Agua y Sangre

[Ale93371]

Bien, finalmente llegó el gran final, espero que los deje conformes, desde ya gracias por seguirme hasta aquí.

Capítulo 7: Príncipe de agua y Condesa de sangre

- Debe haber forma de despertarla ¿Pero cómo? - me preguntaba en mi mente mirando a la ninja roja desmayada tras el terrible golpe de martillo dado por el ahora difunto Shao Kahn, pero la respuesta vino pronto.

Tomé una de las dagas de ella, me hice un profundo corte en la mano y la acerqué a su rostro (le había quitado la máscara antes). La sangre que untaba sobre su piel comenzaba lentamente a desparecer, a ser absorbida, incluso pase mi mano sobre sus labios. Poco a poco, la dama de rojo comenzó a abrir los ojos, mi sangre la había ayudado a fortalecerse.

- Rain… Rain… ¿qué pasó? ¿Dónde estamos? – preguntaba ella confundida.

- Aún estamos en Earthrealm ¿recuerdas?

- Sí… sí, recuerdo eso… ¡¿y Shao Kahn?!

- Muerto, mejor dicho los dioses antiguos se lo llevaron.

Una sorpresa llegó en forma de abrazo por parte de ninja roja, yo no esperaba ese tipo de agradecimiento, no esperaba nada. Volteo un poco la mirada y veo a Raiden, Johnny y Sonya mirándonos. Ayudé a Skarlet a levantarse, nos dispusimos a irnos cuando la voz del dios protector nos hizo volver sobre nuestros pasos.

- Rain, Skarlet, esperen. Gracias por su ayuda, de no ser por ustedes…

- Nada de gracias Raiden, yo no te ayudé, solo quería matar a Shao Kahn ¿de acuerdo? – dije con indiferencia.

- Aun así, te interpusiste para evitar que él conquistara Earthrealm.

- Yo solo quería hacerlo pagar por haberme usado, nada más… no me interesa nada Earthrealm.

La mirada de Johnny y Sonya ahora eran de enojo ante mis respuestas, a mí no me importaba nada ellos. Raiden en cambio aún tenía una mirada tranquila.

- Rain… un hombre como tú nos sería muy útil. Puedes unirte a nosotros, Shao Kahn solo te ha usado al igual que a Kitana, Jade y tantos otros. Ayúdanos en esta batalla…

- ¿Ayudarlos… a USTEDES? ¿Realmente esperas que haga una alianza con un dios de segunda y dos humanos inútiles?

- ¡Oye tú, hijo de…! – contestó indignada Sonya acercándose a mí, pero Johnny la detuvo.

- Emmm… Sonya… ya tuvimos muchos problemas y estoy muy adolorido para enfrentar más… así que si te quedas quietita ahí te lo agradecería. – le decía el joven conteniéndola.

- Bien Rain. – Continuaba Raiden – No te interesa estar con nosotros… pero yo puedo ayudarte mucho con tu pasado.

- ¿Con mi pasado? No me hagas reír, yo no tengo ningún conflicto con mi pasado.

- ¿Sabes por casualidad quien era tu padre?

- ¡¿Mi padre?! ¡Mi padre era un general edeniano, era el mejor soldado del ejército de Edenia!

- Me temo que ese hombre nunca fue tu verdadero padre, Rain.

- ¡¿Qué?! ¡No digas estupideces, ese hombre era mi padre, lo juro por Argus…!

- ¿Nunca te preguntaste como o por qué obtuviste tus poderes? ¿Jamás tuviste curiosidad por saber porque posees habilidades que ninguno de tu familia manifestó?

No sabía cómo responder esa pregunta, me la he hecho un par de veces y en todas me he contestado que quizás sean los dioses que quisieron que tuviera estas habilidades. Reconozco que fue un misterio para mí y para los demás edenianos.

- ¿Qué me intentas decir Raiden? ¿Yo no soy el hijo de ese general o quizás hasta no sea edeniano?

- Eres de Edenia, pero tu verdadero padre te entregó al general por razones muy personales. Ven con nosotros y te diré todo.

