemnidad y nobleza, sin cejas y con dos triángulos violetas en las mejillas y uno entre sus ojos. El otro era un ser gigantesco de cuerpo musculoso y piel gris de aspecto reptilesca. Dos grandes alas salían de su espalda y tenía fuertes y afiladas garras en sus dedos, así como una musculosa cola. Vestía nada más un taparrabos con lo que parecía ser un cráneo humano en el cinturón, dos hombreras y una extraña gema violeta en el pecho. Aunque era difícil saber si era vestimenta o parte de su cuerpo, un casco de hueso cubría su frente con dos grandes cuernos.

“Todo termina aquí, Onaga” grita el humano, aunque su idioma es desconocido para Shujinko, aun así puede entenderlo, "solos tu y yo”.

“Eres débil, Adán, pero siempre has tenido mis respetos, por eso acepté definir el enfrentamiento entre nuestras razas de esta forma, aunque sepa que no tienes posibilidades contra mí”.

“Veámoslo entonces, noble rey Dragón”.

Onaga ataca rápidamente, bate con fuerza sus alas elevándose en el aire y se precipita para caer sobre su oponente. Aunque Adán esquiva el movimiento con gracia, las ondas de la caída lo envían hacia atrás y el polvo vuela por todas partas causando que la visión de Shujinko se entorpezca aún más.

Levantándose, Adán es agarrado por el cuello por Onaga.

“Nunca tuviste posibilidades contra mí, y así termina tu reinado”.

Sin embargo, una extraña energía similar a flamas completamente amarillas cubre los brazos de Adán, y da un golpe con estrepito a Onaga, que lo suelta y cae hacia atrás cayendo del risco, pero manteniéndose en el aire volando gracias a sus alas. Las ondas del golpe fueron suficientes para rajar la tierra a su alrededor.

“¿Qué truco fue este?”.

“Desde que los Dioses me entregaron mis dones, me dediqué íntegramente a entrenarlos pensando en encontrar la forma de vencerte, y ahora está en mis manos”.

“Ya veo, pero esto no termina aun”.

Onaga lanza una potente ráfaga de fuego desde su boca, pero Adán corre las llamas golpeándolas con sus brazos incandescentes causando que algunas vuelvan hacia Onaga que ni se inmuta.

El rey dragón baja al suelo nuevamente y tomando la tierra bajos sus pies la levanta con un gran esfuerzo. Como resultado, Adán pasa de estar en un terreno llano a una pendiente por la que empieza a deslizarse. El guerrero logra recomponerse y corre por la pendiente hasta llegar al otro lado y colocarse detrás de Onaga. Aunque este se da vuelta, recibe un puñetazo en el rostro con la poderosa energía de su oponente que lo voltea y lo hace sangrar. Adán continua golpeándolo, pero finalmente Onaga frena uno de sus puños con su mano, se puede ver que las llamas lo siguen dañando pero con furia cierra su mano escuchándose los huesos quebrándose de su enemigo. Luego lanza un poderoso grito que arroja a Adán en descenso por la lomada, hasta que logra agarrarse a una saliente con su mano sana. Sin embargo, al volver a cubrirse de energía, su mano dañada vuelve a recomponerse completamente, lo que le permite asirse con mayor facilidad.

Onaga golpea con fuerza el suelo, generando un gigantesco derrumbe que termina haciendo que la montaña colapse entera, cosa que gracias a sus alas no le importa. Pese a esto, Adán salta entre los gigantescos escombros hasta llegar a golpear a Onaga, desorientándolo lo suficiente para causar que ambos comiencen una caída en picada.

Shujinko permanece flotando y aun así puede presenciar todo lo que pasa. Se encuentra completamente asombrado de lo gigantesca que era la montaña, tal vez más grande que cualquier otra, y sin embargo completamente destruida mientras ambos enemigos caen al suelo desde tanta altura.

Finalmente el choque contra el suelo hace retumbar la tierra, sin embargo, aunque muy malheridos, ambos enemigos logran levantarse con esfuerzo.

Los brazos de Adán vuelven a arder y se prepara para seguir adelante “no puedes con esto, Onaga, ríndete y perdonare tu vida”.

Onaga empieza a hacer un sonido horrible similar a una risa, “no esperaba tener que usar esto, pero siempre has encontrado la forma de sorprenderme, Adán”.

El rey dragón saca un extraño medallón de color dorado opaco con una gema roja en el medio, y al instante, una extraña energía parece cubrir todo el lugar.

“¿Qué es eso que tienes ahí?”, pregunta Adán algo sobresaltado por la repentina ola de poder que siente.

La energía es tan grande que Onaga agarra su brazo con el que sostiene el medallón, “echo de las mismas energías de la creación, este es el Medallón de los elementos”.