- ¿Qué vaya con ustedes? ¡Dime ahora lo que sepas!

- No puedo decírtelo así Rain, solo si estás dispuesto a cooperar con nosotros, a ayudarnos.

- No sé…. No creo que me acepten con lo que hice… no puedo.

- Rain. Sub-Zero y Smoke eran asesinos y sin embargo luego hallaron el camino correcto, tú también puedes hacerlo.

- No lo sé… estoy confundido… es demasiado para mí…

- Te daré un tiempo para que lo pienses Rain. Piensa muy bien tu decisión. – concluyó Raiden despareciendo junto con los demás.

- ¿Qué dices Skarlet? – le pregunté a mi amiga que no abrió la boca en toda la charla.

- Yo iré adonde tu vayas Rain. – me respondió secamente.

Apenas unos minutos después de que Raiden viniera, una nueva aparición nos impactó, era Quan Chi de nuevo, pero esta vez acompañado por un hombre misterioso, de piel pálida, ojos blancos y ropajes rojos y azul, pero su cuerpo estaba envuelto en auras purpuras haciéndolo parecer más una visión que una persona de verdad.

- Excelente, Shao Kahn ya ha sido destruido. – Decía alegremente el hechicero tomando el casco destrozado del emperador.-

- ¿Quién es usted? – me dirigí al desconocido.

- Soy Shinnok. – se presentaba el hombre. – Yo solía ser uno de los dioses antiguos hasta que un día decidí tomar Earhtrealm para mí… ese desgraciado de Raiden me derrotó y como castigo fui encerrado en Netherrealm, aún no puedo salir de allí pero puedo como ves igual poder observar los demás reinos.

- Shinnok… - dije yo, era la primera vez que lo oía nombrar.

- Ese idiota de Shao Kahn creía que los dioses antiguos no lo castigarían por intentar invadir, cometió un terrible error al hacerme caso. – seguía riendo Quan Chi.

- Con Shao Kahn y Shang Tsung muertos, nada podrá evitar que tomemos Earthrealm. – agregó Shinnok.

- ¿Tomar… Eathrealm? – Preguntó Skarlet antes de continuar - ¿Crees que con tu clan de la hermandad de las sombras podrás derrotar a Raiden, hechicero?

- Claro que sí Skarlet, porque no solamente los tengo a ellos sino también a estos… - contestó Quan Chi mientras con su mano hacía un gesto.

De la nada aparecieron nueve sombras, paulatinamente las sombras comenzaron a tomar forma hasta que se revelaban rostros y rasgos:

- ¡Imposible! – grité yo al ver a los convocados.

Nuestra incredulidad era justificable ya que delante nuestro estaban los guerreros de Raiden, los mismos que fueron asesinados durante el conflicto con Shao Kahn.

Kitana, Nightwolf, Kabal, Smoke, Sub-Zero, Jade, Stryker, Jax, Sindel y un sujeto que no logro reconocer, cuya característica más sobresaliente era un gran sombrero que llevaba encima, estaban ahí, de pie, sin hacer nada. Parecían copias descoloridas de lo que antes habían sido: sus pieles ahora eran grisáceas, sus ropas desgarradas en muchas partes, sus ojos eran completamente blancos y brillosos, con una expresión que no mostraba emoción alguna, parecían espectros del más allá.

- ¿Recuerdas que Shao Kahn me concedió las almas de todos los que murieran en el combate, Rain?

- Sí Quan Chi, pero… pero esto... no es lo que imaginaba…

- Ahora me pertenecen, son parte de Netherrealm. Son mi nueva guardia personal, los antiguos combatiente de Raiden ahora están bajo mi control.

- ¿Quién es el sujeto del sombrero? – pregunté a Quan Chi- señalando al hombre en cuestión.

- Ese es Kung Lao, el amigo de Liu Kang, nos venció a mí y a Shang Tsung, luego venció a Kintaro pero fue asesinado por el emperador.

- Sí lo recuerdo Rain, yo lo vi. – me confesó Skarlet.

- Hablando de Liu Kang, él murió pero no lo veo aquí, brujo. – pregunté nuevamente.

- Es verdad, todavía no consigo poseer su alma… pero tarde o temprano él caerá y será uno de mis súbditos. Ahora Rain, Skarlet, quiero proponerles algo: quiero que se unan a nosotros, conseguirán poder que nunca antes imaginaron. Con su ayuda el infierno se alzará sobre todos los reinos, nadie podrá resistirse a la terrible energía de las tinieblas.

- Una oferta muy tentadora Quan Chi, pero me temo que no estoy del todo convencido.

- Pues deberías estarlo Rain, quien sabe quizás llegues a tener ese preciado ejército que tanto querías.

- Ya no tengo ese sueño, hechicero, todo lo ocurrido me ha abierto los ojos.

- Bien… ¿Y tú Skarlet?

- Sí Rain no irá contigo, yo tampoco lo haré.

- Skarlet, no es necesario que te quedes conmigo, ve con ellos si quieres.

- No Rain, Quan Chi y ese sujeto no me agradan para nada. – desconfiaba la ninja hablándome al oído.

- Como quieran, les daremos un tiempo para que piensen la propuesta… nos vemos. – nos saludó el brujo antes de desaparecer en un portal junto con las almas de los fallecidos, Shinnok al contrario decidió quedarse unos segundos más.

- Les advierto una cosa. – decía el dios caído de mala manera. – si no quieren unirse está bien pero no se les ocurra cruzarse en mi camino,… si hacen eso se arrepentirán hasta día en que se mueran.

Tras la maligna amenaza, Shinnok desapareció, ambos quedamos conmocionados por las palabras. Ahora los dos estábamos parados en una terraza vacía en medio de la ciudad, ya era hora de retirarse.

- Vámonos Skarlet.

- De acuerdo, Rain.

Tardamos varios minutos en bajar de nuevo a la calle, la ciudad estaba desolada, no había signos de vida por ningún lado, la destrucción había sido casi total.

- Esto es lo que quedó de Earthrealm. – dije sin dejar de observar el rustico ambiente.

- Parece que su preciosa tecnología no pudo salvar mucho. – me agregaba ella. – Parece que no esperaban un ataque de tal magnitud.

Me ponía muy mal ver todo, no es porque quería este reino, sino porque me hacía recordar a cuando Edenia cayó bajo las garras de ese horrible emperador. Toda la destrucción era muy parecida a la que sufrió aquel reino plagado de belleza y fertilidad.

- Rain… ¿Qué ocurre? Te veo triste.

- No, estoy bien Skarlet… estoy bien.

- Seguramente estuviste pensando acerca de Raiden y Quan Chi, pensando sobre quien elegir, a quien ayudar.

- Uno quiere que lo ayude a conquistar Earthrealm, otro que lo defienda… ya no sé qué pensar, esto no podría ser más confuso.

Para empeorar mi situación delante nuestro aparecieron tres personas, las reconocimos inmediatamente: Mileena, Sheeva y Reptile

- Lo que me faltaba… - dije sin entusiasmo, me preparé a pelear.

- Vinieron a terminar el trabajo, esta vez los destrozaremos. – expresó la ninja roja poniéndose en pose de combate.

- ¡No, esperen! ¡No venimos a pelear! – reaccionó Mileena mientras tiraba al suelo sus sais.

La expresión de ella y de sus acompañantes realmente daban la idea de no querer entablar un combate, así que Skarlet y yo dejamos de lado la pose de pelea para caminar con precaución hacía nuestros visitantes.

- Miren, no queremos pelear, de verdad. – seguía defendiéndose la edeniana-tarkatan.

- Es muy difícil creerles después de que intentaron matarnos allá en Outworld.

- ¡Pero Rain, solo seguíamos ordenes, no teníamos nada contra ustedes… pero no podía desobedecer a Shao Kahn!

- ¿Ah sí? ¡Reptile intentó derretirme con su acido, no creo que él haya regresado sin querer dar batalla!