Hasta el propio Shujinko siente el enorme poder que mana de ese objeto.

“Onaga..., no sé cómo has obtenido eso, pero ese poder que estas emanando, no debería tenerlo ningún mortal”.
El rostro de Onaga parece estar sufriendo de dolor conteniendo el objeto pero sigue insistiendo, “la energía de la creación misma, anterior al mismo mundo, los Elder Gods fallaron en contenerla toda, y mis hechiceros la han juntado aquí, nadie merece dominarla más que yo”.

El brazo de Onaga empieza a brillar de color dorado mientras la energía parece brotar de todas partes.

“Onaga, déjalo, ni siquiera tu puedes dominar eso”.

“Cállate”, Onaga parece estar sufriendo más que nunca y apunta a Adán con el medallón, “y sufre”.

Un rayo de energía sale del medallón, pero en su camino hacia Adán produce una gigantesca explosión que tira a ambos hacia atrás, además de a Shujinko que logra sentirlo a través de la realidad misma.

Un gigantesco humo negro se forma en el cielo, y un extraño rostro azul sobresale con ojos blancos y tan grandes como un mundo.

Onaga y Adán observan la extraña imagen asombrados. El medallón en la mano de Onaga sigue brillando.

“Tu..., tu eres el Único Ser”, grita Onaga pero el humo no contesta, “este poder que he tomado te pertenece, y lo quieres de vuelta, pero ahora es mío, yo lo reclamo”.

Como en respuesta todo comienza a temblar, la tierra se quiebra y la lava sale a borbotones bajo sus pies.

“Detente Onaga”, grita Adán, “o todo será destruido”.

“No, nadie merece esto más que yo”.

Todo colapsa rápidamente, Shujinko observa en el firmamento como mundos enteros desaparecen y un gigantesco pedazo de la Tierra se separa de la misma.

“Obedéceme, Único Ser, ahora tu poder es mío”.

Los ojos por primera vez parecen ver a Onaga, pero su expresión permanece imposible de describir.

“NO..., SOLO UNA PARTE, LA PARTE QUE LOS ELDER GODS DEJARON DE LADO..., EL RESTO AUN PERMANECE EN SU ENCIERRO, Y NO ES TUYO...”.

“Ya veo..., entonces todo esto es nada en comparación..., sin embargo..., tanto poder...”.

“DE TODAS FORMAS..., NO IMPORTA...”.

La gigantesca sombra parece observar con detenimiento algo lejano, pero lentamente se desvanece.

Todo parece en calma, y entonces Onaga grita mientras su cuerpo brilla intensamente y la energía que sale de su cuerpo llega hasta el espacio profundo. Pero después se produce una gran calma y Adán observa a Onaga sosteniendo el medallón en su mano, este ya no brilla, y el cuerpo de su enemigo ha cambiado. Su tamaño se ha reducido, las alas, los cuernos y la cola desaparecieron, y su piel se ve más similar a la de un humano, aunque hay algo extraño en él. Y aunque sabe que puede verlo, Shujinko no puede describir su rostro.

“Se ha completado, pero esto es solo una parte...”, la voz también ha cambiado, más calma, sabia.

“Onaga..., ese poder que estas usando, debes detenerte, hare que los humanos se rindan ante los lagartos humanoides, puedes matarnos a todos si lo deseas, pero debes dejar de usar eso, por favor”.

Onaga observa a Adán, no parece haber furia en su rostro, solo una gran calma.

“No”.

Un rayo salé del medallón carbonizando a Adán al instante sin darle siquiera tiempo a gritar. Shujinko observa como una especie de luz sale de los restos y es atrapado en el objeto que Onaga porta.

“El séptimo objeto, el más poderoso de todos, el que ni los Elder Gods pudieron crear, pero aun así es nada sin los otros seis..., no entiendo muchas cosas de esto, pero sé que juntos me darán el poder para desafiar a los mismos dioses, para que el mundo entero sea mío..., y me asegurare de que tu estés aquí para verlo, mi amado enemigo”.


La escena termina en ese momento, y Shujinko se encuentra al final de un laberinto. Un extraño objeto como una serpiente verde se encuentra ahí. El guerrero lo toma y este se contorsiona. Extraño y diferente. Caótico, el Kamidogu del Chaosrealm lentamente toma una forma física estable y permanece quieto. Viendo sus manos, Shujinko se da cuenta que su cuerpo ha crecido como si hubieran pasado varios años, aunque por alguna razón sabe que esto último no es así.

Sin saber ni comprender lo que ha visto se marcha, encontrando la salida sin problemas.

Continuara...

Avance: Lei Chen.
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