- Yo también seguía órdenes, Rain. – se interponía el saurian. – Aunque me quedé pensando en lo que me dijiste, eso de que Shao Kahn había exterminado a mi raza… ¿era… era verdad?

- No sé si es verdad, lo oí por parte de Quan Chi y Shang Tsung, no puedo confirmarlo, Reptile.

El reptil quedó mal por mi respuesta, seguramente no le caería nada bien enterarse que el hombre para quien trabajaba resultara ser el exterminador de su tierra y familia.

- ¿Dónde están Kano y Baraka? – interrumpió Skarlet.

- Bueno… - respondía Mileena. – Baraka está muy enojado con Rain por haberle roto varios dientes y Kano tuvo que ir al ciberne… ciberneta…ciberneti...cibernetista para que le reparé el ojo robótico que le destrozaste tú, compañera.

- No entiendo… ¿realmente no querían atacarnos? ¿Cómo podemos saber que no es una trampa?

- Rain… - se me acercaba Mileena, intentando con sus ojos naranjas hacer una mirada dulce. – Créeme, no es ninguna trampa ni nada. El emperador está muerto, pero nosotros debemos seguir su legado y para eso necesitamos tener de vuelta a dos de nuestros mejores soldados.

- Bueno, suenas bastante convincente.

- Vamos, Rain… - ahora ella estaba enrollando sus brazos alrededor de mi cuello y acercando su rostro al mío (gracias a Argus que ella tenía puesta su máscara) – Estoy siendo sincera, además Ermac desapareció después de la muerte del emperador, me temo que el control mental que tenía sobre se quebró al morir. Ermac era uno de los más fuertes y tú podrías reemplazarlo… tú siempre has sido tan fuerte y hábil...

- ¿Mileena? – pregunté poniéndome incomodo por lo que hacía la ninja.

- No sabes lo sola que me siento Rain… nadie me da muestras de cariño, a Baraka solo le interesa mi cuerpo, ni siquiera mi padre el emperador me dijo algo lindo o bueno… estoy muy sola aunque haya gente a mi alrededor…

- … Mileena… - contestaba ya incomodo viendo como la mujer se estaba poniendo muy "cariñosa" conmigo – De acuerdo, te creo… puedes soltarme…

- Deja a Skarlet… y quédate conmigo… - me susurró al oído la ninja rosa con voz sensual.

- ¿Qué? – pregunté ya asustado.

- ¡Emm no, nada Rain… no… no… no dije nada! – se retiraba sonrojada, Skarlet la miraba con una cara seria.

- ¿Qué le decías a Rain, Mileena? – expresó algo indignada mi amiga.

- ¡Nada, no le decía nada!... bueno, cambiando de tema: ¿ustedes saben dónde está Quan Chi?

La mujer de rojo y yo nos miramos como poniéndonos de acuerdo en que contestar, como siempre hizo hasta ahora me dejó responder a mí:

- No… no lo hemos visto… probablemente volvió a Netherrealm.

- Que extraño, él que siempre le fue leal al emperador. – se metía Sheeva.

- Sí… leal. – respondí disimulando lo que realmente sé.

- Podemos hablar de eso después. – le aclaró Mileena a la shokan para luego dirigirse a mí de nuevo. - ¿Vendrás con nosotros Rain…ah, y Skarlet?

- No se ofendan, necesitamos pensarlo. Después de lo que pasó en Outworld no creíamos que ustedes no quisieran de vuelta allí.

- De acuerdo, les daremos un tiempo para que lo piensen… espero que no tarden mucho. – concluyó Mileena antes de desaparecer con el resto.

Estaba perplejo, tenía tres proposiciones de tres bandos distintos, no sabía que rumbo tomar, eran decisiones bastante difíciles. Skarlet se quedó callada un tiempo, no hablaba, solo me miraba con sus ojos azules, viendo mi rostro de pensamiento y reflexión acerca de todo lo acontecido.

- Rain… - finalmente quebró el silencio con su voz. - ¿por qué no les dijiste lo de Quan Chi y Shinnok?

- No me parecía conveniente que lo supieran ahora… igual pronto lo descubrirán más adelante.- traté de restar importancia.

- ¿Pero… entonces que vamos a hacer?

- No lo sé, jamás creí encarar un dilema como este. Será mejor que nos larguemos de aquí.

- ¿Adónde podemos ir?

- Seguramente en Orderrealm encontraremos asilo hasta tomar una decisión, el único inconveniente es que es una tierra amante de las leyes y el orden así que debemos tratar de no llamar la atención.

- De acuerdo, Rain.

- Pero primero quiero volver a Edenia… bueno, lo que quedó de ella… quiero darle una última visita.

P.O.V Skarlet

Acepté la propuesta de Rain y ambos nos pusimos en marcha. Yo nunca antes había visto Edenia, él me decía que antes solía ser un lugar bello y tranquilo, muy lejos de aquella desolada e inhóspita tierra que era ahora. Caminamos sobre caminos de tierra pelada, sin un solo rastro de pasto ni plantas, no estoy segura de que es lo que él busca, no entiendo que es lo que quería hacer ahí.

- …este solía ser mi hogar… - dijo el ninja purpura tras un lago silencio observando el devastado paisaje.

- Rain… - solo me limitaba a decir.

- Recuerdo perfectamente a mi padre, a los reyes Jerrod y Sindel, a mucha gente de aquí. Es muy duro para mí ver que ya no queda nada de la tierra de mis recuerdos. Ahora Raiden me dice que mi padre en realidad no lo era.

- Puede estar equivocado, Rain.

- ¿Y si no lo está? ¿Cómo podemos estar seguros de que no miente?

- ¿Te aliaras con Raiden entonces?

- Ya te he dicho que no lo sé, Skarlet… aún no tengo idea de que hacer… tú no tienes por qué quedarte conmigo, puedes irte si quieres.

- No me iré, Rain. – le dije acercándome. – Eres lo único que me queda, ya no tengo nada, mi creador está muerto… estoy sola, te seguiré a donde vayas. Si no he podido matarte menos voy a dejarte.

- Está bien, pero no estoy muy confiado sobre mi elección, recuerda que será una decisión que quizás nunca pueda cambiar… una decisión de la que dependerá nuestras vidas.

- No me importa, Rain… yo siempre estaré contigo. - dije a la vez que bajaba mi mascara junto con la suya.

Nuestros rostros se acercaban de a poco, pronto nuestros labios hicieron contacto... mi primer beso... algo que nunca pensé que ocurriría, al igual que estos sentimientos fuertes que siento por él. Seguramente Shao Kahn cuando me creó pensó que yo no sentiría nada, que sería una automata... una gran equivocación de él. No soy un arma como el creyó que sería, un arma no siente ni piensa... yo sí y ahora jamás dejaría a aquel edeniano que hasta no dudo en lastimarse a sí mismo para sanarme.

P.O.V Rain

"Siempre estaré contigo", esa frase caló hondo en mí, en mi larga vida nunca tuve una persona que fuera tan fiel a mí, siempre me vi rodeado de gente pero nadie fue tan… amable (creo que esa es la palabra) conmigo como lo estaba siendo Skarlet ahora.

Cuando sus suaves labios tocaron los míos y nos fundimos en un profundo beso, sentía mi corazón acelerar como nunca... ahora jamás la dejaré ir, ya no me interesaba un ejercito, todo lo que me interesaba lo representaba ahora aquella hermosa mujer de cabellos rojos y ojos azules.

Una vez que el beso concluyó, nos quedamos mirándonos fijamente:

- Veo que no esperabas esto. - decía Skarlet ruborizándose.

- Tú tampoco lo esperabas. - le contesté con una leve sonrisa, ellá también sonrió.

Tras la visita a mi antiguo mundo, había llegado la hora de ir hacia Orderrealm con la idea de escaparnos temporalmente de toda esta locura. En mi marcha me encuentro con una estatua, destruida en algunas partes pero intacta en general, me quedé pasando observando la escultura que estaba desde hace siglos.

- ¿Qué estas mirando, Rain? – me preguntaba mi dama de rojo señalando la estatua. - ¿Quién es ese hombre?

- Es Argus, el dios protector de Edenia. – respondí sin dejar de mirar.

No es que hubiera en la escultura que me interesara, sino que no podía evitar un extraño sentimiento al ver la figura del dios edeniano. Sentía como si estuviera conectado con él, no con la escultura, con el propio Argus, sentía como si fuera parte de él, como si fuera su hermano, su primo... su hijo…

- Rain, Rain… ¡Rain! – me llamaba Skarlet sacándome nuevamente de mis pensamientos. – Perdóname si te asusté, pero no reaccionabas. ¿Pasa algo?

- No… no ocurre nada… vámonos. – le contesté un poco aturdido.

Reanudamos el camino, en mi cabeza cruzaban miles de pensamientos y reflexiones, no tengo noción sobre lo que tardaré en decidirme sobre por cuál causa luchar. Mientras caminábamos vuelvo a echar una última ojeada a la estatua para luego dedicarle mi mirada completamente a los ojos azules de aquella hermosa y a la vez letal mujer que me acompañaba, ella estará siempre conmigo a pesar de lo que ocurra. Estos tiempos fueron oscuros… pero presiento que los que vendrán lo serán aún más y nosotros estaremos listos para ello.

FIN

Y así concluye mi fic, espero que les haya gustado, dejen sus opiniones. Adios... por ahora.

[MK-Noob]

Me encantó el fic, tanto que espero que hagas una continuación del mismo

[Double.A]

Tengo que admitir que fue un gran final, espero que sigas haciendo mas fics

[Monster -R]

Bien, muy bien, excelente cap y el final, dios, sera la continuación de MK4 con lo demas. Yo creo que mas adelante Rain sabra la verdad.

Es todo, te mando saludos :> :> :> y besos

[The Shaolin Nun]

Bien, como el fic ya ha llegado a su final, me gustaría comentar que en general fue uno de los fics más lindos que he leído. El final me encantó, estuvo muy emotivo. Una de las partes que más me gusto de este último episodio fue cuando Rain reanima a Skarlet, me pareció una escena muy bella. Cuando Quan Chi presenta a los guerreros fallecidos también me gustó bastante. Ya esperaba que Rain y Skarlet estuvieran juntos; nunca me había puesto a pensar en ellos como pareja y creo que en tu fic lograste que tuvieran buena química. Los otros caps. también quedaron soberbios.

Me encantó, felicitaciones y espero más de tu trabajos.

[kanalla]

Este fic hizo que sonriera: Tuvo ingenio, estuvo bien presentado, fue una de esas historias simples y ligeras pero que te da gusto leer. No alcancé a tomarle el gusto a la trama, de pronto los diálogos dominaron más que la acción, pero por alguna razón me entretuve leyendo sobretodo por esos acertados detalles...

Hablando de Liu Kang, él murió pero no lo veo aquí, brujo.

Al menos para yo, esa es una buena pregunta...

Me gustaría ver otro fic tuyo en el futuro cercano, de alguna forma creo que será interesante leerlo.

[Error Macross]

Me ha gustado este fic, un poco pesado tener que leerlo todo seguido ya que lo publicaste muy rapido, pero valio la pena, ademas Rain es uno de mis favoritos. La unica pega es que si vamos al caso, Rain presencia muchos eventos del juego sin aportar en si, de hecho, los primeros momentos importantes para el y Skarlet recien se dan cuando Kanh quiere matarlos, hasta ese momento su papel es muy de observadores de cosas del juego y peleas donde en general no aportan tanto. Lo de no contar tanto las peleas no me gusta en si, pero tiene sentido teniendo en cuenta que esto esta contado en primera persona, seria muy extraño que en sus pensamientos un personaje describa una pelea ajena, mas aun cuando en algunos casos el ya esta peleando y no esta prestando atencion a los demas. Espero proximos fics.